UCA

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas



Carta a las Iglesias

© 1997 UCA Editores


La madre, la Iglesia y Zaire

La madre

    En el día de la madre se abusa de la comercialización y puede caerse también en exceso de sentimentalismo. Pero, con todo, algo muy importante se quiere decir ese día: remitir al misterio de la vida y a la entrega y el amor de la madre. Todo ello es como un referente último que otorga sentido a nuestras vidas, sobre todo en medio de los graves obstáculos para vivir.
    Todos los seres humanos debiéramos ser referentes humanizantes unos para otros, pero no es así. Muchas veces la referencia que tenemos es la de ser competidores, adversarios, enemigos... Y en el mismo grupo familiar, con frecuencia el padre no es referente positivo; "hay más madres que padres".
    La madre es referente de humanidad porque es ante todo dadora de vida, y eso, dicho sin ninguna retórica, la asemeja al mismo Dios. Y esa vida no es sólo lo que Dios "produce", sino que es su "gloria". "La gloria de Dios es que el hombre viva", dijo san Ireneo en el siglo II, y Monseñor Romero lo concretizó: "La gloria de Dios es que el pobre viva". Lo primero y último que hay que decir de Dios es que quiere y se relaciona con "la vida" de los seres humanos. Y eso es también lo que hay que decir de la madre.
    Y tambien hay que recordar lo que decían los antiguos cuando se preguntaban por la razón de la creación de Dios: "el amor". Y el amor es también lo que caracteriza a la madre. El amor, el vivir y desvivirse por el hijo y la hija, el asumir como lo más natural del mundo toda clase de sacrificios, desvelos, sufrimientos internos, sola o abandonada muchas veces, sin apoyo del compañero...
    Y la madre es madre "siempre", no sólo en la gestación, en los primeros meses y años, sino en todo el proceso de educación, y también cuando los hijos se van y comienzan ellos su vida. Dejarles ir, respetar su autonomía y su propia vida es como un segundo parto. Es ayudar a que den vida aquéllos y aquéllas a quienes ellas dieron vida.
    No hay que idelizar a las madres, ni siquiera en su día. Y sobre todo, no hay que tomar a la ligera la maternidad, sino que hay que recordar, sobre todo las jóvenes, la inmensa responsabilidad que conlleva la maternidad (y por supuesto hay que denunciar tanta paternidad irresponsable). Pero dicho todo esto queda en pie lo fundamental: la madre es el referente primario de vida, de dar vida y de entregarse a los hijos.
    Si no fuera por la deformación teológica a la que estamos sometidos, sería fácil de entender que la madre es el gran sacerdote, es quien hace presente a Dios en la vida, dando vida. No podrá presidir la Eucaristía, pero es la que preside la gran mesa de la vida. En cualquier caso, Isaías, gran profeta y poeta del Antiguo Testamento, lo dijo bellamente poniendo estas palabras en boca del mismo Dios: "¿Puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara, yo no me olvidaré", dice Yahvé.

La Iglesia

    "Nuestra santa madre Iglesia", nos enseñaron a decir desde pequeños. Es una bella metáfora para describir a la Iglesia junto con otras expresiones, como la de "pueblo de Dios", "cuerpo de Cristo" etc. El asunto está en qué se quiere decir al aplicar a la Iglesia la métafora de la maternidad. Indudablemente, puede decirse que la Iglesia nos da a Cristo, pero ahora queremos fijarnos en dos características históricas de esa maternidad: la compasión y la vida.
    En días recientes, con ocasión de la excomunión de un sacerdote asiático por haber escrito un libro con tendencias peligrosas y heréticas según el Vaticano, se han levantado voces pidiendo que la Iglesia, como madre, use de misericordia y no de dureza contra él. El sacerdote, ya de edad avanzada, 73 años, con la intención de acercar el cristianismo a su mundo asiático, prefirió seguir su conciencia que lo que le exigía el Vaticano.
    No nos metemos ahora a juzgar el problema estrictamente doctrinal, pero queremos citar a Frey Betto que decía a este propósito: "perdonar setenta veces siete". En otras palabras, si algo de reprensible hay en el sacerdote asiático, use la Iglesia de eso tan típico de una madre: la comprensión, la compasión y el perdón. Y no estará de más que la Iglesia "se exceda" en la misericordia para reparar épocas de crueldad. Sin anacronismos, por supuesto, pero con honradez, hay que recordar los tiempos de cárceles y hogueras, y los más frecuentes de persecución y hostigamiento a obispos y teólogos.
    Con todo, lo más importante es que la Iglesia sea partera de humanidad, que humanice a nuestro mundo deshumanizado, como comenzó a hacerlo en el concilio y en Medellín: parir humanidad es decir verdad, es defender al débil, es denunciar al opresor, es poner a la religión, a Jesús y a Dios en favor de la vida de los pobres, y no usarlos, en definitiva, en su contra, para dificultar esa vida o para que los opresores puedan justificarse.
    Con Juan XXIII se popularizó la expresión "madre y maestra", y por
ese orden, pero no faltan ocasiones en que el orden parece ser el inverso. Y sobre esto escribió I. Ellacuría estas lúcidas palabras:

"Una distinción fundamental es lo que compete al carácter maternal de la Iglesia en diferencia con su carácter magisterial. El carácter maternal de la Iglesia dice lo que ella tiene de partera de humanidad y de santidad, de partera de nuevos impulsos e ideas en favor de la liberación, y este carácter le corresponde a quien Dios se lo ha dado por el Espíritu de Cristo, lo cual no corresponde necesariamente a la jerarquía, sino con frecuencia al pueblo de los más pobres no constituidos en jerarquía, a los que Dios ha hecho más santos o simplemente más preferidos. El carácter magisterial, esto es, la determinación autoritativa del sentido de algunos pronunciamientos teóricos o prácticos, que afectan a la vida cristiana desde la revelación y a veces también a sus concreciones históricas, corresponde más bien a quienes detentan la autoridad eclesiástica..."

    En la Iglesia la prioridad la tiene su carácter maternal sobre el magisterial. Es más importante su misión de dar vida o de transmitir vida que la de sancionar autoritativamente determinadas enseñanzas.

