Carta a las Iglesias, AÑO XXI, Nº 487-488, 1-31 de diciembre, 2001
EDITORIAL: Navidad. A pesar de todo, esperanza
NAVIDAD: Navidad en Belén. Un poco de historia
NAVIDAD: Tristeza, alegría y esperanza en Navidad
MARTIRES SALVADOREÑOS: XX Aniversario de los mártires de El Mozote
IGLESIA SALVADOREÑA: Comunicado de la Diócesis de Santiago de María
SINDICATOS E IGLESIA: Los sindicatos y la Navidad
COMENTARIOS: De talibanes y talibushes
Este final de año 2001 no es propicio a ninguna euforia, y de ahí la pregunta: ¿es posible la esperanza navideña?
"A pesar de todo". Es lo más claro. Termina un año difícil y cruel. Terremoto y sequía, pobreza, injusticia, violencia y corrupción, en el país. Y fuera, las torres de Nueva York y Afganistán, Palestina e Israel.
El país ha llegado a navidad en inicua pobreza. Campeaba antes del terremoto y se ha agudizado después de él. Sólo un dato. En diciembre del 2000 ya había un déficit habitacional de 500 mil casas. Los terremotos destruyeron 186,444 casas. Seis meses después del terremoto sólo se veían posibilidades reales de construir 12,439 nuevas viviendas. Faltan por lo tanto 174,005 (COEN). Y se calculó que, a ese ritmo, se tardaría 89 años en encontrar una solución.
Y en el mundo, Afganistán. Uno de los tres países más pobres del mundo, junto con Somalia y Haití, ahora está todavía más empobrecido a causa de más de dos meses de guerra, bombardeos ingentes, éxodo de refugiados. (Véanse en la última página datos espeluznantes).
Además de esta pobreza, persiste y va en aumento un inmenso agravio comparativo, inhumano y cruel, que clama al cielo y es la negación no ya de la globalización, sino de la familia humana. Consciente o inconscientemente, tiende a generar desprecio de los que tienen hacia los que no tienen, y humillación, rabia, desesperación de los que no tienen al ver a los que tienen. Es la presencia del rico Epulón y el pobre Lázaro, realidad insultante y recurrente en la historia. La globalización no lleva a su disminución. Al contrario, en lugar de incluir a los lázaros, los excluye y genera otros nuevos. Y eso ocurre no sólo a nivel de bienes económicos, sino a nivel de la verdad, la dignidad, la justicia.
Un ejemplo de este agravio comparativo en estos días. El 11 de diciembre se acaba de recordar en Nueva York y Washington a las víctimas del atentado de hace tres meses. Según la Cruz Roja de Estados Unidos el número de víctimas fue de 2,553, y según la Associated Press de 2,625, es decir, menos de la mitad de las cifras estimadas en los medios. Y por lo que toca a la interpretación del hecho, el World Trade Center, las torres, no eran sólo un símbolo del poder económico, sino también, según The Guardian (2 de noviembre, 2001), un centro de la CIA y de los servicios secretos. Fue, pues, un ataque a un objetivo militar-financiero (el caso del Pentágono es claro). "En resumen, los actos del 11 de septiembre tienen dos caras: la tragedia humana y el heroísmo personal que CNN nos presentó, y el conflicto de poder económico-político entre el imperio de Estados Unidos y sus adversarios en el Tercer Mundo" (Página de Petras, 10 de noviembre, 2001).
Decimos esto porque, aquí en El Salvador, ese mismo 11 de diciembre, se recordaron 20 años de la masacre de El Mozote. Allí el número de víctimas fue de alrededor de mil. La interpretación del hecho también tiene dos caras. En su día, el hecho fue negado o ignorado por el gobierno y la embajada de Estados Unidos. Después la masacre fue explicada como fruto de un enfrentamiento militar. Para las víctimas y Rufina, la única superviviente, no había más que una cara: una inmensa crueldad contra mujeres, varones y, sobre todo niños, más de cien. Responsable de la barbarie fue el batallón Atlacatl, entrenado por Estados Unidos.
Toda barbarie es condenable, y es macabro preguntarse dónde ha habido más "terrorismo" y mayor crueldad, si en Nueva York o en El Mozote, pues todas las víctimas son sagradas. Pero el 11 de septiembre en Nueva York ha sido la barbarie más publicitada en toda la historia, y este 11 de diciembre ha sido transmitido al orbe universo, con el inglés Blair y el español Aznar, entre otros, junto a la bandera de Estados Unidos. En 70 países, dicen, hubo celebraciones para recordar los tres meses del atentado a las torres.
Sobre El Mozote hubo un largo silencio en 1981, y ahora, en 2001 –véase más adelante el relato–, no estaba presente ni el gobierno salvadoreño, ni el estadounidense, ni ningún otro gobierno de los que hoy hacen "el juramento antiterrorista" impuesto por Estados Unidos. Es sólo un ejemplo del inmenso agravio comparativo en nuestro mundo.
"Esperanza". Sin embargo, toda esta realidad, masiva y cruel, que cuenta con el poder a su favor, no ha sido capaz de matar la esperanza, débil e indefensa. Y no porque ésta viva del poder de gobiernos, políticos, ricos, ni siquiera de muchas iglesias. Sólo vive de la solidaridad y del amor, de pequeñas cosas, pero que son tan reales como los millones de la banca y las bombas de los ejércitos.
Dicho brevemente, en este número puede verse una diócesis, la de Santiago María, donde el obispo, los sacerdotes y los delegados de la palabra, defienden a los campesinos. Puede verse a familiares de las víctimas en El Mozote, 20 años después, despidiendo a sus seres queridos. Puede verse a un cardenal, Carlo Martini, a un luchador por la paz, Daniel Berrigan, a un teólogo, J. I. González Faus, denunciando la guerra en Afganistán. En todo ello hay verdad y amor, y eso genera esperanza.
¿Y "navidad"? Recuerda, simplemente, que a este mundo han venido, y siguen viniendo, seres humanos, hombres y mujeres, que son gente de amor, de verdad y de entrega, y que por eso –no por otra cosa– traen esperanza. Ha habido muchas navidades a lo largo de la historia, en nuestro tiempo el nacimiento de Gandhi, Simone Weil, Martin Luther King, Marianella García Villa, Monseñor Romero... Todos y todas son buena noticia.
