Carta a las iglesias, AÑO XVIII, Nº 396, 16-28 de febrero, 1998

 

Cuaresma y conversión

Hace sólo unos pocos días ha comenzado el tiempo litúrgico llamado "Cuaresma", con la famosa imposición de la ceniza sobre las cabezas de los fieles. Como es sabido, el que impone la ceniza pronuncia al hacerlo una frase que viene a ser como el motivo principal que debe estar presente a lo largo de toda la cuaresma y por supuesto a lo largo de toda la vida. Es algo que mueve a reflexión y que mueve a compromiso de vida.

Pues bien, es significativo el cambio que se ha dado, a raíz de la renovación litúrgica, en lo que se refiere a dicho motivo principal. Antes de dicha renovación la frase pronunciada era: "Acuérdate, ser sacado de la tierra, que eres polvo de la tierra y que volverás a unirte al polvo de la tierra". Con ello se hacía clara alusión a la necesidad de recordar, durante la cuaresma y durante la vida, la muerte y el final como si lo de aquí, la vida, no tuviese mayor importancia, como si la vida fuese una mala posada por la que no tenemos más remedio que pasar en nuestro camino hacia el más allá.

Actualmente, en cambio, la fórmula pronunciada al imponer la ceniza es totalmente diferente. Quien impone la ceniza dice: "Conviértete y cree en el evangelio (buena noticia)". Es un cambio radical en el sentido que se quiere dar a la cuaresma y al conjunto de la vida. La cuaresma y la vida son presentados como el lugar donde la persona debe ir convirtiéndose y creyendo dinámicamente en la buena noticia de Jesús de Nazaret (siguiéndole). Como se ve, el cambio es sustancial y juega el papel de reto y tarea para la persona cristiana.

Pero para entender mejor el sentido de la cuaresma a partir de esta fórmula pronunciada el miércoles de ceniza, conviene que recordemos que la ceniza hace las veces de profeta, especialmente del profeta Jesús, que nos hace caer en la cuenta de la necesidad de desenmascarar todo aquello que nos hace falsos seres humanos, de dar un giro radical hacia la autenticidad, de adherirnos con todo nuestro ser a la buena noticia de Jesús haciéndola realidad en nuestra vida diaria.

"Convertirse y creer en la buena noticia" supone hacer la síntesis personal de las llamadas que hace la palabra de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.

Efectivamente, los profetas del Antiguo Testamento exigían la conversión, la vuelta en otra dirección radicalmente diferente, a los gobernantes y al mismo pueblo de Dios. Para ello debían primero meter el dedo en las llagas para hacer conciencia de la existencia de las mismas. Ponían en último término de un modo sencillo el horizonte, el punto final del camino hacia el que se debía avanzar: la misericordia, la ternura, la justicia, la compasión, la comunión, la solidaridad, la paz interhumana-internacional-ecológica, el amor cada vez más profundo a Dios y a los demás. Lo que hacían, pues, es llamar a la conversión para poder hacer realidad la buena noticia, los sueños de Dios.

El enfoque de la llamada del Nuevo Testamento, en cambio, pone el acento en la Buena Noticia de Jesús que es la vista para los ciegos, el oído para los sordos, la agilidad para los lisiados, la liberación para los cautivos, la comida para los hambrientos, la bebida para los sedientos, la casa para los sin techo, el año de gracia y de salvación para todos; y especialmente para los empobrecidos, los que lloran, los que se esfuerzan por implantar la justicia a pesar de la persecución, los amantes de la paz y laborantes en favor de ella. Esta Buena Noticia es el punto final al que somos llamados a tender y por el que debemos realizar una auténtica conversión de nuestros egoísmos, ambiciones, agresividades, competitividades, injusticias, espíritus violentos, deseos de poder, falsedades…

Desde el miércoles de ceniza, pues, se nos está haciendo una llamada a sintetizar y articular la conversión y el seguimiento de la Buena Noticia que es Jesús.

Pero, ¿qué tiene que ver todo lo anterior con la cuaresma de 1998? Leyendo el presente número de Carta a las iglesias nos daremos cuenta de la urgencia y necesidad de que la humanidad entera nos tomemos con toda seriedad esta penúltima cuaresma antes del año 2.000.

Hay muchos temas en los que debemos convertirnos para poder llegar a creer en la nueva humanidad como Buena Noticia: el espíritu violento y agresivo de los países poderosos que hipócritamente juegan a la guerra destructora so capa de la defensa de la cultura "humanista occidental" (véase la carta de González Faus a Bill Clinton y el comentario sobre la guerra evitada), el dinero y la riqueza, la estructura eclesial tan necesitada de reforma (véase la Carta de Pedro Casaldàliga sobre el jubileo), la injusticia y la violación de los derechos humanos (véase el comentario al Mensaje de la Paz de Juan Pablo II), la realidad nacional tan llena de incoherencias e irresponsabilidades (véase entrevista a Monseñor Rosa Chávez), el desprecio de los indígenas y de los campesinos en muchos países de nuestra área latinoamericana y en el conjunto del llamado tercer mundo, el egoísmo y egolatrismo de los países desarrollados enriquecidos a costa del empobrecimiento de los países subdesarrollados, el fantasma de la pobreza que cada vez toma más cuerpo, la corrupción, las historias recientes de opresión (véase comentario sobre el nuevo Presidente de Corea del Sur).

Esta enumeración de temas de conversión, posiblemente nos puede resultar algo pesada y dura. Pero no por ello debe ser evitada. Al contrario, es bueno tenerla presente como reto personal, social, eclesial, nacional e internacional.

Es indudable que el tomarnos en serio estos retos y el comenzar a convertirnos es algo que nos hace más personas humanas, que nos humaniza, que muestra nuestra grandeza, y nuestra dignidad, nos acerca a Dios y nos introduce en la familia de los hijos de Dios, nos hace "santos como Dios es santo" en la línea de Levítico 19, la de la compasión, la de la justicia, la de la autenticidad, la de la honradez, la del amor.

 


 

ARENA: en búsqueda de nuevos liderazgos

El problema del incremento de las tarifas eléctricas

 

Situación interna de ARENA

Los partidos políticos tienen la mirada puesta en 1999; en consecuencia, las necesarias readecuaciones ya han comenzado a operarse al interior de algunos de ellos. El partido ARENA es el que, hasta este momento, ha ocupado el mayor espacio en los medios de comunicación, no sólo porque ha sido el primer instituto político que hace público el nombre de uno de sus precandidatos –Francisco Flores-, sino porque éste podría estar encabezando a uno de los sectores del partido reacio a aceptar la conducción partidaria de la vieja guardia arenera. En cierta forma, la reacción inicial de Cristiani a la autoproclamación de Flores como precandidato de ARENA pudo haber evidenciado algo de los roces existentes al interior del partido de derecha, aunque la posterior posición del Presidente del COENA –respaldando la nominación de Flores— estuviera encaminada a resaltar la "unidad granítica" del partido.

Por lo demás, lo que sucede al interior del instituto político de derecha no puede dejar de generar las más disímiles hipótesis e interpretaciones. Una de las más aceptadas es aquella que atiende a las innegables tendencias que existen al interior de ARENA, las cuales, si bien están articuladas por un proyecto común que apuesta por la libertad de empresa y el rechazo a cualquier iniciativa de solidaridad social, no parecen estar en total acuerdo acerca de cuáles serán los sectores empresariales más beneficiados ni quién o quiénes serán las figuras que llevarán adelante la iniciativa arenera. ¿Qué privilegiar, los intereses de la banca o los intereses de los agricultores y los industriales? ¿Quiénes van a gestionar mejor el proyecto de la derecha, los "duros", como Mario Acosta Oertel; los empresarios exitosos, como Roberto Murray Meza; los "viejos zorros", como Alfredo Cristiani; o los jóvenes intelectuales, como Francisco Flores?