Zaire

    En el día de la madre dIgamos una palabra final sobre Zaire. En las historias que llegan, en las imágenes que aparecen en periódicos y televisión lo que más abundan son madres con sus hijos. Son relatos y fotos espeluznantes, aunque también a través de ellos se trasluce la grandeza de la madre. Más adelante publicamos el testimonio de una madre zaireña.
    Pero queremos concentrarnos ahora en la tragedia, que hoy es de Zaire y Ruanda, que es la de Sudán y Mozambique, que es la de El Mozote y el Sumpul. Y entonces nos preguntamos si nuestra humanidad es partera de vida o de muerte, si es partera de humanidad o de deshumanización.
    El día de la madre es, en definitiva, el día de la vida. Y la vida es el criterio para juzgar todo y a todos. Globalización, neoliberalismo, modernización, son, por definición, sólo medios para configurar la humanidad de una determinada manera. Hoy por hoy, no están generando vida, vida que llegue a todos, sino oasis de abundancia y desiertos de muerte. Las relaciones entre países no están pensadas para dar vida a todos (como lo exigen los textos de la doctrina social de la Iglesia que publicamos en este número). Por eso, ojalá que el día de la madre sirva para recordar y exigir que hay que parir vida y no muerte.

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Celebración del Día Internacional de los Trabajadores.
A propósito de la anterior Asamblea Legislativa


Demandas sindicales y estudiantiles
durante el primero de mayo

    En la conmemoración de un hecho histórico, por lo general se siguen dos tendencias: la primera, reducirla a un mero espasmo anual en el cual se aprovecha para difundir discursos pocos relevantes o altamente ideologizados; la segunda, reparar en su caudal significativo y en el potencial que éste presta para interpretar creativamente los hechos del presente. En la primera, la fecha a conmemorar se convierte en una costumbre sin relevancia social; en la segunda, por el contrario, se acude a ella para mostrar sus implicaciones históricas y realizar un balance del presente en relación al pasado.
    Con la paulatina pérdida de fuerzas y la descomposición de los sindicatos salvadoreños, la celebración del primero de mayo ("Día de la Solidaridad Internacional de los Trabajadores") ha ido disminuyendo en sentido y contenidos. Año con año se ha ido haciendo más patente la desorientación y el arraigo romántico con el pasado de los trabajadores agrupados en las distintas gremiales del sector laboral. Este año no fue la excepción. Si bien las manifestaciones convocadas por las gremiales lograron reunir un número considerable de personas -lo que para algunos es ya un éxito en la década del escepticismo y la apatía-, los panfletos y comunicados que se hicieron públicos ese día dan poca cabida a ver con optimismo lo que pretendía ser la expresión anual de la "lucha de los trabajadores".
    En el comunicado "Manifiesto del 1. de mayo", publicado y rubricado por 13 organizaciones sociales (entre ellas, la UNTS, ATCEL, ATMOP, el Movimiento de Indígenas de El Salvador y el Movimiento Estudiantil Universitario), es notoria la repetición de muchos de los puntos que ya se habían planteado en la conmemoración del año pasado: el rechazo a la privatización de los entes estatales, el descontento social por el incremento en el costo de la vida, entre otros. Pero no todo fue pura repetición, pues el Manifiesto añadió un nuevo elemento con respecto al año pasado: el planteamiento de una Plataforma Nacional de gobierno. Sin embargo, al observar de cerca esta plataforma, es obvio que muchas de sus propuestas son calcos exactos de los planes de gobierno que impulsó el FMLN durante su campaña (la reducción del IVA y la congelación del proceso de privatización, por ejemplo).
    En otras palabras, el Manifiesto, que pretendía ser un resumen de los puntos a conseguir por la "lucha de los trabajadores", terminó respaldando abiertamente el ascenso al poder de un partido político; respaldo que desmiente uno de los lineamientos básicos de la modernización de los sindicatos: su independencia respecto de las instituciones políticas establecidas. Si ya es grave que lo que piden los trabajadores en la única fecha del año en que la opinión pública les cede espacio sea un reflejo de lo que propugna un partido político con intereses y objetivos propios, es más grave aún que a éste se le pretenda observar desde los estereotipos e ideologías del pasado. Para las gremiales, el logro electoral del FMLN, más que implicar un robustecimiento del sistema democrático, "ha fortalecido su proyecto histórico". El cual, por no definirse en el Manifiesto, sólo puede entenderse como el socialista.
     Este anclaje en el pasado y poca revisión crítica de las propuestas y los planteamientos encuentra su máxima expresión en uno de los pasajes del panfleto repartido por la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS). En el se afirma que "el Imperialismo, la Burguesía y sus agentes quieren imponer este orden neoliberal llamado "Globalización" con lo cual nos quieren quitar hasta el hombre (sic).... pero sobre todo aquí nos quiere matar de hambre la burguesía; al igual que en otros países como Perú donde ella misma utilizó a sus esbirros para asesinar a los 14 compañeros del MRTA que (sic) había tomado la Embajada de Japón, para protestar contra el Fascismo Neoliberal".
    Si no fuera porque el panfleto pretende responder a la actual realidad salvadoreña y respaldar la actividad de las gremiales en pos de las más básicas reinvindicaciones laborales, la mentalidad de los "estudiantes salvadoreños" sólo podría mover a la risa. Pero por este hecho y porque surge de uno de los sectores que en teoría debería ser capaz de analizar la realidad con mayor objetividad y alcance, las palabras de los estudiantes -dignas repetidoras de las categorías de los manuales soviéticos- únicamente ayudan a ensombrecer más lo que por sí solo ya era digno de preocupación.
    En definitiva, la conmemoración del primero de mayo de este año adoleció de una profunda crisis de propositividad, análisis y realismo. Si se contempla esta fecha como la punta de lanza para lo que a lo largo del año será la actividad de las gremiales de trabajadores, es poco probable que se logren alcanzar logros significativos a futuro. Mientras la permeabilidad al cambio y el servilismo a intereses ajenos sean los valores más queridos de los dirigentes sindicales, más lejano continuará siendo el ideal de que la gestión sindical rinda frutos concretos en situaciones laborales exasperantes.

