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Carta a las iglesias, AÑO XVII, Nº 372, 16-28 de febrero de 1997
Como cada año, el mes de marzo vuelve a traer a nuestro recuerdo agradecido la vida entregada al servicio de los demás por parte de mártires como Monseñor Romero, Rutilio Grande y Compañeros, y un largo etcétera. Pero en el presente año el ciclo litúrgico nos ofrece un simbolismo especial al cerrar este mes de martirios con las celebraciones de la Semana Santa y de la Pascua de Resurrección.
¿Por qué se puede hablar de un simbolismo especial? Porque, a los casi dos mil años de la muerte en cruz de Jesús y a los veinte años del martirio de Tilo y sus compañeros, se nos sigue señalando esa realidad tan profunda de que la muerte o la entrega de la vida por amor, tanto la de nuestros mártires como la del Siervo de Yahveh, genera nueva vida.
Es verdad que corren tiempos no muy favorables a la vida. Más bien la muerte, rápida o lenta, de las mayorías es la que hace su aparición continua en la realidad en forma de neoliberalismo feroz, de crimen organizado, de corrupción general, de lucha egoísta por el poder, de desprotección policial de los inocentes, de espíritu de venganza y revanchismo, de ineficiencia de la justicia, de ambición sin medida, de encarecimiento de los productos básicos, de desempleo, de violencia delincuencial, de falta de claridad crítica en una gran parte de la iglesia, de desencanto político, de pérdida del sentido utópico.
Y, sin embargo, en medio de, entre otras, estas formas de muerte Rutilio y sus compañeros son un llamado cuaresmal a nuestra sociedad para que ésta se prepare, favoreciendo y alimentando otras tantas formas de vida, a celebrar y hacer realidad el triunfo pascual de ésta sobre toda muerte. Muestra de ello es el material presentado en esta Carta a las iglesias.
Pero, ¿a qué retos de vida nos llama este misterio de vida entregada-muerte-Vida del Padre Grande y Compañeros?
Nos llama al desenmascaramiento de todo aquello que atenta contra la vida digna de las mayorías empobrecidas. Nos llama, en consecuencia, a desenmascarar que, a veinte años de aquel tristemente señalado 12 de marzo y después de una larga y desgastadora guerra, aquellos mismos grupos sociales a los que Rutilio recordaba su dignidad y sus derechos a organizarse y a participar de las decisiones nacionales y sociales, siguen marginados y no sólo no pueden participar significativamente en tales decisiones sino que tampoco cuentan para nada en las mentes y en los corazones de quienes detentan el poder. Por todo ello su pobreza y su miseria, más que disminuir, han aumentado ostensiblemente; y esto resulta mucho más insultante por cuanto que también la riqueza ha crecido para los pocos privilegiados de siempre.
Nos llama a la profundización en un sentido de iglesia-pueblo de Dios. Pueblo de Dios dispuesto a caminar unido, preocupándose y cargando cada persona con los problemas de los demás, compartiendo solidariamente todo lo que se es y lo que se tiene.
Nos llama a sentirnos Iglesia abierta a los problemas de nuestra sociedad, dispuesta a detectar y analizar la realidad nacional y social, libre y crítica frente a cualquier poder que no tenga clara preferencia y no opte, en sus medidas y actos de gobierno, por aquellos que siempre fueron los elegidos y especialmente amados por Jesús, los pobres.
Nos llama a saber celebrar y proclamar festivamente la Magnífica, es decir, lo maravillosa que es la acción de Dios, por medio de María y de todos los "pobres de Yahveh", en favor de los sencillos y de quienes a duras penas pueden levantar cabeza y en contra de los orgullosos, soberbios y bien asentados en el trono de su poder.
Nos llama a intentar transmitir del modo más inteligible y vivencial posible la buena noticia de Dios que hemos recibido y experimentado.
Nos llama a mantener la esperanza, fundamentada en la seguridad de que Dios se hace presente siempre en la historia y en la vida del pueblo y fundamentada también en la certeza de que Dios tiene grandes sueños e ilusiones sobre la humanidad, de suerte que ésta llegue a ser una gran familia, una gran comunidad en la que todos tengan su lugar en la mesa, en la que los manteles alcancen para todos, en la que todos tengan no sólo su taburete sino también su tortilla y su conqué.
Estas son las grandes señales de vida que la Pascua de Jesús y la de Rutilio y Compañeros nos llaman a ir poniendo. Gracias por este llamado.
ARENA y el Ministerio del Interior versus el FMLN
Las encuestas de opinión
Bien hechas y bien pensadas, las encuestas de opinión pública son un instrumento privilegiado de diagnóstico social. Esto lo saben no sólo los cientistas sociales, sino también los empresarios y los políticos. Para estos últimos, en épocas electorales, el conocer su impacto social se vuelve una necesidad imperiosa, lo cual se hace patente por la proliferación de sondeos de opinión y las readecuaciones publicitarias que van haciendo en respuesta a los resultados de aquéllos.
En nuestro país, las encuestas de opinión pública de mayor peso han sido las realizadas por motivaciones sociológicas y psicosociales, de cuyos resultados -tras esperarlos ansiosamente- se han servido los políticos para tener clara su aceptación o rechazo por parte de la sociedad.
Este fue el modo clásico de proceder hasta el momento en que aquéllos, sin dejar de prestar atención a los sondeos de naturaleza más académica, decidieron impulsar sus propias investigaciones, ya sea montando improvisados centros de recolección y análisis de datos, ya sea contratando a firmas espúreas para que les hicieran el trabajo.
Este proceder ya ha hecho sentir en el país sus resultados nefastos para la credibilidad y confianza en los datos obtenidos a través de sondeos de opinión. Y ello por la sencilla razón de que aquéllos, sin tener la formación técnica y científica necesaria para hacer el trabajo, sometieron la información recabada a una manipulación imperdonable favoreciendo los intereses de quienes pagaron la investigación.
Así, de pronto, se hizo normal encontrarse con noticias de prensa en las cuales determinados partidos políticos tenían, según sus datos, un índice de aceptabilidad que ni de lejos guardaba alguna similitud con los datos presentados por centros de investigación de reconocida trayectoria académica. De ese modo, la confusión no se hizo esperar, y tampoco la merma en la credibilidad en las encuestas de opinión pública en general.
A propósito de la actual coyuntura electoral en nuestro país, a aquella confusión inicial de la encuestas se ha sumado una práctica mucho más sucia: difundir resultados falsos o atribuir resultados inverosímiles a instituciones serias que los desconocen absolutamente. Es como si la campaña electoral estuviera siendo concebida como una guerra sin cuartel, en la cual todos los medios utilizados son vistos como legítimos si contribuyen a la derrota del enemigo.
La utilización de nombres y datos falsos, con el objeto de hacerse aparecer como la alternativa política más aceptada por la población, sería parte de esta lógica perversa. Al igual que lo sería la confusión generada por ello, puesto que en el desconcierto sembrado por el caos de datos y cifras, un posible fraude no podría ser cotejado con la información generada por las encuestas de opinión.
El Ministro del Interior y ARENA
se enfrentan al FMLN
El pasado 13 de febrero, el Ministro del Interior, Mario Acosta Oertel, presentó ante la Fiscalía General de la República una demanda por difamación en contra del jefe de campaña del partido FMLN, Facundo Guardado, quien días antes había manifestado que el Ministro importó al país varios automóviles sin pagar impuestos, valiéndose de su franquicia. Acosta Oertel sostuvo que las declaraciones difamatorias por parte de Guardado se produjeron luego de que, el 8 del mismo mes, el Ministerio del Interior denunciara que en la campaña política del FMLN se estaban utilizando recursos de algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONGs).
