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Carta a las iglesias. AÑO XVI, No.357 1-15 de julio de 1996 El manifiesto de la ANEP. Primeros pasos y mucho que avanzar En este número de Carta a las Iglesias podrá leer el lector lo que han dicho las organizaciones no gubernamentales sobre la situación de pobreza e injusticia en nuestro mundo: la situación de la familia humana es pavorosa. Al mismo tiempo, podrá leer un análisis del "Manifiesto salvadoreño" que los empresarios dirigen al país. También en él se trasluce el pesimismo sobre la realidad actual, pero hay algo de positivo: se analiza sus causas, se proponen políticas y medidas para remediarla, y, en principio, se presenta a la economía dentro de una visión global del país y se tiene en cuenta la realidad de todos los salvadoreños. Esto es lo que llamamos "primeros pasos", novedosos y en sí positivos, todo lo cual se analiza en la sección de realidad nacional. Aquí queremos reflexionar sobre lo que hay que avanzar, lo "mucho que avanzar" que decimos en el título, desde una perspectiva humana y cristiana, desde la perspectiva que nos dejó Mons. Romero, Ignacio Ellacuría y los miles de salvadoreños que entregaron su vida para que la vida sea posible. Prioridad del trabajo humano sobre el capital (Juan Pablo II) Es tradicional considerar a los salvadoreños y salvadoreñas como buenos trabajadores, y con razón. Eso lo recoge el manifiesto e indica incluso qué tipo de educación necesita el país para que haya mejores "trabajadores". No es que esta reflexión no sea necesaria, pero no es suficiente y no es la principal para el país. El lenguaje nos juega malas partidas, y así como se habla de "las reglas del juego de la democracia", como si la democracia fuera un juego, así se habla de los "recursos humanos", del "capital humano", como si "lo humano" fuese una expresión, entre otras, de los recursos y capitales para producir: picos y palas, máquinas y computadoras, animales de carga y seres humanos, aunque éstos con sus fuerzas físicas e intelectuales. Indudablemente, los avances tecnológicos necesitan cada vez menos de "la fuerza bruta" del capital humano, pero lo que queremos recalcar es que no se puede comenzar a pensar en la cooperación de los seres humanos a la economía desde el punto de vista de "recursos" o "capital". Esto fue recordado y dramatizado en 1992, al celebrarse el quinto centenario. "El recurso humano" era la fuerza bruta de los índigenas caribeños para explotar las minas; era la energía de entonces. Y cuando se extinguieron los indígenas, se trajeron seres humanos africanos. Lo que se buscaba en directo no era esclavizar a nadie, sino conseguir el "recurso humano". Y como eso era prioritario, no se tuvo ningún escrúpulo en el uso de los medios, incluida la aberración de la esclavitud para traerlos hasta aquí. Los tiempos han cambiado, pero ojalá haya cambiado también el concepto. El ser humano es trabajador y productor, pero no se le puede designar con el mismo nombre genérico -"recurso", "capital" y su derivado "mano de obra"- con que se designa al petróleo, a la energía del animal o al dinero. En el proceso productivo no convergen dos cosas: recursos y seres humanos, capital y trabajo, sino que convergen cosas y personas. La doctrina social de la Iglesia -y el sentido común- lo ha repetido hasta la saciedad: la persona está por encima de las cosas. Y Juan Pablo II, usando por cierto conceptualización marxista, ha dicho que "el trabajo tiene prioridad sobre el capital". Es bueno, pues, que la ANEP reflexione sobre la formación de los salvadoreños y que exponga su propia opinión sobre educación primaria y técnica, sobre el si y el cómo de la educación universitaria. Pero en definitiva, hay que pensar más globalmente al ser humano, al salvadoreño y salvadoreña de hoy. Por eso, además de la educación en vistas a una mayor y mejor productividad, hay que fomentar una cultura y unos valores que humanicen, no que deshumanicen. Cuando se ensalza y se pone como modelo a los dragones del sudeste asiático, poco se dice sobre su modo de vivir, sobre el individualismo, el pragmatismo, el consumismo, el egocentrismo- egoísmo, que fomenta y exige el modelo económico. El mensaje de José Ellacuría, jesuita que ha pasado treinta años en Taiwan, es simpre el mismo: "que se pueda vivir de otra manera". Dicho con el debido respeto, lo que necesitamos es "Taiwan con espíritu". La ANEP, y todos, debemos esforzarnos por tener un nuevo El Salvador, pero con espíritu: comunidad, celebración, generosidad, apertura a otros países con graves problemas. Y, por supuesto, con espíritu de verdad, de misericordia, de justicia, de reconciliación... Profetismo y utopía (Ignacio Ellacuría) Cualquier análisis de la economía, hecho desde una perspectiva humana y cristiana, debe tener en cuenta que la economía, ni como ciencia ni como proceso productivo y distributivo de la riqueza, es neutral, sino que se puede enrumbar en favor de unos más que de otros, y, muchas veces, en favor de unos en contra de otros. Más aún, el Nuevo Testamento nos pone en guardia con toda claridad sobre lo resbaladizo y peligroso que es ética e incluso teologalmente el mundo del dinero y de la riqueza. Jesús dice: "no se puede servir a Dios y al dinero". En la carta a Tito se dice: "la raíz de todos los males es la ambición del dinero". La historia y su sabiduría acumulada lo confirman. Esto significa que un análisis de la economía debe ser hecho también desde la perspectiva de sus posibles y reales males, desde la injusticia que genera, de la pobreza y miseria que produce. Si esto no se hiciera, la economía no se sometería al principio de verificación fundamental: si está propiciando o no lo que es su última razón de ser: facilitar, no impedir, que el oikos (la casa, el hogar), el símbolo fundamental de vida para los seres humanos sea una realidad. En el análisis debe estar, pues, presente también la profecía, es decir, la denuncia, la sospecha al menos, de que la configuración económica ha producido y puede seguir produciendo para las mayorías muerte en vez de vida. Esto es lo que Ignacio Ellacuría llamaba profecía. Y de ahí, aunque el término suene raro en el mundo de la economía, pero fácimente se pueden encontrar equivalentes, la necesidad de conversión. Y junto a la profecía la utopía. No hace falta ser experto en ciencias económicas, históricas y sociales para llegar al convencimiento de que el futuro de nuestro país, la utopía, no está en el norte del planeta. Simplemente, es imposible, pues no hay recursos para ello (y menos para que el norte se convierta en la utopía de todos los otros países como el nuestro). Pero además, no es deseable. Deseable y necesario es que la vida justa y digna sea posible, pero no es deseable la concepción de vida que nos viene del norte, la ley del más fuerte y poderoso, la falta de compasión y misercordia hacia los débiles (de fuera y de dentro), la prepotencia absoluta que no hace caso de leyes internacionales ni del tribunal de La Haya, el apoyo millonario a dictadores, represión y guerras injustas... Ignacio Ellacuría decía que ese modo de vivir no genera ni vida ni civilización. Por eso, en un momento audaz, abogó por la "civilización de la pobreza". Y si estas palabras suenan duras en exceso, digamos que la utopía sea la "civilización de la austeridad compartida". Ojalá la ANEP dé pasos en la dirección en la que se ha comprometido: el bien del país, de sus mayorías populares. Para ello le ofrecemos desde aquí estas sencillas reflexiones sobre la dignidad última del ser humano, sobre el pecado que priva de vida y sobre la austeridad compartida, el único tipo de comunidad posible en nuestro mundo, para