Nefasto desempeño
de la anterior Asamblea Legislativa
    

    En los días previos a la terminación de sus funciones, la gran mayoría de los diputados salientes se dedicaron a autoalabar su trabajo. Vistas críticamente, esas alabanzas no son más que un mero ejercicio de demagogia barata, cuyo cotejo con la realidad las pone en evidencia. Para comenzar, conviene recordar cómo inició y cómo concluyó su trabajo la legislatura anterior: lo inició con una maniobra, orquestada por el partido ARENA, la Expresión Renovadora del Pueblo (ERP) y la Resistencia Nacional (RN), para hacerse del control de la directiva de la Asamblea Legislativa; y lo terminó con un debate risible y ridículo sobre la despenalización de determinados casos de aborto.
    Entre los dos actos, por si no bastara, los anteriores legisladores pasaron una y otra vez por encima del bien común y de los intereses generales de la sociedad salvadoreña. Así, los diputados del PD y ARENA salieron nuevamente a escena, primero para firmar el Pacto de San Andrés; y, segundo, para aprobar un incremento al Impuesto al Valor Agregado (IVA). Después del Pacto de San Andrés vinieron la Ley de Emergencia contra la delincuencia y la aprobación de la pena de muerte para los delitos de homicidio, violación y secuestro. Ambas iniciativas contaron con el patrocinio de ARENA que no se detuvo ante nada con tal de demostrar a la sociedad en manos de quién estaba el poder de decidir sobre sus destinos.
    ARENA, el gobierno y los sectores sociales que clamaban por una solución drástica al problema de la delincuencia se dieron la mano; por su parte, los medios de comunicación sumaron su voz a este coro que clamaba por la coerción estatal. Las voces críticas, las voces que apelaban a la razón, o bien fueron silenciadas o, peor aún, fueron presentadas como aliadas de los delincuentes.
    Desde la Asamblea Legislativa, que debería ser el espacio donde la racionalidad argumentativa debe prevalecer sobre cualquier interés particular o de grupo, se propagó una visión maniqueísta de la realidad, es decir, una visión en la que los buenos eran quienes aceptaba las decisiones oficiales y los malos eran quienes las cuestionaban o hacían llamados a la racionalidad.
    La peor herencia de la anterior legislatura es la resistencia al debate público que se generó desde ella. Ciertamente, hubo mucho espectáculo; pero tras el mismo fueron los intereses y la cosmovisión de ARENA los que se impusieron. Los demás partidos fueron, por acción o por omisión, piezas del juego diseñado por el partido de derecha. Un balance del quehacer legislativo recién finalizado no puede pasar desapercibidos los males que dejaron al país la prepotencia arenera, el oportunismo de los socialdemócratas y la pasividad de una izquierda de la que cabía esperar más de lo que efectivamente hizo. Ojalá que la satisfacción que manifiestan algunos de los diputados reelectos no les impida caer en la cuenta de su pésimo desempeño en el pasado.

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No se aprende a ser madre, se es madre simplemente

    Hablar sobre la madre en estos días puede parecer innecesario, pero siempre es bueno reflexionar un poco sobre eso tan importante en nuestros vidas.
    ¿Qué significado tiene ser madre? Como mujer puedo responder que las emociones son muchas y muy variadas. Cuando me enteré que estaba esperando a mi primer hijo, se me hizo un hueco en el estómago, mi cuerpo se puso caliente y empecé a sudar como que estaba dentro de un sauna. Era precisamente lo que estaba esperando, pero confirmarlo fue algo muy bonito, poco a poco yo misma fui sintiendo que había un ser pequeñito e indefenso dentro de mí, me llenaba de ternura y de miedos, pensaba que si me acostaba mal, lo podía aplastar, que le faltaría el aire, etc.
    Cuando el vientre crece, las madres podemos acariciar la "barriga" y es cuando empieza la rezadera. Dios mío, que esté bien, que sea sano, que nazca sin problemas... Y la barriga crece y, ahora sí, el sentimiento de unión con ese ser que se mueve allí adentro es fantástico, porque es cuando a la madre le nace el amor, el compromiso y la responsabilidad, porque la nueva vida depende totalmente de ella.
    La madre, creo yo, es la mejor expresión después de Dios, de la equidad. Para una madre lo importante no es si sus hijos son bonitos o feos, negros o blancos, inteligentes o no. Hay una dimensión más amplia y más profunda, y la relación con cada hijo es diferente. No se trata sólo de ese amor sublimizado que a veces se adjudica a las madres, sino del amor como sentimiento único y especial que, sin egoísmo alguno, se entrega sin pedir nada a cambio.
    La felicidad de ver nacer a un niño, de gozar sus primeros pasos y oír las primeras palabras, con el tiempo se va desvaneciendo y se van perdiendo detalles. Pero el vivir día a día con los hijos y asumir que somos responsables de su hoy y de su futuro es realmente un sentimiento cuestionante.
    No se aprende a ser madre, se es madre simplemente. Los retos y los desafíos crecen al igual que nuestros hijos. Ser amiga, ser compañera de juego, maestra y, muchas veces, padre, le van dando sabor, alegrías y tristezas a cada mamá.
    Para mí es importante ser mamá. Hasta el momento, como mis hijos son pequeños, creo que me falta mucho por vivir, y no obstante disfruto de sus logros en la escuela, de sus travesuras y hasta picardías a veces. Disfruto viéndolos dormir, ajenos a todos los problemas que los padres enfrentamos. Me gusta verlos jugar con sus amigos, y sufro y me agobio con sus pequeñas enfermedades.
    Dios me ha dado el mejor regalo. Desde el día en que me dió el don de ser madre he sido feliz siendo madre. El Señor se llevó a mis primeros hijos. Mi primer embarazo fue de gemelos y no alcanzaron a nacer como se esperaba y murieron en mi vientre. Pero fui feliz y los disfruté todo el tiempo que vivieron conmigo. Hoy los recuerdo y los comparto con mis dos hijos y mi esposo.
    Gracias Dios, por darme el regalo de la vida. Pero sobre todo, Señor, te doy gracias por hacerme mujer que ha podido compartir su cuerpo y su sangre. Gracias por permitirme ser madre.
Carmen María