Si acaso tiene visos de realidad una lectura de este tipo, las cosas al interior de ARENA no están tan tranquilas como parece. Hay abundante evidencia tanto de las fracturas del partido a raíz de las pugnas existentes de sus grupos de poder como de los conflictos entre la figuras (y sus respectivos séquitos) que -amparados en una filiación directa con el padre fundador Roberto D’Abuisson, en un presunto protagonismo histórico o en una supuesta brillantez intelectual- pretenden liderarlo. No es que el partido esté al borde del abismo; no es que su futuro político sea incierto. Se trata, sin embargo, de pugnas y conflictos de intereses que han hecho tambalear en más de una oportunidad la disciplina que, hasta antes de la firma de los Acuerdos de Paz, alejó de las filas de ARENA el fantasma de la disidencia. Así, la paz lograda en el país trajo la discordia a ARENA. Por otra parte, hay quienes quieren medir los ritmos del país de acuerdo a los ritmos de ARENA. Vaya error más grave, por no hablar de ceguera o falta de juicio. Que ARENA se fortalezca no quiere decir en lo absoluto que el país va a ir mejor. Que el país haya avanzado en el proceso de democratización no ha sido necesariamente gracias a ARENA, sino en muchos aspectos pese a ARENA.

El incremento de las tarifas eléctricas

Coincidentemente con la reciente venta de las tres distribuidoras de energía eléctrica a empresas privadas internacionales, se conoció también que próximamente se procederá a incrementar las tarifas de energía eléctrica en cuatro ocasiones durante 1998. Obviamente, esto tendría implicaciones claras sobre la inflación y disminuiría los ingresos reales de los hogares, pero, además, plantearía un problema adicional debido al diseño regresivo del ajuste tarifario. Por lo anterior, resulta de interés examinar los últimos hechos alrededor de las tarifas, especialmente, las características del ajuste tarifario y la posterior disposición de continuar con el subsidio a las tarifas anunciadas por el Presidente Armando Calderón Sol.

De acuerdo a la Superintendencia General de Energía y Telecomunicaciones (SIGET), actualmente los grandes consumidores pagan por la electricidad un precio con el cual subsidian los bajos precios que, por el contrario, pagan los pequeños consumidores. Con el ajuste tarifario se pretendería incrementar las tarifas de los pequeños consumidores, actualmente subsidiadas, y disminuir la de los grandes consumidores. De acuerdo al artículo 122 de la Ley General de Electricidad, existe un programa trimestral de incrementos de precios para los usuarios residenciales con un consumo mensual inferior a los 500 kilovatios hora. Así, se planea una disminución gradual de los subsidios hasta llegar a eliminarlos en noviembre de 1999. Actualmente, el Estado asigna un subsidio de 262 millones de colones a los pequeños consumidores de electricidad. Para finales de 1998 se estimaría que el kilovatio pasaría de un precio de 0.39 colones a otro de 0.86 colones, lo cual implica un incremento de 120% sólo en el primer año.

En cambio, la misma SIGET acepta que los sectores que consumen más electricidad verán reducido el precio del kilovatio hora, aunque sin especificar cual sería el monto de la reducción. Evidentemente, esto beneficiará fundamentalmente a la grande y mediana empresa, y especialmente a la industrial.

Cabe mencionar aquí que este no es el único incremento de importancia en las tarifas registrado en los últimos años, pues, desde 1994 a la actualidad, ha venido implementándose una política de incrementos tarifarios con las siguientes características: en 1994 se incrementaron las tarifas en un 30%, en 1995 en un 25% y en 1996 en un 17%. De acumular todos los incrementos, al final el incremento proyectado habría alcanzado cerca de un 86.9%.

Desde el principio, existió una importante oposición al nuevo incremento de las tarifas planeado a partir de 1998 y que afloró especialmente a nivel de organizaciones no gubernamentales, de pequeños y medianos empresarios e inclusive de todos los partidos con representación en la Asamblea Legislativa, incluido el partido de gobierno ARENA. Todos los partidos plantearon la inconveniencia de estas medidas porque implicaban afectar a los sectores más pobres y porque podría afectar las posibilidades de desarrollo del país. Hasta personeros de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) -teóricamente uno de los grupos más beneficiados- expresaron que "aunque el costo del consumo de energía disminuya para los industriales, creemos que este no tendrá impacto directo en la disminución de precios de los productos".

Es en este contexto que la Asamblea Legislativa aprobó en la plenaria del pasado 19 de febrero emitir una recomendación a la SIGET para que derogue los acuerdos ejecutivos que contemplan el incremento de las tarifas de la energía eléctrica. A su vez, esta postura provocó reacciones de los apologistas de la privatización y de la inversión extranjera, quienes usualmente centran sus argumentos en el peligro de alterar supuestas "reglas del juego" de la privatización y con ello desalentar la inversión extranjera. En esta línea, representantes de las empresas que adquirieron las principales distribuidoras de energía eléctrica, al expresar su oposición a retardar el alza tarifaria, expresaron que la congelación de las tarifas también implicaría que la SIGET debe cambiar las normas de competencia.

La postura del Presidente Calderón Sol

Ante esta polémica, la postura del Presidente Calderón Sol ha sido suspender las alzas en las tarifas de la energía eléctrica y continuar con la política de subsidios para el consumo de la energía eléctrica, para lo cual se dispondría de un monto de cerca de 60 millones de colones. Lo cual, por el momento, podría reducir las contradicciones entre consumidores y empresarios, pero no representa aún una solución definitiva a los problemas tarifarios que genera la privatización.

Aunque según el Banco Central de Reserva, la meta inflacionaria de entre 2.5% y 4.5% para 1998 ya incluye los cambios en las tarifas de la energía eléctrica, lo cierto es que estas representan un deterioro indeseable de la economía familiar. Adicionalmente, no es descabellado esperar que el proceso inflacionario se acelere aún más de lo previsto por efecto de la especulación de precios, una práctica empresarial muy arraigada en América Latina.

Llama fuertemente la atención el hecho de que el partido de gobierno haya retrocedido en el aspecto de las tarifas, en un momento en el cual aparentemente habían logrado avanzar exitosamente en la privatización de las distribuidoras de energía eléctrica. Una de las razones más claras de esta postura son los elevados costos políticos que una brusca y permanente alza de las tarifas tendría de cara a la coyuntura electoral que se abre en 1999 con las elecciones presidenciales, y continúa en el año 2000 con nuevas elecciones para diputados y alcaldes.

Lo que resulta evidente es que, tal como se señaló desde principios de la década, la privatización no solamente se traduciría en mayor nivel de inversión y menores presiones para las finanzas públicas, sino también en un incremento de las tarifas que, en el caso de la electricidad, estarían focalizados principalmente en los consumidores domésticos con bajo consumo, es decir, en la mayoría de los consumidores de energía eléctrica.

Aunque para los partidarios del neoliberalismo la práctica de los subsidios entrañaría más perjuicios que beneficios, no puede negarse que estos pueden instrumentalizarse para beneficiar a los sectores más vulnerables de la sociedad. La privatización, aunque ha encontrado muy poca resistencia teórica y política, muestra a medida que avanza que en la práctica únicamente beneficia a inversionistas extranjeros a costa de incrementos de las tarifas y en el nivel general de precios, que afectan negativamente a los sectores más desfavorecidos de la población.

La propuesta de privatización debería incluir una distribución equitativa de beneficios entre consumidores y empresarios, como una forma de reducir sus costos sociales, evitando dañar la economía familiar en aras de la máxima rentabilidad empresarial.

