Carta a las Iglesias AÑOII XXI, Nº497-498, 1-31 de mayo de 2002
REALIDAD NACIONAL: Libertad de expresión y libertad de mercado
ENTREVISTA: María Julia Hernández. La compasión ante las víctimas
IGLESIA SALVADOREÑA: La ausencia-presencia de la mujer en la iglesia
TESTIMONIO: Así empezó Gloria Marina la lucha por los derechos de las mujeres
REFLEXIÓN: Una página del diario de Dios
ESPERANZA: Palestina. Una luz en medio de la barbarie
DERECHOS HUMANOS: Las venas siguen abiertas
COMENTARIO: Pederastia. Mons. Weakland, honradez y transparencia
DERECHOS HUMANOS: Ni derechos ni humanos
Ya lo anunciamos en el pasado número de esta Carta a las Iglesias. 31 cardenales y obispos, casi todos del Sur, es decir, del mundo de los pobres, quieren un nuevo Concilio ecuménico. Así se lo han escrito claramente a Juan Pablo II, y lo han firmado en una petición que está contagiando rápidamente a los hermanos obispos de Brasil, Bolivia, Ecuador, Méjico, Argentina, Perú, Japón. Esto es lo que dicen.
Las personas que firman esta petición, seguidoras de Jesús de Nazaret, solicitan al papa, obispo de Roma, en continuidad con el espíritu del Vaticano que convoque a un nuevo Concilio Ecuménico, que ayude a nuestra Iglesia a responder evangélicamente, en fraterno diálogo con las demás Iglesias cristianas y las otras religiones, a los graves desafíos de la humanidad, en particular la de los pobres, en un mundo en rápida transformación y cada vez más globalizado.
1. Piden que la iglesia universal ofrezca un espacio positivo al diálogo y comunión que se está expresando en una gran parte de la comunidad eclesial. Indudablemente, hay en ello hay un transfondo profético en contra de la actual tendencia centrista romana, pero la petición va más allá. Es sincera, evangélica y positiva. Y se hace por razones serias. No es una alabanza, sapiencial o postmoderna, al diálogo, sino el reconocimiento de la necesidad y urgencia de congujar energías, luces y dinamismos, dada la gravedad de la realidad del mundo, es decir, de la creación y familia de Dios.
No se trata, pues, de veleidades, sino de "responder" y de hacerlo entre todos, iglesias, religiones, pues los desafíos de la humanidad –no pequeñas querellas intraeclesiales o intrarreligiosas– son de tal calibre, que hay que movilizar –por hablar gráficamente– el soplo del Espíritu de Dios en toda su humanidad.
El "sueño" del cardenal Martini, que levantó tanto ruido en el Sínodo para Europa en el otoño del 1999, y soñado año tras año por la base del mundo católico, forcejea por convertirse en realidad. "He tenido un sueño", decía entonces el cardenal, el sueño de un nuevo Concilio, un espacio donde, "en el pleno ejercicio de la colegialidad episcopal", puedan "afrontarse con libertad aquellos nudos disciplinaras y doctrinales" tan importantes "para el bien común de la Iglesia y de la humanidad entera". Nudos, explicaba Martini, como la carencia de ministros ordenados, la mujer en la sociedad y en la Iglesia, el papel de los laicos, la sexualidad, la disciplina del matrimonio, la praxis penitencial, las relaciones con las Iglesias hermanas.
"Nos vemos impulsados a interrogarnos –soñaba el cardenal– si cuarenta años después de la inauguración del Vaticano II no se está poco a poco madurando, para el próximo decenio, la consciencia de la utilidad y casi de la necesidad de una confrontación colegíal y autorizada entre todos los obispos sobre algunos temas surgidos en esta cuarentena".
Es el mismo sueño que, exactamente un año después del Sínodo, repetía el cardenal Karl Lehmann, entonces obispo de Maguncia, en el curso de la Feria del Libro de Francfort, invocando abiertamente un Concilio Vaticano II. Y sueño también del cardenal de Londres, Basil Hume, muchos años antes: una iglesia más fraternal.
2. Antes que ellos soñaron Jacob, Samuel, José de Nazaret... Y después de ellos soñó Martin Luther King "I have a dream". Se ve que el sueño es lenguaje usado por Dios y por los hombres para decir cosas buenas, "utópicas", como lo es el reino de Dios.
En nuestros días quienes más sueñan son los pobres y las víctimas de este mundo. Estos sueños de los pobres, además de la fraternidad dentro del pueblo de Dios, son los que deben estar en el centro de un nuevo concilio: pobres y víctimas deben ser como el quicio alrededor del cual gira todo lo humano y lo divino, lo secular y lo eclesial.
En ese concilio debe resonar la voz de Africa, y la de una Iglesia universal solidaria con sus víctimas. La voz de los indígenas, sin palabra y sin nombre, y la de todos los temerosos de Dios que pasan haciendo el bien. La voz de los mártires, y el agradecimiento a ellos por parte del mundo de abundancia con cuyo pecado cargan aquéllos. La voz de la mujer, no vengativa, sino jubilosa porque –al fin– en la Iglesia ya no hay varón ni mujer, sino que todos seremos uno en Cristo Jesús.
3. Piensan algunos que pedir un nuevo concilio es cosa precipitada –arriesgada, provocativa, desafiante. Puede ser, pero esta opinión más suena a miedo a que prospere la idea. Pero si en la Iglesia hay un mínimo de sentido común –por no mencionar libertad evangélica– ¿qué de malo tiene ello? Sería un simplismo esperar un concilio de un día para otro, pero sería ceguera no ver su necesidad y no prepararse, desde arriba, la jerarquía, y desde abajo, las mayorías. Sobre todo desde abajo. Y no haya miedo. En 1979, meses antes de su asesinato, Monseñor Romero decidió –él, es decir, desde arriba– escribir una carta pastoral sobre el país y lo que debe hacer la Iglesia. Lo primero que hizo fue preguntar en una larga encuesta –a los de abajo. Leyó con atención, discernimiento y amor las respuestas. La Carta fue suya y de todos. Y le salió magnífica.
¿Por qué no prepararnos todos? ¿Por qué el miedo a lo que hoy nos pueda decir Dios? ¿Por qué no abrirse al seguimiento de Jesús, el que pasó haciendo el bien, consolando a los afligidos, rebosando misericordia hacia todos los pobres y sufrientes? ¿No es eso, en el fondo, de lo que se trata en un nuevo concilio? ¿No será esto bien recibido por la inmensa mayoría de la humanidad de hoy si, junto con otros, lo hacemos los cristianos –aunque siempre quedará la mirada sospechosa y amenazante de los poderosos?
En este número podrá el lector leer algunos de los temas sobre los que bien se puede preparar el concilio: la mujer, la tragedia de la humanidad, la esperanza, el pecado y la gracia en la Iglesia...
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En la época de globalización, como dicen, todos los que intentan compartir este deseo de prepararnos cristianamente para un nuevo concilio, eclesiásticos y laicos, son invitados a dar su nombre, sugiriendo también un tema sobre el que quieren llamar la atención, entrando así a formar parte de una especie de "proceso conciliar", de recorrido "participativo y responsable" de largo período que tiene sus raíces en las iglesias locales, en cada una de las diócesis y en cada movimiento o congregación religiosa.
Pocos cuestionan que los medios de comunicación se han convertido en el espacio por excelencia para la política. Esto no quiere decir que los medios de comunicación tengan el poder, pero en ellos se juega el poder. Por ello, los políticos han tenido que ir adaptándose al lenguaje mediático y en esa lógica, "la política del escándalo" se ha convertido en "arma fundamental de acceder al poder, por eliminación del contrario". Desde esta perspectiva pueden analizarse muchas de las cosas que suceden alrededor de los medios.
1. Según los medios, supuestos manifestantes y algunos militantes del FMLN agredieron física y verbalmente a varios periodistas, especialmente a los de TeleDos. Ha sido unánime la condena de esos hechos: la violencia física no promete ser ninguna solución a los problemas actuales. Los golpes y los insultos no pueden hacer nada para que desaparezcan los vicios frecuentes en algunos medios de comunicación y sus formas de informar.
Pero en los medios la batalla física dondenable se convirtió en batalla política. Se cuestionó la credibilidad de uno de los principales partidos del país y se le acusó de "agresor" de la prensa. Desde un principio, El Diario de Hoy atribuyó al FMLN (e implícitamente a su dirigencia) las agresiones contra los periodistas: "FMLN agrede a periodistas" decía su portada del 2 de mayo. "Turbas del FMLN" habían dañado propiedad privada y atacado a reporteros, fotógrafos y camarógrafos "por instigación de Schafik Handal".
Las versiones del hecho varían, pero en general se dice que Handal afirmó durante la marcha de los ex guerrilleros: "no hay que creer en lo que dicen los medios de comunicación, ellos mienten". Momentos después, un periodista de TeleDos, Pineda, se acercó y le preguntó a Handal, en un tono que para algunos testigos fue irrespetuoso y acusador: "por esas declaraciones, al parecer, se ha golpeado a un compañero en la otra marcha". Se refería a las agresiones contra el reportero Erick Alvarez, de ese mismo noticiero, quien había sido golpeado por supuestos manifestantes que marchaban por otra calle con las organizaciones laborales y sindicales, desvinculadas del FMLN. Handal llamó "mentiroso" al reportero, negó la acusación de que sus declaraciones hubieran causado la golpiza del periodista Alvarez, y esta vez Pineda fue golpeado, según consta en imágenes grabadas por el Canal 33.
El Diario de Hoy culpó directamente al FMLN. La Prensa Gráfica destacó la preocupación de los medios informativos por las "últimas violaciones a la libre expresión del pensamiento". También incluyó en una de sus páginas un apartado titulado "La ley hecha para ocultar información". Allí se hablaba de otros obstáculos que igualmente dificultan la labor de la prensa: la Corte Suprema de Justicia cuando hace públicos los juicios "según su capricho"; la Asamblea Legislativa cuando niega acceso a las discusiones de la junta directiva; el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Carlos Rosales, cuando bloquea el acceso hacia funcionarios y al presidente; la Corte de Cuentas cuando deja de publicar los resultados de muchas auditorías.
