Carta a las Iglesias, AÑO XX, Nº456, 16-31 de agosto

Indice:

EDITORIAL: 25 Años de Derechos Humanos

REALIDAD NACIONAL: El problema del transporte público Incrementos en las tarifas de energía eléctrica

MONSEÑOR ROMERO: "El pozo del que bebemos los salvadoreños" Cumpleaños de Monseñor en ciudad Barrios y la Cripta

MONSEÑOR ROMERO: María de Nazaret y Monseñor Romero

IGLESIA LATINOAMERICANA: Quiché y Chiapas. Obispos entregados a los indígenas

DERECHOS HUMANOS: Conflicto de tierras en Honduras

ENTREVISTA: Don Pedro Casaldáliga: "Sigo apostando por el socialismo"

 

25 Años de Derechos Humanos

"El problema radical de los derechos humanos es la lucha de la vida en contra de la muerte, la busca de lo que da vida frente a lo que la quita o da muerte", Ignacio Ellacuría.

La época heroica: represión, víctimas, mentira desvergonzada

El 30 de julio de 1975 fuerzas gubernamentales dispararon impunemente contra estudiantes universitarios indefensos que se manifestaban pacíficamente por la capital. También por esas fechas, en el interior del país, ocurrieron las primeras matanzas de campesinos: en Chinamequita, departamento de La Paz, en La Cayetana, departamento de San Vicente, en Tres Calles, departamento de Usulután.

Comenzó, así, una historia de terror. "La violencia, el asesinato, la tortura donde se quedan tantos muertos, el machetear y tirar al mar, el botar gente. Todo esto es el imperio del infierno", denunciaría después monseñor Romero.

Comenzó el dolor de familiares y supervivientes al ver los cadáveres de sus seres queridos, torturados, desfigurados con ácido, decapitados, con machetes o con sierra eléctrica. Comenzó la desesperación de buscarlos en cementerios clandestinos, de esperar meses y años, inútilmente, el regreso de los desaparecidos.

Pero también hace 25 años comenzó la historia de la misericordia, de defensa de las víctimas, de la búsqueda de la verdad, de la denuncia de la mentira y del encubrimiento. El mes de agosto de 1975, el P. Segundo Montes y un grupo de jóvenes abogados cristianos fundaron en el Externado San José El Socorro Jurídico Cristiano. Vendrían después la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), Tutela Legal, el Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA)... Todas estas instituciones nacieron de la compasión y la misericordia, del dejarse afectar por el ingente dolor de víctimas y familiares. Su finalidad era aliviar ese dolor, defender a las víctimas, denunciar a los responsables, dar a conocer la verdad de los hechos nacional e internacionalmente, y, con todo ello, evitar nuevas violaciones. Poco a poco, esas instituciones introdujeron en la conciencia del país la cultura de los derechos humanos.

Y comenzó, simultáneamente -en fidelidad al pueblo reprimido y, para muchos, en fidelidad a Jesús- una historia de riesgo, de fortaleza, de firmeza y de martirio. En un ambiente de aberración sin precedentes, a las víctimas se las tuvo por verdugos, y a los verdugos por víctimas. Comenzó la persecución a las instituciones de derechos humanos de parte de sus grandes violadores, con el beneplácito o la tolerancia de gobiernos, de El Salvador y de Estados Unidos. Así lo denunció, en forma lapidaria, Monseñor Romero: "Aquí no hay más voz que o callarse y ver en silencio que le matan a su familia o denunciar y esperar la misma suerte" (homilía del 24 de junio de 1979).

Las instituciones de derechos humanos no se callaron y decenas de sus miembros "corrieron la misma suerte". En la portada recordamos con agradecimiento a Marianella García (+1983), Herbert Anaya (+1987), directora y director de la CDHES, al P. Segundo Montes (+1989), fundador del Socorro Jurídico y director del IDHUCA, y a monseñor Romero (+1980), símbolo de todos los mártires de los derechos humanos.

Fueron los años de la lucha por la vida en contra de la muerte, en su forma más heroica y más compasiva; los años de mayor impotencia contra la mentira más burda y el encubrimiento más desvergonzado; los años de mayor indefensión ante los poderes de este mundo.

Y fueron también los años del apoyo de movimientos cristianos, ecuménicos, humanos. Y así nació la solidaridad. No se olvidan esos años, los sufrimientos y las tristezas, pero tampoco el gozo y la esperanza.

La época actual: exclusión, injusticia, indignidad

Con los Acuerdos de Paz desapareció, en muy buena medida, la represión sistemática de Estado y la violencia bélica, aunque miles de personas mueren al año por causa de la violencia. La situación, pues, sigue siendo grave. Con todo, por lo que toca a los derechos humanos, la violación más grave, profunda y permanente -cuando no en aumento- consiste ahora en "ir contra lo básico de la vida". Esta siempre ha estado amenazada en el país, y ello se agudizó durante la guerra. Pero ahora la violencia contra la vida ha quedado como asentada y establecida. Los discursos son pulidos y no comunican tragedia: "no es que estemos del todo bien, pero no estamos mal, y los derechos humanos ciertamente han mejorado muchísimo", viene a decir el discurso oficial y occidental. Una vez más queda encubierta la injusticia de siempre, que produce la muerte lenta de la pobreza y ahora la exclusión de la vida. Y produce también la indignidad, la negación de lo humano de los pobres.

En la defensa de los derechos humanos hay que seguir, pues, con la tarea anterior, pero hay que añadir otra tarea fundamental: defender a los pobres en contra de la violencia que se hace a su vida. En lenguaje convencional, se trata de defender "los derechos económicos", pero bien entendidos éstos. La palabra castellana eco-nomía, proviene de la palabra griega oikos, que significa, la casa, el hogar, es decir, el símbolo fundamental, mínimo, pero central, de la vida. Al hablar de derechos económicos, no nos referimos, pues, sólo ni principalmente, a unos nuevos derechos que hay que añadir a los ya proclamados hace más de cincuenta años por las Naciones Unidas: los derechos individuales, políticos... Es el derecho simplemente a vivir, a vivir con la dignidad de seres humanos, y a vivir, unos con otros, todos fundamentalmente iguales, en la familia humana. Esa es la tarea primordial en la defensa de los derechos humanos. Y a repensarlos desde esta óptica dedicó Ignacio Ellacuría los últimos años de su vida. Terminemos con tres reflexiones suyas.

