Carta a las Iglesias, AÑO XXI, Nº479, 1-16 de agosto, 2001

6 de agosto, Divino Salvador

INDICE

EDITORIAL: El Salvador y Jesús de Nazaret

EDITORIAL: A propósito del Divino Salvador: ¿"Y ustedes quién dicen que soy yo?"

ENTREVISTA: Declaraciones del Cardenal Oscar Rodríguez

REFLEXIONES: ¿Quién es Jesús de Nazaret?

REALIDAD NACIONAL: Violencia y sequía

DE LAS COMUNIDADES: Zonacosta, Usulután

COMENTARIOS: Génova de triste recuerdo

 

 

 

 

 

 

El Divino Salvador y Jesús de Nazaret

El 6 de agosto se celebró la fiesta del Divino Salvador. Asistió mucha gente a la Bajada y a la misa solemne, presidida por el cardenal arzobispo de Tegucigalpa, Mons. Oscar Rodríguez Maradiaga. Abundaron cantos, vivas y aplausos. Es lo normal en estas ocasiones, y la gente agradece y se merece estos momentos de esparcimiento religioso.

Lo que ocurre, por dentro sólo Dios lo sabe: una ancianita con sus manos juntas en oración, un papá con sus niños, una autoridad civil en el estrado junto a los obispos. Por fuera, monitores y oradores pedían insistentemente vivas y aplausos, exhortaban a que del cielo cayesen bendiciones abundantes, y repetían el anhelo de que "el país sea transfigurado". Y sobre esto queremos reflexionar.

"¿Qué han hecho ustedes?". Pedirle esas cosas al Divino Salvador, pensar que grande es la fe porque mucho le aplaudimos, es comprensible. Pero no es la única forma %ni la mejor% de relacionarnos con él ni de "transfigurar el país". Más aún, tiene sus peligros. En su última homilía del 6 de agosto de 1979, decía Monseñor Romero:

Hay un reto permanente en la transfiguración de Cristo como patrón de nuestra patria. El reto de la transfiguración a nuestro pueblo. El, el Divino Transfigurado, se presenta cada año para retar a este pueblo y decirle: "¿Qué han hecho con mi misterio, que no estoy Yo provocando la transfiguración de esa nación?".

Son palabras típicas de Monseñor, sorprendentes por su belleza, desconcertantes por lo inesperado y, sobre todo, cristianas y salvadoreñas: van en directo al centro de las cosas. "¿Qué han hecho ustedes, que se dicen cristianos y salvadoreños, para que este país siga postrado en la pobreza, la injusticia, la corrupción, los secuestros, la violencia, el egoísmo, el desinterés de líderes y políticos?", diría hoy. "¿Qué han hecho ustedes, cristianos y cristianas, que han olvidado en muy buena parte la opción por los pobres, la denuncia de las abominaciones que ocurren a diario, que buscan paz y armonía con un mundo en el que yo nunca la encontré, que muchas veces se encuentran a gusto entre los poderosos?". "¿Qué han hecho ustedes, Iglesias, que aumentan oraciones y cantos, que apoyan a nuevos movimientos, y no saben qué hacer con las comunidades que están en la base, las que todavía llevan las marcas del sufrimientos en años recientes?".

Bien está hablar al Divino Salvador, pero, antes, hay que escucharle. Como decía Monseñor, hay que escuchar su reto y su pregunta: "qué han hecho ustedes".

Volver a Jesús de Nazaret. El título de este editorial puede sorprender. ¿Es que no son lo mismo el Divino Salvador y Jesús de Nazaret? Juzgue el lector. La narración evangélica, al narrar en palabras humanas la realidad única de Jesús, parece hacer de Jesús un super-hombre, y a eso se apuntan muchos: vestidos, nubes, voces... Pero el mensaje verdadero es otro: Jesús "se transfigura" de verdad no en los sueños demasiado humanos de sus tres amigos en el monte, sino en el valle, transfigurado el dominio en servicio, el egoísmo en misericordia, las medias verdades en palabra limpia. En el momento de su vida en el que se narra el relato, transforma el miedo %ya tenía noticia de que habían asesinado a su amigo Juan Bautista% en fortaleza. Y camina hacia Jerusalén.

Teniendo delante a Jesús, triste sería usar al Divino Salvador para que nos aleje de Jesús de Nazaret. Lo que siempre es importante y lo que hoy es muy necesario, es más bien lo contrario. Más adelante publicamos breves textos sobre ese Jesús de Nazaret. Ahora volvemos a Monseñor. Dos frases suyas nos ponen en la pista para volver al Jesús real, humano y humilde, solidario y sufriente %y no quedarnos en la nube:

Jesús de Nazaret, como hijo de aquel taller de carpintería era un hombre como cualquiera de nosotros... Si Cristo viviera hoy estaría allí confundido con ustedes, nadie lo distinguiría, tal vez venido de un cantón, allá viene con su mamá, la Virgen (Homilía del 14 de enero, 1979).

Cuando despreciamos al pobre, al cortador de café, o de caña, o de algodón, al campesino que hoy va en caravanas buscando el sustento todo el año, pensemos, hermanos, no lo olvidemos, es el rostro de Cristo... Rostro de Cristo el necesitado que pide una voz a la Iglesia (26 de noviembre, 1978).

Volver al pueblo salvadoreño. Cada 6 de agosto, en 1977, 1978 y 1979, Monseñor se preocupaba muy especialmente del pueblo salvadoreño, y una forma importante de hacerlo era publicar cartas pastorales. Estas eran largas porque no bastaban breves palabras rutinarias para abordar la magnitud de los problemas. Eran cristianas y eclesiales, y por ello ofrecía reflexiones bíblicas y del pensamiento de la Iglesia, sobre todo el Vaticano II, Medellín y Puebla. Eran colegiales porque en su elaboración intervenían muchos cristianos, sacerdotes, expertos en pastoral, teología, análisis políticos y sociales. Y sobre todo la gente, las comunidades, a quienes envió un largo cuestionario antes de escribir su última carta pastoral. Les preguntaba cosas como éstas: quién es Dios y Jesús para usted, cuál es el pecado mayor del país, qué piensa de los obispos, del nuncio, de su arzobispo. Y leyó con atención las respuestas.