que nuestra vida tenga calidad. La ANEP y su "Manifiesto salvadoreño" Recientemente, los sectores empresariales vinculados a la ANEP hicieron público un documento titulado El manifiesto salvadoreño. Una propuesta de los empresarios a la nación. El documento ya ha generado diversas reacciones, aunque no las que debiera suscitar un pronunciamiento de esa naturaleza. De cualquier modo, lo que hace del documento algo importante es que por primera vez en la historia reciente del país un importante grupo de empresarios toma postura ante los graves problemas de la nación. El documento empresarial señala tres aspectos importantes de la democracia: a) exige la aplicación irrestricta de la justicia en orden a garantizar el bien común; b) permite resolver diferencias y lograr acuerdos; y c) exige una "clase política" en la que los ciudadanos puedan confiar. Sólo un miope puede no estar de acuerdo con estas tres cosas, pero no basta con que el sector empresarial se pronuncie acerca de esos requisitos básicos de la democracia, sino que es urgente que, con valentía, diga su palabra sobre las instituciones y grupos de poder que la están obstaculizando. Es decir, la aplicación irrestricta de la justicia, la consecución de arreglos políticos y la consolidación de una clase política confiable, con todo y ser aspiraciones muy legítimas, no se van a hacer realidad mientras existan grupos económicos y políticos con el poder suficiente para bloquear su consecución. La ANEP no debería obviar esto, y más bien debería usar su prestigio y su capacidad de presión sobre el gobierno para llevar a esos grupos al orden y a la legalidad. Por otra parte, la democracia no se agota en los elementos mencionados por la ANEP. No hay que olvidar la necesaria ampliación de la participación política de los ciudadanos para avanzar hacia un orden democrático. Y ésta misma no debe ser reducida al ejercicio del sufragio, sino que debe caminar hacia formas de participación más amplias en lo social y lo político. Finalmente, los empresarios toman en consideración a los intelectuales del país, después de décadas de desprecio, como interlocutores y como gestores de un pensamiento que merece ser tenido en cuenta. Y la ANEP hace una petición concreta a los intelectuales: "le ofrecemos a la intelectualidad salvadoreña que volvamos a coincidir en la importancia vital de la democracia, pidiéndole que trabaje en una teoría de la transición a la democracia, con el fin de que nos ilumine". Se trata de una petición de singular valor ya que, por un lado, abre las puertas a los sociólogos, historiadores y politólogos del país a un auditorio que siempre los consideró resentidos y proclives al comunismo; pero, por otro lado, compromete a los empresarios a enterarse del pensamiento que se vaya generando en los centros académicos. El factor trabajo y la educación En la propuesta de la ANEP es notorio el hecho de que el salvadoreño queda definido por su capacidad de laborar eficientemente con bajos costos. Se agrega que será prioritario el proporcionar la educación y capacitación necesarias para potenciar la productividad y "entrar a la nueva corriente económica de la globalización, como ciudadanos del Primer Mundo". Trabajo y educación son, así, dos factores intrínsecamente vinculados e inseparables. Dice el manifiesto que "una de las principales lecciones del desarrollo económico acelerado... es la inversión masiva en educación primaria y técnica vocacional de su niñez y juventud. Para que la partida de educación sea realmente inversión, los recursos deben focalizarse... en estas áreas. Debe de olvidarse el pretendido derecho a la educación universitaria y de pos-grado. Esta debe quedar reservada a aquellos que la merecen por su inteligencia y esfuerzo". De este texto es importante entresacar dos ideas: a) La idea de una educación meramente técnica, orientada a especializar a los educandos en las áreas prioritarias en la economía local, que en nuestro caso -tomando en cuenta el hincapié que hace el manifiesto en la maquila y el ejemplo de los países asiáticos- sería el de la confección textil y otras labores semejantes que se realizan en las empresas maquileras. Es evidente que con ello se asume que la educación que busca potenciar la capacidad creativa e innovadora es menos que inútil en el actual contexto. El individuo que ha sido educado exitosamente es aquel que es capaz de funcionar con precisión y eficacia milimétrica en puestos de trabajo donde se labora mecánicamente, sin necesidad de pensar propositivamente. No es necesario recordar que con esto se olvida que el aspecto técnico es solamente la contraparte del aspecto crítico y creador de la actual reforma educativa que se impulsa en el país, reforma que pretende convertir a todos los salvadoreños en sujetos integrales. b) Este modelo educativo será, a nivel de educación superior, literalmente elitista. El acceso a la educación superior estará restringido, ya que lo que se necesita son engranajes para las maquinaria de trabajo y no individuos pensantes y creativos. Si alrededor del mundo "siempre hay alguien dispuesto a ofrecer el mismo producto o servicio, a un menor precio y con mejor calidad", lo que se necesita para competir es una masa trabajadora eficiente y acéfala, dispuesta a laborar intensamente y con bajos salarios. La educación superior, en este sentido, sobra. Ella solamente debe ser privilegio de los super dotados que hagan aún más eficiente la productividad. Las consecuencia obvias de esto son, en primer lugar que se destina a la mayoría de los salvadoreños, ahora con razones, a la pobreza intelectual y al bajo nivel educativo: los empresarios dan con ello un paso atrás en los objetivos de la reforma educativa. Y en segundo lugar, esta vinculación entre trabajo y educación no conduce, contrariamente a lo que afirma el manifiesto, al bienestar social, a altos niveles de vida. No es posible ver claramente cómo el trabajo y la educación definidos de esta manera puedan llevar a una movilidad social de tipo ascendente o cuando menos que saque de la pobreza a los sectores que se encuentran en ella. El modelo de las maquilas El manifiesto habla de la importancia de las maquilas -rubro de "vital importancia en la economía salvadoreña"- en el actual contexto de la mundialización. Aunque no explícitamente, se presupone que la fuerza laboral pasaría a ser absorbida por ellas. Ello -de nuevo- impulsaría hacia el desarrollo social del país. Vale tomar en cuenta algunas de las características de las maquilas en El Salvador que imposibilitarían tal propósito: primero, se caracterizan por largas e intensas jornadas de trabajo que hacen que el personal que labora en ellas, por el desgate que ello produce, se vea continuamente en rotación; lo que menos se genera son fuentes fijas de empleo. Segundo, el tipo de trabajo es de baja calidad, los empleados realizan la misma labor por períodos prolongados de tiempo y no requieren mayores grados de educación para hacerlo. Tercero, la alta productividad de las maquilas necesita que las violaciones a los derechos de los trabajadores se convierta en la condición sine qua non para mantenerla. El Manifiesto celebra el "éxito de las maquilas" y subraya la necesidad de ellas, pero pasa por alto la necesidad, aún mayor, de que en ellas se den condiciones dignas y humanas de trabajo. En conclusión, el Manifiesto, aun con los pocos aspectos que se han tocado en este análisis, carece de mucho y enfatiza lo que sobra: baja calidad educativa y alta disponibilidad laboral a precios socialmente incosteables. Ciertamente, la laboriosidad es una de las características principales de los salvadoreños, pero no se debe limitar la amplia