Carta a las Iglesias AÑO XXI, Nº 505-506 1-30 de septiembre de 2002

 

 

 

INDICE:

 

EDITORIAL: 15 de septiembre ¿Dios, Unión, Libertad?

REALIDAD NACIONAL: La ley defensa nacional

 

DE LAS COMUNIDADES: El Salvador. Palabras de Monseñor Gregorio Rosa. El 15 de septiembre.

 

IGLESIA LATINOAMERICANA: Entrevista a don Samuel Ruíz

 

DERECHOS HUMANOS: Un planeta que hay que salvar

COMENTARIOS: Alrededor del 11 de septiembre

 

 

 

15 de Septiembre

¿Dios, Union, Libertad?

El presidente Flores, en su discurso del 15 de septiembre, abordó el tema de la libertad en el país, pero en el discurso del 1° de septiembre fue más audaz y comentó las tres palabras de la bandera nacional.

Dios está "por encima de todo"... Todos "estamos con Dios y Dios, estamos seguros, está con nosotros".

"Hoy más que nunca estamos unidos para juntos labrarnos un futuro mejor".

"Hoy más que nunca... vivimos en libertad".

Palabras audaces en verdad. Si sirven como recurso literario para apuntar a la utopía de cómo debieran ser las cosas, quizás se pueden perdonar. Si intentan reflejar la realidad del país, son un engaño. Y si quieren dar esperanza a un pueblo desencantado, son un sarcasmo.

¿Libertad? Hay más libertad de expresión, en el sentido de que corren menos riesgos y persecución que antes quienes dicen lo que piensan. Pero el ejercicio de esa libertad cuesta dinero, a veces muchísimo dinero, que muy poca gente tiene. Libertad sin dinero, deja de ser libertad en este país. Además, entre los que tienen dinero para hablar muy pocos tienen voluntad de verdad, con lo cual la libertad de expresión es muchas veces encubridora o sirve al engaño y la mentira, es decir, sirve exactamente a lo contrario de lo que debiera ser una de sus finalidades: decir verdad.

Hay libertad de movimiento sin los peligros de antes, aunque la violencia sigue produciendo miedo. Lo que muchas veces no hay es libertad para quedarse en el lugar en que uno vive. Y así decenas y cientos de miles huyen, forzosamente, sin libertad, a Estados Unidos para poder vivir allí y enviar dinero para sobrevivir aquí. Libertad sin vida mínima ni trabajo fijo es vana. "La libertad sin justicia es como una flor sobre un cadáver", que dice Pedro Casaldáliga.

Internacionalmente, el país es libre y soberano, pero tuvo que apoyar la guerra de Bush padre y ahora la de Bush hijo –sobre todo ahora que éste es el mejor amigo del presidente. A nivel económico, el país tiene que obedecer al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a la Organización Mundial del Comercio. "Globalización" se llamará a todo esto. Pero más atinado es hablar de "dependencia" o de la malsonante "esclavitud".

¿Unión? Lo que más abunda es "el sálvese quien pueda". Y es comprensible: continúan las dos grandes raíces de la desunión, más aún, del antagonismo y del conflicto.

A nivel económico es un escarnio hablar de unión cuando unos pocos siguen acumulando recursos y generando un abismo injusto y cruel entre ellos y las mayorías. El agravio comparativo es infame: mansiones y champas. Obviamente no basta con haber nacido salvadoreño para tener parecidas oportunidades de sobrevivencia y gozar de parecidos derechos humanos. Hoy por hoy, más importante es pertenecer, si no ya a las catorce familias, sí a las minorías que viven en una abundancia insultante, que ser ciudadano de este país. La cédula no iguala ni unifica.

A nivel de la familia salvadoreña, sigue sin arreglarse –como sería de desear– la tensión entre victimarios y víctimas. Han mejorado las cosas, pero no se han resuelto del todo, ni mucho menos se han resuelto bien. Aunque algunos lo ofrezcan, no existe la reconciliación social, pues las amnistías han hecho imposible el perdón social. Muchos victimarios viven hoy tranquilamente, y no se dejan perdonar, aunque las víctimas quisieran hacerlo. La corrupción, es decir, el dañar y perjudicar unos a otros, campa por sus respetos. En las cúpulas de todo tipo el egoísmo puede ser feroz. Sobre estas bases no es posible el camino de la unificación que genera unión.

¿Dios? El 6 de agosto de 1970, el Padre Rutilio Grande predicó la homilía solemne del Divino Salvador y comentó las mismas tres palabras de la bandera nacional. Al llegar a "Dios" no lo definió abstractamente como "el todopoderoso", "el Sumo hacedor" u otras expresiones que hasta los mayores criminales han usado en este país. Dijo que Dios es "el Padre de nuestro Señor Jesucristo". Y empezó a hablar de Jesús para ver quién es ese Dios y para ver sí y cómo se nota su presencia en el país.

"El evangelio del Sumo profeta Jesús es claro y perentorio, es dulce y audaz, es suave y áspero, con la aspereza propia del Dios que sana por medio de ella; es bienaventuranza en algunas de sus páginas, pero también es maldición tremenda en otras páginas no menos verdaderas: "apártense de mí malditos, los que no vivieron con amor"... Tomó posturas críticas frente a los ricos sin conciencia y sin entrañas, diciendo que difícilmente entrarán en el Reino de los cielos si persisten en sus actitudes. En cambio recibió con bondad acogedora a los ricos que como Zaqueo reconocieron sus errores, sus estafas y abusos de poder... Jesucristo dijo siempre la verdad, y fue crucificado. No quedó para siempre encerrado en una tumba. Su vida y su muerte fueron un paso para la transfiguración total de la resurrección". (Esta homilía, por cierto, le costó a Rutilio el rectorado del seminario, mientras que el entonces presidente Fidel Sánchez le envió un ejemplar encuadernado de la constitución).

El Dios de Rutilio, ¿es el Dios de todos? ¿Abunda este Dios en el país? ¿Es éste el Dios del discurso del presidente? Sí es el Dios de Monseñor Romero, de los mártires salvadoreños. Es el Dios de los pobres, despojados de alimentación, salud, educación, vivienda, tierra; de aquellos a quienes se les arrebata la dignidad humana, la palabra y hasta el nombre; de aquellos de quienes no se hace memoria. Ellos sí pueden invocar a Dios sin ruborizarse.

Creyendo en ese Dios y viviendo como su hijo Jesús, sí puede haber libertad. Esta ya no es el requisito para hacer lo que nos plazca, ni mucho menos lo que posibilita la acumulación (libertad económica) con la consiguiente pauperización de las mayorías sin que nadie lo impida. La libertad que viene de Dios es la que está al servicio del amor a los demás y a los más pobres. Libertad es vivir de tal modo que nada es obstáculo para hacer el bien. Libertad es estar dispuesto al amor mayor, al dar la propia vida. Así hablaba Jesús: "Nadie me quita la vida, yo la entrego voluntariamente".

Creyendo en ese Dios y viviendo como su hijo Jesús, sí puede haber unión. Esta ya no es el conglomerado de salvadoreños y salvadoreñas, que viven en 20,000 kilómetros cuadrados, gozando unos de mucho y muchos de muy poco. La unión no se mide por el número de seres humanos que coexisten, aunque no convivan, sino que es real cuando un pueblo se asemeja a una familia humana. Jesús llamaba a esa familia el "Reino de Dios". En ese Reino las lanzas se transforman en arados, quien trabaja en la milpa come de sus frutos y quien construye casas habita en ellas. Y entonces, como dice Dios, por boca de Isaías, "nadie hará ya daño en todo mi monte santo".

¿Qué Dios es el que queremos que esté en la bandera? ¿Qué Dios necesita el país? ¿El Dios etéreo, de todos por igual, a quien intentan comprar con dinero los que lo tienen en abundancia o el Dios de justicia, compasivo, tierno y cariñoso hacia los débiles? El primer dios no existe, es una ficción interesada. El otro, el de Monseñor Romero, es el que de veras ilumina y anima a humanizar. "La gloria de Dios es el pobre que vive", dijo Monseñor, y de ese Dios el país tiene urgente necesidad.