2. ¿Por qué ahora? Estos pronunciamientos de los medios de comunicación llamaron mucho la atención, porque, además del bombardeo lanzado por vías escritas, radiales y televisivas, fueron presentados en una conferencia de prensa que impresionaba por las personalidades que allí aparecieron. También llamó la atención que se hiciera por primera vez, a pesar de que las agresiones contra los periodistas no eran nuevas (ni exclusivamente físicas) y habían ocurrido, no sólo durante marchas de sectores de izquierda, sino también han sido usuales de parte de la Policía Nacional Civil, para poner un ejemplo. Recordemos nada más la violencia usada contra la prensa por los agentes que llegaron a la Asamblea Legislativa cuando detuvieron al diputado Orlando Arévalo en febrero pasado. Entonces no hubo pronunciamientos de los medios de comunicación, ni mucho menos comentarios o editoriales mordaces contra la actuación de la institución policial. La labor apaciguadora del director de la PNC, Mauricio Sandoval, con sus disculpas públicas, diluyó la gravedad del asunto. La conclusión –política– que se impone es que Sandoval sí sabe cómo cuidar su imagen, mientras al FMLN le ha faltado mucho en este sentido, pues no supo desligarse de las agresiones y no fue suficientemente humilde para aceptar su parte de responsabilidad en los incidentes. Quién sabe, pero quizás una disculpa pública habría evitado mucho.
3. Importante es también recordar la insistencia de El Diario de Hoy en la supuesta existencia de una "insidiosa campaña de varios frentes" en contra de "medios democráticos". Este matutino introdujo esta tesis en sus principales páginas: "en lo que se proyecta como campaña de varios frentes, el FMLN arrecia la violencia contra los periodistas" (02.05, p. 2). El Diario de Hoy exigía al FMLN probar que los comunicadores son mentirosos, pero no presentó pruebas que demostraran el involucramiento de la UCA, la UES y el obispo auxiliar en la mencionada conspiración. La UCA ha rechazado estos señalamientos de El Diario de Hoy , añadiendo que El Diario de Hoy no ha evolucionado mucho en los últimos años, pues "vive en medio de conspiraciones y ataques comunistas. Para ella, las críticas a su desempeño profesional sólo pueden provenir de comunistas".
Muchos medios de comunicación se han preguntado en estos días de dónde vienen tantas críticas y le han restado fundamento a algunos señalamientos. Dicen que ellos "siempre" han asumido con eficacia su rol de fiscalizadores del poder y su compromiso es nada más con la "verdad" y la libertad de expresión.
Y es cierto que algunos hechos les dan cierta razón. Por ejemplo, El Diario de Hoy se enfrentó a Telecom en el problema de las escuchas telefónicas y eso le costó varios miles en publicidad. Ese mismo matutino arriesgó la vida de algunos de sus periodistas cuando investigaron y encontraron pruebas para vincular a la PNC con el asesinato del estudiante Adriano Vilanova en 1994. La Prensa Gráfica desafió al ministro de Economía, Miguel Lacayo, cuando un reportero descubrió un conflicto de interés en el uso de preferencias arancelarias por este funcionario. Muchos reconocen también el empuje que dio el actual gerente de información, Laffite Fernández, al periodismo de investigación en El Diario de Hoy mediante la renovación de la plana de redacción en los noventa y la fundación de la revista Vértice.
4. El problema es que todo ello no elimina las flaquezas y desaciertos de muchos medios de comunicación. Hay programas, como Cuatro Visión, que siguen escogiendo las historias más dramáticas y explotando su lado más sensancionalista para mantenerse en los primeros lugares de preferencia. Por ello transmitieron en más de una ocasión, sin ningún escrúpulo y ‘en exclusiva’, la agonía y muerte de un niño enfermo de hidrocefalia hace algunas semanas.
Existen otros medios que mantienen a sus reporteros bajo estrictos controles, como lo reconoció un periodista de La Prensa Gráfica: "es mucho más fácil hacer un reportaje sobre un policía involucrado en el narcotráfico o en crimen, que reportar sobre una empresa privada que ha destruido el medio ambiente". Una periodista de El Diario de Hoy admitía lo mismo, pero haciendo un matiz: "la línea editorial que rige el medio en el que trabaja un periodista ciertamente lo limita, pero no elimina su capacidad de análisis".
Las limitantes surgen de muchas fuentes internas y externas a los medios. Por tanto, estos no pueden autoproclamarse defensores de la democracia y de los derechos ciudadanos, cuando los persiguen y controlan intereses específicos y muy particulares. Por ello, La Prensa Gráfica se negó a publicar hace unos años una investigación hecha por uno de sus reporteros sobre ilegalidades y falta de transparencia en los gastos y asignaciones de contratos publicitarios del gobierno y en especial de la Policía Nacional Civil. Este tema ha sido siempre tabú en los distintos gobiernos.
Sólo así se entiende, según el estudio, que un medio se niegue a publicar historias periodísticamente fundamentadas. Específicamente se menciona el caso de un periodista que investigó los escándalos de FINSEPRO, INSEPRO y FOMI-EXPORT, cuya historia no se imprimió "por obra y gracia de la influencia política de los sujetos involucrados".
Los medios de comunicación, por tanto, no son tan inocentes como aparentan con sus lemas de hacer circular la verdad por todas partes o de ser los máximos impulsores de espacios para la participación democrática.
Celebramos estos días el XX aniversario de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, fundado por Monseñor Rivera Damas. Durante todos estos años ha estado al frente de la institución María Julia Hernández, quien estos días ha recibido muchos homenajes. Quizás el que más le ha conmovido es la placa que le entregaron los pobladores de El Mozote, por haber defendido, insistente y tercamente, a sus víctimas.
Para María Julia son ya muchos años defendiendo a hombres y mujeres de la tortura, el asesinato, la masacre, el desaparecimiento –más la mentira y el encubrimiento que acompañan a todo ello. Eso le ha llevado a enfrentarse con criminales, capaces de asesinar a sacerdotes, y hasta a monjas y arzobispos –peor aún, a mujeres, ancianos y niños.
María Julia se ha mantenido firme, sin más protección que su fe en Dios y el amor de su pueblo. Ese amor lo aprendió de buen maestro: Monseñor Romero. Y de él aprendió también que "derechos humanos" no es una parte de la realidad humana, junto a otras, sino lo humano en totalidad, la vida, sobre todo, de los pobres. De ahí también que defenderlos no es una actividad entre otras, exigida según vaya o no avanzando la legislación de un país, sino una actividad que agarra a toda la persona. Como decía Ignacio Ellacuría: "el problema radical de los derechos humanos es la lucha de la vida en contra de la muerte, la busca de lo que da vida frente a lo que la quita o da muerte". Así comenzó María Julia su trabajo: exigida por la vida de las víctimas a una misericordia sin condiciones. Esto es lo que aparece en la entrevista que publicamos a continuación.
¿Cómo fue tu primer encuentro con Monseñor Romero y dedicarte a los derechos humanos? ¿Recuerdas con frecuencia a Monseñor?
Siendo estudiante, una tarde que llegué a la UCA encontré reunidos a mis compañeros juniores jesuitas que estaban muy preocupados comentando que la elección del nuevo obispo auxiliar de San Salvador era Mons. Romero y que era muy conservador. Me preocupó, pues era raro verlos que alguien les preocupara. Más bien eran seguros y optimistas en cuanto se sentían que ellos eran los mejores.
Habiendo ya salido de la UCA, un día me avisaron que habían matado al P. Grande a quien conocí en Aguilares y admiraba su trabajo. Me sentí horrorizada que tocaran a un sacerdote y jesuita. Cuando fuimos a Aguilares a verlo, el comentario de otros jesuitas es que había estado por ahí Mons. Romero. Cuando fue la misa del P. Grande en San Salvador, en la Catedral, por primera vez oí predicar a Mons. Romero. Su homilía me impactó tanto que en esos momentos sentí que ésa era mi opción, que eso era lo que yo andaba buscando, esa liberación desde el evangelio.
Mi generación en la UCA fue una generación de búsqueda, de opciones y de compromisos con los más necesitados, pero no me gustaba la opción política y mucho menos la de la guerra. Andaba con un gran desasosiego porque no sabía qué hacer y sabía que tenía que optar con urgencia para ayudar a la gente pobre, tenía que luchar por la justicia y un mundo mejor. Por fin ese día encontré mi opción. Me enteré que la homilía de Mons. Romero del domingo entrante sería radiada por la YSAX, y al escucharlo otra vez reafirmó mi opción.
En eso estaba cuando María Elena Galván me dijo que Mons. Romero estaba invitando a distintos sectores de los laicos para una reunión en el Seminario de San José de la Montaña y que estaba muy interesado también en que fuera el sector universitario. Sentí como una invitación especial y me fui a la reunión. Al entrar al Seminario de San José de La Montaña ví a Mons. Romero con su sotana blanca y al saludarlo me impactó tremendamente su humildad. El, con toda bondad, nos invitó a pasar a uno de los salones donde tuvimos la reunión sobre qué hacer como cristianos en estos momentos difíciles. Recuerdo que dije algo que intuí le llamó la atención a Mons. Romero, y cuando la reunión terminó, y los de la UCA íbamos saliendo, nos dijo dirigiéndose a nosotros: "¡Ayúdenme!" Esta súplica me turbó enormemente, pues cómo era posible que el Arzobispo de San Salvador nos estuviera diciendo que le ayudáramos. Inmediatamente, todos al unísono y con entusiasmo le dijimos que en lo que él quisiera.
Mons. Romero nos dijo que empezáramos primero reuniéndonos y quedamos en vernos los jueves de 8 a 10 de la noche y comenzamos unos preciosos encuentros con él durante unos cuatro meses hablando de todo y analizando la Gaudium et Spes sobre los laicos. Al término de este tiempo Mons. Romero nos dijo que ya optáramos por lo que queríamos hacer. Como le acababan de poner una bomba en la imprenta Criterio y le habían destrozado todo, le dijimos, con Humberto Girón, que nosotros queríamos trabajar en los medios de comunicación social. La primera tarea que Mons. Romero nos puso a hacer, fue elaborar un proyecto para conseguir una nueva imprenta. Y así fue.
Todos mis tiempos libres los dedicaba a ir al Arzobispado a ayudar en lo que se podía. Lo que me impactaba era ver a los familiares de personas que habían sido capturadas, desaparecidas, acusadas, perseguidas, torturadas y ver cómo Mons. Romero las consolaba y atendía. Ví muchas madres llorando en el hombro de Mons. Romero pidiendo por su hijo, y entonces veía a Jesús en Mons. Romero consolando a la viuda de Naím. Yo quería hacer algo también. No sabía cómo, pero admiraba profundamente a Mons. Romero por atender a los familiares y preocuparse por ellos y denunciar con todas sus fuerzas dichas injusticias. Por eso para mí ya era bastante acompañar a Mons. Romero en las distintas reuniones con abogados en el Externado de San José pidiéndoles que hicieran algo jurídico para ayudar a las víctimas. En otras reuniones pedía hacer algo más, como la reunión de la cual salió el Dr. Roberto Lara Velado y Marianela García Villas a fundar la Comisión de Derechos Humanos no Gubernamental. O cuando Mons. Romero me dijo un día que lo acompañara a una reunión y me llevó a la casa de una señora donde estaban otras señoras y eran las madres de hijos capturados y desaparecidos. Era la casa de la mamá de Lil Milagro Ramírez. Mons. Romero las consoló, las animó a que se unieran en su dolor y las animaba a que se unieran para reclamar también ellas a sus seres queridos, de ahí salió el Comité de Madres que hoy se llama Mons. Romero.