Eran cartas pastorales salvadoreñas, para lo cual sólo es preciso recordar los temas que trataban, actuales en su tiempo y muchos de ellos igualmente actuales hoy: pobreza, injusticia, represión, violencia, idolatrías, diálogo nacional, organizaciones populares... Entre esas realidades encontraba él la misión de la Iglesia, a la que, en su segunda carta pastoral, definió como "cuerpo de Cristo en la historia".

Las tradiciones cristianas y salvadoreñas recientes. El Divino Salvador es una tradición secular que tiene gran arraigo popular. Eso es natural y es bueno. Pero no es la única tradición específica entre nosotros. La más reciente y profunda es la tradición de los mártires, y no sólo la de Monseñor Romero o la de los mártires de la UCA %bien conocidas%, sino infinidad de otras que se celebran, más calladamente, pero cada vez más también con mayor volumen en muchos rincones del país. En el número anterior relatamos las exhumaciones que se están haciendo en Morazán para dar sepultura cristiana, honrar y tener cercanas a las víctimas. Es un poderoso símbolo de una tradición, de "entregar" (que eso significa tradición) y no dejar morir lo mejor de nuestro pasado.

El 6 de agosto esas tradiciones no estuvieron presentes, y es una pena. Sirven para profundizar en la tradición del Divino Salvador. Nuestros mártires, en efecto, son los que no se quedaron en el monte y en la nube, sino los se encaminaron a Jerusalén. Allí se encontraron con Jesús y con él se han quedado para siempre. Por eso, bueno será hacer de la tradición del Divino Salvador una tradición en la que estén todas y todos los que en vida y en muerte han hecho un país más humano y cristiano.

No hubo muchos aplausos espontáneos en las celebraciones litúrgicas. Sí aplaudieron a Mons. Gregorio Rosa Chávez y al alcalde Héctor Silva, lo cual fue todo un símbolo. Quizás con ese aplauso no querían olvidar sino unificar las mejores tradiciones del país. Querían sobre todo agradecer a muchos salvadoreños y salvadoreñas que "se transfiguraron" en verdad, misericordia y justicia, y con ello, hasta el final de sus vidas quisieron "transfigurar el país".

 

 


 

 

A propósito del Divino Salvador:

"Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?"

Jesús de Nazaret, Profeta y Mesías

En el capítulo 16, versos del 13-23, del Evangelio de Mateo Jesús dirige dos preguntas a quema ropa a sus discípulos. La primera: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre"?, la respuesta es: "ellos piensan que eres un profeta". La segunda pregunta es más directa: "¿quién dicen ustedes que soy yo?" Pedro reponde: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

La primera respuesta es una buena aproximación a Jesús. En efecto, Jesús no sólo anuncia el reino y proclama a un Dios Padre, sino que denuncia el antirreino y desenmascara a los ídolos (Mt 6, 24; Lc 16, 13; Lc 16, 19-31). En ese sentido se sitúa en la gran línea profética de Israel (de Amós, de Oseas, de Jeremías). Por eso no desliga el amor a Dios y la práctica de la justicia.

La segunda hace referencia a una esperanza: la esperanza de los pobres, que mantenían la ilusión de la llegada de un reino (un mundo justo) y la aparición de una figura salvadora (el Mesías liberador). En la vida concreta de Jesús, los discípulos llegaron a reconocerlo como el Mesías. Pero Jesús, no fue un Mesías-escriba, como los doctores de la ley se imaginaban. No fue un Mesías-triunfalista político-nacionalista, como el grupo de zelotes esperaba. Jesús es el Mesías que libera a los pobres y cura a los enfermos, asumiendo los dolores del pueblo. Jesús es el Mesías-siervo-sufriente, del cual tanto habló el profeta Isaías (Is 42,1-4).

¿Y quién es Jesús para nosotros hoy?

A propósito de la festividad del Divino Salvador del mundo, uno de los periodistas de YSUCA realizó un sondeo entre los participantes en la tradicional "Bajada" del 5 de agosto. Una sola pregunta, precisa y directa: "¿quién es para usted Jesús de Nazaret?". Veamos primero algunas de las respuestas.

Ernestina Galdámez: "Jesús es el que nos va a salvar, en lo humano y en lo espiritual. Mire, es bonito ver la imagen del Salvador del mundo subiendo con sus vestiduras blancas. Pero también hay que reconocerlo en nuestros hermanos, en las necesidades de los demás. Si sólo asistimos a la "Bajada" y no seguimos y obedecemos al Salvador del mundo, no hemos hecho mayor cosa".

Pedro Martínez: "Jesús es nuestro Padre divino, si no fuera por él nosotros no estuviéramos aquí viviendo. El es el quien nos creó y nos enseñó a vivir. Eso es lo que agradecemos todos los años asistiendo a la Bajada".

Gloria Hernández: "Jesús es el Hijo de Dios, es el que nos ha guiado a seguir con fe y nos ayuda a seguir adelante. Si no fuera por él quién sabe cómo nos iría a nosotros".

Evelio Mira: "Jesús es nuestro Padre celestial, es el todopoderoso, sin él no somos nada, es nuestra ayuda y auxilio".

Mariano López: "Mire, a mí no me haga esa pregunta, yo estoy en lo que estoy, esto es un acto religioso. Yo soy católico y no estoy para usted

Sara Gutiérrez: "Jesús es nuestro salvador, el que vino al mundo para salvarnos del pecado. Del egoísmo y de tanta violencia que estamos viviendo hoy. Eso es Jesús, el que nos salva".

Guillermo Palma: "Para mí Jesús está en los cielos, pero también en todo lugar. Todos los que estamos aquí sabemos que Jesús está en los cielos, pero ahora estamos alabando su imagen. El es el de ayer, hoy y siempre".

Estas son algunas de las expresiones que recogimos durante la tradicional manifestación de piedad popular llamada "la Bajada". No cabe duda de que en las respuestas de la gente no sólo hay cariño hacia Jesús de Nazaret, sino también confianza en esperar de Dios la salvación presente e inmediata de los problemas que aquí y ahora le hacen imposible la vida.

Pero dicho esto, no menos cierto es que en la piedad popular predomina hoy día una visión de Jesús menos profética y menos mesiánica. Jesús es más divino que humano, más hacedor de milagros que desenmascarador del mal del mundo, más Dios que mediador del reino de Dios en la historia. Por este camino fácilmente se llega al "espiritualismo", esto es, creer en un Dios sin reino y un Jesús sin proyecto, sin horizonte de lo que debe ser la vida humana cuando se vive según Dios.