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Emma, madre ruandesa

    Estos días, los periódicos llenan sus primeras páginas con narraciones y fotos desoladoras sobre el drama de los refugiados del Zaire. Mi testimonio, sin embargo, es distinto: quisiera presentar una amiga ruandesa, que me ha enseñado que se puede vivir la solidaridad incluso en las circunstancias más difíciles. A pesar de sentirse muy poquita cosa, su humanidad la llevó a vivir una situación que jamás ella hubiera imaginado.
    Emma es viuda, de unos treinta años, muy pobre, de origen campesino, con poca cultura, como me decía ella. Tiene dos hijos, un niño y una niña, y vivían en el campo de Panzi, bajo un plástico que cubría unas cañas de bambú. El rostro de Emma desbordaba fuerza y vitalidad. Una alegría que transmitía optimismo. Al ver la desolación que se vivía en el campo y la miseria que provocaba división y envidias entre las propias mujeres, Emma empezó a reunir a todas las viudas del campamento, más de un centenar, para poder enfrentarse, unidas, a las graves dificultades que vivián. Así nació Asociación de Viudas DUFANTANYE, dedicada al pequeño comercio, a la confección de ropita para recién nacidos y a la artesanía.
    Pero la gran sorpresa de Emma fue que, por unanimidad, la nombraron Presidenta de la Asociación. Varias de las asociadas eran profesoras de escuela primaria y secundaria "y yo no tengo estudios ningunos", decía temerosa. Pero sus compañeras sabían muy bien que su entusiasmo y su coraje no eran fruto de unos estudios sino de corazón grande y generoso.
    Hace un año, un 8 de diciembre, como a las 3 de la tarde, yo iba del hospital del campamento hacia su "casa" y le daba cierta vergüenza que una persona como yo entrara en su pobre tienda. Al cruzar la puerta, sentí algunos comentarios y risas de la gente. Al preguntarle qué pasaba, me dijo: "no entienden que un umuzungu (un blanco) entre en la casa de una mujer tan pobre". Nos miramos y nos pusimos a reír.
    Después de un buen rato de hablar sobre proyectos y en un clima de confianza le pregunté cómo había vivido la larga marcha del exilio y la situación de miseria en el campamento de refugiados de Panzi. Sin dudar ni un momento me constestó: "Yo le doy gracias a Dios por todo el bien que me ha hecho en la vida".
    Al ver mi cara de sorpresa, continuó en tono confidencial: "Padiri" (Padre), yo le doy gracias a Dios en especial por tres cosas. Primero, porque después de esperarlos durante tres años, al final el Señor me dio los hijos que deseaba: un niño y una niña. Segundo, porque después de la muerte de mi marido, yo me sentía con muy pocas fuerzas para iniciar aquella larga marcha del exilio, con mis dos hijos tan pequeños y sin saber a donde íbamos, pero al poco tiempo de caminar por la carretera, se paró un carro, nos hizo subir y nos llevó hasta Bukavu. Tercero, porque al llegar a Bukavu, tuve la suerte de conocer a una religiosa que trabajaba en el hospital de la ciudad. Mi marido murió del sida. Gracias a esta religiosa pude hacerme las pruebas necesarias para saber si mis hijos habían contraído la enfermedad y no puede imaginarse mi alegría cuando supe que estaban libres del virus: Yo en cambio soy seropositiva".
    Mientras iba diciendo todo esto, apretaba mi mano con fuerza y ternura. Me impresionó especialmente su manera de hablar, con una paz profunda y un corazón agradecido, sin odio alguno. A pesar de estar enferma de sida, daba gracias a Dios.
    Emma era una mujer que vivía entregada a sus hijos y a la Asociación. Desde el exilio, como refugiada, éste era el sentido que había dado a su vida. Era muy consciente que, dadas las condiciones de higiene y la falta de alimentos, la enfermedad podía declararse en cualquier momento. Por esto, gracias a una generosa ayuda, pudimos instalarla en una pequeña casita cerca del hospital de Bukavu para cuando se activara su enfermedad. Ella lo había previsto y asumido todo, aunque sin dejar en absoluto el trabajo de la Asociación. Dos o tres veces por semana iba al campamento a pie a unos 10 Kilómetros, para continuar animando a sus compañeras.
    Hace un par de meses recibí una carta de Emma. Está enferma, con muy pocos recursos y muchos problemas. En su carta no me pide nada, tan sólo agradece mi presencia en el campamento y reza por mí.
    Gracias Emma, por tu testimonio, por gastar tu vida, como madre por tus hijos, y como mujer por tu pueblo. Ugende amahoro (que la paz esté contigo y con tu pueblo).
Joaquín Pons, S.J.

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Los derechos de las madres

    Cada día se habla más de los derechos de la mujer, oprimida estructuralmente por culturas patriarcales y machistas. Y más hay que hablar de los derechos de la madre, pues sobre ella suele recaer una gran responsabilidad y con frecuencia suele quedar abandonada por el padre de sus hijos y desamparada por la sociedad.
    En este contexto hay que recordar que en diciembre del año pasado el Movimiento de Mujeres por la Dignidad, "Las Dignas", trabajaron para que la Asamblea Legislativa aprobara un decreto presentado por la Asociación de Madres. La petición de las madres es, simplemente, que se encuentren medios eficaces para que los padres que hayan reconocido legalmente a sus hijas e hijos cumplan con sus responsabilidad.
    Las madres consiguieron su objetivo, y este año se han reunido el día 8 de este mes para estudiar otras propuestas y decretos que normen otros aspectos del problema que quedan pendientes, por ejemplo, el procedimiento de visita de los padres a los hijos, que se investigue a quién favorece la apropiación final de la vivienda en caso de separación etc.
    A continuación ofrecemos algunos párrafos del decreto aprobado en diciembre. Por una parte es triste que se haya tenido que legislar para que, aunque sea por la fuerza, los padres se responsabilicen de sus hijos. Pero por otra, da esperanza el que hayan conseguido el que la sociedad tome cartas en el asunto y no deje a los hijos y a las madres en un desamparo todavía mayor. He aqui los dos artículos aprobados por la Asamblea.

     Art. 1. Facúltase a los Jueces de Familia de la República y a la Procuraduría General de la República, para que ordenen a los Pagadores de las distintas Unidades Primarias de Organización y de las Instituciones Autónomas y Descentralizadas del Estado, incluyendo la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, la Administración Nacional de Telecomunicaciones y el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, así como a los distintos Pagadores de Instituciones Privadas, retener de aquellos empleados públicos o privados obligados al pago de pensiones alimenticias, en adición a la cuota del mes de diciembre, el equivalente a un Treinta por ciento de la prima que recibirán en concepto de Compensación Económica en efectivo y aguinaldo respectivamente (30%) en el presente año, para beneficio de sus respectivos alimentarios. En la misma obligación estarían aquellos asalariados, que hacen efectivas las pensiones alimenticias por entrega o depósito personal.
     Art. 2_ Facúltase a los Jueces de Familia de la República y a la Procuraduría General de la República para ordenar aquellas personas no asalariadas al pago de cuotas alimenticias, entreguen en beneficio de sus alimentarios en adición a las cuotas del mes de diciembre, el equivalente a una cuota mensual, bajo el apercibimiento de ley en caso de incumplimiento.

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Violencia contra la mujer

    Utilización de los hijos. Hacerla sentir culpable de los problemas conductuales de los hijos, utilizar a éstos para enviarles mensajes, utilizar la visita a los hijos como una manera de hostigarla.
     Abuso sexual. Tatarla como un objeto sexual, sin que sus necesidades y deseos cuenten, siendo permitido todo lo que se la exija.
     Abuso emocional. Ridiculizar a la mujer, hacerla sentirse mal con ella misma, hacerla pensar que está loca.
     Abuso económico. Tratar de evitar que la mujer consiga tabajo o que mantenga el que tiene. Pedirle dinero, asignarle una cantidad determinada y quedarse con el dinero que devenga.
     Amenazas. Hacer sentir a la mujer emocionalmente herida: amenazarla con quitarle los hijos, con sacarla a la calle, con suicidarse...