Siento un privilegio extraordinario el haber estado tan cerca de Mons. Romero en su testimonio vivo de defensa de la dignidad de la persona humana, esto era lo que yo quería también hacer, y en el tiempo de Mons. Romero lo hacía desde un acompañamiento a él. Es la persona que más me ha impactado en mi vida y que es una inspiración en todo. Lo recuerdo a él con mucha frecuencia, con alegría, admiración, esperanza, como a un ángel de la guarda. Y creo firmemente y así lo experimenté en su debido tiempo, que Mons. Romero conociendo mi corazón, me otorgó el favor ante Dios Nuestro Señor, de trabajar en este ministerio de los derechos humanos.
¿Qué te ha mantenido durante estos 20 años en la defensa de los derechos humanos?
Cuando me entregué a la tarea de la defensa de los derechos humanos, uno siente que no puede claudicar y retirarse ante tanto horror e impotencia de no poder reparar el cuerpo dañado, devolver la vida o aparecer a un ser querido de alguien; el no poder administrar justicia y ver que los que hacen tanto daño no sean juzgados. ¿Cómo poder soportar tanto sufrimiento de otros y dar fortaleza cuando uno siente que tambalea? Es más fuerte la solidaridad cristiana, el amor que debemos tener para aquellos que se les ha arrancado algo profundamente querido. Cuando veía los cadáveres terriblemente torturados siempre me saltaba la pregunta: ¿Cómo puede un ser humano hacerle esto a otro ser humano? Y desde este dolor profundo sólo me ha sostenido mi Dios, mi roca, mi salvación. Dios misericordioso. Dios que se apiada de nosotros ante tanto ultraje a la dignidad de hijos de Dios. Si no hubiera tenido fe no hubiera resistido. Siempre he pensado en el calvario, juzgamiento y entierro de Jesús. Cómo su madre lo acompaña y sufre con él, cómo José de Arimatea pide a las autoridades el cuerpo de Jesús para dárselo a su Madre y enterrarlo. Eso es lo que hacemos nosotros. Y en medio de toda esa negrura siempre pensé en la esperanza de la resurrección, de la justicia. Si no es la justicia de los hombres, habrá justicia de un Dios, y si alguien duda de su existencia, pues sólo por eso Dios existiría, para hacernos justicia, porque no puede quedar tanta impunidad.
¿Has llorado alguna vez al ver a las víctimas? ¿Qué es lo más que te ha impactado de El Mozote?
Dios me ha dado la fortaleza para enfrentar los casos dolorosos de las víctimas. He podido ser fuerte para poder acompañar a los familiares. Pero después he llorado, algunas veces profundamente. Pasan por mi mente muchas escenas dolorosas que me han hecho derramar muchas lágrimas en privado. Lo que más me impacta es ver el dolor de un padre, de una madre, de hijos o hijas o amigos llorando por sus seres queridos. Cuando días después terminé de redactar el informe de nuestras investigaciones del asesinato de los Padres Jesuitas y lo entregué, me desperté llorando profundamente durante tres noches seguidas. Recuerdo muchas exhumaciones, o la masacre de San Sebastián en San Vicente cuando encontré a muchos niños pequeños sentados en un muro de piedra todos moviendo sus piececitos y sus miradas clavadas en los cuerpos muertos de sus padres. La gente campesina es más sencilla, indefensa, desamparada, impotente, es la gente que más impacta en su dolor. Es la gente pobre, que no tiene nada y lo tiene todo en esos seres queridos que pierden y se los quitan. Son las escenas más dolorosas. Por eso, en el caso de El Mozote, que impacta todo, cuando uno conoce a esa gente sencilla, amorosa, sana, abierta, que lo que tiene lo comparte con el otro, que no tiene más arma que sus aperos de labranza o su machete, esa gente fue masacrada: mujeres, niños y hombres, gente mayor. La gente mayor adquiere una dignidad y majestuosidad señorial, pero todos indefensos. Lo que más me impacta es la INDEFENSION de las víctimas, quienes fueron tratadas con la mayor brutalidad, barbarie y crueldad: los niños apilados en una esquina de la ermita y asesinados; las mujeres como Rufina que enterró su rostro en el polvo para que los soldados no oyeran sus gritos y llantos, o como la joven que fue violada y asesinada mientras cantaba alabanzas a Dios y arrancó la exclamación de uno de los soldados: "sí que Dios existe".
¿Crees que los poderes de este mundo están interesados en la vida de los pobres, en sus derechos humanos?
Desde que tengo conciencia de la realidad que nos rodea y de los problemas de justicia hasta el momento actual, la experiencia que vivo es de una deshumanización e indiferencia por la vida de los pobres e irrespeto por sus derechos. Avanzamos en modernidad, en tecnología, en la formalidad de los derechos humanos, pero en la práctica, en la realidad, palpamos que se cometen mayores monstruosidades contra los derechos humanos a favor y por los intereses de los poderes de este mundo. Hemos sido testigos de que de un bombazo se han volado aldeas enteras y se les califica de daños colaterales. Hemos sido testigos mudos del aplastamiento de ciudades como la de Jenín. En nuestra patria, los pobres aumentan y se convierten en excluidos. Las multilaterales, con sus ajustes estructurales, sus tratados de "libre" comercio, aplastan los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, del desarrollo. Quieren privatizar el agua, la educación, patentizar nuestras especies biológicas, etc. ¿Qué interés puede haber por los pobres? El interés que hay es el del comercio y de la inversión, no del pobre. El interés que hay es el de acumulación de riqueza. El pobre, que se muera en este proceso darwiniano. Los derechos humanos contemplados en nuestra carta magna están constantemente siendo violentados con el establecimiento del estado neoliberal, donde el pobre no interesa.
¿Qué debe hacer la Iglesia hoy para ser voz de los sin voz, y defensora de los oprimidos?
La Iglesia debe ser fiel al evangelio, estar en solidaridad y con los pobres. El ejemplo de Mons. Romero es actual. La Iglesia tiene que mantener su pastoral de derechos humanos, concientizarnos con los pobres sobre nuestros problemas, las violaciones de derechos humanos, demandar respeto y denunciar todo aquello que vaya en contra de la dignidad de la persona humana. Construir con ellos alternativas solidarias y buscar alternativas al modelo neoliberal. Debemos globalizar la solidaridad, como propone el Papa. Mons. Romero nos dijo que si él llegara a faltar que todos nos deberíamos de convertir en micrófonos de Dios. Todos debemos de hablar y hacer escuchar nuestra voz. En estos momentos en que los medios de comunicación social nos cierran las puertas para silenciar nuestras voces, debemos de buscar medios alternos de comunicación social para hacernos oír.
¿Has pensado en Jesús de Nazaret cuando te han amenazado de muerte?
Cuando acepté el trabajar en derechos humanos, comprendí que desde ese momento estaba mi vida en peligro, pero yo le dije a Dios que mi seguridad la ponía en sus manos, porque yo me iba a ocupar de la seguridad de los demás, y ya no me preocupé. Pero sí, cuando me han amenazado de muerte naturalmente he sentido miedo y le he pedido a Jesús la fortaleza para el momento en que El quiera que las cosas sucedan. Y yo sé que El me asistirá y siento a Dios como mi roca, mi fortaleza y mi todo.
¿Y el momento más feliz en todos estos años?
En estos años de trabajo en derechos humanos ha habido momentos felices cuando, por la gracia de Dios, hemos podido contribuir a salvar vidas en este conflicto fratricida. Esta felicidad ha sido completada por dos viajes. En Tierra Santa experimenté algo inefable de una experiencia espiritual muy especial en cuanto a mi relación personal con mi fe, esperanza y amor a Dios. Y en Roma, en cuanto a mi querer con la Iglesia. Visitar la tumba de Pedro en el primer nivel, el nivel del cementerio romano, la audiencia con el Santo Padre y las catacumbas. Personalmente para mí es algo esencial y especial. Ambas peregrinaciones han dejado una huella grande de felicidad, ha sido un privilegio.
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En este número dedicado a la mujer nos ha parecido importante empezar con alguien como María Julia Hernández. Más adelante hablaremos de mujeres campesinas y universitarias en nuestro país; recordaremos brevemente a las mujeres de Asia y África. Pero nos parece importante terminar este primer artículo mencionando a otras mujeres muy relacionadas con los derechos humanos.
La salvadoreña Marianella García Villas, directora de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, que fue asesinada en 1983. La guatemalteca Myrna Mack Chang, antropóloga, asesinada en 1990. Más recientemente la mexicana Digna Ochoa, destacada abogada, asesinada en 2001.
Y también hay mujeres "mártires de los derechos humanos" en vida, que han luchado para que se haga verdad y justicia en los asesinatos de sus seres queridos. Mencionemos sólo algunos casos más conocidos. En Paraguay, en 1976, asesinaron a Mario Raúl, esposo de Guillermina; aquí entre nosotros han asesinado a Ramón Mauricio, hijo de Gloria Giralt de García Prieto, a Manuel Adriano hijo de Rosalía de Vilanova, a la niña Kathya hija de Hilda María Jiménez, a Erick Mauricio hijo de Morena Canales. Todas estas mujeres siguen en la lucha.
Carlos Ayala Ramírez
En la Iglesia la mujer suele estar masivamente presente, pero ausente en la orientación y dirección de la misma. La mayoría de miembros de las iglesias son mujeres. Las vemos dando catequesis, recogiendo ofrendas, atendiendo al pastor o al cura, en las diversas proyecciones sociales de la Iglesia, clínicas, escuelas, talleres, guarderías, etc. Sin embargo, a la hora de presidir la asamblea de creyentes, de decidir las prioridades pastorales, de elegir la coordinación, de sistematizar y teorizar, de dar la orientación pastoral, están escasamente representadas. Su ausencia es notable.
Pero esto que es habitual, tuvo una valiosa excepción el sábado 11 de mayo en la capilla de la UCA durante la celebración de la palabra organizada por el Centro Pastoral, el IDHUCA y YSUCA en el mes de la mujer. En esa celebración litúrgica, presidida por mujeres, pudimos escuchar "otra voz" para hablar de Dios. Desde la experiencia femenina de la discriminación, de la pobreza, de la violencia, de la violación de sus derechos fundamentales, pero también de su experiencia de lucha y esperanza, Dios nos volvió a inspirar y a interpelar.