La contestación de Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo", no fue algo abstracto. No fue una respuesta puramente afectiva. Implicó seguir los pasos de Jesús en su amor por los pobres e insignificantes de la historia y en su servicio al reino de Dios.

Carlos Ayala

 

Transfiguracion

Transfigurarse es cambiarse. Ser de otro modo y ser visto de manera diferente. Esto es la finalidad de nuestra vida, como personas, como grupo humano, como nación. Como personas es el primer cambio imprescindible. Todo el evangelio va dirigido a transformarnos, conforme al único modelo que es Jesús. El nos enseñó el camino de cambio. De ser sólo Dios cambia a ser Dios y Hombre, para hacerse semejante a los hombres, a tal grado que: "Siendo su condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, tomando la condición de servidor y se hizo semejante a los hombres" (Filipenses 2, 6-7).

El se abaja para que nosotros subamos. El se hace nada para que nosotros nos hagamos algo, El "No se apegó a su igualdad con Dios" (v. 6), para que nosotros no nos sintamos superiores. Pero, en toda su vida de 33 años, va a darnos una muestra de su divinidad. No lo hizo al nacer, ni lo hizo al morir, lo hace en el segundo año de su vida pública, cuando sus apóstoles tienen un año de andar con él. Los tres sinópticos han reseñado el suceso. Lucas nos da algunos pormenores a considerar. Lleva consigo a los tres apóstoles más cercanos. Pedro, Santiago y Juan. Nos lo describe subiendo a un cerro a donde va a orar. ¿Pasaría toda la noche, o largo rato en oración? La verdad es que "mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto" (Lc 9, 29) ¿Cómo sería ese cambio? ¿Cómo fue el nuevo aspecto? ¿Qué verían los apóstoles? Con razón cuando habla Pedro palabras sin sentido, Lucas nos deja dicho que "no sabía lo que decía" (v. 33). Pedro estaba pensando en quedarse ahí todo el tiempo. Jesús, en cambio, habla de su "éxodo", de su pasión con Moisés y Elías.

Jesús no busó nunca comodidades ni menos lujos de ninguna clase. En medio de la manifestación de su gloria quiere bajar a Jerusalén y transformarse y tranformarnos por medio de su pasión y su cruz. "Se veía en un estado de gloria y hablaba de su partida, que debía cumplirse en Jerusalén" (Lc 9, 31). A Pedro le debió impresionar tanto que hace referencia a ello: "en efecto, no hemos sacado de fábulas o de teorías inventadas lo que les hemos enseñado sobre el poder y la venida de Cristo Jesús, Nuestro Señor. Con nuestros propios ojos hemos contemplado su majestad cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa majestad. "Ese es mi hijo muy querido, el que me agradó elegir. Nosotros mismos escuchamos esa voz venida del cielo, estando con él en el Cerro santo" (2Pedro 1, 16-18).

Estoy recordando que Monseñor Romero dio sus cuatro cartas pastorales con ocasión de la Fiesta de la Transfiguración, el 6 de agosto. Quería ver al hombre transformado. Quería ver el país transformado. Quería ver la Iglesia transformada. Eclesia semper reformanda. Y creo que lo logró, al menos en parte. La Iglesia creció en su tiempo. Fue una Iglesia, que habló, que no permaneció callada ante los acontecimientos. Una Iglesia, la de su tiempo, que produjo mártires, sacerdotes y laicos. Una Iglesia que perdura, de la cual se sigue hablando y que será siempre una inspiración.

Mons. Ricardo Urioste

 

 

 


 

 

Declaraciones del Cardenal Oscar Rodríguez

El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa, presidió la solemne eucaristía del 6 de agosto. Ofreció también una conferencia de prensa de la que entresacamos las ideas principales.

La sequía. "Nuestros países son exportadores de productos agrícolas, pero sabemos que el comercio internacional no es equitativo con la agricultura. Vemos también cómo la clase media está desapareciendo y los pobres pasan a ser miserables. Lo que más preocupa es la falta de solidaridad de muchos sectores con recursos económicos, que ni en este momento de hambre se identifican".

El desarrollo. "Centroamérica necesita ayuda para el desarrollo, no necesitamos préstamos de las instituciones internacionales para seguir pagando intereses de deuda. Esta es nuestra lucha con la comunidad financiera internacional y los países del G-7. Pedimos que la comunidad internacional no se olvide de Centroamérica. Cuando la guerra fría, había mucho interés para que estos países no fueran presa del comunismo, pero lo que nos daban eran armas, ahora lo que necesitamos es desarrollo para paliar la pobreza".

Los políticos. "Nos toca a todos transfigurar la sociedad, pero los que gobiernan y han sido elegidos para servir tienen una responsabilidad mayor de procurar el bien común. Muchas veces la tentación de los partidos políticos es buscar el bienestar del grupo del partido. Más aún, en algunos países de América Central da la impresión de que quieren llegar al poder para enriquecerse lo más rápido posible con los recursos del Estado. La clase política debe tomar más consciencia de servir al bien común".

¿Cómo cambiar? "En América Latina tiene que cambiar la evangelización de la política y de los políticos. En parte, nuestros países no son pobres, sino países ricos empobrecidos por el saqueo de los recursos del Estado. Por ejemplo, si la gente tuviera conciencia de tributar de acuerdo a sus ganancias no habría por qué incrementar impuestos. Se necesita un fortalecimiento de la justicia".

La globalización. "Esta no puede reducirse a lo económico. Lo negativo es que se globalizan los grandes, pero todos los demás quedamos excluidos y con exclusión no tiene sentido. Una globalización tiene que ser también para la solidaridad".

Monseñor Romero. "Estoy convencido de que Monseñor Oscar Arnulfo Romero será beatificado y canonizado, pero también el hermano Pedro de San José de Betancourt en Guatemala ya fue beatificado y espera la canonización. En Nicaragua, Sor María Romero Meneses será beatificada el año próximo".

 

 

 


 

 

¿Quién es Jesús de Nazaret?

"Nació en una pequeña aldea, hijo de una mujer del campo.

Creció en otra aldea donde trabajó como carpintero hasta que tuvo 30 años.