 


 

 

La ley de defensa nacional

Bajo la iniciativa de Estados Unidos

A principios de enero del presente año desde el Ministerio de la Defensa Nacional salió a la luz el Proyecto de Decreto Legislativo que contenía la Ley de la Defensa Nacional. Este documento, junto con la Iniciativa de Ley del Presidente de la República, fue enviado a la Asamblea Legislativa para ser sometido a su aprobación. El tiempo pasó y el asunto no recibió mayor atención por parte de los medios de comunicación; tampoco quienes estaban involucrados directamente en la discusión –funcionarios de gobierno y diputados– hablaron más del tema. Súbitamente, en agosto –casi ocho meses después de la iniciativa del Ejecutivo–, la Ley de la Defensa Nacional salió de nuevo a relucir, esta vez con una insistencia mediática digna de mejores causas.

¿Cuál es el sentido y a qué responde la ley de defensa abanderada por el Ejecutivo? Hay que tener en cuenta que El Salvador no contaba con una ley de defensa, puesto que la vigente desde 1961 –la Ley Orgánica de la Defensa Nacional– fue derogada en abril de 1994. Esto quiere decir que, desde 1994 hasta la fecha, ha habido un vacío jurídico en materia de defensa y seguridad nacionales. El Decreto Legislativo 948 pretende llenar ese vacío que, entre otras cosas, dejaba en el aire las atribuciones de la Fuerza Armada.

Ciertamente, El Salvador puede vivir mucho tiempo sin esa ley, pero hay un par de acontecimientos que han forzado la decisión de contar pronto con ella: a) los atentados terroristas del año pasado del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que han llevado a este país a buscar el resguardo de la frontera sur, a través del reforzamiento de los aparatos militares de la región; y b) la profundización del combate contra el narcotráfico a través del Plan Colombia, lo cual exige la integración de los sistemas militares y de seguridad del continente. Más localmente, el descubrimiento de un mapa que data de la época colonial –en el cual presuntamente se hallan dibujadas las fronteras históricas de El Salvador– ha encendido los ánimos nacionalistas de los políticos de derecha, que no han tardado en reabrir el litigio fronterizo con Honduras, haciendo ver que en ello se juega la soberanía nacional, lo cual es un asunto de defensa nacional.

La combinación de estas tres coyunturas –el combate contra el terrorismo y el combate contra el narcotráfico, ambos encabezados por Estados Unidos, y la reapertura de la disputa territorial con Honduras– con la necesidad de llenar un vacío legal acerca del rol de la Fuerza Armada después de la firma de los Acuerdos de Paz se tradujo en la iniciativa del Ejecutivo.

Así pues, la Ley de Defensa no obedece a motivaciones puramente internas –por más que sus redactores proclamen a viva voz su compromiso nacionalista–, sino que se inserta en el esquema de fortalecimiento militar auspiciado por Estados Unidos y del cual las fuerzas armadas latinoamericanas son una pieza más. De lo que se trata, en este esquema, es de dotar de mayor presencia a los aparatos militares y de seguridad. La ley de defensa responde a esa lógica. En consecuencia, lo que se busca con la misma es dar protagonismo a la Fuerza Armada en la vida nacional, un protagonismo perdido una vez que se firmaron los Acuerdos de Paz y se derogó la Ley Orgánica de la Defensa Nacional de 1961.

Es claro que para dar legitimidad a ese protagonismo se tiene que buscar un sostén de peso –como lo es la "Defensa Nacional"– ante el cual no quepa más que rendirse incondicionalmente. Si además la defensa nacional se presenta como el medio para lograr el desarrollo sostenible –aunque no queda claro cómo es que ambas cosas se vinculan–, son pocos los reparos que se pueden poner al protagonismo militar. El argumento es simple, pero contundente: si el desarrollo sostenible es un asunto de defensa nacional, y la Fuerza Armada es la garante de esta última, no puede haber desarrollo sostenible sin la presencia de la Fuerza Armada. Así de fácil, los militares vuelven al centro de la vida nacional sin que muchos de los adalides de la democracia digan esta boca es mía. Los políticos de derecha han aprovechado la oportunidad para intentar recuperar a la Fuerza Armada como uno de los ejes del poder político.

El regreso de "la seguridad nacional"

No hay nada nuevo en la Ley de Defensa Nacional del 2002. Más aún, es una mala versión de una doctrina –la Doctrina de la Seguridad Nacional– que sirvió a las dictaduras militares del cono sur para legitimar la violencia estatal contra quienes, para los militares, eran una amenaza para la civilización occidental y cristiana. En aquellos tiempos, el más miope nacionalismo se unió al más rabioso anticomunismo para dar a luz a una visión de la defensa nacional que sólo podía garantizarse a partir de la supresión de los derechos fundamentales de los ciudadanos. En el mundo actual –un mundo en el que los conceptos tradicionales de soberanía y nación están siendo sometidos a una drástica revisión por no responder a la dinámica de la globalización– la Doctrina de la Seguridad Nacional es algo obsoleto.

Pretender sustentar una ley de defensa en base a tal doctrina es algo totalmente absurdo. Sin embargo, los políticos de derecha –desde el Presidente Flores a los diputados de ARENA y el PCN– han unido sus voces para formar un coro unánime en favor de un planteamiento de la defensa nacional fuera de lugar. Es obvio que el presidente, sus asesores militares y los diputados de derecha no tenían otra cosa a mano, para elaborar sus propuestas, más que las ideas de seguridad nacional que les heredaron sus predecesores en la cruzada contra el comunismo. Si a esa pobreza de recursos se añaden las propias añoranzas autoritarias de la derecha, no es difícil explicar por qué ha visto la luz algo tan aberrante, antidemocrático y contrario a los dinamismos de la sociedad mundial como el Decreto Legislativo No. 948. La defensa nacional sólo tiene sentido cuando hay amenazas a la nación, reales o posibles, en perspectiva. Es decir, la defensa nacional supone preparar a un país para la guerra. Los militares latinoamericanos libraron su guerra contra los "enemigos internos", a los cuales desaparecieron, torturaron y asesinaron. ¿Cuáles son los enemigos internos que el gobierno de Flores se prepara a combatir en nombre de la defensa nacional? ¿Las protestas de los pobres, descontentos con el incremento de los precios, el desempleo y la falta de oportunidades? ¿O acaso se busca de nuevo defender a la nación de la "lepra roja"?

Vaya uno a saber lo que se traen entre manos los adalides de la defensa y la seguridad nacionales. Lo que sí es cierto es que nada bueno puede esperarle al país si los militares vuelven a convertirse en los garantes últimos –jueces y verdugos– de aquéllas. Más allá de aspectos puntuales, es el propósito de fondo de la Ley de la Defensa Nacional la que debe despertar la más que justificada reserva crítica; con ella, los militares salvadoreños vuelven a convertirse en el bastión del poder presidencial. No es otra cosa la que se desprende del Artículo 18 del Decreto 948 en su última formulación: "El Ministerio de la Defensa Nacional será el organismo asesor principal del Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada, en lo relativo a la Defensa Nacional".

Formulaciones como ésta son el verdadero problema de la Ley de Defensa, pues en ellas se expresa la mentalidad autoritaria de quienes la auspician. Concretamente, la formulación citada se ha mantenido inalterada a lo largo de los distintos documentos que han salido a relucir en torno a la Ley de Defensa. Se plantea tal cual en el documento elaborado por el Ministerio de Defensa, de enero del 2002 (Art. 20), y se mantiene con leves variantes en las dos versiones del Decreto 948 elaboradas por la Asamblea Legislativa (Art. 18).

CIDAI

 


 

 

EL SALVADOR

Palabras de Monseñor Gregorio Rosa el 15 de septiembre

"La semana pasada fue la semana del Migrante. Según un estudio tenemos fuera del país del 20 al 25 por ciento de la población, y hay como diez mil compatriotas de los que nunca se supo nada. Se supone que murieron en el camino. Ahora mismo el impacto que tiene este fenómeno en todas las familias, sobre todo en las familias jóvenes cuando un esposo recién casado, con hijos pequeños, tiene que irse. O la esposa, o los dos tienen que irse. ¿Qué pasa con esos niños? ¿Qué pasa cuando él o ella deciden formar un nuevo hogar? Este drama muestra cómo esos dólares de los que tanto se habla en el aspecto positivo, nos cuestan muy caro.

