AÑO XXIII, No.520 1-31 de agosto, 2003

 

30 años de Cristianismo en América Latina

INDICE

MENSAJE DE LA CONFERENCIA SOBRE CRISTIANISMO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

30 AÑOS DE CRISTIANISMO EN AMÉRICA LATINA

FUTURO PAR A LA FE CONFERENCIA DE SAO PAULO

CAMPESINOS DE SESORI LEEN MEDELLIN EN EL 2003

LAS MARAS. SOLUCIÓN DISPARATADA A UN PROBLEMA REAL

A PROPÓSITO DE LAS MARAS

COMITÉ DE NACIONES UNIDAS CONTRA LA LEY DE AMNISTIA DE 1993

ROBO Y DESAPARECIMIENTO DE NIÑOS Y NIÑAS DURANTE LA GUERRA

REFLEXIONES CRISTIANAS SOBRE EL ALCA (II) ¿ESTAMOS VENDIENDO EL FUTURO?

15 DE AGOSTO. CUMPLEAÑOS DE MONSEÑOR ROMERO

 

Mensaje de la Conferencia sobre Cristianismo en América Latina y el Caribe

Del 28 de julio al 1º de agosto de 2003, 740 personas que arribaron de 31 países de América, Asia y Europa, pertenecientes a varias Iglesias cristianas, participan en la Conferencia sobre Cristianismo en América Latina y el Caribe: Trayectorias, Diagnóstico y Prospectivas, realizada en la Facultad Bautista y en la PUC de São Paulo, Brasil.

La Conferencia fue convocada por AMERINDIA, CEHILA-Brasil, CESEP, PUC-SP y SOTER, con apoyo y aportes de otras cuarenta instituciones universitarias y de investigación, agencias de cooperación y centros de formación teológica y pastoral evangélicos y católicos, civiles y religiosos. Hemos examinado el caminar de nuestras Iglesias en los últimos cuarenta años, la situación actual de nuestros pueblos, sus luchas, angustias y esperanzas, así como las interpelaciones que suscitan para la conciencia cristiana y para las Iglesias, en estos tiempos de globalización sin justicia social.

Queremos compartir públicamente la experiencia pascual de estos días de fecundo intercambio de ideas, experiencias y esperanzas.

Sin Memoria no hay Profecía. En la Memoria de nuestro caminar, rememoramos el testimonio inspirador de nuestros mártires, que mezclaron su sangre con la de Jesús y con la de tantas víctimas anónimas. Las luchas crecientes de los pueblos indígenas, de los afro-americanos, de las mujeres y de la juventud, de los desempleados, sin-tierra en el campo o sin-techo en las ciudades... han cuestionado nuestra práctica.

Con la esperanza militante de que "otro mundo es posible", reafirmamos nuestro compromiso solidario con la vida amenazada de las mayorías populares y del planeta tierra/agua. La opción preferencial por los pobres -teniendo en cuenta su diversidad de género, culturas y etnias- tiene que ser renovada, con apoyo irrestricto a sus causas, luchas y movimientos, en este mundo, cada vez más complejo, plural y globalizado. Esta nueva realidad cuestiona nuestra forma de hacer teología. La gratuidad de Dios interpela nuestra gratuidad en relación con los pobres. Hay un imperativo cristiano hoy: forjar una ética mundial que garantice una casa común habitable para todos los hombres y mujeres.

Reiteramos la aspiración a una verdadera integración latinoamericana y caribeña en la que se articulen personas, movimientos, instituciones culturales y sociales, económicas y políticas, partiendo de las necesidades y urgencias de nuestros pueblos y no sólo de los intereses del mercado financiero y de las grandes corporaciones. Las actuales propuestas del ALCA son una forma de inserción subordinada al megamercado norteamericano, bajo la presión de un neoliberalismo excluyente. Esto es contrario al proyecto de Dios para sus hijos e hijas.

Como miembros de la Iglesia de Jesucristo, llamados/as también a estrechar lazos de diálogo y de cooperación con personas de otras religiones y con todas las mujeres y hombres comprometidos con las causas de la Justicia y de la Liberación, reafirmamos nuestro compromiso ecuménico, con vínculos de comunión y de común servicio al Reino.

Porque creemos en la Pascua como victoria sobre el pecado, la esclavitud y la muerte, proclamamos con renovada alegría nuestra esperanza. Ese "otro mundo posible" es también el sueño de Dios.

São Paulo, 1 de agosto de 2003.

 

 

 

30 años de cristianismo en América Latina

I. Las raíces

Del 28 de julio al 1° de agosto se celebró en Sao Paulo una Conferencia sobre el Cristianismo en América Latina y el Caribe: Trayectorias, diagnóstico y prospectivas. En este mismo número ofrecemos el mensaje final (página 2) y una crónica de Francis McDonagh (páginas 5 a 7). En este y los siguientes números iremos analizando lo que nos parece ser lo más importante de esta conferencia. Ahora nos concentramos en las raíces del nuevo cristianismo que comenzó alrededor de Medellín, tal como se hicieron presentes en la Conferencia en algunas personas claves. Las recordamos sobre todo para que las nuevas generaciones de cristianos conozcan sus orígenes.

Inauguró y clausuró la conferencia el Cardenal Pablo Evaristo Arms, durante muchos años arzobispo de Sao Paulo. Su mera presencia, su lucidez, su convicción y su ánimo, nos trajeron a la memoria a Don Manuel Larraín y a Dom Elder Camara, verdaderos pioneros del nuevo cristianismo en América Latina. Nos animó a seguir adelante y, entre muchas anécdotas posibles, recordó una muy personal. "En Roma, cuando oían nombrar a Pablo Evaristo Arns pensaban en seguida en la palabra imprimatur (imprímase)". En efecto, Don Evaristo ha defendido, a veces enfrentándose a obispos y al Vaticano, a muchos teólogos de la liberación concediéndoles el permiso para publicar sus libros. Esto simboliza, obviamente, algo mayor: su defensa durante muchos años de los millones de pobres de su diócesis y de todo el continente.