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Discurso del Padre Jose María Tojeira S. J. en la toma de posesión como Rector, el 25 de Abril de 1997

    
El servicio de la autoridad en la UCA viene siempre cargado de expectativas. El hecho de que la UCA fuera, durante la última guerra civil, uno de los protagonistas principales de la historia reciente de El Salvador añade exigencia y esperanzas. En este momento en que a mí se me ha ofrecido ser parte de este servicio, quisiera compartir con Ustedes algunas de mis reflexiones sobre la Universidad. No con el afán de delinear un plan de gobierno, y ni siquiera con el deseo de dar pistas de por dónde quiero que vayan las cosas. Simplemente por el gusto de compartir con Ustedes algunas ideas y con la intención de iniciar un diálogo sobre nuestro propio futuro. La Universidad la construimos todos, y sólo pensando juntos podremos ser fieles a la gran tradición de la UCA de estar presentes en la realidad nacional desde el compromiso con las grandes mayorías de nuestro pueblo.

     Creo que la UCA sigue siendo un instrumento de creación de verdad. La verdad no es un cuerpo de doctrina definido y sistematizado que debamos aplicar a la realidad. Si así fuera, nuestra tarea sería muy sencilla y la universidad no sería más que una pieza dentro de un sistema totalitario. La verdad, por el contrario, se descubre, se encuentra tras un laborioso camino, se crea en el diálogo y en el estudio de la realidad.
    Nuestra universidad tiene, en este contexto, suficientes instrumentos para crear verdad en su contacto con la realidad, aunque no debamos olvidar la necesidad de mejorar contínua y sistemáticamente dichos instrumentos. Una verdad tanto más necesaria en cuanto que a nuestro país le falta conocimiento de sí mismo o, en ocasiones, sufre deformaciones y oculta su propia verdad ya conocida. Somos un país trabajador, creativo, competitivo y luchador, pero que con frecuencia ponemos nuestros valores al servicio de intereses ajenos o particulares. Tenemos principios claros pero no faltan ocasiones en las que nos dejamos controlar por propagandas y sistemas de vida u organización social claramente contrarias a nuestros propios pricipios. Ensalzamos las bellezas de nuestra tierra mientras la vamos destruyendo y desertizando. O lo que es peor, mentimos descaradamente, como lo muestran las fotografías de algunos periódicos del día de la tierra, diciendo que es el campesino el que deteriora el medio ambiente, o las grandes colonias populares las que destruyen la naturaleza. Y olvidamos intencionalmente los vertidos venenosos de grandes fábricas con ninguno o deficiente control de su uso de las aguas, o las millonarias colonias construidas sobre algunos de los cerros que nos circundan, que no son precisamente villas miseria.
    Históricamente la guerra imponía en El Salvador una situación y una mentira totalizante, más riesgosa para el servicio de la verdad que las mentiras de la actualidad, como nos lo recuerdan nuestros mártires, pero, en cierta manera, más fácil de enfrentar. Se trataba de salvar vidas y construir la paz sobre la justicia, frente a quienes deseaban construir la sociedad sobre la eliminación del adversario. Hoy, la paz ha traido complejidad a nuestra tarea. El servicio universitario de la verdad debe contar hoy con una investigación más extensa y compleja que le permita una labor de docencia, propuesta social y denuncia pública, cuando ésta sea necesaria, que abarque la realidad en la mayor amplitud posible. No nos enfrentamos a una situación particular que condiciona toda la realidad, como lo era la guerra, sino a una realidad difusa, que sigue creando víctimas, pero que multiplica los encantos, como llamaban los clásicos a los falseamientos de la realidad, y, por supuesto, multiplica también a los encantadores, nunca mejor dicho, de serpientes.
    Palabras buenas como modernización, globalización, desarrollo, seguridad e incluso democracia, pueden convertirse en fraseología encubridora de la realidad. Queremos entrar en el proceso de mundialización de la economía sin conocer previamente las posibilidades de desarrollo autosostenible que tenemos. Queremos invitar al capital extranjero sin conocer bien los efectos de determinadas inversiones sobre nuestro medio ambiente o sobre nuestra propia organización social. Queremos vender las empresas del Estado sin la adecuada transparencia que permita al pueblo salvadoreño entender si dicha venta va a reportar al país mayores beneficios que los que reporta la empresa pública en la actualidad. Quisimos combatir la violencia con la pena de muerte sin enfrentar previamente el alcoholismo o simplemente regular con mucho mayor rigor la tenencia de armas en el país. O deseamos mantener la democracia rehuyendo el debate o la búsqueda mínima de consenso.
    Frente a esta realidad nueva y compleja, y frente a los intentos de encubrimiento que se hacen de la misma, la Universidad tiene que mantener su papel de creadora de verdad. Hoy desde una multidisciplinariedad creciente, desde un estudio e investigación en el campo de las ciencias exactas y la tecnología que nos permita conocer con mayor exactitud nuestras posibilidades físico_materiales, y desde el estudio e investigación de la realidad humana y su interacción social y con la naturaleza, la UCA debe aportar su reflexión constante a la sociedad. Reflexión a la que debe ir unida la propuesta, así como la denuncia cuando ésta sea necesaria.

    Al mismo tiempo, esta tarea de hacer verdad y romper el encubrimiento que sobre la realidad se realiza cada día, tiene una clara orientación hacia el servicio a las grandes mayorías empobrecidas de nuestro país. No queremos una verdad para nosotros mismos, sino para dársela a aquéllos, de los que somos también parte, que tienen que construir su propia historia desde la libertad y la dignidad humana. Queremos con ellos, desde una actitud universitaria que une docencia, investigación y proyección social, edificar una sociedad más justa, más humana, y más coherente con nuestros propios principios: la humanidad es una, todos somos iguales en dignidad y todos somos libres en la diversidad.
    Esta tarea encuentra en la actual conyuntura salvadoreña un campo propicio. La guerra, si bien ha dejado como herencia graves males en los que no voy a insistir, ha dejado al menos dos grandes factores de esperanza. Una cultura de diálogo y un claro afán popular de organizarse para su propio desarrollo en dignidad. Si la cultura del diálogo se había visto amenazada por tendencias autoritarias, hoy se ha vuelto a poner sobre el tapete la necesidad de dicha cultura tras la exigencia popular manifestada a través del voto. La UCA, factor históricamente clave en la construcción de esa cultura del diálogo, debe reforzar insistentemente esta tendencia, como ya lo viene haciendo, a través de las líneas antes señaladas. Y debe hacerlo como comunidad universitaria. Un liderazgo que no contara con el respaldo y la voluntad de la comunidad universitaria en esta tarea, no podría realizar lo que Ellacuría y sus compañeros lograron hacer en su momento.