Ambas declaraciones llaman la atención por sus dudosos fundamentos. Primero, el Ministro del Interior acusa a 17 ONGs de desviar fondos y recursos materiales para apoyar a algunos partidos políticos -entre ellos el FMLN-, argumentando que tal actuación viola la Ley de Fundaciones y Organizaciones sin fines de lucro aprobada recientemente por la Asamblea Legislativa. Según las declaraciones del funcionario, las ONGs deben cumplir la razón de ser que sustenta su creación, pues de lo contrario incurren en actividades ilícitas. Sin embargo, aproximadamente una semana después de presentada la acusación, la Fiscalía General de la República expresó no haber recibido una denuncia formal por parte del Ministerio del Interior. ¿Habrá que entender entonces que no había pruebas suficientes para respaldar tal acusación? De ser así, ¿cómo se justificaría que un Ministro califique de ilícita la actividad de 17 instituciones ante los medios de comunicación?
Acosta Oertel expresó que fiscalizaría los fondos de las organizaciones, "ya que hemos dicho que las ONGs son para llevar bienestar a las comunidades donde los programas de gobierno no han llegado". Ante tal declaración, cabría preguntar al Ministro por qué pretende controlar los fondos de los organismos que no dependen económicamente del gobierno y que -por eso mismo- se denominan justamente no gubernamentales. ¿Será que para el Ministro las ONGs son autónomas a la hora de "llevar bienestar donde los programas de gobierno no han llegado", pero no a la hora de apoyar al partido político de su preferencia? ¿No estarían las 0NGs en su derecho de apoyar al instituto político que prefieran, de la misma forma en que lo estaría cualquier empresa privada que decidiera hacerlo con el suyo? ¿No son los donantes a quienes correspondería fiscalizar los fondos que otorgan y decidir si éstos pueden o no utilizarse con fines políticos?
Pero lo que hace aún más llamativa la declaración del Ministro es que ella ocurrió cuatro días después de que dirigentes del partido ARENA denunciaran ante los medios de comunicación que varias ONGs desvían fondos para la campaña del FMLN. Esta denuncia por parte de los areneros se produjo luego de la publicación de algunos datos de encuestas de opinión que los situaban por debajo del principal partido de oposición. Los dirigentes de ARENA revelaron también que existen otras fuentes de financiamiento de la campaña de su principal adversario político, tales como: el gobierno cubano, algunas organizaciones de izquierda de Canadá, el Comité de Solidaridad con el pueblo de El Salvador (CIPES) e incluso bandas delictivas. La respuesta de ARENA ante los resultados de las encuestas no es de extrañar, sobre todo tomando en cuenta la actitud confrontativa que en estas elecciones ha tomado el partido oficial; parece lógico que, frente al "peligro" de la derrota, los areneros intenten recuperar los votos que podrían creer perdidos; lo condenable del caso, empero, es que para lograrlo quieran valerse de cualquier artimaña o calumnia.
Las acusaciones de ARENA, publicadas en la prensa hace más de quince días, parecen no estar apoyadas en pruebas consistentes, ya que nada más se ha dicho en torno a ellas desde entonces. Igual destino parecen haber tenido las acusaciones del Ministro del Interior de las cuales no se sabe nada hasta la fecha. De lo anterior surgen nuevas preguntas: el hecho de que las denuncias por parte del Ministerio del Interior se dieran días después de publicadas las de ARENA ¿fue simplemente una casualidad?, ¿por qué no hay en el gobierno quién se preocupe por fiscalizar los fondos con que ARENA financia su campaña?, ¿o será que apoyar la campaña de ARENA es legal pero hacer lo mismo con la del FMLN no lo es?
Por otro lado, la denuncia que Facundo Guardado pronunció en contra del Ministro del Interior, en la cual acusa al funcionario de utilizar ilícitamente su franquicia para importar automóviles sin pagar impuestos, resulta también bastante cuestionable, debido a la falta de fundamentos que la sustentan. Acosta Oertel respondió ante la acusación argumentando que, efectivamente, hizo uso de la franquicia del Presidente de la República para introducir motobombas y automóviles al país, las primeras destinadas al Cuerpo de Bomberos y los segundos, cuyo número no especificó, para hacer efectivo un donativo a la Dirección de Correos de parte de la Unión Postal Universal. El Ministro dio a Guardado "24 horas para probar sus declaraciones"; después de ese plazo, hizo efectiva una demanda al dirigente del FMLN por difamación. Guardado, por su parte, bromeó al respecto, restándole importancia a la reacción del Ministro.
La falta de pruebas que sustentaran la acusación lanzada por Guardado, además de dejarle en evidencia, le costó a éste último una demanda penal. Sin embargo, al demandado pareció no preocuparle el hecho en lo absoluto. Tal despreocupación podría explicarse si suponemos que Guardado se tomó la libertad de lanzar acusaciones en contra de un funcionario habida cuenta de la ineficacia del sistema judicial salvadoreño. Pero, de ser así, ¿donde quedan la ética y la seriedad de los políticos de izquierda?, ¿ es que también ellos creen que ejercer políticamente los faculta para hacer cualquier acusación sin importar que ésta tenga o no suficiente fundamento?
La actual coyuntura política parece no contradecir en nada al editorial del número 746 de Proceso en el cual se asemeja la campaña electoral a "una guerra sin cuartel" que admite cualquier medio para "derrotar al enemigo". Tal vez algunos políticos de nuestro país han confundido democracia con competencia política desleal. Así, cualquier cosa puede ser dicha sin importar si su propósito es la difamación. Por lo tanto, asumir con responsabilidad lo que se expresa en público, pierde sentido.
Quizá nuestros políticos no han advertido que esa falta de seriedad no solo no contribuye en nada a la democratización, sino que favorece el descrédito que ante la ciudadanía ha adquirido la clase política. O, quizá, no les ha sido posible abandonar los antivalores de la confrontación asumidos en las décadas pasadas. Se dejaron las armas, pero nuevas y estilizadas maneras de combatir al adversario están creándose.
15 de agosto de 1976
Animación de la eucaristía por el P. Rutilio Grande.
1. Inicio-saludo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...
Nos hemos cruzado con la cruz del Señor nuestro cuerpo, como signo de historia, caminando detrás del Señor que está aquí colgado, símbolo de cómo murió por un compromiso del seguimiento de su misión al servicio de los hombres.
2. Reconciliación
¿Cómo va nuestra misión en cada comunidad? ¿Cómo va nuestra misión de servidores de los demás allá donde estamos en el cantón? Yo mismo me pregunto, y todos los que estamos trepados aquí arriba nos preguntamos: ¿Cómo vamos en el servicio a los demás?
Un examen sincero, pues, de cómo estamos siguiendo al Señor en la contrucción de su Reino. Vamos, pues, humildemente a guardar unos segundos de silencio...
Las deudas que tenemos en la misa de todos los días en que batallamos por construir un reino en este mundo, un mundo mejor, un mundo en el que reine lo que vamos a compartir en esta Eucaristía y en la atolada de la Fiesta del Maíz; hoy el Día de María de la Asunción, día de la Mujer campesina, Fiesta del Maíz en nuestra comunidad.
Reconozcámonos, pues, pecadores porque tenemos fallos en el seguimiento del Señor.
Humildemente cantemos todos.
Mientras el coro canta la estrofa todos en silencio, hasta que termine el coro, después gritamos todos al Señor. Y nos arrepentimos pidiendo perdón a los hermanos y a Dios presente en ellos.