Por otra parte todos los estudios indican que en América Latina, y también en El Salvador, se han deteriorado las políticas sociales: salud y educación son cada día un verdadero desafío para las familias pobres. Además la pobreza ha crecido. La brecha entre ricos y pobres se ha agrandado. Somos el continente con más inequidades en el planeta. Esto indica que tenemos desafíos colosales...

Tenemos una tentación permanente en América Latina, y es que condicionamos a lo económico todo; y la persona queda marginada. Hay que poner las cosas exactamente al revés; aunque los proyectos vayan más lentos, aunque sean menos faraónicos y menos ambiciosos: el bien común es el que cuenta. La globalización, si no se humaniza y si no se acompaña de solidaridad, es una globalización que termina destruyendo a la persona porque se vuelve contra ella...

En tiempos de Monseñor Romero se dio la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público. Esta es una revisión de eso con ciertos maquillajes. En aquella época lo principal era defender el orden matando a la gente que pedía un orden diferente. Pero era un desorden lo que había, una represión, una dictadura, una injusticia estructural. Al que quería estar en contra, se le acusaba de crear desorden. Esa era la lógica que había en la ley a la cual Monseñor se opuso frontalmente. Reiteradamente la tentación viene, de convertir al ciudadano en un delator. Eso es un crimen, sobre todo cuando decimos que estamos en democracia. Es el mismo síndrome de Bush: que atacan a los pobres inmigrantes etiquetándolos ya de terroristas, mientras los verdaderos terroristas caminan con tranquilidad y hacen de las suyas. El enemigo no es ése. El enemigo es la injusticia, la marginación, la falta de oportunidades, la falta de un serio combate a la pobreza".

Atropello de la policía en la parroquia María Madre de los Pobres

El 18 de septiembre una patrulla del sistema de emergencia del 911 entró a un gimnasio que es administrado por la parroquia Santa María madre de los pobres. En el lugar conocido como "La casa", en donde se atiende a drogadictos, se encontraba un joven que fue capturado. Al enterarse de la captura el párroco Padre Miguel Vásquez, S.J. , se presentó al lugar para averiguar lo sucedido y anotó el número de identificación de uno de los policías (05789).

La respuesta del agente fue capturar al sacerdote y acusarlo de obstruir el procedimiento. Algunos vecinos le preguntaron al agente por qué arrestaba al párroco, pero el policía se negó a dar razón alguna. Los vecinos se opusieron a la captura y comenzó el enfrentameinto con la policía. En la refriega empujaron al suelo a una monja española, María Teresa Sebrián, y golpearon también al joven Marcos Cruz Castillo, enfermo mental, que por su impedimento no atendió a una orden del policía. Pidieron refuerzo policial, por lo que llegaron cinco carros patrulla. Lo que puso más nerviosa a la gente es que un policía hizo dos disparos contra el suelo.

El padre Miguel fue trasladado a la delegación de policía, donde fue tratado civilizadamente. La cosa no pasó a más, y el sacerdote fue liberado, pero refuerza el clima de miedo a la policía que existe en el país. En una conferencia de prensa el P. Miguel dijo:

"Queremos que se apliquen los correctivos necesarios y que la PNC sea una institución verdadera, que dé seguridad ciudadana... Esperamos que tanto atropello en el país no se quede sin castigo y que, en vez de andar promoviendo leyes como la de Defensa Nacional, se aplique la justicia".

 

Lectura popular de la Biblia. Comunidad de Zonacosta

¿Oyeron ustedes el grito de la Cananea? (Mt 15, 21-28). A Jesús nadie lo deja tranquilo en un mundo extraviado y aplastado. Al momento en que quería apartarse de las acusaciones de los líderes religiosos y partió a tierra de "paganos", ahí mismo se encontró con la enorme necesidad de la gente abandonada. Se le acercó una cananea, lo cual ya era provocador, porque Jesús, un judío, no trataba con paganos incrédulos. Jesús, por su parte, al tratar con ella, estaba provocando más acusaciones contra él porque se acercaba a gente que no creía en el Dios de los judíos.

En un primer momento encontramos a un Jesús-judío grosero. "No es bueno dar el pan de los hijos a los perros" (Mt 15,26). Pero ante la insistencia de la mujer, que superó la ofensa, el Jesús-judío se deja vencer por el Jesús-sensible a la necesidad humana.

Ahora nos toca a nosotros interpretar nuestras acciones y preguntarnos si vamos a ser seguidores de la Cananea o del Jesús sensible. Muchas veces, como "buenas personas religiosas", nos hacemos seguidores de la Cananea y vamos con nuestras necesidades a Jesús, para que nos alivie en este duro caminar. Y pedimos con "fe", decimos, mientras apretamos los dientes para demostrar que nuestra "fe" es auténtica. Pero pocas veces nos hacemos seguidores del Jesús que oye el clamor del pueblo, y no le importa el "que dirán" y restaura la vida. Esto sería ser seguidor del Jesús sensible, presente en la Iglesia, presente en los cristianos.

Para ser seguidor de ese Jesús será preciso oír los gritos de hoy. ¿Oyeron ustedes el grito de la Cananea? En la cumbre de la tierra en Sudáfrica se dijo que nuestro mundo tiene islitas de riqueza en medio de un mar de pobreza. 65% de la población mundial carece de agua potable y servicios básicos. En El Salvador sentimos el aumento de la pobreza. La creciente emigración es el reflejo de la realidad. "Aquí no se hace nada", es el clamor. Y por querer a sus hijos, los padres los abandonan para poderles dar de comer. En El Salvador hay más cantinas que escuelas. Nuestro sistema está más interesado en salvaguardar las ganancias de unos pocos que en dar salud y educación al pueblo. Cuando el grito se hace más fuerte, muchas veces se oye decir: "Despáchala, porque molesta" (Mt 15, 23). Y con las mismas palabras groseras oímos decir: "Están politizando el asunto". Será necesario que el grito de inconformidad con la injusticia y la mentira crezca para que el Jesús-sensible presente en medio de nosotros haga el milagro con nosotros? ¿O será que nosotros hemos capturado a Jesús en lugar de proclamarlo?

Sea como sea, los pobres siguen gritando. Los seguidores de Jesús deben dar a conocer la voluntad de Dios. El texto de la Cananea nos ilumina.

 

Entrevista con Rosa García, afectada por el proyecto del Anillo Periférico

"La riqueza es necesaria para el progreso de los pueblos, no lo vamos a negar. Pero un progreso como el nuestro, condicionado a la explotación de tantos que no disfrutarán nunca los progresos de nuestra sociedad, no es pobreza evangélica. ¿De qué sirven hermosas carreteras y aeropuertos, hermosos edificios de grandes pisos si no están más que amasados con sangre de pobres que no los van a disfrutar" (15 de julio de 1979).

Parece como si estas palabras de Monseñor Romero hubieran sido pronunciadas ayer mismo, como respuesta, desde los pobres, al proyecto del Anillo Periférico. Siguiendo el espíritu de Romero, queremos ofrecer este modesto espacio a la voz y sentir de nuestra gente. Necesario es escuchar la opinión de analistas y expertos en el tema, pero más necesario aún es escuchar la opinión de las personas directamente afectadas por el Anillo Periférico.

El día 17 de septiembre conversamos en el cantón Calle Real de Ciudad Delgado, con Rosa García. Su casa de dos plantas, construida poco a poco, con mucho esfuerzo y sacrificio, desde hace más de 30 años, será derribada. Allí mismo se levantarán los pilares de uno de los retornos de un tramo del Anillo Periférico. La niña Rosa no solamente pierde la casa, sino también la fuente de ingresos, pues en la casa, como en muchos hogares de El Salvador, tiene un molino y una tienda con la que ha logrado sacar adelante a su familia.

¿Cuándo supo que su casa será derribada?

En el mes de febrero de este año me visitaron unos ingenieros del MOP. Vinieron con unos planos y ahí se mira que yo estoy marcada. Es la parcela 2048 del tramo periférico norte. Fíjese, vinieron por los días del aniversario del terremoto. Para mí esa visita fue peor que los terremotos, porque voy a perder la casa.

¿Y no le han ofrecido indemnización?

Cómo no. En marzo nos llamaron a una consulta a la Feria Internacional. Ellos lo llamaron, así, consulta, pero no nos dijeron "ustedes tienen derecho a opinar", nada. No nos dieron oportunidad de hablar, eso no fue una consulta, fue un informe. Nos dijeron que van a hacer una evaluación del valor de las casas afectadas y que 30 días después de realizar esa evaluación nos entregarían los cheques.