Para los cristianos, la navidad por antonomasia es el nacimiento de Jesús de Nazaret. El es la buena noticia para siempre. Digamos el por qué en las palabras de Leonardo Boff:
"Para mí, lo más importante que se dijo de Jesús en el Nuevo Testamento no es tanto que él es Dios, Hijo de Dios, Mesías, sino que pasó por el mundo haciendo el bien, curando a unos y consolando a otros. Cómo me gustaría que se dijera eso de todos y también de mí".
Navidad es recordar que el misterio de Dios se ha hecho presente entre nosotros, no como juez amenazante y omnipotente, sino como entrega y verdad, bondad y ternura. "Ha aparecido la benignidad de Dios", se dice en el Nuevo Testamento. Eso es lo que apareció en Jesús. Fue hombre, un ser humano, lleno de misericordia, y por eso decía "tengo compasión de la gente", lleno de verdad, y por eso denunciaba proféticamente: "ay de ustedes los ricos". Fue hombre de reciedumbre: "quien quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame", y hombre de delicadeza: "tu fe te ha salvado".
Seres humanos como el hombre Jesús –y como la mujer María–, que hacen presente lo mejor de lo humano y que transparentan a Dios, son los que generan esperanza. Navidad dice que el mal no es lo último, sino que en el fondo de la realidad hay bondad, que eso lo hemos visto en mucha gente buena, mujeres y hombres, cristianos y no cristianos. Y que todos ellos encuentran en Jesús al hermano mayor.
La esperanza no proviene de negar la realidad, que es trágica, ni de un optimismo temperamental. Mucho menos nace del egoísmo o de promesas falaces, como las que a diario nos ofrecen. La esperanza nace de ver que hay decisión de vivir en los pobres de El Mozote y en los solidarios de fuera, nace de ver generosidad, compasión, solidaridad. De ver que en este mundo cruel siempre queda amor. Allá donde se ha hecho la experiencia de bondad y de amor, habrá oscuridad y sufrimiento, pero hay esperanza.
Maria López Vigil
El año que nació Jesús no lo conocemos exactamente. La referencia que hace el evangelio de Lucas a un censo ordenado por Roma nos da una pista aproximada. Según estos datos, todo parece indicar que Jesús vino al mundo en los años inmediatamente anteriores a la anexión definitiva de Palestina al imperio romano o muy poco después. Durante aquella etapa fue cuando se ordenó el censo, aunque no se sabe con certeza el tiempo que duró y las fechas exactas. El censo era un instrumento de control que empleaba Roma en sus dominios. El realizado en Israel, según Lucas, fue ordenado por Quirino, legado de Roma en la provincia de Siria.
Lucas se interesó particularmente por este hecho histórico y político ya que los viajes de una región a otra que el censo provocó en todo el país, justifican el traslado de José y María a Belén. Naciendo Jesús en Belén, la ciudad de David, podía establecer entre el y el gran rey de Israel una relación no sólo simbólica, sino, además, familiar.
El censo fue acogido por los hombres y mujeres de todo el país con verdadera indignación. Aquella ley consagraba formalmente la sumisión del pueblo y de la nación al imperio romano. A partir del censo, Palestina fue constituida en provincia de Roma. Según la organización imperialista, desde aquel momento se reconocía únicamente a los israelitas el derecho de usufructo de propiedad (para trabajarla y administrarla), reservándose Roma la propiedad sobre ella. Para el pueblo aquello no era sólo una forma de dominación política y económica, sino una auténtica blasfemia. Para Israel la tierra era santa, Dios era su único dueño y era su voluntad el que nadie se adueñara permanentemente de ella. Las leyes sociales de Israel apuntaban en este sentido.
Ya desde los comienzos de la dependencia del imperio, se alimentó con esas medidas una sorda enconada resistencia contra las tropas y funcionarios ocupantes. Las clases dirigentes nacionales (sacerdotes, teólogos) también se molestaron, pero reaccionaron en general tratando de hacer "aceptable" al pueblo aquel nuevo orden. Con ello no buscaban otra cosa que conservar sus puestos de privilegio y poder ante las nuevas autoridades extranjeras. Un viaje como el que José, María y otros muchos paisanos suyos se verían obligados a hacer a causa del censo –de Nazaret a Belén– pudo durar unas cinco jornadas de camino. Belén era una ciudad importante cuando Jesús nació. Está situada a unos 10 kilómetros de Jerusalén, hacia el sur de la capital, en tierras de la familia Efrat (por eso se dice "Belén de Efratá"). El nombre de Belén significa "casa del pan".
En Belén había nacido David, el rey más amado de los israelitas. Era pastor y en los campos de aquella ciudad cuidaba sus ovejas cuando fue ungido como rey de su pueblo (1Sam 16, 1-13). También el profeta Miqueas había anunciado que de Belén saldría el futuro rey de Israel, el nuevo David que pastorearía al pueblo (Miq 5, 1-5). Tanto Lucas como Mateo presentan a Jesús como heredero del linaje de David y que se cumple en él la profecía de Miqueas, anuncio del lugar de origen del Mesías esperado. Con esto hacen catequesis, explicando desde el comienzo del evangelio "quién" era Jesús y cuál iba a ser su misión.
Cientos de años de tradición, de imágenes, canciones, villancicos, figuritas de arcilla y otras riquísimas expresiones del arte popular, han hecho de la Navidad la fiesta más arraigada entre los cristianos y también entre los no cristianos en países influenciados por la cultura occidental de cristiandad. También la Navidad es la fiesta religiosa que se "ve" más.
Pero por una interpretación literal del texto evangélico o por el peso de muchas tradiciones artísticas, hemos "visto" a Jesús en su nacimiento como un niño que nace "misteriosamente": en solitario, en el silencio de la noche, alejado de todos. Sin negar la belleza y la historia acumulada en estas representaciones, puede ser útil "ver" la Navidad de otra forma. La visión tradicional "separa" a José y María de sus paisanos, que estarían en las mismas condiciones que ellos durante los días del censo. Y "separa" al niño que nace, haciéndolo un niño "único", distinto de los demás.