También estaba Don Samuel Ruiz, bien conocido por su trabajo en defensa de los indígenas en Chiapas, que nos recordó a Proaño entre los indígenas de Ecuador. Don Samuel es uno de los pocos obispos latinoamericanos vivos que asistieron al Vaticano II. Es la tradición. Nos recuerda a Don Sergio Méndez Arceo, que abrió tantos caminos nuevos en el Iglesia de México y de América Latina, y muchas veces en soledad. Don Samuel exigió que la Iglesia Católica se zambulla en las culturas indígenas, respetando las identidades culturales ante la fuerza de la globalización. Insistió en la cuestión de género y en la opción por los pobres, no sólo en favor de los católicos, sino también de los no creyentes. No se mostró muy entusiasta ante la convocatoria de un nuevo Concilio, pues cree que todavía quedan muchas cosas del Vaticano II para ser puestas en práctica.

No faltó Don Pedro Casaldáliga, a quien Roma aceptó la renuncia que presentó en febrero, aunque sigue en su diócesis hasta que llegue su sucesor. En la (conferencia tocó un tema que lleva muy en el corazón: los desafíos del pluralismo religioso a la Iglesia. A él le gusta formularlo en positivo: hay que caminar "por los muchos caminos de Dios". Don Pedro es también el obispo de San Romero de América. Cuando le saludé, le dije que "la mitad de El Salvador le mandaba saludes, si que le preguntaban si vendría en el 2005 para el XXV aniversario de Monseñor". No lo dudó un instante. "Si esta salud me lo permite", comentaba sin darle demasiada importancia, "allí estaré. Sin duda". Me dijo que estaba escribiendo el oficio litúrgico de los mártires latinoamericanos. Don Pedro es el obispo de los mártires, y, si no lo es él mismo es porque los asesinos lo confundieron con su acompañante el Padre Joao Bournier, S.J., a quien dieron muerte.

El día de la inauguración la conferencia rindió homenaje a uno de los teólogos pioneros José Comblin, que acaba de cumplir 80 años. Lleva más de 40 años en América Latina. Sufrió persecución en Brasil y en Chile bajo las dictaduras. Ha recorrido diversos países, hablando en universidades y, sobre todo, trabajando con la gente sencilla, campesinos y obreros, para mantener vivo el evangelio de Jesús. En su discurso, hizo una extraordinaria alabanza de los pobres, su generosidad, su servicialidad, su amor. Y dijo estas bellas palabras: "cuando me preguntan si me cuesta la fe, les digo que no. No necesito creer, porque veo el inmenso amor de esta gente". Recordé mi encuentro con él hace 10 años. En el momento de dar la comunión en una eucaristía, dijo con la hostia en la mano: "que el cuerpo de Cristo nos dé fortaleza para mantenernos firmes hasta la última lucha".

Y estuvo Gustavo Gutiérrez. El lector podrá ver algunas de las cosas importantes que dijo en la crónica de Francis McDonagh. Personalmente me impactó que a sus 75 años, después de una vida de muchos ajetreos y problemas y, últimamente, también de muchos homenajes, el premio Príncipe de Asturias, la medalla del Congreso de Perú, Gustavo Gutiérrez no pierde el humor. Y sobre todo sigue hablando de los pobres con el mismo entusiasmo de hace 30 años. También habla de la teología de la liberación, pero en tono menor, y vuelve a recuperar su entusiasmo total al hablar de la fe, del evangelio y de Jesús.

Hemos mencionado a tres obispos y dos teólogos que están en las raíces del cristianismo más latinoamericano y más evangélico. En próximos números mencionaremos a otros y otras que han ido construyendo ese cristianismo y preguntándose por su futuro.

Desde El Salvador, tendríamos que mencionar a teólogos como Ellacuría y sobre todo a Monseñor Romero. Monseñor no estuvo en el tiempo de echar raíces, pero les dio un vigor incomparable. Por eso le recordamos, y además el 15 de agosto hemos celebrado su cumpleaños. Terminamos este comentario con frases de la homilía que pronunció Mons. Urioste ese día que explican bien las raíces de su vida personal que transmitió a todos los cristianos y cristianas y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

"¿Por qué Monseñor fue como fue? ¿Por qué fue fuera de serie? ¿Por qué ocupó tanto espacio en tan poco tiempo? ¿Por qué Monseñor fue tan conocido no sólo en el país, sino en el mundo? Porque él, en primer lugar, descubrió a Dios. En nombre de Monseñor Romero yo les digo, hermanos y hermanas: ¡descubran a Dios! Y en el momento que descubran a Dios se van a disparar, van a ser un huracán, van a ser "romeritos" cada uno de ustedes.

Monseñor descubrió a Dios en la oración profunda. Era un hombre bien enraizado en Dios, y porque descubrió a Dios de verdad, descubrió a la persona humana y sus situaciones. Por eso se acercó con su corazón entero, con su ser entero, a la persona que sufría, a la persona que padecía, a la persona que tenía dificultades. Descubre a Dios y descubre a la persona humana a la que tiene que servir.

Y lo hace con Espíritu. En primer lugar con el espíritu de Abraham. Para seguir a Dios hay que dejar las cosas: "sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que te mostraré". Y Monseñor Romero también sale de la comodidad que pudo haber tenido, como tantos obispos. Deja la comodidad y sale al encuentro de lo que Dios quiere mostrarle. ¿Y qué es lo que Dios le muestra? Le muestra el dolor, la pena, la angustia, la muerte, la tortura y la sangre que está corriendo en el país. Y Monseñor se entrega a aliviar ese dolor.