 


 

Una guerra evitada

Obispos protestan

 

Todos sentimos un alivio y le dimos gracias a Dios, al enterarnos del acuerdo alcanzado el 22 de febrero entre Kofi Annan, el Secretario General de la ONU, y el gobierno de Irak. El acuerdo evita, al menos por ahora, una guerra horrible, pues Estados Unidos amenazaba, junto con Inglaterra, con un ataque masivo contra Irak si su presidente no permitía que la ONU, con Estados Unidos a la cabeza, tuviera pleno acceso a lugares donde se cree que el gobierno de Irak fabrica y almacena armas químicas y biológicas.

Es real el peligro que representa el presidente de Irak, Saddam Hussein, cuyo gobierno ha usado armas de este tipo en el pasado. Se deben, por tanto, tomar medidas contra esta clase de armas. Sin embargo, muchos lamentamos que la única superpotencia (Estados Unidos) se haya portado en este asunto como justiciero universal, sin concertar con otros países y hasta utilizando como instrumento a la ONU.

De hecho, por lo menos seis países más en el Medio Oriente tienen armas de destrucción masiva; pero son aliados de Estados Unidos y nadie les pide cuenta. Y por otra parte, ¿a quién rendirá cuentas Estados Unidos por el uso del arsenal de armas de destrucción masiva más grande de la historia? Parece que sólo a Dios y a quienes piden estas cuentas en nombre de Dios y de los pueblos que son víctimas de sus gobiernos.

Da ánimo saber que la Iglesia no ha callado ante la reciente crisis. En Estados Unidos los obispos católicos, junto con miles de personas más -y millones alrededor del mundo- han protestado no sólo contra la política del gobierno de Irak sino también contra la de Estados Unidos, durante estas últimas semanas llenas de tensión ante la amenaza de una guerra realmente catastrófica.

El 12 de febrero, los siete arzobispos cardenales de Estados Unidos y el obispo Anthony Pila, de Cleveland, Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos, escribieron al Presidente Bill Clinton adversando el plan de una ataque militar.

"A nuestro juicio -decían los obispos- esta acción [militar] de parte de Estados Unidos puede ser extraordinariamente difícil, y hasta imposible, de justificar y pondría en peligro serio la posibilidad de lograr una paz duradera en la región".

Los obispos urgían al Presidente Clinton a que, "en lugar de ejercer la opción militar, Usted refuerce las iniciativas diplomáticas, ampliando la participación de otros gobiernos, especialmente de los estados árabes, en un esfuerzo concertado para lograr que Irak cumpla con esta materia".

"Le urgiríamos a Usted -proseguían los obispos- a reexaminar el embargo para permitir más ayuda humanitaria al pueblo iraquí y para asegurar que se consiga evitar la destrucción de las vidas de civiles inocentes".

"Reconocemos la postura insostenible de Saddam Hussein y la amenaza potencial que su producción y posesión de armas de destrucción masiva significa para todo el mundo... Apoyamos todo esfuerzo pacífico, de parte de la comunidad internacional, para lograr que el líder iraquí cumpla con las resoluciones de la ONU...".

Dos días antes, el arzobispo Theodore McCormick había escrito a Madelaine Albright, Secretaria de Estado de Estados Unidos, en nombre de los obispos. El arzobispo había hecho notar que muchas veces el papa había expresado su preocupación respecto al embargo impuesto a Irak después de la guerra del Golfo en 1991, embargo que ha causado mucho sufrimiento al pueblo iraquí. Según el arzobispo, "ya es hora de afirmar que la muerte y el sufrimiento del pueblo iraquí por causa de las sanciones nos parece moralmente intolerable e inaceptable... No se puede dudar de que el embargo de la ONU ha sido un factor que ha contribuido a la muerte, la desnutrición y la enfermedad muy difundidas entre la población iraquí. Según los informes de nuestros hermanos obispos [en Irak] y otras fuentes confiables, faltan alimentos adecuados, agua potable y servicios de salud para cientos de miles de personas. Contribuir en grado significativo, aunque indirectamente, a su hambre y enfermedad es injustificable, por muy desmesuradas que sean las acciones de sus líderes".

El arzobispo había añadido: "Es injusto castigar al pueblo iraquí por las acciones de un gobierno que el pueblo no puede controlar".

Todas estas protestas de la jerarquía católica y otras muchas con toda certeza han tenido que ver con la detención por el momento de todo el aparato de guerra puesto en movimiento por Estados Unidos contra Irak. Es éste un ejemplo de cómo la Iglesia, junto con la sociedad civil puede y debe contribuir a la paz en nuestros tiempos. Lo mismo se puede decir de la carta que viene a continuación.

 

 

De "SANGRE POR PETROLEO" a "SANGRE POR PRESTIGO"

Carta al Presidente Clinton

José Ignacio González Faus

Le escribo desde la impotencia y la desesperación. Si no ocurre un milagro, dentro de unos días escribirán Uds. una página más en la crónica de violencias bárbaras que pueblan la historia de este género humano. Ya han dicho Uds. que el castigo será "sustancial": ¡precioso eufemismo para quien ha sabido crear el lenguaje "políticamente correcto"¡ Nada de crueldad: simplemente "substancia". Las víctimas de esa ostentación obscena no deberán preocuparse porque "han muerto por la democracia", ¿verdad? Como aquellos soldados descuartizados de que habla Graham Greene en The quite American. ¿Lo ha leído Ud.?

No obstante, y como la democracia "tal como Uds. la entienden" incluye todavía una cierta libertad de palabra, déjeme presentar a su consideración unas pocas reflexiones.

1. Dirige Ud. un pueblo que es el más violento del planeta y aquel en el que la riqueza está peor repartida. En este segundo punto han llegado Uds. en los últimos veinte años al nivel de los países más tercermundistas, y han dado origen a la categoría del "working poor" (el pobre que trabaja) que es la más cercana al antiguo "esclavo". Por lo que hace al primer punto, todos sus productos culturales (desde los westerns hasta L. A. Confidential, todos ellos maravillosamente narrados) son una glorificación de esa violencia individual, no delegada, y que uno se autoasigna porque es "el bueno" y para hacer el bien. ¿No cree Ud. que en estos dos puntos tendría un mejor campo para una cruzada?

2. De que Saddam Hussein sea un tirano cruel no me caben muchas dudas. En fin de cuentas, Uds. lo arroparon, lo armaron, lo hicieron crecer porque les parecía un buen escudo contra Irán, y dejaron de eliminarlo porque ello podía suponer un estallido del drama kurdo. No es pues esto lo que se discute y no vale la pena que me arguya Ud. por ahí. Lo que sucede, en primer lugar, es que no se ve que la muerte de unos cuantos miles de civiles vaya a desarmar a Saddam (a menos que Uds. entiendan que Saddam está armado "de árabes" que deben ser una gran plaga biológica y bacteriológica): a lo mejor Uds. se desahogan pero él sale reforzado. Sucede, en segundo lugar, que tampoco Israel cumple las decisiones de Naciones Unidas (ni la célebre 242, ni nunguna otra). Y sucede, en tercer lugar, que también era tiránico el gobierno de Pinochet, y el actual de China, y el de Kuwait… y no sabemos que Uds. hayan pensado organizar ninguna "cruzada" contra ellos. Más bien comercian y se entienden muy bien con ellos.

3. Nadie tiene derecho a tener armas. Y menos esas armas de destrucción atroz y masiva. Pero casi todas esas armas las han inventado Uds., las comercializan Uds. y las almacenan Uds. en mayor grado que ningún otro país. Si Uds. las poseen ¿qué derecho pueden tener a impedir que las posean otros? La única respuesta a eso es que Uds. las tienen para el bien porque Uds. son los buenos, que es lo que vino a decir Ud. cuando las minas: "destrúyanse todas las minas del mundo… menos las nuestras". No sé si percibe hasta qué punto esa es la respuesta de todos los fundamentalismos, carente del más elemental sentido democrático. Por otro lado, la trayectoria de todas sus últimas "cruzadas" (desde Guatemala en 1954, Santo Domingo, El Salvador, Grenada, Vietnam…) muestra demasiado a las claras que lo que Uds. entienden por "el bien" coincide siempre con sus intereses geoestratégicos. Y el principio fundamental de toda actitud democrática es que nadie puede identificar sus intereses personales con el bien absoluto. ¿No cree que si Uds. se desarmaran radicalmente quizá ganarían en eficacia (y desde luego en autoridad) a la hora de exigir a Saddam Hussein?