Ellas escogieron las lecturas para la ocasión, y fueron muy adecuadas. La primera tomada del segundo libro de los Macabeos, nos presenta el ejemplo de aquella madre que al ver morir a sus siete hijos en un solo día, sufría con valor porque tenía la esperanza puesta en el Dios de la vida, ella es ejemplo de lucha y resistencia, aun a costa de la propia vida, antes que renegar de la fe (2Mac 7, 20-29). La segunda lectura nos presenta la imagen de María de Nazaret profetisa y liberadora, donde María reza a Dios para que disperse a los soberbios, derribe del trono a los poderosos, despida a los ricos con las manos vacías, para que eleve a los humildes y llene de bienes a los hambrientos (Lc 1, 46-55). En la tercera lectura, en el episodio llamado del óbolo de la viuda, Jesús hace ver (y enseña a ver) a sus discípulos el significado de lo que está ocurriendo en el templo: los ricos dan de lo que les sobra, la viuda entregó todo lo que tenía para vivir (Mc 12,41-44).
Lucha y resistencia basadas en la esperanza de justicia, estar del lado de los humildes y de los pobres y vivir una vida descentrada de sí misma (dando lo fundamental, no lo superfluo), es el legado de estas tres mujeres. Y de la actualización de esta herencia nos hablaron también las mujeres durante la celebración de la palabra:
Rosalía de Vilanova, madre del joven Manuel Adriano Vilanova, de cuyo asesinato material se condenó a elementos de la Policía Nacional Civil (pero sin esclarecer la responsabilidad intelectual del crimen), nos dijo que el ejemplo de la mujer narrado en la primera lectura, debe servirnos para seguir luchando para que en el país haya verdad y justicia, sobre todo, cuando las instituciones públicas no garantizan una correcta administración del derecho. Todavía, nos dijo, en el país hay personas como el Rey Antíoco, que descargan todo su odio contra personas inocentes y se mantienen impunes, que corrompen al hermano débil, que tratan de imponernos con la fuerza de su poderío sus ideas, que exhiben su prepotencia por todos lados. No debemos temblar ante esa tiranía y prepotencia, más bien, debemos ser imagen de esa valiente mujer, de esa madre-mártir, exhortó.
Herminia Funes, comunicadora social de YSUCA, nos habló –inspirada por el canto del Magnificat– de la necesidad de que los y las comunicadoras sociales transmitan verdad, esperanza y vida, imitando a María de Nazaret, nos dijo, que fue una mujer que comunicó buenas noticias a los pobres. "Dios llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías". Las comunicadoras debemos servir a la verdad, enfatizó, dando a conocer quiénes son los responsables de que la mujer siga muriendo por malnutrición, por partos no atendidos oportunamente, por violencia intrafamiliar, por SIDA. Los grandes medios de comunicación, agregó, nos proyectan una imagen de la mujer que no corresponde a la mayoría de mujeres del país. Es una imagen ficticia, construida, manipulada, pero no real. El rostro femenino de la pobreza, casi nunca aparece en esos medios, señaló.
Zulema Lara, educadora de la UCA, refiriéndose a la tercera lectura (la viuda pobre) hizo primero una reseña de la valoración que Jesús hace de las mujeres como personas: libera a la mujer que padece flujo de sangre, libera a la adúltera de ser apedreada, las constituye en las primeras testigos de la resurrección. En segundo lugar, Zulema nos planteó que ese reconocimiento a la mujer como persona, es muy claro en el caso del óbolo de la viuda. La mujer que Jesús pone como ejemplo de auténtica generosidad es una persona triplemente marginada: por ser mujer, por ser pobre y por ser viuda. La generosidad de la viuda pobre (dio lo único que tenía) desenmascara la arrogancia de los ricos que sólo dan lo que les sobra. Zulema terminó señalando que esta actitud de Jesús de valorar a la mujer como persona, debe desarrollarse en una nueva pedagogía que forme y promueva la igualdad entre hombre y mujeres, fomente relaciones justas y humanas.
Raquel Cañas, miembro de la comunidad de radio-hablantes, recordó a los que dieron su vida durante la guerra, incluido su hijo. A nuestros jóvenes y a nuestros mártires que ofrendaron su vida no debemos olvidarlos. Yo quiero recordarlos, dijo, con una cruz y con una flor. La cruz del compromiso de bajar de la cruz a los pueblos crucificados. La flor de todos los hijos nuestros que no están con nosotros físicamente, pero que nos animan a trabajar por una sociedad más fraterna y en paz, concluyó.
El sábado 11 de mayo fue especial: hubo más presencia que ausencia femenina en la vida de una comunidad. Presencia protagónica, interesada en una Iglesia igualitaria y en un mayor compromiso con los pobres y excluidos. Protagonismo para la transformación social, para promover la solidaridad, la justicia y la paz. Y añadamos dos detalles. El primero es que se hicieron presentes ante el altar, con ofrendas, dos mujeres miembros de la Policia Nacional Civil, vestidas de uniforme. Trabajan en la sección para promocionar los derechos humanos en la polícia. El segundo es que entre las mujeres que hicieron y expusieron las lecturas, había miembros de varias iglesias y confesiones. Era todo tan obviamente ecuménico, que ni siquiera se mencionó la palabra. Todo transcurrió en paz y gozo.
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¿Qué papel tiene la mujer en la iglesia?
La semana anterior a la celebración hicimos una pequeña encuesta sobre la mujer y la Iglesia. Estas fueron algunas de las respuestas.
Guadalupe Monge. "Casi siempre es a la mujer a la que se encomienda toda clase de educación de los hijos, tanto la educación cristiana como la educación en general. Incluso el surgimiento de las vocaciones religiosas dentro de la familia, es fomentado por mujeres. En los templos la mayoría de feligreses que asisten son mujeres, como si sólo las mujeres tuviéramos necesidad de Dios. Por todo eso, podemos decir que el aporte de la mujer a la Iglesia es en la práctica muy grande".
Pedro Orellana. "La mujer tiene papeles muy importantes en la Iglesia. Tiene, por ejemplo, el privilegio de recoger las ofrendas, de estar pendiente del cuidado de los niños dentro de la Iglesia, mientras el predicador está hablando de la palabra de Dios. Ella también le ayuda a su esposo, cuando éste sale a evangelizar. La gente aprecia más a la mujer cuando es vista acompañando a su esposo en el trabajo de la predicación. Eso por lo menos es lo que yo observo en mi Iglesia, la mujer tiene bastantes actividades dentro de la Iglesia".
Orlando Rivas. "Yo considero que el papel primordial de la mujer dentro de la Iglesia es fomentar la fe en los hijos. Pero el mundo la ha absorbido en la modernidad olvidándose de ese papel. La pérdida de valores en la sociedad se debe a eso, a que la mujer ha descuidado su papel de formadora en la fe. La mujer debe tener un papel más protagónico dentro de la Iglesia doméstica para fomentar estos valores"
Guillermo Ruano. "Bueno, en el caso de mí parroquia hay mujeres catequistas, mujeres que trabajan en la liturgia, que organizan los meses marianos. Otras dirigen academias de costura, manualidades, panadería y cosas semejantes. Esto aparentemente son tareas muy domésticas, pero en un futuro pueden elevar más la dignidad de la mujer. Las mujeres también deben prepararse más si quieren servir en el ministerio de la palabra, sobre todo en aquellos lugares donde el sacerdote no puede llegar ya sea por sus múltiples ocupaciones o por las distancias muy largas. Otro papel que la va muy bien a la mujer es en la catequesis de niños. La mujer, pues, está aportando bastante a la Iglesia".
Mariana Martínez. "Dentro de la Iglesia a la mujer se le encomiendan muchos trabajos. Trabajos fuertes diría yo, pero no fuertes en contenido sino en cuanto son las tareas que requieren de mayor esfuerzo físico: limpieza del templo, cuidado de los niños, preparación de alimentos, lavado de ornamentos. Hay participación en este tipo de actividades, pero se les limita en otras. Sobre todo en aquellas que tienen que ver directamente con la evangelización. La mujer debe tener más participación como catequista y como misionera. Ya debe pasar el tiempo, de una vez por todas, en que la mujer sólo llega a oír misa. Ella también puede y debe reflexionar. ¿Quiénes fueron las primeras en ir al sepulcro donde fue enterrado Jesús? Las mujeres. ¿Quiénes son mayoría en las celebraciones litúrgicas? Las mujeres. ¿A quiénes se les apareció primero Jesús resucitado? A las mujeres".
Sonia Garrido. "La mayoría de la población en el mundo son mujeres, en El Salvador más del 50 por ciento de la población son mujeres. Dentro de la Iglesia también podemos decir que la mayoría son mujeres. Las mujeres tienden a aportar a la Iglesia, pero hay obstáculos en todas las iglesias. En la religión católica, por ejemplo, hay diversas formas de discriminación. En el pensamiento de la Iglesia, en sus doctrinas, en sus documentos no parece que la mujer haya tenido mucha presencia. Es el caso de las religiosas, aparecen subordinadas al sacerdote, relegadas en las decisiones pastorales. Siempre están detrás de los hombres. Por ejemplo, en la literatura teológica son muy pocas las mujeres escritoras. Y no es por falta de capacidad, sino por falta de oportunidad".
Yolanda Ortíz. "Yo trabajé un tiempo en la evangelización. A una compañera y a mí nos designaron una comunidad para ir a evangelizar. Fuimos a tocar puertas, es algo maravilloso porque cuesta, y a lo que cuesta se le pone cariño y amor. Dios me dio esa oportunidad de andar como cuatro años trabajando, hasta que el padre de la parroquia me dijo: "Yolanda, usted no está casada, no puede seguir trabajando porque ése es un testimonio que hay que dar". Allí tuve mi alto, hasta allí llegó mi participación. Yo lo que resiento es que el pastor o el sacerdote, no acompaña suficientemente para que el compañero de vida pueda llegar al sacramento del matrimonio. Para que eso no sea un obstáculo en la participación de la mujer dentro de la Iglesia. Para que no quedemos relegadas y se pierda nuestro propósito de servir a la Iglesia.
Fernanda Ramírez. "Yo pienso que la mujer continúa haciendo oficios domésticos en las iglesias, y no es ése su papel. Ella puede dirigir una asamblea o un consejo parroquial. A las religiosas también se les debe dar la oportunidad de que impartan seminarios, charlas, cursos. Lastimosamente, a veces se pierden recursos humanos buenísimos dentro de las mismas instituciones religiosas y andan buscando sacerdotes, cuando hay elementos buenos dentro del sexo femenino. Lo mismo en la administración de la parroquia y en la planificación pastoral, debe la mujer tener mayor presencia. En estos aspectos la jerarquía de la Iglesia debe ofrecer más espacios y ser más abierta".