Esta visión falsea algo esencial al misterio de la encarnación. Dios quiso que Jesús fuera uno de tantos y que sus padres fueran también una de tantas familias galileas. Si Jesús nació para todos, es importante, ya desde el comienzo de su vida, verlo nacer en medio de todos. Pues fue en medio de nosotros, en este campamento que es el mundo y la historia humana, donde él quiso venir a plantar su tienta (Jn 1, 14).
En Belén, como en toda ciudad de relativa importancia de Palestina, había posadas, grandes hospederías para los que iban de paso a Jerusalén o a otras ciudades. El que "no hubiera lugar" para José y María en uno de aquellos grandes "caravasares" (lugar para las caravanas, donde se alojaban tanto personas como animales: caballos, camellos, burros...) no sería por "maldad" de los posaderos que rechazaban al Hijo de Dios aún antes de nacer. No habría lugar porque aquellos sitios estarían atestados o, ciertamente, porque los precios estarían tan altos que José y María no podrían pagarlos. Los comerciantes, con toda seguridad, se aprovechaban del censo para cobrar más por el hospedaje. En todo caso, cuando los galileos iban a Judea procuraban alojarse juntos y mantenerse unidos. No es extraño que hicieran campamentos colectivos, más aún en circunstancias tan especiales como las de aquel forzado viaje.
María dio a luz a Jesús. Su niño no apareció "milagrosamente" sobre las pajas. Jesús nació como todos nosotros, fruto del esfuerzo y los dolores de su madre. Es totalmente lógico que fuera ayudada por sus paisanas, más expertas que ella en aquel trance. Cuando el niño nacía se le cortaba el cordón del ombligo, se le lavaba y se le fajaba. También había costumbre de frotarlo con sal (Ez 16, 4). Lo primero era siempre avisar al padre para que la comunidad le felicitara.
No sabemos si Jesús nació en los meses de invierno o en los del verano, ni mucho menos un 25 de diciembre. Esta fecha, que ha sido la fecha de Navidad desde hace más de mil quinientos años, tiene su origen en la gran Fiesta de Sol Invencible que se celebraba en Roma y en todo el imperio con enorme alegría popular.
Los primeros cristianos cambiaron el sentido original de la fiesta y comenzaron a celebrar ese mismo día el nacimiento de Jesús. Porque verían en él la luz que les orientaba, porque su nacimiento significó el amanecer de un mundo nuevo, porque Jesús había vencido la muerte entregando su vida y recibiendo de Dios como respuesta la luminosa alegría de la resurrección.
Carlos Ayala
En un año de terremotos y sequía, más la habitual pobreza, injusticia, corrupción y violencia, Navidad suscita muchos y variados sentimientos. Así lo hemos constatado desde la USUCA
Yolanda Cruz, empleada. "Para mí la navidad es una fiesta tradicional, gloriosa. Una fiesta donde todo el mundo se recrea, donde florece el negocio. Es el mes más bonito del año. Yo celebro la navidad reunido con la familia, porque la navidad debe ser una fiesta de la familia. Para mí como católico esta fiesta significa el nacimiento del niño Jesús. Nosotros recreamos ese acontecimiento poniendo el tradicional nacimiento. Todos los miembros de la familia participamos en su realización. Los niños son los que más se entusiasman con esto cada año".
Nora Nolasco, pequeña comerciante. "Mire, ahorita estamos viviendo una época terrible con este gobierno. La situación económica está por el suelo, lo que uno gana no alcanza para nada y quién sabe cómo nos va ir el otro año. Por eso esta navidad es más triste que alegre. Lo más conveniente es que estemos en la casa. Porque afuera hay mucha violencia, mucho peligro. Estas fiestas también son peligrosas para la familia, debemos cuidarnos y ser muy prudentes. La navidad debiera alegrarnos, pero hay muchos problemas en el país, en la familia, en el mundo, que hace difícil tener sentimientos de alegría".
Marta Acosta, ama de casa. "Para mí es una fiesta de tradición. Aunque para unos es una fiesta alegre para otros causa tristeza. Yo celebro la navidad con la familia. Yo creo que la navidad, como celebración del nacimiento del niño Dios, debemos sentirla por dentro. Si no la vivimos por dentro todo lo que se haga: fiestas, regalos, canciones, nacimientos, será por gusto. Yo cuando me reúno con la familia insisto en esto, en que el nacimiento del niño Jesús debe ser no sólo en el nacimiento que ponemos cada año en casa, sino en nuestras vidas, eso es lo más importante".
Ernesto Castro, vendedor ambulante. "Para mí la navidad ahorita es una tristeza. Fíjese que la semana pasada me asaltaron, me robaron toda la mercadería que iba a vender. Toda esta fiesta para mí es tristeza, para mí no hay navidad. Esta fiesta es para los que están bien, ellos sí la gozan, la disfrutan. En mí caso es solo una bulla que me entristece".
Nicolás Ramírez Santos, jornalero. "La navidad es una alegría, sobre todo para los niños. Ellos se alegran con los regalos que uno les lleva cada año. Yo celebro la navidad reventando cohetes con mis niños, cenando con mi familia. Otra costumbre nuestra es visitar los nacimientos de las parroquias o de los vecinos. También participamos en las posadas y en las pastorelas. Eso nos gusta bastante. Así celebramos la navidad…".
Antonio Recinos, jubilado. "Uno cree que la navidad es alegría, pero hoy como está el tiempo, no hay nada de eso. Uno sin trabajo y sin nada, lo único que causa esta fiesta es tristeza. Mal se siente uno cuando oye que vienen las fiestas de navidad. Yo soy una persona sola, cuando uno ya es viejo lo deja la familia. En estas fiestas paso solo. A veces asisto a las actividades religiosas que se hacen en la Iglesia. Eso sí me gusta, allí me siento bien. Yo voy a una Iglesia, lástima que no puedo leer, eso es lo que me molesta a mí, que no puedo leer lo que quisiera".
Julia Montano, ama de casa. "Yo me alegro porque viene el 24 y el 31. Siento alegría en mi corazón cuando estamos juntos, en familia. Yo, cuando llegan estas fiestas, le pido a Dios que me guarde de salud, que cuide a mis hijos y nietos. Yo me alegro no con bailes, me alegran las posadas, me alegra preparar unos "tamalitos" para mi familia y mis vecinos, me alegra estar con toda la gente que quiero en la mesa. Esa es la alegría que yo siento en mi corazón. Reunión con mi familia y esperando la venida de nuestro mesías verdadero. Eso me da esperanza".