4. Por otro lado, en la pasada "barbarie del Golfo" (y permítame Ud. que no la llame guerra, porque la "guerra" -mala y todo como siempre ha sido- era otra cosa), se vio claramente que el ejército de Irak, con el que tanto nos habían asustado, era bastante tercermundista y estaba mucho más armado con visionarismos ingenuos que con esas armas letales que tanto le preocupan a Ud. Se pudo ver, a pesar de la impresionante censura (tan contraria a todos los principios democráticos) con que Uds. intentaron convertir aquella barbarie en espectáculo televisivo. Si a esto añadimos que, en otro momento de horas bajas de popularidad suya, un oportuno bombardeo sobre Irak le hizo recomponer su imagen y recuperar puntos, debería Ud. comprender que ni el lugar ni el tiempo están bien elegidos para que nos traguemos sus "preocupaciones" actuales.

5. Por todas estas razones permítame concluir lo siguiente: tienen Uds. "medios y voluntad" para destruir Irak. En eso estoy de acuerdo con su embajadora. No tienen en cambio "autoridad ni legitimidad" para hacerlo; pues estas dos cualidades no se poseen por autoasignación (sólo los tiranos y los dictadores se las autoadjudican), sino por delegación. Y una ONU a la que Uds. manejan, extorsionan económicamente y destituyen a su secretario cuando no acaba de gustarles, no tiene capacidad ninguna para darles esa delegación (a parte de que tampoco ha llegado a dársela formalmente).

6. ¿No será pues que lo que Uds. necesitan es un "enemigo absoluto", y que desde la caída del Este andan Uds. renqueando porque no lo tienen? Un "enemigo absoluto" es lo que necesitan para subsistir todos los poderes absolutos. Los españoles que ya vivíamos durante el franquismo sabemos eso bastante bien. ¿No será que Uds. creen que todo el mundo tiene obligación de prestarles esos favores "sexomilitares" como quien cree que todo el mundo debería prestarle otros favores sexuales…?

7. Ya sé que todo esto no va a servir para nada. Pero, a pesar de todo, no puedo callarme. Quizá porque, en tiempos de Hitler tampoco se callaron dos o tres locos (como el obispo Von Gallen, D. Bonhoeffer o Von Stauffenberger) aunque no sirviera para nada. En tiempos de la barbarie argentina tampoco se callaron dos o tres locos (como Msr. Angelleli o las madres de la plaza de mayo). En tiempos de la conquista española de América tampoco se callaron dos o tres locos (como Bartolomé de las Casas y Antonio Montesinos) aunque tampoco sirviera para nada… Y hoy en día, en su país, hay locos como N. Chomsky capaces de escribir esa locura antipatriótica titulada La quinta libertad. Y muchos antes que todos ellos, Otro que solía decir "dichosos los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios", y que tampoco se calló aunque lo llevaron a la Cruz. Sólo se limito a decir "ésta es vuestra hora y el poder las tinieblas" (evangelio de Lucas 22, 53).

Quizá sea ésta la ley de nuestra historia. Un saludo.

 


 

Visión pastoral de Mons. Rosa Chávez sobre la realidad

Conferencia de Prensa del Obispo Auxiliar de San Salvador

 

El domingo 15 de febrero, tras la misa en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, Monseñor Gregorio Rosa Chavez, obispo auxiliar de San Salvador, volvió a ser luz y fuerza para enfrentar la realidad en la acostumbrada Conferencia de Prensa que sigue a la celebración eucarística. El obispo fue respondiendo con claridad y firmeza cristiana a las diferentes preguntas que le fueron haciendo los periodistas. De los diversos temas tratados hay algunos que merecen ser subrayados.

Sobre el incremento de las tarifas eléctricas

Ante la pregunta por su posición sobre lo que va a ser el incremento de las tarifas eléctricas, la respuesta de Monseñor Rosa no se quedó en lo superficial sino que fue a las raíces, denunciando que tal incremento es "una consecuencia lógica de la privatización (lógica, pero una lógica inhumana)" y recordando que "cuando se entra en una lógica de privatización y se deja todo a las leyes del mercado, el mercado es devorador, el mercado es inhumano, el mercado amplía los abismos entre ricos y pobres". Aprovechó además para recordar lo obvio sobre las obligaciones del Estado ("defender el bien común de los más pobres", "estar al servicio del pueblo y del pueblo más débil") y sobre la importancia de la persona, que "debe ser el centro y la razón de ser de la economía y también de la acción del Estado". Afirmó que el Estado no está actuando de esta manera, ya que "así como no nos protegió en la canasta básica, tampoco nos está protegiendo en los servicios básicos".

Sobre las presiones sufridas por la Comisión de Medio Ambiente

Monseñor Rosa respondió también con toda claridad y volvió a dar luz sobre el papel del Estado, cuando le preguntaron sobre las presiones que ha estado recibiendo la Comisión de Medio Ambiente por parte de algunas empresas y organizaciones para que se dilate la aprobación de la necesaria ley de Medio Ambiente. "El papel del Estado -dijo- debe ser regulador y debe ser también controlador y debe ser también de suplencia". "El estado tiene que ver cómo compensa a los sectores que pueden sentirse afectados ante una firme defensa del medio ambiente", debe estar dispuesto a dar algún tipo de subsidio para reconvertir la industria para que sea más limpia y para que el país así tenga vida.

Recordó también a los empresarios industriales que "sus legítimos intereses tienen que subordinarse a los intereses superiores de la Nación", ya que, si no, es la muerte del país. Comparó en este sentido a la minusvaloración de la vida humana que lleva a la pena de muerte de los individuos, la falta de interés por la ecología que, "cuando no se toma en serio, lleva a la pena de muerte de un país... Es una cuestión de vida o muerte".

En consecuencia abogó porque la ley sea "muy, pero muy clara y firme, porque se trata de defender la vida, se trata de defender el futuro de El Salvador", salvar la vida del país, ya que "si no se salva la vida no nos salvamos tampoco nosotros, sobre todo no se salvan la futuras generaciones de El Salvador, en un país que lleva el récord en América Latina, junto con Haití, de ser el más deforestado del continente".

Sobre la elección de un nuevo procurador o procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos.

Ante todo, el obispo auxiliar alabó a la procuradora saliente por su gran independencia ante el poder, por su gran cercanía con los más pobres y por su gran sensibilidad a los problemas de los más pobres; y esto a pesar de las críticas de las instituciones estatales que se sentían atacadas y puestas en cuestión. En consecuencia, Monseñor Rosa afirmó que vería con buenos ojos que la Doctora de Avilés se volviera a presentar para la reelección, aunque es sabido que no tiene intención de hacerlo ya que no ve la posibilidad de actuar sin que se le ate en su trabajo.

Añadió que el perfil que la Iglesia católica propondría para este cargo sería el de una salvadoreño o salvadoreña que llegase a este puesto "con una mente muy libre ante los partidos políticos, muy libre ante las presiones políticas y de los poderes, y muy sensible a los problemas de la gente que sufre". Se lamentó Monseñor Rosa de que los primeros pasos que se están dando para la nueva elección no se basen en este perfil sino en el alcanzar "cotas de poder", el hacer "arreglos partidarios".