Coro:
Porque hay amor que se queda en palabras...
Porque hay niños que están sin hogar...
Porque los hombres se matan y mienten,
Porque se ciegan y olvidan amar...
Pueblo: ¡Señor, ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros...!
Si tenemos voluntad de cambio, si queremos levantarnos de nuestros egoísmos, de nuestras debilidades, de nuestros fracasos, de nuestras faltas de confianza o de debilidad en el seguimiento del Señor; si estamos, pues, con voluntad de cambio...
Dios nuestro Padre, tenga misericordia de nosotros...
3. Oremos todos
Y ahora, con toda la Iglesia universal, oramos.
—Oramos con todos nuestros cantones y caseríos...
Oramos con las comunidades del campo y la ciudad...
—Oramos con toda la Iglesia universal que en todas partes se está poniendo ya en camino, en pequeñas comunidades...
—Oramos con los obispos que ayer fueron expulsados del Ecuador, Monseñor Proaño y los obispos fieles al Señor...
—Oramos con todos los perseguidos del país por el nombre del Evangelio...
—Oramos con todos aquellos que luchan por un mundo mejor.
En esta fiesta de la Mujer fiel a la Palabra de Señor, oremos: (oración cantada)
Nos sentamos para escuchar el canto que nos ayuda a comprender la Palabra de Dios.
Coro: ¡Tu Palabra me da vida...Tu Palabra es eterna!
4. Proclamación
¡Proclamación de la Buena nueva según San Lucas:
Capítulo 1o., verso 39 en adelante lo hallarán!
Homilía.
Hermanos, la Palabra de Dios está servida abundantemente en este día en que celebra la Iglesia universal a esta mujer llamada María, a quien llamamos Madre de la Iglesia, porque humilde, porque servidora de los demás.
Y qué feliz coincidencia, en este día celebramos la Fiesta del Maíz.
Y nosotros hemos querido celebrar a la mujer campesina, la quintaesencia de nuestro pueblo que es la gran mayoría campesina, y de esta ciudad donde mucha gente ha venido del campo a hacer sus cachas en el comercio, o en los tenderetes que tienen por ahí en el mercado.
Hoy, pues, Día de la Virgen Madre, Día de la Mujer campesina en nuestra comunidad, y en la Fiesta del Maíz, al celebrar la Eucaristía, está abierta la Palabra del Señor para que se le suelte la lengua a estos hermanos nuestros.
No pueden trepar todos aquí... ¿Y cómo es que no está aquí ninguna mujer?
Así es, no podemos trepar a todas las madrinas aquí. De suyo, son como veinticuatro; algunas han llegado tarde.
Tal vez están por allá las pobres, perdidas, pero no pueden caber; además, en este país del machismo, hoy son los hombres los que quieren cantar a la mujer.
Tal vez, pedir perdón, y en fin, enfocar la figura de la mujer en la vida de la Iglesia al servicio del mundo.
Oigamos, pues, a estos hermanos nuestros.
Y en primer lugar a este hermano nuestro de una comunidad. Están tomados de comunidades de distintos puntos cardinales.
Aquí están representadas puños de comunidades del campo.
Vamos pues a oír a este hermano nuestro.
Entre estos hay algún hermano que ha dejado de ser capataz por el Evangelio.
Prefirió dejar su cargo por el servicio del Señor, ¡verdad! Porque veía que no podía ser capataz y servidor de sus hermanos, de esos hermanos nuestros.
¡Hay quien eso ha tenido que hacer!
(Intervenciones de Campesinos.)
Concluye el P. Grande
Queridos hermanos: no he querido alargar demasiado las cosas y apenas había pensado hablar, pero creo que es una ocasión tan grande del año ésta, que no puedo menos de concluir con estos hermanos nuestros que acaban de hablar.
Quiero decirles, además, unas cositas...
5. Significado del Magnificat
Siguiendo esta oración tan bella o este canto de María, que lo llamamos la Magnífica, y que venden allá en canastas, en unos folletos a la puerta de la Catedral o en las grandes... iglesias por ahí... probablemente en Chalatenango... Los que tienen cerradas las iglesias están vendiendo la Magnífica... ¡verdad!
Pero no se dan cuenta lo que es la Magnífica.
La Magnífica es algo explosivo.
Creen que es, por lo visto, para cuando "se le ha perdido la vaca a uno, entonces, rece la Magnífica"... Cuando tengo que ponerle un mal a la no sé qué mujer, que anda persiguiendo a mi hombre, voy a rezar la Magnífica...
—Voy a comprar en la Catedral; dicen que allí la venden en un folleto...
¡Pero, hombre, no!
Si la Magnífica es lo más terrible que hay. MAGNIFICA quiere decir en latín la oración por excelencia de María. Porque salió de sus labios... porque dijo ella, "engrandece mi alma al Señor"; es decir, que aquella mujer trepada en la montaña se le soltó la lengua como se les ha soltado a nuestros hermanos del campo.
Y allá comenzó a decir esta bella oración, que ojalá no la ocupemos, como digo, para encantar serpientes, ni para cuando se nos pierde la vaca, ni para ponerle el hechizo a no se quién ni que vayamos a comprarla por ahí en unos folletos... Sino que está aquí en la... (muestra la Biblia), en el Evangelio.
6. Historia y sentido actual de la Magnífica
María, ya han dicho muy bonitamente los hermanos, es la servidora, porque cuando la Chavela dice que oyó la voz, al llegar allá a la casita de la prima, le quiso dar... ¡vamos!, "¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a verme?". Y ya andaba buscando un anda para irla a pasear por el pueblo de Ain Karim, ¡verdad!
Pero, ¡María...!
-¡Ah, no, Chavela! Yo soy la servidora del Señor. De modo que todo lo grande que ha hecho en mí el Poderoso, es por aquel Señor.
Y comenzó aquella su oración bellísima:
Mi alma alaba al Señor y mi corazón se alegra en Dios mi salvador, porque Dios ha tomado en cuenta a su pobre sierva, y desde ahora la gente de todos los tiempos me dirá feliz.
Es decir, es la que ha sido elegida por los siglos como Reina, como la mujer bella y tipa. Porque no le irán a tomar medidas de cintura de avispa, ni ha comprado votos de esos que mercan por ahí, en las fiesta y allá en el hotel Sheraton. Y sigue...
Porque Dios ha tomado en cuenta a su pobre sierva y desde ahora la gente de todos los tiempos me dirá feliz, porque el Dios poderoso me ha dicho grandes cosas. Su nombre es Santo. Siempre tendrá misericordia de todos los que tienen temor.
¿Por qué? Porque hay gente por ahí, muy de colmillo, que no le tienen temor... ¡No le tienen temor a Dios!
... Obras poderosas ha hecho el Señor en mí...
¡Ya lo comentamos...!
-¿Y cuáles son ésos que no tienen temor a Dios?
Los que han denunciado aquí nuestro padre y nuestros hermanos; los que se levantan por la mañana persignándose: (haciendo como que se santigua)
-¡En el nombre del café, en el nombre del café y en el nombre del café...!
-¡En el nombre de la caña, en el nombre de la caña y en el nombre de la caña!
Lo he dicho otras veces, pero hay que repetirlo hasta la saciedad. A los poderosos los hizo destrepar de sus puestos; a los autosuficientes, ¡porque tienen dioses aquí! Y a los humildes los levantó; los trepó a los humildes.
