AÑO XXIII, NO. 515 1-31 de marzo, 2003

Monseñor Romero e Iraq

INDICE

EDITORIAL: "En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo"

SABATO: Palabras de Ernesto Sábato a los jóvenes ante la guerra en Iraq

REALIDAD NACIONAL: Las elecciones del 16 de marzo

ELECCIONES: Reflexión ético-cristiana alrededor de las elecciones. El problema de fondo

RUTILIO: La pregunta de Rutilio

DIA DE LA MUJER: 8 de marzo día de la Mujer

ROMERO: XXIII Aniversario de Monseñor Romero

IRAQ: Dios en Iraq

 

 

 

"En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo"

Querido Monseñor:

Con estas palabras, que todavía producen escalofríos, terminaste tu última homilía en catedral para "pedir, rogar, ordenar: cese la represión". Las palabras han hecho historia y son tan actuales como entonces. Hoy, mirando a 23 millones de iraquíes, que han sufrido opresiones internas, guerras y embargos, angustias y miedos, dirías: "Cesen los bombardeos, cese la guerra, cese la hipocresía, cese la mentira".

No te hicieron caso ayer ni te harían caso hoy, pero tus palabras no fueron en vano. Nos dejan la herencia de invocar, a Dios y al pueblo sufriente, como algo último, lo que no admite apelación. Y eso es muy necesario porque en nuestro mundo no existe un referente último que pueda dar una orden sin apelación. No lo es Naciones Unidas, ni la Unión Europea. No tienen capacidad para gestionar la paz, y además no tienen, en definitiva, la voluntad de hacer de la paz algo realmente último por encima de sus propios intereses. Algunos países que se oponían a la guerra ya empiezan a considerar como "el mal mayor" otra cosa: el debilitamiento de dichas instituciones o el retroceso en la construcción de la gran Europa. Lo que pudiera ser el último referente es egoísta, y con ello pierde credibilidad. El sufrimiento en Irak, como en Afganistán, en la martirizada y silenciada Africa, a la que están expoliando hasta del agua, vuelve a su lugar natural: un lejano horizonte sin semblante, inexistente. Y algo parecido ocurre cuando se apela a la democracia, la libertad, la legalidad internacional.

Lo que se tiene realmente por último es la seguridad propia, no la del vecino; el buen vivir de los países de abundancia, no el sufrimiento de las víctimas; el petróleo, la hegemonía y control policial, el reparto interesado del planeta, no la familia humana.

Ante todo eso es bueno recordar que lo último sólo es Dios, y no cualquier Dios, sino aquel de quien decías: "la gloria de Dios es que el pobre viva". Y ante ese Dios no hay apelación, como lo acaba de recordar Juan Pablo II: "quien desencadene la guerra deberá rendir cuentas a Dios". Y ante ese Dios, ahora que tanto se discute quién está por la paz y quién no, bueno será recordar estas otras palabras tuyas teologales: "quienes cierran las vías pacíficas son los idólatras de la riqueza", los que tienen por dios al dinero.

Monseñor, tú hablabas de Dios con credibilidad y sin usar su nombre en vano. Pero para quien no baste la interpelación "en nombre de Dios", recordemos cómo continuaste: "y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos". Hoy sigue siendo absolutamente necesario invocar y hacer central el sufrimiento de millones de seres humanos, lo que no suele ocurrir fácilmente ni siquiera en guerra en medio de sufrimientos. El modo como la CNN, por ejemplo, cubrió los primeros días de guerra. era insultante para las víctimas. Se mencionan números de soldados y armas, se habla de la lista de los "aliados", de los portentosos avances de la tecnología de guerra... Pero no se comunica el sufrimiento de hombres, mujeres y niños. Con el mismo profesionalismo se pudiera haber retransmitido un partido de futbol -y sin ocultar las preferencias. Es la inmunización contra el sufrimiento No hablaba así Jesús de Nazaret al contar la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, o la del samaritano que atiende a la víctima. Habremos avanzado en libertad de expresión -aun con las trampas de siempre- pero no en voluntad de verdad y en compasión. Esto vive de otra savia.

Hace una semana, el 14 de marzo, unas hermanas dominicas iraquíes han hecho un llamamiento a Bush y al pueblo norteamericano para que cese la crueldad. Y no lo han hecho en el distanciado lenguaje de los políticos y los medios. Esto es lo que dicen:

"El presidente Bush defiende los derechos de los animales. ¿Acaso tenemos nosotros menos valor que los animales? ¿Por qué el pueblo americano tiene el derecho a vivir en paz a salvo y en prosperidad? ¿Acaso su vida es más valiosa que la vida de otras personas, por ejemplo la del pueblo iraquí? No nos hemos repuesto todavía de la guerra del Golfo, ¿cómo podemos enfrentar los efectos de una nueva guerra?".

Religiosas como éstas, o como las salesianas que se quedaron en Timor del Este en 1999, cuando embajadores y miembros de Naciones Unidas abandonaron el país durante la invasión de Indonesia, son las que hablan "en nombre de nuestro sufrido pueblo". Razón tenía el congresista Joe Moakley. Cuando quería informarse sobre la situación de los países del tercer mundo no acudía al Departamento de Estado, sino que hablaba con las religiosas del lugar.

Una última cosa, Monseñor. Nunca te redujiste a condenar la injusticia y la barbarie, sino que nos animaste a construir y trabajar en defensa del pobre. En tu última homilía, poco antes de caer asesinado, dijiste con gran sencillez: "todos podemos hacer algo".

Pues bien, en estos días ha habido mucho trabajo y mucho amor. No se recuerdan tales manifestaciones masivas en todo el mundo en contra de la guerra, estudios laboriosos sobre derecho internacional, análisis económicos, militares, políticos religiosos, sobre los antecedentes de la crisis... No se recuerda un ecumenismo mayor entre iglesias cristianas y otras religiones. Por primera vez en la historia, prácticamente todas las iglesias de Estados Unidos y sus jerarquías han condenado unánimemente la guerra.

Por razones éticas y para que se cumpla con la legalidad internacional Juan Pablo II y el Consejo Mundial de Iglesias han condenado una guerra preventiva, pero sobre todo han insistido en que no se puede golpear todavía más a un pueblo tan sufrido en los últimos 20 años. Es el argumento máximo: el amor, la defensa y la misericordia ante el sufrimiento de las víctimas. Han puesto en el centro de la realidad el sufrimiento y la compasión. Algunos, de los que deciden la suerte de las naciones, han abandonado Iraq, porque puede peligrar su vida y fortuna. Otros han ido a Bagdad para defender a los pobres, con sus propias vidas, de la barbarie de la guerra. Son la gente de compasión.

Hasta el día de hoy nadie ha tenido una compasión mayor que ustedes los mártires. Es cierto que aquí en nuestro país siguen siendo ignorados y enterrados por algunos impenitentes. Los que te mataron, Monseñor, y sus allegados todavía no han pedido perdón, ni siquiera han bajado un poco la cabeza con humildad para pedir disculpas al pueblo salvadoreño, sino que siguen hablando y actuando, como si nada hubiera pasado. Es el mysterium iniquitatis. Pero ustedes, los mártires, siguen vivos como quienes han sido compasivos hasta el final. Son quienes mejor ponen en el centro de la realidad y de nuestra vidas a Jesús de Nazaret.

En estos días he estado leyendo escritos de Ernesto Sábato, patriarca latinoamericano de liberación y de derechos humanos. Creo que te gustará oír lo que dice sobre nosotros, los seres humanos, en estos momentos de nuestra historia. "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".

Esto es lo que quería decirte Monseñor. Interpélennos ustedes los mártires -en nombre de Dios y en nombre del sufrimiento de los pobres- a la misericordia y a la justicia, muevannos a recuperar la humanidad perdida. Entonces sí caminaremos hacia la paz y florecerá un mundo humano. Ojalá el año entrante podamos contarte cómo es ese mundo nuevo entre nosotros.

Jon Sobrino

21 de marzo, 2003

 

 

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Palabras de Ernesto Sábato a los jóvenes

ante la guerra en Iraq

Queridos chicos:

Ustedes saben, han tenido que aprender cómo el poder gana, cómo los hombres matan por poder. Han tenido que aprender, lo ven por televisión, la atrocidad de los bombardeos, de las masacres, de la miseria, del horror que trae la guerra a quienes la padecen. Saben también que otros chicos como ustedes verán morir de dolor a sus padres, a sus hermanitos. Pero eso no importa al poder. También saben que millones y millones de hombres y mujeres han manifestado por las calles del mundo su deseo de paz, su oposición a esta guerra. Y eso tampoco parece haber importado al poder.