Sobre las palabras en relación a Monseñor Romero del candidato de ARENA a Presidente

Al referirse a las críticas de Francisco Flores hacia Monseñor Oscar Arnulfo Romero en un periódico en el que decía que Monseñor Romero "cruzó la frontera entre religión y política", Monseñor Rosa Chávez mostró su extrañeza ante tales palabras, recordando que éstas significarían que el candidato a Presidente por ARENA no habría entendido todavía algo tan actual como es que "la fe es para cambiar el mundo". Según este principio, Monseñor Romero habló de política -tal como también lo hizo recientemente el papa en Cuba- pero "la política del bien común, la política de un país que se construye sobre valores como la verdad, la justicia, la libertad, la solidaridad".

Como afirmó Monseñor Rosa para acabar, él esperaría que su amigo "Francisco Flores pueda, en este punto, conocer un poco más a fondo la visión de la Iglesia sobre una fe que cambia la historia; Cristo vino a cambiar la historia".

Gracias, Monseñor Gregorio Rosa Chávez.

 


 

Nuevo camino de la democracia en Corea del Sur

 

1. Año de gracia

Este 25 de febrero empezó el año de gracia para los habitantes de Corea del Sur. Su máximo representante Kim Dae-Jung, primer Presidente católico en el país, asumió la presidencia, tras la primera victoria de un partido de oposición y el primer cambio de gobierno a favor de los pueblos crucificados desde la formación del país en 1948. De hecho esta victoria y este cambio significan el fin de un largo tiempo de más de cuatro décadas de dictaduras militares o gobiernos afines, idólatras del desarrollo económico y de la seguridad nacional.

Los coreanos, en consecuencia, están comenzando a vivir una experiencia colectiva de resurrección. A sus 73 años de edad Kim Dae-Jung tiene 5 años por delante para llevar a la cinco veces milenaria Corea hacia una situación de gracia y liberación.

2. Condenado a muerte por su lucha en favor de la justicia

Kim tiene una larga historia de lucha política por la democracia en la reciente historia de Corea del Sur. En el año 1961 empezó a oponerse clara y fuertemente a la dictadura militar y desde entonces fue víctima de dicha dictadura y de todos los gobiernos que la sucedieron durante cuatro décadas: cinco años y medio de cárcel, tres intentos de asesinato, secuestro malogrado por parte de la policía secreta, condena a muerte en juicio militar, expulsión y exilio a Estados Unidos, seis años y medio de prisión en su propia casa de Corea, dieciséis años de violaciones de sus derechos políticos y ciudadanos, acoso continuo del régimen. Las acusaciones contra él por parte de sus adversarios se han fundamentado en su "marxismo, comunismo, espíritu revolucionario y liberacionismo".

Lo que está claro es que mucha de la fuerza que le sostuvo con gozo en medio de las dificultades fue el saber que su opción por el pueblo era correspondida por la opción del pueblo por él. Ciertamente Kim Dae-Jung se mantuvo siempre como mensajero de justicia, paz y esperanza del pueblo coreano, y éste le otorgó el célebre título de "conciencia en acción" y le apoyó siete veces en su candidatura al premio Nobel de la paz.

3. Aficionado a la Teología de la Liberación

Su encarnación en el mundo de los pobres se dio desde su inicio. Kim nació en una familia pobre en una pequeña isla y esto le impidió estudiar en la universidad, siendo la cárcel su gran aula universitaria y biblioteca, según dice él, desde donde vio la realidad, escuchó la voz de los sin voz y se convirtió al mundo de los oprimidos.

En su juventud Kim fue bautizado en la iglesia católica, de la que sólo forma parte un seis por ciento de la población coreana.

En 1980 se efectuó en Kwangju una masiva manifestación denunciando a los militares por haber asesinado a no menos de 150 personas inocentes. Kim Dae-Jung fue considerado resposansable de dicha manifestación y denuncia y condenado a muerte en un juicio militar. Los dos años de cárcel, antes de su expulsión del país y de su exilio en Estados Unidos, le ayudaron a descubrir en la Teología de la Liberación una respuesta a la realidad que se estaba viviendo en Corea. Unos teólogos luteranos, sus íntimos compañeros en la cárcel, y su esposa Lee Hi-ho, pionera del movimiento de emancipación feminista, le fueron introduciendo en dicha teología.

De este modo, fue profundizando en temas como el de la importancia de la conversión para seguir a Jesús, la necesidad de luchar por la justicia, la urgencia de promover la dignidad y los derechos humanos de los oprimidos. La Teología de la Liberación se fue convirtiendo en un elemento decisivo de la existencia de este fiel discípulo del pueblo sufriente, de este político desde abajo.

4. Presidente por elección democrática

Tras años de colonialismo, de guerra, de muerte (1910-1997) ha sido elegido democráticamente Kim Dae-Jung. Pero, ¿a qué se enfrenta?

Se enfrenta a la necesidad de superar la historia reciente. Una historia en la que han estado presentes en los gobiernos formas autoritarias del Estado de Seguridad Nacional, dominio centralizado y apoyado normalmente por Estados Unidos y al servicio de los intereses socio-económicos y políticos, control militar y tecnócrata del sistema político en función de un rápido crecimiento y desarrollo económico, irresponsabilidad en el endeudamiento externo, obediencia ciega a los dictados de las instituciones financieras internacionales, medidas de crecimiento de lo militar sobre lo social, política de división cada vez mayor en relación a la Corea comunista, cierre de espacios para una democracia fuerte y estable, leyes que agudizan la desigualdad entre pobres y ricos,...

Se enfrenta por tanto a la revisión de la guerra interna entre las dos Coreas separadas, de la injusta participación en la guerra del Vietnam, del período de dictadura militar, de la masacre de Kwangju, de la condición laboral de las empresas coreanas en otros países, de la crisis financiera provocada por la corrupción gubernamental y la oligarquía económica...

A todo lo anterior se enfrenta el nuevo presidente y su pueblo. Se puede decir también que todo lo anterior es lo que ha provocado que el pueblo haya elegido a Kim Dae-Jung como nuevo presidente.

5. Política de misericordia y de solidaridad con la pobreza universal

El "norte" que orienta a Kim es totalmente otro que el que suele orientar a los dictadores. Estos sacrifican principios democráticos al desarrollo económico; aquél piensa que no hay auténtico desarrollo económico si no se da la promoción de una íntegra democracia. Kim Dae-Jung concreta esta promoción de la democracia en dos líneas fundamentales: la política de misericordia, con su doble vertiente de liberación de los oprimidos en la etapa anterior y de perdón y reconciliación con sus adversarios (Corea del norte, dictadores militares anteriores, etc.), y el sentido social de solidaridad con todos los países pobres del Tercer Mundo.

6. Agradecimiento y esperanzas

Lo que surge ante la elección de Kim Dae-Jung como Presidente de Corea del Sur es en primer lugar un agradecimiento por su sobrevivencia a pesar de las persecuciones y dificultades, por su confianza en el pueblo a pesar de que ésta no era fácil, por su constancia en luchas por la presidencia a pesar de los tres fracasos en las elecciones anteriores y su avanzada edad, por su victoria electoral y sobre todo por su fe en el Dios de la vida que le ha movido siempre a seguir entre dudas y luchas trabajando al servicio del pueblo.

Surge también el miedo a que con el poder no sepa expresar como lo hacen los pobres el sentido democrático, a que se deje llevar por la tentación del triunfalismo, a que con la comodidad se olvide de las cárceles sufridas y del sufrimiento mismo que vive su pueblo, a que se deje encarcelar en la propia casa presidencial y deje de ver las sencillas y míseras casas de su alrededor, a que caiga en la tentación y en el pecado original de oprimir a sus hermanos como lo han hecho los gobiernos a los que ha vencido en estas elecciones.