    Comunidad de pensadores comprometidos con el cambio social en favor de los sectores empobrecidos, la universidad de inspiración cristiana, como se define a sí misma nuestra UCA, debe ser también desde su interior testimonio de los valores del Reino de Dios. La justicia, la dignidad humana, la ética, la capacidad de ir al fondo de los problemas, la responsabilidad profesional y el respeto a los derechos de los demás, no son en nuestra comunidad propuestas exclusivamente dirigidas hacia fuera de nuestro entorno universitario. Son valores que la misma Universidad debe vivir en su interior, insdispensables para su misma eficacia a la hora de incidir en la sociedad en la que vivimos. Desde el conocimiento y la experiencia de los esfuerzos por ser coherentes con lo que predicamos, les invito también a que nos ayudemos mutuamente a crecer en este terreno en el que nuestro colectivo debe dar también testimonio.

    No puedo terminar sin agradecer, una vez más en el caso del P. Ibisate, a mis antecesores en el cargo. Al menos a aquéllos que todavía son historia viva y determinante de nuestra realidad universitaria. Valga de nuevo la mención de Ignacio Ellacuría, hombre genial en el campo de la vida universitaria, que permanece iluminando caminos de futuro. Al P. Francisco Estrada, que con enorme valentía y determinación, asumió el rectorado de la UCA en momentos sumamente difíciles. Y a nuestro entrañable P. Ibisate, auténtico pilar de esta universidad desde prácticamente su fundación, y que, en la dedicación total al mundo universitario y en su apertura a los que componemos este colectivo, ha sabido darnos ejemplo de servicio, diálogo y cercanía con todos.

    Gracias especialmente a todos Ustedes que posibilitaron la genialidad de Ellacuría, el coraje de Estrada y la servicialidad dialogante y cercana de Ibisate. Y gracias finalmente, por estar abiertos a que yo pueda intentar servirles, a la universidad, al país y a ustedes, desde el mismo puesto que mis predecesores.

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El Zaire. Los refugiados se convierten en desaparecidos

"Morían a un ritmo de cien personas diarias"

    La comunidad internacional no puede permanecer impasible mientras millares de refugiados en el este de Zaire se enfrentan a la muerte por hambre porque los rebeldes deniegan acceso a la ayuda humanitaria, denuncia el seceretario general de la ONU. También las agencias humanitarias de la ONU se indignan por la pasividad del mundo ante la "muerte lenta y cruel" de 80.000 refugiados en el este de Zaire. Claman por el fin de esta tragedia y culpan a la Alianza rebelde de impedir la entrega de ayuda a los refugiados. La tragedia ahora toma la forma macabra de ni siquiera saber dónde están los refugiados.

    ¿Qué ha pasado? A finales de abril cerca de 50.000 refugiados ruandeses abandonaron el campamento de Kasese. "El campamento está vacío. No sabemos dónde están, si en Biaro o todavía más al sur, en Ubundo", dicen miembros de agencias humanitarias. Sus ocupantes huyeron hacia la jungla en dirección al sur después de que se produjeran enfrentamientos y saqueos tras la llegada de un tren que transportaba soldados de la Alianza rebelde. En total, se calcula en cerca de 100.000 ruandeses los refugiados que siguen atrapados en el conflicto de Zaire a lo largo de los 120 kilómetros que separan Kisangani de Ubundo.
    O'Toole, miembro de ACNUR visitó el campamento de Kasese y no encontró "huella alguna de los hombres, mujeres y niños que eran poco más que piel y huesos y que hace cuatro días morían a un ritmo de cien personas diarias". Tampoco había señal de los 167 refugiados hospitalizados, de los 200 enfermos de cólera aislados ni de los 519 niños no acompañados que había en el campamento. "No tenemos ni una sola pista de lo que ha ocurrido con los 9.000 refugiados clasificados como extremadamente vulnerables que necesitaban urgente ayuda medica", continuó O'Toole, y añadió que "todas las instalaciones habían sido saqueadas".
    La responsable de ACNUR, Sadako Ogata, informará el próximo lunes al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación y "exigirá a los Gobiernos que hagan cuanto esté en su mano para cambiar esta inaceptable situación". La ACNUR "pedirá a la Alianza que dé una respuesta a una serie de preguntas sobre el destino de los refugiados".
    La tragedia, la indignación y la impotencia son inmensas. Quizás quedan expresadas en estas dos terribles frases, una de Maire Heuze, portavoz de la UNICEF, y otra de Christian Bertiaume, portavoz del PMA"

"Los refugiados están en una trampa: sólo tienen la elección entre una muerte segura, debido al hambre, las enfermedades y debilidad, si permanecen en el refugio, y una muerte incierta si huyen hacia el Sur".

"El mundo asiste a la muerte lenta y cruel de los refugiados. La paradoja es que fallecen a causa del hambre _cuando los almacenes de alimentos en la región estan llenos de víveres_ tan sólo porque no podemos distribuirlos".

    Al escribir estas líneas en la primera semana de mayo decenas de miles de refugiados deambulan por el país a la espera de ser repatriados. La ONU ha establecido un puente aéreo para repatriar a los refugiados ruandeses de etnia hutu que se encuentran al sur de Kisangani. Confía en poder concluir la operacion en cien días repatriando diariamente unos mil refugiados, pero el problema está en la dispersión de éstos desde que que abandonaron los campos de refugiados.

    Otra noticia trágica es que en Burundi rebeldes hutus asaltaron a finales de abril el seminario de Buta con un saldo de 34 seminaristas y siete laicos asesinados, otros 34 seminaristas heridos. El papa Juan Pablo II "condenó con fuerza el acto de barbarie y repitió nuevamente que nada bueno puede venir de la violencia". L'Osservatore Romano añade estas palabras:

"En el Zaire se consuma, en medio de la indiferencia de la comunidad internacional, el genocidio silencioso de los refugiados ruandeses, de los que cientos de miles han desaparecido en la jungla ecuatorial y de la que reaparecen de cuando en cuando pequeños grupos extenuados por el sufrimiento. Sólo el dálogo, el perdón y el entendimiento, y no la violencia, podrán construir el futuro de Burundi.