El derecho a vivir biológicamente está gravemente amenazado. "En los países más ricos puede parecer algo sobreentendido que tienen asegurado ese derecho. Pero para la mayor parte de la humanidad no se dan las condiciones reales para poder seguir viviendo biológicamente -hambre y falta de trabajo". Defender el derecho a la vida es revertir una historia en que 1.300 millones de seres humanos tienen menos de un dólar para vivir diariamente. Algo semejante ocurre en el país.

La universalidad de los derechos humanos es una farsa. "De poco sirve ser un ser humano para poder contar con lo necesario para sobrevivir... Es, de hecho, más importante ser ciudadano de un país rico y poderoso que ser hombre. Aquello da más derechos reales que esto. Queda así rota la solidaridad humana". Entre nosotros, es más importante vivir en la Escalón que en un cantón de Cabañas. Defender el derecho a la igualdad de los humanos es revertir una historia en que las 200 personas más ricas del planeta poseen más que los 582 millones de los 43 países más pobres. Es acabar con el inicuo abismo entre seres humanos, la implantación del desprecio, la indignidad y la deshumanización total.

Una sospecha fructífera: el peligro de manipulación de los derechos humanos. "El problema de los derechos humanos propende a ser utilizado ideológicamente al servicio no del hombre y de sus derechos, sino de los intereses de unos u otros grupos". Palabras típicas de Ignacio Ellacuría, que lo veía todo, también los derechos humanos -y sus avances-, desde los pobres. El gobierno de Estados Unidos desclasifica -ahora- documentos sobre violación de derechos humanos en Chile. Algo es algo. Pero sí nada importante hace para hacer posible la vida y la dignidad en los Grandes Lagos, aquello será una manipulación propagandística de respeto a los derechos humanos.

Siguen vigentes, pues, las palabras de Ignacio Ellacuría: "El problema radical de los derechos humanos es la lucha de la vida en contra de la muerte".

 

 


 

El problema del transporte público

Incrementos en las tarifas de energía eléctrica

El paro del transporte público

Después de las vacaciones agostinas, un grupo de empresarios del transporte público decidió irse al paro para que el gobierno mantenga el subsidio al combustible que utilizan en sus unidades y les brinde un trato preferencial en el pago de los impuestos por importación de piezas de repuesto. El paro, aun y cuando no fue apoyado por todos los empresarios del sector, acarreó innegables costos económicos, además de las dificultades para los usuarios. Es claro que no se trata de un problema de competencia exclusiva del gobierno y los empresarios, sino que involucra a todos los sectores de la sociedad. Empecemos recordando algunas viejas verdades.

La primera es que en la gestación y falta de solución del problemas ha tenido responsabilidad directa el gobierno del PDC y los dos gobiernos de ARENA anteriores. Por dinero o por favores de la más diversa especie, estos gobiernos otorgaron permisos para explotar determinadas rutas, favorecieron al sector con subsidios y créditos blandos y toleraron la prepotencia y abusos de empresarios y empleados del transporte público.

La segunda es que los empresarios se plegaron a esta corrupción y ahora reclaman prestaciones y favores mal habidos como derechos inalienables. Sus reclamos se dirigen principalmente contra el gobierno de ARENA, del cual tan buen trato han recibido y al cual tan importantes servicios han brindado en épocas electorales. Además, hacen alarde de medidas de fuerza.

El paro es un ejemplo de prepotencia, pero a diario motoristas de autobuses y microbuses agreden al usuario o al que se cruza en su camino, peatón o automovilista. Nadie tiene derechos ante ellos. Y cuando ocurren accidentes mortales la salida fácil es culpar a los conductores, sobre quienes no ejercen ningún control. Pero los conductores sólo llevan a su máxima expresión la lógica voraz y prepotente de sus empleadores.

La conclusión es que el transporte público es un servicio público que va, paradójicamente, en contra de la seguridad del público. Y no de forma excepcional, sino permanentemente. Es grave que un bien público se haya convertido en lo contrario. El transporte público en El Salvador, en lugar de elevar la calidad de vida, la ha empeorado hasta niveles extremos, convirtiéndose en un factor de inseguridad ciudadana. Y esto ha ocurrido por la corrupción de funcionarios y la voracidad de empresarios.

Criticar a los empresarios no supone estar a favor del gobierno ni criticar al gobierno supone estar a favor de los empresarios. Cada uno de ellos tiene una cuota enorme de responsabilidad, y por ello, no ayudan quienes, en su afán de criticar al gobierno, apoyan a quienes a diario ponen en peligro la vida de los salvadoreños. También hay que recordar que las demandas de los transportistas no son asimilables a las de los sectores laborales sino que son exigencias de un grupo de empresarios, cuyo propósito es enriquecerse, amparados en la protección del Estado. Por otra parte, también hacen mal quienes, por estar a bien con el gobierno, hacen recaer todos los males del transporte público en los empresarios del sector y en sus empleados. Nunca estará de más insistir en que la corrupción gubernamental –aunada a la incompetencia en la planificación urbana– fue un factor generador del problema.

Ni a favor ni en contra del gobierno o los empresarios, sino a favor, no en contra, del bienestar ciudadano. Este es el criterio que debería orientar la solución del problema del transporte público de una vez por todas.

Las tarifas de energía eléctrica

A principios del mes de julio, el ministro de Economía dio a conocer la próxima implementación de un programa de reducción de los subsidios a los consumidores residenciales, el cual implicaría la eliminación del subsidio para aquellos hogares con un consumo de más de 100 kilovatios mensuales y una reducción de 25% en el subsidio otorgado a los hogares con un consumo menor a los 100 kilovatios hora. Según el ministro, los recursos financieros que se liberen serán utilizados para programas de electrificación rural.

Al momento de este anuncio, las tarifas de energía eléctrica se habían incrementado en un 52%, y ateniéndonos a las citadas declaraciones del ministro se provocarán otros fuertes incrementos en las tarifas de la energía eléctrica y en los montos que los hogares deberán pagar por ese servicio.

En este contexto, el 9 de agosto, representantes de la Compañía de Alumbrado Eléctrico de San Salvador (CAESS) anunciaron una reducción en los precios de la energía eléctrica al consumidor que estaría por el orden del 39% y que entraría en vigencia a partir del 10 de agosto. Ello obedecería a que el precio promedio que las distribuidoras compran la energía ha disminuido sensiblemente desde 835 a 560 colones por megavatio/hora, es decir, una reducción de cerca de 33%.

De cara a las ya expuestas alzas en las tarifas de la energía eléctrica (en más de 52%), la reducción en las tarifas únicamente estaría regresándolas a un nivel cercano al existente para finales de 1999. Pero según la proyectada eliminación gradual del subsidio al consumo de los hogares, podría esperarse que en la práctica la tendencia general de las tarifas en los próximos meses sea hacia el alza.