Miguel Cavada Diez
Gloria Marina ya tiene casi veinticinco años de trabajar con el pueblo. Gran parte de estos años los ha dedicado a luchar por los derechos de las mujeres. Es promotora de educación en una organización. Tiene dos hijos y vive en Zalcoatitán. Pensaba platicar con ella sobre su experiencia de trabajo con mujeres, pero la plática fue por otros derroteros. Me contó cómo fueron sus comienzos en la lucha popular. Su testimonio habla por sí solo. Sirva como homenaje a tantas mujeres trabajadoras que nos dan la conciencia y la dignidad.
Cuando tenía 17 años me agarró como una angustia de irme de la casa y me fui a vivir con un hermano mío al cantón El Limón, en Soyapango. Conseguí trabajo en una fábrica de ropa deportiva que se se llamaba Elmer Sport. Mi trabajo consistía en planchar la ropa que hacían las demás compañeras. Eramos como cuarenta trabajadoras.
Un día que no estaba el jefe tomé la iniciativa de aprender a usar la "rana". La rana es una máquina de coser que, a la vez, corta la tela. No me di cuenta que el jefe estaba a mis espaldas. No se enojó, sólo dijo: "Ya aprendiste, Gloria". Y luego me dijo que me iba a poner a competir con una compañera: "La que primero termine de coser una docena de camisas se queda con el puesto de ranera". Y así hizo. Gané por muy poco y me quedé con el puesto de ranera; la otra compañera quedó con la plancha.
En el trabajo ganaba 150 colones a la quincena. A mí me parecía un gran pistal. Le daba 100 colones a mi mamá y yo me quedaba con el resto. Trabajaba día y noche. El horario de trabajo era desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche, con una hora para almorzar al mediodía y otra hora a las 6 de la tarde para la cena. Los lunes, miércoles y viernes trabajábamos hasta las 5 de la mañana porque esos días había que alistar la mercancía que salía para Guatemala. ¡Fíjese, desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la mañana del día siguiente, sólo nos deteníamos para comer! Claro que al día siguiente no entrábamos a las 7 de la mañana, sino a las 10 de la mañana, nos dejaba unas horas para dormir.
Tanto desvelo me estaba haciendo daño. Un día que estaba trabajando en la rana, me dormí. ¡Hasta soñé que la máquina iba volando! De presto sentí algo en el dedo, un poco más y me corto. Arruiné una camisa. Sentí que ya se me estaba choyando la mente. Todo esto fue desde 1977 hasta 1980.
Un día iba para el trabajo con la tijera, se oían noticias de una marcha en el centro. Me zampé en la 13 y fui a ver. En el centro había un gran gentío. Era la marcha de la unidad, el 22 de enero del 80. Empecé a caminar por la acera, yo escuchaba que me decían: "Entre aquí compita". Me metí a la marcha, y allí me encontré con Cecilia, una vecina que era amiga mía. Luego oí que me decían: "Compita agáchese que están atacando". Cuando vine a sentir estaba en la Universidad, perdí a mi amiga, a saber para dónde agarró. La Universidad estaba rodeada por el ejército. Yo va de llorar. Allí pasé tres días. Salí a buscar el bus y me fui para Soyapango. Cuando pasaba frente a la iglesia, me dieron deseos de entrar para dar a gracias a Dios. Allí estaba una imagen del Nazareno, ¡tan lindo!, parecía que le hablaban los ojos. Yo le iba a prometer que ya no me metería en esas locuras. Cuando entré en la iglesia, voy viendo a mi mamá y a mi hermano que llevaban varios días buscándome. Mi hermano me regañó: "Si me volvés a hacer una pandeada de estas, te me vas. Olvidáte de misas, de catequesis, de todo. Sólo te quiero ver yendo al trabajo. Nada más". Porque se me olvidó decirle que por este tiempo yo iba a la catequesis para prepararme a la Primera Comunión. ¡Ya estaba grande y sin primera comunión!
Cuando regresé al trabajo ya no estaba mi tarjeta de marcar a la entrada. El dueño me dijo: "Ya no vas a trabajar aquí porque te vi en la marcha". Gran paja, él no me había visto, pero eso me dijo. Yo va de rogarle y le dije que fui por equivocación, que fue un error. Al fin me djo: "Te voy a dejar de prueba un mes".
Aunque mi hermano me prohibió ir a la iglesia, yo seguí yendo a la catequesis. Otra vez fui a hablar con el Nazareno y le dije: "Cuidáme, que mi hermano no me vea en la iglesia". Iba a la catequesis de escondidas. A los pocos día el Padre también me invitó a participar en un cursillo bíblico. Allí comencé a concientizarme. En la reunión estábamos cuando alguien dijo: "¡Gloria Marina, la buscan!". Salí a ver y era mi hermano. "Vamos para la casa". Allí me dijo de todo. Yo me le rebelé y le dije: "Me voy a ir a luchar". Esa misma noche me fui de la casa de mi hermano. Eso fue cuando la ofensiva.
Alicia, la cuñada de Carlos, me dio donde quedarme y me explicó el compromiso. Recuerdo que me dijo: "La vida tiene que servir para algo. No vivir sólo por vivir, sino vivir para los demás". En eso llegó mi mamá a buscarme. Cuando le dije que me iba a la lucha, se puso a llorar y me decía: "No vayás, acordáte de tus sobrinos". Si esto lo hago por ellos, le dije, y por todos los niños, además no te aflijás, le decía, esto sólo un año va a durar. Luego fui a hablar con el dueño de la fábrica y le dije: "Sí, es cierto, yo andaba en la marcha y me voy a luchar". Entonces, él me dijo que eso era bien peligroso, que si te arrepentís ellos mismos te van a matar, y un montón de cosas. Hasta llegó a decirme: "Sabes una cosa, Negricillo –así me llamaba–, aunque seas de la negra subversión, yo te quiero". Ya casi me convencía y por poco me quedo. Me dio 300 pesos que me cayeron como agua de mayo. Y yo va de llorar y llorar porque dejaba la fábrica.
Para la ofensiva me mandaron a Cuscatancingo. Yo era de las brigadas de autodefensa. Pero eso de matar no entraba en mi cabeza. Por eso me dieron una pistola de madera, por si sale alguien, con eso se asusta, me decían entre risas los compañeros. Luego de la ofensiva regresé a El Limón. Alicia me dijo que se iba al frente y que si iba con ella. Por ese entonces me eligieron coordinadora de catequistas, y por eso le dije a Alicia: "Andáte vos, mientras preparo a alguien que coordine a las catequistas. Con seguridad, dentro de dos meses estoy contigo en Usulután". Alicia me dejó escrita una carta y me dijo: "Esta sólo la abrís si me pasa algo en el camino". Recuerdo que en Misa estaba cuando ya no aguanté más, y allí mismo abrí la carta y me puse a leerla. Ella me decía: "Si yo caigo no vayás a dejar esta lucha. Esta lucha es de los pobres. Esta lucha es de nosotros". Y me puse a llorar. Unos días después llegó la noticia de su muerte. Lloré y me dije: "Esta lucha es mi lucha". Así empezó todo.
Gloria Marina nunca olvidó sus sufrimientos de aquellos años. Quedó concientizada para siempre y llena de compasión hacia las mujeres oprimidas en el trabajo. Por eso hoy dedica su vida a promover su dignidad.
Mujeres que estudian y cambian la India
En Andhra Pradesh, un estado al sudeste de la India, la tasa de analfabetismo femenino alcanza el 95% de las mujeres. Esta es la situación.
Hace apenas unos meses cualquier representación escrita no tenía ningún sentido para ellas y pensar en la posibilidad de ir a clases les producía una inmensa pereza. Hoy son capaces de leer perfectamente los carteles de los autobuses que utilizan a diario y conocen el precio de sus compras sin necesidad de preguntar a nadie.
Algunas de ellas son mayores, y tanto el trabajo en el campo como en el hogar ocupa todo su tiempo, pero su antigua pereza ha dado paso a un ímpetu por animar a sus vecinas a que se incorporen al programa financiado por Manos Unidas y puesto en marcha por la organización india Bala Vikasa. Esta es una organización no gubernamental. Trabaja desde hace casi 10 años en programas de organización comunitaria femenina y promoción de la mujer. Su apuesta por la promoción del desarrollo sostenible se dirige hacia las mujeres de las áreas rurales.
Desde Bala Vikasa se considera a la mujer, y además a la mujer pobre, como un agente de su propio desarrollo y el de sus comunidades. El lema que encabeza su proyecto es: "Ayudarles para que se ayuden".
Compartir la dureza de la pobreza y la marginación crea unos fuertes lazos de unidad entre estas mujeres. Durante la primera etapa, las beneficiarias reciben formación jurídica y económica: cómo pedir un crédito, formas de ahorro, aspectos legales del matrimonio y la familia, etc. Durante este tiempo las mujeres deben compaginar su formación con las tareas en el hogar: cuidar a los hijos, actividades agrícolas y trabajos domésticos fuera del hogar por los cuales son explotadas a cambio de un salario ínfimo.
No sólo sus hijos se benefician de este proyecto –por la creación de guarderías–, también sus maridos. Desde que las mujeres reciben esta formación, ha descendido la tasa de alcoholismo en algunas áreas de la región. Son ellos, que antes se oponían al programa, quienes, al ver el desarrollo de sus mujeres, las animan a continuar. Manos Unidas.
Africa saldrá adelante por sus mujeres
Etiopía, llanuras interminables, bosques, montañas afiladas, restos de selva ya desarbolada, tierra fértil y sedienta. Cultura vieja y viejos sueños de progreso y desarrollo.¿Por qué no lo han logrado? ¿Qué ha fallado durante tanto tiempo? Mandatarios que a lo largo de los años se han cuidado más de llenar sus propias arcas que de hacer crecer a su pueblo. Una guerra interminable con el país hermano, Eritrea. Resultados lamentables: el lamento de miles de niños huérfanos, de cientos de familias separadas a la fuerza detrás de una frontera de odio y venganza.
Ahora, un manto verde de vida y esperanza se extiende por todo el país. Las abundantes lluvias de este año han llenado a todos de alegría. Habrá buenas cosechas. Habrá pan. El pan nuestro de cada día, que no siempre está presente en los hogares etíopes. Si no viene el agua, no es posible la vida. Tampoco lo es si no llueve amor.
El campo oscurece. Las chozas que salpican todo el paisaje van desapareciendo a la vista. La pobreza y la ignorancia se van a dormir la noche silenciosa y oscura de la rutina y la desesperanza. Pero hay unas luces que brillan, que nunca se apagan, que velan todas las noches y todos los días para que el mundo no muera del todo en su egoísmo destructivo y sin sentido. Son los hombres y mujeres, voluntarios y misioneras algunos, que creen que la felicidad viene de dar más que de recibir. No cuentan más que con su buena voluntad y su bien hacer. ¿Cómo se las arreglan? Su apoyo son las mujeres, las madres llenas de interés, en su sencillez, por aprender, por sacar adelante a sus hijos. Ellas son el verdadero pilar del desarrollo. Africa saldrá adelante por sus mujeres. Teresa Benavides.