Con velas en la mano y entonando cantos de vida los habitantes de El Mozote sepultaron el sábado 8 de diciembre 20 pequeños ataúdes con las osamentas de víctimas de una descomunal masacre cometida hace 20 años por el ejército salvadoreño. Las últimas osamentas desenterradas fueron sepultadas en una fosa común al pie del monumento a las víctimas, ubicado en una plaza frente a la Iglesia. Allí, adultos y niños se agolparon para decir el último adiós a sus familiares o amigos.
Un hondo silencio se apoderó de este pequeño poblado mientras los ataúdes grises eran depositados, uno a uno, en la fosa común. De pronto, un grito de: "¡Mozote!", del sacerdote belga Rogelio Ponceele, fue respondido por los centenares de asistentes al acto con un "nunca más", y "que vivan siempre los mártires de El Mozote".
Entre el 11 y el 13 de diciembre de 1981, sin hacer diferencias entre hombres, mujeres o niños, en un operativo de tierra arrasada, efectivos del batallón Atlacatl del ejército salvadoreño masacraron a más de 1,000 personas en esta comunidad, que fue fundada en 1950 y parcialmente reconstruida hace nueve años. En marzo de 1993, tras los acuerdos de paz, una "Comisión de la Verdad" de las Naciones Unidas culpó de la masacre al coronel Domingo Monterrosa y a otros jefes militares. Monterrosa murió el 23 de octubre de 1984, al derribar la guerrilla el helicóptero en que viajaba, mientras que el batallón Atlacatl fue proscrito por los Acuerdos de Paz.
Hasta aquí la crónica de Carlos Mario Márquez, corresponsal Jefe de AFP, publicada en Co-Latino. Ofrecemos ahora un relato testimonial de Sol Yañez, profesora de psicología social en la UCA.
"Siento un poco de temor al hablar de todo esto, pero al mismo tiempo reflexiono que mis hijos murieron inocentemente. ¿Por qué voy a sentir miedo de decir la verdad? Ha sido una realidad lo que han hecho y tenemos que ser fuertes para decirlo. Hoy cuento la historia, pero en ese momento no era capaz; se me hacía un nudo y un dolor en el corazón que ni hablar podía. Lo único que hacía era embrocarme a llorar".
Estas palabras de Rufina Amaya, esforzándose por vivir y contar la historia del horror de El Mozote, como única superviviente, me mueven a contar lo que ha sido este fin de semana de conmemoración del veinte aniversario de la masacre. Son letras que quieren abrazar a toda esta gente que sigue adelante a pesar del dolor, que nos regala la fuerza para seguir luchando.
Rufina me da esa fuerza desde su dolor. Me cuenta que la han operado hace dieciocho días, y, sin embargo, la miro de pie, en medio de la gente campesina, con esa dignidad que da el haber luchado por la verdad, y me parece una muchacha radiante, llena de salud, y de vida… El espejo de la fortaleza.
La motivación de ir a El Mozote para el aniversario, me vino del acto que hicimos en la Universidad Centroamericana (UCA) el 5 de diciembre para recordar lo ocurrido. Entonces vi a muchos campesinos y campesinas, que se habían desplazado desde Morazán para venir a dar testimonio de la masacre. Son cuatro o cinco horas de camino. Allí estaban todos y todas sin importales el esfuerzo. Me conmovió. Ahora me tocaba ir a mí, para acompañar esa memoria. Mi primer viaje a El Mozote.
Al llegar a El Mozote, después de la parada obligada en Perquín, me impresiona la cantidad de autobuses y carros, llenos de campesinos y campesinas, con sus sombreros, delantales y sonrisas. Entre el polvo, el sol y las ganas de compartir, vamos juntos hacia la plaza, donde se encuentra el monumento a la memoria de las víctimas.
Una gran carpa invade el centro de la plaza. A un lado la iglesia, donde nos esperan los pequeños ataudes azules, con los últimos restosde mujeres, encontrados en la casa de Israel Márquez. Rufina sabía que allí estaban, pero se han encontrado recientemente con el trabajo de un equipo de antrolólogas argentinas. Entramos en la Iglesia. Los ataúdes, con los nombres de las mujeres y de las familias, están colocados también en fila, hasta el altar. A ambos lados, los familiares, amigos, están de pie junto a los restos de sus mujeres: madres, tías, hermanas… como protegiendo los sentimientos. A mi lado un señor de unos ojos del color del dolor y la esperanza nos cuenta que en ese ataud están su madre y su tía. Carga un niño en brazos, de unos dos añitos, con los mismos ojos. Recuerdo, a través de ellos, otras masacres que acabaron con pueblos y esfuerzos. Guatemala. Los mismos métodos, la misma impunidad.
Empieza la celebración de la memoria, es el Padre Rogelio Ponceele, quien habla. Sus palabras entran directamente en el corazón: " Ante todo quiero expresar que aquí se mató a gente buena, gente sencilla, gente campesina". Esas palabras resuenan por todo El Mozote. No hay duda, era gente buena, humilde. Niños y niñas que corrían y jugaban con sus risas al viento, mujeres cuya vida giraba alrededor de sus seres queridos, trabajando al calor de los frijoles. Ahora, vidas truncadas.
Hay música, porque la alegría está presente. Después de tantos años de lágrimas, ahora alegremente recordamos a las víctimas. Se ha luchado por descubrir la verdad, y hoy se da un gran paso al recuperar los restos de las mujeres. Me siento parte de esa alegría, cuando cantamos juntos, cuando invocamos la solidaridad. Una solidaridad que viene de la gente campesina, que nos acepta a su lado.
Hacemos una parada para comer. Veo a Rufina y decidimos hacernos una foto juntas para recordar este día, en que se unieron nuestras voces. Ella me toma fuertemente por la cintura, y en esas manos siento su fuerza, tejida de llanto, de soledad, de esperanza. Luego comemos frijoles con arroz, mientras corretea su nietecita alrededor. Tiene la luz de su abuela, y lo sabe.