A los que tenían hambre los llenó de bienes, y a los ricos de corazón perverso que no quieren atol para todos, sino para ellos nada más... Que quieren el gran guacalón para ellos, pero no quieren compartirlo con los hermanos en esta Eucaristía de la fraternidad... A esos bárbaros, ¿verdad?, dice:
-... a los que tenían, a esos soberbios, los destrepó, a los ricos los dejó ir con las manos vacías, por caínes, por crueles, porque son esos ingratos de la ANEP.
Ayudó a la nación de Israel, su siervo...
No olvidó tener compasión, según sus promesas, a nuestros padres, a Abraham y a su familia para siempre...
María se quedó con la Chabela como tres meses y después regresó a su casa.
Se quedó... aquí no lo dice el Evangelio, pero hay que interpretarlo. Iba a tener un niño, estaba embarazada la Chabela, y María tenía que ir por la leña, ir por el agua, lavarle los trapos del viejo Zacarías y de la anciana Isabel. Allá se estuvo en vez de ser paseada por toda la comarca.
¡Miren bien quién es María nuestra Madre, nuestro modelo en el caminar detrás del Señor en la Iglesia!
7. Felicitaciones a las comunidades
Y perdónenme, pues, que les felicite en la Eucaristía, por tantas cosas buenas.
Felicitaciones a todos los hermanos, porque nos llegan noticias de todas partes, que la fe de muchos entre ustedes en sus comunidades, en la parroquia y en el país, no es vana.
La fe se expresa en acciones, según el lenguaje bíblico. ¡La fe no vale sin...! Hay un cantar por ahí, que dice "no basta rezar". ¡Cuidado!, nosotros no hemos dicho que "no hay que rezar". ¡No basta rezar! Así, pues, que la mera intelección, la mera comprensión, el mero entender la Palabra no basta. La palabra ahí es cómo se verifica, es decir, cómo se ve si es plata lo que tengo, en la acción, según la Biblia.
Así que ¡felicidades a todos, hermanos! Felicidades, porque el evangelio va estrechamente unido a la vida. Lo han bajado ustedes. Lo vamos a oír después en los cantares; lo hemos oído ya en el lenguaje de nuestros hermanos... Y lo oiremos también en la misa que seguirá allá en el tablado, en el cantar que anuncia y denuncia. Buenas noticias nos llegan, pues, y comentarios.
Nos alegramos porque fue desde el comienzo nuestra preocupación en la misión inicial y sigue siéndolo en la misión que nunca termina.
8. La identidad del cristiano
Hermanos queridos, ésta es nuestra identidad: cristianos somos, sólo si seguimos al Señor.
Las motivaciones de Jesucristo son nuestras motivaciones profundas, las que El tuvo, los valores del Evangelio. Esas motivaciones internas que El tuvo, nosotros queremos tenerlas en nuestro caminar, aunque cuesta.
Cuando nos organizamos, cuando nos metemos en una organización del campo, esas motivaciones están siendo el motor de nuestro caminar por la parroquia y por las comunidades del país. Las motivaciones profundas del Evangelio: queremos un mundo nuevo. Todo lo que vaya saliendo como fruto de la obra global de esta parroquia debe llevar no solamente la etiqueta de cristiano, como una cobertura, sino ha de ser la raíz profunda de su validez y de su ser, es decir, de la obra global de la parroquia, de nuestra comunidad, del enjambre de comunidades del campo y de la ciudad. Ustedes, el que le habla y todos los que están aquí trepados, somos corresponsables. Por eso el mensaje del Corpus y de estas grandes fiestas, es: ¡Cristianos, la parroquia somos todos!, no los adobes ni las paredes del templo. Todos somos corresponsables.
9. Puntos a insistir
Amigos míos pues, les pido yo a todos ustedes: nada de descuidar, ni minimizar, ni despreciar en este proceso global lo que estamos haciendo a diversos niveles.
1) Los niños que van entrando en la comunidad eclesial, por el compromiso de sus padres. Ojalá que las charlas bautismales se tengan a cabalidad. ¿Para qué? Para que los tatas vayan viendo qué es eso de seguir a Jesucristo, según el modelo que también la mujer, María, nos presenta en la Magnífica. Adelante con esas charlas bautismales, bien llevadas, bien filtradas. Y los delegados, bien agujas, estén al frente de esas cosas: la catequesis renovada de los niños.
Miren bien, en cualquier régimen que encuentren por ahí, verán cómo se peleian a los niños, porque son grabadoras tiernas, y hay que ir orientándolos según los modelos y valores del Evangelio, y eso es el compromiso de los papás.
No anden buscando a la niña Tancha.
¡A ver, la niña Tancha para que les enseñe el catecismo a los niños!
¡Usted papá!, ¿para qué se comprometió al casarse con su Juana?
De modo que el modelo es esta mujer-madre, esta mujer de quien se enamoró Dios. Así que, la catequesis renovada.
2) Las Celebraciones de la Palabra en la propia comunidad. Es el eje y centro del dinamismo cristiano en cada cantón y caserío, y de todas las obras que se promuevan, incluída la organización, que no tendrán sentido para nosotros sin los valores cristianos. De modo que esto ha de ser la Celebración de la Palabra de Dios en cada comunidad, en cada caserío. Allí quiero que pongan un verdadero interés.
¡Consecuencias que se siguen de esto!
-Tienen en cada comunidad importancia primordial, y debe apoyárselas y hacer todo lo posible para que estas Celebraciones de la Palabra salgan bien. Participen todos aquellos que tengan voluntad de cambio y que tengan un corazón humilde y sincero para renovarse ellos mismos y renovar sus comunidades y el país, en una cadena de comunidades organizadas.
-Por lo tanto, otra segunda consecuencia es: ¡Cuidado!, hay que fortalecerlas, nunca desplazarlas, o sustituir las reuniones de la Palabra de Dios, aunque se tengan otras reuniones también importantes.
-Ruego pues, que los delegados, los coordinadores y preparadores de las mismas sean realmente gente que ustedes elijan de lo mejor que tengan; durante un período permanente y prolongado; a quienes ustedes den su confianza para dinamizar todas las obras que de allí salgan, y que sean responsables ante la comunidad, como lo previmos en las misiones ya desde el principio.
-Ustedes eligieron gente para que estuviera durante un tiempo al frente de algo que es como la matriz de toda la obra global de la parroquia. Por lo tanto amigos, no se puede jugar con cargos de elección comunitaria de la que depende la vitalidad de la Iglesia en cada caserío o cantón.
3) Yo les pido que se esfuercen por el estudio profundo de la Sagrada Escritura. Hay cursos aquí en la parroquia a los que se convoca: Sagrada Escritura en su proceso global de historia de salvación. No como los protestantes que toman de aquí y allí, pues, cositas aisladas. Esos fundamentalistas que andan allí peleando que si la Virgen tuvo ocho hijos o uno. ¡Qué me interesa a mí eso! O que si hay que comer gallina con sangre o sin sangre... ¡ ¡No! la historia de Salvación de un pueblo que está en la Biblia y que es, al culminar en Jesús, normativo para nosotros. Con unos valores profundos en esta lucha que llevamos de construir una sociedad mejor, un país, en estas celebraciones unidas a todo lo que va saliendo de bueno.
Esos estudios los promueven en la parroquia hermanos de ustedes: sacerdotes y hermanos seglares. Esos estudios van unidos a una reflexión profunda con situaciones reales del acontecer local y nacional del país, para poder actuar.
4) Respecto a los diversos carismas, yo les pido también un respeto. Tan importante son los músicos que nos cantan sus coplas con mensajes -unos mensajes de cambio, de valores nuevos- como importante es el humilde campesino que trae las bancas y las coloca para la celebración, o la humilde campesina que aplaude las tortillas, en un aplauso a las obras de la parroquia. Importante también son los otros carismas que hemos enunciado.