El también se guió con el espíritu de Moisés. Moisés es el que oye decir a Dios: "He oído los clamores de mi pueblo y voy a liberarlo". Y con Dios, Moisés intenta liberar a su pueblo. Monseñor Romero intentó también liberar a su pueblo, traerle paz y reconciliación.

Monseñor se guió además con el espíritu de Juan Bautista, quien decía: "Yo soy la voz del que clama en el desierto". Y Monseñor decía: "Yo soy la voz de los sin voz". Juan el Bautista decía: "No opriman a la gente, si tienen dos capas dénle una al que no tiene". Monseñor Romero tantas veces clamó porque se hiciese justicia en el país.

Monseñor, finalmente, se guió con el espíritu de Jesús. ¿Quién fue Jesús, hermanos? Es el Dios hecho hombre que nos enseñó y nos mandó que nos amáramos unos a otros. Y ese amor es el que llevó a Monseñor a ver a las personas y no sólo las almas. Vio a las personas concretas con sus angustias, dolores, pesares. Y a esas personas concretas sirvió".

Jon Sobrino

Continuará

Futuro para la fe

La conferencia de Sao Paulo

¿Ha muerto la teología de la liberación? "Si así es, nadie me invitó al funeral", dijo Gustavo Gutiérrez, "y creo que tendría derecho a estar ahí". Gustavo Gutiérrez, el padre de la teología de la liberación, que acaba de cumplir 75 años, estaba muy vivaz en la magna Conferencia sobre El Futuro del Cristianismo en América Latina y el Caribe, tenida en Sao Paulo en la última semana de julio, y su energía contagió a una audiencia internacional. Si los números dicen algo, los 740 participantes provenientes de 31 países muestran que existe un gran interés en la vida y pensamiento de la Iglesia en América Latina, tal como ha quedado expresado en "la opción preferencial por los pobres" y "las comunidades cristianas de base".

"La teología de la liberación" es un símbolo abreviado de esta tradición, y por ello el estado de su salud fue una preocupación importante para la mayoría de los participantes. Además, el destino de esa teología es también un asunto altamente político. Gustavo Gutiérrez fue sólo una de las varias voces que apuntaban a que muchos en la Iglesia quisieran que estuviese muerta. "Hay muchos intereses implicados. Ya en 1973 me dijeron que la teología de la liberación había muerto". Pero Gustavo no tiene tiempo ni interés para entrar en ese tipo de peleas. "Las teologías no son propiedad privada. Lo importante es la vida cristiana, el evangelio, ser testigos de Jesucristo".

Lo mismo dijeron otros en palabras diferentes. Para María Clara Bingemer, teóloga brasileña, la conferencia ha mostrado que "la teología de la liberación -mejor sería decir la primacía de la justicia y de la paz, y de todas las luchas fundamentales que en América Latina han quedado bien expresadas con el término de teología de la liberación- todavía atrae a la gente". Jon Sobrino, el jesuita vasco que llegó a El Salvador en 1957, recordó que ya en 1980 tuvo lugar, también en Sao Paulo, una conferencia semejante. "Esto es para mí una prueba de que estos procesos de Iglesia y de teología han echado raíces, y que las raíces que fueron plantadas entonces eran muy sólidas. Para mí lo importante no es el pasado o el presente, sino echar raíces o no. Lo que ahora tenemos es mucho más amplio que hace veinte años, hay muchos más problemas que enfrentar, pero sigue habiendo algo bueno y positivo, lo que muestra que las raíces fueron plantadas certeramente. Por eso, creo yo, siguen creciendo y ahora producen flores diferentes y que no controlamos. Pero lo fundamental que proviene de aquellas raíces sigue en pie: los pobres, la creación de Dios -tan destruida-, toda esa pobre gente que quiere vivir, que son creyentes, y piensan que ser humanos y cristianos es ponerse humildemente al servicio de la vida".

La diversidad de flores de las que hablaba Jon Sobrino fueron expuestas durante la Conferencia en 48 talleres sobre temas tan diversos como bioética, tecnología de la información, economía, tierra y agua, problemas urbanos, migraciones, género, ecumenismo, tradiciones religiosas africanas, educación popular, el uso de la Biblia, la opción preferencial por los pobres y el pluralismo religioso. A pesar de alguna que otra referencia a "los nuevos actores sociales", temas sobre género y sexualidad, que en Europa son tan importantes, quedaron como temas marginales. Desde esta perspectiva el foro más desafiante fue quizás un taller a cargo del grupo latinoamericano de católicos en favor del free choice sobre el derecho de las mujeres a controlar su sexualidad y reproducción.

En la conferencia se trató de evaluar los últimos cuarenta años de la Iglesia en América Latina y de mirar al futuro. Todos los oradores se remitieron al Concilio Vaticano II y a su recepción por parte de los obispos latinoamericanos en Medellín en 1968. Como recalcó Gustavo Gutiérrez, éste fue mucho más que una aplicación mecánica del Vaticano II a América Latina. No fue ver a "América Latina a la luz del Vaticano II", sino al "Vaticano II a la luz de América Latina". Entre otras cosas, se sacó adelante el tema que Juan XXIII había mencionado sólo tres meses antes de la apertura del Concilio: la Iglesia de los pobres. Así, un continente, en su mayoría pobre y cristiano, comenzó a dar su propio aporte a la vida cristiana. Gustavo Gutiérrez ironizó también sobre lo que repiten algunos de que la teología de la liberación fue el producto del optimismo de los años 60. "No eran tiempos de optimismo en América Latina". Habían ocurrido masacres en México, en Brasil la dictadura apretaba el tornillo, en Perú el régimen de militares progresistas se estaba desmoronando, y en Chile el gobierno de Allende estaba bajo presión, lo que culminaría en el golpe de Pinochet. ¡Que no me hablen de optimismo!". Señaló como fundadores de esta tradición latinoamericana a dos obispos, Manuel Larraín de Chile y Helder Cámara de Brasil, ambos activos en el Vaticano II y arquitectos de las estructuras diseñadas para que la Iglesia católica se hiciera presente en el continente: las conferencias nacionales de obispos y el Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM. Bajo los auspicios del CELAM se ratificó la "opción preferencial por los pobres en las asambleas que siguieron a Medellín, Puebla (1979) y Santo Domingo (1992)", aunque en medio de una oposición creciente de la alianza entre prelados conservadores de América Latina y de la Curia de Roma.