¿Usted les creyó?

No. Porque hasta la vez no han venido a evaluar la casa, lo que han venido es a meter las máquinas a la fuerza. Se metieron en la calle Las Mulas y después en Las Maniguas. Ellos dijeron que toda la gente estaba de acuerdo, pero eso no es cierto. Nunca dan una noticia como debe ser. Además ¿por qué les voy a creer si no es la primera vez que me pasa esto? Cuando ampliaron la calle de la Troncal del Norte, me quitaron la verja y el jardín que tenía delante de la casa. Usted puede ver que la carretera pasa pegada a la casa. La expropiación de ese terreno nunca me la indemnizaron. Por eso yo no tengo confianza que ahora van a pagar. Para decirlo más claro. nos han venido robando.

¿Todas las familias afectadas se oponen a la construcción del Anillo Periférico?

Hay algunos que apoyan el Anillo Periférico, son unos poquitos. El gobierno divide a la comunidad. Pero yo sé que la mayoría no estamos de acuerdo. El gobierno dice que nos va a dar trabajo y que este proyecto es para el desarrollo del país. Desarrollo ¿para quiénes? No es un desarrollo para el pueblo, es para unos pocos. Ellos lo hacen para tener más riquezas y no les importa las necesidades de la mayoría.

¿Para usted qué es el desarrollo?

Que haya ocupación para toda la gente y que los salarios sean buenos. Que tengamos vivienda, salud, que respeten el medio ambiente.

Usted participa en la comunidad cristiana, ¿ha sentido el apoyo?

Muy poco. La comunidad cristiana es indiferente. Muchos no dicen nada por temor a la represión del gobierno.

¿Como ve el futuro? ¿Cree que habrá una solución?

Nos hemos organizado en la Asociación de Comunidades Afectadas por el Anillo Periférico, las siglas son ACAP. Nos reunimos todos los martes. Hemos presentado alternativas pero no nos escuchan.

Si llegan a botar su casa, ¿cómo le va a hacer?

Volver a empezar de cero. A mis años es duro. Si levantar esta casa nos costó tantos sacrificios, no le digo ahora que todo está más caro. No sé...

Miguel Cavada Diez

 

De Johannesburgo a Jiquilisco

Uno de los principales problemas abordados en la cumbre mundial de la tierra en Johannesburgo, Sur África, fue el de la contaminación. Y no era para menos. En la actualidad se vierten en todo el planeta de 6 a 20 toneladas de mercurio a ríos, mares y atmósfera. Se envenenan más de 8 mil personas por plaguicidas. Se producen 1.360 toneladas de residuos peligrosos. Se usan casi 7 mil toneladas de plaguicidas en la agricultura. Se blanquean 400 mil toneladas de papel con cloro. Estos datos a nivel planetario, tienen su concreción en la vida ordinaria de poblaciones como la de Jiquilisco, en el departamento de Usulután. En efecto, en la zona se han hecho varios estudios sobre la contaminación ambiental, en los que se constata problemas tales como: residuos de insecticidas en el manto acuífero superficial, deforestación del 92% del bosque original, mal manejo de los desechos sólidos, en cada ciclo productivo se vierten unos 5 mil litros de paraquat en las tierras agrícolas, la bahía de Jiquilisco, que ocupa casi el 50% de la extensión del municipio, recoge las aguas negras de la cabecera municipal, los desechos hospitalarios y los restos de insecticidas y herbicidas ocupados en las labores agrícolas. Si pasamos de Johannesburgo a Jiquilisco nos encontramos con las siguientes opiniones:

¿Qué sabe usted de la cumbre mundial sobre desarrollo sostenible realizada en África del Sur? ¿Cuáles son los principales problemas medioambientales que tiene la población de Jiquilisco?

"Mire yo no sé gran cosa sobre ese asunto". De los problemas nuestros sí sé bastante. Aquí en Jiquilisco tenemos primero el problema de las calles que son malas. Cuando alguien se enferma, no podemos siquiera sacarlo en vehículo porque éstos no pueden llagar al lugar; hablo de los cantones. Sólo la calle del centro tenemos bien. En ese sentido estamos solos, sin ayuda del gobierno ni del alcalde. Otro problema grave es el agua. Está bien contaminada. Gracias a Dios hemos recibido ayuda internacional para hacerle tratamiento y cavar pozos de donde sacamos agua que no está contaminada. Pero eso ha sido posible por la solidaridad que hemos recibido de afuera. De otro modo, nadie se preocupa por nosotros" (Juan Martínez, Tierra Blanca, Usulután).

"Bueno, según las informaciones que nos han dado algunas organizaciones del medio ambiente, esta cumbre fue un retroceso, sobre todo por el papel negativo que tuvo Estados Unidos. Las instituciones medio-ambientalistas de nuestro país regresaron desilusionadas y la han considerado un fracaso. Parece que no se llegó a nada serio para detener la destrucción y contaminación ambiental. Aquí en las poblaciones cercanas al Río Lempa, nos preocupa la contaminación de ese río. Se sabe que está contaminado con mercurio y el gobierno no hace nada. A pesar que todos lo consideran un río importante del país. Me preocupa que estos temas los políticos los manejen solo políticamente, según sus intereses partidarios y no según las necesidades que tiene la gente. El medio ambiente no debe ser un asunto de propaganda política, sino de compromiso con la vida" (Arturo Escalante, Jiquilisco).

"Esas cumbres son importantes porque a la población le ayudan a prevenirse, ante cualquier desastre que se pueda presentar. Ayudan a tomar conciencia sobre la problemática que tenemos del medio ambiente. Yo estoy trabajando en un consorcio de organizaciones de la sociedad civil en coordinación con la municipalidad de Jiquilisco y la de Nueva Esperanza. Estamos trabajando el proyecto comunitario de desechos sólidos para enfrentar los focos de infección que se están dando a nivel de la zona, y reducir la cantidad de enfermedades que afectan a la población. Por otra parte, estamos trabajando para que la población entienda que ellos tienen que involucrarse en estos proyectos. Sólo así podremos enfrentar los problemas medioambientales que más preocupan a nuestras comunidades: la contaminación del agua, las quemas de cañales, el manejo de los desechos sólidos" (Fidel Reyes Castellano, comunidad Nueva Esperanza, Jiquilisco).

"Mire yo no sé nada de esa asamblea de la que me pregunta, es que casi no oigo noticias. Pero sí sé que el problema del medio ambiente es un problema de salud. Las quemas de cañales, la basura y la contaminación del agua, son las que nos causan un montón de enfermedades a nosotros los pobres. Y si a eso agregamos que no nos alcanza para la comida… Estamos fregados. Aquí es bien común ver a los cipotes o a las personas adultas con enfermedades respiratorias o diarreas. Fíjese que en San Marcos Lempa, la basura se vota en el cementerio. Si uno va a un entierro, regresa enfermo por la gran contaminación que hay. Es un foco de contaminación" (Gladis Escobar, La Papalota, San Marcos Lempa).

"Yo no le puedo decir nada de la cumbre, casi no tengo tiempo para enterarme de lo que dicen los medios. No sé nada de esa cumbre. De los problemas de medio ambiente que tenemos aquí sí. Y muchos de ellos son por culpa nuestra: tantos químicos que nosotros mismos regamos, deforestamos porque no tenemos dinero para comprar una cocina de gas, fumigamos a los zancudos. Contaminamos porque el ganado lo llevamos a los ríos que nosotros mismos ocupamos, tiramos bolsitas de lejía al río, el ganado se orina dentro de los ríos, el veneno que le tiramos al maíz. En todo eso nosotros tenemos mucha responsabilidad. Nosotros también contaminamos" (Orbelina Blanco, comunidad Normandía, Jiquilisco).

"No me he enterado de la cumbre porque nuestro sistema de trabajo no nos lo permite. Es bien poco el tiempo que pasamos en la casa. La mayor parte del tiempo la pasamos trabajando. Si hablamos de los problemas ambientales que tenemos en el país y en el departamento, considero que el gobierno se equivoca cuando le echa la culpa a los ciudadanos. No somos los ciudadanos los culpables. Es un descuido del gobierno que no tiene programas de reforestación ni de protección del medio ambiente. Por ejemplo, hacen grandes carreteras, pero no reforestan ni protegen los mantos acuíferos. Aquí hemos denunciado varias veces el problema de la contaminación del Lempa y no se hace nada. Derriban viejos árboles para abrir caminos y piensan que sembrando algunos palitos se soluciona el problema de la deforestación. Yo por eso pienso que el problema principal no viene de abajo sino de arriba. Del señor gobierno que no se interesa por las poblaciones de las zonas pobres, ni por los problemas ambientales que los pobres tienen" (José Israel Claros, Jiquilisco).