Lo que se decía en diciembre de 1996

    Nadie se explica qué está pasando en la región de los Grandes Lagos de Africa. En Rwanda y en Burundi regímenes dictatoriales y criminales por encima de todo lo tolerable son reconocidos y apoyados por las Naciones Unidas.
    Los que hemos vivido de cerca esta guerra, que empezó hace ya 7 años, vemos que lejos de encontrar un camino que lleve a la paz, el problema se agrava de día en día, el conflicto implica directamente a cuatro países: Uganda, Rwanda, Burundi y Zaire, y la guerra va tomando proporciones alarmantes.
    Los refugiados han comprendido que quieren obligarles por el hambre a volver a Rwanda. Tienen miedo y el pánico cunde entre ellos y se dicen que antes de morir de hambre en los campos de refugiados, van a coger las montañas y huir. Tienen dos puntos de cita para su huida: Kenya a unos 600 kilómetros y Zambia a unos 1.200 kilómetros, algo suicida para los niños, mujeres y ancianos, pero que muestra hasta qué punto estaban decididos a no volver a Rwanda en esas condiciones.
    Este es el ambiente que hay entre los refugiados. Una madre decía a sus hijos: "Hijos míos, no vuelvan a Rwanda, no quiero tener el dolor de verlos masacrar en Rwanda delante de mis ojos; vayan por las montañas y huyan por Tanzania". La juventud, muchachos y muchachas preferían morir bajo las balas de los militares tanzianos que ser torturados y masacrados en Rwanda.
    El ACNUR está constituido para defender los derechos de los refugiados, para dialogar con los países que los acogen, para hacer una repatriación con dignidad y con justicia. ¿Por qué el ACNUR ha traicionado la razón de ser de su institución? ¿Qué se pretende con esa repatriación OBLIGATORIA, Y TOTAL, y sobre todo tan PRECIPITADA, antes del 31 de Diciembre? Mis interlocutores están de acuerdo con mis preguntas. Y yo sigo preguntando: ¿Quién está detrás de todo eso? Su respuesta es el silencio, aún cuando todos tenemos un nombre en la mente, que nadie se atreve a pronunciar. Yo me arriesgo y continúo: ¿No será Estados Unidos de América? Con la cabeza me asienten, al mismo tiempo me confirman que ellos tienen que cumplir las órdenes.
    Cuatro días más tarde de esta conversación, en Nairobi se publica en los diarios las cantidades que se habían pagado en ese contrato ignominioso: 500 millones de dólares para Rwanda, (¡se pueden comprar muchas armas!) y se hablaba de 300 millones de dólares para Tanzania.

P. Santos Gamuza, M. S.. CC.

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Textos olvidados de la doctrina social de la Iglesia (V)
Las relaciones internacionales

    Texto 1.
"Mientras por una parte siguen sin utilizarse recursos importantes de la naturaleza, existen por otra grupos enteros de desocupados o subocupados y un sinfín de multitudes hambrientas, un hecho que atestigua sin duda el que, dentro de las comunidades políticas como en las relaciones existentes entre ellas a nivel continental y mundial en lo concerniente a la organización del trabajo y del empleo hay algo que no funciona y concretamente en los puntos mas críticos y de mayor relieve social" (Juan Pablo II, Laborem Exercens 1981, n. 18).
     Texto 2. "Pero el problema tal vez mayor de nuestros días es el que atañe a las relaciones entre las naciones económicamente desarrolladas y los países en vías de desarrollo económico: las primeras gozan de una vida cómoda; los segundos, en cambio, padecen durísima escasez. La solidaridad social, que hoy día agrupa a todos los hombres en única familia, impone a las naciones que disfrutan de abundante riqueza económica la obligación de no permanecer indiferentes ante los países cuyos miembros, oprimidos por innumerables dificultades interiores, se ven extenuados por la miseria y el hambre y no disfrutan, como es debido, de los derechos fundamentales del hombre. Esa obligación se ve aumentada por el hecho de que, dada la interdependencia progresiva que actualmente sienten los pueblos, no es ya posible que reine entre ellos una paz duradera y fecunda si las diferencias económicas y sociales entre ellos resultan excesivas", Juan XXIII, Mater et magistra, 1961, n. 157).
     Comentario. Los promotores de la plataforma del 0'7 decían que se trataba sólo de un primer paso. Juan XXIII añade una razón para ese modo de ver: res nostra agitur!, nos jugamos nuestra propia paz duradera y fecunda. La primera consecuencia de la "aldea global" es la necesidad de la igualdad entre las naciones:
     Texto 3. "Las mutuas relaciones entre las comunidades políticas han de estar reguladas por la verdad. La cual exige antes que nada, que de estas relaciones se elimine toda huella de racismo; y que, por tanto, se reconozca como principio sagrado e inmutable que las Comunidades políticas, por dignidad de naturaleza, son iguales entre sí; de donde se sigue un mismo derecho a la existencia, al propio desarrollo, a los medios necesarios para lograrlo de modo que cada una sea la primera responsable en la actuación de sus programas" (Juan XXIII, Pacen in Terris, 1963, n. 80).
     Comentario. Ello lleva a proclamar la necesidad y las funciones de una autoridad mundial:
     Texto 4. "Debiendo esta autoridad desempeñar su oficio eficazmente, conviene que sea igual con todos, exenta de toda parcialidad y orientada al bien común de todas las gentes. Si las naciones más poderosas imponen por la fuerza esta autoridad universal, con razón habrá que temer que sirva al provecho de unos pocos o que esté del lado de una sola nación. De este modo la fuerza y eficacia de su acción correrían peligro. Las naciones, por mucho que discrepen entre sí en el aumento de bienes materiales y en su poder militar, defienden tenazmente la igualdad jurídica y la propia dignidad moral. Por eso, no sin razón, los estados se someten de mal grado a una potestad que se les impone por la fuerza, o a cuya constitución no han contribuido o a la que no se han adherido espontáneamente (Juan XXIII, Pacem in terris, 1963, n. 130).
     Comentario. Pero todo lo anterior resultará inútil si, tanto las relaciones internacionales como la autoridad mundial, están viciadas por el pecado original de unas relaciones económicas injustas, como son las del comercio internacional, denunciando por Pablo VI en unos párrafos famosos:
     Texto 5. "Los esfuerzos. que se han hecho para ayudar a los países en vías de desarrollo, serían ilusorios si sus resultados se ven parcialmente anulados por las relaciones comerciales entre países ricos y pobres. La confianza de éstos se quebrantará si tienen la impresión de que una mano les da lo que les quita la otra. Las naciones industrializadas exportan sobre todo productos elaborados, mientras que las economías poco desarrolladas no tienen para vender más que productos agrícolas y materias primas. Gracias al progreso técnico los primeros aumentan rápidamente de valor y encuentran suficiente mercado. Por el contrario, los productos primarios que provienen de los países subdesarrollados, sufren amplias y bruscas variaciones de precio, muy lejos de esa plusvalía progresiva. De ahí provienen para éstos últimos grandes dificultades cuando han de contar con sus exportaciones para equilibrar su economía y realizar su plan de desarrollo. Los pueblos pobres permanecen siempre pobres y los ricos se hacen cada vez más ricos" (Pablo VI, Populorim Progressio, 1967, nn. 56_57).
     Texto 6. "A este respecto, deseo recordar particularmente: la reforma del sistema internacional de comercio, hipotecado por el proteccionismo y el creciente bilaterismo; la reforma del sistema monetario y financiero mundial, reconocido hoy como insuficiente; la cuestión de los intercambios de tecnologías y de su uso adecuado; la necesidad de una revisión de la estructura de las organizaciones internacionales existentes en el marco de un orden internacional (Juan Pab lo II, Sollicitudo rei socialis, 1987, n. 43).
     Comentario. Plusvalía progresiva para unos y "minusvalía" regresiva para otros. Estas palabras han resultado dolorosamente proféticas. Muchos pueblos subdesarrollados se han visto obligados a substituir una agricultura de subsistencia (maíz, arroz etc) por unos cultivos de exportación (flores, plantas colorantes.) que de ningún modo alcanzan después a la subsistencia de los campesinos. Así no les quedan a éstos más que dos salidas: o la emigración local a las horribles megápolis de muchos países del tercer mundo, o el cultivo de la droga. Ante estos hechos, continuaba Pablo VI:
     Texto 7. "La regla del libre cambio no puede seguir rigiendo ella sola las relaciones internacionales. Sus ventajas son claras sólo si las partes no se encuentran en condiciones demasiado desiguales de potencia económica. Pero ya no es lo mismo cuando las condiciones son demasiado desiguales de país a país: los precios que se forman "libremente" en el mercado pueden llevar consigo resultados no equitativos. Por consiguiente queda cuestionado aquí el principio fundamental del liberalismo como regla de los intercambios comerciales... Una economía de intercambio no puede seguir descansando sobre la sola ley de la libre concurrencia, que engendra también demasiado a menudo una dictadura económica (Pablo VI, Populorum Progressio, 1967, nn. 58_59).
     Comentario. En efecto: los mismos países que proclaman las excelencias del liberalismo de intercambio, tienen luego medios para introducir formas de aranceles o "proteccionismos camuflados" en sus relaciones comerciales con los países pobres. De este modo nunca será posible el ideal que Pablo VI definía como "convencer que realicen ellos mismos su propio desarrollo y que adquieran progresivamente los medios para ello".