Por si fuera poco existen otros dos elementos que pueden provocar incrementos adicionales en las tarifas: el déficit de almacenamiento de agua en los embalses hidroeléctricos y las alzas en los precios internacionales del petróleo. Esto estaría provocando una reducción en la capacidad de generación de las plantas hidroeléctricas y un incremento en la generación de electricidad a través de medios térmicos, los cuales generan mayores costos, especialmente en esta coyuntura de elevación de los precios del petróleo.

Las implicaciones de lo anterior son, por una parte, mayores costos para la CEL, que deberá incrementar la proporción de energía que es generada a través de medios térmicos, esto es, mediante la combustión de fuel oil. Debido a que se proyecta eliminar el subsidio al consumo de energía eléctrica, se estaría frente a la posibilidad de un incremento generalizado de las tarifas de energía eléctrica que afectaría tanto a empresas como a hogares y que sería especialmente sensible entre los meses de diciembre de 2000 y abril de 2001. Consecuentemente, se experimentarían presiones inflacionarias que iniciarían con las tarifas eléctricas y que, por esa vía, afectarían también los costos de las empresas, dando lugar a un nuevo incremento en los precios de los productos, tal y como sucedió en 1991.

Frente a esta realidad se vuelve necesaria una revisión de la propuesta de reducción de subsidios hecha por el gobierno y, además, una revisión de los costos con los que operan las distribuidoras de energía eléctrica, especialmente en lo que se refiere a los costos fijos que mensualmente éstas cargan a los consumidores de electricidad. Aquí vale la pena aclarar que, además del costo de la energía, los precios al consumidor tienen otros dos componentes: el cargo por atención al cliente (entre 10 y 14 colones dependiendo de la distribuidora de que se trate) y el cargo por el uso de la red (entre 6 y 9 colones). Lo anterior implica que todos los consumidores pagan un cargo fijo de entre 16 y 25 colones solamente por el hecho de estar conectados a la red eléctrica. Es totalmente razonable pedir una revisión de este costo para hacer frente a las posibles alzas de la energía eléctrica que se esperan en los próximos meses.

 


 

 

"El pozo del que bebemos los salvadoreños"

Cumpleaños de Monseñor en ciudad Barrios y la Cripta

Las mejores tradiciones salvadoreñas siguen creciendo, y eso es cosa muy buena cuando las esperanzas de hace años van decayendo: acuerdos de paz, reconciliación, democracia, vida digna... La tradición de Monseñor Romero ha echado raíces tan profundas que, en estos últimos años, no sólo el aniversario de su martirio, 24 de marzo, sino también el día de su nacimiento se recuerda cada vez más. El año pasado hubo una solemne celebración en Ciudad Barrios el 15 de agosto, su pueblo natal. Este año no ha disminuido el fervor. Allí donde Monseñor vino al mundo hace 83 años sigue atrayendo a los pobres de siempre y también a los solidarios de siempre.

La misa fue celebrada por el nuncio, Monseñor Giacinto Berlocco, con una media docena de sacerdotes entre quienes estaban Monseñor Ricardo Urioste y un sacerdote africano de Togo. En la homilía Monseñor Berlocco recordó tres nacimientos: el nacimiento de Jesús hace dos mil años, el nacimiento de María en el cielo -la asunción- y el nacimiento de Monseñor en este pueblecito pobre y periférico de Ciudad Barrios. El coro -cómo no- se llamaba "Monseñor Romero". Hubo mucha gente y, como ya viene siendo costumbre, muchos jóvenes. Hubo testimonios y reflexiones. Ofrecemos ahora unas palabras de Katri-Helena Alaja, finlandesa, que lleva varios años trabajando en el país, estudiando teología en la UCA y a quien le encanta cantar en el coro de la UCA donde sobresale por su buena voz y por su altura. Nos ha mandado estas reflexiones sobre su peregrinación a Ciudad Barrios, de las que tomamos algunos párrafos.

"Han pasado 20 años que conocimos –mi esposo y yo– a Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Siempre hemos celebrado el día de su martirio. Hemos escuchado y leído mucho sobre su vida, su misión y su destino. Y sabemos que él quiso resucitar en su pueblo... nosotros hemos tenido la gran suerte de llegar a conocer su país y a sus familiares. Y estamos encantados de vivir con su pueblo.

El día 15 de agosto nos levantamos de madrugada para ir a peregrinar a Ciudad Barrios. La ciudad estaba en fiesta. La semana anterior todos los días hubo conferencias, exposiciones y eucaristías. El día 15 de agosto era ya como la última etapa en este largo celebrar el cumpleaños del querido Monseñor.

El sol brillaba fuertemente y nos dio todo su calor y su luz. El día anterior hubo una gran tormenta. Hasta la luz se había ido y al día siguiente todavía no funcionaba bien. Tampoco se pudo tener la conferencia de Monseñor Ricardo Urioste. Pero la misa fue hermosa, una verdadera eucaristía que nos llenó de gozo y alegría. Y las preguntas de siempre. ¿Por qué celebrar el cumpleaños de un muerto? ¿Para qué tantas horas de viaje para llegar hasta aquí? A mí se me ocurrió lo siguiente, que paso a explicar.

Tener una misión. El día del nacimiento de una persona no es un día cualquiera, un día más en la rotación monótona del tiempo. Es un día santo y especial, es un misterio de Dios. Este día la eternidad entra en el tiempo y el tiempo santificado es asumido en la eternidad. La palabra se hace carne y asume su misión divina y especial en el proyecto de Dios, que es el Reino, y en la historia humana y real. Este don de la vida, que implica una misión, le fue dado a Monseñor el 15 de agosto hace 83 años, y es el mismo don que recibimos cada uno y cada una de nosotros y nosotras cuando nacimos.

Ser profetas. El día de nacimiento de Monseñor ocurrió en el día del nacimiento de María en el cielo (la Asunción). El evangelio de este día nos recuerda el Magníficat de María. Este canto tan revolucionario es una profecía y al mismo tiempo se cumple en Monseñor. La vida y el testimonio de Romero siguen siendo la voz profética y universal en favor del pueblo pobre y oprimido. En el marco de jubileo cada persona está invitada a reflexionar sobre la historia y releer los signos de los tiempos. Monseñor asumió y vivió el papel de Jesucristo en medio de un pueblo pobre que sufría la injusticia y la opresión. Su pueblo necesita la Buena Nueva anunciada y vivida. Hoy seguimos necesitando a profetas que encarnan la Buena Nueva, y debemos serlo nosotros mismos.