Sondeo de Radio YSUCA


 

 

MEXICO

Entrevista a don Samuel Ruiz

"Los concilios sólo son peligrosos para los prelados de la curia romana"

En América Latina, ¿la iglesia está más comprometida con los pobres y, también, entra más en conflicto con los poderosos?

Todo aquel que opta por el mundo de la pobreza entra en conflicto. Pero la Iglesia tiene que optar. Hay riqueza porque hay pobreza, y hay pobreza porque hay riqueza. La única pregunta que se nos va a hacer al fin de los tiempos es cómo tratamos al pobre. "Tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber". Por eso, América Latina tiene sus mártires y sus santos. Primero cayeron los seglares; después, otras personas, organismos y demás. También entre la jerarquía que asume esta opción hay mártires, que no son, como antes, mártires de la fe, sino mártires de la justicia. Hoy se muere por optar por los pobres. Y ésa es la opción que tenemos que asumir todos los cristianos.

Esto nos lleva a hablar de la teología de la liberación.

No, no. Esto nos lleva a hablar de amor, de justicia. En Europa están equivocados con la teología de la liberación; creen que es marxista. No. La teología es lo último, primero hay que responder ante la realidad. Le pondré un ejemplo. Salgo a la puerta y encuentro a un hombre prepotente que está dando patadas a un niño y lo va a matar. ¿Qué tengo que hacer? ¿Me pongo a pensar con qué tipo de teología debo hablar a ese hombre para que sea eficaz mi palabra? Cuando yo termine de hacerle esa reflexión, ya lo mató. Antes de cualquier reflexión tengo que hacer una opción: interponerme, decirle que está matando al niño. Lo que no puedo hacer es sentirme ajeno y decir "a mí qué me importa que lo mate". Como ser humano y como cristiano no puedo pasar de largo ante la persona malherida de la parábola del Buen Samaritano, como el sacerdote y el levita, a quienes importa más el templo que atender al hombre tirado en el camino por miedo a contaminarse con lo impuro. La reflexión es un paso subsiguiente. Lo primero es la opción. La teología es el resultado, no el inicio, de nuestro trabajo.

Usted participó en el Concilio Vaticano II y ha dicho que fue un concilio europeo, que no fue el concilio de los pobres.

No exactamente. Las dos preocupaciones fundamentales del concilio fueron el diálogo con el ateísmo y la unidad de la Iglesia, el ecumenismo. Pero unos días antes de la inauguración, Juan XXIII introdujo una tercera línea: los pobres. La Iglesia es, y debe ser, Iglesia de todos, pero, para los países subdesarrollados, es Iglesia de los pobres. Pero no fue esa la línea seguida. La reflexión sobre la opción por los pobres no estaba madura. En Europa entonces apenas había pobres.

¿Cómo vivió el concilio? ¿Se enteró del conflicto que hubo entre prelados progresistas y prelados conservadores?

Fui testigo, pero no fui consciente. El peso de aquella experiencia fue tan extraordinario, los documentos eran tan reveladores y deslumbrantes, que no comprendimos el mar de fondo. Nos llamaban la Iglesia del silencio. De la Conferencia Episcopal Mexicana no habló nadie. Pero no estábamos ausentes; estábamos admirados y pasmados.

El cardenal Tarancón ha contado algo parecido en sus memorias. Dijo que se sintió conservador, que no percibió entonces lo que se estaba cociendo allí.

¡Quién no era conservador entonces! Ser conservador era ser observador. Pero, sí, las tendencias que allí se veían, los documentos que llegaban a nosotros, eran reveladores y nos agrraron desprevenidos. Y hubo luchas fuertes en algunos documentos, eso sí que lo vivimos.

Usted ha firmado la petición de un nuevo concilio, junto a medio centenar de prelados y miles de católicos.

No niego esa firma, pero la relativizo en el sentido de que la iluminación que supuso el Vaticano II no se ha agotado. Pero ha habido una sobrecarga de magisterio pontificio que provoca que algunos documentos hayan perdido impacto. Por eso queríamos llamar la atención sobre la necesidad de nuevas reflexiones. Es la misma reflexión que hizo el cardenal Martini hace dos años.

El cardenal de Milán fue criticado por eso con una impiedad asombrosa.

También hubo muchos que le defendieron. Muchos.

Parece como si la jerarquía católica temiera a los concilios. Como si fueran peligrosos.

Sólo son peligrosos para la Curia. Cuando murió en pleno concilio el gran Juan XXIII yo escuché a un monseñor de la Curia rezar por él. Decía: "Que Dios le perdone el daño que ha hecho a la Iglesia con este concilio".

 

ARGENTINA

Carta de sacerdotes a las comunidades

Queridas hermanas y hermanos:

Como sacerdotes que queremos vivir y servir en medio de los pobres, nos encontramos este año en nuestro 16º Encuentro anual. Participamos 83 sacerdotes de diferentes regiones de nuestro país.

Ante la tristeza y el desaliento que siente la mayoría de nuestro pueblo, queremos decirles que estamos desconcertados igual que ustedes. Sabemos que muchas veces no se ven caminos y no se alcanzan a vislumbrar horizontes. Y sabemos también que muchas de las piedras que hay en el camino parecen imposibles de mover. Las fuerzas que nos oprimen parecen todopoderosas. Pero sabemos también que Dios está del lado de las víctimas, porque es un Dios padre de los pobres, un Dios que tiene en los pobres sus preferidos.

Mirando nuestra realidad desde la fe que nos reúne, sin embargo, queremos contarles qué vemos y qué esperamos:

+ ante tanta confusión y desconcierto, vemos claro que hay caminos que son de muerte y proyectos que son de destrucción; encarnados por caudillos de falsas promesas, dirigentes que no son sino gerentes del sistema, que, especialmente en campañas electorales sucias, sólo buscan su perpetuación en el poder o el sostenimiento de la política al servicio del mercado, y que por más aparatos publicitarios y supuestas soluciones mágicas que presenten, en realidad conducen a más caos y más muerte, la que ellos mismos sembraron en sus anteriores etapas.

+ ante los discursos de violencia, y falsa seguridad basada en el temor, la "mano dura", o supuestas alternativas "militarizadas", vemos nítidamente que hay oscuras fuerzas de viejas represiones, terribles desapariciones y horribles atentados contra la vida que sólo pretenden conservar sus espacios de impunidad disimulada en el terror y el miedo.

+ ante supuestas soluciones económicas, especialmente alentadas por funcionarios extranjeros en visita "turística" a nuestro país y a los pobres, y una espera casi mesiánica de ayuda de organismos financieros internacionales que son responsables del desfalco y la rapiña que sufrió nuestro país, vemos ciertamente que los modelos económicos que ellos alientan y pretenden profundizar, no solamente no representan ninguna solución, sino que implican un agravamiento de la crisis y profundización de la muerte.

+ ante la búsqueda por parte de las autoridades de instituciones creíbles que sirvan de pantalla a su sordera con máscara de diálogo, sabemos seguramente que ninguna búsqueda de auténticas soluciones y caminos de vida puede realizarse sin reconocer claramente a las víctimas y los victimarios de nuestra situación, y escuchar privilegiadamente la voz de los pobres tomando irrenunciable e incuestionablemente partido por su situación y por su vida. En este sentido, no entendemos una Mesa del Diálogo en la que los pobres no tengan voz mientras que sí la tengan los banqueros y cámaras empresariales, en la que se "dialogue" desde espacios de poder mientras los débiles sólo sean convidados de piedra en una Mesa a la que no han sido invitados.

Estamos convencidos "que otro mundo es posible", aunque el camino sea incierto. Sabemos que no podemos ni queremos construirlo sin ustedes, que somos más fuertes en comunidad y por eso otros buscan constantemente dividirnos para "devorarnos los de afuera". Como pastores del pueblo de Dios queremos ser voz de los que no tienen voz, y quieren gritar su bronca y sus propuestas, en las calles, en las plazas, en los barrios.