Entonces, ante la gravedad de la situación en que vivimos, vengo a testimoniarles que habremos de permanecer en la decisión de no aceptar la guerra, de no resignarnos a ella. Hay que mantener, queridos chicos, encendida en el alma la llama de este dolor de humanidad, y ser fiel. Si esta determinación permanece, será inquebrantable. Podrán hacer la guerra, pero han de saber que son asesinos, que así los llamarán los chicos de todo el mundo.

El amargo presente al que nos enfrentamos, exige que nuestras palabras, nuestros gestos, nuestra obra se consagren, como verdadero cumplimiento de nuestra más alta vocación, a expresar la angustia, el peligro, el horror, pero también la esperanza y el coraje y la solidaridad de los hombres. En medio de esta tremenda situación, cada hombre y cada mujer, ustedes también, chicos, están llamados a encarnar un compromiso ético, que lo lleve a expresar el desgarro de miles y miles de personas, cuyas vidas están siendo reducidas al silencio a través de las armas, la violencia y la exclusión. Se ha hecho evidente que quienes detentan el poder toman decisiones ajenas al sentir de la humanidad, guerras atroces que sostienen los países poderosos contra pueblos desamparados, bajo la siniestra ironía de resguardar a la humanidad. Frente a estos hechos, frente a la violencia y a la muerte de nuestros hermanos, hemos de resistir para resguardar ese absoluto donde la vida y los valores ya no se canjean, alcanzando así la medida de la grandeza humana.

En todos los idiomas ‘paz’ es una palabra suprema y sagrada, expresa el deseo de Dios para los hombres. El deseo de un reino de paz y justicia; la paz y la justicia que estamos acá para reclamar y testimoniar.

Buenos Aires

19 de marzo

 

 

Las elecciones del 16 de marzo

Elecciones municipales

De acuerdo a los datos del escrutinio preliminar (20 de marzo), el FMLN y ARENA son los partidos que han ganado la gran mayoría de los municipios, aunque ambos vieron disminuido el número de votantes a su favor. En los comicios anteriores, ARENA obtuvo 127 alcaldías; ahora alrededor de 109, con pérdida de 18, En el año 2000, el Frente ganó en 79 municipios; ahora en 74 con pérdida de 5.

Los partidos PCN, PDC y CDU arrebataron alcaldías a los partidos mayoritarios. Para el PCN las elecciones han representado un avance considerable. En el 2000, ganó en 33 municipios; ahora podría obtener unos 52. También el PDC y CDU podrían obtener más alcaldías -de 1 a 3- que en el 2000.

Las elecciones han representado una debacle para ARENA, tal como ya ocurrió en 1997 y 2000. En 1997, obtuvo 160 municipalidades, 46 menos que las obtenidas en 1994. En 2000 ganó 127 alcaldías, 33 menos que en 1997. Ahora es posible que pierda 18 alcaldías.

En la otra dirección está el PCN, que muestra cierta tendencia a ganar cada vez más alcaldías. En 1997 obtuvo 18 municipalidades, el doble que las obtenidas en 1994. En el 2000 ganó en 33 municipios, es decir, 15 más que en 1997.Ahora, según el escrutinio preliminar, podría obtener alrededor de 52. El partido de las "manitas" tiende a consolidarse cada vez más como tercera fuerza política. Es probable que este partido haya atraído a una parte de los votantes de derecha desencantados de ARENA.

El FMLN, al igual que el PDC y CDU, presenta un comportamiento relativamente estable. Si bien el Frente podría perder 2 alcaldías con respecto a las obtenidas en el 2000, esta pérdida no es considerable. El PDC y CDU pueden ganar un mayor número de alcaldías, pero ello no representa un cambio notable con respecto a las obtenidas en el 2000. Así las cosas, se puede decir que uno de los grandes ganadores en el ámbito de elecciones municipales ha sido el PCN. Esto contrasta con las ofertas políticas hechas durante la campaña por este instituto político, ya que este partido nunca estableció claramente sus objetivos y compromisos a asumir en el plano municipal.

Elecciones para diputados

Los resultados preliminares muestran que la composición de la Asamblea Legislativa no va a variar sustancialmente. Se vislumbra lo siguiente:

1. Los partidos que obtuvieron más votos, el FMLN con 404,054 y ARENA con 381,992, han sufrido un declive sensible en su tasa de crecimiento con respecto a los resultados obtenidos en el año 2003, bajando en un 5.2% y un 12% respectivamente. ARENA consiguió 20 diputados por cociente y 7 por residuos, totalizando una representación legislativa de 27 diputados. El FMLN consiguió 19 diputados por cociente y 12 por residuos, acrecentando así su presencia política en 31 diputados y convirtiéndose en la bancada más numerosa.

2. El PCN se ha convertido en el partido con mejores resultados. Su caudal de votos aumentó de 106,802 en el año 2000 a un total de 158,809 votos en 2003. Esto significa que su crecimiento aumentó aproximadamente en un 50%. Llega a obtener 2 diputados por cociente y 14 por residuos, sumando un total de 16 diputados.

3. El PDC se mantuvo básicamente estático, alcanzando 88,582 votos, comparados con los 87,074 de 2000. Obtuvo 1 diputado por cociente y 4 por residuos.

4. El CDU fue el segundo partido con mejor ritmo de crecimiento. Su caudal de votos se elevó en un 14.3%, avanzando de 65,070 votos a 74,382 votos. Ha conseguido 4 diputados, 2 por cociente y 1 por residuos.

5. El Partido Movimiento Renovador tuvo un rendimiento pobre. Habrá obtenido 1 diputado por residuo.

Esto significa que, aunque los resultados definitivos puedan variar algo, la cor relación de fuerzas no cambiará esencialmente. Para las principales bancadas, ARENA y FMLN, los resultados son una advertencia, pues apuntan a una erosión. Esto es de especial importancia para ARENA, que ha visto descender su presencia en el primer órgano del Estado de 39 diputados a alrededor de 27 diputados. Para el FMLN, que en resultados absolutos ha venido creciendo de 21 diputados en 1997, 27 en 2000, a 31 en 2003, lo que debe preocupar es el rezago en el crecimiento del apoyo al partido.

Sin embargo, cuando se habla de correlación de fuerzas en la Asamblea, la alianza de derecha ARENA-PCN versus un posible bloque opositor, conformado por FMLN-CDU, va a sumar los votos necesarios para liderar la toma de decisiones cuando se requieran sólo 43 diputados. Esto hace que el PCN vuelva a convertirse en el partido que, a pesar de no tener una bancada numerosa, tiene el poder para inclinar la balanza electoral a favor de uno de los partidos mayoritarios.

En este orden de cosas no puede obviarse la relación diametralmente opuesta en las tasas de crecimiento de los dos principales partidos de derecha. Por una parte, ARENA ha experimentado un declive en su representación parlamentaria que guarda relación con la entrada de su principal opositor, el FMLN, en 1997, restándole 11 diputados de los 39 que tenía en 1994. Su tendencia negativa puede explicarse por su propio desempeño político y económico que ha erosionado su capital electoral y ha provocado descontento en el "voto duro" que típicamente le ha favorecido.

Con el PCN parece ocurrir un fenómeno completamente inverso a lo experimentado por ARENA, puesto que sus votos han aumentado desde 1994. Si ignoramos las demás variables de incidencia en las preferencias electorales de uno u otro partido de derecha, tal pareciera que se ha dado una transferencia de votos de los descontentos de ARENA al PCN, puesto que no ha habido movimientos perceptibles en el caudal de votos de los partidos centristas o de centroderecha.

En el caso del PDC, que en 1994 tenía una representación legislativa tres veces mayor que la actual, con 18 diputados, ahora, junto al CDU y el MR, apenas alcanza a conformar un bloque de diez diputados, seis menos que el partido que ocupa el tercer lugar, el PCN.

Según esto, el PCN se convertirá en el eje de las negociaciones políticas en el parlamento, en el sentido de que todos los demás partidos tendrán que negociar con él para sacar adelante sus posiciones. Al FMLN y ARENA no les queda más que estar dispuestos a realizar alianzas estratégicas con ese partido. De la misma manera, ante un bloque conformado por ARENA-PCN, este bloque pasa a tomar un liderazgo "independiente" en la toma de decisiones, y el resto de partidos pasan a jugar un papel secundario y se convierten en partidos satélite de la derecha. Cabe esperar la puesta en marcha de las iniciativas legislativas de ARENA-PCN sin mayores obstáculos en el camino.