gama de tipos y condiciones de trabajo a una sola. El desarrollo no se alcanza automáticamente con la mecanización del trabajo. El que las condiciones de competencia en el mundo lo exijan, no significa que sea lo más deseable y lo más buscado, y menos aún lo más beneficioso para las grandes mayorías. En recuadro: "No se trata de una fórmula mágica, pero El Salvador, a partir de la firma de los Acuerdos de paz, ha creado las condiciones para generar una discusión que permita encontrar el camino idóneo mediante el cual los salvadoreños puedan contar con iguales oportunidades de mejorar sus condiciones de vida". Roberto Vilanova, Presidente de la ANEP. "Le hace falta una visión más humana, porque es de tipo economicista. El hecho de tener población no lleva al desarrollo si es subdesarrollada, y sin educación no se caminará hacia el desarrollo, y es necesario hacerlo con un capital activo". Roberto Viera, diputado del PRSC "Debemos sentar las bases para el desarrollo integral, donde la calidad de vida sea buena para todos, y no se puede hacer sin un despegue económico". Carmen Elena Calderón de Escalón, dipuada de ARENA. Nuevas amenazas contra gente de bien La oscuridad de un pasado no muy lejano ha vuelto a cubrir el cielo salvadoreño. En serio o en broma, el caso es que -mediante un comunicado enviado a medios de difusión, nacionales y extranjeros- la autodenominada Fuerza Nacionalista "Mayor Roberto D'Abuisson" nos hizo retroceder a épocas supuestamente superadas, cuando se amenazaba a muerte a "vendepatrias", "traidores", "agentes de conspiraciones internacionales". Ante estos hechos, siempre surgen especulaciones. ¿Intimidación? Tal vez, pues las amenazas apuntan a ciertas personas que, a título individual o institucional, han señalado las graves deficiencias del proceso salvadoreño. ¿Formas de distraer la opinión pública? Quizás, pues hay temas sumamente delicados y polémicos que molestan a quienes no quieren discutirlos pues con ello "se ensucia la imagen positiva del país". Y son temas espinosos la elección del procurador general de la República, del presidente de la Corte de Cuentas y del fiscal general de la PNC, o la grave y preocupante crisis que se vive dentro del penal santaneco. Sea como sea, la cuestión es que es muy triste que después de tanta guerra y dolor, inseguridad y polarización, esfuerzos y esperanzas, persistan amenazas de este tipo. Parece que esos grupos no quieren aceptar el derecho de los salvadoreños a expresar sus opiniones, y no han logrado desterrar de su mente la posibilidad de callar otras voces con amenazas de este tipo. Para responder al supuesto frente clandestino que enarbola el nombre del fundador de ARENA, ya surgió otra voz anónima autonombrada "Frente Nacionalista para la Sanidad Mental". Este lanzó también amenazas pero de otro tipo: los acusan de "locos" y les advierten que, de seguir con esos comunicados, los internarán en "el manicomio de más alta seguridad". Desde aquí no podemos menos que condenar ambos panfletos y mostrar nuestra preocupación. Pese a todo lo que ha sucedido en El Salvador, las "manos blancas", las "uniones guerreras" y los "ejércitos secretos anticomunistas" se niegan a desaparecer, aunque ahora se llamen "sombras negras" o "fuerzas nacionalistas". Estas amenazas -por descabelladas que parezcan- merecen una investigación seria por parte de las autoridades que deben garantizar la seguridad de las personas y la tranquilidad del país. No se pueden ignorar, sin más, sosteniendo que son producto de "mentes enfermas". ¿O eran mentes sanas las de aquellos que ordenaron la muerte de un arzobispo, de seis jesuitas y de otras decenas de miles de personas indefensas? ¿O las de quienes -después de la firma de la paz- mandaron a matar a monseñor Joaquín Ramos, a Francisco Velis, a Ramón Mauricio García Prieto y a otras personas indefensas? Hoy como ayer, se trata de amenazas a gente de bien, y eso deshumaniza. El Salvador de ahora y del mañana es para los cuerdos que aman la vida y sueñan con que, de una vez por todas, ésta se respete íntegramente. IDHUCA En recuadro Medardo Gómez, obispo de la Iglesia luterana Estas amenazas de muerte son el fruto de no haber atendido las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, Ad Hoc y del Grupo Conjunto que investigó crímenes con motivaciones políticas e ideológicas, después de la firma de los Acuerdos de Paz. ¿Por qué no se han difundido los nombres de los responsables de los Escuadrones de la Muerte que en el pasado conflicto cometieron crímenes? Sólo espero que estas personas se convierten a Dios, ya que asesinando o callando a los que señalan los males de la sociedad no se construye el proceso de democratización que se intenta crear en El Salvador. Si al partido de gobierno le preocupa que esta organización lo involucre directamente al autodenominarse con el nombre de su líder y fundador de ARENA, debería hacer todo lo posible por desmantelar estas estructuras de terror. Como cristiano que soy, en estos momentos en que se amenaza de muerte, recuerdo el ejemplo de los hermanos jesuitas y de Monseñor Romero. Pobreza, injusticia y solidaridad internacional Las Naciones Unidas han declarado 1996 Año Internacional contra la pobreza. Este llamado es importante y urgente. Cuatro mil millones de seres humanos son afectado por la pobreza -de ellos el 70 por ciento son mujeres- y mil quinientos millones sobreviven en la miseria con menos de un dólar diario. Cuarenta y siete niños nacen cada minuto en extrema pobreza, y miles de ellos mueren por desnutrición. Los pobres son cada día más pobres y los ricos más ricos. Esta pobreza se genera también en medio de estructuras represivas y corruptas. Existen dictadores que utilizan la riqueza del país para comprar armamento y perpetuarse en el poder. Mobutu compra residencias en Europa, mientras el sesenta por ciento de la población de Kinshasa, Zaire, vive en casas de lata. Acabar con el hambre en el mundo ha sido un objetivo de la comunidad internacional y de la FAO desde hace 50 años, pero toda la ayuda concedida a los países en vías de desarrollo en todo un año equivale a quince días de gastos militares del mundo. Ante esta situación, 20 organizaciones no gubernamentales del Sur y otras tantas europeas se reunieron en Barcelona los días 31 de mayo y 1 de junio en la "Conferencia Sur Norte: Juntos para la erradicación de la pobreza" convocada por Intermón -institución que celebra su 40 aniversario- para reflexionar sobre cómo hay que trabajar para superar la pobreza y la injusticia, y para promover la solidaridad. Más adelante publicamos algunos extractos de lo que se dijo en el Congreso. Su comunicado final comienza con estas afirmaciones: La globalizacion excluye a los más pobres y debilita su identidad cultural. La distancia entre norte y sur es la mayor amenza para el planeta. Pero afirma también esta esperanza: Creemos firmemente que la erradicación de la pobreza es posible. Recuadro Dos denuncias de la Iglesia latinoamericana Chile. Ricos más ricos, pobres más pobres. Lejos de reducirse, las desigualdades socioeconómicas entre los chilenos se mantienen. La Iglesia ha hecho un llamamiento a las autoridades para que combatan de manera expresa estas desigualdades y procedan a hacer un reparto más justo de la riqueza. La economía chilena es según la CEPAL la que más ha crecido en 1985, con un 8 por ciento. Pero Chile es también, según la misma fuente, uno de los países latinoamericanos con peor distribución de la renta y mayor desigualdad social. En Chile, los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Según datos de la Comisión Nacional Justicia y Paz, de la Conferencia Episcopal Chilena, el 10 por ciento