Por todo esto, y ante nuestra realidad, queremos decir:

+ Dios, el Padre de Jesús, no está del lado de los que oprimen, mienten y quieren utilizar a los pobres en las próximas elecciones; Dios está del lado de los que luchan por el pan y el trabajo, Dios está del lado de los que buscan en la solidaridad y la justicia espacios de luz y de esperanza.

+ Dios no quiere que falte el trabajo, que la vida esté amenazada, y sin horizontes; Dios quiere que todos puedan tener un trabajo digno y estable, un salario justo y una familia en paz.

+ Dios no quiere que los poderosos sean impunes, y la justicia esté a su servicio; Dios quiere una justicia defensora de la verdad y de la causa de los débiles y las víctimas.

+ Dios no quiere que la intolerancia, la corrupción, la violencia y la mentira vayan gestando una Argentina supuestamente nueva; Dios quiere que seamos capaces, desde nuestra pobreza, de crear vínculos de solidaridad, de paz y de fraternidad. Porque nadie sobra entre nosotros; y creemos que la resurrección de Jesús se manifiesta en la rebeldía, la resistencia y en no aceptar que la muerte tenga la última palabra de la historia.

Esto lo sabemos, y por eso reafirmamos nuestro compromiso de trabajar para "bajar de la cruz a los pueblos crucificados" siendo una verdadera "Iglesia samaritana" comprometida desde la misericordia con aquellos hermanos que otros despojaron y dejaron medio muertos al borde del camino. Sabemos que así seremos fieles a Jesús y a nuestros hermanos más pobres como proclamó la Virgen María en el Magnificat.

No vemos claro, pero sabemos de qué lado está Dios, y queremos estar allí. Por eso les queremos pedir con toda humildad que nos ayuden a ser siempre fieles al Dios de los pobres, al Padre de Jesús. Ayúdennos a estar siempre del lado de ustedes para ir transitando caminos que nos conduzcan a encontrar vida y a servir a Jesús en los pobres.

San Miguel, 22 de agosto de 2002

 

 


 

 

Un planeta que hay que salvar

La Cumbre de Johannesburgo. 19 agosto-4 septiembre 2002

Michael Czerny, S.J., Sergio Sala, S.J.

Acaba de terminar la Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible. Queremos hacer ahora una valoración global, aun a sabiendas de que sólo a largo plazo, en la mejoría de las condiciones de vida de los pobres de la tierra y en la protección del medio ambiente, se sabrá el mayor o menor éxito de esta cumbre.

Del 19 de agosto al 4 de septiembre de 2002 se celebraron al menos dos grandes conferencias: la Cumbre oficial organizada por la ONU, a la cual fueron invitadas delegaciones nacionales de todo el mundo y representantes de los organismos reconocidos por la ONU, y el Foro Global de la Sociedad Civil, acontecimiento abierto a los movimientos sociales, a las ONG y al público en general. En varias sedes de la enorme ciudad de Johannesburgo tuvieron lugar otros acontecimientos de cierta importancia, como el Foro de la Ciencia o de la Investigación Científica.

Tema central y evaluación global

El tema central ha sido el llamado "gobierno global", problemática emergente del siglo XXI. El debate giraba en torno al problema de qué tipo de valores e instituciones dominarán ese gobierno global. Por un lado, está la Organización Mundial del Comercio (OMC), baluarte del neoliberalismo económico. Por otro, un más equilibrado pero posiblemente débil liderazgo de las Naciones Unidas, que asegurarían el respeto de los derechos humanos, la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Algunos resultados positivos, aunque pequeños, son que el Protocolo de Kioto sobre la emisión de gases y el cambio climático fue aceptado por Canadá, China y Rusia, y más de cien Presidentes del Tribunal Supremo, de todo el mundo, se han comprometido a trabajar por el cumplimiento de las leyes ambientales. Y también que la supremacía de la OCM ha sido rechazada varias veces, aunque no siempre. También son positivos los compromisos, con fechas concretas, en algunas cuestiones importantes, como por ejemplo el saneamiento del agua, la pesca, los productos químicos peligrosos o la lucha contra la pérdida de biodiversidad. Cincuenta naciones se han comprometido a favor de las energías renovables y se reunirán en Bonn en otoño de 2003.

Por otra parte, ha sido negativo la falta de mecanismos significativos para poner en práctica los acuerdos pendientes de la Conferencia sobre el Medio Ambiente de Río de Janeiro de hace 10 años; no ha habido modificaciones de los subsidios agrícolas estadounidenses y europeos que contribuyen directa o indirectamente a que haya pobreza; en muchos acuerdos faltan mecanismos de verificación; tampoco se ha progresado en la línea de una auténtica organización mundial ambiental, mientras que el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) sigue siendo sólo un programa, pero no una organización.

Críticas, resultados y participantes

Por todas partes se ha criticado a la Cumbre, y también nosotros somos críticos con la organización y los resultados. Pero si analizamos bien el asunto, la Cumbre ha sido honesta: sólo dice lo que hay. Si no ha sido un éxito es porque nuestro mundo no es un éxito. El mundo puede ir bien, pero allí donde hay dinero (comercio, finanzas, globalización). También hay que tener en cuenta que, en lo que a problemas técnicos se refiere, el texto oficial sobre el que había que intentar acuerdos ya estaba aprobado casi por completo en las conferencias preparatorias de Johannesburgo, aunque quedaban algunos agujeros negros de la definición de globalización, de los acuerdos económicos y comerciales que ocuparon gran parte de las sesiones oficiales.

Los abucheos contra la retórica de Colin Powell revelaron que el mundo ya no cree a quien dice estar a favor del desarrollo sostenible y se comporta de modo radicalmente opuesto. Estados Unidos ha hecho todo lo imaginable por minar la Cumbre, empezando por los problemas energéticos (no ha habido ningún acuerdo sobre las energías renovables), siguiendo por problemas ambientales (no ha ratificado el Protocolo de Kioto) o problemas políticos (Bush no acudió a Johannesbrgo).

Los grupos reunidos en torno al llamado "centro de interés" no tenían espacio, y lo que dominaba la escena eran los procesos diplomáticos cerrados, incluso más que en el pasado –y lo mismo ocurría con la OMC. Desde ese punto de vista, Johannesburgo no ha hecho otra cosa que reflejar el creciente poder y dominio del comercio y de las grandes compañías. El lado positivo de esta poco halagüeña situación es que estas dinámicas globales han salido a la luz de un modo claro, lo cual supone una mayor concientización de que no es posible ir por delante de las cosas. La ONU demuestra estar en un impasse. Aunque en los últimos diez años ha logrado varios acuerdos sobre el desarrollo social y el medio ambiente, no ha sabido ponerlos en práctica. La posición de la ONU en la escena internacional está debilitada y parece que sólo podrá seguir funcionando como punto de encuentro de todos los Estados del mundo, como punto de referencia lo más imparcial posible. Al fin y al cabo, sigue siendo la única institución democrática del mundo en la que cada estado tiene un voto. Tiene la importante función de intentar resolver los conflictos, pero, como sus decisiones normalmente carecen de sanciones, no parece tener la fuerza suficiente para promover iniciativas importantes. Desde este punto de vista la ONU ha sido superada en vitalidad y prestigio por las grandes ONG, las coaliciones como Eco-Equity, o algunos organismos de la ONU como el Programa por el Medio Ambiente (UNEP) o el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

¿Qué decir de la sociedad civil organizada? En general, se la considera un oasis que rebosa satisfacción, un lugar al abrigo de las aguas revueltas de las tristes cumbres organizadas por la ONU. ¿Ha sido así esta vez? Depende de cómo lo miremos. Si consideramos la cantidad de gente que se dedica con ilusión a ayudar a los más débiles, podríamos decir que sí. Durante nuestras reuniones hemos constatado que ver a tanta gente dedicada esponja el corazón y da fuerzas, y en esto el Foro Global de Johannesburgo no ha sido menos que los que lo han precedido.