Absentismo

Al igual que en elecciones anteriores, en 2003 hubo un serio absentismo, aunque tendió a disminuir con respecto a las elecciones del 2000. Este año, 58,4% -1.5 millones de votantes- en comparación con el 61.6% de 2000. El ausentismo ha disminuido, pero no ha sufrido cambios sustanciales. Esto se debe en parte al crecimiento que año con año tiene el padrón electoral. En el 2000 un aproximado de 3.2 millones de personas podía asistir a las votaciones, mientras que para 2003 fueron 3.5 millones.

En suma, estas elecciones muestran continuidad. Las diferencias aún no alcanzan a traducirse en un cambio de inflexión en la política nacional. Y la derecha se siente frustrada.

 

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"Las elecciones son diversión única. Uno hasta olvida los problemas. Hay que saber que las elecciones en El Salvador hacen olvidar los problemas. Nadie habla ya de la huelga de los médicos o de la privatización de la salud. Nadie habla ya del TLC que se esta preparando. Puede ser que algunos hablan de estos problemas pero no logran la pantalla chica porque todo esta ocupado por los espacios propagandísticos. Hasta de la guerra inminente contra Irak no se habla. En el circo se olvidan los problemas". Campesino de Zonacosta, Usulután.

 

 

 

Reflexión ético-cristiana alrededor de las elecciones

El problema de fondo

1. Examen de conciencia

El interés por votar, la confianza en los partidos y en los políticos, y las esperanzas de encontrar una solución por el camino emprendido desde los Acuerdos de Paz prácticamente se han desvanecido según las últimas encuestas. En un país que clama por una solución urgente sólo la cuarta parte de la población está muy interesada en el proceso electoral. El 58% piensa que las elecciones son una pérdida de tiempo y el 70% no se siente beneficiado por las acciones de los partidos, y creen, además, que la situación del país está empeorando. Peor aún, a casi un 40% de la población le tiene sin cuidado que estemos en régimen democrático o no. Sólo la mitad piensa que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Y casi uno de cada diez salvadoreños prefiere abiertamente un gobierno autoritario a uno democrático.

Todo eso expresa una percepción negativa de la realidad que no es sólo coyuntural, sino de alguna manera estructural. Sus raíces son profundas y su superación no será fácil, pues no es una reacción sólo a lo que ocurre en el presente, sino a 12 años caminando en esa dirección. Además, este desencanto no ocurre sólo en El Salvador, sino entre las grandes mayorías de América Latina: en el año 2002 el 65% de los latinoamericanos estaban insatisfechos con la democracia y sólo el 27% se mostraba satisfecho. Por último, el ejemplo que dan las grandes democracias del norte -el grupo de los ocho- no es muy animante.

Al interior de sus países, democracia y elecciones pueden funcionar más o menos bien, pero hacia afuera están configurando un mundo de injusticia, inhumanidad y crueldad. Las grandes democracias mundiales no están decididas a terminar con el hambre, pudiendo hacerlo -eso en tiempo de paz. Y la gran democracia de Estados Unidos, cuando lo ve necesario, genera muerte y desolación con guerras injustas: en Irak se calcula que habrá medio millón de muertos y dos millones de refugiados, más el triunfo de la prepotencia, la hipocresía y la mentira -y el dispendio de 95.000 millones de dólares, o más.

El salvadoreño normal y corriente no conoce estos datos ni los relaciona con elecciones y democracia, pero, sin saberlo, respira lo que está en el aire que nos rodea: en nuestra época las democracias no generan vida para los pobres. Lo que las democracias locales y las grandes democracias mundiales más están introyectando es impotencia para buscar soluciones humanas a realidades en las que está en juego, literalmente, la vida y la muerte. Y generan indefensión ante acciones injustas, crueles y hasta criminales. ¿No pueden las democracias parar la crucifixión silenciosa de Africa o la locura abierta de las guerras contra los países pobres en Centroamérica, hace unas décadas, Afganistán, Irak ahora?

Esta indefensión e impotencia es lo que ha denunciado el juez Baltazar Garzón a propósito de Irak y en contra del gobierno de Madrid con palabras notables: "No me siento representado ni por los postulados que inspiran esta atrocidad, ni por las instancias políticas que la autoricen, ni por mi gobierno, ni por ninguna otra institución que la apoye. Por ello apostato de quienes dirigen un estado que no es capaz de contener una locura como la que estamos viendo" (El País, lunes 27 de enero). Esta "apostasía" es el equivalente provocativo y agresivo de lo que, entre nosotros, muestran las encuestas: desencanto y descontento con la democracia que tenemos. Algunos políticos, en contacto con la gente que sufrió y luchó hace años por cambiar la realidad, perciben incluso rencor hacia la clase política actual.

Es conocida la frase de Winston Churchill. "La democracia es la peor de todas las formas de gobierno con excepción de todas las demás". Hay, pues, que valorar lo positivo de la democracia, pero no se puede ignorar lo que tiene de "malo" el sistema en que vivimos. Y no se diga que "eso no es la democracia", pues, en la realidad, no se conoce otra. Ante esto, desde la tradición cristiana, hay que llamar a la "honradez con la realidad", formulación actual del octavo mandamiento: no mentir, no encubrir, no engañar ni engañarse, y desde ahí hacer examen de conciencia del por qué del desencanto.

2. Conversión: necesidad de "una cultura humana"

La sociedad, votantes y votados, necesita cambiar, lo cual suele expresarse con la necesidad de generar "una cultura política". Nosotros, sin embargo, para que de verdad crezca la democracia, comenzamos con la necesidad de una "cultura humana". Para ello, hay que poner la realidad política en el lugar que le corresponde, ni más ni menos.

a) Esto significa, en primer lugar, superar la "absolutización de la política", especialmente en tiempo de elecciones. Con esto queremos desenmascarar un modo de pensar -burdo, aunque normalmente sutil- según el cual la política estaría en la cumbre de la realidad, y de la que descendería lo social y lo humano. Esa impresión -falaz- es la que se pretende comunicar en tiempo de elecciones. Tanto los candidatos como la gente saben que las cosas no son así, pero eso es lo que se quiere introyectar. Por eso hay que insistir en qué realidades hacen de lo político algo humano, capaz de generar bienes.

Significa también superar una perspectiva mal llamada "realista", al reducir el realismo al mero pragmatismo. Suele decirse que la política es el arte de lo posible con la connotación de que el político tiene que ser pragmático para conseguir lo que sea posible. Pero para que lo posible sea bueno no basta con pragmatismo. Hace falta el tipo de "realismo" que "hace crecer la realidad". Y entre las cosas que hacen crecer la realidad están la honradez, la verdad, la bondad, la esperanza, la utopía... Esto no suele ser tenido muy en cuenta en el ámbito de la política, aunque Monseñor Romero -con muchos otros- mostró con toda claridad que ese realismo es fructífero e insustituible para hacer crecer la realidad.

Y significa que hay que salir al paso de la repetida afirmación de que en política "no hay que caer en ingenuidad". Es muy cierto, pero a ello hay que añadir -y con más fuerza- que "no hay que caer en cinismo". No hay que hacerlo por razones éticas, por supuesto, pero tampoco por razones "políticas" para que la polis, la ciudad no degenere en lo contrario de una sociedad de seres humanos. El cinismo permite el tipo de locuras que vemos hoy a pesar de tanta democracia. Cinismo es el "en política vale todo", hermano gemelo del "business is business", el negocio es el negocio. Se llega así a lo que, hace medio siglo, dijo Herbert Marcuse de nuestra sociedad occidental: "lo irracional se hace pasar por racional".

b) Por lo que toca específicamente a la tradición democrática, ésta necesita ser purificada, pero además debe ser completada con otras tradiciones humanizantes. Sus bondades, comparadas con regímenes autoritarios y dictatoriales, son evidentes: el sufragio universal (incluido el de la mujer), el estado de derecho, tribunales internacionales de jurisdicción cada vez mayor, la carta de Naciones Unidas, etc. En este sentido Churchill tenía razón. Pero también hay que recordar lo que dice el premio Nobel Octavio Paz. "Obviamente, con la vigencia de la democracia los problemas del hombre no terminan... La democracia no está hecha para responder a las preguntas fundamentales del ser humano, es decir, a aquellas preguntas relativas a los orígenes, al destino, el sentido de la vida y de la muerte y al más allá". Más aún, en la democracia se da la pérdida de una virtud fundamental para la convivencia humana: la "facultad de venerar" que es la "única que puede abrirnos las puertas a la fraternidad con los hombres y la naturaleza. Sin fraternidad la democracia se extravía en el nihilismo de la relatividad, antesala de la vida anónima de las sociedades modernas, trampa de la nada". Los males de la democracia son el resultado de la contradicción que la habita desde su nacimiento: "la oposición entre libertad y fraternidad".