Ya se celebra la ceremonia del entierro, y entre flores, cantos, lágrimas, aplausos y alegría se van depositando uno a uno los ataúdes azules, en el lugar del monumento a la memoria, bajo tierra, una tierra acogedora, campesina: por fin han regresado a su comunidad. Oigo a alguien que dice, ahora descansan en paz, ahora vuelven a estar con nosotros.
No hay nadie del gobierno. Con la excepcion de María Julia Herrnández de Tutela Legal, a quien hace años fue Rufina para contarle las historia, del Padre Tojeira de la UCA, del Co-Latino, no hay nadie de ninguna institución, de ningún medio de comunicación nacional, sólo internacionales. Nadie. Sólo la gente campesina, venida de todas las comunidades, sólo gente sencilla que desde la humildad acompaña la dignidad de las víctimas.
El viaje de vuelta se me hace denso, duro… aún no regreso. La emoción es tan profunda que, días después, el viaje interior sigue su camino, sintiendo el dolor de tantas gentes que han muerto de la misma manera, de tantas gentes desaparecidas… tantos pueblos hermanos teñidos de dolor. Aún hay lágrimas. La verdad se merece seguir luchando. La memoria es el camino. Es la única forma de contar y reconstruir la historia con justicia.
Repaso los periódicos. Nada. Ni una nota. Mi pensamiento vuela al 16 de Noviembre, la conmemoración de los asesinatos de la UCA. También hubo silencio en la prensa. Hay silencios que gritan.
Quiero terminar con unas letras de Herbert Anaya, que rompen ese silencio. Fué Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador y asesinado en sus calles, en Octubre del 87. Son palabras que están en sus manuscritos sobre la visita al escenario de la masacre de El Mozote, palabras que testimonian la historia:
" A los lados de lo que fue la plaza, enormes enredaderas han cubierto de sombras las húmedas paredes encorvadas que todavía permanecen en pie. Antes de los gritos fueron moradas, donde la grulla de cipotes corría, jugando escondelero, los ancianos requemados mostraban sobre la piedra su cansancio arrugado y las cocinas reían con el hervor de los frijoles".
Sol Yáñez
San Salvador, 11 de Diciembre del 2001
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A inicios de 1990 y con base en testimonios de Rufina Amaya, la única sobreviviente de la masacre, Maria Julia Hernández inició las investigaciones y reveló detalles que conmovieron al país y a la comunidad internacional. "La mente humana jamás podría imaginarse que en este pobre y humilde cantón corrió tanta sangre y por eso insistiremos en que haya verdad, justicia y reparación moral".
El P. José María Tojeira, rector de la UCA, comentó: "es importante por cuanto la masacre de El Mozote sirvió para denunciar ante el mundo las atrocidades que el ejército cometía en la lucha contrainsurgente. El despiadado terror sembrado aquí en El Mozote, generó la solidaridad del mundo hacia las víctimas, y por eso esta masacre se convirtió en la principal denuncia de la represión militar y de la injusticia social".
Con respecto al proyecto de construcción de la Presa Hidroeléctrica "El Chaparral" sobre el río Torola, al norte del Departamento de San Miguel, por parte de la Comisión Ejecutiva del Río Lempa (CEL), y que afectará a los municipios de San Luis de la Reina, Carolina y San Antonio del Mosco, el Obispo y el Clero de la Diócesis de Santiago de María, comunicamos lo siguiente:
1. Que por tratarse del bien humano y material de un alto número de familias pobres e indefensas que serán gravemente afectadas con dicho proyecto, consideramos necesario y urgente, en nombre de la verdad y la justicia, hacer público nuestro análisis realizado desde un punto de vista pastoral sobre el proyecto en mención.
2. Que juzgamos incorrecta y arbitraria la forma en la que ha procedido CEL para comunicar y llevar a cabo el proyecto de construcción de dicha presa, pues sólo se ha reunido con algunas personas, previamente seleccionadas a su conveniencia, para comunicarles sobre el proyecto, excluyendo y marginando a los pobladores que saldrán directamente afectados.
3. Que hasta la fecha los pobladores que serán directamente afectados, no han sido debidamente informados por parte de CEL y cuando lo han solicitado, se les ha negado; ante esta falta de diálogo y de información por parte de CEL y ante la incertidumbre de lo que pasará en el futuro con sus familias, casa, tierras, ganado y vías de comunicación, los pobladores afectados se han manifestado muy descontentos.
4. Que aún sabiendo el malestar, los reclamos e incertidumbre de los pobladores afectados y sin explicar sobre las consecuencias negativas que causará la construcción de dicha Presa y sin dar respuesta a las justas demandas de los afectados, se sabe que CEL ha iniciado arbitrariamente los trabajos.
Por tanto, dado que, dentro de la situación antes mencionada, están en juego la dignidad y los derechos de las personas humanas, muy vulnerables e indefensas y a quienes se les está poniendo en grave riesgo el futuro de sus vidas, y ante la responsabilidad que tenemos de "amar y atender de forma preferencial a los pobres y marginados"(Ecclesia in America n. 58), hacemos públicas las siguientes reflexiones.
1. Que estamos de acuerdo en que se piense en llevar a cabo proyectos de desarrollo con urgencia y eficiencia a la zona norte del departamento de San Miguel, tan excluida y marginada por tantos gobiernos, toda vez que con tal desarrollo se busque beneficiar a toda la población sin exclusión de nadie y que no se afecte tan gravemente a personas, como está sucediendo en el presente caso.
2. Que no se puede desarrollar o continuar un proyecto, como el ya mencionado, con la simple promesa de que favorecerá el desarrollo de la zona, cuando se atropella o no se ha asegurado el buen futuro de los derechos de personas afectadas, lo cual sería una falta grave y un atropello a la dignidad humana de tantas personas, aún cuando se trate de pobres; y por tratarse también de un proyecto que no beneficiará directamente a todos los habitantes de la zona, sino a empresas particulares.
3. Estamos ciertos que más allá de los posibles puntos de desarrollo que puedan darse en la zona a consecuencia de la construcción de la presa, que hasta el momento son especulaciones, los daños que causará dicha presa en la población afectada serán mucho mayores: daños a su cultura (dado su relación y amor a la tierra de la que viven), daños habitacionales y medioambientales, daños agrícolas, destrucción de vías de comunicación, etc.