Para Gustavo, esto no es historia, sino memoria, lo que San Agustín llamaba la presencia del pasado. Como las raíces de las que habla Jon Sobrino, no es nostalgia, sino "un pasado que llevamos dentro de nosotros por lo que significa ahora y por lo que evoca para el futuro. Sin memoria no hay profecía. Los profetas son los que hacen que el pasado revele el presente. La profecía basada en la memoria nos revela los desafíos de hoy".

Lo fundamental que ha logrado la teología de la liberación ha sido hacer de la lucha contra la pobreza la misión central de la Iglesia. Comprendemos ahora que la pobreza no es, en general, algo accidental, sino el producto de causas históricas y sociales a las que tenemos que enfrentarnos. "Ayudar al pobre es bueno, pero mientras no busquemos las causas de la pobreza no seremos fieles al pobre". A lo largo de cuarenta años la teología de la liberación ha ido desarrollando una comprensión más compleja de lo que es pobreza: "la pobreza no puede ser reducida a la dimensión económica", lo que concuerda con la idea bíblica de pobreza como algo mucho más global. Tiene que ver con la insignificancia del pobre, con su invisibilidad por razones étnicas, culturales o de género. A veces hemos dado prioridad al aspecto económico. Debemos poner más énfasis en la alteridad, en el derecho a la diferencia".

Buena parte de la conferencia se dedicó a analizar la complejidad de la pobreza en la era de la globalización, recalcando, como lo dijo la teóloga peruana Carmen Lora, "que ésta ha quitado relevancia al trabajo humano. Lo que antes era para el pueblo pobre un instrumento de poder de organización y de lucha, ahora simplemente ha desaparecido". En todas las presentaciones también se rechazó la idea de que la globalización es simplemente un resultado inevitable del progreso tecnológico, y se insistió más bien en que es el resultado de decisiones tomadas en las alturas en que se organiza la economía mundial. Sus males se echan de ver con toda claridad en el ALCA, que fue descrito como una oferta de integración, pero a través de la subordinación, lo cual priva a los países de América Latina de que desarrollen sus economías en beneficio de sus poblaciones. La posibilidad de crear alternativas dependerá, se dijo, de la capacidad del gobierno y el partido de los trabajadores en Brasil, y del nuevo gobierno argentino de Néstor Kirchner, de reavivar el Mercosur. Y también se ofrecieron importantes reflexiones críticas, filosóficas y éticas, a la globalización: en especial, a la relación entre globalización y consumismo, y a la ideología que niega la posibilidad de que las sociedades puedan controlar las fuerzas económicas. No sólo las naciones-estado son ahora impotentes, sino que cualquier intento de configurar la sociedad suele ser presentado como destinado al fracaso. La idea de que los políticos son inevitablemente corruptos juega a favor de esta visión. Los cristianos que se reunieron en Sao Paulo apoyan al Foro Social Mundial con su lema "otro mundo es posible". Hablar de visiones alternativas es fácil, pero el cristianismo ha sido siempre una religión práctica, por lo cual los cristianos comprometidos socialmente tienen que responder a preguntas nada fáciles.

Los cristianos son por el momento el grupo religioso más numeroso en el mundo, seguido de los musulmanes, cuyo número aumenta mucho más aceleradamente. Para sorpresa de muchos, el siguiente grupo lo forma una combinación de ateos y no-creyentes. Las estadísticas muestran que en Brasil la Iglesia católica ha perdido en la última década del año 2000 tantos miembros como en todo el siglo anterior, lo que reduce el porcentaje de católicos a un 74%. Mucho se han discutido las razones. Hay indicios de que allí donde florecen las comunidades de base el declinar es menos agudo. Sin embargo, el crecimiento del cristianismo en general ocurre entre los grupos pentecostales o carismáticos, quienes no muestran mucho interés, precisamente, en realidades como el pecado estructural y la opción preferencial por los pobres.

Desde un punto de vista práctico la situación confronta a la Iglesia latinoamericana comprometida socialmente con un dilema. Unos piden un nuevo Concilio parar avanzar en lo que el Vaticano II dejó incompleto y otros ponen su esperanza en el liderazgo de los laicos. Los más radicales ponen la esperanza en un ecumenismo de la base, llamado a veces macro-ecumenismo, en el que los creyentes, cuya prioridad es defender la vida humana, llegarán a juntarse a pesar de la esclerosis de sus instituciones. Esto puede sonar a pura fantasía, pero mientras las jerarquías de la Iglesia tengan como prioridad mantener su poder social e ideológico, para mucha gente el ecumenismo de base está empezando a ser la única salida lógica. Algo de esto es lo que Elsa Tamez, teóloga de Costa Rica, dejó vislumbrar en su conferencia. Lo hizo en forma de una epístola que Priscilla escribe a los participantes de la Conferencia. La conclusión de la carta bien puede ser un resumen de la visión cristiana que apareció en Sao Paulo.