Esto quiere decir que la democracia tiene sus limitaciones intrínsecas que no se superan en base a su propia esencia. En primer lugar los regímenes democráticos no tienen un potencial históricamente universal. Es evidente que la carta de Naciones Unidas es doxología utópica más que constatación factual: "no todos nacemos iguales" -ni de lejos. Eso es evidente si se compara haber nacido en Boston o en Etiopía, en la Escalón o en la Chacra. Los sistemas democráticos pueden paliar esas diferencias de algún modo, pero muchas veces las mantienen y acrecientan, nacional e internacionalmente. Además, la democracia puede garantizar, formalmente al menos, derechos cívicos, políticos, pero no lo que es previo y condición de posibilidad de todo derecho: la vida del ser humano. Los estados tienen que rendir cuentas del cumplimiento de aquellos derechos, pero no parecen estar obligados a generar vida y a rendir cuenta de ello.

Junto a estas limitaciones históricas, existen otras más estructurales. La fundamental, en mi opinión, es que el sistema democrático pone en el centro de su interés al "ciudadano", no al "pobre". Lo positivo de considerar a todo ser humano igualmente "ciudadano" es evidente, pero si desde el principio no se pone en el centro al pobre sufriente y la compasión hacia él, nunca se logrará una universalidad histórica y humana.

La democracia vive desde Atenas, de donde vino la razón, pero eso no basta. Se necesita la razón compasiva: "la necesidad de dejar hablar al sufrimiento es condición de toda verdad" (Theodor W. Adorno). Vive desde Roma, de donde vino el derecho imparcial con la mujer de los ojos vendados, pero no basta. Se necesita la mística de ojos abiertos para ver el sufrimiento de las víctimas y reaccionar con compasión (J. B. Metz).

Ante esto hay que recordar otra tradición que pone en el centro al pobre, la víctima y la compasión: la tradición cristiana-bíblico-jesuánica. Dios es, por esencia, "Padre de huérfanos y viudas", "defensor del débil". Esa parcialidad compasiva es lo que necesita urgentemente, en teoría y praxis, el sistema democrático actual. Si se hace del sufrimiento y la compasión el eje sobre el que gira la democracia, ésta podrá funcionar humanamente. Si no, las cosas seguirán como hasta ahora para las víctimas del mundo.

3. La utopía: crecer desde la base y en comunidad

¿Desde dónde humanizar la sociedad, votantes y votados? Sólo quiero hacer una reflexión que es hoy muy simbólica y muy actual.

En Brasil el electorado eligió presidente a Lula. Dios dirá cómo le irá. Pero sin caer en ingenuidad no es malo recordar qué personas están en el gabinete de Lula. El gabinete está integrado por gente que vino de aquello que la élite llama "escoria": María Silva, del Medio Ambiente, fue buscadora de oro y aprendió a leer a los 14 años; Miro Teixeira, de las Comunicaciones, fue niño de la calle en la plaza Mauá, en Río; Olivio Dutra, de las Ciudades, fue militante de la Pastoral Obrera y funcionario de banca; Ricardo Berzoini, de la Previsión, también fue empleado de banca, así como Luis Gushiken, de la Secretaría de Comunicación; Benedita da Silva, de la Asistencia y Promoción Social, fue habitante de una favela y empleada doméstica; José Fritsch, de la Pesca, vino de las Comunidades Eclesiales de Base; Jaques Wagner, del Trabajo, fue técnico en mantenimiento; Miguel Rossetto, de Desarrollo Agrario, fue técnico mecánico. Todo un símbolo.

¿Cómo ha sido esto posible? Frei Betto piensa que todo comenzó con Paulo Freire. Su pedagogía del oprimido permitió que los pobres tomasen conciencia de lo que eran, humanos, conquistasen su autoestima y se convirtieran en sujetos políticos. Así llegaron a ser políticos, no al revés. Para politizar la realidad en la dirección correcta hay que ir más allá de lo político, a lo humano, a lo que humaniza.

Aquí en El Salvador podemos recordar cómo Monseñor Romero humanizó a los pobres y a muchos líderes, civiles y religiosos. Esa herencia suya es la que hay que seguir poniendo a producir, sin repetir trivialmente que "las cosas han cambiado" -en esto han cambiado a peor. En comunidades populares, civiles y eclesiales, en movimientos de solidaridad, nacionales e internacionales, en pequeños grupos de intelectuales, religiosos, laicos y laicas cristianas, hay un potencial para recoger el sufrimiento y la compasión, y para poner los a producir. Eso humanizará el sistema democrático. Y siempre queda la esperanza y la utopía, tal como la describió Ernesto Sábato, presidente de la Comisión Nacional de Desaparecidos, ante la ingente tarea que le aguardaba en Argentina:

"Esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quizás ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo como los brotes que laten bajo las piedras del invierno. Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".

¿No es éste el problema de El Salvador: cuánta humanidad hemos perdido? ¿Y no es ésta la tarea más urgente: cuánta humanidad podemos recuperar?

Jon Sobrino

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La pregunta de Rutilio

 

En el Nuevo Testamento hay una carta atribuida al apóstol Pedro, escrita hacia los años sesenta y dirigida posiblemente a los cristianos de Roma. La comunidad pasaba por tribulaciones y el autor les anima con bellas palabras. Les dice: "¿quién les hará mal si se afanan en hacer el bien?" (v. 13), "aunque sufran a causa de la justicia, dichosos ustedes... no tengan miedo" (v.14), "más vale padecer por obrar el bien, si ésa es la voluntad de Dios, que obrar el mal" (v.17). Y además de consolarlos les pide que "estén siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida razón de su esperanza" (3, 15).

A lo largo de la historia muchas veces los cristianos han tenido que responder de su esperanza en tiempos difíciles. A comienzos de 1977 comenzó la persecución a la Iglesia -la represión organizada contra el pueblo había comenzado años antes. El 13 de febrero el Padre Rutilio Grande tuvo en Apopa una homilía profética contra la represión a los campesinos y la persecución a la Iglesia, y en ella da una respuesta a la pregunta que le hacen los campesinos. Dice Rutilio: "Lo oímos en el pueblo: ‘¿que van a hacer ustedes?’. La gente sencilla, las gentes humildes nos decían allá por los cantones: ’¿qué van a hacer?’"

Rutilio Grande captó muy bien que en las preguntas de los campesinos estaba en juego algo que no se podía eludir. Y respondió con toda claridad: "Está en juego la cuestión fundamental de ser cristiano hoy día, y ser sacerdote hoy día en nuestro país y en el continente que está sufriendo la hora del martirio". En otras palabras estaba hablando de lo que está en juego en la identidad cristiana. Y la respuesta la formuló con estas palabras: "ser o no ser fiel a la misión de Jesús en medio de este mundo concreto que nos ha tocado vivir en este país".

Este es el valor permanente de Rutilio para nosotros: dar respuesta a la pregunta fundamental que se nos hace a los cristianos. "¿Y ustedes quiénes son?". Para Rutilio era claro, "ser y hacer hoy como Jesús de Nazaret". Pero además añadió algo que debiera ser evidente, pero que no suele serlo: "¡Es peligroso ser cristiano en nuestro medio! ¡Prácticamente es ilegal ser cristiano!". Y prosigue, "el sacerdote y el simple cristiano que ponen en práctica su fe, según las sencillas y simples líneas maestras del mensaje de Jesús, por fidelidad ha de vivir entre dos polos exigente: la Palabra de Dios revelada y el Pueblo, el de siempre, el de las grandes mayorías, el del margen del camino, el enfermo que clama, el esclavizado..."

Cambian los tiempos pero siguen resonando las palabras de Rutilio . El pueblo, las grandes mayorías siguen clamando al margen del camino. Y Dios no es "un dios que está en la nubes, echado en una hamaca y que no le importa que las cosas les vayan mal a los pobres de aquí abajo". Hoy es un Dios que está en Irak y en los cantones pobres de nuestro pueblo. 26 años después de su martirio Rutilio Grande sigue hablando palabras de verdad.