4. Consideramos que la población afectada tiene razón al sentirse molesta con la ejecución de dicho proyecto; que sus reclamos son totalmente justos y que se debe respetar y garantizar sus derechos. Y consideramos que es urgente que las autoridades de CEL se sienten a dialogar con franqueza y responsabilidad con la población afectada, a fin de escuchar y negociar sus demandas en base a derecho y justicia; y no con personas de su conveniencia y ajenas a dicho problema.
5. Dada la situación de marginación y pobreza extrema en la que vive la mayoría de la población de la zona, nos parece que lo más urgente y lo que más necesita la gente para su verdadero bienestar y desarrollo no es la construcción de la presa, sino la atención rápida y eficiente a la salud, la educación, la vivienda digna, la creación de empleo permanente, el apoyo y la asistencia técnica a los campesinos, aumentar el salario mínimo, mejorar las carreteras y construir algunos puentes, etc.
Por exigencia evangélica y como pastores de este pueblo, nos interesa en primer lugar y sobre otro interés particular, el bien sagrado de las personas y de toda persona y sobre todo el de los más pobres y marginados. Hacemos un llamado y exigimos que se actúe con equidad y justicia con los más pobres y que en las presentes circunstancias lo demandan, sobre todo por parte de quienes están en la obligación de hacerlo.
Dado en la Sede Episcopal de Santiago de María,
a los cuatro días del mes de diciembre de 2001
Monseñor Rodrigo Orlando Cabrera Pbro. Lázaro Iraheta
Obispo de la diócesis Vicario foráneo Vicaria Mons. Romero
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- Ante tanta injusticia en nuestro medio, levantamos nuestra voz, humilde y sin intereses egoístas, ni partidistas. Condenamos todo acto deshonesto, las mordidas, fraudes, sobornos, despilfarro de los fondos públicos, corrupción administrativa, politiquería, clientelismo, demagogia, con sus discuros muy lúcidos con promesas engañosas y falsas.
- Exigimos a los hombres y mujeres que ejercen el poder, tanto local como nacional, no aprovecharse de sus puestos y posiciones en beneficio individual, de clase o de partido. Les invitamos a reconocer a los humildes el derecho de reclamar justicia y solidaridad con ellos en la búsqueda de soluciones a sus problemas.
- Manifestamos a los pobladores de las comunidades del Municipio de Carolina nuestro apoyo y solidaridad en la lucha por mantener sus tierras, la protección del medio ambiente, el patrimonio cultural y la armonía familiar amenazada con la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral. Exigimos a los ejecutivos de CEL y a los otros autores tomar en cuenta las opiniones de los afectados, que son todos los pobladores del sector y no sólo los líderes políticos de la región.
- A los pobladores de Carolina les exhortamos a mantener la tolerancia, estar siempre dispuestos al diálogo, hacer propuestas concretas para el desarrollo local y mantener la unidad como fuerza solidaria para construir la paz con justicia social.
Que Cristo Rey de reyes y Señor de señores nos bendiga.
Miguel Cavada Díez
El pasado 31 de octubre se celebró el día del sindicalismo, y el 28 de noviembre recordamos a Neto Barrera, sacerdote que trabajó en la pastoral obrera, apoyado por Monseñor Romero. La prensa y la opinión pública no se han hecho eco de estas fechas. La Iglesia tampoco. En esta ocasión nos entrevistamos con José Víctor Aguilar, coordinador del Programa de Fortalecimiento Sindical de El Salvador, para conocer un poco la problemática laboral.
¿Qué problemas enfrentan las trabajadoras y trabajadores?
Hay toda una campaña para minar y destruir los sindicatos porque según los neoliberales, el peor monopolio que existe son los sindicatos. No dejan que el mercado del trabajo funcione libremente.
¿Cuántos sindicatos hay en El Salvador?
La cantidad de sindicatos en El Salvador ha aumentado, pero sólo aumentan los sindicatos de trabajadores independientes o del sector informal, que no representa ningún peligro a la empresa privada. El sector informal no tiene patrón. Cuando vas al Ministerio de Trabajo a que te aprueben un sindicato de vendedores independientes, rápidamente aprueban ese sindicato, porque no hay ningún empresario que se oponga. Pero en una empresa del sector formal cuesta hacer un sindicato, porque lo primero que hace el patrón es despedir a la gente que quiere organizar el sindicato.
¿No hay sindicatos en las maquilas?
Hay un montón de casos de trabajadoras despedidas por intentar formar un sindicato. Por ejemplo está el caso DOALL ENTERPRISE, que es una maquila textilera de la Zona Franca de San Marcos. La gente constituyó el sindicato un día sábado, y el día lunes les despidieron. A través de la presión internacional se logró el reinstalo de las personas despedidas y que el Ministerio de Trabajo reconociese al sindicato.
¿Así de fácil?
Lo que sucede es que en el sistema generalizado de preferencias de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe hay una cláusula que dice que las empresas que quieran recibir los beneficios de dicho sistema deben respetar los derechos laborales. Pero mire lo que pasó en la empresa MANDARIN. Cuando MANDARIN tuvo que aceptar al sindicato, se trasladó de San Marcos hasta Olocuilta y al mismo tiempo cambió su razón social o nombre. Es decir que legalmente MANDARIN ya no existía. Y como ya no existe la empresa, automáticamente el sindicado de esa empresa deja de existir.
¿Hay más casos parecidos?
En CONELCA pasó lo mismo. La empresa cerró con el pretexto de que se trasladaba a Honduras. Pero nunca se trasladó, volvió a surgir con otro nombre. Lo que querían era hacer desaparecer el sindicato y lo lograron.
¿Qué está pasando en el aeropuerto?
En el sector público también se busca quebrar la organización sindical porque son un obstáculo para la privatización. El Sindicato de Trabajadores por Establecimiento del Aeropuerto Internacional de El Salvador, SITEAIES, ha sido un sindicato que se ha caracterizado siempre por mantener unas buenas relaciones con la empresa. Un sindicato que dialoga y propone; pero el sindicato se opone a la privatización. El sindicato ha demostrado que el aeropuerto, tal como está funcionando, es eficiente y no tiene pérdidas. Entonces, ¿por qué privatizarlo? Hoy, luego del 11 de septiembre, se aprovecharon de la coyuntura para golpear al sindicato. El gobierno ha "tomado" las áreas de seguridad y carga y han sustituído a los trabajadores por militares. Cuando lo lógico es que, si querían más seguridad, reforzaran. Han expulsado a casi 200 trabajadores. Esto significa que pierden el 51 por ciento de los empleados, el sindicato pierde la titularidad y el derecho de negociar colectivamente.