Después, y durante tres años, fue predicador ambulante.

Nunca escribió un libro. Nunca tuvo un cargo público.

Nunca tuvo familia o casa. Nunca fue a la universidad.

Nunca viajó a más de trescientos kilómetros de su lugar de nacimiento.

Nunca hizo nada de lo que se asocia con grandeza.

No tenía más credenciales que él mismo.

Tenía sólo treinta y tres años cuando la opinión pública se volvió en su contra.

Sus amigos le abandonaron.

Fue entregado a sus enemigos, e hicieron mofa de él en un juicio.

Fue crucificado entre dos ladrones.

Mientras agonizaba preguntando a Dios por qué le había abandonado,

sus verdugos se jugaron sus vestiduras, la única posesión que tenía.

Cuando murió fue enterrado en una tumba prestada por un amigo.

Han pasado veinte siglos, y hoy es figura central de nuestro mundo,

factor decisivo del progreso de la humanidad.

Ninguno de los ejércitos que marcharon,

ninguna de las armadas que navegaron,

ninguno de los parlamentos que se reunieron,

ninguno de los reyes que reinaron,

ni todos ellos juntos, han cambiado tanto la vida del hombre en la tierra

como esta Vida solitaria".

Con ese bello poema anónimo comienza José Ignacio González Faus su escrito "Memoria subversiva, memoria subyugante. Presentación de Jesús de Nazaret". Lo concluye con cuatro testimonios de nuestro tiempo, provenientes de diversos continentes y culturas, que presentamos a continuación.

Desde Europa

Aproximadamente bajo el reinado de Tiberio, nadie sabe exactamente dónde ni cuándo, un personaje del cual se ignora el nombre, abrió una brecha en el horizonte de los hombres. No fue ciertamente un filósofo, ni tampoco un tribuno, pero debió vivir de tal manera que toda su vida presenta este significado: cada uno de nosotros puede en cualquier instante comenzar un nuevo porvenir.

Decenas, centenas quizá de narradores populares cantaron esta buena noticia. Nosotros conocemos tres o cuatro. El choque que habían experimentado lo expresaron con las mismas imágenes que emplean los pobres, los oprimidos, cuando sueñan que todo se ha vuelto posible: el ciego que empieza a andar, los hambrientos en el desierto que reciben el pan, la prostituta en la que despierta una mujer, el hijo muerto que renace a la vida.

Para hacer llegar hasta el fin el clamor, él mismo por medio de su Resurrección, anunciará que todos los límites, aun la muerte, han sido vencidos. Algún que otro erudito puede poner en cuestión uno por uno, los hechos de su existencia. A pesar de todo, sin embargo, permanece inmutable esta certeza que transforma la vida. Una hoguera se ha encendido. Luego existió la chispa o la llama primera que prendió, dando nacimiento a la hoguera. La hoguera la constituyó primariamente un puñado de gente mísera; de no haber sido así, el establishment, desde Nerón a Diocleciano, no les habría maltratado tan duramente.

En este hombre, el amor debió ser militante, subversivo. De no haber sido así no le habrían crucificado. Todas las sabidurías se habían detenido hasta entonces en el destino inexorable, en la fatalidad. El puso de manifiesto lo absurdo de tales sabidurías. Demostró precisamente lo contrario del destino inexorable: la libertad, la creación, la vida. Arrancó la historia de las garras de la fatalidad.

Con él llegaban a su cumplimiento las promesas de los héroes y de los mártires que acompañaron el gran amanecer de la libertad. No sólo las esperanzas de Isaías o las cóleras de Ezequiel. Prometeo dejaba de estar encadenado. Antígona, enterrada con vida tras los muros, dejaba la tumba. Cadenas y muros, imágenes míticas del destino inexorable quedaban reducidas a polvo. Todos los ídolos caían muertos y el hombre amanecía. Era como un nuevo nacimiento del hombre.

Miro esa cruz, que es su símbolo, y sueño en todos los que han ensanchado la brecha... En todos aquellos que nos han hecho tomar conciencia de que el hombre es demasiado grande para bastarse a sí mismo.

Vosotros, los recelosos de la gran esperanza que nos robó Constantino, gentes de Iglesia ¡devolvédnoslo! También su vida y su muerte son nuestras, de todos aquellos para los que tiene un sentido. De cuantos hemos aprendido de él que el hombre ha sido creado creador...

R. Garaudy, en El Ciervo, 1970, p. 5.

Desde América Latina

De Jesús impacta la misericordia y la primariedad que le otorga: nada hay más acá ni más allá de ella, y desde ella define la verdad de Dios y del ser humano. De Jesús impacta su honradez con lo real y su voluntad de verdad, su juicio sobre la situación de las mayorías oprimidas y de las minorías opresoras: ser voz de los sin voz y voz contra los que tienen demasiada voz; ser defensor de los débiles y denuncia y desenmascaramiento de los opresores.

De Jesús impacta su fidelidad para mantener honradez y justicia hasta el final en contra de crisis internas y de persecuciones externas. De Jesús impacta su libertad para bendecir y maldecir, acudir a la sinagoga en sábado y violarlo, libertad, en definitiva, para que nada sea obstáculo para hacer el bien. De Jesús impacta que quiere el fin de las desventuras de los pobres y la felicidad de sus seguidores, y de ahí sus bienaventuranzas. De Jesús impacta que acoja a los pecadores y marginados, que se siente a la mesa con ellos y que se alegre de que Dios se revela a ellos.

De Jesús impactan sus signos %sólo modestos signos del Reino%, y su horizonte utópico que abarca a toda la sociedad, al mundo y a la historia.

Finalmente, de Jesús impacta que confía en un Dios bueno y cercano a quien llama Padre, y que a la vez está disponible ante un Padre que sigue siendo Dios: misterio inmanipulable.

Ver hecha realidad en una persona cada una de esas cosas, honradez y verdad, misericordia y fidelidad, libertad, gozo y celebración, pequeñez de lo inmediato y grandeza de la utopía, confianza en el Padre y disponibilidad ante Dios es siempre una brisa de aire fresco. Ver gente así es una buena noticia. Pero impacta también, y quizá más que lo anterior, el que en una misma persona aparezcan unidas cosas difícilmente unificables. Jesús es a la vez hombre de misericordia (misereor super turbas) y de denuncia profética ("ay de ustedes, los ricos"), hombre de reciedumbre ("quien quiera venir en pos de mí tome su cruz y sígame") y de delicadeza ("tu fe te ha salvado"), hombre de confianza en Dios ("Abbá", Padre) y de soledad ante Dios ("Dios mío ¿por qué me has abandonado?").