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8 de marzo. Día Internacional de la Mujer

"Me llamo Tomasa"

Me llamo Tomasa Vicente, vivo en Huizúcar. Todos los días me levanto a las cuatro y media de la mañana, lo primero que hago es lavar y preparar el desayuno para mi hija Claudia Isabel que tiene once años. A las siete y media tomo el bus para ir a San Salvador donde trabajo como empleada doméstica hasta las cinco de la tarde. A las siete de la noche estoy de regreso en Huizúcar. Estoy integrada en la directiva central de la escuela parroquial San Bonifacio, como representante del quinto grado. Ahora estamos trabajando para hacer una cisterna de agua en la escuela, porque estamos fregados con el agua. Los niños y las niñas tienen que llevar su cuchumbita de agua. A veces la reunión dura hasta las nueve de la noche. En las reuniones planificamos actividades para recaudar dinero para la cisterna. Los domingos, después de la Misa, hacemos rifas sorpresa y comidas. También apoyo la Escuela de Padres dando temas. Cuando regreso a la casa en la noche, doy una leída a mis cuadernos porque estoy tratando de sacar el bachillerato a distancia. Los sábados por la mañana voy al Instituto Damián Villacorta, allí es donde estoy sacando el bachillerato, me dejan muchas tareas para hacer durante la semana.

Además colaboro en el trabajo pastoral de la parroquia San Miguel de Huizúcar. Estoy en el coro parroquial, allí nos reunimos para ensayar los cantos. Y también estoy en la pastoral de la salud, estamos haciendo medicina natural, hacemos pomadas, jarabes y jabones con hierbas. Nos reunimos cada quince días, los domingos después de la Misa. Se me olvidaba decir que también estoy como tercera coordinadora de los acólitos, nos reunimos con los niños y las niñas, son como diecisiete, allí les damos enseñanza sobre las cosas que se ocupan en la Misa, sobre cómo deben comportarse. Hay una calendarización para todo el año y hacemos celebraciones de la Palabra en las casas de cada uno de los niños y las niñas. Bueno, ellos hacen las celebraciones, nosotros solamente somos apoyo.

El año pasado, en diciembre, los compañeros del FMLN me propusieron para ser candidata como concejal. Es mi primera experiencia. La verdad es que yo siempre he sido partidaria del FMLN, pero secretamente. Hoy ya me conocen de qué lado estoy. Yo les dije "¿y por qué me proponen a mí habiendo tanta gente preparada?". Me buscaron porque ellos ven que soy participativa y la gente me conoce y porque ven que soy seria y responsable. Ellos me dijeron que quieren la participación de la mujer, somos tres mujeres. Yo les dije que podían contar conmigo. Hablé con mi papá y con mi mamá, y ellos me apoyaron, también mis hermanas. Al principio me sentía mal porque no le iba a dar tanto tiempo para mi hija Claudia en el fin de semana. Platiqué mucho con ella y está de acuerdo, hasta me acompaña a las reuniones. Como las reuniones son por la noche, les dije a los compañeros que si me iban a dejar a la casa, porque por la situación es peligroso andar sola por la noche. Me chocaban con todas las reuniones, por eso fui a hablar con la hermana que es directora de la escuela y ella me dijo que era estupendo que tomara ese compromiso, me sentí mejor con su apoyo.

No conseguimos ganar las elecciones. En Huizúcar ganó el PCN. Pero no porque perdimos lo voy a dejar. Ya nos hemos reunido para analizar los resultados. Hemos obtenido más votos que las elecciones pasadas. Vamos a seguir trabajando. Ahora estamos preparando un convivio para agradecer a las personas que nos dieron su voto. Y les vamos a seguir visitando en su casas. ¿De dónde saco el tiempo? Siempre estamos en movimiento. A veces hacemos excursiones con los niños y las niñas de la parroquia, ése es mi descanso. Yo me siento bien porque estoy ayudando a la comunidad y porque están tomando en cuenta la participación de la mujer.

Esto es lo que me contó Tomasa el día martes, 17 de marzo. Su testimonio es buena noticia en medio de la barbarie. Y como ella hay muchas mujeres en El Salvador. Miguel Cavada.

 

Una marcha de mujeres en 1982. Hace poco nos enviaron la foto de tres mujeres que publicamos con la siguiente carta del 25 de noviembre de 2002

Estimada Gente: En 1982 cuatro viudas estaban en un barrio de San Salvador y comenzaron una tradición: la marcha en memoria del Arzobispo Oscar Romero. Al final de la marcha eran miles. En esta foto aparecen tres de las cuatro mujeres que iniciaron la marcha. La autora de esta foto, Corinne Dufka, me la regaló cuando yo estaba trabajando en El Salvador entre 1983 y 1985. Yo quiero dar esta foto a la gente pobre de El Salvador. Nosotros en Estados Unidos, no merecemos este recuerdo.

Richard Flamer

The Chiapas Project, Catholic Worker

A esta carta sólo hay que añadir dos reflexiones. La primera es que, tras el asesinato de Monseñor en 1980, cesaron las manifestaciones públicas por las calles de San Salvador, pues el miedo era muy grande. La marcha de mujeres que menciona la carta fue la primera que superó el miedo. La segunda es que también las mujeres fueron las primeras en superar el miedo y dirigirse a la tumba de Jesús. Recordatorio importante para la Iglesia y la sociedad este 8 de marzo.

La mujer africana se organiza. Cerca de 60 personas, entre ellas numerosas religiosas y mujeres mayores, pertenecientes a la asociación feminista por la defensa de los Derechos Humanos "Women of Zimbawe arise" (Las Mujeres de Zimbawe se levantan), se reunieron delante de la sede de la Delegación de las Naciones Unidas en la capital de este país africano iniciando una "Marcha por Amor" no autorizada por la policía. Los agentes enfrentaron a golpes de matraca a las manifestantes que llevaban pegatinas en las que se leía: "Mujeres contra la violencia".

Obligadas a subir a camionetas las condujeron a la cárcel local para interrogarlas. La policía detuvo también a siete periodistas, liberados más tarde, de agencias nacionales e internacionales que estaban en la capital para asistir al campeonato mundial de "cricket". Las detenciones de hoy no han sido las únicas. Ayer fueron víctimas el obispo protestante Trevor Manhanga -presidente de la Compañía Ecuménica de las Iglesias de Zimbawe- y tres activistas de la "Coalición para la crisis de Zimbawe" -que reúne a varias asociaciones de la Sociedad Civil-, cuando la policía dispersaba a los participantes del mitin que trataba del papel de la Iglesia para resolver la difícil situación en la que se encuentra el país. Justificaron esta intervención porque la manifestación no había sido autorizada.

 

 

XXIII Aniversario de Monseñor Romero

"Salúdame a todas las entrañables amistades de ese querido El Salvador y besa por mí el sepulcro de San Romero de América", Pedro Casaldáliga.

Comenzamos con esta cita de Pedro Casaldáliga, cantor de Monseñor en su poema "San Romero de América". En las páginas siguientes vamos a reproducir testimonios y celebraciones de estos días con reflexiones sobre la presencia de Monseñor. Quienes lo asesinaron han perdido la batalla, aunque todavía no han derramdo lágrimas de arrepentimiento ni han aceptado el abrazo del perdón.

Canonización

"Está claro que Monseñor Romero es un mártir, asesinado por los escuadrones de la muerte del mayor Dabuisson". Estas son palabras de Monseñor Rosa a Diario El Mundo, Madrid, hace ya un año,que siguen siendo válidas. El pueblo cristiano de todo el mundo lo venera como un santo, pero "al Vaticano le cuesta asumir un mártir como Romero", agrega. La razón es muy clara: "Monseñor Romero es un mártir atípico, que no fue asesinado por un régimen comunista o nazi, sino por un régimen que se profesaba católico; es decir, por la civilización cristiana". Su causa cuenta con el aval del Papa, que se postró ante su tumba en 1983 y dijo: "Romero es nuestro, es de la Iglesia". Pero aún así, algunos en Roma "nos dijeron que habíamos ocultado homilías heréticas de Monseñor Romero. ¡Una absoluta invención! En el fondo se trata de un intento de los más conservadores por detener su causa de beatificación".