10. Precauciones
Algunas tentaciones que yo veo como posibles en nuestra comunidad. Es decir, que vuelva a aflorar el caciquismo individual o grupal, contrarios al método misional que nosotros encomendamos y aprendimos juntamente con ustedes.
Esto sería "antidialógico".
¿Qué quiere decir eso, padre?
Romper el diálogo... Eso sería allanador.
Los humildes adoradores del Santísimo han dado, en su ancianidad, un ejemplo de cambio que yo admiro.
Yo estoy dispuesto a besarles los pies, porque siendo de edad avanzada han tolerado el trote de este avance del Evangelio con un corazón bien dispuesto, e incluso, se han acomodado a la renovación de la parroquia y han abandonado aquellas formas que tuvieron de allanar, algunas veces, sin quererlo.
Otra tentación que yo preveo es cierto fanatismo de entre los mejores que nos lleva a ser sectarios y dogmáticos. Triste ejemplo de algunas sectas protestantes.
Así pues, en el alma nuestra está un catolisismo popular que no podemos despreciar así no más, sino que tenemos que purificar. Algunas veces, sencillamente lo tenemos que enrumbar y valorizar con el Evangelio.
11. La ecucaristía, quintaesencia del cristianismo
Y entre todas las cosas, para ir terminando, la vivencia exterior de nuestra fe pasa en la Iglesia por la Eucaristía. Desde los comienzos de la Iglesia primitiva es la quintaesencia de nuestra fe comprometida como servicio al mundo. Es la celebración de la muerte y la resurrección del Señor.
No es tomar un pan como se toma un marquesote. Es un proceso que viene de la vida, atraviesa por estos signos exteriores y va a la vida.
Es un proceso que no se detiene aquí entre nosotros. Tan eucaristía es esto como la vida del cantón, como la vida en el trabajo en la tienda, como la lucha por los derechos humanos allí en el caminar de la parroquia. Tan eucaristía es esto, como la organización bien llevada.
Pero los valores se vivencian y se manifiestan aquí sin ninguna vergüenza. Se proclaman los valores del Reino al levantar la copa y al levantar el pan de Alguien que en el seguimiento de esos valores quedó triturado.
Así, mis amigos, yo les digo que esto será el distintivo de aquellos que se vayan comprometiendo. Haber entendido la esencia de la eucaristía como quintaesencia de los valores cristianos: la vida, la muerte, la resurrección del Señor. Es decir, ese cambio profundo de morir a uno mismo y hacer salir lo nuevo que tranforme la humanidad.
Consecuencia, amigos: nunca hemos dicho aquí "no hace falta rezar"; sí hemos dicho "no basta rezar". Y así hemos dicho de la eucaristía.
No basta con venir aquí con ritos carentes de sentido, como si fuera a tomar un marquesote en la boca y salir por ahí a rezar la Magnífica para encontrar un buey. Eso es detestable, es una caricatura de la religión.
La vida es Eucaristía. Hemos dicho que todo eso está vinculando el Evangelio a la vida.
12. Conclusión
Yo quisiera mis amigos, pues, que en estos momentos reflexionáramos sobre muchas cosas.
Estamos a punto de hacer un paro en nuestro quehacer parroquial, a los cuatro años de haber llegado acá, y de haber entrado en un dinamismo. Un paro para una evaluación sincera en que nos ayudarán otros hermanos mayores venidos de otras partes. Un paro para reflexionar, para ver qué es lo bueno que tenemos que seguir, qué cosas tenemos que evitar para que esta obra tan colosal que ustedes con la ayuda de Dios y con nuestro humilde servicio, pues, estamos tratando de llevar.
Ojalá que esta Eucaristía y esta Fiesta nos haga reflexionar.
Y con estos pensamientos, mis queridos hermanos, quisiera poner sobre el altar lo que ustedes traen de acción de gracias por estos cuatro años.
13. Ofertorio
Vamos a la procesión de ofrendas, -las madrinas van a ir allá- y vamos a ir señalando todo lo que significa en nuestras vidas.
-El Popol Vuh, ¿qué será eso, padre...?
-Es la Biblia de los indígenas. Ellos también tenían su Biblia. Aquí vamos a leer un trozo -¡a ver, padre Chamba!- del Popol Vuh.
Habla el padre Chamba.
Escuchen un librito muy antiguo que escribieron por allá los mayas y los quichés, y que vivían nuestros indios paisnales y nuestros indios pipiles.
Dice así el trocito de aquella biblia de entonces:
El gato de monte y el coyote, el chocoyo y el cuervo, estos son los cuatro animales que dieron la noticia de las mazorcas amarillas y de las mazorcas blancas.
Les dijeron que fueran a Patxil y les enseñaron el camino y así entró el Maíz en la formación del hombre por obra de los progenitores.
Y de esta manera se llenaron de alegría porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites. Abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas; abundante en zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos habían en aquella tierra de Patxil.
Sigue el P. Grande:
Esto es lo que venimos celebrando desde allá lejos.
Vamos a ofrecer al Señor toda nuestra vida que hoy representamos en el Maíz, que es nuestra vida y nuestra sangre.
14. Presentación de ofrendas
(El Popol Vuh, orlado de plantas de maíz. Mazorcas, elotes, atol y azucar. Adornos hechos de la planta de maíz. Pan, vino y colecta)
El Coro de Potrero Grande -varios de sus miembros hoy asesinados- canta:
Bendito seas, Señor, por este pan y este vino, fruto de la tierra y del sudor del campesino.
-El pueblo responde cantando:
¡Bendito seas por siempre, Señor...
Bendito seas por siempre, Señor!
El P. Grande comenta:
Aquí vienen nuestras madrinas, que son servidoras en su comunidad y por eso reinas.
¡Por eso Reinas, porque servidoras, por humildes!
Porque no tienen pena de echarse un tercio de leña a la cabeza, para servir a su Juan, su compañero que también está tareyando. No tienen pena ni se avergüenzan de levantarse de madrugada y encienden su candil, como la mujer de la Biblia, para tortillar, y se oye el tortilleo en todo el cantón.
Estas mujercitas pues, son verdaderamente reinas, porque madrinas porque servidoras. Traen la Biblia de los indígenas que en definitiva es nuestro proceso. De eso vive nuestra gente.
Coro y pueblo cantan la misma aclamación anterior.
Prosigue el P. Grande:
"¡Ay, padre, cuánto nos ha costado esta atolada!". Pero, así es el pobre. Así es el humilde, de lo poco que tiene da para la atolada. Les vimos ayer bajar. ¡Pero si se les ha secado la milpa por la lluvia! Pero... ¡si no tienen sino un pedregal! ¡Eso no importa! Unidos en comunidad bajaron su maíz. Y eso lo vamos a gustar en la fraternidad compartida. Nada más nos piden ellos que les demos unos centavitos para pagar el azúcar que ellos sudan, pero que se ha trepado por las nubes como las demás cosas. Aun así comparten.
Están anunciando valores, y están denunciando un mundo injusto que no les deja ni siquiera la rama de un conacaste como a las chiltotas para vivir y cantar.
Coro y pueblo cantan por tercera vez la aclamación.
El P. Grande:
Hermanos, oren para que esto que ofrecemos sea agradable a El, que es nuestro Padre...
Contesta el pueblo y el P. Grande retoma en oración semitonada:
Al presentarte Señor estas ofrendas, la humilde tortilla, hostias de nuestro pueblo; el maíz, sudor de nuestra gente en su proceso vital desde la siembra hasta la cosecha, desde el logro de un guatal aunque sea un un pedrero, hasta traerlo a lomos propios, en cebadera o matata hasta el rancho...