Pero si analizamos el Foro Global desde un punto de vista estratégico-político, no podemos hacer una valoración positiva: quizás se debe al hecho de que las expectativas eran distintas de las de las últimas reuniones. En los meses previos a la Cumbre la sociedad civil organizada no estaba considerada como un huésped indeseado (como en Génova o Seattle), o como un movimiento que va por libre (como en el animadísimo Foro Global de Porto Alegre). Se pretendía que la sociedad civil organizada fuera parte del juego, escucharla o al menos permitirla expresarse sin trabas. Sin embargo, nada de esto se ha dado.

Para nosotros la culpa es de ambas partes por igual. Es cierto que la ONU ha despreciado a las ONG, y la presencia del presidente sudafricano M’Beki en la gran marcha del sábado 30 de agosto o la visita de Kofi Annan a Nasrec (sede del Foro Global, media hora de carretera de Sandton, la sede oficial) parecían más un intento por salvar las apariencias que un auténtico interés por las organizaciones pequeñas. Una serie de problemas económicos en la preparación del Foro, como la privatización del centro de congresos con la consiguiente subida de precios, ocasionaron retraso en la preparación. Pero en honor a la verdad hay que decir que la sociedad civil organizada tampoco ha hecho mucho por lograr una unidad de intención, un consenso sobre los temas más importantes. No ha habido un contacto previo entre los organismos que hubieran podido formar un frente común para enfrentarse al desinterés de las delegaciones nacionales. No se aprovechó la oportunidad de comenzar el Foro Global una semana antes, y en Nasrec no se ha suscrito ningún documento significativo. Sabemos que no es fácil llegar a un acuerdo, y nadie pretende una perfecta unidad de intención, pero cuando vemos que la sociedad civil organizada se politiza y comete los mismos errores que critica en los gobernantes, no podemos por menos que dar la voz de alarma.

Tampoco nosotros los jesuitas hemos hecho lo suficiente en ese sentido. En el futuro, para poder influir en estos procesos políticos debemos entrar en el juego con antelación, ya sea a través de reuniones preparatorias, ya sea trabajando más de cerca con las grandes ONG y los movimientos sociales.

El potencial humano multi-étnico reunido es enorme: seminarios con contenidos interesantísimos, personas que han dedicado su vida al servicio de los más pobres, ideas innovadoras... No puede decirse que falte capacidad para ser interlocutores de las delegaciones nacionales. Lo que falta son personalidades que sean referentes capaces de trascender los objetivos de una comunidad.

Estamos a la espera de un nuevo Ghandi, un nuevo Mandela, una nueva figura extraordinaria que no se deje seducir por un puesto brillante, sino que haga de su carisma un servicio para los que no tienen voz, uniendo las voces de los dispersos. Al comienzo de la Cumbre pudimos ver cómo también entre las ONG existe una cierta diferencia norte-sur. De hecho, las ONG europeas y norteamericanas demostraban tener mayores posibilidades financieras y una trayectoria a sus espaldas. Las ONG africanas empiezan a moverse, con menos recursos. No se ha hecho el necesario trabajo complementario y concertado.

La experiencia de un grupo de jesuitas

Quisiéramos terminar este artículo sobre la Cumbre con lo que para nosotros, como jesuítas, ha sido el verdadero éxito de nuestro viaje: la experiencia comunitaria de la delegación jesuita, formada por 18 sacerdotes, 4 escolares en formación, 7 colaboradores, incluidos tres miembros de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) sudafricana. La variedad interna del grupo era grande, y los orígenes muy diversos, tanto geográficos (17 países representados) como de formación. Sin embargo todos compartíamos un mismo objetivo: llevar la voz de los pobres a la Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible siguiendo el Evangelio. Las jornadas se desarrollaban a buen ritmo: misa a las 7: 00, salida a las sedes de la Cumbre, a mediodía un sandwich, regreso a las 18:00, cena, reunión de revisión del día, preparación del siguiente y de los aportes para los media.

El campo en el que nos sentíamos más fuertes, y el único en el que podíamos influir significativamente, era el de la información. A lo largo de dos semanas publicamos HEADLINES a diario, informando sobre la Cumbre en cuatro idiomas. Además, cada día teníamos al menos dos conexiones con Radio Vaticano (en italiano y en inglés), y con menor frecuencia, otras entrevistas en alemán, francés, español o portugués.

Al anochecer pasábamos revista de las luces y sombras de la jornada, analizábamos las situaciones, tratábamos de entender lo que estaba sucediendo, como en el crecimiento espiritual, que es la base de la acción social de los jesuitas y de todo cristiano. Los dos domingos de la Cumbre asistimos y participamos en la eucaristía en las dos parroquias jesuitas de Johannesburgo, una en el centro de la ciudad y otra en el barrio de Soweto. En este barrio visitamos el museo que recuerda el trágico episodio del apartheid, ejemplo de desarrollo no sostenible que requerirá aún algunas generaciones para quedar definitivamente archivado en el libro de las memorias esperpénticas.

Nuestra comunidad de hermanos, verdaderos amigos en el Señor, también ha aprendido sobre el mundo en el que Dios nos llama a trabajar, un mundo que con toda su complejidad y humanidad pide ayuda. El discernimiento diario sobre la Cumbre es para nosotros un signo de los tiempos, a la vez ambiguo y pleno de sentido. Queda mucho por hacer para sanar el sufrimiento humano y los peligrosos daños sobre nuestro planeta.

Michael Czerny ha sido responsable del Secretariado Social de la Compañía en Roma. Se traslada ahora a Nairobi como coordinador de la Red de los jesuitas africanos contra el SIDA. Sergio Sala, joven jesuita, todavia no ordenado, comienza su segundo año de magisterio en el secretariado.

 

 

Muertes por falta de agua

Unos 1.100 millones de personas en el mundo no tienen aún acceso a agua potable y 2.400 millones carecen de servicios mínimos de saneamiento. Ante esto la cumbre se plantea poner en marcha medidas para reducir a la mitad, para 2015, este alarmante número de personas que carece de algo tan elemental como el agua, íntimamente relacionado con la salud, la pobreza y la desigualdad.

Las enfermedades diarreicas, producidas por estas dos carencias han provocado en la última década la muerte de más niños en el mundo que personas fallecidas en todos los conflictos armados desde la II Guerra Mundial. Cada día mueren 6.000 niños por enfermedades relacionadas con la falta de agua limpia, y en China, India e Indonesia está muriendo el doble de gente por enfermedades diarreicas que por sida. "Esta situación es imperdonable hoy en día y en esta era, cuando un simple acto como el de lavarse las manos después de ir al servicio y antes de cocinar puede reducir a la mitad esas cifras de mortalidad", declaró Ronnie Kasrils, ministro de Agua y Bosques de Suráfrica. Y Nelson Mandela afirmó: "Cuando voy a mi pueblo natal lo que más me impresiona es la pobreza de la gente y la devastación del medio ambiente. En especial lo que me provoca más dolor es la falta de acceso al agua potable".

Para reducir a la mitad el número de personas sin acceso al agua de aquí a 2015, harían falta entre 19.000 millones y 34.000 millones de dólares. En cuanto a cumplir el objetivo del saneamiento, harían falta unos 12.000 millones de dólares más.

 


 

 

Alrededor del 11 de septiembre

Talibán y Talibush

Si hiciéramos un balance sumario a un año del triste miércoles 11 de septiembre de 2001, debemos concluir: ellos vencieron. Sí, los Talibanes vencieron, porque ocuparon las mentes de Estados Unidos, con el miedo generalizado, rozando la paranoia colectiva de nuevos atentados. Más que derrumbar las Torres Gemelas, símbolo del poderío económico globalizado, derrumbaron otras dos torres, símbolo de la utopía estadounidense: la democracia y la legalidad.

Con la caída de las torres, los terroristas humillaron materialmente a Estados Unidos en su invulnerabilidad. Con el derrumbe de las otras dos torres, humillaron moralmente la cultura política estadounidense, frente a sí misma y a todos los que nos obstinamos en creer en la democracia y los derechos humanos. Se demostró que es frágil la tan mencionada democracia y legalidad estadounidense. Resisten mal a las crisis. Y fue en razón de "una moralidad más alta" y en nombre de las libertades y de los derechos humanos, contra la "barbarie" de los terroristas, que se generó una guerra tecnológica desproporcionada contra un pueblo ya arruinado por años ininterrumpidos de conflictos.