Algo parecido acaba de decir Monseñor Urioste en la YSUCA el día 12 de marzo. Un radiohablante le preguntó: "¿Y por qué no canonizan a Monseñor, ahora que se acaba de anunciar la beatificación de la Madre Teresa el 19 de octubre?". Monseñor contestó. "Es que el Vaticano sabe qué hacer con mártires y santos que han sido buena gente y han ayudado a los pobres. Pero no sabe qué hacer con santos que se han enfrentado a los opresores de este mundo y por ello han sido asesinados. Son los mártires como Monseñor Romero. La madre Teresa ayudó a los pobres, pero no habló de la injusticia. Monseñor Romero también ayudó a los pobres, pero sí habló de la injusticia".

Lo que está ocurriendo es que los procesos de canonización pueden decir más sobre lo que es la curia vaticana que sobre lo que son los santos y santas que después son canonizados. Que canonicen o no a Monseñor Romero no va a añadir mucho a lo que sabemos de él. Es un santo.

Testimonios

"Don Oscar Romero descubrió cómo era el mundo de su patria. Cuando se comprometió con los pobres y los perseguidos, selló su destino. Sabía que lo iban a matar. Su martirio fue el mayor signo que ha dado América Latina al mundo entero. Dio credibilidad al Evangelio en América, tan necesitado de ella. Su misión en San Salvador duró poco, pero lo suficiente para iluminar al mundo entero". José Comblin, Brasil (Diez Palabras sobre la Iglesia en América Latina, 2003).

"Creo que Monseñor Romero, fue un gran amante de la verdad. Ni escondía sus propias faltas ni ocultaba o callaba la verdad que veía en el país. En 1979, tuvo, al menos, dos homilías en que habló sobre la verdad. "No le tengamos miedo a quedarnos solos si es en honor a la verdad... Si no decimos la verdad estamos cometiendo el peor pecado; traicionando la verdad y traicionando al pueblo" (15 noviembre, 1979). En abril del mismo año había dicho: "llevar la capacidad de la verdad es sufrir el tormento interior que sufrían los profetas. Porque es mucho más fácil acomodarse a las situaciones para no perder ventajas, para tener poder. ¡Qué tentación más horrible la de la Iglesia! Y sin embargo, ella que ha recibido el espíritu de la verdad, tiene que estar dispuesta a no traicionar la verdad. Y si es necesario perder todos los privilegios, los perderá, pero dirá siempre la verdad" (22 de abril, 1979). Monseñor Ricardo Urioste.

Comunicados

La Fundación Monseñor Romero

Después del asesinato de Monseñor el 24 de marzo de 1980, recuerda Jon Sobrino que hubo una reunión en el Arzobispado. Una de las discusiones fue sobre cómo debería ser la homilía que se pronunciase en la misa funeral del 30 de marzo. Ignacio Ellacuría tomó la palabra y dijo: "la homilía debiera ser una reflexión sobre la figura de Monseñor a la luz de las lecturas bíblicas". Y, añadió, "habría que decir la realidad del país, los hechos de la semana, para seguir así la tradición de Monseñor y mantenerlo vivo". La homilía del domingo 30 la tuvo el Cardenal Corripio, Arzobispo de México, y la homilía no fue así. Pero quedó la idea de que a Monseñor se le venera no sólo recordándolo, sino haciendo lo que él hizo.

Así lo hace el comunicado de este año de la Fundación Monseñor Romero. Después de comparar a Monseñor con Jesús de Nazaret, menciona y denuncia cinco graves problemas del momento actual. 1. La pobreza de las mayorías y el mínimo interés de los poderosos por superarla. 2. La necesidad de una reforma del sistema de salud y el mal manejo del conflicto por parte del gobierno. 3. La apatía y frustración ante la política, los partidos y las instituciones públicas, pues éstos viven divorciados de las necesidades de las mayorías. 4. El predominio de la propaganda y el ataque al adversario en las campañas electorales sin responder a los problemas más acuciantes. 5. El apoyo del presidente salvadoreño a una intervención militar en Irak -y recuerda las palabras de Monseñor al presidente de Estados Unidos: "Estamos hartos de armas y balas. El hambre que tenemos es de justicia, de alimentos, de medicinas, de educación" (21.10.79). Monseñor sigue vivo.

Comunicado de la Iglesia Bautista Emmanuel

"La Misión Pastoral de Monseñor Romero irrumpió en una realidad que negaba (y aún niega) la dignidad humana. Esta Misión rompía el silencio profético de varios siglos, en medio de un sistema cuyas estructuras oprimen -y continúan oprimiendo y humillando- la imagen de Dios en nuestras hermanas y hermanos pobres y marginados.

Oscar Romero, el justo, el santo, fue víctima de los intereses mezquinos de los sectores de poder, quienes incapaces de detener la fuerza de la verdad en su palabra, decidieron matarlo. Monseñor Romero pedía demasiado, reclamaba demasiado, Justicia y Paz para su pueblo y para sus pobres.

Los sectores del gran capital, los militares fascistas, el fundador del partido ARENA, creyeron necesario callar la voz de la conciencia para este país; consideraron una necesidad política asesinar a Monseñor Romero, porque les estorbaba en sus planes de opresión y represión.

Cuando en un país se asesina a una persona por decir la verdad, se ha perdido toda sensatez. Pero cuando se asesina a Monseñor Romero, ministro de Dios, ocupado en el noble trabajo de ser Pastor, se puede decir que se entronizó en El Salvador las fuerzas más oscuras, las fuerzas del mal y de la peor ruindad". Rev. Miguel Tomás Castro.

En la UCA

El Centro Monseñor Romero de la UCA lleva su nombre, y todos los años le recuerda. El viernes 21 se celebró con la Capilla llena una eucaristía presidida por el Padre Tojeira. Antes el Centro Cultural organizó números de danza ante la entrada de la Capilla, y durante la misa cantó el coro. De entre las peticiones y ofrendas destaca la de un grupo de norteamericanos y norteamericanas que han participado en marchas de protesta ante la embajada de Estados Unidos.

El jueves 20 hubo un concierto en la Capilla con las canciones más conocidas en honor a Monseñor, y el sábado 22 llegaron bastantes jóvenes, campesinos y campesinas de la comunidad de Santa Marta y de Sonsonate.

El miércoles 19 llegó la comunidad Mercedes Ruiz. Elizabeth Marie O’Donnell, norteamericana, que allí trabaja nos dejó este testimonio:

"Vine a El Salvador para buscar lo que quiere decir "ser cristiano" hoy en día como persona, como comunidad y como Iglesia. Siempre he sospechado que la identidad cristiana se encuentra en el amor, la solidaridad, la justicia y la paz. Pero casi nunca encontraba indicaciones de esa identidad ni en las iglesias ni en las personas supuestamente "cristianas" de mi país. Me desesperaba, y ya estaba por dejar mi búsqueda. Pero decidí intentarlo una vez más, esta vez en El Salvador, tierra de Monseñor Romero y de los héroes y mártires de la verdadera lucha cristiana, mejor dicho, la verdadera lucha humana.

Esa lucha era y sigue siendo una entrega entera de la vida, hasta la muerte, como hizo Jesús, como hizo Monseñor Romero. Pero el seguimiento de Jesús y de Romero, el martirio, no sólo vienen en medio de guerra y persecución física. Veamos el ejemplo de nuestro hermano Mercedes Ruiz, seguidor de Monseñor Romero, quien luchó como catequista y animador comunitario, y arriesgó su vida durante los tiempos de represión, aunque sobrevivió y continuó su obra con entrega total después de los acuerdos de paz, porque sabía bien que para su gente no había paz. Trabajó y se entregó incansablemente hasta enfermarse y morir de un cáncer.

Como fundación dedicada a su ejemplo y como comunidades siguiendo sus huellas, hemos celebrado el octavo aniversario de su muerte y resurrección este miércoles en la capilla de la UCA. Durante la celebración tuve el gran privilegio de participar nuevamente en "la resurrección en el pueblo" de Jesús, de Monseñor Romero y de tantos hombres y mujeres como Mercedes Ruiz, quienes dieron sus vidas por amor a su gente, que sigue entregándose diariamente en su convivir, compartir, amar y luchar comunitario".