¿Realmente han sido despedidos?
No se sabe si son suspendidos, despedidos o qué. Si fuera una suspensión temporal tendría que haberse seguido un trámite para demostrar que hay razón de suspensión. Pero no se hizo ningún trámite. Vino una delegación de la Autoridad Federal Aeronáutica de Estados Unidos para recomendar que se mejoraran las condiciones de seguridad del aeropuerto. Eso fue todo. El Ministerio de Trabajo dice que "todo está normal", que no hay despidos.
¿Hay apoyo de la Iglesia?
Hay un divorcio entre la lucha sindical y el trabajo de la Iglesia. No hay apoyo de la jerarquía de la Iglesia ni tampoco de las comunidades cristianas. En algunas reuniones se habla de establecer relaciones con las comunidades cristianas pero no se ha logrado establecer con quién. A lo más que se ha llegado es a tener contacto con Monseñor Gregorio Rosa Chávez que participa en una reunión que se llama Pro-diálogo. Nosotros vemos que la Iglesia prioriza las relaciones con el sector empresarial.
Más o menos un 24 de diciembre hace muchos años nació un niño de una familia obrera, trabajadora. Probablemente su papá fue carpintero. ¿Por qué ha habido y hay tanta distancia entre obreros e Iglesias?
Pocas catedrales de canto y oro,
muchas capillas de barro y tabla.
Pocos ricos adiestrados a la indiferencia,
muchos pobres expertos en pasión compartida.
Pocos letrados calculadores y prudentes,
muchos sencillos que saben de fe y de esperanza.
Pocos doctores muy seguros de su doctrina,
muchos testigos que escuchan de verdad.
Poco poder de fariseos y sacerdotes de carrera,
mucho servicio humilde a los hermanos más pequeños.
Pocos proyectos de dólares y marcos,
muchas mingas de sudor y canto.
Pocas ceremonias en palacios y cuarteles,
muchas fiestas en aldeas y barrios marginales.
Pocas bendiciones de armas, bancos y gobiernos,
muchas marchas de paz, justicia y libertad.
Poco temor al Dios del castigo y de la muerte,
mucho respeto al Dios del amor y de la vida.
Poco culto de espaldas al pueblo
a Cristo rey eterno en las alturas;
Mucho amor y seguimiento a Jesús el de María,
Compañero, Profeta, Hijo del Padre.
Poco, cada vez menos,
mucho, cada vez más.
Ronaldo Muñoz, Chile
José Ignacio González Faus
Este mes se cumple el primer aniversario de la victoria electoral de George Bush hijo. Según explicó La Vanguardia el 17 de agosto, las encuestas arrojaban un balance muy negativo en los países de la Unión Europea sobre su gestión internacional. La guerra del 11 de septiembre parece haber dado la vuelta a ese balance.
Se esté a favor o en contra, Bush encarna una rama de la historia de Estados Unidos que ha pervertido parte de los ideales originarios del país, y que cuaja en la expresión "destino manifiesto", acuñada en 1845 por el periodista John O'Sullivan para justificar la anexión de casi medio México: la creencia en una superioridad moral norteamericana, que autoriza a imponer a todos los pueblos su propio esquema civilizador. "Nuestro destino manifiesto (escribe O'Sullivan) consiste en extendernos sobre todo el continente que nos ha entregado la Providencia para el libre desarrollo de nuestros millones de habitantes que se multiplican".
En 1885, el historiador John Fiske justificaba la política imperialista norteamericana en otro artículo titulado también Manifest Destiny. Y en enero de 1900, el senador de Indiana Albert Beveridge proclamará en un discurso que Dios no había ido preparando durante años a los pueblos anglohablantes simplemente para su propia vanidad, sino "para hacernos maestros y organizadores del mundo, a fin de instituir el orden allí donde reina el caos... Nos ha dado el don de gobernar para que demos un gobierno a los pueblos salvajes y seniles. Sin esta fuerza nuestra, el mundo recaería en la barbarie y la noche... Dios ha designado al pueblo norteamericano como su nación elegida para comenzar la regeneración del mundo".
Esta concepción sigue presente y viva en toda la derecha norteamericana que votó a Bush. Cuando se apela genéricamente a los valores tradicionales se está apelando, en el fondo, a ese modo de ver. Y es cierto que esa conciencia de superioridad está ya en los primeros norteamericanos. Pero con la gran diferencia de que los padres de la patria hacían consistir esa superioridad en un profundo sentimiento antibelicista.
Esta concepción explica también el lazo indisoluble entre imperialismo y religión. El "destino manifiesto" es en realidad un destino de pueblo elegido, semejante al del pueblo judío. Ya en los orígenes, E. Stiles habló de "el Israel americano de Dios", y veía en "la colonización, el crecimiento rápido, la independencia precoz y la prosperidad sin igual de este país, las pruebas de la elección por la Providencia" (argumentos que repetirá Bush padre en 1991).
Estados Unidos es un segundo "pueblo escogido". Pero con la diferencia de que el pueblo escogido de la Biblia se sabía (y se proclamaba constantemente) "un pueblo de dura cerviz", mientras que en los ideólogos norteamericanos nunca aparece esa conciencia de infidelidad a la elección y de dura cerviz, sino una especie de encefalopatía espongiforme, de la que sólo algún profeta como Noam Chomsky parece ser consciente.
El destino manifiesto culmina en estas palabras pronunciadas en 1997 por Madeleine Albright: "Nosotros los norteamericanos tenemos una ventaja sobre las otras naciones: sabemos quiénes somos y qué creemos. Somos constructores. Nuestra responsabilidad no es actuar como prisioneros de la historia, sino hacer historia... Tenemos una razón de ser, más la fe en que, si somos fieles a nuestros principios, triunfaremos".