Y termino esta epístola rogando a todos los rostros de la teología que representan nuestra América Latina y caribeña que deis un salto, pues los tiempos de hoy exigen que os aboquéis a reflexionar sobre los grandes retos éticos y contemporáneos. No os encerréis en vuestros aportes específicos. Antes bien, desde vuestro propio lugar, aportad y contribuid a los desafíos de la pobreza y exclusión, de las guerras y la violencia, las migraciones. Defended vuestro habitat contra aquellos que buscan enriquecerse a costa de la creación del Dios bendito; son aves de rapiña que se presentan en forma humana. Porque si no lo hacéis vosotros y vosotras ¿quién lo hará? ¡No esperéis que Dios haga todo por vosotros! Y poned mucha atención y entereza al dialogo entre las religiones para que no se blasfeme el nombre de Dios justificando las guerras. ¡Basta de guerras! Os ruego, os suplico: sed constructores de la paz entre las naciones y en vuestra propia nación. Y haced todo como cristianos humildes, pues, como sabéis bien, somos apenas un tercio en el mundo. Pero ante todo, grabad eternamente en vuestros corazones: ¡otro mundo es posible! Mientras tanto, tratad de vivir como resucitados.

Francis McDonagh

Corresponsal del The Tablet, Londres

Texto ligeramente editado

 

 

 

Campesinos de Sesori leen Medellín en el 2003

El 2 de agosto me invitaron a Sesori (San Miguel) para participar en una convivencia de las comunidades cristianas, y me encontré con una pequeña y agradable sopresa: las campesinas y campesinos de las comunidades cristianas leen los documentos de Medellín.

Sesori fue un lugar duramente castigado por la guerra en los años 80, y allí se planificó realizar el fustrado diálogo entre el gobierno y la guerrilla. La pobreza y dureza de la vida persisten. Muchos de sus habitantes han emigrado a los Estados Unidos para abrirse paso y sostener a sus familias.

La parroquia pertenece a la diócesis de Santiago de María. Sesori tiene alrededor de cincuenta cantones y caseríos que atienden dos jóvenes sacerdotes, el P. Elmer y el P. Adán. Han organizado los cantones y caseríos en varias zonas para atenderlos mejor.

Regularmente los campesinos y campesinas se reúnen por zonas y estudian los documentos de Medellín. El método es sencillo, leen un pequeño párrafo y luego lo comentan. Así van, sin prisa y sin pausa, estudiando y aplicando a la realidad actual el mensaje de los capítulos más imortantes y de valor mas permanente: Paz, Justicia y Pobreza de la Iglesia.

Nos podemos imaginar a nuestra gente, acostumbrada a la cuma y al comal, después de una agotadora jornada, pasando las hojas y deletreando las palabras del libro con asombro y admiración, como si fuera la primera vez. De los pobres nos viene la verdad. Una vez más la gente campesina nos evangeliza. Medellín es eterno. Y los campesinos tienen buen olfato para elegir, en 2003, sus mejores textos.

Alguien se preguntará qué hace esa pobre gente leyendo un documento que ya tiene 35 años de haber salido a la luz. Ellos saben por qué lo hacen, pero la razón nos parece clara. Medellín no es un documento más. Es, como se dijo, el Pentecostés de la Iglesia latinoamericana. Allí el Espíritu de Jesús puso las cosas en su lugar: la Iglesia debe estar a la par de los pobres para llamar a las cosas por su nombre y denunciar en voz alta y clara los abusos e injusticias de los ricos y poderosos, para comunicar esperanza y ganas de vivir. Al decir de Monseñor Romero Medellín se hizo "sangre y vida, verdad e historia". Todo esto se quiere olvidar, como si nunca hubiera pasado, pero ahí están otra vez los pobres, los campesinos y campesinas de Sesori, para recordarnos y recordar a toda la Iglesia que lea y viva otra vez la letra y el espíritu de Medellín. Y buena falta hace.

Miguel Cavada Diez

Y otro testimonio. El P. Miguel Lamet, S.J. cuenta que, en 1983, le hizo una entrevista al Padre Arrupe sobre cosas importantes de su vida como General de la Compañía. El Padre Arrupe estaba ya postrado en la enfermería por un derrame cerebral y hablaba con gran dificultad y esfuerzo, haciendo gestos y pronunciando algunas palabras. La contrapartida es que la situación, prácticamente solo ante Dios, le daba gran libertad. Cuando Migel Lamet le preguntó por Medellín, respondió: "Medellín hizo mucho bien. Tuvo más fuerza y valor profético que Puebla. A partir de allí se consiguieron muchas cosas positivas". Arrupe estuvo en Puebla, y apreciaba sus resultados. Pero su intuición era clara. La chispa estuvo en Medellín.

 

 

 

Las Maras. Solución disparatada a un problema real

"La violencia e impunidad que ahogan a la sociedad salvadoreña constituyen un fenómeno grave que desborda los límites de la tolerancia y coloca a sus víctimas en una situación de impotencia y frustración", dice un comunicado reciente del IDHUCA. Y en este contexto se enmarca el grave problema de las maras. El futuro de sus miembros es muy sombrío, y la sociedad tiene miedo. Pero la solución que se propone es disparatada.

Con lujo de detalles, y valiéndose de un gran despliegue publicitario, dentro del cual se incluyó la presencia de los más altos dirigentes del Ejército y la Policía, el Presidente Francisco Flores le anunció al pueblo salvadoreño -el 23 de julio pasado- que esa noche había iniciado el Plan "Mano Dura". Su objetivo: acabar con las pandillas mediante la aprobación de una ley especial y temporal conocida como la "Ley Anti Maras". De esa forma, Flores pretende que la PNC -acompañada de la Fuerza Armada- reprima, capture y promueva el enjuiciamiento de cualquier persona que pertenezca o parezca pertenecer a este tipo de grupos.