de las familias más ricas tiene un ingreso medio mensual de 3.500 dólares, mientras el 28 por ciento de los chilenos (cerca de cuatro millones de personas) viven en condiciones de pobreza, y de éstos, 1.100,000 viven en la indigencia. La pobreza en Bolivia. La mitad de la población vive en la pobreza, y de ella, un 22 por ciento, en la indigencia. La tasa de mortalidad infantil es similar a la del Africa subsahariana. De cada mil niños nacidos vivos, 116 mueren antes de los cinco años. Estos y otros datos han sido aportados por el obispo Nicolás Catellanos. "Todo es lento, pero lo importante es que estamos en camino, en línea con la pastoral diocesana, en sintonía con las esperanzas de nuestro pueblo, que lucha, aunque esté mediatizado y maniatado por las estructuras neoliberales y por un estado que no termina de pagar la "deuda social" reconocida y contraída con nuestro pueblo". Declaración de la Conferencia Sur-Norte Barcelona, Junio 1996 Las personas y organizaciones reunidas en Barcelona entre los días 30 de mayo y 1 de junio de 1996, en el marco de la Conferencia "Sur-Norte: Juntos para la erradicación de la pobreza", convocada por INTERMON, Manifestamos: Que el proceso de globalización económica y cultural que nos lleva hacia la llamada "aldea global" provoca, intencionalmente, la exclusión de los países más pobres y de las comunidades y personas más desfavorecidas. Que son precisamente los pobres quienes sufren las peores consecuencias de las políticas de ajuste estructural, al tiempo que vemos cómo la estandarización de valores, favorecida por Occidente, contribuye a la debilitación de la diversidad cultural de los pueblos, y potencia una cultura consumista. Que la distancia entre el Norte y el Sur se está acrecentando, y se ha convertido en la mayor amenaza para el género humano. Ante ello, Declaramos: Que creemos firmemente que la erradicación de la pobreza es posible. Y, por ello, nos comprometemos en un esfuerzo global, en el Sur y en el Norte, por un desarrollo entendido como un proceso de liberación, endógeno, democrático y participativo, que tenga en cuenta la diversidad de las culturas e identidades de los pueblos. Que los procesos de desarrollo, que deben tener siempre en su centro al ser humano e integrar la complejidad de lo social, deben respetar los ritmos de los diferentes pueblos, asumiendo que se trata de procesos continuos y permanentes. Dichos procesos han de ser capaces de resolver las tensiones culturales y de tradición que pueda generar la defensa de los derechos de los pueblos y la defensa de los derechos universales de la persona. Que el desarrollo sea el requerido por la propia comunidad y no el propuesto externamente, es decir, el desarrollo debe ser propio y no apropiable. La confianza de un pueblo en sí mismo es imprescindible para su desarrollo, ya que éste sólo puede garantizarse cuando existe una toma de conciencia y un firme compromiso con los procesos que lo favorecen. Que para que pueda darse un proceso de desarrollo es imprescindible una redistribución de la propiedad, del trabajo y de los recursos, especialmente de la tierra. Que ningún proceso de desarrollo será sostenible si no garantiza la preservación del medio ambiente y no integra la formación y la organización de las comunidades que participan en él. Que existen modelos de cooperación descartables, los cuales no han contribuido a disminuir las diferencias entre ricos y pobres, y que, en todo caso, en cualquier proceso de cooperación hay que prestar atención a los efectos secundarios perniciosos que toda acción de cooperación puede generar. Entendemos que la cooperación es un acto de correspondencia frente a la necesidad de preservar el mundo y que, en ningún caso, debe servir solamente para tranquilizar las conciencias. Por ello, Reclamamos: Que la cooperación para el desarrollo esté orientada a aportar soluciones justas y eficaces a los problemas estructurales y estratégicos, mediante la elaboración de planes integrales. Que se entienda esa cooperación como un diálogo intercultural, que potencie las relaciones horizontales y descentralizadas, y que contribuya a fortalecer a la sociedad civil, para que pueda asegurar su libertad de pensamiento y de expresión, así como el ejercicio del control sobre las autoridades públicas. En este sentido, los agentes de cooperación deben abordar también la lucha contra las causas estructurales de la injusticia, promoviendo acciones de presión política sobre los centros de poder y decisión. La cooperación debe basarse en la corresponsabilidad, la transparencia y la confianza entre los diversos agentes implicados, y debe asentarse sobre un intercambio enriquecedor de modelos de desarrollo de doble dirección: Sur-Norte y Norte-Sur. Para que estos objetivos sean alcanzados, Reinvindicamos: El protagonismo social y político de las mujeres en los procesos de desarrollo, tantas veces silenciado, obstaculizado e ignorado. Dicho protagonismo debe lograrse desde la restitución de los derechos y oportunidades que la masculinidad del sistema les ha sustraído. Que la cooperación dé prioridad a los colectivos marginados dentro de los que viven en la pobreza: las mujeres, los niños, los indígenas, los refugiados- no para compartimentar dichos colectivos, sino para garantizar su participación en el desarrollo global. Que la cooperación no esté condicionada por los intereses económico-políticos del país donante y que sea destinada a las verdaderas prioridades de las poblaciones. Como agentes de cooperación para el desarrollo, las ONGs del Sur y del Norte aquí presentes, Asumimos: El reto de ser auténticos agentes de cambio social, promotores de la democracia y constructores de alternativas reales. El desarrollo de mecanismos capaces de romper el círculo vicioso que perpetúa la pobreza y nos comprometemos a escuchar y a hacer escuchar las acalladas voces de los que viven en ella. Desde aquí, invitamos a todas las ONGs del Norte y del Sur a que analicen y redefinan su papel, para dar el protagonismo que les corresponde a los grupos de base en el diseño y gestión de su proceso de desarrollo, y para reafirmar su independencia frente a los gobiernos de sus respectivos países. Finalmente, Hacemos una llamada a todos los centros de decisión, centros de cultura y a todas las personas en general para que, movilizando todos los recursos disponibles a su alcance, contribuyan a transformar las estructuras injustas que condenan a la pobreza a miles de millones de personas de todo el planeta y asuman el riesgo compartido de enfrentarse a los grupos de poder que la crean y la fomentan. Invitamos a todos los hombres y mujeres a que se impliquen en la construcción de un mundo más justo y solidario. Y aprovechamos esta reunión en Barcelona, para hacer un llamamiento muy especial al Gobierno y a los representantes parlamentarios españoles, para que cumplan fielmente el compromiso asumido en el "Pacto por la solidaridad" y destinen en 1996 el 0,5% del PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo y el 0,7% antes del año 2000, asegurando la eficacia y transparencia de su gestión. ¡Juntos para la erradicación de la pobreza! Voces del Sur y del Norte en el Congreso Ofrecemos, en forma resumida y algo editada, algunas intervenciones de respresentantes de las organizaciones no gubernamentales en el Congreso de Barcelona. Voces del tercer mundo Albertina Macamo, de la organización Mbeu de Mozambique, denunció que la cooperación de algunos países sólo había servido para la destrucción tanto material como humana de Africa y señaló que el analfabetismo y la ignorancia siguen siendo factores que retrasan el desarrollo. "El desarrollo debe tener en cuenta la