Jon Sobrino, La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas,

San Salvador, 1999, pp. 395-396.

Desde India

Había un hombre que vino al mundo y afirmó ser uno con el Origen; había venido de esa Fuente y debía volver a esa Fuente; en el lapso de tiempo que le fue concedido, pasó su vida haciendo el bien, aunque sin hacer nada preprogramado o realmente fuera de lo ordinario, aunque todo lo que hacía era intenso, completo, auténtico. Sencillamente un hombre que iba por el mundo sin unirse a grupos extremistas, que estaba dispuesto a perdonarlo todo, excepto la hipocresía, y, aunque no hiciese discriminación alguna, parecía tomar siempre partido por los desheredados y los oprimidos, y como tal acabó su vida. El vio el Origen que todo lo origina y sufrió el impacto de las fuerzas del mal, pero tuvo una confianza ilimitada en el soplo de ese viento que llamaba Espíritu, que por todas partes penetra, de modo que eso fue lo único que dejó en herencia.

Se vio hombre: Hijo del Hombre (82 veces en los evangelios). Le gustaba este nombre, y descubrió para sí mismo y para los demás que su humanidad no era más que la otra cara de la divinidad, inseparable aunque distinta; tan distinta que fue dolorosamente consciente de la existencia del pecado. Y, sin embargo, no vio en sí mismo, ni en ningún otro ser humano, el mal, sino el reino de los cielos. Esto es lo que predicó y vivió.

Su nacimiento fue oscuro. Transcurrió buena parte de su vida en la sombra y su muerte fue más oscura todavía. Y sin embargo, nunca sintió ningún tipo de frustración; cuando fue tentado por el poder lo despreció; y cuando fracasó se atrevió a prometer que iba a estar realmente presente no sólo mediante el espíritu, sino también mediante la simple comida y bebida en comunidad. No empleó la violencia y no se dejó intimidar por el poder; predicó el perdón y el amor; pronunció palabras que, según afirmaba, no procedían de él. No elaboró ningún sistema doctrinal; habló el lenguaje de su tiempo.

Raimon Panikkar, La plenitud del hombre,

Barcelona 1998, pp. 165-166.

Desde China

Me preocupa con frecuencia la idea de que, en nombre de Jesús, podamos decir o hacer cosas que tienen muy poco que ver con Él. Muchos cristianos entienden mal la expresión de "Jesús lleno del Espíritu". Jesús no fue "espiritual" en el sentido de "piadoso". De hecho, resultó impío a los ojos de los líderes espirituales de su propia religión.

Lo falso del Reino de Dios es la promesa vacía hecha por aquellos que poseen privilegios religiosos, y viven desconectados de las necesidades de quienes están fuera del establishment religioso. La verdad del Reino de Dios es que pertenece a los desheredados y despreciados... Temo que seamos demasiado inclinados a crear una imagen de Jesús favorable a nuestros intereses y en la que el mismo Jesús no podría reconocerse... Jesús, por la fuerza del Espíritu, franqueó las fronteras que le separaban de los otros, y nos ha revelado cómo Él hizo la experiencia de la Verdad y de la Gracia de Dios, por caminos que no había podido experimentar en su propia tradición religiosa. Lo que hace a Jesús radicalmente diverso de los líderes religiosos de su época y le capacita para ejercer un impacto sin parangón, es su profunda implicación en las realidades históricas de su pueblo...

Religión y legalismo han sido muchas veces extraños compañeros que (según una expresión china) "sueñan sueños diferentes en la misma cama". De esta religión legalista quiso Jesús liberar a su pueblo...

Cuanto más se arroja a Jesús del centro del poder de las autoridades religiosas, más es atraído hacia las mujeres, los hombres y los niños que, en su comunidad eran excluidos de aquel centro, y también hacia aquellos que se encontraban fuera de su misma comunidad religiosa. Aquellos que según las autoridades religiosas estaban fuera del ámbito de la salvación, llegaron a ocupar el lugar central en su ministerio del Reino de Dios...

Dos mil años después, un número cada vez mayor de cristianos en el Tercer Mundo, van descubriendo que Jesús, lleno de Gracia y milagro de la Gracia salvadora de Dios, es más grande que los apóstoles y más amplio que el cristianismo. Estamos cayendo en la cuenta de que "dar testimonio de Jesús hasta los confines de la tierra" (Hchs 1, 8) no significa trasplantar la cultura del Occidente cristiano, ni extender su teología o su liturgia, desde el Occidente y el Norte al Oriente y al Sur. Significa dar testimonio del modo como Jesús identificaría hoy las manifestaciones de la Gracia salvadora de Dios en el mundo de hoy, y cómo Él se identifica hoy con los varones y mujeres que trabajan y sufren por lo que Él proclamó como ‘el Reino de Dios’.

Choan Seng Song, Jesus in the power of the Spirit,

X, XI, 30, 52, 54, 56, 222, 315.

 

 


 

 

Violencia y sequía

La violencia en las vacaciones

En las fiestas agostinas hubo 738 heridos y 56 muertos. Y así ocurre en cada época de vacaciones: navidad, semana santa, agostinas, siendo normalmente la más violenta la de semana santa. Si se toman los datos globales del 2000 y 2001 (sin contar la navidad de este año) el resultado es de 327 muertos y 3,147 heridos, lo cual arroja un promedio de 9.34 homicidios y 89.91 heridos por día de vacación. Las cifras son alarmantes, pero lo son más si se sitúan en el contexto de la violencia social que se extiende más allá de las fiestas señaladas. Lo que ocurre esos días no es algo aislado y excepcional, que obedece a factores meramente incidentales y hasta cierto punto fuera del control de las autoridades e incluso de los individuos que los protagonizan.