Estos dones, Señor, ofrecidos junto al pan que eres Tú, Pan de Vida, queremos que sean para nosotros una provocación, un compromiso de seguimiento sincero en construir un mundo más humano, más fraterno en el que no abunden los caínes, tantos hermanos nuestros sin entrañas, ricos de corazón poderoso y autosuficiente, enemigos de Dios porque enemigos de los hombres.
Que todo esto, Señor, al presentártelo por Jesucristo nuestro Señor, sea para nuestra salvación.
Te lo pedimos por El, que vive y reina hoy y siempre y por los siglos de los siglos.
Canta el coro: ¡Amen!
¡El Señor esté siempre con ustedes!...
Si está con ustedes, ¡levanten cabeza, y el corazón!...
Demos gracias al Señor...
¡Es lo cabal y lo justo que te demos gracias, Señor y Padre bueno...
Aguilares, 15 de agosto de 1976, Tercer festival de maíz.
Esta es la segunda parte de la entrevista que nos concedió el P. Salvador Carranza. La primera parte salió en el Nº371 de Carta a las iglesias.
P. Se ha hablado de Rutilio como una persona un tanto inestable, emotiva. Usted vivió y trabajó con él, ¿cómo le describiría? Un retrato de Rutilio para los que no le conocimos. El Rutilio humano y el Rutilio sacerdote.
R. En el primer encuentro él era sumamente respetuoso y amable, era capaz de llevar una conversación amena y reirse. Tenía un estilo muy propio de dialogar, de hablar, en sus prédicas y homilías, sobre todo. Tras Rutilio hay una persona sencilla, de pueblo, con problemas desde la infancia que crecen con él y le llevan un poco de crisis en crisis, -diría yo. Un hombre física y sicológicamente débil que convive con dudas y tensiones y que hace propias las penas de los demás. Alguna vez le comenté en serio y en broma: "-no te hagás el Siervo doliente de Yavé". En lo hondo de Rutilio como que siempre hubo un hombre sufridor. Esa misma tensión le llevaba a sobreponerse y a crecer. En sus últimos años era muy sensible, delicado diría yo, que pedía perdón fácilmente y tenía gran respeto a los demás. Por otro lado era hombre de conversación atractiva y agradable. En cuanto se entraba en confianza pronto se llegaba a un cúmulo de inseguridades y dudas que agitaban su existencia.
Tilo fue para mí muy salvadoreño, sacerdote ejemplar y hombre de Iglesia y, ¿cómo no?, un gran cristiano y jesuita muy de su momento. Yo siempre le consideré mayor, por no decir "el venerable" del equipo. Tiene 45 años cuando vamos a Aguilares y muere de 49. Sin embargo, yo le veía así, como el hombre de la experiencia que le habían dejado las crisis de la vida. Sus momentos de crisis quizá fueron muchos; en círculos de compañeros y superiores las externaba a veces, en el equipo, aunque convivimos con muchas tensiones, nunca se tradujeron en explosiones.
Al hablar públicamente era otro. No traslucía inseguridad, al contrario, se le veía con seguridad al hablar y tomar posiciones, mientras que los cercanos sabíamos que allá dentro eran decisiones sufridas, decisiones tomadas quizá sumido en un mar de dudas y perplegidades.
La homilía de Apopa, con la que se echa su sentencia unos días antes de su muerte, confirma lo anterior.
P. Usted habla de crisis al mentar a Rutilio. Según esas crisis ¿caben señalar etapas en su caminar? ¿Cuáles serían?
R. Tilo sale de su pueblo, El Paisnal y regresa a su pueblo. Es más, será de los pocos cristianos que está enterrado a unos pasos de la pila del bautismo.
P. ¿Pero, hay pila bautismal en la iglesita de El Paisnal?
R. No es metáfora, la había. Al no usarse ya para bautizar, con harto dolor de Tilo la quitamos para hacer un poco más de lugar. Allí fue bautizado y enterrado, igual que el joven Nelson R. Lemus. El mismo Tilo lo bautizó y con él murió y fue sepultado. Cuando se habló de enterrarles en el templo, el punto cabal era donde les bautizaron a los dos, pero pareció demasiado cerca de la puerta.
Volviendo al tema. Hay, pues, un salir y volver a su pueblo. Salir de su pueblo es su vida de formación. Rutilio, de apenas 12 años, habla al arzobispo de su inclinación al sacerdocio, en la visita pastoral a El Paisnal. Mons.Chávez lo lleva consigo a la Nueva Concepción. Entonces no existían los puentes de Colima y se cruzaba el Lempa en una barcaza. A Rutilio se le grabó vivamente aquel paso del Lempa con el arzobispo. Allí afirmó su vocación y nació un aprecio que resultaría mutuo y para siempre con Mons. Chávez. Deja su pueblo, entra al Seminario dirigido por jesuitas. No llega a cursar la filosofía. Con el visto bueno del arzobispo levanta el vuelo e ingresa a la Compañía de Jesús, en Venezuela. Su futuro en adelante consistirá en largos períodos fuera de su tierra: Quito y Panamá primero, luego en España y Bélgica, con vueltas al nido de San José de la Montaña, donde descansa, se repone e irá perfilando su futuro. Cansancios, depresiones e inestabilidad física y mental jalonan su formación. Al terminar ésta con un postgrado de pastoral en Bélgica algo se movía en la Iglesia. Está aconteciendo el Concilio Vaticano II.
Rutilio habla de conversión, que dirá primera, porque luego hubo más. Conversión a la iglesia del Vaticano II como pueblo de Dios del que tanto el laico como el clero tienen arte y parte, todos participan y son corresponsables.
Esos aires traerá al Seminario cuando llega de profesor, de animador pastoral y de prefecto de disciplina. Un cambio de mente hacia adentro de la iglesia, dirá él más tarde, que comporta nuevas actitudes.
La Conclusiones de los obispos en Medellín serán la relectura del Vaticano II desde y para América Latina; la segunda gran conversión de Rutilio. La iglesia hacia fuera, encarnada en un mundo cautivo del pecado personal y social, de la injusticia hecha estructura e institución. El cambio no será solo de mente, sino de ubicación y de práctica para liberar esa realidad...
El continente de la esperanza de Pablo VI quedaba en proclama vacía si no se superaba lo de pueblo muy creyente sí, pero con tanta injusticia a cuestas. Había que romper el maleficio: no se puede casar fe con injusticia. Hacia eso apunta el índice de una coherancia mínima con el evangelio de Jesús.
Rutilio no echa raíces en la capital: Seminario, Externado o UCA. Con su equipo se va a echar suerte con los pobres de la tierra, la mayoría marginada a la vez que la reserva religiosa del país. Vuelve a su pueblo al tomar la parroquia de Aguilares. Opción primaria y fundamental, dirá Tilo, como conversión histórica y práctica; adelanta la opción preferencial por los pobres, que formulará luego Puebla.
P. Habla usted de las vueltas de Rutilio, de su conversión al pueblo ¿pone su conversión en hacerse cargo de la parroquia?
R. Se da dentro de un proceso, pero visto a los 20 años de su martirio, podemos afirmar con sencillez que la ida en equipo a Aguilares marca el paso del mar Rojo de aquel éxodo o el "volver a Galilea" de los seguidores de Jesús.