Celebración del jubileo. Hoy son muchas las iniciativas para celebrar el jubileo. Se estudia cómo volver a proclamar a Jesús y su Evangelio al hombre y a la mujer de hoy. Se busca comprender quiénes son nuestros hermanos, nuestras hermanas a los y las cuales va dirigido el anuncio. Monseñor Romero encontró en los y las pobres y marginados el lugar para la Buena Nueva. El llenaba sus vidas con la Buena Nueva, y ellos y ellas se convirtieron en Buena Nueva para él. Hay que anunciar a Cristo, y sobre todo ser Cristo para los y las demás.

Ya han pasado 83 años, pero el don de la vida y la vida donada de Monseñor Romero sigue viva y exigiendo más vida. Sigue brillando como una luz y una guía para nuestro caminar, asegurando que el Reino de Dios es algo cierto.

* * *

Esto ocurrió en Ciudad Barrios donde Monseñor nació el 15 de agosto de 1917, en una casa modesta donde actualmente está la Cooperativa de Cafetaleros. Llegó gente de varios lugares del país. Ana María Pineda, de Apopa, estaba feliz. "Siempre quise conocer acá pues hay algo especial que se siente al saber que estás en suelo de un profeta". Y Paula Andrade, de Soyapango, decía: "No es la primera vez que vengo. Estuve aquí en marzo para el aniversario del martirio, pero esto es especial pues la palabra de Monseñor sigue vigente en cada uno de nosotros".

En Ciudad Barrios nació y en San Salvador lo mataron. Ahora está enterrado en la cripta de catedral, y ahí se celebró también una eucaristía con muchísima gente, que ponían cuadros y recuerdos alrededor de su tumba. La homilía la tuvo Jaime Paredes, relacionando la fiesta de La Asunción y el cumpleaños de Monseñor. (Más adelante ofrecemos un breve estudio de Carlos Ayala comparando a María y a Monseñor).

Como siempre, lo mejor fue la gente. Casi siempre dicen lo mismo, y siempre lo dicen bien. "Monseñor defendía a la pobrería a pesar de las acusaciones que le hacían. El sabía a quienes estaba sacando del atolladero". Víctor Contreras. "Monseñor Romero es un hombre enviado de Dios, que habló de parte de Dios para todo su pueblo. Sus palabras eran muy humildes para toda la sociedad. No buscaba la confrontación con nadie".

Monseñor cumple ahora 83 años. Han pasado más de veinte años y está muy vivo. ¿Quién recuerda a sus asesinos, a los escuadrones de la muerte, a la oligarquía, al gobierno salvadoreño y estadounidense de aquellos días? Esa es la diferencia.

 

 


 

 

María de Nazaret y Monseñor Romero

Carlos Ayala Ramírez

 

La Iglesia enseña que Dios cuidó de María desde el primero hasta el último momento de su vida, desde que fue concebida hasta que fue elevada al cielo. Esto que la Iglesia dice un poco abstractamente, la Biblia lo enseña abiertamente: la palabra de Dios inundó a María desde el principio al fin de su vida. Ella era de Dios total y radicalmente; nunca hubo en ella algo que fuera contrario a Dios. En ella el Reino de Dios era ya un hecho. Esto es lo que recordamos en dos grandes fiestas: la fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) y la fiesta de la Asunción (15 de agosto).

Monseñor Romero no sólo aceptaba estas verdades, sino que las hizo parte fundamental de su vida como ser humano, creyente, arzobispo y salvadoreño. María de Nazaret tuvo en él una persencia esencial y permanente. Nació un 15 de agosto (día de la Asunción de María) y su martirio fue la víspera de la anunciación (24 de marzo). Pero lo más importante es que por su modo de ser creyente se parecía a la que es considerada la creyente por excelencia: María de Nazaret. Veámoslo.

1. María y Monseñor Romero son de Dios. La Biblia nos dice que María era toda de Dios. La palabra de Dios encontraba en ella puerta abierta y no encontraba ningún obstáculo. Encontraba un corazón abierto y una voluntad dispuesta: "yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra". A Monseñor Romero le impactaba mucho esta actitud de María, y comentaba:

He aquí, que hay, gracias a Dios, alguien que sí ha sido el proyecto de Dios realizado a perfección. Aquélla que en el evangelio aparece diciendo: "He aquí la ewsclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Esto no es alienación. Alienación es la del que dice como satanás: "no te serviré, voy a hacer mi propio capricho"… En cambio María le dice al Señor, como la rama pegada al tronco: "No me quiero separar de ti. Quiero llevar fruto, el que tú me das, el de tu savia, el de tu pensamiento. Hágase en mí según tu palabra". Esta es la historia de la salvación (Homilía del 24 de diciembre, 1978).

¨Hágase en mí según tu palabra" fue también la actitud de Monseñor. Significó estar en comunión con Dios y hablar sobre Dios, y sobre todo mantenerse fiel a la voluntad de Dios: "Desde el pueblo, fiel a la voluntad de Dios, quiero caminar por un camino que sea verdaderamente el camino del Señor" (Homilía del 9 de octubre, 1977). Monseñor Romero "al igual que María" son de Dios.

2. María y monseñor Romero son del pueblo. La aceptación plena de la palabra de Dios (retos, riesgos, esperanzas) en la vida de María, no hizo de ella una persona apartada de las cosas de la vida y del pueblo, sino todo lo contrario. Después de escuchar las palabras del ángel, su primer pensamiento fue para su prima Isabel, señora ya de cierta edad que necesitaba ayuda por estar embarazada. María no dudó y se puso en camino hacia Judea, a 120 kilómetros de distancia. Esa preocupación por los demás le impresionó a Monseñor, y la quiso inculcar a todos:

El oficio de María fue encarnar a Cristo en la historia. Y María se hace salvadoreña, y encarna a Cristo en la historia de El Salvador, y María se hace del apellido de ustedes y de mi apellido para encarnar la historia de su familia, de mi familia en la vida eterna del Evangelio… Dichosos si de veras en eso hacemos consistir la devoción a la Virgen. Por eso el Concilio avisó a los predicadores que se cuidaran mucho de fomentar la falsa idea de la devoción a la Virgen, que lamentablemente nos ha separado de los protestantes, porque algunos católicos han llegado a hacer de la Virgen una idolatría… El verdadero homenaje que un cristiano puede tributar a la Virgen es hacer como ella el esfuerzo de encarnar la vida de Dios en las vicisitudes de nuestra historia (Homilía del 24 de diciembre, 1978).