historia, los logros, el avance económico y social de sus pueblos, en el que se integran los principios democráticos para la toma de decisiones a partir de la base. Cualquier persona, con independencia de su clase social o de su formación académica tiene una opinión que puede ser válida para otros". Mousa Idris, representante de una organización del Chad, denunció que muchas veces el aporte de miles de millones por parte de los estados no soluciona los problemas de los pobres en Africa porque "los estados no tienen amigos, sino que tienen intereses. Puede ser que el dinero se emplee en algo bueno, pero no beneficia a la mayoría del pueblo... Hay que fomentar la colaboración entre las organizaciones no gubernamentales del Sur y del Norte porque la cooperación es una necesidad por no decir una obligación". Iván Cisneros, del Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas, Ecuador, destacó que "se está superando la idea de que cooperación significa apoyar o propiciar que los países subdesarrollados lleguemos al estado de bienestar". Para este economista "un desarrollo justo y sostenible supone un nuevo sistema de valores y actitudes frente a la producción, el consumo, las relaciones humanas y la relación con la naturaleza, cuyos elementos claves son el reparto de la propiedad y el trabajo, la justicia social, la revaloración cultural y una ecología sostenible". Hugo Fernández, director nacional del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado de Bolivia, mencionó tres principios de la calidad de la cooperación. En primer lugar hay que tener en cuenta la dignidad del ser humano. "El desarrollo aparece como algo que no es solamente un hecho económico, y cuando hay seres humanos de por medio hay un potencial para el desarrollo que habría que analizar mejor". El segundo principio consiste en echar raíces profundas en la cultura local, porque "el ser humano se desarrolla en sociedad y ésta es cultura, por tanto es inútil ponerse metas de desarrollo dejando a un lado esta cultura local". El tercer principio es estar convencido de que la población que se beneficia de la ayuda es la única que puede garantizar la continuidad de los programas de desarrollo, para ello es necesaria "la corresponsabilidad entre la institución de apoyo y los beneficiarios y actores locales. Sólo involucrándose personalmente en el proyecto es posible la garantía de continuidad del mismo". Voces del norte Rafael Grasa, presidente de la Coordinadora de ONGs de Cataluña, se refirió al concepto de pobreza, que no se puede medir desde la perspectiva del Norte, ya que "en Africa, por ejemplo, pobre no es el que no tiene vestido, sino quien no tiene personas con quien relacionarse". Resaltó que gran parte de los países del continente africano no cuentan para nada en las relaciones internacionales, que el crecimiento del Norte se hace al margen del Sur y que se deben condenar, por injustas, las políticas que proponen los expertos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional para los países en desarrollo. Sólo el 3 por ciento del dinero que se destina para ayuda a los países del Sur pasa por las manos de las organizaciones no gubernamentales... Es necesaria una mayor coordinación y trabajo conjunto entre las ONGs del Norte y del Sur, incrementar al máximo la tarea unitaria, establecer mecanismos de valoración sobre objetivos y trabajar en la idea de códigos comunes para las organizaciones y para el cooperante". Se lamentó de que la mayoría de las ONGs "no hemos cumplido el compromiso, adquirido en la Conferencia de Río, de entregar el 1 por ciento de nuestros presupuestos a un fondo de gestión común". Luis Arancibia, de Manos Unidas, España, y presidente de la Coordinadora española de ONGs, indicó que estas organizaciones "tienen que ser agentes de cambio social y no sólo gestoras de ayudas a los pobres", y propuso seis pistas por las que podían caminar en su trabajo. En primer lugar deben tener vocación y capacidad para ser agentes de transformación de la sociedad, con la idea de que es posible y necesario cambiar el mundo. Hay que vivir una solidaridad eficaz, combinando la calidad en el trabajo con la capacidad de transmitir ilusión. Es necesario trabajar de y para los ciudadanos con el mayor respaldo social posible. No estaría de más constituir una internacional de la solidaridad, con el fin de evitar la tentación de enfrentar a los pobres del norte con los pobres del sur. Hay que trabajar con visión a mediano plazo, creando un estilo de urgencia distinto, en el que no sea una obsesión conseguir resultados inmediatos cuando se financia un proyecto. Por último, hay que construir alternativas reales, pero sin perder nunca de vista la utopía". Simon Stioer, director de Eurostep, que agrupa a 22 federaciones de ONGs de la Unión Europea, aseguró que los criterios de convergencia de Maastricht van a influir de forma negativa en la cooperación y los países de la Unión Europea restringirán la aportación de fondos, "lo que hace imprescindible que trabajemos conjuntamente, evitando que muchas ONGs defiendan antes sus intereses nacionales que los europeos". Resaltó, asimismo, el peligro que supone la globalización de la política y de la economía, ya que las decisiones se toman de forma excesivamente centralizada, y el peligro de la política neoliberal que tiende a privatizar todo, "porque al sector privado, en cuanto tal, no se le puede exigir ninguna responsabilidad y sin embargo cada día se le otorga más poder y se entrega en sus manos el desarrollo". Terminó con estas palabras: "tenemos que ser capaces de convencer a la gente de que es posible erradicar la pobreza". en recuadro Regina Mathew, Pan y Justicia Regina Mathew es una religiosa india que ha impartido clases en Delhi, Jammu y Shinagar, en la India, y posteriormente ha colaborado con las comunidades Harijan de Maharastra, grupos que tienen la peculiaridad de vivir en estrecha comunión con la naturaleza. El objetivo de la organización para la que trabaja es la defensa de los derechos de estos grupos tribales, la potenciación de su organización, la formación y educación de los pequeños y la capacitación de los adultos junto con la promoción de la mujer. Este es un breve resumen de su ponencia: "La cultura europea, lejos de practicar la tolerancia, el pluralismo y libertad que profesa, es en realidad una monocultura maligna que no permite ninguna desviación de sus imperativos. Su pretensión es conseguir una aldea global -a través de los medios de comunicación e información- para imponer su cultura y vender sus productos". "El mundo es una unidad y tenemos que empezar a actuar como miembros de él, en el cual los unos dependen de los otros. Nuestro mundo está habitado por gentes de diferentes razas, culturas, religiones, sistemas políticos y sociales. Nuestra común humanidad nos une en la Raza Humana, dependiente de los demás para la supervivencia y el progreso. Pero hoy la raza humana está amenazada por un buen número de divisiones, la mayor de las cuales es la división existente entre el Norte y el Sur. Hablar de Norte-Sur es una manera muy simple de mostrar la forma en que el mundo se divide en paíes ricos y países pobres. De hecho, se trata de dos mundos, dos planetas, dos humanidades: una vergonzosamente rica y la otra desesperadamente pobre". "En el mundo, de ustedes (el primer mundo) existe la preocupación hoy en día por la calidad de vida. En nuestro mundo existe la preocupación por la vida misma, amenazada como está por el hambre y la desnutrición. Ustedes pueden permitirse el lujo de preocuparse por las playas contaminadas. A nosotros nos preocupa mucho el hecho de que menos del 10 por ciento de la población del