La violencia de diverso tipo, y la inseguridad que ésta genera, han sido las preocupaciones más grandes para nuestra gente después de la guerra. Ante ello, los diferentes gobiernos han impulsado diversas acciones: los planes "Grano de oro" y "Caminante", la Ley de Emergencia contra la delincuencia y el crimen Organizado, y la Alianza para la Seguridad, por citar algunas. Asimismo, se han realizado numerosas reformas a los códigos Penal y Procesal Penal. Hasta han querido imponer de nuevo la pena de muerte. El fracaso ha sido total, y la razón es elemental: no se ha considerado ni la magnitud del problema, ni mucho menos las necesidades reales de la población. Y es que las causas del fenómeno son estructurales; entre otras, los graves problemas de exclusión social y pobreza que afectan a la mayor parte de nuestra sociedad, por un lado, y la impunidad y la corrupción que caracteriza el funcionamiento de las instituciones estatales por otro

Si lo que ahora está anunciando Flores como la solución va en la misma dirección de todo lo que se ha hecho, la frustración de nuestra gente será mayor. De eso no tenemos duda, porque los altos niveles de violencia en el país no son fruto exclusivo del accionar de las "maras". De la guerra no se logró avanzar con éxito a una convivencia social armónica. A lo que se ha llegado, más bien, es a una situación de violencia generalizada y extrema que se expresa de diversas formas y en distintos ámbitos como -por ejemplo- la ejercida por la delincuencia, común y organizada; la represión oficial ante las protestas sociales; la desatada entre grupos estudiantiles; la que se produce dentro de la familia y en el tráfico vehicular; el ejercicio de la justicia privada y las posibles venganzas por hechos de un pasado no resuelto. Todo ello, producto de un liderazgo nacional más preocupado de defender intereses particulares que del bien común.

Sin duda, estamos otra vez ante un engaño de grandes proporciones, cuyas consecuencias pueden ser más peligrosas que antes. Se le está mintiendo a la población cuando, por ejemplo, se dice en el proyecto de "Ley Anti Maras" que "solicitar dinero en forma intimidatoria" y "exigir dinero como impuesto" serán delitos sancionados con una pena de dos a tres años de prisión. Estas conductas son variantes del robo y la extorsión, que ya están contempladas en el Código Penal, y se sancionan, por cierto, con penas de seis a diez años; es decir, el doble de lo contemplado en la actual farsa impulsada por Flores. Lo mismo ocurre con la mal llamada "desfiguración de paredes", que no es más que el delito de daños, ya establecido en el artículo 221 del Código Penal.

Lo anterior, y el hecho público de que el Plan "Mano dura" forma parte de la estrategia electoral de ARENA, desnudan esta nueva burla. Lo peor es que Flores pretende colocar a quienes lo critican, en el lado de los "malos", es decir, entre aquellos que defienden delincuentes y que están contra los "buenos", que son los "areneros" que hasta ahora no han podido o no han querido mejorar la situación económica y social de las mayorías, ni combatir en serio la impunidad y la corrupción.

De seguir así, aumentará la cantidad de víctimas de la violencia y la frustración de nuestra sociedad. Hay que hacer algo entonces para cambiar la situación actual; hay que hacerlo desde nuestras comunidades conscientes y organizadas que, comprometidas con la verdad y la justicia, ya tienen una gran experiencia de lucha.

IDHUCA

 

A propósito de las maras

"No es por qué no ha habido mano dura contra el crimen que agobia hoy, la violencia, sino por qué lo único que ha habido en los últimos quince años ha sido la mano dura.

Se ha permitido que se veje a ciudadanos pobres, restringiendo su circulación por vía públicas.

Con sentencias largas se pretende excluir a los confinados de la oportunidad de rehacer sus vidas.

Los desempleados no tienen oportunidades reales de trabajo;

Los desertores escolares no tienen alternativas educativas.

La publicidad se encarga de crear necesidades que la mayoría no puede satisfacer, y ¿se espera entonces que la violencia no aumente en el país?"

Fernando Picó sj.

 

Son las lúcidas palabras de un jesuita, que desde su opción por uno de los sectores más marginados de la sociedad puertorriqueña, ha impulsado incansablemente a partir de 1990 el Proyecto de Confinados Universitarios. En su obra "De la mano dura a la cordura" concluye formulando el siguiente desafío: "las personas confinadas en las instituciones correccionales del país deben recibir una y otra vez el mensaje de que se les reconoce su dignidad humana y su valía, y que sus proyectos de superación tienen respaldo. Las penas infamantes que extra-constitucionalmente se les impone deben ser identificadas y rechazadas. Hay que allanar el camino de su resocialización y rehumanizar el contexto de sus vidas".

Seguramente nuestro gobierno no está pensando en las implicaciones y responsabilidades que supone dicho desafio con el proyecto de "Ley Anti Maras" anunciado espectacularmente por el presidente Francisco Flores el pasado 24 de julio. Se ha dicho que este aberrado plan echa por el suelo el precario esfuerzo que han realizado con pocos recursos humanos y materiales algunas divisiones y programas de prevención de la Policía Nacional Civil dirigidos a sectores juveniles conflictivos o en alto riesgo, y para agravar da luz verde a la policía para detener a cualquier joven por su "mala apariencia", propiciando y reforzando prácticas represivas y acciones que violan los derechos humanos que aún perduran entre algunos efectivos de la corporación policial. Las capturas indiscriminadas se han estado realizando amparadas en una ley que todavía no ha sido aprobada, que atenta contra la presunción de inocencia respetada por la mayoría de los sistemas judiciales del mundo. Incluso se pretende juzgar a menores de doce años como un adulto, incurriendo en la violación de los tratados internacionales, a los cuales nuestros país está suscrito.