Este destino y esta conciencia son los que engendran la obligación de "ejercer los poderes de policía internacional", según dijo el presidente Roosevelt ya en 1904, dando nombre a esa política llamada del big stick (el gran garrote), que practicó el padre del actual George Bush, apelando a "nuestra superioridad moral" para justificar inferioridades tan inmorales como la que se llamó eufemísticamente ‘guerra del Golfo’. Con ello no hacía más que seguir la política de un viejo magnate de la prensa (William R. Hearst) que había proclamado: "Vosotros dadme una guerra, que yo ya os daré grandes títulos para ella".
El destino manifiesto no es únicamente militar. Lo militar sólo es el modo de proteger el verdadero campo de la elección divina: el dominio económico del mundo. El senador de Indiana antes citado declaraba sin ambages que "dado que nuestro país produce mucho más de lo que necesitamos, nuestro destino es apropiarnos del comercio mundial". He aquí la madre del cordero.
El siglo pasado, casi en los mismos días en que se acuñó la expresión del destino manifiesto, Simón Bolívar escribió: "Estados Unidos parece destinado por la Providencia a plagar a América de miserias en nombre de la libertad". Y es que el problema del destino manifiesto está en que, para subsistir, necesita enemigos que sean el mal absoluto y contra los cuales valga todo. Con esta misma lógica apareció en los años cincuenta el llamado "macartismo" que es la versión gringa de los talibanes. Algunos presidentes demócratas (tipo Kennedy o Clinton), y sin que esto signifique que su política exterior fuera ya correcta o democrática, aliviaron aquellos años horribles. Pero hoy –caído el satán ruso– renace una nueva forma de "macartismo islámico".
Acabo con una frase del salmo 81, que rezaron tantos judíos. Ellos sabían que si algún destino manifiesto tenían como pueblo, sólo podía consistir en lo que Dios pedía a sus gobernantes: "Defended al pobre y al indigente, sacadlos de las manos del culpable". Por eso, mirando a esos gobernantes, el salmo continúa: "Ellos, ignorantes e insensatos, caminan a oscuras, mientras vacilan los cimientos del orbe". Como hoy.
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Reacciones contra la guerra
El cardenal arzobispo de Milán, Carlos Martini, 75 años, arzobispo de Milán habló sobre el terrorismo el 7 de diciembre. "Lo que se ha hecho y se está haciendo contra el terrorismo, ¿queda dentro de los límites de la legítima defensa, o presenta la figura, al menos en algunos casos, de la manipulación, del exceso de violencia, de la venganza? Es claro que el derecho de legítima defensa no se puede negar a nadie, ni siquiera en nombre de un principio evangélico. Pero hace falta una vigilancia continua y un constante dominio de sí mismo para que no se filtre el deseo de revancha y de venganza. Daba la impresión de que estos principios de cautela estaban presentes en los primeros días de la reacción ante los terribles atentados del 11 de septiembre. Pero ahora, ¿en qué punto estamos? ¿No será que el ansia de victoria y el dinamismo de la violencia han tomado la delantera y podrían, sobre todo, afectar a poblaciones indefensas?".
Daniel Berrigan, S.J., 80 años, conocido pacifista, ha dedicado su vida a la lucha por la paz, los derechos humanos y la justicia. El 10 de diciembre, en la universidad de Georgetown, Washington, ante una concurrida audiencia, dijo. "No se pueden justificar acciones horribles, como el atentado del 11 de septiembre contra Estados Unidos. Pero, según una visión cristiana, responder al terrorismo significa aceptar que a veces Estados Unidos provoca una oleada de odio en el mundo. Y ello no a causa de nuestra riqueza, sino del modo como la usamos. Sobre todo por la brecha que separa cada vez más a los ricos de los pobres, que es, por otra parte, "el otro rostro" de la globalización. La paz es la única alternativa, y es posible alimentarla a partir de la realidad de cada uno, a través de la oración, la Eucaristía, la lectura continua de la Biblia".
Estados Unidos está bombardeando Afganistán, un país sumamente pobre. No conocemos todavía el número de heridos y muertos civiles, y de refugiados forzosos, ni tampoco la destrucción física. Pero tenemos los datos sobre la realidad de Afganistán antes del 11 de septiembre. Están tomados del Centro de Derechos Económicos y Sociales, New York, que a su vez están basados en datos de Naciones Unidas.
La población total en 2001 es aproximadamente de 22,5 millones de habitantes, 78% rural y 22% urbana.
Desde 1980 Afganistan tiene la mayor cantidad de refugiados registrada en el mundo. Durante la invasión y ocupación soviética, 2 millones de personas fueron desplazadas internamente y 6 millones de refugiados huyeron del país. Actualmente 3.095,000 afganos continúan siendo refugiados y 1 millón se encuentra desplazado dentro del país.
El PBI per cápita en 1999 era de 178 dolares. La deuda externa en 1998 era de 5,590 millones de dolares, la tasa de alfabetización de adultos era de 21% mujeres y 51% varones.
La población con acceso a agua potable (no necesariamente sana o adecuada) es del 13%, 19% urbana y 11% rural. La población con servicios de saneamiento (no necesariamente adecuado) es del 12%, 25% urbana y 8% rural.
La cantidad de líneas telefónicas es de 1 por cada mil habitantes.
La expectativa de vida al nacer, del año 2000 al 2005, es de 43 años. 1 de cada cuatro niños menores de cinco años sufre de emaciación. Uno de cada cinco niños nació con bajo peso. 257 de cada 1,000 niños nacidos mueren antes de cumplir 5 años, la cuarta tasa de mortalidad infantil más alta del mundo. Cada mil nacimientos vivos mueren 17 madres. Cada año aproximadamente 16 mil madres mueren durante el parto. La tasa de mortalidad materna es la segunda más alta del mundo. El 70% de la población sufre de malnutrición.
"Lo que se está gastando en la operación militar contra Afganistán sería suficiente para liberar a esa nación y a muchas otras del hambre, la miseria y la destrucción a que están sometidas, inaugurando relaciones de respeto y cooperación, de ayuda y solidaridad, y no agravando sufrimientos e implantando nuevas semillas de odio e incompresiones". Comunicado de 25 obispos brasileños y mexicanos, 20 de octubre, 1001.