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Ricos y pobres

    "La esencia de la población del Tercer Mundo es hoy, a diferencia de lo que ocurrió hasta hace 100 años, que se trata, desde el punto de vista del Primer Mundo y sus necesidades económicas, de una población sobrante. Se sigue necesitando del Tercer Mundo, sus mares, su aire, su naturaleza, aunque sea únicamente como basurero para sus basuras venenosas, y se sigue necesitando sus materias primas... Lo que ya no se necesita es la mayor parte de la población del Tercer Mundo", Franz Hinkelammert, 1991.

    "En 1960, el 20% de la población más pobre del planeta se repartía el 2,3% de la renta mundial, este porcentaje ha disminuido al 1,7% en 1980 y al 1,4% en 1990. Mientras tanto, el 20% de los más ricos pasaba del 70,2% en 1960, al 76,3% en 1980 y al 82,7% en 1990". José María Mella Márquez, Universidad Autónoma de Madrid, 1994.

    "El abismo entre pueblos ricos y pobres va en aumento, y eso que en 1990 la relación era de 60 a 1, y de 180 a 1 si se comparan los más ricos y los más pobres. El patrimonio de las 358 personas, cuyos activos tienen un valor superior a 1.000 millones de dólares, supera el ingreso anual del 45 por ciento de la población mundial. Y en términos absolutos la pobreza es denigrante para 3.000 milones de seres humanos. 89 países están peor que hace diez años, y algunos de ellos peor que hace treinta. Países como Costa de Marfil pueden tardar 65 años en llegar a los niveles de índice de Desarrollo Humano de los países industrializados, pero otros, como Mozambique y el Níger, tardarán más de dos siglos. La conclusión es que estamos pasando de "lo injusto a lo inhumano", James Gustave Speth, Informe del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, 17 de julio de 1996.

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Fragmentos de homilías de Monseñor Romero

    "Sin pobreza de espíritu no puede haber llenura de Dios. Si Dios no hubiera encontrado el vacío inmenso de María por la humildad, no hubiera venido al mundo, no hubiera habido quien lo captara. Gracias a Dios, y esto hemos de agradecerle a la Virgen, Dios la escogió para ser madre suya porque era santa en la humildad, porque nadie como ella expresó la pobreza real de Israel, porque nadie como María expresó el ansia de todos los pueblos" (24.12.1978).

    "Como un gran honor a la mujer quisiera decir que toda mujer embarazada es Adviento. Es anuncio de una vida que llega. Y por eso, ¿cómo va a difamar y a ultrajar la Iglesia la figura de la mujer? Al contrario, la enaltece y la engrandece. Y quiere defenderla de todo lo que la ultraja y la hace menos grandiosa.
    En el adviento hay estas dos figuras: María embarazada para ser Madre de Jesús y, ella misma, la iglesia, fecunda de tantos hijos que como María, también Virgen y Madre, está preparando para dar a luz en la eternidad" (24.12.1979).

    "Si amamos a nuestra Madre, Ella es el modelo, el paradigma del seguidor del evangelio. El modelo de los pobres de Yavé, María, la pobrecita, a la que el Cardenal Pironio llama 'la que visita a América con los pies descalzos, con un niño pobre que nos hace ricos, con un niño indigente que nos hace libres'. Una gran devoción a la Virgen, pero así, hermanos, una devoción liberadora, una devoción que nos haga aprender de María la libertad con que Ella hablaba. Una devoción de la Virgen que nos haga sentirnos frente a Dios, no para implantar nuestro modo de pensar o nuestra falsa prudencia, sino que sepa dar su cara por Cristo, cuando por la injusticia del mundo queda clavada allí junto a El. Ella es la valiente de Jehová, la que defiende los derechos de Dios y del hombre, aun cuando cuesta humillaciones y peligros" (15.7.1979).