En la calle

Este año la celebración de Monseñor Romero ha tomado un giro imprevisto. Se le ha recordado, pero juntamente con él se ha tenido muy presente al pueblo de Irak, que ahora sufre y muere bajo una lluvia tenebrosa y mortal de misiles. No hizo falta que nadie lo dijera. El grito se ha escuchado claro, rotundo e insistente: "No a la guerra, sí a la paz. Viva Monseñor Romero". No ha habido ninguna celebración en estos días donde no se haya gritado con indignación y con muchas ganas, las palabras de la última homilía de Monseñor Romero: "En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo de Irak, ¡cesen los bombardeos! ¡cese la intervención militar! ¡cese la guerra!". El pueblo ha unido lo que muchas otras gentes separan: a Monseñor Romero y a los pobres de la humanidad. Les cuento un poco de lo que he visto y oído:

Viernes, 21. La Asociación de Trabajadores del Arte y la Cultura (ASTAC) me invitan para reflexionar sobre el tema "Incidencia de Monseñor Romero en los jóvenes". Pero el tema se va por otro lado, recordamos al pueblo de Irak y leímos la carta de Monseñor Romero a Carter, sólo le cambiamos el destinatario: Carta a Bush. Y nos sorprendemos de la claridad y valentía de Monseñor Romero.

Sábado, 22. Un enorme y bello mural de Monseñor Romero y el pueblo salvadoreño da la bienvenida a cientos de personas que se han reunido para celebrar la IX Vigilia de Monseñor Romero, organizada por ASTAC. El lema es "Por la seguridad social y los derechos humanos", pero la realidad se impone y el grito que más se oye es "No a la guerra". Con especial emoción se cantó: "Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente". En el acto ecuménico, se recuerda la denuncia de Monseñor Romero al imperialismo. Los artistas de ASTAC han elaborado para esta ocasión varios murales y anuncian que los donan a varias comunidades campesinas: "Monseñor Romero es del pueblo y al pueblo regresa". El mural que más aplausos arranca es uno elaborado por los niños y las niñas.

A esa misma hora, me cuentan que hay otra vigilia frente a catedral, organizada por las comunidades cristianas. Alguien que viene de allá me dice que hay una manta grande donde se lee: NO a la guerra, y sobre el NO hay plasmadas siluetas de varias manos. Son las manos de las niñas y los niños salvadoreños que quieren así expresar su solidaridad con los niños y niñas de Irak.

Domingo, 23. Me invitan a dar una plática en la Parroquia La Asunción de Izalco. Me llama la atención una frase en el periódico mural de la puerta de la Iglesia "El mundo en pie de paz", acompañado de fotografías de varias ciudades del mundo donde se han organizado marchas contra la guerra. A la par una leyenda dice: "No a la guerra". Firmado: Monseñor Romero. Hay más de doscientos rostros de campesinas y campesinos, venidos de los cantones y de la ciudad de Izalco, están muy atentos. Les pregunto: "¿Qué piensan que fue lo más importante para Monseñor Romero?" Se oyen varias respuestas: "El amor, la paz, la justicia, los pobres". Insisto: "Todo eso que han dicho sin duda que fue muy importante para Monseñor, pero creo que hay algo que fue más importante"… Ya no me deja seguir con la pregunta una señora que dice: "la vida", y tiene razón. "Este es el pensamiento fundamental de mi predicación: nada me importa tanto como la vida humana. Es algo tan serio y tan profundo, más que la violación de cualquier otro derecho, porque es vida de los hijos de Dios y porque esa sangre no hace sino negar el amor, despertar nuevos odios, hacer imposible la reconciliación y la paz. ¡Lo que más se necesita aquí es un alto a la represión! (16 de marzo de 1980).

Aprovecho la ocasión para visitar a una familia amiga en Sonzacate. Me encuentro a Carmen pintando un jarrón. "Lo voy a llevar con unas flores a la tumba, como agradecimiento por el milagro de mi curación". Carmen tuvo hace año y medio un accidente de tránsito muy grave. El espacio principal de la casa, está presidido por un poster de Monseñor Romero, y me cuentan que cuando el padre de Sonzacate les vino a visitar, le llamó la atención: "¿Y porqué tienen a Monseñor?". Ellos le respondieron con otra pregunta: "¿Por qué en la parroquia no se celebra a Monseñor Romero?". El padre les respondió: "Es que el alcalde es de ARENA". "¿Y qué tiene que ver el alcalde con la Iglesia?". El padre ya no respondió nada. Eso fue hace un año. Hoy el padre les mandó avisar: "Vengan a la parroquia". "Fuimos y nos dio mucha alegría, es la primera vez que en la parroquia de Sonzacate se celebra a Monseñor Romero. La iglesia estaba llena, antes hubo una marcha con mantas de condena a la guerra. Estamos muy contentos".

Ese domingo hubo también una marcha de jóvenes desde El salvador del Mundo hasta la cripta para manifestar el rechazo a la invasión de Estado Unidos en Irak.

Miguel Cavada Diez

El 24 de marzo

Por la mañana hubo una misa en el Hospitalito. El sacerdote que la presidió recordó que sobre este altar Monseñor Romero derramó su sangre hace 23 años. Una religiosa del hospitalito que había presenciado la última misa de Monseñor compartió sus recuerdos. Entre otros testimonios me conmovió especialmente el de una señora ya muy mayor que llevaba en sus manos una foto de Monseñor y otra de su hijo, asesinado por las escuadrones de la muerte. Es un simbolo de la realidad y un recuerdo que trae consuelo: Monseñor al lado de un mártir desconocido, pero muy conocido por su mamá. ¡Cuántas madres que perdieron a sus hijos han recibido consuelo de Monseñor! Su sangre se ha mezclado realmente con la sangre de su pueblo.

Otro momentoque recuerdo es cuando durante la homilía unos 200 jóvenes de un colegio sencillo con sus uniformes entraron en la capilla en procesión. Se notaba que iban por primera vez a visitar ese lugar sagrado. Su profesor les explicó quién fue Monseñor, y después cantaron un canto a Monseñor Romero. Sigue vivo en las generaciones que no le conocieron.

Por la tarde hubo procesión de farolitos.Un grupo de Sonsonate traía mantas con leyendas de Monseñor. Otro grupo de ciudadanos estadounidenses gritaba contra la guerra. Y muchos más. Quizás había de 3,000 a 5,000 personas. Las consignas: "No a la guerra, sí a la paz", "queremos obispos al lado de los pobres". Había gente venida del campo, gente mayor y también jóvenes que no conocieron a Romero.

Monseñor Rosa Chávez fue recibido con aplausos. También estaba presente Monseñor Mojica. Su homilía fue sobre la paz y en contra la guerra. "Estados Unidos, al comenzar la guerra, ya la ha perdido en el corazón de su pueblo". "El gobierno de Estados Unidos es hipócrita: condena el maltrato de los prisioneros norteamericanos en Irak y ellos violan las leyes internacionales y los derechos humanos de los afganos presos en Guatánamo". Hizo distinción clara entre pueblo y gobierno de EE.UU y agradeció a los norteamericanos que han venido a ayudar a nuestro país. Estos pidieron perdón por lo que hace su gobierno. Al presidente Flores le pidió que escuchara el clamor contra la guerra en todo el mundo y también aquí en El Salvador.

Fue muy emocionante ver cómo el nombre de Irak y de sus gentes resonaba por todas parte en este país, el día en que los salvadoreños celebramos nuestra fiesta. Recordaban, sin duda, cuando de otras partes del mundo llegaban a solidarizarse con El Salvador.

Martin Maier

 

 

Dios en Iraq

Se ha consumado el mal y ha estallado la guerra en Iraq. Es un crimen de lesa humanidad. Muchísimas iglesias cristianas, con Juan Pablo II y el consejo mundial a la cabeza, no han dudado un momento en condenar la guerra y llamar a la paz.

El miércoles 12, Juan Pablo II hizo un nuevo llamamiento para lograr una solución pacífica. Pidió que se valoren las "tremendas consecuencias" de una guerra para la población civil y la región del Cercano Oriente. Pidió también al régimen de Bagdad que colabore con los inspectores de la ONU. "Hay todavía tiempo para negociar, hay todavía espacio para la paz". En tono muy personal, recordó que él había vivido -"sobrevivido", añadió- a la segunda guerra mundial. Quería recordar a los jóvenes de hoy los horrores de un conflicto bélico: "Tengo el deber de decir nunca más la guerra".

El lunes 17, el enviado del Papa a Iraq, el Cardenal Pío Laghi, denunció la cumbre de las Azores: "Tres países se reúnen en las Azores, sólo tres, y eso es un grave error". Y ante la inminencia de la guerra, el Vaticano lanzó un mensaje sin precedentes por su claridad y su crudeza: "quien decida que todos los medios pacíficos disponibles bajo el derecho internacional están agotados, asume una grave responsabilidad ante Dios, su propia conciencia y la historia". Las palabras van directamente dirigidas contra el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, pues, aunque no se mencionen sus nombres, Bush y Blair son cristianos declarados.