Pero surge sobre todo la esperanza de un pueblo que vislumbra que es posible vivir con dignidad, con justicia y en comunión con otros pueblos.

 


 

La justicia se fundamenta en el respeto de los derechos humanos

Comentario al Mensaje por la Paz de Juan Pablo II (II)

 

Los grandes pecados del siglo XX

Uno de los desórdenes del siglo XX ha sido que no han caminado a la par el desarrollo tecnológico y el desarrollo moral. Incluso, al terminar el siglo nos preguntamos si el desarrollo tecnológico se construye a costa del subdesarrollo ético y moral. En el Mensaje, Juan Pablo II invita al siglo XX a que se autocritique, se confiese y renueve el propósito de enmienda que hizo a mediados de siglo:

"Hace cincuenta años, tras una guerra caracterizada por la negación incluso del derecho a existir de ciertos pueblos, la Asamblea General de las Naciones Unidas promulgó la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Fue un acto solemne al cual llegó, tras la triste experiencia de la guerra, por la voluntad de reconocer de manera formal los mismos derechos a todas las personas y a todos los pueblos" (n. 2).

Ayudando a este proceso de autocrítica o confesión de algunos grandes pecados, el siglo XX se debe acusar de que –sumando guerras mundiales, guerras civiles y desgastante carrera armamentista– dedicó mayores recursos a la destrucción de la vida que a la gestación del bienestar social. Las guerras nacen de las injusticias y de los odios y nos han habituado a irrespetar el primer derecho humano, la vida. El irrespeto a la vida humana se ha realizado en las formas más crueles para las víctimas y más deshonrosas para los verdugos. Siempre nos vuelven a conmover las escenas de los campos de concentración y de los Archipiélagos de Gulag. ¿Cómo se explica que jefes y líderes de naciones de antigua cultura pudieran llegar a tales aberraciones genocidas? Y junto con las víctimas presentes, el exterminio de víctimas anónimas que desaparecerán masivamente en Hiroshima y Nagasaki, y en los repetidos actos terroristas por mar, tierra y aire. Parece que no nos arrepentimos de ejercitar la muerte cuando la violencia –organizada y desorganizada– sigue siendo práctica extendida. Por añadidura, la violencia se cierra a la cura y al arrepentimiento posible cuando se transforma en guerra–santa o xenofobia instintiva…

El Papa agrega explícitamente otro género de delitos que se habían condenado en las cumbres mundiales de Beijing (China) y Copenhague (Dinamarca).

"En segundo lugar ¿qué decir del aumento de la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños? Es hoy día una de las violaciones más difundidas de los derechos humanos, convertida trágicamente en instrumento de terror: mujeres tomadas como rehenes y menores asesinados bárbaramente. A esto se añade la violencia de la prostitución forzada y la pornografía infantil, así como de la explotación laboral de los menores en condiciones de verdadera esclavitud" (n. 6).

Preocupa la injusticia contra las víctimas y la degradación humana de los victimarios, que hacen el mal sin remordimiento de conciencia. Cuando en marzo de 1993 se publicó el informe de la Comisión de la Verdad "De la locura a la esperanza" se desaprovechó la gran ocasión de crear conciencia de esos pecados; precipitadamente se aprobó una ley de amnistía, con el prefijo de "perdón y olvido" y ahora recogemos los frutos del "olvido del perdón".

La extrema pobreza, corrupción

En este examen de conciencia sobre valores y derechos humanos Juan Pablo II nos lleva de la mano a contemplar otras injusticias. En el acápite 5° ("Urge una cultura de la legalidad") el Papa retomaría una frase de Mahatma Gandhi: "la pobreza es la mayor injusticia". El Papa dice:

"Las situaciones de extrema pobreza, en cualquier lugar en que se manifiesten, son la primera injusticia. Su eliminación debe representar para todos una prioridad en el ámbito nacional como internacional" (n. 5).

Al terminar el año 1997 hemos leído y constatado que, pese al incremento del 4% del PIB, no ha mejorado el problema del desempleo y de la pobreza. Junto con la pobreza el Papa toca la llaga de dos injusticias. Fustiga

"el vicio de la corrupción, que socava el desarrollo social y político de tantos pueblos. Es un fenómeno creciente que va penetrando insidiosamente en muchos sectores de la sociedad, burlándose de la ley e ignorando las normas de justicia y verdad".

En la brevedad de un párrafo el Papa pide dos cosas: "El hecho mismo de denunciarla requiere valor". Un signo del poder y del terror de la corrupción es que no tengamos valor para denunciarla, sea por miedo a las represalias, sea por el desencanto del tiempo perdido. Por ello, el Papa agrega: "Una gran responsabilidad en esta batalla recae sobre las personas que tienen cargos públicos… El buen gobierno requiere el control puntual y la corrección plena de todas las transacciones económicas y financieras"… (n. 5) Poco queda por agregar a estos párrafos desde nuestra repetida experiencia de corrupción y fraudes públicos y privados. El mensaje papal pulsa dos teclas más. Primera tecla:

"El uso fraudulento del dinero público penaliza sobre todo a los pobres, que son los primeros en sufrir la privación de los servicios básicos indispensables para el desarrollo de las personas".

La advertencia se aplica a la situación de privatización o de no privatización de los servicios básicos, como lo sabremos aquí en nuestro país en 1998. La segunda tecla recuerda un clamor ancestral de nuestros pueblos:

"Cuando la corrupción se introduce en la administración de la justicia, son también los pobres los que han de soportar con mayor rigor las consecuencias, retrasos, ineficiencias, carencias estructurales, ausencias de una defensa adecuada. Con frecuencia no les queda otra solución que padecer la tropelía".

Mons. Romero recordaba el dicho popular: "la justicia camina como la serpiente; sólo pica a los que andan con pies desnudos". Desde una visión global el Papa vuelve en este mensaje, igual que en la carta apostólica de 1994, sobre "el pesado lastre de la deuda externa, que compromete las economías de Pueblos enteros, frenando su progreso social y político", problema que se genera desde la década de 1970 a modo de "deuda impagable": la deuda crece al mismo tiempo que se pagan sumas crecientes. Este problema lo trataremos más en detalle en la entrega siguiente desde el enfoque que presenta el Papa:

"La cuestión de la deuda forma parte de un problema más amplio, que es la persistencia de la pobreza, a veces extrema, y el surgir de nuevas desigualdades que acompañan el proceso de globalización. Si el objetivo es una globalización sin dejar a nadie al margen, ya no se puede tolerar un mundo en el que viven al lado el acaudalado y el miserable, menesterosos carentes incluso de lo esencial y gente que despilfarra sin recato aquello que otros necesitan desesperadamente".

Parábola moderna del rico Epulón y del pobre Lázaro.

 


 

El cuerno del Jubileo. Carta de Pedro Casaldáliga (IV)

Reformar la Iglesia

 

La Iglesia –las Iglesias de Jesús– va a celebrar, lógicamente, con un solemne jubileo, el año 2000 de la encarnación de Dios en Jesús de Nazaret.

Ante la coyuntura–estructural del mundo trágicamente neoliberalizado y en la esperanza de ese otro mundo emergente, alternativo, sintiendo a la Iglesia dividida, contradictoria y bastante anquilosada en sus estructuras, debemos preguntar: ¿qué se le pide a la Iglesia?, ¿cómo queremos que sea la Iglesia del tercer milenio, una y plural, participativa y fiel a los tiempos del Reino?

El maestro teólogo Rahner dividía la historia de la Iglesia en tres grandes épocas: 1) el breve período del judeo cristianismo; 2) el período de la Iglesia en el ámbito cultural del helenismo y de la civilización europea; y 3) este período nuestro, que se abre con el Vaticano II, y que tiene –o debe tener– como espacio vital de la Iglesia el mundo entero: "la Iglesia en el mundo, con el mundo y para el mundo, con sus diversos pueblos y culturas, sus pluriformes estructuras políticas y económicas, sus diversas cosmovisiones, religiones y confesiones" (Norbert Greinacher).