Tercer Mundo ni siquiera tenga agua potable. Debemos reconocer una cosa que se está convirtiendo en un hecho de la vida internacional: que nuestros dos mundos, aunque se tocan, rara vez se comunican". "El reclamo de alimentos de millones de personas nos ha unido desde muchos países. Dios -la Realidad misma- nos llama para responder al reclamo no sólo de ayuda sino de justicia. Que nuestra resolución sea 'denles pan a los que tienen hambre, y a los que tienen pan denles hambre de justicia'". Racismo. Quema de "Iglesias negras" en Estados Unidos Desde 1990 han sido incendiadas más de 80 iglesias en Estados Unidos, la mayoría en comunidades negras o multirraciales. Trece de estos incendios han ocurrido en los meses de enero, alrededor del cumpleaños de Martin Luther King, la figura más destacada de los afroamericanos en Estados Unidos. Estos incendios no habían llamado la atención a la comunidad blanca y a los medios de comunicación hasta hace poco. Sin embargo, sólo en el último año y medio, más de 35 iglesias han sido dañadas o destruidas por incendios sospechosos, y seis personas han sido arrestadas. Es, pues, un fenómeno inocultable. Sea una conspiración organizada, sea racismo contagioso, los cristianos negros sufren una ola de persecución que les recuerda el horror y el temor de los días más oscuros de la violencia racial en Estados Unidos. Ese país se cuenta entre las naciones más religiosas del mundo y prácticamente todo el mundo dice creer en Dios. Por eso, quemar una iglesia es un gran sacrilegio. Especialmente los afroamericanos se distinguen por una larga y rica tradición cristiana que les ha fortalecido desde los tiempos de la esclavitud. Martin Luther King, pastor bautista, y otros líderes de las grandes campañas de derechos civiles de los años 50s y 60s se basaron en ellas para sus luchas. Las iglesias siempre han servido como centro de la comunidad afroamericana y son como una cuña de su vida social, de su lucha y resistencia. Por eso, muchos consideran estos incendios como una forma de terrorismo psicológico contra los negros. Se trata de un ataque al corazón de esta comunidad, a lo mas precioso y lo más propio. El racismo tiene raíces profundas en la sociedad norteamericana y se remonta a los siglos de la esclavitud, abolida sólo en el siglo pasado. Con frecuencia hay brotes de prejuicios, pero especialmente en tiempos de incertidumbre y de inseguridad económica. Entonces, la comunidad negra -como gente "diferente"- se convierte en chivo expiatorio de los problemas sociales. Ahora azota la inseguridad económica y los obreros han experimentado un descenso real del salario promedio durante más de 20 años. Por primera vez, los jóvenes de Estados Unidos no esperan vivir mejor que sus padres. Hay que cuestionar el sistema, pues el uno por ciento más rico es propietario de casi el 40 por ciento de toda la riqueza del país, pero no se quiere hacerlo. Es más fácil descargar la cólera en un objetivo más débil y más visible: los negros. Una familia blanca tiene, de promedio, once veces más que una familia negra. ¡Qué cruel paradoja echar la culpa a la víctima, sean los negros o los emigrantes. En el último año hemos visto las ola de persecución antiinmigrante en Estados Unidos, prejuicio fomentado, además, por los demagogos, como el gobernador Pete Wilson, quien, el año pasado, protagonizó la notoria "proposición 187" en California. De hecho, por la interposición de recursos legales, no se ha implementado esa proposición que pretende negar servicios sociales a los inmigrantes. Pero este proyecto de ley ha polarizado al estado de California y ha herido profundamente la sensibilidad de los latinos que viven en Estados Unidos. De la misma forma, los incendios de las iglesias negras han ofendido el sentido de dignidad de la comunidad negra a nivel nacional. Estos hechos nefastos han indignado a norteamericanos de todas las razas. Nunca han faltado quienes se solidarizaran con las víctimas de esta clase de barbarie. Blancos y de otras razas, cristianos y judíos, se han unido a sus hermanos negros en estos últimos meses para reconstruir los templos destruidos. Esta forma de solidaridad busca no sólo reconstruir las iglesias quemadas, sino sanar heridas y construir una comunidad multirracial, tan difícil en Estados Unidos. De hecho, en la lucha contra el racismo y su crueldad las iglesias han servido siempre como lugar de encuentro. En recuadro Tengo un sueño He soñado que un día, sobre las colinas rojizas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los que fueron sus amos, se sentarán juntos a la mesa de la fraternidad para compartir el mismo pan... Queremos adelantar el advenimiento del día en el cual todos los hijos de Dios, los negros y los blancos, los judíos y los gentiles, los protestantes y los católicos, podrán cogerse de la mano y cantar la letra de este viejo cántico negro: "¡Libres al fin! ¡Damos gracias a Dios todopoderoso, al fin somos libres!". Martin Luther King Noticias eclesiales Violaciones de derechos humanos en América Latina. Amnistía Internacional ha denunciado que, en 1995, se han cometido violaciones a los derechos humanos con casi total impunidad en países como Colombia, Brasil o Chile. En al menos dieciséis países de la región se han producido ejecuciones extrajudiciales y "desapariciones". Colombia (con al menos un millar de ejecuciones y más de 150 desapariciones forzosas) y Brasil, con "centenares" de ejecuciones fuera de ley, encabezan la lista. En una veintena de países, la práctica totalidad del continente, se registraron casos de torturas. Perú y Cuba son especialmente citados por su elevado número de "presos de conciencia". La democracia en República Dominicana. El jesuita dominicano Jorge Cela, que trabaja en el Centro de Estudios Sociales "Juan Montalvo", afirma que "el fortalecimiento de la democracia dominicana, que es débil como todas las de América Latina, pasa por el fortalecimiento de la sociedad civil. Sólo cuando hay una base social con conciencia democrátrica se es capaz de exigir a los gobiernos y a los instituciones oficiales". En Santo Domingo hay más de 1,300 organizaciones populares de todo tipo -mujeres, de barrio, territoriales, de jóvenes- pero su dispersión y debilidad hace que apenas se les tenga en cuenta porque legalmente no existen. "Nuestra labor, indica Jorge Cela, es acompañar a estos grupos para que vayan adquiriendo un peso específico en el diálogo social que se está creando, que puedan aportar su opinión en los procesos de reforma, y que la Administración los reconozca". Protesta contra "la Escuela de las Américas". La Escuela de las Américas, desde su fundación en 1946, ha entrenado a militares latinoamericanos, entre otros a dictadores como Noriega y Hugo Banzer. Hace pocas semanas, trece ciudadanos estadounidenses han sido condenados por un tribunal de Georgia por violar una ley que impide pronunciarse políticamente en territorio de bases militares. En una de ellas reprodujeron en sociodrama el asesinato de los seis jesuitas de la UCA, de Julia Elba y Celina. Lo hicieron el 16 de noviembre de 1995, en el sexto aniversario. Con ello querían protestar contra el papel que ha jugado la Escuela de las Américas en la represión en El Salvador. El informe de la Comisión de la Verdad, en efecto, responsabiliza de estos asesinatos a oficiales entrenados en dicha escuela. Además, el informe añade que casi tres cuartas partes de los jefes militares implicados en otras siete masacres fueron también entrenados allí. En concreto, tres de los asesinos y violadores de las cuatro misioneras norteamericanas, en diciembre de 1980, fueron alumnos de esa Escuela. Entre los trece convictos se encuentran