Por su parte el arzobispo R. Martino, presidente del Consejo Pontificio para la justicia y la paz, dijo que una posible intervención militar contra Iraq sería "un crimen contra la paz". Y añadió que "a un pueblo que desde hace 12 años pide pan, ¡se preparan para tirarle tres mil bombas!... Recemos para que el corazón del faraón no sea obstinado y de este modo no caigan sobre la humanidad las plagas bíblicas de una guerra espantosa".

Al mismo tiempo, el Papa dio órdenes al nuncio en Bagdad, de que se mantenga en su puesto. Desea que la delegación del Vaticano en Iraq permanezca en el país para ofrecer ayuda humanitaria a la población en caso de guerra. Muchas otras personas se quedan en Bagdad o han ido allí para defender con su presencia al pueblo iraquí, entre otros los dominicos y dominicas, mientras que funcionarios de Naciones Unidas y otros embajadores la han abandonado. Algo parecido ocurrió en 1999 durante la invasión de Timor del Este. El lugar quedó incomunicado, pues embajadores y periodistas abandonaron la isla. El contacto por radio se hacía con un colegio de niñas llevado por religiosas salesianas. Estas no abandonaron la isla. Se quedaron para cuidar a las niñas y abrir las puertas del colegio a otros miles de niños.

Muchísimas iglesias se han opuesto a la guerra. En Estados Unidos, la Iglesia católica y todas las Iglesias protestantes históricas, con la excepción de una sola comunidad y de la llamada ultraderecha cristiana en la que se apoya Bush, Rumsfeld, Colin Powell... Muchas otras se han manifestado en todo el mundo en contra la guerra. Especial significado tiene una carta del 23 de febrero suscrita por tres iglesias cristianas que han vivido y viven cercanas a la guerra: la iglesia de Jerusalén, Sarajevo y Bagdad. Dicen en su comunicado ¡No a la guerra!

Nuestra voz es débil, pero queremos ser voz de nuestra gente, que ha sufrido y está sufriendo la guerra, opresiones e injusticias, y que vive en nuestras tierras, convertidas trágicamente en símbolo de sufrimiento no sólo en los años pasados sino también hoy. No todas nuestras ciudades son santas, como Jerusalén, y ni siquiera son ciudades católicas; pero ciertamente son ciudades mártires...

Si la guerra es destrucción y muerte, no menos trágicas son las consecuencias que inevitablemente comporta: divisiones, odios y muchos refugiados. Ante los ojos del mundo están aún los millones de refugiados y desplazados de Bosnia y de toda la ex Yugoslavia; y las condiciones insufribles de los palestinos, desplazados en su propia tierra o en tierra extraña. En caso de guerra, ¿cuántos serán los refugiados de Iraq que se añadirán a quienes ya han buscado una esperanza de vida huyendo de aquella tierra, afligida desde hace demasiados años por la guerra y el embargo? ¡No nos dejéis solos, porque el mundo hoy tiene necesidad de construir esta esperanza!

Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén

Vinko Card. Puljic, Arzobispo de Sarajevo

Raphael Bidawid, Patriarca de Babilonia de los Caldeos - Iraq

¿Por qué este clamor? Algunos piensan que es por propio interés de la Iglesia. Y ciertamente hay que tener en cuenta el interés del Vaticano en no alienarse al mundo musulmán y no hacer más difícil la vida de las minorías cristianas en ese mundo. Desde ahí podría comprenderse la visita del cardenal Pío Laghi a Bush. El Vaticano no se hacía ilusiones al hablar con Bush, pero quería enviar un mensaje al Islam, a El Cairo y Teherán, Jartum y Peshwar, Jakarta y Abouja: "ésta no es nuestra guerra". El arzobispo Michael Fitzgerald, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, reconoció que "en las presentes circunstancias está el factor añadido de las tensiones crecientes entre musulmanes y cristianos debido a identificar equivocadamente a algunos poderes occidentales con el cristianismo y a Iraq con el Islam".

Pero las Iglesias han recalcado la razón fundamental de la condena a la guerra: lo ha recalcado Juan Pablo II, y también el consejo mundial de Iglesias: " Las calamidades sufridas por los niños iraquíes y las muertes innecesarias de cientos de miles de iraquíes durante los últimos doce años del régimen de sanciones pesan fuertemente sobre nuestros corazones... Atizar todavía más los fuegos de violencia que consumen ya a la región no hará sino exacerbar el odio intenso fortaleciendo las ideologías extremistas y promoviendo más la inestabilidad y la inseguridad mundiales. Como dirigentes de iglesias tenemos la responsabilidad moral y pastoral de oponernos a la xenofobia en nuestros propios países y de disipar los temores de muchos en el mundo musulmán de que el llamado cristianismo occidental es contrario a su cultura, su religión y sus valores. Debemos buscar la cooperación para la paz, la justicia y la dignidad humana".

Ignorar, despreciar, reírse de ese sufrimiento es profundamente anticristiano. El ex-presidente Jimmy Carter le dice a Bush que la visión que tiene de esta guerra no es "una visión cristiana". La teóloga Elsa Tamez se horroriza de las palabras de Bush de que "durante la guerra a Iraq estaría orando por sus soldados y por el pueblo Iraquí. Esto para los cristianos honestos es una inversión total de los valores del cristianismo que ve en Jesucristo al príncipe de Paz y en Dios la plenitud del amor y la misericordia."

El conocido intelectual brasileño Theotonio Dos Santos, crítico de todo tipo de guerras religiosas en nombre de Dios, escribe:

"En el momento presente el Papa y casi todos los líderes importantes ya se pronunciaron contra la guerra desautorizando aquellos que la apoyan en nombre de Dios. Esta es una situación nueva. Nuevo es también el enorme movimiento mundial por la paz que se yergue antes de la guerra, antes de que sus compatriotas empiecen a morir. Hay una esperanza en el aire. Dios parece protestar junto con los millones que se inmovilizan en las calles de todo el mundo para decirlo con toda fuerza: ‘no utilicen mi Santo Nombre en vano’, mucho menos para justificar la destrucción y muerte de millares o quizás millones de inocentes".

Ante la embajada en San Salvador, Dean Brackley

Ha aumentado entre nosotros el dolor y la indignación. Pero no nos vamos a desmoronar. Recordamos el salmo 37 que dice: "No pierdas la paz por causa de los malvados ... Ten confianza en Yahvé y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz" (Sal 37).

Pero seguimos indignados. La utraderecha de nuestro país va a comenzar una guerra que causará un gran horror. Son crueles y mentirosos. Sus propias opciones los han arrinconado, y, ahora, para no perder "credibilidad" - la "credibilidad" del mafioso que se ve obligado a cumplir sus amenazas- están dispuestos recurrir a una violencia inimaginable. Correrá sangre de miles de niños y demás inocentes, y los llamarán "daños colaterales".

Por eso, la mañana del sábado 15 de marzo, y luego el domingo 16, unas 40 personas, vestidas de negro fuimos a la Embajada (en El Salvador no hace falta decir cuál). Ante el muro nos sentamos en la grama con un par de mantas y muchas pancartas con el simple mensaje: "N0". Era suficiente.

Estaba allí un funcionario de la embajada. Se le miraba nervioso y supervisaba a la policía salvadoreña. Nos dijo que, sentados así, constituíamos una amenaza para la embajada. No resistimos, nos movimos hacia la esquina y allí permanecimos. La presencia de dos bebés alegró nuestro silencio, nuestra protesta y el canto final.

El domingo 16 nos volvimos a reunir unas cincuenta personas, jóvenes en su mayoría. Encendimos velas, guardamos silencio, rezamos por las y los niños y demás víctimas, por las iglesias (¡que reconozcan y cumplan su misión!), por los líderes de los

países agresores (que rectifiquen su error), por los escudos humanos de Bagdad... Como el día anterior, nos animó la conciencia de ser parte de un movimiento que, aunque todavía en pañales, está adquiriendo en nuestro país dimensiones desconocidas en la lucha contra la violencia.

Las nubes de la tormenta nos rodeaban, pero pedir y actuar por la paz, en favor de las víctimas, nos ayuda a creer en lo que cantamos: "We shall overcome some day!" "¡Algún día venceremos!".