El año de gracia que el cuerno bíblico del yobel anunciaba cada siete años para Israel, como la ocasión sagrada para cancelar sus deudas sociales, como respiro para la tierra y libertad para los esclavos, fue proclamado por Jesús, en su primer discurso público, como un tiempo universal y definitivo de gracia, como la Buena Nueva de la Liberación. El jubileo es, pues, un tiempo Kairós –hora de Dios en nuestra hora humana– para cancelar deudas; también las deudas de la Iglesia; y un tiempo fuerte de conversión personal y comunitaria, social y religiosa. A no ser que se pretenda un jubileo light, un simple gran festival de aniversario.

La iglesia, las Iglesias –esta Iglesia de Iglesias, que también somos nosotros y nosotras–, ¿está dispuesta a convertirse, en esta hora jubilar? ¿O está sólo dispuesta a lanzar algunos nuevos documentos y a programar unas nuevas celebraciones? ¿Creemos de verdad que Jesús planificó el antiguo jubileo que se debía renovar por períodos y proclamó un jubileo definitivo y permanente que no tiene por qué esperar al año 2000? ¿Antes del año 2000, o pasado el año 2000, puede la Iglesia de Jesús desentenderse de las verdaderas exigencias de ese jubileo definitivo y permanente que Jesús proclamó con su boca humana y divina, y selló con su sangre de víctima y de vencedor?

Alguien ya se ha preguntado "en qué medida el cristianismo ayuda a la humanidad a salir mejor del siglo XXI" (L. Boff). Porque la Iglesia no es para sí; es para el Reino, y ha de estar al servicio del mundo –violento y pobre–, como su maestro Jesús, que "no vino para ser servido sino para servir" (Mt 20, 28).

Concilium –hay que seguir leyendo Concilium, para renovarse eclesialmente– constatando la verdad escandalosa de "la Iglesia en fragmentos", se preguntaba, en su número 271: "¿A la búsqueda de qué unidad". Porque esa unidad es testamento de Jesús, y porque "al testimonio de unidad que den los cristianos está vinculado el porvenir de la evangelización" (Juan Pablo II). "La unidad de los cristianos es, tiene que ser, la nueva revelación del cristianismo al mundo" (Lorenzo Gomis). Más aún: esa unidad, verdaderamente ecuménica, y con la capacidad macroecuménica de dialogar fraternalmente con las otras religiones, será una nueva revelación de Dios al mundo.

Con millones de hermanos y hermanas de una misma fe y/o de una misma humanidad, y auscultando los signos de los tiempos y la convocación del Reino, yo me permito gritar, con el cuerno del jubileo, tres grandes sueños inaplazables:

1. Servir al Reino sirviendo a la Humanidad a partir de la opción por los pobres:

a) denunciando sistemáticamente la iniquidad del neoliberalismo como mercado total, sistema de exclusión, idolatría del lucro, ecocidio incontrolado;

b) luchando permanentemente por la abolición de la deuda externa y por el pago de la deuda social acumulada contra la vida y la dignidad del pueblo;

c) reivindicando consecuentemente la reforma radical de las instituciones internacionales (ONU, FMI, BM, G–7…) que hoy no sirven a la Humanidad como tal y privilegian a los países acumuladores y explotadores;

d) dialogando efectivamente las diversas culturas entre sí, las diversas religiones, las diferentes naciones o etnias, siempre en actitud de respeto por la alteridad complementaria y en pie de igualdad de derechos y deberes.

2. Vivir de hecho el ecumenismo:

a) pasando del ecumenismo de las intenciones, discursos y gestos, al reconocimiento mutuo de las Iglesias como la Iglesia una y plural de Jesús;

b) superando ciertas disquisiciones doctrinales que arrastran una carga cultural o filosófica y unas ambiciones históricas que nada tienen que ver con el Evangelio;

c) reconociendo "un solo Bautismo" y comulgando juntos en la misma Eucaristía;

d) sirviendo proféticamente en la diakonía de "la justicia, la paz y la integridad de la Creación";

e) dialogando también macroecuménicamente con todas las religiones, a partir de la fe en un solo Dios y en una sola familia humana, dentro de un espíritu de acogida y conversión autocrítico y crítico.

3. Reformar la Iglesia católica en sus estructuras de poder, de ministerio y de formulación doctrinal:

a) haciendo "de la colegialidad un ejercicio de descentralización" y encontrando "una forma de ejercicio diferente del papado" (cardenal Danneels), y renovando eficazmente el actual sistema de nombramiento de los obispos, que tanto malestar produce en la Iglesia;

b) renunciando el papa a su condición ambigua de jefe de estado y reformulando consecuentemente la figura jurídica de las nunciaturas;

c) reformando y multiplicando los ministerios para superar la clericalización de la Iglesia y la desatención pastoral a que se ven sometidas millones de comunidades en el mundo;

d) reconociéndonos todos, en igualdad de bautismo y para el servicio del Reino, como Pueblo de Dios en Jesucristo y, por eso mismo, potenciando la participación adulta y libre del laico en la Iglesia, y haciendo efectiva la igualdad de la mujer en la misma por su participación en todos los ministerios y puestos de decisión;

e) inculturando, a la luz y en la libertad del Espíritu, la teología, la liturgia, el derecho, toda la pastoral.

Entre coyunturas y alternativas y sueños, les envío pues esta larga carta, con un abrazo fraterno todavía más largo. Seguiremos andando; en la coyuntura de la fidelidad diaria, en la alternativa siempre nueva del Reino, en el mismísimo sueño de Dios para su Creación. "Caminar juntos sin miedo" fue el sueño que declaró durante una eucaristía de la Asamblea Nacional del CIMI un indio Pataxó compañero de Galdino, la antorcha viva. "Practicar la justicia, amar con ternura y caminar humildemente en la presencia del Señor" es el sueño que nos propone la Palabra por boca del profeta Miqueas (6, 8).

 

¡El yobel del Reino toca a jubileo!

 

 


 

Noticias eclesiales

Viaje de Juan Pablo II a Rusia. Deseos y problemas. El papa Juan Pablo II quiere visitar Rusia "este año" según el diario "Izvestia". Durante su entrevista con el Sumo Pontífice, el presidente ruso, Boris Yeltsin, le reiteró la invitación para visitar Rusia, aunque "no insistió en forzar tal viaje teniendo en cuenta las "complicadas" relaciones entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Dice también que el Papa comentó que espera tener un encuentro próximo con Alejo II, Patriarca de todas las Rusias. Yeltsin "le prometió su ayuda", aunque desmintió que fuera como "mediador".

La manzana de la discordia son las prácticas de apostolado de la Iglesia Católica en Rusia y en el resto de la antigua URSS, que el patriarcado de Moscú define como "proselitismo" o "imposición forzosa" del catolicismo en esferas de "influencia tradicional" de la Iglesia ortodoxa rusa.

Otra fuente de discrepancias son los recelos de la Iglesia Ortodoxa por la creciente actividad caritativa, ante todo asistencia a miles de pobres y desamparados rusos, por parte de la Iglesia católica, más flexible y mejor preparada en este punto que la Ortodoxa.

A pesar de todo, Alejo II, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, al celebrar el 23 de febrero su 69 cumpleaños y tras recibir con tal ocasión a Boris Yeltsin, quien le informó del contenido de su entrevista con Juan Pablo II a principios de este mes en Ciudad del Vaticano, afirmó que "es necesario encontrar vías de mutuo entendimiento" con la Iglesia católica, aseguró que el diálogo entre ambas iglesias avanza y manifestó la esperanza de que los problemas entre ellas se solucionen antes de que termine el siglo.