un sacerdote Maryknoll, dos jesuitas y una religiosa ursulina de 74 años. Las sentencias van de dos a seis meses de prisión. El Padre Bischel, citando los Hechos de los Apóstoles, dijo que, aunque los lleven a la cárcel, "no podemos dejar de aproclamar lo que hemos visto y oído". En medio de una gran ovación terminó con una oración pidiendo que un día el juez Elliot esté del lado "de las fuerzas de la luz y de la vida y no de las de la oscuridad y de la muerte". Obispo de San Marcos difamado por terratenientes. Monseñor Alvaro Ramazzini, obispo de San Marcos, Guatemala, está siendo hostigado y difamado por los terranientes por la defensa que hace de los campesinos. En concreto, el obispo ha defendido las luchas de los que quieren reinstalarse en la finca Los Cerros. Los campesinos piden que no se les trate como "invasores" pues han vivido allá muchos años, y muchos de ellos allá han nacido. Monseñor Ramazzini es conococido en las llamadas Comunidades de Población de Resistencia. Con frecuencia las ha visitado, a veces tras ataques aéreos y terrestes por parte del ejército. Meditación sobre Jesús y el Espíritu (II) Como cristianos es bueno y necesario apelar al Espíritu, siempre que sea el Espíritu de Jesús y no cualquier otro. Siempre que no lleve a negar la carne y la historia de Jesús, como ha sucedido con frecuencia, sino que empuje a su seguimiento. Por eso hablar del Espíritu es necesario, pero es tambien delicado y hasta peligroso. Y comencemos con los peligros. En la actualidad existe en muchas partes, ciertamente en países como El Salvador, con la proliferación de sectas evangélicas y de movimientos eclesiales afines, una tendencia a recalcar la importancia del Espíritu. Esa tendencia puede ser peligrosa por unilateral, y porque se puede contentar con explicitar al Espíritu en palabras, oraciones, cantos y liturgias. No es que esto no sea importante, sobre todo como correctivo a una fe y a una vida eclesial frías y aburridas. Pero debe ir acompañado del seguimiento de Jesús, de su encarnacion en los problemas del país y de su implicación en ellos. Libertad y novedad Dicho esto digamos que el Espíritu de Jesús expresa dos cosas muy positivas, aunque también ambivalentes: la libertad y la novedad. "Donde está el Espíritu ahí esta la libertad", dice Pablo. "El Espíritu les introducirá en toda verdad", dice Juan. Pero esto hay que entenderlo bien. Por lo que toca a la libertad, ésta puede ser, como la libertad de Jesús, asumir personalmente y de forma humana nuestras opciones y prácticas, de modo que nada sea obstáculo para hacer el bien. Es la libertad de Jesús que da la vida sin que nadie se la quite. Es la libertad de Pablo que se esclaviza a todos para salvarlos a todos. Es la libertad de Monseñor Romero, libre para decir la verdad y desenmascarar la mentira, para ofrecer esperanza a los oprimidos y denunciar y exigir conversión, con total seriedad, a los opresores. Esta es la libertad que viene del Espíritu de Jesús. Pero hay que tener cuidado al hablar de libertad, pues ésta puede ser también mal usada, desnaturalizada. Esta libertad es "falsa" cuando se usa para liberarse de la responsabilidad hacia los demás, cuando es la vía hacia el egoísmo, a atesorar la libertad más como cosa mía y nuestra, que como lo que es para el bien de otros. Es "falsa" cuando se usa para salirse de la historia real, sus exigencias, sus riesgos, sus conflictos. Y es "falsa" por supuesto, cuando se transforma en libertad para engañar y encubrir, aunque se haga en nombre de la libertad de expresión, y cuando se usa para depredar, aunque se haga en nombre de la libertad de mercado, y cuando se usa para infantilizar, aunque se haga en nombre de la libertad de voto. Una libertad así entendida nos aparta del seguimiento de Jesús y llega a convertirse muchas veces en arma de sometimiento y opresión de los ricos contra los pobres, de los países poderosos contra los países oprimidos. Esta libertad no proviene del Espíritu de Jesús, sino que nos aparta de Jesús. Por lo que toca a la novedad que propicia el Espíritu, ésta es muy necesaria. No podemos vivir hoy, como cristianos, como si nada hubiese pasado en la Iglesia, como si el Vaticano II y Medellín no nos empujasen a la lucha por la juticia y la opción por los pobres (y no a que la Iglesia esté con los ricos), a la igualdad del pueblo de Dios dentro de la Iglesia (iguales son, en lo fundamental, teólogos y madres de familia, papas y sacristanes), al estudio de la palabra de Dios con la ayuda de las ciencias (sin infantilizar a los fieles con lecturas fundamentalistas). Bienvenido sea, pues, ese Espíritu que hace nuevas todas las cosas. Especialmente hoy, bienvenido sea el Espíritu de Dios que sigue apuntando a la utopía de los pobres: que es posible la vida, la dignidad y la fraternidad, el que nos sentemos juntos a una mesa con manteles largos para todos y que a nadie falte el conqué. Pero también hay que tener cuidado al hablar de la novedad del Espíritu, como si cualquier cosa rara y estrafalaria provenga de él. "Falsas" novedades pueden ser gritos histéricos, milagros supuestos, apariciones cada dos por tres, como si Dios no fuese el misterio santo que se hace presente en lo que todos pueden entender: el amor de una madre, la misericordia de grupos de solidaridad, la justicia de los profetas, y que se hace presente también, en forma escandalosa pero real, en el sufrimiento del pueblo, verdadero siervo sufriente de Jahvé. Y "falsas" novedades son, por supuesto, ofertas falaces que poco o nada tienen que ver con la fe cristiana: "hemos llegado al final de la historia", "la globalización es la solución". Sueños fantasmales anticristianos, gritos histéricos, la apoteosis de lo estrafalario no son la novedad del Espíritu de Dios. Mons. Romero: "Ustedes, una Iglesia tan llena de Espíritu". El Espíritu, sí, por supuesto, como el gran don de Dios, pues es espíritu de verdad y de vida, de justicia y de paz. Pero sin hacer de él, un nombre mágico que en el fondo nos aleja del Jesús de Nazaret que caminaba por Galilea dando una esperanza a la gente, que se enfrentó con ricos, políticos y sus sacerdotes, y que no se detuvo hasta llegar a Jerusalén a decir la suprema verdad sobre Dios y la sociedad y ser ajusticiado por los líderes políticos y religiosos de su tiempo. Por ello, si se me permite la metáfora, el Espíritu puede ser como una vitamina fortificante, pero puede ser usado también como droga alienante. Y decimos esto porque de todo ello da buenas muestras la historia. Por ello, cuando hablaba del Espíritu, solía recalcar Ellacuría que se trata del "Espíritu de Jesús", y así, en la misma formulación introducía la dialéctica fundamental de la vida cristiana: "Espíritu" y "Jesús", "novedad" y "norma", "viento" y "cimiento". El Espíritu es la novedad que sopla donde quiere para que no se anguilose la Iglesia. Jesús sigue siendo la norma y el cimiento sobre el cual construir la Iglesia. Y es que, aunque disuene hablar de "norma" en una reflexión sobre el Espíritu, hay que recordar que en Jesús hay algo de norma suprema, de camino fundamental que hay que recorrer. Eso es lo que podemos llamar el "sentido común cristiano" y que en la tradición se llama sensus Christi. Eso es lo que hay que buscar y encontrar en Jesús. Monseñor Romero a los campesinos de Aguilares, aterrorizados por los asesinatos y aberraciones que había hecho el ejército durante un mes en el que el pueblo estuvo sitiado miliatarmente, les dijo estas palabras: "Ustedes son una Iglesia llena del Espíritu de Dios". No se refería Monseñor con estas palabras a cantos ni novenas al Espíritu Santo. Se refería a la fidelidad, hasta el heroísmo y el martirio, en el seguimiento