Una joven norteamericana en El Salvador
Soy una estudiante norteamericana que ha permanecido durante cuatro meses en El Salvador, estudiando y visitando comunidades.
No puedo expresar todas las cosas nuevas que ustedes nos han enseñado. Hemos aprendido lo que somos nosotros venidos de Estados Unidos, y hemos aprendido también hasta donde alcanza la fe y la esperanza. Ustedes nos han desafiado a hacer preguntas, a hablar español, aún cuando estábamos nerviosas. Nos han puesto el reto de vivir una vida de amor y justicia. Con cada acción, trabajo y amistad que hemos hecho desde ahora vamos a pensar en el mundo total, en la gente que conocimos aquí, los que miramos en la calle o conocimos como familia en nuestros sitios de praxis. Vamos a regresar platicando como salvadoreñas, con la "púchica", el "chévere" y el "chivo". Vamos a regresar pensando como salvadoreñas, pensando en comunidad, en todo lo que pasa en el fondo de la vida. Vamos a regresar comiendo como salvadoreñas: pupusas, refrescos, tortillas, arroz, frijoles y plátanos. Sí. Ustedes nos han cambiado, eso es la verdad. por eso queremos decir gracias.
Vamos a regresar a Estados Unidos pero no como las mismas personas que llegamos. Nuestras familias, amigos y amigas van a conocerlos a ustedes, como nosotros los conocimos, van a ver como nos han cambiado para lo mejor. Cada uno de ustedes nos han reconstruido nuestros corazones con pedazos de su vida y quizás dejamos un pequeño pedacito de nosotras mismas con ustedes. Gracias por compartir su amistad y que la vida nos permita encontrarnos otra vez. Sarah Angela Silva.
Y una pequeña esperanza en medio de la tragedia
Los breves relatos anteriores animan a la esperanza por lo positivo que se va construyendo. Terminamos con este otro relato, macabro por una parte, pero que da un paso hacia la esperanza.
Amina, de 30 años y que se casó a los catorce, fue condenada por un tribunal islámico nigeriano, a morir apedreada tras admitir haberse quedado embarazada después de divorciarse de su esposo. La sentencia provoco un clamor de rechazo por parte de la comunidad internacional.
El lunes 3 de junio el tribunal determinó la libertad de Amina hasta enero del 2004 para poder cuidar de su bebé nacido en noviembre del año pasado. Hasta entonces Amina quedará a cargo de los hombres de su familia, quienes tienen la responsabilidad de asegurar que ésta regrese en julio próximo a la corte para el veredicto sobre su apelación para la pena de muerte por lapidación que le impuso un tribunal de primera instancia en marzo pasado. Dios lo quiera. Hace unas semanas, Safiya Husaini, también nigeriana, madre de 5 hijos fue absuelta y no sufrió la lapidación. Pequeñas esperanzas.
Francisco Andrés Escobar
"¡Cuánta angustia hay en mí, por lo de ellos! Les heredé el paraíso y lo hicieron un incendio de miedo y desolación. Lo de hace algunas semanas fue atroz: El fragor. La devastación. La ira. El terror. El odio. Y aquella pobre mujer: pálida, débil, ojerosa, vestida toda ella con esos largos atuendos con que suelen acentuar su dignidad. Ella, esa pobre mujer: encaramada y sola en aquel promontorio de escombros y de muerte. Buscaba algo, no sé qué; pero algo buscaba: ¿la madre perdida, el esposo agónico, el último pan comprado antes del bombardeo, o quizás el tazón en que solía darle los alimentos de la tarde al hijo ahora muerto?
Tremó mi corazón con esa escena de tanto sufrimiento, porque no fue el dolor lo que quise para ellos. Quise el gozo, la plenitud, la parusía. Los quise hermanos, vecinos, múltiples y uno. Los quise hijos de la razón y la palabra. ¿Y qué se han hecho ? Vástagos del odio que lleva a la demencia. Hijos del silencio que lleva a la obcecación. ¡Y todo con el beneplácito de muchas tierras poderosas!
Tengo visto aquí, en mis registros de siempre, que unos vienen de Sara y otros de Agar: dueña y esclava, como se estableció en esos márgenes estériles que en su momento inventan los humanos. Pero la sangre que los engendró fue la misma en los dos. Fue mi profeta quien puso las primeras simientes de donde nacieron esas tribus, tan amadas por mí, que han tenido la fuerza para vencer el peso de los siglos. ¡Se dividen, excluyen, desprecian y destruyen: por raza y religión! Pero ¿no es la raza apenas una variante decorativa de la especie humana que creé? ¿Y no son las religiones apenas
caminos múltiples para acceder a mí? ¿No es la Tierra mi Edén de todos y para todos?
Se llamen judíos y palestinos, son primos terrenales, y hermanos en su filiación eterna más última. ¡Son modos míos, expresiones materiales de mi naturaleza inasible,
casas pequeñas y profundas en las que mora mi esencia! ¡¡Templos perecibles en los que vive mi eternidad!!
Unos sufrieron en su momento el horror y el dolor de un holocausto inmerecido. Los otros también sufren hoy el horror y el dolor del holocausto que les imponen los que de tanto hablar del monstruo, de tanto mirarlo de frente, de tanto almacenar sus recuerdos, han empezado, quizás, a parecérsele. Y no es que justifique los arrebatos demenciales de los otros, que tanta muerte y angustia van sembrando por allí. Pero es que ésa es la
ira del cordero. La rabia última de los más débiles que al verse acorralados embaten: como los machos cabríos que, ahítos de miedo, dolor o rabia, agachan los cuernos y se lanzan dispuestos a pulverizar hasta la médula del más sólido farallón. Es el recurso terminal del más terminal de los desesperos.
Pongo mi esperanza en lo más hondo de sus pueblos. No en los lideratos contingentes que tanto suelen hermanarse con apetitos extranjeros y lejanos. La pongo en la mujer que va, medrosa, a buscar el alimento de los suyos; en el hombre que se estremece de miedo y en el niño que canta de esperanza. La pongo en la profundidad del corazón de los menos conocidos, entre ambos, porque en sus oídos sutiles resonará, al fin, la única palabra humana que les sembré en el alma, antes de que crearan sus complicados lenguajes: "¡amor!".
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Vengo acompañando desde hace tiempo el drama de esa tierra, Palestina, santa para todos nosotros y, sobre todo, acompaño con angustia la situación de los últimos meses. Soy totalmente solidario con el derecho del pueblo palestino de ser un pueblo con su tierra y su libertad plena. El pueblo de Israel y el pueblo palestino pueden y deben vivir en paz en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Invoco para eso a la solidaridad mundial y al Dios de salam/shalom, nuestro Dios de la fraternidad universal. Pedro Casaldáliga.
El drama de un suicidio anunciado. Un niño palestino desea justicia: pero nadie en el mundo está dispuesto a defenderlo. Una mujer palestina desea quedarse en su hogar: pero los israelíes no la dejan. Un padre de familia palestino está dispuesto a luchar para que lo dejen en su tierra y no le sigan matando a su familia, y agarra una piedra, pero frente a él hay un tanque que supera en tamaño a su propia casa, y ese tanque lo mata. El niño y la mujer se quedan solos. Sin el hogar, sin un padre, sin un marido. Quedan sin alimentos porque están todos los almacenes desvastados por misiles judíos. El niño y la mujer está solos. Y la única esperanza que queda es caminar hacia un lugar de refugio.
Cuando llegan ahí, se encuentran con monjas y curas de todos los países, y pueden abrazarse y llorar juntos. Luego de unos minutos, ese lugar explota por tanques israelíes. Y mueren todos. Pero se salva el niño. A ese niño, sólo le queda una salida: morir por los tanques o suicidarse. Pensando que así podrá hacer frente a todo esta barbarie, se suicida y muere un israelí. Y en la tapa de los diarios del mundo sólo aparece: "Otro Atentado Palestino –Terrorista en Israel: un israelí muerto". Cristianos Nicaragüenses por los Pobres.
Yenín horroriza al mundo y divide a la sociedad israelí. El 2 de abril los mandos militares israelíes dieron la orden de tomar el campo de refugiados de Yenín. Durante los siguientes nueve días los soldados tendrían que librar una de las batallas más duras de los últimos 50 años en la zona. Salieron vencedores, pero señalados por diversas organizaciones y gobiernos como violadores de los derechos humanos. La batalla se conoce ya popularmente como Yeningrado. Hasta el día de hoy, 12 de mayo, Israel se resiste a aceptar una comisión de investigación.
En el centro del campo fueron destruidos unos 300 edificios, viviendas, dispensarios, escuelas. Nadie sabe realmente cuántos muertos hubo, y se barajan cifras de entre 50 y 300. Todo quedó arrasado. Es lo que se conoce como la zona cero de Yenín. Civiles supervivientes han relatado cómo corrían en medio de la oscuridad y el polvo de una casa a otra mientras éstas se derrumbaban igual que las piezas de un dominó bajo la presión de las excavadoras y cómo aquellos que intentaban escapar por los estrechos callejones eran ejecutados en cuanto eran descubiertos por los soldados israelíes.
Diane Luping señala "que los posibles crímenes de guerra que se perpetraron no fueron fruto de varios soldados descontrolados, sino que había órdenes explícitas de las altas jerarquías políticas y militares. Además tenemos pruebas de que las excavadoras entraron en acción cuando los combates habían terminado". Cree que lo sucedido en Yenín debería desencadenar una reacción de la justicia internacional igual a la que ha sentado al ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic en el banquillo de los acusados en La Haya.
La destrucción y el pillaje han sido masivos, según denuncian los palestinos, en todo el campo. Los soldados no avanzaban por los estrechos callejones del campo para evitar emboscadas como la que el 9 de abril, tan sólo un día antes de su victoria, costó la vida a 13 soldados, todos ellos reservistas. La técnica utilizada fue entrar en una vivienda, y desde ésta, haciendo agujeros en los tabiques, en todo el bloque. "Y todo ello con un saqueo total de las cosas que se encontraban en el interior de las casas", afirma la escritora palestina Mariam Shahin. "Una mujer me contó cómo habían reducido a astillas las camas, arrancado los baños y defecado en las cazuelas donde se hacía la comida. Una sólo puede preguntarse si los que están en el Ejército israelí conocen para qué sirve un cuarto de baño".
Los israelíes aseguran que un tercio de los atentados suicidas eran planificados, ordenados y realizados desde Yenín. "Aquí vivían unas 13.000 personas cuyo sueño era volver al oeste, a su casa", rebate el periodista palestino Ramzy Baroud. "Los mayores guardaban todavía las llaves de las casas de las que les echaron".