Vaticano. Satisfacción por liberación de presos en Cuba. El portavoz vaticano mostró su "enorme satisfacción al conocer la confirmación oficial por parte del Gobierno cubano de la excarcelación de más de 200 presos". La Santa Sede ha calificado el indulto "como un acto de clemencia y buena voluntad en recuerdo de la visita del Papa y puede considerarse como el primer resultado de la visita que el Papa Juan Pablo II efectuó a Cuba".

La confirmación de la Cancillería cubana explica que, "tomando en cuenta la solicitud del cardenal Sodano de que se ejerciera clemencia sobre algunas otras personas no incluidas en la lista, se decidió indultar adicionalmente a esas "varias decenas" en un número superior a 200. Esos casos estarían justificados desde el punto de vista "humanitario" o "por motivos de edad", "salud" y otras circunstancias similares, "independientemente de que el origen de la sanción fuese por delito político o común".

 

El viaje del papa a Cuba y el cambio de política de Washington. Un mes después de la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, varios exfuncionarios del gobierno de Estados Unidos y expertos en política exterior reclaman a Washington un cambio sustancial de su actitud hacia el régimen de Fidel Castro. Entre ellos están: Richard Nuccio, exasesor de política cubana del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y del Departamento de Estado; y Roger Fontaine, exasesor de política latinoamericana del expresidente Ronald Reagan.

Se escuchan, sin embargo otras voces en favor del mantenimiento de las sanciones contra Cuba, como la de José Sorzano, exdirector de Política para América Latina durante dos años de la presidencia de Reagan y expresidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana.

 

Lucha contra la pobreza en México. La conferencia del Episcopado Mexicano intensificará su labor pastoral en las zonas con mayores índices de pobreza del país, donde también se concentran los conflictos sociales. El presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, Onésimo Cepeda, dijo que los obispos son conscientes de que los religiosos deben mantenerse al margen de acciones partidistas o de proselitismo político, pero ello no les impedirá cuestionar la labor de los gobernantes, por el bien de las comunidades a las que sirven.

El obispo Héctor González, de la arquidiócesis de Antequera, Oaxaca, señaló : "Vivimos en una zona especialmente difícil, marcada por la pobreza, el analfabetismo y la violencia y por lo tanto urgen respuestas, soluciones justas y dignas que se correspondan con la dignidad de las personas".

 

Chiapas, de nuevo noticia. En las últimas semanas de nuevo Chiapas vuelve a ser noticia. El interrumpido diálogo entre el EZLN y el gobierno de México parece encontrar muchas dificultades para reanudarse. El gobierno acusa al EZLN de ser el causante de éstas. El sobcomandante Marcos, por su parte, acusa al gobierno de jugar a un doble juego y de estar ocultando bajo sus ofertas de diálogo trampas y celadas.

Por otra parte diversas organizaciones paramilitares cercanas al gobernante partido PRI dicen estar dispuestas a converger con guerrilla zapatista, mientras siguen provocando muertes y atemorizando a todas aquellas personas que ellos consideran que están cercanas al EZLN.

Mientras tanto, 200 observadores de once países de América y Europa han acabado una visita oficial de ocho días, en la cual han constatado la dureza del conflicto y el estado crítico actual.

Tanto esta visita oficial de observadores extranjeros como la presencia misma de extranjeros en la zona parece que mantienen intranquilos tanto al gobierno del PRI como a los grupos paramilitares cercanos a dicho partido. Muestra de esto es la emboscada -con muerte de algún campesino indígena- que sufrieron un grupo de campesinos que se habían reunido en los días anteriores con la Comisión de observadores extranjeros. Parece que los responsables de dicha emboscada fueron paramilitares de "Paz y Justicia", vinculados al PRI. Otra muestra la tenemos en la "guerra migratoria" que el gobierno de México ha declarado a los miles de activistas extranjeros que llegan al país. Téngase en cuenta que en los dos últimos años las autoridades de migración identificaron a 4.355 extranjeros que ingresaron en la zona del conflicto y que la oleada de extranjeros se ha concretado en una creciente presencia en Chiapas de 96 organizaciones no gubernamentales, 28 fundaciones, 64 centros educativos, 45 agrupaciones religiosas y 42 instituciones privadas.

La última muestra de la tensión existente entre el PRI y los extranjeros la encontramos en la expulsión del país, acusado de activismo político contra el gobierno, del sacerdote francés de 67 años, Jean Michel Chanteau, colaborador durante cerca de 30 años, como párroco de Chenalh, del obispo Samuel Ruiz García. Esta expulsión da continuidad a la realizada en junio de 1995 de otros tres sacerdotes de la diócesis que preside Don Samuel: Rodolfo Barón de Argentina, Loren Riebe de Estados Unidos y Rodolfo Izal de España.

 

Entrevista de Monseñor Rosa Chavez con ACAN-EFE. En una entrevista de Monseñor Rosa, obispo auxiliar de San Salvador, ha vuelto a insistir en que el modelo económico neoliberal "es intrínsecamente perverso, es un modelo que fabrica más pobres". Ha afirmado además que "en la mayoría de los países latinoamericanos los problemas económicos tienen como denominador común tres elementos muy ligados: neoliberalismo, globalización y deuda exterior.

Monseñor Rosa ha vuelto a decir que hay dos lecturas ante las cifras económicas optimistas del gobierno salvadoreño: una macroeconómica y otra, la del estómago. De hecho ha denunciado que la gente se siente menos protegida en temas como salud, educación y vivienda, que ha crecido el desempleo, la delincuencia, la violencia y la impunidad.

Monseñor Rosa ha insistido en su petición de que para el año 2,000 se perdone a los países pobres la deuda externa y ha apostado por que en El Salvador se profundice en el Nuevo Plan de Nación y por que el nuevo presidente que surja de las elecciones del 7 de marzo del próximo año 99 sea "una persona de gran sensibilidad social, que no se quede en los datos macroeconómicos, que le apueste al desarrollo humano y que permita y promueva una real participación de la mujer en la política".

 

Nuevo Obispo de Zacatecoluca (El Salvador). El papa Juan Pablo II nombró el 27 de febrero obispo de la diócesis de Zacatecoluca (El Salvador) al salesiano Elías Samuel Bolaños, director hasta ahora de la Ciudad de los Niños de la diócesis de Santa Ana. Samuel ha sido profesor y director de varias escuelas religiosas en El Salvador, Guatemala y Granada (Nicaragua).

Releva así a Monseñor Tovar Astorga, nombrado hace ya un tiempo obispo de la diócesis de San Miguel (El Salvador).

 

Honduras. La Iglesia católica teme aumento de impuestos. La Iglesia de Honduras presagió hoy un aumento de impuestos por un "inevitable" acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pidió que este nuevo ajuste económico no perjudique a los más pobres.

La Iglesia demandó evitar lo que sucedió en el pasado, cuando los efectos negativos del ajuste recayeron sobre los sectores más débiles.

Según fuentes oficiales, la pobreza alcanzó al 80 por ciento de los casi 5,9 millones de hondureños en los últimos años por los severos programas de ajuste impuestos por los entes financieros y ejecutados por los dos gobiernos entre 1990 y 1997.

 

Primera Biblia católica en idioma indígena quechua. La Biblia quechua consta de más de 2.300 páginas ilustradas con dibujos propios del pueblo indígena. Contiene, además, mapas, un índice del Evangelio, un vocabulario bíblico en quechua y español. La traducción de la Biblia quechua comenzó en 1973, y en ella han participado monjas, sacerdotes y lingüistas. La traducción concluyó en 1996, tras lo cual fue sometida a una revisión final por parte de especialistas. Tras la edición de este libro, se pretende publicar otras en quechua para Perú y en guaraní para Paraguay.