Los elevados niveles de secuestros, violencia intrafamiliar, violaciones, asesinatos con armas de fuego, robos y riñas callejeras que ocurren cotidianamente, en períodos festivos y fuera de ellos, indica que los de las vacaciones no son algo excepcional, sino una expresión más de la crítica situación de inseguridad en la que permanentemente viven los salvadoreños. En El Salvador la "normalidad" es la violencia y la inseguridad ciudadana. En esta "normalidad", no sólo en "las vacaciones". las medidas de emergencia, puramente coyunturales, deben ceder su puesto a una estrategia de prevención y tratamiento del problema de la violencia. Pero una estrategia de esa naturaleza no podrá ponerse en marcha mientras persistan en los círculos oficiales y mediáticos visiones simplificadas del problema, ni tampoco podrá surtir efecto mientras los ciudadanos no estén dispuestos a renunciar a estilos de vida que dan por supuesto que en El Salvador lo normal es la agresividad y el abuso de todos contra todos. Lo más lamentable sería que la deshumanización de la sociedad salvadoreña haya echado raíces tan hondas en una actitud de desprecio radical a la vida propia y a la ajena.

Sequía, hambre y desempleo en Centroamerica

En la primera mitad del presente año la región se enfrenta a dos grandes problemas de considerables implicaciones socioeconómicas: primero, la inseguridad alimentaria, a causa de la prolongada sequía; y segundo, el desempleo, como consecuencia del cierre de plantaciones de café y de fábricas de capital extranjero. El problema más urgente es la inseguridad alimentaria %hambre% de cerca de 1.4 millones de centroamericanos, según cifras del Programa Mundial de Alimentos. Unos 775,000 campesinos se encuentran en pésimas condiciones alimentarias, tras la pérdida total o parcial de sus cultivos. La situación es particularmente alarmante en Honduras y Nicaragua, países que registran los mayores índices de pobreza y marginación en el área.

Esto muestra también la vulnerabilidad social. Los países más afectados por las inundaciones del Mitch en aquella oportunidad son ahora los más golpeados por la sequía. En El Salvador ha afectado a 44 municipios %8 en estado crítico%, sobre todo de la Zona Oriental del país, causando la pérdida de entre el 65 y el 90% de los cultivos, a un costo de $26 millones.

A la sequía hay que añadir la situación difícil de los sectores cafetaleros y maquilero en la región, lo que está causando pérdida de empleos directos e indirectos y un aumento de los flujos migratorios hacia territorios menos afectados. La caída de los precios internacionales del café y la desaceleración económica en Estados Unidos %que ha hecho desvanecer los beneficios de la iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) en muchos países% han venido a complicar las condiciones sociales y económicas de muchos centroamericanos. Si se tiene en cuenta a toda el área centroamericana, la deprimida economía estadounidense se está llevando de paso no sólo el sector textil, sino otros rubros industriales.

CIDAI.

 


 

 

NO a la pena de muerte

Los abajo firmantes, ante la actual discusión en la Asamblea Legislativa de El Salvador sobre la restauración de la pena de muerte, queremos manifestarnos públicamente a favor del respeto a la dignidad humana, en contra de la violencia y en contra de la impunidad.

Estamos convencidos de que la pena de muerte

es una negación del derecho a la vida reconocido universalmente,

es una pena final, cruel, inhumana y degradante, no menos abominable que la tortura,

es incapaz de combatir la violencia y en la práctica legítima la violencia más completa: la que sesga la vida humana, a nivel de estado y de sociedad,

deshumaniza nuestro mundo dando la primacía a la represalia y la venganza, al tiempo que elimina los elementos de clemencia, perdón y rehabilitación del sistema de la justicia.

De hecho:

Hoy en el mundo más de la mitad de los estados no utilizan la pena de muerte, algunos la han abolido totalmente, mientras que otros han decidido no ponerla en práctica.

Las Naciones Unidas reconocen no tener datos capaces de demostrar que su utilización pueda disuadir eficazmente de cometer los crímenes más feroces.

Desde hace años, los crímenes graves no han experimentado ninguna reducción significativa allí donde se ha vuelto a introducir la pena de muerte.

Existen métodos alternativos de gran eficacia para proteger a la sociedad de quienes cometieron los crímenes más horribles.

La lógica cruel de "vida por vida" se percibe como arcaica e inaceptable en gran parte de nuestro planeta. El sistema judicial, prácticamente en todas partes, está tratando de superar esta forma inhumana de tratar a las personas que cometieron crímenes, incluso los más graves.

En los países democráticos, el coste de la pena de muerte es más alto que el de la cadena perpetua.

Nos preocupa que la Asamblea Legislativa quiera reimplantar la pena de muerte en la legislación después de haberla abolido y haber ratificado los tratados internacionales de no volverla a reinstaurar. Creemos que sería un retroceso en la historia del país, cuando más de la mitad de los países del mundo la han abolido en su legislación o en la práctica, y otros muchos como Guatemala han anunciado abolirla a corto plazo. También nos parece incoherente e incongruente la actitud de algunos grupos que hace poco salían a la calle diciendo Sí a la Vida y ahora se manifiestan pidiendo la Pena de Muerte.

Por todo esto:

Pedimos al Gobierno y a la Asamblea Legislativa que respeten la suspensión de la pena de muerte y no vuelvan a implantarla en el país.

Queremos ayudar a la opinión pública y a los medios de comunicación a resaltar la falta de humanidad de la pena capital, que supone una violación a la democracia y a los derechos humanos que están relacionados con ella, la absoluta ineficacia de ese instrumento tan cruel para combatir el crimen y para garantizar la seguridad.

Queremos unirnos también a la Campaña Internacional "Moratoria-2000", haciendo un llamado a todos los Gobiernos del mundo para una moratoria mundial de la pena de muerte recogiendo firmas para ello.

Comunidades a favor de la Vida y en contra de la Pena de Muerte

 

 

 


 

 

DE LAS COMUNIDADES

Zonacosta, Usulután

Pentecostés: primera asamblea de inquilinos y cuidanderos

A raíz de los censos realizados después del terremoto del 13 de enero en nuestra zonacosta no sólo pudimos constatar que el tremendo desastre y la horrenda pobreza ahora es mucho más visible, sino también que muchos ni siquiera eran propietarios. Muchos de los propietarios vivían en las ciudades o en Estados Unidos y alquilaban sus viviendas o tenía un cuidandero, que a su vez albergaba 3 ó 4 generaciones de familias con niños %hasta biznietos% en la misma calamidad.