Los servicios jurídicos del Ejército han emitido informes que señalan que el campo no podía ser considerado como un lugar civil, "Eso es insostenible", explica la representante de Law. "Legalmente no se puede considerar todo un campo de refugiados como objetivo militar. Los militares dicen que había unos 200 guerrilleros palestinos, mientras el total era de 13.000 personas. Además tenemos pruebas de que los soldados pusieron entre sus objetivos a la población civil, cuando la ley internacional ordena que se distinga claramente entre combatientes y población civil".
Las organizaciones humanitarias han denunciado que los israelíes negaron el paso a las ambulancias que querían evacuar a los civiles heridos, por lo que muchos murieron por heridas que, en principio, no debían ser mortales. El Ejército ha rechazado este argumento mostrando filmaciones en las que se observa cómo los soldados franquean el paso de los vehículos sanitarios. "Nos dejaban pasar, pero cien metros más adelante comenzaban a disparar para que nos diésemos la vuelta".
Protestas israelíes contra Sharon. Ariel Sharon ha convertido la cuestión de una comisión internacional que investigue lo ocurrido en un caso de soberanía nacional, pero en la sociedad israelí se han abierto profundas brechas respecto al comportamiento de sus soldados –casi todos reservistas– durante los nueve días de combates. En la prensa se ha denunciado una gran descoordinación entre los militares israelíes ante la falta de unas órdenes claras, lo que condujo a una acción caótica y descontrolada de los soldados. Asociaciones de reservistas van más lejos todavía. "No queremos que nos lleven a La Haya para ser juzgados por lo que está pasando en los territorios palestinos", afirmó un portavoz de la organización Yes Guul, cuyos soldados se niegan a servir en Cisjordania y Gaza. "La única esperanza que tenemos es que la justicia de los diferentes países inicie procesos por las violaciones de los derechos humanos y los crímenes cometidos en Yenín", opina Luping.
Miles de israelíes piden retirada y negociaciones. Unos cien mil israelíes efectuaron el sábado 11 una masiva manifestación para exigir la retirada inmediata de las fuerzas israelíes de los territorios palestinos, por el bien de Israel. El acto fue organizado por "Paz Ahora" en la plaza Rabin, en Tel Aviv, el mismo sitio donde el primer ministro israelí Yitzahk Rabin dio su último discurso en pro de la paz, antes de ser asesinado por un estudiante judío. El acto del sábado fue la primera vez que el grupo específicamente mostró su oposición a la presencia de tropas israelíes en Gaza y en la Ribera Occidental. Ha habido otras manifestaciones de israelíes contra la guerra, pero con frcuencia la noticia ha sido censurada.
"La política de Sharon no es aceptable para la muchedumbre que vino aquí y para miles de israelíes en nuestro país", manifestó Tzali Reshef, portavoz del grupo. "Salgan de los territorios palestinos ahora". "NO al terrorismo de la Fuerza de Defensa de Israel" fueron las consignas de la marcha.
Reshef reconoce que es comprensible la falta de credibilidad de Israel entre los palestinos, pero los isarelíes en la Plaza Rabin todavía confían en una reanudación de negociaciones.
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Vengo acompañando desde hace tiempo el drama de esa tierra, Palestina, santa para todos nosotros y, sobre todo, acompaño con anustia la situación de los últimos meses. Soy totalmente solidario con el derecho del pueblo palestino de ser un pueblo con su tierra y su libertad plena. El pueblo de Israel y el pueblo palestino pueden y deben vivir en paz en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Invoco para eso a lasolidaridad mundial y al Dios de salam/shalom, nuestro Dios de la fraternidad universal. Pedro Casaldáliga
Eduardo Galeano consagró la expresión "Las venas abiertas de América Latina". Pasa el tiempo, gobiernos, economías y hasta guerras y revoluciones van y vienen, pero las venas siguen abiertas. Presentamos dos barbaries ocurridas en estos días.
Colombia. Masacre en Bojayá
El jueves 2 de mayo, el mundo se estremeció con la noticia de una nueva masacre. Esta vez en Colombia. En la noroccidental comunidad de Bojayá, Departamento de Chocó, fronterizo con Panamá, murieron 116 civiles, de ellos 46 niños y niñas que junto a sus padres habían buscado refugio en la iglesia de la comunidad.
Esta tragedia se dio en medio de los combates entre las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y los paramilitares de extrema derecha, en un desesperado intento de recuperar este territorio de gran importancia estratégica. La muerte de los civiles fue causada directamente por las FARC, al lanzar un cilindro-bomba que impactó directamente en la iglesia, en donde se encontraban refugiados los pobladores.
A este error criminal y al llamado de auxilio de los pobladores, el gobierno ha respondido enviando a 4 mil soldados y bombardeando indiscriminadamente la zona. Por su parte, las FARC, mediante un comunicado público, asumieron su responsabilidad en la masacre, pero acusaron a los paramilitares por usar a la población como escudo humano; al ejército por permitir la libre circulación de los paramilitares; y al gobierno por mantener en el completo abandono a esta zona de Colombia.
Las reacciones de repudio no se han hecho esperar. Human Rights Watch, la Unión Europea... Pero sobre todo el repudio y la angustia que nacen de quienes viven allá y aman a aquellos hombres y mujeres. En este caso vienen de misioneros y misioneras. El 5 de mayo, tres días después de la barbarie, escribían:
Acabamos de venir de Pastoral Social, la comisión que salió ayer pudo llegar felizmente, la que salió hoy aun no ha podido entrar. Los que salieron ayer están pidiendo auxilio constantemente. El ejercito está bombardeando la población y sus alrededores en el avión fantasma. No sabemos nada del P. Janeiro. En estos momentos está el Presidente de la República aquí en la ciudad de Quibdó en Consejo de Seguridad. No han querido hacer caso al grito que la Iglesia les está haciendo: "¡Por favor, suspendan los bombardeos!". El aeropuerto está lleno de ejército, y ya nos confirmaron que por el río vienen subiendo las pirañas del ejército dispuestas a sangre y fuego.
¡Por favor! Nuestra petición es que si en manos de ustedes está el que se comuniquen con todas las Instituciones que puedan interceder para que éste conflicto se acabe, ¡intervengan! Hay 39 niños muertos ya identificados, 137 en total contabilizados. Aún siguen buscando en los escombros de la Iglesia y construcciones aledañas. Ya se imaginarán la angustia que estamos viviendo con el caso de Bellavista y Vigía. La noticia confirmada, 103 muertos en la Iglesia de Bellavista y 37 sin identificar. De milagro se salvó el P. Antún y P. Toño Mena. El P. Janeiro está en el monte, no sabemos si está vivo, o está huyendo con la gente que se fue al monte, sabemos que los paramilitares se llevaron un número no determinado de personas como rehenes. La totalidad de la gente se tiró por el río abajo en champas como pudieron.
Este pueblo es una cabecera municipal con muchos habitantes y ha quedado totalmente desalojado. En este instante, alguien de Pastoral Social están contándonos el último parte. A Bellavista la dejaron totalmente sola, los muertos siguen tendidos sin que nadie haya podido entrar. Las Agustinas del Gobierno Provincial llegaron hoy; también vinieron las del Gobierno General de las Lauritas. Se está organizando una comisión para salir mañana con la defensoría del pueblo y otros organismos, la razón que mandan es que nadie vaya, la Diócesis está poniendo en marcha todas las posibilidades. Estamos en incertidumbre. Mañana les daré más noticias. No sabemos dónde va a parar todo esto. Confiemos. Las noticias que nos vienen son directas de los padres que han podido mantenernos en comunicación permanente. Un abrazo de esperanza para todos. Aurora.
Hay muchas otras cartas, con comentarios como éstos: "Ojalá no nos acostumbremos a escuchar las Noticias de Colombia en la radio o en otros medios. Unidos a la tragedia de nuestro Pueblo hermano donde por tantos años la violencia no tiene límite, como ésta". Arnaldo.
"En la prensa colombiana dicen que el ejercito va a llegar, pero por las noticias locales ya están en la región y actuando a guerra y muerte los tres actores armados. Puede darse una verdadera masacre: genocidio y etnocidio. No están dejando pasar helicópteros para atender heridos ni llevar ayuda humanitaria. Transcribo algunos de los datos que llegan de Quibdo, vean qué pueden hacer. Al menos que estemos informados mientras se nos ocurre como colaborar". Milagros
Abril muy sangriento para los niños de honduras
Los jefes de estado se preparaban para reunirse en Nueva York en los primeros días de mayo para discutir sobre los derechos de los niños y niñas en la Sesión Especial de las Naciones Unidas. Honduras ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en 1990, pero las masacres y asesinatos sistemáticos de niños y jóvenes han alcanzado números récord.
En el mes de abril del 2002, un total de 53 niños y jóvenes menores de 23 años de edad fueron asesinados en el peor mes de asesinatos, desde que Casa Alianza empezó a recolectar las estadísticas en enero de 1998.
Veinte de los masacrados este mes de abril fueron niños menores de 18 años de edad; otros 10 tenían 18 años; cinco tenían 19 años; cinco tenían 20 años; 11 tenían 21 años y dos tenían 22 años de edad. 26 muertes (49%) tuvieron lugar en Tegucigalpa, capital del país y 20 muertes (38%) en San Pedro Sula que es la segunda ciudad más grande del país. De acuerdo con las estadísticas de Casa Alianza, treinta y tres de los asesinatos del mes de abril (62%) fueron cometidos por pesonas todavía no identificados. Otros 12 fueron cometidos por miembros de pandillas y tres por la policía. En otras seis muertes de niños y jóvenes fueron reportados como autores los infames "carro rojo" y el "carro gris", los cuales han trabajado impunemente por algunos meses, con hombres armados con sus caras cubiertas usando poderosas armas para asesinar a los niños y jóvenes que están en la calle. En enero otros 50 niños y jóvenes fueron asesinados. Se trata de una "limpieza social" en uno de los países más pobres de las Américas.
"¿Qué más podemos hacer?", pregunta, frustrado, el británico Bruce Harris, Director de Casa Alianza en América Latina, filial de Covenant House con sede en Nueva York. "Hemos interpuesto denuncias oficiales ante las autoridades hondureñas; hemos suplicado a los oficiales locales y nacionales y a la sociedad en general, pero todavía el asesinato de niños y jóvenes continúa. Pareciera como si todo el mundo está de acuerdo en que los niños deberían ser exterminados".
José Manuel Capellín, Director Nacional de Casa Alianza Honduras, afirmó: "Lo que realmente queremos son investigaciones concluyentes y los nombres de los asesinos. Son las autoridades de Honduras quienes no han cumplido con su responsabilidad".