El proyecto de "Ley Anti Maras" juzga la condición de las personas y no propiamente sus acciones. En otras palabras, criminaliza la marginalidad, la pobreza y la mendicidad. Además de inconstitucional, es incoherente, inhumana e inviable. Cínicamente la comisionada presidencial para la coordinación del área social, Evelyn Jacir de Lovo, afirmó que "las medidas de reinserción se mantendrán y se fortalecerán, pero para ello se hace necesario lanzar una ofensiva para recuperar territorios que ha sido controlados por las pandillas." (La Prensa Gráfica, 27 de julio, 2003, P.6). En el segundo informe de la región centroamericana sobre desarrollo humano, se afirma que El Salvador es de los países en Centroamerica que menos gasto público destina al área social como porcentaje del PIB, es decir el 3.3 %. Esto ocurre, mientras se han incrementado las desigualdades socioeconómicas entre los salvadoreños: el 10 % de los más ricos de nuestro país perciben el 32 % de los ingresos, mientras que el 40 % de los más pobres a penas se queda con el 13%.

En este contexto es importante recordar que la mayorías de los estudios realizados en los últimos años por distintas instituciones sobre las maras, coinciden y ratifican que este fenómeno sociológico está asociado a la marginalidad urbana y a una multicausalidad de factores, y que por tanto, desminuirán en la medida en que se supere la exclusión social y se ofrezcan reales y mejores programas preventivos y de rehabilitación.

Entre las conclusiones del foro regional, celebrado el 28 y 29 de marzo en San Salvador, "Conferencia Centroamericana de Jueces de Vigilancia y/o Ejecución de la Pena y de Ejecución de Medidas al Menor", se planteaba la urgente necesidad de diseñar una política criminal, entendida ésta como una serie de medidas sociales y preventivas en los países de la región, en lugar de crear políticas represivas que agraven el actual problema penal y peninteciario. Según los jueces participantes, "el modelo de ejecución penal y penitenciario en la región está en crisis y el encarcelamiento sigue siendo excesivamente aplicado en detrimento de las medidas alternativas. Además, los centros de reclusión no han cumplido con su papel de reeducador y resocializador de las personas privadas de libertad y al mismo tiempo en muchos casos se han convertido en un ámbito propicio para la violación de los derechos de los internos" (La Pren-sa Gráfica, 14 de a-bril, P.64).

Indudablemente, esto ha contribuido que en los dos últi-mo años la pobla-ción reclusa au-mente en un 45 %, sobresaturando la mayoría de los cen-tros penales. Hasta el mes de junio del presente año, en los 19 centros se en-cuentran recluídos 11,330 internos, cuando la capaci-dad instalada de los mismos es de 7,137 reclusos, con el agravante de que el presupuesto para todos los centros, sigue siendo el mismo desde hace cinco años: 140 millones de colones (El Diario de Hoy, 15 de junio, p.6). Además de las condiciones inhumanas de hacinamiento, insalubridad, los centros no disponen de programas reales y sólidos de reeducación y de formación técnica que les permita reinsertarse. Según el Departemento de Prueba y Libertad Asistida (DEPLA) del máximo tribunal de justicia, "En las condiciones actuales, muchos reos no encuentran afuera, oportunidades de empleo y sufren discriminación".

Ya M. Foucault señalaba que la cárcel pertenecía a una serie de instituciones de encierro diseñadas para vigilar a sus cautivos. Pero el viejo manicomio, el escueto cuartel militar, el salón de clases atropellante, el hospital caótico han ido cambiando, y se rigen por nuevos criterios. La cárcel contínua deshumanizando. Son aplicables a nuestro sistema penal, las palabras que el Procurador General de Puerto Rico, Enrique Campos del Toro, manifestó hace 53 años en su informa anual al gobernador: "nuestro sistema penal permanece aún arraigado a la infecunda y derrotada filosofía del castigo del delito en razón de una justicia punitiva que ignora las causas de la delincuencia y la personalidad del delincuente y cuyo objetivo es la reparación que se alega se debe a la sociedad. Al preso no se le reconoce valor humano alguno. Cometido el delito es sentenciado y se le arroja en una prisión como si fuera una peste o un residuo social que no merece más consideración. En esta forma el Estado consuma la obra de degradación y exterminio de ese ser humano cuyo delito, acaso, la sociedad misma s responsable".

Es inmoral que el gobierno pretenda "resolver" un problema complejo y multicausal con medidas inmediatista, obsoletas e inhumanas, cuando no ha asumido de manera real y comprometida una política de prevención y reeducación dirigidas a sectores marginados y en riesgo.

Mario Sánchez

 

 

Comité de Naciones Unidas contra la ley de Amnistía de 1993

El día 8 de agosto el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas presentó en Ginebra un informe en el que, tras examinar los informes presentados por El Salvador -lamentando la demora con que lo hizo-, señala varias preocupaciones y hace recomendaciones al gobierno salvadoreño.

Los principales señalamientos son los siguientes. 1. Niños y niñas desaparecidos durante la guerra. La Asamblea no creó una comisión nacional para localizarlos. 2) El caso de Monseñor Romero y otros han sido archivados. Revisar las disposiciones legales que lo hicieron posible. 3) Reclamos a la PNC por abusos de autoridad, violaciones del derecho a la vida, tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes. 4) Títulos falsos en el sistema judicial. Falta un adecuado nivel profesional, se da una lenta depuración de jueces, abogados y fiscales con títulos falsos.