Cuando se constituyó el cómite cívico en Tierra Blanca, con representantes elegidos por los mismos damnificados (la única elección libre que ha habido en el país), decidimos que teníamos que tener dos tratos diferentes: Uno para propietarios pobres y otro para inquilinos o cuidanderos. Para estos últimos la tarea consistía en hacerlos propietarios. El Comité Cívico buscó terrenos cerca del pueblo porque por algo viven en el pueblo. Y gracias a la solidaridad se consiguió. Y gracias a ingenieros solidarios se logró medir y lotificar.

Se convocó a los primeros 45 inquilinos para la primera asamblea, porque a partir del primero de Julio estarán los primeros 45 lotes. En esta asamblea los mismos inquilinos escogieron sus seis representantes para encabezar los trabajos y las diligencias por hacer. (Fue la segunda elección libre en nuestro país).

¡Pero qué lindura! Todo lo escrito parece una narración tan extraordinaria como la sorpresa del Espíritu Santo. Las caras no son las mismas, las actitudes de sumisión han desaparecido. Ahora son personas que toman la palabra, de repente razonan, dicen qué van a hacer, ponen día y fecha. Por primera vez van a ser propietarios y no esclavos inseguros. Hablan de arreglar agua potable, servicios higiénicos, hablan de sus hijos, de su responsabilidad. Hablan de solidaridad y ayuda mutua. Se van a presentar ante el alcalde...

Parece que están borrachos, pero no lo están. Apenas son las nueve de la mañana... La verdad es que es como pentecostés (Hech 2, 13%14).

La evangelización en torno de la torre de Babel

El Papa escribió un magnífico documento sobre la Evangelización, pero omitió en este documento definir qué se entiende por evangelización. Es como un campesino que está convencido que tiene que buscar mercado para sus productos pero que no sabe para cuáles productos. Hay una confusión, pues, como en la torre de Babel.

Ante la presencia del nuevo milenio por todos lados se habla de la Nueva Evangelización. Esto supone que ha habido una vieja evangelización. Pero tampoco se aclara el término evangelización.

La torre de Babel tiene nuevos pisos de confusión. Con la Biblia bajo el brazo andan todas las iglesias tocando puertas, solicitando poder leer un pasaje. Con esto aburren a la gente más que darles una Buena Noticia. Al respecto oí esta plática en una oficina entre un sacerdote párroco, que estaba haciendo una diligencia, y una secretaria muy cristiana:

"Padre, ¿cómo está la Nueva Evangelización en su parroquia?"

"Muy bien, digo yo, a no ser que no entendamos lo mismo por la palabra Evangelización. Mira un ejemplo: la parroquia estaba llena de mareros con una violencia que causó heridos, muertos y el miedo para todos. Hemos sudado helado. Pero ahora estos muchachos ya no están en maras, trabajan y empiezan una vida honesta. Falta mucho, pero esta violencia ya no existe. ¿No es Buena Noticia esto? Buena Noticia quiere decir: Evangelio.

Mira otro ejemplo: ante el desastre de los terremotos toda la gente estaba decaída. Lo poquito que tenían, un pobre techo para esconder su pobreza, se vino abajo y toda la miseria está a la vista, y la gente misma en la intemperie. Ahora esta gente está organizando días de solidaridad para todos y la organización entre ellos de ayuda mutua se están levantando en pueblo nuevo. ¿No es Buena Noticia?".

En este momento apareció el señor de la oficina con un fólder debajo del brazo para solucionar la diligencia del sacerdote. La secretaria que pensaba leer un texto del Evangelio escondió sabiamente el libro para un mejor momento, pero con la boca abierta y los ojos aún más abiertos se preguntaba dónde podía hallar todo esto que acababa de oír.

Quizá no es tan importante hallarlo en el libro. Porque Jesús mismo nunca andaba con la Biblia debajo del brazo ni con una cruz en el pecho. El más bien ERA la Buena Noticia para los pobres. Los que andaban con los libros debajo del brazo le impusieron la cruz en el lomo.

* * *

 

Norte de Morazán

Escuelas de las Pequeñas y Pequeños Agricultores

El hambre no es una "novedad" entre nuestra gente pobre. Es una realidad cotidiana. Las campesinas y campesinos tienen que "irla pasando" con un puño de sal y un par de tortillas. La actual sequía que afecta sobre todo a los departamentos del oriente del país, no viene a descubrir nada nuevo, sino a hacer más grave el hambre y la pobreza de nuestro pueblo.

El problema del campo no es solamente un asunto de "lluvias". Bueno es que las autoridades abran los oídos a las palabras que Monseñor Romero pronunció a propósito de la reforma agraria: "La reforma agraria salvadoreña debe tener una perspectiva amplia; no sólo orientarse a la redistribución de tierra, sino de los recursos sociales. Que haya para todos los campesinos y pobres: médicos, escuelas, hospitales, electricidad, agua, etc. En una palabra tender al desarrollo integral humano" (16 de diciembre de 1979).

Este espíritu de Monseñor está vivo en las Comunidades Eclesiales de Base del Norte de Morazán que vienen desarrollando desde hace cuatro años un proyecto de huertos familiares. Se trata de pequeñas parcelas que las mujeres cultivan con hortalizas orgánicas. Estos cultivos son mejorados con abono orgánico que es elaborado por el grupo familiar aprovechando los desperdicios de la basura, y también con pesticidas orgánicos que hacen con chile, cebolla y jabón. Los huertos familiares están contribuyendo en buena medida a mejorar la nutrición de las niñas y los niños.

Ahora han comenzado una nueva e interesante iniciativa. Se trata de las "Escuelas de la Pequeña y el Pequeño Agricultor". Las niñas y niños, entre 7 y 12 años, trabajan en parcelas comunitarias donde cultivan hortalizas. Cuando salen de la escuela, van a la parcela, preparan y abonan la tierra con estiércol de ganado, caballo y de las granjas de pollo, siembran las semillas, las cuidan, fertilizan… El producto de la cosecha es repartido entre todas y todos para contribuir al sustento de sus familias.

Actualmente se cuenta con cuatro "escuelitas", dos en Progreso (Torola), una en Aguazarca y otra en Cañaverales (San Fernando). Este proyecto es animado por tres jóvenes de la comunidad, que han sido capacitados con el apoyo de instituciones nacionales e internacionales. Melchor, Regino y Tony caminan por los cerros visitando y apoyando cada una de las parcelas.