"Encarnar la vida de Dios en las vicisitudes de nuestra historia" fue el oficio de Monseñor Romero. Confirmaba con su vida lo que expresaba con estas palabras. "Hay un criterio para saber si Dios está cerca de nosotros o está lejos: todo aquél que se preocupa del hambriento, del desnudo, del pobre, del desaparecido, del torturado, del prisionero, de toda esa carne que sufre, tiene cerca a Dios… La religión no consiste en mucho rezar. La religión consiste en esa garantía de tener a Dios cerca de mí porque le haga el bien a mis hermanos" (Homilía del 5 de febrero, 1978).

3. María y Monseñor Romero son profetas. El pasaje clásico de la profecía de María es el Magnificat en el Evangelio de Lucas. Así lo comentaba Monseñor:

Recordemos como María en su cántico, se manifiesa como modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social, ni son víctimas de la alienación… sino que proclaman con ella que Dios ensalza a los humildes y, si es el caso, derriba a los potentados de sus tronos. María, pues, no es una devoción sentimental y débil (Homilía del 23 de diciembre, 1979).

Puebla menciona también esto, citando precisamente al Papa, cuando en su homilía del Santuario de la Virgen de Zapopán, recordaba que María, en su canto del Magnificat, proclama que la salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres, parte también del compromiso auténtico con los demás hombres, nuestros hermanos, especialmente los pobres y necesitados, y por la necesaria transformación de la sociedad. Si amamos a nuestra Madre, Ella es el modelo, el paradigma del seguidor del Evangelio. Una gran devoción a la Virgen, pero así, hermanos. Una devoción liberadora (Homilía del 15 dejulio, 1979).

Monseñor Romero fue profeta al estilo de María, al estilo de los grandes profetas de Israel. La Iglesia, afirmaba, "no puede callar ante las injusticias del orden económico, del orden político, del orden social. Si callara, la iglesia sería cómplice con el que se margina y duerme un conformismo enfermizo, pecaminoso, o con el que se aprovecha de ese adormecimiento del pueblo para abusar y acaparar económicamente, políticamente, y marginar una inmensa mayoría del pueblo…" (Homilía del 24 de julio, 1977).

Monseñor Romero fue hombre de Dios, hombrel del pueblo, profeta. Como María.

Carlos Ayala Ramírez

 


 

 

Quiché y Chiapas. Obispos entregados a los indígenas

Encuentro de Don Samuel Ruiz y Monseñor Julio Cabrera. Los días 24 al 28 de julio Don Samuel viajó a Guatemala para acompañar a Monseñor Julio Cabrera y a los sacerdotes de la diócesis del Quiché en su retiro espiritual anual. El encuentro fue importante. "Lo vemos y no lo creemos, esto era como un sueño", decía Monseñor Cabrera. Y tenía razón. Entre la diócesis del Quiché y la de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, ha habido una gran unidad. En los años ochenta, miles de indígenas guatemaltecos tuvieron que abandonar sus comunidades y fueron a refugiarse a tierras chiapanecas donde los acogió Don Samuel como un verdadero padre.

No estará de más, sobre todo para los jóvenes de hoy, recordar la cruel persecución que sufrieron los cristianos y cristianas del Quiché. Su obispo Monseñor Gerardi tuvo que salir de la diócesis. Años más tarde no le dejaron regresar al país. En 1998 lo asesinaron por denunciar las violaciones a los derechos humanos. (Por cierto, la investigación del crimen se ha convertido en una auténtica farsa. Los primeros días de este mes de agosto abandonó el país la testigo Juana del Carmen Sanabria, por graves amenazas. Además de ella han abandonado el país cinco testigos más, el juez Henry Monroy y el ex-fiscal del caso, Selvin Galindo).

Los hermanos y hermanas Quichés fueron perseguidos a muerte por el ejército de Guatemala. Tres sacerdotes y cientos de catequistas fueron asesinados. Los poblados eran destruidos y miles de guatemaltecos salieron de sus casas corriendo. Los misioneros y misioneras del Quiché fueron amenazados de muerte, algunos salieron del lugar, otros fueron asesinados y muy pocos quedaron atendiendo a las comunidades. Era muy peligroso para los creyentes organizar cooperativas, hacer celebraciones, reunirse a estudiar la palabra de Dios o a reflexionar la situación de los indígenas. Vivir la Palabra de Dios en forma comprometida con los pobres se miraba como un delito.

Durante más de tres años el Quiché estuvo sin obispo, hasta que en 1987 fue nombrado Monseñor Cabrera. A los pocos años comenzó el retorno de los refugiados y se empezó a conocer el gran amor de las comunidades chiapanecas durante el tiempo del gran sufrimiento. Las palabras de Julio Cabrera fueron muy sinceras: "Don Samuel y su diócesis entera mostraron un entrañable amor a los guatemaltecos que fueron refugiados en México, personas que sufrieron, caminaron, huyeron y encontraron a alguien que fue Padre y Madre, amigo y hermano. Eso no se ha olvidado".

Don Samuel habló con esperanza." El sufrimiento de Guatemala, de Chiapas y de todos los pueblos indígenas de América Latina está ayudando a que los descendientes de los mayas y de todos los pueblos indios de nuestro continente sean sujetos de su historia y también de la Iglesia".

Elecciones en Chiapas."Que se cumplan los diez mandamientos". Ofrecemos a continuación la homilía de Monseñor Felipe Arizmendi, sucesor de Don Samuel Ruiz como obispo de San Cristóbal de Las Casas. Pocas veces los mandamientos de la ley de Dios resuenan con tanta claridad.

"Los mandamientos de la ley de Dios se traducen en hechos concretos. Los tres primeros nos piden reconocer que hay un solo Dios, a quien debemos culto y veneración; por tanto, que nadie se considere un dios, como si fuera el único perfecto, el que tiene toda la verdad y la solución a todos los problemas. Ningún partido, candidato o autoridad son dioses, a los cuales haya que postrarse en forma absoluta. Los "césares" deben reconocer los derechos de Dios, porque "al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" (Mt 22, 21).

El quinto mandamiento ordena no matar. Hay que evitar, pues, toda violencia, tanto verbal como física, porque fácilmente puede degenerar en derramamiento de sangre. Que todos sepan respetar la emisión del voto y se eviten amenazas o enfrentamientos. Si los resultados de la elección no son conformes con el propio parecer, o si se llegara a comprobar que no hubo limpieza en el proceso electoral, hay mecanismos legales para las impugnaciones que se considere pertinentes, pero desde ya debemos desterrar el recurso a las armas como método para lograr justicia y democracia, porque es contraproducente. Chiapas tiene hambre y sed de paz y de estabilidad.