Rutilio atendió pastoralmente su pueblo en visitas esporádicas desde el seminario. En las vacaciones de los seminaristas ensayó caer con 60 de ellos sobre un pueblo y "misionarlo sin dejar casa sin visitar" Las llamará luego "algaradas juveniles". Pero son un germen de lo que serán las "misiones" en Aguilares, el tiempo fuerte y más carismático -exceptuado el martirio- de nuestra evangelización, según la propia gente y una seria evaluación, muy avanzada cuando matan a Rutilio.
Desplazarse de la ciudad, acercarse hasta sembrarse en el surco campesino, acompañarlo en su vida y problemas, hacer camino en comunidad con él es opción "fundamental y primario". Y para mí tan decisivo en ese éxodo como aquello fue llegar en equipo. Superar las trampas del voluntarismo francotirador personalista y buscar eficacia poniendo a trabajar los talentos en equipo debía ser, entonces y hoy, reto eclesial comenzando por los jesuitas. "Queremos formar con Uds. una comunidad de hermanos donde nadie se sienta menos ni más", será la proclama de presentación del equipo misionero.
El estudio tiende a desarraigar, declasar, elitizar y alejar del pueblo. Volver a El Paisnal Tilo con un equipo de jesuitas, era revertir esa tendencia, encarnarse, bajar al pueblo; insertarse se dijo después.
La parroquia va a ser el trampolín para llegar allí donde ese pueblo hace y padece, los campesinos; para meterse con ellos y convivir con la idea clara de que para evangelizar a los pobres tiene uno primero que dejarse evangelizar por ellos.
"Aunque no tengan más que un amatón para sus juntas, queremos hacer con ustedes iglesia aquí donde viven".
Después de todo creo yo que la gran experiencia como jesuita es que los pobres nos evangelizaron.
P. Dicen que Rutilio era otro al hablar a las multitudes. ¿Puede explicar? ¿qué cree que hacía especial los sermones de Rutilio?
R. Tenía, un no sé que, un su modito decían de él Mons.Romero y otros sacerdotes. Conocía y sentía a su gente, se interesaba en su realidad y la conocía bien y la hablaba como interpelación de Dios; no la desinflaba, ni se zafaba de ella o la espiritualizaba sin más. Para mí era un buen profeta y por otra parte, pues, sabía ponerlo en la lengua del pueblo, llegarle al pueblo, encandilar al pueblo.
El lenguaje, como orador, creo yo que era más popular y más rico en matices y tonos que el de Mons.Romero. Tilo bajaba más la verdad a nivel popular y era más denuncia y más anuncio y buena nueva, esperanza y ánimo, comunicación con la gente, para levantar y dar nueva vida y nueva conciencia. Creo que su palabra fue el gran carisma de Rutilio. Se le oía a gusto y no cansaba a pesar de que se alargaba; repetía dichos y frases llenos de encanto popular.
A veces su "voz volaba a la plaza, al mercado y hasta la lomas y los cerros". Cuando el templo estaba a rebosar y la homilia se ponía buena, sin que él se diera cuenta, pasábamos su voz a los parlantes de la torre.
No olvidaré el cuadro de gente la más diversa que al oír los parlantes, se detenía, se acercaba, se quedaban en el atrio bajo los aceitunos escuchando, y con los brazos cruzados, silenciosos, no perdían una palabra de Rutilio. Al marcharse pensativos, de alguno oí éste o muy parecido susurro: "-Nunca oí decir la verdad tan clarita como a él. (Continuará).
Cuando en nosotros, que hemos querido gastar nuestra vida en el seguimiento del Señor Jesús, nace la inquietud de compartir nuestras vidas con los empobrecidos de nuestros pueblos, estamos colocando la base fundamental para un discernimiento que nos permita dejarnos conducir por el Espíritu. Allí está naciendo para nosotros la experiencia del Dios de la vida que, enamorado de una mujer sencilla de Nazaret, se hizo hombre en su vientre, y en el taller de José su esposo se hizo clase. Prefirió, en su amor totalizante, a los pobres de la tierra. Con esta pregunta hemos resuelto teóricamente el problema del lugar desde el cual queremos ser fieles al Señor de la historia.
La liberación de los pobres...
Sin embargo, la plenitud de la fe no se alcanza sin una precisa praxis, apuntada en esa misma fe; y esa praxis exige un lugar bien preciso. Para nosotros ese lugar es el servicio evangélico a la liberación de los pobres y esto supone el vivir con ellos, porque es a ellos a quienes está destinado el mensaje de salvación. Para entenderlo tenemos el mensaje de la tradición mariana que nos dice: "Su brazo interviene con fuerza, desbarata los planes de los arrogantes, derriba del trono a los poderosos, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos" (Lc 1, 51—53).
Este pueblo, precisamente porque no es arrogante, porque no es de ricos, es quien recibe de lleno la bienaventuranza de Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque El me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18—19; Is 61, 1—2).
El sentido mismo de la salvación cristiana parece una respuesta a la necesidad doliente de quien, en su sufrimiento, devela la gravedad del pecado que lo oprime, no porque el pueblo sea sólo un objeto de misericordia o de condescendencia, sino porque el pueblo en la fe cristiana es el protagonista de la acción creyente, que construye la historia de la presencia del Espíritu, desde la lucha por la maternidad de su existencia, y así poder tener acceso a los medios necesarios para construir su dignidad arrebatada por los hermanos caínes, que han construido muros divisorios y han acumulado el poder y el pan, haciéndose dueños y señores de la vida de sus hermanos, a quienes han colocado de últimos en el banquete del mundo y por esto son los primeros en el banquete del Reino. Es por eso que construir el Reino de Dios es colocarnos al servicio de las demandas de este pueblo oprimido, porque este servicio exigirá dejar toda forma directa o indirecta de opresión, y abrirá un campo sin límites al mandato del amor y el servicio.
Así, el lugar de interpretación pertinente y de praxis coherente para acceder correctamente a Dios, es el pueblo empobrecido, porque con El y en El tenemos que ir conformando el verdadero pueblo de Dios que se pone en camino a buscar la libertad, la tierra, la fraternidad y la justicia, para dar nacimiento a una Iglesia convertida realmente al Reino de Dios.
... de los oprimidos e insignificantes, conscientes y organizados
Ahora bien, otra pregunta que surge desde este lugar y que a veces utilizamos para ocultar nuestros propios intereses es: ¿Quiénes son los pobres como elemento básico del pueblo de Dios? Para responder a esto podemos decir que los pobres son:
1. Las mayorías populares, la inmensa parte del pueblo que vive en condiciones inhumanas de pobreza, en razón no de su desidia, de su debilidad o de su falta de capacidad, sino en razón de que son explotados y oprimidos por estructuras e instituciones injustas, por países opresores y por clases explotadoras que constituyen en su conjunto la violencia estructural e institucional, que utiliza la producción para controlar la vida del pueblo.
2. Las organizaciones populares, reprimidas en su lucha para darle al pueblo un proyecto popular y un poder popular que le permitan ser autor y actor de su propio destino.
3. Todos aquellos, organizados o no, que se identifican con las justas causas populares y que luchan en su favor.
Los pobres tienen, por tanto, dos características fundamentales: ser los desposeídos, los empobrecidos, los explotados o simplemente marginados de todo el proceso productivo en razón del predominio de estructuras injustas y de grupos explotadores; y contribuir activamente a que este estado de cosas termine por un proceso de liberación. La primera de las características es la más importante, la más básica, pero la segunda debe completar la primera. Por esto situarse a vivir con el pueblo así entendido nos permite clarificar la misión profética, la voluntad de Dios, la interpretación correcta de los signos de los tiempos, para orientar las acciones que han de emprenderse. La opción cristiana por los pobres no parte, pues, del odio a los ricos, sino del amor a los pobres, y tiene su contraparte en la exigencia de conversión por los que explotan al pueblo.