Para las Comunidades Eclesiales de Base luchar por la vida no es una bella frase, sino que es una realidad que se concreta en pequeñas iniciativas como ésta. Con este proyecto, no sólo se siembran hortalizas, también se está cultivando en las niñas y los niños el amor por la tierra, el valor de trabajo colectivo, la solidaridad y la esperanza. La gente pobre no se cruza de brazos ni espera que los "tamales les caigan del cielo". Sin duda, que la cosecha será abundante porque ha caído en buena "tierra": el corazón de las niñas y niños de las Comunidades Eclesiales de Base del Norte de Morazán.

Miguel Cavada Diez

 

 


 

 

Génova de triste recuerdo

P. Fco. Javier Ibisate S.J.

En el No. 477-478 de Carta a las Iglesias el Editorial lleva por título: "El Vaticano apoya manifestación antiglobalización", sumando a la voz del Papa las voces de muchas organizaciones católicas y cristianas y otras ONGs y grupos pacifistas que, desde hace dos años, se manifiestan en forma pacífica con ocasión de estas cumbres mundiales de los actores de la globalización. En ese mismo número se agregaba un comentario "Los manifestantes son dos", cuya idea esencial es mostrar que la manifestación pacífica, racional y razonada, es un deber y un servicio para hacer de una "globalización mutilada y parcial" (de unos pocos) una "globalización global" donde quepa toda la humanidad. En palabras de Juan Pablo II al Grupo de los Siete: "Esfuércense con energía por hacer de nuestra tierra un lugar habitable para todos", invitándoles a los responsables políticos a orientar la mundialización "según los criterios del bien común y las exigencias irreductibles de la justicia y de la solidaridad".

Por otra parte hay diarios, personas y gobiernos que, blandiendo las fotografías de manifestantes asilvestrados %que sólo destruyen y nada proponen% se eximen del deber de la manifestación propositiva y condenan toda crítica constructiva al orden mundial establecido.

Quiero ahora reproducir simplemente algunos testimonios, bastante significativos, que nos ayuden a reflexionar sobre la globalización y este estilo de cumbres mundiales. Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea y participante en esta cumbre, escribe el 20 de julio un artículo titulado "Las tres injusticias". Refiriéndose a la globalización:

"Podemos ganar o perder el desafío que se nos presenta, pero no podemos eludirlo; nos guste o no, la globalización es un hecho. Nuestra obligación es controlarla, para ponerla al servicio del hombre". Las tres injusticias son "el dramático aumento de la diferencia social y de prosperidad entre las categorías más ricas y más pobres en las sociedades más desarrolladas; esa misma diferencia creciente en las sociedades de los países pobres y, por último, la diferencia de niveles de crecimiento y bienestar medio entre los países ricos y pobres… Por todo ello, aun condenando de forma absoluta la violencia, no podemos menospreciar una protesta que refleja un malestar real y difuso que en sí mismo no puede ni debe ser ignorado". Con todo, añade:

"La extrema diversidad de objetivos de las protestas no debe impedirnos ver el verdadero origen del problema, es decir la profunda insatisfacción ante los niveles de injusticia y de participación en la sociedad. El problema de la pobreza en el mundo no se resuelve con menos globalización, bien al contrario. No es casual que las sociedades más marginadas y pobres del mundo sean, no las actoras en la globalización, sino las olvidadas por ella. En efecto, la alternativa a la globalización es el bilateralismo, en el que a menudo todo queda a expensas de la voluntad del más fuerte. Este es uno de los aspectos decisivos del problema. No se puede controlar la globalización sin las organizaciones multilaterales. No se pueden abrir mercados sin pasar por la Organización Mundial del Comercio. La deuda de los países pobres no se puede anular y sus infraestructuras mejorar sin el Banco Mundial o el Fondo Monetario. No se pueden promover normas sociales más elevadas sin la Organización Internacional del Trabajo… Debemos estar abiertos a las razones de quienes protestan sin violencia" (El País, 20 dejulio, 2001).

Con fecha 19 de julio el diario Le Figaro publica un artículo del presidente de Francia, Jacques Chirac, con el título: "Humanizar la mundialización", dirigéndose al Grupo de los Ocho reunidos en Génova: "Nosotros no debemos ser, bajo ningún concepto, un ‘directorio del mundo’. Debemos trabajar como apoyo dentro del marco de las instituciones internacionales. El G-8 hace su servicio cuando ayuda a la ONU, al Banco Mundial al FMI, o la OMC a cumplir sus respectivas funciones, a dar la mejor respuesta a las preocupaciones y necesidades de nuestros conciudadanos… Cuando la mundialización afecta la vida de mujeres y hombres, la conciencia ciudadana debe fortalecerse a escala internacional. La protesta contra la opresión, la miseria, el combate por salvaguardar el medio ambiente son otros tantos signos de esta conciencia ciudadana mundial… Ha llegado el momento de organizar un nuevo modo de encuentros que reúnan también un grupo representantivo de países emergentes, en transición o pobres para dialogar con ellos sobre el control de la globalización y del desarrollo durable" (Le Monde, 19 de julio).

Pero ese diálogo no encuentra espacio en las cumbres de los Siete Grandes. La prensa europea ha sido muy crítica de la cumbre de Génova, que pasará a la historia "como el suceso que hace que el mundo rechace cumbres tan dispendiosas y ultraprotegidas". "La idea de que la vida de los africanos va a transformarse por las palabras dichas en Génova es una broma de mal gusto". "Los participantes en estas cumbres suelen perder de vista la diferencia que hay entre lo que ellos dicen en sus comunicados y lo que sucede en la realidad". El Time recomienda a los jefes de Estado "hacer más para demostrar su aporte político y no tanto por el aspecto ceremonial y opulento". El País critica el escaso resultado de esta cumbre, afirmando que "la propia existencia del G-8 constituye una provocación; una asimetría más entre la nueva realidad y una instancia poco representativa de aquellos que, estando sumergidos en el proceso de integración económica y financiera, no son de momento sus beneficiarios". Le Monde, 23 de julio, dice: "Triste balance de la cumbre de los países ricos: un G-8 vergonzoso. Fuera de algunos convenios, estas cumbres sólo sirven de vitrina de decisiones tomadas en otra parte. Incluso como un tapiz que cubre la ausencia de una decisión¨.

Así estamos.