El séptimo, octavo y décimo mandamientos ordenan no robar, no mentir, ni ambicionar lo que no nos corresponde. Por ello, que los funcionarios de casillas no se atrevan a favorecer con votos falsos al candidato de su preferencia. Que no haya robo ni quema de urnas, violentando la voluntad de los electores. Que no se afirme que alguien ganó, mientras no se tengan pruebas irrefutables. Que nadie se sienta obligado a votar por el partido del que recibió donativos o programas oficiales, porque éstos provienen de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos para ayudar a los más necesitados, y no para favorecer a un partido. Es indigno que alguien compre o venda un voto".

Por su parte Don Samuel pronunció estas palabras en una rueda de prensa tenida en Chiapas el 20 de agosto, día de las elecciones:

"En mi calidad de obispo emérito de esta diócesis, cuya vida estará siempre ligada a la mía, he venido hoy a expresar mi voto a favor de una nueva etapa política que acerque la paz y la justicia, que son esperanza de todos los hermanos y hermanas chiapanecos.

Es claro para todos y todas que en la historia de Chiapas estas elecciones resultan particularmente importantes, tanto por su significado como por su repercusión. Por ello han sido tan visualizadas y acompañadas nacional e internacionalmente.

Me sumo a las recomendaciones expresadas por mi hermano en el episcopado, Monseñor Felipe Arizmendi, sobre todo en cuanto a que deben preocuparnos los diversos riesgos y tensiones, los amagos de violencia y polarización que se han vivido en este proceso, que aún puede complicarse en los momentos posteriores.

Estos dolores, que esperamos sean solamente como los del parto, nos ratifican la importancia de que la ética acompañe a las actividades políticas, y que sea siempre la participación política la vía para enfrentar los graves retos de la paz con justicia y dignidad.

Hoy Chiapas vive una gran oportunidad, si sabemos garantizar la limpieza y si se logran garantizar los derechos ciudadanos, incluido el voto. Hoy puede ser una gran cosecha de los esfuerzos que por largos años y de distintas maneras todas y todos los chiapanecos hemos realizado en la búsqueda de la democracia con justicia.

Después del voto seguirá la gran tarea de reconstruir el proceso de paz, de encontrar juntos las condiciones y soluciones a los diversos problemas nacionales que se expresan en el conflicto chiapaneco".


 

 

Conflicto de tierras en Honduras

Amenazas contra un sacerdote jesuita

En el Aguán, Honduras, ganaderos y agricultores están ocupando casi cinco mil hectáreas de tierras que la Municipalidad de Trujillo les vendió de forma ilegal bajo anteriores gobiernos. Hace casi tres meses los campesinos invadieron tierras del CREM (Centro Regional de Entrenamiento Militar) y la tensión ha ido creciendo. Ambos grupos se han armado. Después de muchos ataques por parte de los ganaderos contra el campamento de los campesinos, el 27 de julio murió el ganadero Diógenes Osorto en un enfrentamiento iniciado desde la casa de su hermano Henry Osorto. Este ha acusado al P. Pedro Marchetti, jesuita, párroco de Tocoa y coordinador de la Pastoral Social de la Diócesis de Trujillo, de ser el autor intelectual e instigador de esa muerte. Para el lector salvadoreño estas cosas suenan conocidas y parecen calcadas de lo ocurrido en Aguilares en 1977, lo que culminó con el asesinato del P. Rutilio Grande y sus dos acompañantes.

El Consejo Nacional de los Jesuitas de Honduras, en un comunicado del 6 de agosto, ha desmentido la acusación como "mal intencionada, calumniosa y sin fundamento". Ha aclarado que el P. Marchetti no estaba en el país cuando sucedieron los hechos, pues diez días antes de la muerte del ganadero estaba en Santo Domingo y luego en El Salvador, donde permaneció hasta dos días después del trágico suceso. No se enteró del mismo, sino hasta cuatro días más tarde.

Los jesuitas aseguran que el P. Marchetti ha apoyado en todo momento al Movimiento Campesino del Aguán, no por odio o resentimiento, sino porque sabe que a los campesinos les asiste el derecho y la ley. Como puede atestiguarlo la Comisión de Alto Nivel del Gobierno, con la que se ha entrevistado, su afán es la reconciliación sincera y la paz duradera, cimentadas sobre la justicia y la verdad.

Lamentan la muerte del Sr. Diógenes Osorto y se conduelen con su familia. Entienden que la sobrerreacción de los campesinos obedeció a una serie de ataques que los ganaderos habían venido haciendo contra el caserío de los campesinos desde mayo. El comunicado concluye así:

"Apoyamos el desarme por parte de la autoridad. No queremos que corra más sangre. Pero que el desarme se practique tanto del lado de los campesinos, como de los ganaderos en toda la zona. El desarme debe basarse sobre una investigación de quiénes poseen armas, especialmente fusiles de guerra.

Consideramos que las negociaciones deben proseguirse entre los ganaderos y el movimiento campesino. Nos parecen encomiables los esfuerzos del Director del INA (Instituto Nacional agrario), Lic. Aníbal Delgado Fiallos, por hacer respetar la ley y declarar la invalidez de títulos comprados bajo el amparo de un gobierno corrupto. Exigimos que el gobierno dé su apoyo a este servidor público, no sólo defendiendo su seguridad, sino auxiliándolo desde todas las dependencias en su tarea de aplicar la ley. Que las comisiones de todo nivel no sean para desautorizarlo, sino para reforzar su misión. Y que el gobierno, como último responsable de los actos de corrupción del Estado, indemnice por las mejoras a los ganaderos.

A los medios de comunicación les pedimos que investiguen in situ los hechos recientemente acaecidos. Las radioemisoras nacionales han estado resonando los intereses de los ganaderos. Las acciones del campesinado en general no les son simpáticas hoy en día. La misión de los medios es buscar la verdad activamente, especialmente en lugares donde no es fácil llegar, como el departamento de Colón, y en situaciones de poderes ocultos que tratan de enmascarar los hechos. De todos es conocida la situación del Aguán donde campean la impunidad y el narcotráfico enquistados en las estructuras de poder y de violencia.