de Jesús, en la fidelidad a los ideales de justicia y liberación, en la solidaridad de aquellos campesinos unos para con otros. Jon Sobrino Renuncia del Inspector General de la PNC, captura de estudiantes universitarios y nueva amenaza terrorista La renuncia de Víctor Valle El jueves 20 de junio, los medios de prensa del país informaron que el Inspector General de la Policía Nacional Civil (PNC), Víctor Manuel Valle, había presentado su renuncia al Presidente Armando Calderón Sol, a partir del primero de julio de 1996. La noticia no dejó de provocar una cierta reacción de sorpresa en distintos sectores de la vida nacional, sobre todo por el motivo aducido por Valle para retirarse del cargo, a saber: una presunta falta de respeto hacia su persona por parte del Subdirector de operaciones de la PNC, Rolando García Los temores ante la renuncia de Valle pronto se hicieron sentir, especialmente porque con la misma estaba dejando el campo libre para quienes quieren hacer de la institución policial un lugar para sus fechorías. Y eso no podía dejar de ser preocupante, porque, en primer lugar, la PNC es una de las instancias más importantes formadas a raíz de los Acuerdos de Paz. Asimismo, sus responsabilidades en el mantenimiento de la seguridad ciudadana y el respeto de los derechos humanos son tan decisivas para el avance del proceso de democratización que no pueden ser socavadas por individuos o grupos que persiguen fines distintos e incluso opuestos a la naturaleza de la institución policial. Y, en segundo lugar, porque existen fuertes sospechas de que al interior de la PNC existen grupos e individuos no sólo proclives al crimen y a la delincuencia, sino con fuertes simpatías hacia el autoritarismo de derecha. Es decir, grupos e individuos con esquemas mentales y de comportamiento que los harían más candidatos idóneos para integrar los antiguos cuerpos de seguridad que para ser miembros de una institución diseñada para fortalecer un ordenamiento democrático. Combatir esas simpatías autoritarias y la proclividad al crimen y a la delincuencia al interior de la PNC es una tarea que no puede ser eludida por el Inspector General; pero ello requiere no sólo independencia, honestidad y valentía, sino un compromiso inclaudicable con los valores y reglas de la democracia. Víctor Valle ha demostrado no ser ajeno ni al espíritu de los Acuerdos de Paz ni a las exigencias de la democracia. Quizás ello explique las resistencias que ha encontrado en su desempeño al interior de la PNC. Con su renuncia, sin embargo, estaba facilitando las cosas a quienes le han entorpecido su trabajo y le han socavado su autoridad. Por todo eso, ha sido muy importante que el Inspector General haya reconsiderado su decisión; al parecer ha caído en las cuenta de las consecuencias nefastas que se pueden seguir de una inspectoría general en manos de alguien que se convierte en marioneta o cómplice de los desmanes de policías inescrupulosos. Pero no se trata de dejar todo en manos del Inspector General. Las instancias políticas del país -que dicen estar comprometidas con la democracia- deben dar un respaldo decidido a Valle no sólo en esta particular situación, sino en el desempeño cotidiano de sus funciones. También deben de hacerlo los grupos empresariales a quienes debe preocuparles que las bandas del crimen organizado y la competencia desleal de quienes viven de negocios ilícitos encuentren protección en la policía. Finalmente, el tener una inspectoría independiente y crítica es un asunto que debe preocupar al conjunto de la sociedad, la cual -a través de sus diversas organizaciones- debe apoyar el desempeño de Valle. El saneamiento, transparencia y legalidad de la PNC constituyen requisitos imprescindibles para hacer de esa institución un pilar de una sociedad mínimamente democrática. Es obligación de todos hacer resistencia a quienes quieren desvirtuar, con fines inconfesables, la naturaleza de la PNC. Captura de estudiantes universitarios Cuando ya todo parecía apuntar a que la serie de atentados dinamiteros ocurridos en el mes de mayo hallaban su origen en los conflictos al interior del partido ARENA, gracias a la «providencial» declaración de dos testigos claves fueron arrestados cuatro estudiantes, en teoría integrantes de la denominada «Voz Popular Revolucionaria» (VPR), por su supuesta participación en los atentados en mención. Con la captura, al parecer quedaron dos cosas claras: la primera, que la Policía Nacional Civil estaba en la capacidad de descubrir y desmembrar a los grupos paramilitares con motivaciones políticas que operaban en el país (se demostraba que, pese a las críticas, la PNC sí operaba eficazmente al margen de los intereses políticos que pudieran estar involucrados); y, la segunda, que toda afirmación de una fractura en el partido ARENA, de cuya expresión serían los ataques en contra de las propiedades del ex presidente Cristiani, era totalmente falsa. La autoría de los atentados no sólo no era responsabilidad de sujetos pertenecientes a la «línea dura» del partido, sino que recaía en individuos que, desde la versión de la historia oficial, siempre habían estado interesados en destruir el proceso de transición democrática del país. La reputación e integridad del partido ARENA y de los que ahora gobiernan quedaba así salvada. Pero, si bien a los capturados pudo habérseles encontrado panfletos, material de guerra o cuestiones similares, de ello no se desprende que sean culpables de los que se le acusa, pues entonces todo salvadoreño que poseyera tales cosas podría ser acusado de estar vinculado con los atentados. Las pruebas que se presenten deberán ser más que circunstanciales para poder decir que se está procediendo objetivamente y no apresuradamente por las urgencias de encontrar respuestas fuera del partido ARENA. Una nueva amenaza terrorista El proceso de transición salvadoreño es sumamente frágil e incierto. Esa fragilidad e incertidumbre cobran visos dramáticos cuando la amenaza del terrorismo de derecha vuelve a rondar la vida de personas comprometidas con el fortalecimiento de instituciones y prácticas democráticas. Así, el 26 de junio se hizo público un comunicado firmado por el grupo de extrema derecha «Fuerza Nacionalista -Mayor Roberto D'Aubuisson-» (FURODA) el cual, amparándose en las sombras de la clandestinidad, amenazó a varias personalidades democráticas del país, entre ellos a Mons. Gregorio Rosa Chávez, al P. Rodolfo Cardenal, a Francisco Elías Valencia y a Victoria Marina de Avilés. En la memoria colectiva de los salvadoreños todavía está fresco el recuerdo de los escuadrones de la muerte, los cuales hicieron del terror una profesión extremadamente eficaz para controlar la participación y el compromiso ciudadano con el cambio social. En el momento actual, el país requiere de voces críticas que tengan la honradez y la altura moral para señalar los obstáculos que se interponen en el avance de la transición. Son precisamente esas voces las que quieren ser silenciadas a partir de la estrategia del terror y las amenazas contra la propia vida e integridad personal. El terrorismo jamás ha contribuido y contribuirá al avance de la democracia. El terrorismo es la negación de la democracia, porque opera con mecanismos irracionalmente violentos. Desde este espacio de Carta a la Iglesias, expresamos nuestra condena más decidida a cualquier expresión de terrorismo que ponga en peligro la vida de personas valiosas e inocentes y que socave aún más nuestro proceso de transición. Asimismo, manifestamos nuestra solidaridad con los que han sido amenazados por el grupo terrorista FURODA y les animamos a no descansar en su compromiso por un El Salvador más democrático.