Debido a la censura de las informaciones, poco sabemos hasta hoy sobre esa guerra. Aún así, vio la luz lo que el Prof. Marc Harold de la Universidad de New Hamshire denunció: hasta el día 10 de diciembre del 2001, a un mes apenas del inicio de la guerra, ya habían sido asesinados en Afganistán 3.667 civiles, una cantidad mayor a aquella de los desaparecidos en las dos torres. No se lloran las muertes de esos inocentes, como si no fuesen de la misma familia humana, cuyas vidas no tuviesen igual valor sagrado.

Lo más grave, no obstante, fue que en nombre del combate a los terroristas, se sacrificaron los principios del estado de derecho y de la democracia, fundamento del legítimo orgullo estadounidense. Fue lo que denunció, hace días, Jimmy Carter. Lo que era evidente ya no lo es más. Un sospechoso puede ser apresado por tiempo indeterminado sin que nadie sea notificado, lo que equivale a un secuestro.

Un terrorista puede ser juzgado secretamente, por tribunales militares, en cualquier parte del mundo, en una caverna de Afganistán o sobre una nave en el Pacífico, sin que tenga derecho a un abogado. Puede ser condenado a muerte si dos o tres oficiales-jueces lo encuentran culpable, sin ninguna apelación. No sirve el principio de igualdad ante la ley ni de la duda a favor del reo. El Presidente Bush que aprobó todo esto se convirtió en un Talibush, mientras el ministro de Justicia, el reaccionario John Aschcroft, introdujo una variante de la Scharia musulmana, transformándose en un Mullah.

Con las pocas nociones que tiene, Bush impuso la geopolítica de venganza implacable, legitimando el ataque preventivo y la admisión del uso de "todas las armas". Aquí se innova. Hasta ahora, la restricción obligaba a decir que todas las armas, biológicas, químicas y nucleares eran solo de disuasión. Ahora son de agresión. No sabemos quién es mas demente: si aquellos que chocaron aviones contra las torres o aquellos que proponen usar "todas las armas". Tal acto implicaría un genocidio monstruoso de civiles, un terrorismo peor que aquel de los terroristas, además de contradecir los valores en nombre de los que promueven la guerra al terrorismo. Ni los Talibanes ni los Talibush han de determinar los destinos de la humanidad.

Si nos faltaran otros medios, siempre nos quedan los de Gandhi, inspirados en el predicador ambulante Jesús de Nazareth: la oración, el ayuno y la penitencia.

Leonardo Boff

 

Fosa masiva con restos de 960 presos de guerra afganos

Bill Haglund llegó a Dasht-e Leili luego de que en enero dos investigadores de Médicos por los Derechos Humanos lograron entrar a la cercana prisión de Sheberghan. Lo que vieron fue impactante. Más de 3 mil prisioneros talibanes que se habían rendido ante la Alianza del Norte en noviembre estaban hacinados en un espacio para 800 personas. Sufrían enfermedades, hambre y sed. Los prisioneros relataron que tenían suerte pues estaban vivos. Durante el viaje a Sheberghan desde Kunduz, cientos de sus camaradas murieron, ya que sus captores los encerraron en contenedores de carga y los dejaron morir de asfixia.

"Puedo asegurarles que más de mil personas murieron en los contenedores", afirma Aziz ur Rahman Razekh, director de la Organización Afgana de Derechos Humanos. La investigación de Newsweek, que incluye entrevistas con algunos sobrevivientes, quienes relatan que tuvieron que lamer y masticar la piel de otros para sobrevivir, también sugiere que hubo cientos de muertos.

Un memorandum confidencial de la ONU dice que los descubrimientos de Dasht-e Leili "son suficientes para justificar una investigación criminal completa" y agrega que con base en "la información recopilada", el sitio "contiene cuerpos de prisioneros de guerra talibanes que murieron de asfixia durante su translado de Kunduz a Sheberghan".

Newsweek, en castellano El Universal, México.

Lunes 19 de agosto de 2002

 

Juan Pablo II: luchar contra la injusticia, raíz del terrorismo

El 8 de septiembre, en un discurso pronunciado al recibir las cartas credenciales de la nueva embajadora de Gran Bretaña ante la Santa Sede, Kathryn Frances Colvin, Juan Pablo II pidió "tomar nuevas y creativas iniciativas políticas, diplomáticas, y económicas orientadas a acabar con las situaciones escandalosas de grave justicia, opresión y marginación, que siguen oprimiendo a innumerables miembros de la familia humana".

"La Historia, de hecho, muestra que el reclutamiento de terroristas se logra más fácilmente en áreas en las que los derechos humanos son violados y en los que la injusticia forma parte de la vida cotidiana. Esto no quiere decir que las desigualdades y abusos que existen en el mundo justifiquen los actos terroristas: no puede haber, desde luego, justificación alguna para la violencia y el desprecio de la vida humana. De todos modos, la comunidad internacional no puede seguir dejando de subrayar las causas que llevan especialmente a jóvenes a perder la esperanza en la humanidad, en la vida misma y en el futuro, y a caer en la tentación de la violencia, el odio, y en el deseo de venganza a todo coste".

Juan Pablo II ha pedido también que Estados Unidos no haga la guerra a Irak. Ya lo pidió a Bush padre.

 

"Tiene que haber otro camino":

Ayuno por la paz y la no-violencia.

Desde el 11 de septiembre del 2001 a muchos de nosotros que vivimos en Estados Unidos de América todavía nos despiertan en medio de la noche pesadillas llenas de abundante humo, edificios incendiados y los gritos de niños inocentes. Compartimos estas pesadillas con las familias desplazadas de Afganistán, los niños enfermos y hambrientos de Irak, los mutilados de Ruanda, Burundi y Camboya, los campesinos de una Colombia herida por la guerra, los escolares de Irlanda del Norte, los pasajeros de autobuses en Israel y los refugiados en los campamentos de Palestina. Y la lista sigue. La guerra destruye el corazón humano y desacraliza la tierra sagrada que es nuestra casa común. "Tiene que haber otro camino".

El 1°de septiembre del 2002 emprenderemos un ayuno, solamente de agua, como una manera de reconocer nuestra propia necesidad de conversión personal y comunitaria. Lo hacemos con la esperanza de que otras personas, tanto en nuestro país como en el mundo entero nos acompañen también para decir con su silencio y su oración: "Tiene que haber otro camino".

El Dr. Martín Luther King, Jr. dijo: "La no-violencia es un arma poderosa y justa que corta sin herir y ennoblece al que la lleva. Es una espada que sana". Nuestro mundo necesita desesperadamente ser sanado. Y en las palabras de Mahatma Gandhi, "La no-violencia es la fuerza más grande a disposición de la humanidad. Invitamos a los lideres políticos y religiosos a poner a un lado una vez y para siempre las palabras y las armas de guerra y emprender un camino de no-violencia que nos lleve a la paz duradera.

Comité Organizador de los dominicos

 

América Latina después de las Torres

Nada nuevo ha parido el último año en el continente. Pero todas las tendencias que se venían perfilando se han intensificado hasta hacer estallar crisis nacionales y amenazan con sumir a toda la región en la inestabilidad y el desorden.

Con razón se sostiene que las Torres Gemelas se cayeron sobre el pueblo palestino. Este aserto se basa en el hecho indudable de que fue el primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien mejor aprovechó la ocasión que le brindaron los ataques del 11 de setiembre para implementar su política de militarización del conflicto. Sharon no se cansó de repetir, a lo largo de todo un año, que no existe la menor diferencia entre Bin Laden y Al Qaeda y la Intifada palestina.

Con ese argumento, que la política de atentados indiscriminados contra la población civil judía contribuye a hacer creíble, los halcones de Israel consiguieron fortalecer sus apoyos entre sus pares estadounidenses y hasta cierta neutralidad benevolente de buena parte de los países europeos. Fuera de duda, el pueblo palestino ha sido el más afectado por el nuevo clima mundial que ya se respiraba antes de los atentados, pero que cobró nuevo impulso a raíz de ellos.

Sin embargo, la nueva situación afecta a todos los pueblos del Tercer Mundo y de forma particular a los de América Latina. Como amplias zonas del planeta, unos cuantos países al sur del Río Bravo sufren el creciente desinterés de las potencias centrales que ya no aspiran siquiera a mantenerlos como reservas de materias primas, cada vez menos necesarias ante los desarrollos científicos recientes que tienden a utilizar una gama cada vez menor de recursos naturales.

Raul Zibechi