A la sociedad civil y a las iglesias en particular les pedimos respaldo para la diócesis de Trujillo y en particular para su Pastoral Social. Las ONGs nacionales e internacionales conocen la dedicación incansable de esta diócesis a favor de la gente damnificada después del Mitch. Pedimos a las iglesias y sus ONGs que visiten a los campesinos asentados en el CREM, que oigan su experiencia y les lleven consuelo. Deseamos que este año jubilar sea para los hombres y mujeres campesinas el tiempo de gracia para volver a gozar de las tierras, del crédito y de la asistencia técnica de los que la sociedad los ha ido excluyendo".

"El crimen y la delincuencia son alarmantes",

Iglesia de honduras

Los ocho obispos hondureños han escrito un documento de ocho páginas en el que muestran su preocupación por la actual situación del país. He aquí algunos párrafos.

"El crimen y la violencia están alcanzando niveles alarmantes. Abundan los delitos cometidos por bandas organizadas, pero rara vez son capturados los delincuentes".

"En los pueblos pequeños y remotos se ha dado el caso de que asesinos y delincuentes circulan libremente por las calles, amedrentando a la población. La red de seguridad pública cubre únicamente los barrios del centro urbano. En las extensas regiones montañosas prevalece casi siempre la ley del más fuerte".

"Muchas veces se aplica la justicia sólo a los más pobres, y en resumen podemos decir que la aplicación de la ley deja mucho que desear y es uno de los problemas más graves de Honduras".

"Sería interminable reseñar todas las denuncias que recibimos y que se publican en los medios de comunicación sobre los males que aquejan a la justicia. En marzo pasado el comisionado gubernamental de derechos humanos señaló la prevaricación, el cohecho, la corrupción, la extorsión, el chantaje, las amenazas, la denegación maliciosa de la justicia y otros males del poder judicial".

 

 


 

 

Don Pedro Casaldáliga: "Sigo apostando por el socialismo"

Entrevista de Mario Amorós

"La Iglesia que nace del pueblo". Así denominan en Brasil a la teología de la liberación y a su "opción preferencial por los pobres" que Pedro Casaldáliga asumió desde su llegada al Matto Grosso en 1968. A sus 72 años Don Pedro continúa fiel a sus "causas", por la que ha caminado y camina junto a los oprimidos. A ellos agradece el ejemplo de su alegría, su esperanza y su fe. Y les evoca cuando le proponen para importantes galardones internacionales, como el Nobel o el Príncipe de Asturias: "Que le den el premio a los indios que luchan por sus territorios, a los labradores sin tierra, a los pueblos sufridos de América".

También dentro de la Iglesia defiende las causas más avanzadas, como el celibato o el acceso de la mujer al sacerdocio, mientras confía en que el próximo papa "haga una gran opción por los pobres y sea de corazón comprensivo y libertador del Tercer Mundo". Casaldáliga siempre ha vinculado sus creencias con su modo de vida. Cuando fue nombrado obispo en 1971, renunció a utilizar la mitra, el báculo y el anillo propios de su condición. Siempre viste unos pantalones, una camisa y unas humildes alparagatas.

Su cálida voz, su trato afectuoso y su humanidad impresionan a quien le llama desde el lejano Madrid en una tarde calurosa de junio. En esta entrevista Casaldáliga habla de Brasil y de América Latina, de los pobres y del latifundio, de los campesinos sin tierra y de los indígenas, del "antirreino neoliberal" y del resurgimiento de los movimientos sociales críticos, de la utopía y de la teología de la liberación.

- ¿Cómo ve la realidad actual del país donde vive desde hace 32 años?

- Con la ejecución del programa neoliberal, con el acuerdo total del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, la situación se ha agravado, se ha convertido en más estructural. Los gastos sociales se han restringido para evitar la inflación con la excusa de que en el futuro todos se verán beneficiados. La pobreza ha aumentado y esto se expresa en tres cuestiones: en el ajetreo constante de migraciones en el interior del país y hacia el exterior, en el incremento del desempleo, ya que sólo en Sao Paulo hay 1.600.000 personas sin trabajo, y en el aumento de la violencia, que hoy es sumamente compleja porque junto al crimen organizado también está el espontáneo, que viene de la desesperación y el hambre. Además, se percibe un profundo desencanto respecto a la política porque las promesas no se cumplen.

- Brasil es uno de los pocos países latinoamericanos que no ha realizado una reforma agraria. La extrema concentración de la propiedad agraria y la existencia de millones de campesinos sin tierra motivó la aparición en 1984 del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. ¿Qué opina del MST?

- El MST tiene una fuerza, una organización y una credibilidad muy importantes y, a pesar de que los grandes medios de comunicación, al servicio del Gobierno y del sistema, hacen lo posible por desacreditarle, el 80% de la población reconoce la legitimidad de sus reivindicaciones. Si no fuera por el MST, el Gobierno no haría siquiera esos gestos esporádicos de reforma agraria, que siempre son meros parches.

La Iglesia brasileña fue pionera en exigir la reforma agraria. La Comisión Pastoral de la Tierra nació en 1975 y fue decisiva en la creación del MST, cuyos principales líderes han reconocido la influencia y el acompañamiento fraterno de la Iglesia, que les ha dado su respaldo ético. Brasil es un país caracterizado por el latifundio y será imposible una verdadera reforma agraria si no se ataca el latifundio. Por ello, la Iglesia insiste en que el Congreso apruebe una legislación que dictamine módulos mayores y menores de tierra para superar el latifundio y el minifundio. Por otra parte, el MST es un movimiento social muy bien organizado pues no sólo conquista las tierras, sino que tiene una gran preocupación por la educación, la cultura y la organización popular. El MST ha recibido premios de la UNESCO por su trabajo cultural y muchos muchachos y muchachas del MST se han formado en las universidades y han vuelto a los campamentos.

La deforestación de la Amazonía parece imparable ante la impotencia del Gobierno de Cardoso... Nuestra prelatura (diócesis) está en la entrada de esta región. Ayer por la noche llegué del interior y volví estremecido al ver las carretas inmensas con árboles talados. En un solo trayecto encontramos diecisiete carretas. Es evidente que la deforestación de la Amazonía es otra más del modelo neoliberal. En los quinientos años posteriores al mal llamado "descubrimiento" del Brasil, sólo de floresta, sin contar los bosques menores, se ha talado el tamaño de una Argentina. De la floresta atlántica se ha talado el 95%. Es un verdadero ecocidio, una auténtica tragedia, en el país con más especies animales y floresta, la principal reserva mundial de agua... Hay poca fiscalización de las multinacionales madereras y los fiscales a veces se venden. La política neoliberal es antiecológica, va al lucro inmediato y al mayor lucro posible, no se preocupa por el futuro de la humanidad.