Conversión de los opresores ricos: Crisóstomo, Basilio, Romero
No olvidemos las palabras del Crisóstomo: "Dime, ¿de dónde te viene a ti ser rico?, ¿de quién recibiste la riqueza?, y ése ¿de quién la recibió? Del abuelo, dirás, del padre. ¿Y podrás, subiendo el árbol genealógico, demostrar la justicia de aquella posesión? Seguro que no podrás, sino que necesariamente su principio y su raíz han salido de la injusticia".
Y nos recuerda Basilio el Grande: "Del hambriento es el pan que tú retienes; del desnudo es el abrigo que tienes guardado en el armario; del descalzo es el calzado que se está pudriendo en tu poder; del necesitado es el dinero que tienes enterrado".
Los pobres son el lugar privilegiado de la manifestación de Dios, y lugar privilegiado de la misión de la Iglesia, son ellos los dueños del destino popular, sus impulsores. Afirmaba Monseñor Romero: "Los pobres son un signo en América Latina. La mayoría de nuestros países son pobres y por eso están capacitados para recibir estos dones de Dios y, llenos de Dios, ser capaces de transformar sus propias sociedades ... Los pobres han marcado por eso el verdadero caminar de la Iglesia, una Iglesia que no se une a los pobres para denunciar desde ellos las injusticias que con ellos se comete, no es verdadera Iglesia de Jesucristo ... Los pobres son los que nos dicen qué es el mundo y cuál es el servicio que la Iglesia debe prestar al mundo" (Homilía de Monseñor Romero del 17 de febrero de 1980). Compartiendo la vida de nuestro pueblo también conoceremos la esperanza cristiana, esa esperanza que se fundamenta en la intolerabilidad de la situación presente: su historia pasada y su presente no les permiten otra salida que lanzar sus ojos hacia el futuro, futuro histórico que sea la negación de su presente, que ni siquiera parece estar a su alcance, pero un futuro al mismo tiempo que han de construir porque Dios quiere la negación activa de un presente de pecado y la afirmación operativa de un futuro que se acerque más y más a las exigencias del Reino de Dios.
Este mundo es la blasfemia de Dios, pero Dios está escondido en el corazón de los empobrecidos
Ese Reino es la predicación fundamental de Jesús y El lo anuncia con signos históricos y parciales de liberación de los oprimidos. Son sus palabras, su vida y su mente las que recalcan que el lugar central de la evangelización cristiana es la liberación histórica de los pobres. Porque su Dios era un Dios que ofrecía un cambio radical que afectaba los intereses y la seguridad de los opresores. El anuncio de Dios exige para Jesús la parcialidad por los pobres. No se puede anunciar el evangelio sin poner los signos parciales y conflictivos de la liberación de los oprimidos, es decir, que nuestra opción por los pobres no se basa en que nosotros seamos unos héroes morales o unos enojados sociales, sino en que Dios es nuestro Padre y funciona construyendo seres humanos que son hermanos, que constituyen un orden social basado en la ética y la justicia. El pobre es el rostro de Dios revelado para nosotros.
Por último podemos decir que quien mira de fuera las luchas de liberación o sólo habla de ellas, puede pensar que ahí todo es estructura y política, y que lo personal, la conversión total, la entrega de la vida, el vivir en la fe y en la oración, en la esperanza y en el amor, desaparecen. En realidad en las luchas reales de liberación, especialmente si se hacen en anuncio del Reino y en seguimiento de Jesús, las exigencias de conversión son a la vez una buena noticia y una invitación al despojo total para que viviendo en medio de nuestro pueblo, veamos florecer en nosotros una nueva espiritualidad que sea fiel a nuestro carisma y que corresponda a la historia de nuestro pueblo, que siente nostalgia de nuestra presencia y mira entristecido nuestro corazón que ha preferido muchas veces los halagos de los poderosos. Porque nosotros a veces nos especializamos en hacer cosas inútiles: acompañamos al que está acompañado, ayudamos a caminar al que puede hacerlo, le damos regalos al que tiene muchas cosas, enseñamos al que tiene muchas posibilidades.
Hay demasiados ciegos, demasiados pobres, demasiada gente para quien el mundo es la blasfemia de Dios. No se puede creer en Dios en un mundo donde los pobres son asesinados y ven negada su dignidad. A menos que se esté de lado de los que dan la vida para que esto no siga sucediendo; para que el mundo sea como lo sueña Dios escondido en el corazón de los empobrecidos.
Los obispos de Inglaterra y Gales presentan un documento abiertamente prolaborista.
La Iglesia católica británica presentó un "documento político" que ha causado enorme polémica en el país, en el que realiza un ataque demoledor al thatcherismo y se alinea abiertamente con los laboristas en cuestiones como la justicia social, la inmigración, la importancia de los sindicatos y el salario mínimo.
El documento, un exhaustivo análisis político y social de más de trece mil palabras, no ha sido concebido como una "recomendación de voto", según hicieron hincapié los portavoces de la Iglesia, sino como un "elemento de reflexión para todos los católicos del país antes de las próximas elecciones".
La incipiente campaña electoral británica (las elecciones están previstas para el 1 de mayo) se presenta más como una batalla personal entre John Major y Tony Blair que como una lucha de ideologías, ya que al fin y al cabo los laboristas han renunciado al marxismo y adoptado muchas de las doctrinas conservadoras, y ambos candidatos, a la caza y captura de votos, compiten por ser "más religioso" que el otro.
El documento, elaborado por los obispos católicos ingleses y del País de Gales, ha sido interpretado en la práctica como un referendo de las políticas de Tony Blair, ya que defiende la importancia del salario mínimo y de los sindicatos como instrumento de representación de los trabajadores, aboga por una constitución escrita con derechos explícitos para los ciudadanos, por la cancelación de la deuda del Tercer Mundo, la prohibición del tráfico de armas y una mayor consideración hacia los inmigrantes.
La Iglesia católica, en lo que algunos políticos conservadores han denunciado como una intromisión sin precedentes en los asuntos políticos del país, critica la desintegración social y la creciente marginalización de los pobres, los refugiados y los parados como resultado del thatcherismo y las políticas conservadoras aplicadas en Gran Bretaña durante los últimos dieciséis años.
El documento, titulado "El bien común" constituye un ataque durísimo a la sociedad contemporánea, con su "obsesión por el consumismo, el individualismo y el materialismo"; a las tecnologías modernas y a la prensa y los medios de comunicación en general "por promover esos valores con una actitud cínica que sigue los gustos y costumbres de moda en vez de asumir la responsabilidad de intentar cambiarlos".
Los obispos ingleses y galeses lamentan la creciente polarización social y las enormes diferencias entre pobres y ricos, y afirman que la creación de una subclase como subproducto de dirigir una economía en la que la mayoría se beneficie no es aceptable, de la misma manera que el paro endémico tampoco es una opinión moralmente válida".
La Iglesia de Inglaterra y otras denominaciones como la metodista, que hasta ahora habían tenido escrupuloso cuidado en no dar la impresión de que se metían en política, han respaldado con entusiasmo el pronunciamiento de los obispos católicos.
"Los trabajadores —se señala en el texto— son tratados en la cultura económica dominante como simples mercancías de las que se puede prescindir en aras de los beneficios empresariales, y las leyes del mercado han deteriorado servicios básicos en la sociedad como la educación y la sanidad pública, en detrimento de los pobres y enfermos".