El arzobispo benedictino de Milwaukee, Mons. Weakcland, conocido por su solidaridad con los oprimidos –ha estado varias veces en El Salvador–, ha dicho algo muy importante sobre el grave problema de pederastia de los sacerdotes: "la cuestión de la credibilidad es anterior a la tolerancia cero". Esto último es disciplinar: privar absolutamente de sus derechos a un sacerdote –y bien está. Pero la crediblidad es otra cosa: que la Iglesia de Jesús recuerde a Jesús, que sea buena noticia, que la gente pueda confiar en ella.
El día 8 de mayo, en Milwaukee, Monseñor Weakland dijo sí a la "tolerancia cero" para los sacerdotes que cometen abusos sexuales, pero sin olvidar que ante todo debe reconstruirse una "relación de confianza con la sociedad" porque la imagen de la Iglesia está saliendo muy deteriorada por el escándalo.
Así lo dijo en una larga entrevista publicada en el último número de "The Milwaukee Catholic Herald", semanario católico de la arquidiócesis –lo cual ya es de agradecer, pues pocos son los obispos que se expresan sobre cosas importantes, con independecia evangélica, diciendo lo que sienten y piensan, sin repetir lo que hayan dicho antes curias vaticanas. Al final de abril el arzobispo ya había tenido una conferencia de prensa para explicar la nueva línea adoptada con el nombramiento de una comisión encargada de revisar completamente las normas vigentes en el caso de denuncias.
En la entrevista el arzobispo señala que efectivamente se había dañado la credibilidad de la Iglesia como autoridad moral. "Quizás la Iglesia ha sido percibida como un poco demasiado arrogante, demasiado segura de sí misma, y no ha seguido el camino que debería regular las relaciones con la sociedad, descrito en la Gaudium et Spes, donde la Iglesia es parte integrante de la sociedad y quiere dar un aporte a la sociedad".
En cuanto al futuro, la "tolerancia cero" es la contraseña y la decisión mejor. "Lo más difícil es cómo afrontar las cuestiones del pasado. En mi opinión, la solución mejor es escuchar las reacciones de la gente". Se debe demostrar con los hechos "que la Iglesia no está por encima de la ley cuando se verifica un crimen, y que si ha dado esta impresión es algo que debe corregirse. Pero en segundo lugar, tenemos que dejar en claro la relación que existe entre confidencia y secreto, porque la Iglesia –al igual que los médicos o los abogados– trata cuestiones confidenciales, que forman parte de nuestro modo de actuar".
Mons. Weakland expresa, además, la certeza de que la próxima reunión de la Conferencia episcopal, que se celebrará en junio, encontrará la estrategia mejor para responder al problema y corregir la percepción negativa sobre la Iglesia que ha tenido en estos meses la sociedad estadounidense. Frente a casos semejantes, "el único camino viable es tratar de adoptar las decisiones mejores y dar la mayor cantidad posible de informaciones". Pero –añade–, "no tenemos una red televisiva propia. No tenemos un diario nacional. Somos todavía un poco provincianos, y se nota".
Por su parte, en una carta abierta John Klassen, OSB, Abad de Saint John, en el estado de Minnesota, ha afrontado el tema de los abusos sexuales, que en el pasado han involucrado también a algunos de sus predecesores. Los escándalos, aunque ocurridos en el pasado "no disminuyen el dolor que muchas personas de la Iglesia están experimentando". El religioso subraya que "la comunidad ha fijado una política clara de intervenciones contra los monjes acusados de haber cometido los abusos". Afirma que ha "escuchado las historias de las víctimas y hablado con los consultores psicológicos". Ha decidido que las acusaciones, que antes no se daban a conocer, ahora salgan a la luz del sol para el bien y la integridad de la Abadía". Y para alcanzar la transparencia absoluta, ha dado a conocer que las acusaciones han involucrado también a un predecesor suyo, el abad John Eidenschink, sometido después a un tratamiento psicológico.
La apertura, la discusión pública, "es tal vez el único camino que tiene nuestra cultura para reaccionar al dolor causado por los abusos sexuales cometidos por exponentes del clero. Os pido que recéis por el trabajo de nuestra Abadía, con el resto de nuestra amada Iglesia, para aliviar el dolor causado y para prevenir el dolor futuro".
Eduardo Galeano
Si la maquinaria militar no mata, se oxida. El presidente del planeta anda paseando el dedo por los mapas, a ver sobre qué país caerán las próximas bombas. Ha sido un éxito la guerra de Afganistán, que castigó a los castigados y mató a los muertos; y ya se necesitan enemigos nuevos.
Pero nada tiene de nuevo las banderas: la voluntad de Dios, la amenaza terrorista y los derechos humanos. Tengo la impresión de que George W. Bush no es exactamente el tipo de traductor que Dios elegiría, si tuviera algo que decirnos; y el peligro terrorista resulta cada vez menos convincente como coartada del terrorismo militar. ¿Y los derechos humanos? ¿Seguirán siendo pretextos útiles para quienes los hacen puré?
Hace más de medio siglo que las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y no hay documento internacional más citado y elogiado.
No es por criticar, pero a esta altura me parece evidente que a la declaración le falta mucho más que lo que tiene. Por ejemplo, allí no figura el más elemental de los derechos, el derecho a respirar, que se ha hecho impracticable en este mundo donde los pájaros tosen. Ni figura el derecho a caminar, que ya ha pasado a la categoría de hazaña ahora que solo quedan dos clases de peatones, los rápidos y los muertos. Y tampoco figura el derecho a la indignación, que es lo menos que la dignidad humana puede exigir cuando se la condena a ser indigna, ni el derecho a luchar por otro mundo posible cuando se ha hecho imposible el mundo tal cual es.
En los 30 artículos de la declaración, la palabra libertad es la que más se repite. La libertad de trabajar, ganar un salario justo y fundar sindicatos, pongamos por caso, está garantizada en el artículo 23. Pero son cada vez más los trabajadores que no tienen, hoy por hoy, ni siquiera la libertad de elegir la salsa con la que serán comidos. Los empleos duran menos que un suspiro, y el miedo obliga a callar y obedecer: salarios más bajos, horarios más largos, y a olvidarse de las vacaciones pagadas, la jubilación y la asistencia social y demás derechos que todos tenemos, según aseguran los artículos 22, 24 y 25. Las instituciones financieras internacionales, las Chicas Superpoderosas del mundo contempóraneo, imponen la "flexibilidad laboral", eufemismo que designa el entierro de dos siglos de conquistas obreras. Y las grandes empresas multinacionales exigen acuerdos unionfree, libres de sindicatos, en los países que entre sí compiten ofreciendo mano de obra más sumisa y barata.
No figura en la lista el derecho humano a disfrutar de los bienes naturales, tierra, agua, aire, y a defenderlos ante cualquier amenaza. Tampoco figura el suicida derecho al exterminio de la naturaleza, que por cierto ejercitan, y con entusiasmo, los países que se han comprado el planeta y lo están devorando. Los demás países pagan la cuenta. Los años noventa fueron bautizados por las Naciones Unidas con un nombre dictado por el humor negro: Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Nunca el mundo ha sufrido tantas calamidades, inundaciones, sequías, huracanes, clima enloquecido, en tan poco tiempo. ¿Desastres "naturales"? En un mundo que tiene la costumbre de condenar a las víctimas, la naturaleza tiene la culpa de los crímenes que contra ella se cometen.
"Todos tenemos derecho a transitar libremente", afirma el artículo 13. Entrar, es otra cosa. Las puertas de los países ricos se cierran en las narices de los millones de fugitivos que peregrinan del sur al norte, y del este al oeste, huyendo de los cultivos aniquilados, los ríos envenenados, los bosques arrasados, los precios arruinados, los salarios enanizados. Unos cuantos mueren en el intento, pero otros consiguen colocarse por debajo de la puerta. Una vez adentro, en el paraíso prometido, ellos son los menos libres y los menos iguales.
"Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos", dice el artículo 1. Que nacen, puede ser; pero a los pocos minutos se hace el aparte. El artículo 28 establece que "todos tenemos derecho a un justo orden social e internacional". Las mismas Naciones Unidas nos informan, en sus estadísticas, que cuanto más progresa el progreso, menos justo resulta. El reparto de los panes y los peces es mucho más injusto en Estados Unidos o en Gran Bretaña que en Bangladesh o Ruanda. Y en el orden internacional, también los numeritos de las Naciones Unidas revelan que diez personas poseen más riqueza que toda la riqueza que producen 54 países sumados. Los dos terceras partes de la humanidad sobreviven con menos de dos dólares diarios, y la brecha entre los que tienen y los que necesitan se ha triplicado desde que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Crece la desigualdad, y para salvaguardarla crecen los gastos militares. Obscenas fortunas alimentan la fiebre guerrera y promueven la invención de demonios destinados a justificarla. El artículo 11 nos cuenta que "toda persona es inocente mientras no se pruebe lo contrario". Tal como marchan las cosas, de aquí a poco será culpable de terrorismo toda persona que no camine de rodillas, aunque se pruebe lo contario. La economía de guerra multiplica la prosperidad de los prósperos y cumple funciones de intimidación y castigo. Y a la vez irradia sobre el mundo una cultura militar que sacraliza la violencia ejercida contra la gente "diferente", que el racismo reduce a la categoría de subgente. "Nadie podrá ser discriminado por su sexo, raza, religión o cualquier otra condición", advierte el artículo 2, pero las nuevas superproducciones de Hollywood, dictadas por el Pentágono para glorificar las aventuras imperiales, predican un racismo clamoroso que hereda las peores tradiciones del cine. Y no sólo del cine. En estos días, por pura casualidad, cayó en mis manos una revista de las Naciones Unidas de noviembre del 86, edición en inglés del Correo de la Unesco. Allí me enteré de que un antiguo cosmógrafo había escrito que los indígenas de las Américas tenían la piel azul y la cabeza cuadrada. Se llamaba, créase o no, John of Hollywood.
La declaración proclama, la realidad traiciona. "Nadie podrá suprimir ninguno de estos derechos", asegura el artículo 30, pero hay alguien que bien podría comentar: "¿No ve que puedo?". Alguien, o sea: el sistema universal de poder, siempre acompañado por el miedo que difunde y la resignación que impone.
Según el presidente Bush, los enemigos de la humanidad son Irak, Irán y Corea del Norte, principales candidatos para sus próximos ejercicios de tiro al blanco. Supongo que él ha llegado a esa conclusión al cabo de profundas meditaciones, pero su certeza absoluta me parece, por lo menos, digna de duda. Y el derecho a la duda es también un derecho humano, al fin y al cabo, aunque no lo mencione la declaración de las Naciones Unidas.
Tomado de la edición de Brecha, Montevideo