- Con motivo de la reciente celebración oficial del quinto centenario de la llegada de los portugueses, las comunidades indígenas han denunciado las agresiones del pasado y su marginación actual. ¿Qué opina de las luchas de estos pueblos?

- A pesar de que es una lucha titánica y oficialmente no aceptada, porque todas las políticas desarrolladas por el Estado en estos inquietos años han sido de integración, es decir, de desintegración étnica y cultural de las comunidades, en los últimos años, sobre todo desde 1992, ha crecido mucho la conciencia de los pueblos indígenas de todo el continente. Vivimos la década de los pueblos indígenas, que en parte se debe a nuestra Rigoberta Menchú. Cuando llegaron los portugueses, había cinco millones de indígenas en el territorio actual de Brasil; ahora hay 350.000 aunque esta población ha aumentado en los últimos diez años. Hay una mayor conciencia entre los pueblos indígenas, como han demostrado con motivo de la celebración oficial de los 500 años, cuando, a pesar de la represión, han sabido manifestarse, han preparado un documento muy lúcido y siguen en la lucha. Además, por parte del movimiento popular en un sentido amplio, de sectores intelectuales importantes y de la Iglesia hay un respaldo a sus reivindicaciones.

- En América Latina 250 millones de personas viven en condiciones de pobreza y los poderosos mantienen su impunidad. ¿Cómo ve a la Patria Grande?

- Con una estúpida democracia que de democracia no tiene nada. Con esas impunidades de Pinochet y de Fujimori, que se ríen de la ley y del pueblo, con la inseguridad de lo que pasa en Venezuela, con la represión en Brasil, en Paraguay, Bolivia, Ecuador... Cuando el pueblo quiere manifestarse, se demuestra que las democracias son "democraduras", como decimos en Brasil. Son dictaduras travestidas de democracia al servicio de la deuda externa, de las transnacionales, de las minorías privilegiadas... No hay democracia económica, social y cultural. Pero también creo que en América Latina ha crecido la conciencia y, aunque los partidos de izquierda y los sindicatos son más débiles, hay más movimiento popular. Lo alternativo está bastante presente ahora y va abriendo una perspectiva de futuro. Una de las losas que impiden una auténtico desarrollo de América Latina es la deuda externa... La deuda externa es un problema porque nuestros gobiernos son lacayos por estúpidos intereses. La deuda externa no es nuestra ya que el pueblo no la ha creado y sin embargo la ha pagado ya con creces con nuestras materias primas y nuestra mano de obra barata. Además, en esta deuda inicua a los acreedores se les permite aumentar los intereses. Si hubiera cuatro o cinco gobiernos con agallas en América Latina, se negarían a pagarla y los acreedores internacionales tendría que aceptarlo.

- Usted ha afirmado que los dos latinoamericanos más importantes del siglo XX han sido monseñor Oscar Romero y Ernesto Che Guevara. ¿Por qué?

- Porque ambos dieron su vida de manera desinteresada por el pueblo. Se lo jugaron todo con una generosidad extrema: Romero a la luz de la fe, el Che a la luz de la revolución. Su ideal, su coherencia y su radicalidad nos siguen comprometiendo y estimulando, sobre todo a la juventud, y además no han podido ser desautorizados.

- ¿Qué opina de la situación de Cuba y de su futuro inmediato?

- Mi cariño por Cuba es un escándalo para muchos. No justifico lo que Cuba haga mal. Yo quiero la libertad de partidos y de prensa. Pero reconozco a Cuba una actitud firme contra el imperialismo y elogio los logros de la revolución en salud y educación. Incluso los enemigos del régimen reconocen que más de la mitad de los ciudadanos han pasado por la universidad. ¿Qué país de América Latina puede decir lo mismo? Y en materia de salud no hay ni comparación: en Cuba la mortalidad infantil es menor que en Estados Unidos. Pero Cuba es una isla geográfica, política y económicamente. Se están abriendo unas brechas porque quienes poseen dólares tienen más posibilidades. También está la preocupación de cómo será la transición. Y sigue el bloqueo norteamericano. Todos los bloqueos son una guerra contra la población civil, como vemos en lraq, donde centenares de miles de niños han muerto por esto.

- Hace un cuarto de siglo usted escribió: "Sólo se puede vivir sublevadamente. Y creo que sólo se puede ser cristiano siendo revolucionario". Entonces apostaba por el socialismo. ¿Piensa lo mismo tras la caída del Muro de Berlín?

- Sigo apostando por un tipo de socialismo. Si no se socializa la tierra para trabajarla y vivir, si no se socializan la salud, la educación, la ciencia y las comunicaciones, no hay democracia. Estados Unidos no es un país democrático aunque hay dos partidos, porque su sistema margina a millones de personas dentro y fuera de sus fronteras. Sin socializar y compartir los bienes básicos, no habrá democracia. Sólo con igualdad en dignidad, derechos y oportunidades, habrá justicia y podremos vivir en paz.

- Muchos han pretendido enterrar a la teología de la liberación. En cambio, ustedes sostienen que es más necesaria que nunca en un mundo en el que trescientas personas tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad...

- A Jesús también le enterraron y sin embargo resucitó. Mientras existan pobres y el Dios de los pobres, habrá teología de la liberación. Ha habido un cierto receso por las actitudes de sectores del Vaticano que desaniman a ciertos teólogos. Pero la teología de la liberación ha abierto sus perspectivas y ahora incide también en lo femenino, en lo étnico y en lo cultural, aunque lo fundamental sigue siendo la dignidad humana, la igualdad fraterna y la opción por los pobres.

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Después de 32 años en Brasil, de convivencia y lucha con los parias de la tierra, Pedro Casaldáliga explica que "he comprendido que no soy pobre, porque tengo comida, puedo viajar y tengo mucho apoyo, incluso internacional. He conocido la admirable confianza de los pobres en Dios, su sentido de la alegría, de la fiesta, en medio de la esperanza. Y su capacidad de compartir; los pobres saben compartir más que los ricos. También admiro la capacidad de sobrevivir de tantas familias. Los pobres nos dan una gran lección de simplicidad, de confraternización y de esperanza".

Dentro de tres años deberá jubilarse como obispo de Sao Félix do Araguaia y, aunque no tiene decidido su futuro, asegura que le gustaría "ir a morir a Africa". "Es un continente mártir, olvidado, despreciado, una víctima de la humanidad entera. Nuestras sociedades blancas y la Iglesia colaboraron a producir esta miseria". En el ocaso de su vida querría contribuir a saldar "la gran deuda que tenemos con los pueblos africanos".

Tomado de Diario 16