La recomendación más importante es la reforma de la Ley General de Amnistía de 1993 que permita la investigación y procesamiento de los culpables de violaciones a los derechos humanos y la reparación a las víctimas. La ley de Amnistía viola disposiciones del Pacto internacional de Derechos cívicos y políticos que El Salvador firmó y ratificó. El vicepresidente del Comité, Rafael Rivas Posada, recomendó al gobierno salvadoreño "revisar las disposiciones sobre la prescripción para que se permita investigar y sancionar las violaciones a los derechos humanos". Dijo también que "sería saludable iniciar un proceso de negociación política que permita excluir de la protección que ofrece la ley de amnistía los crímenes más aberrantes, por ejemplo, los crímenes contra la humanidad". Y mencionó el caso de Monseñor Romero.

Las reacciones han sido las previstas. Ni la fiscalía, ni la PNC, ni Relaciones Exteriores han dado declaraciones. En la Asamblea, Guillermo Gallegos, ARENA: "no es prudente abrir heridas, pues estamos aprendiendo a vivir en democracia". Orlando Arévalo, PCN: "no podemos remover el pasado; el país está en un proceso de reconciliación, de perdón y olvido". Manuel Melgar, FMLN: "lo más conveniente es derogarla, que se abran las investigaciones, que se haga justicia y luego perdonar". La procuradora de derechos humanos, Beatrice de Carrillo: "compartimos cien por cien las preocupaciones del Comité". Director del IDHUCA, Bemjamín Cuéllar: "el gobierno debe adoptar medidas que reviertan el mal curso que lleva la institucionalidad del país".

Bien hará el gobierno salvadoreño en reflexionar sobre la postura del presidente de Chile, Ricardo Lagos. Acaba de decir que existe el derecho a conocer la verdad, sobre todo los familiares de las víctimas. Estas deben recibir reparación y los victimarios. Esto es absolutamente necesario para el futuro del país". En Argentina las cosas son todavía más claras. La Cámara de diputados declaró la "nulidad absoluta" de las leyes de impunidad, promulgadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989). Se abre así el camino para que puedan ser juzgados en el país los responsables de violaciones de derechos humanos durante el régimen militar de 1976 a 1983.

El arzobispo de San Salvador, según Co-Latino, 11 de agosto, dijo el domingo 10 que la amnistía aprobada por los crímenes cometidos durante la guerra es un tema complicado que aún no tiene claro. Sobre el caso Monseñor Romero dijo que, como se lleva el caso por la linea del martirio, es importante que haya claridad sobre su muerte, aunque tampoco es un requisito absolutamente necesario para canonizarle. Recordó que al asumir su cargo hizo gestiones para que las instituciones de justicia dieran continuidad al caso, pero las autoridades de la Corte Suprema le dijeron que no se podía por la ley de amnistía.

"Ahora no tengo las ideas claras sobre qué conviene hacer". Abrir el caso conduciría a involucrar a personajes de la política de la vida nacional, como le respondieron las autoridades de justicia. El problema es que, si se investiga la muerte de Monseñor, tendrían que investigarse también otros actos sangrientos, y no se sabe qué repercusiones podría traer al país.

 

 

 

Robo y desaparecimiento de niños y niñas durante la guerra

Los albores de Pro Búsqueda hay que buscarlos en la visita que la Comisión de la Verdad hizo a Chalatenango en octubre de 1992. Un grupo de madres presentaron su caso no como asesinato de sus hijas o hijos, sino como robo de sus niñas y niños, incluso a punta de fusil, a manos de la Fuerza Armada.

El informe de la Comisión de la Verdad no incluía el apartado especial de desaparición forzada de menores, sino que consideró la desaparición forzada como muerte del menor. Sin embargo, los familiares dijeron que, pese a lo mucho que habían buscado a aquellos niñas y niños entre los cadáveres de las masacres, no habían encontrado nada. Se pensó que pudieran estar vivos y se comenzó a preguntar en juzgados e incluso en la Fiscalía General de la República. La verdad es que fuimos despedidos de todas estas instituciones de malos modos y con acusaciones de ser esto o aquello.

En diciembre de 1993 encontramos los primeros cinco jóvenes en un orfanato de San Salvador. El 16 de enero de 1994 se tenía en Guarjila, con una gran asistencia de todas las comunidades, el primer reencuentro de aquellos cinco jóvenes con sus familias. Además, como eran de aquella zona, mucha gente los conocía a ellos y a sus familias.

Este reencuentro hizo nacer una esperanza en la gente. "Si estos niños y niñas están vivos, los nuestros también lo pueden estar". Nuestro papel cambió totalmente, y, de tener que buscar a las familias que habían perdido niñas y niños a manos de la Fuerza Armada, se convirtió en esperar a que muchas familias llegaran a ponernos la solicitud de búsqueda para sus hijas e hijos que habían sufrido una suerte semejante.

Durante todo el año 1994 continuamos la búsqueda y en agosto de ese año, ante el número de solicitudes de búsqueda que teníamos, decidimos fundar la Asociación Pro Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos durante el Conflicto Armado, una Asociación de familiares que han sufrido y siguen sufriendo la desaparición forzada de sus hijas e hijos, más un pequeño grupo de apoyo.

Actualmente Pro Búsqueda tiene 697 solicitudes de búsqueda de las que ha resuelto 260. Se ha averiguado que 28 de las y los jóvenes desaparecidos han fallecido desde el momento de su desaparición hasta el día de hoy. En 149 ocasiones se ha tenido el tan esperado reencuentro familiar. Existen 83 casos en los que para casi todos se conoce la dirección del o de la joven desaparecido. En un número reducido existe oposición por parte de la familia adoptiva para que su hijo adoptado se vea con la familia natural.

Sentimos y creemos firmemente que el trabajo de Pro Búsqueda es una contribución a la reconciliación y a la creación de una cultura de paz, así como un aporte importante a la memoria histórica del país, para que hechos como este nunca más se repitan.

Lo humano que está en juego. Es lo que más nos afecta en Pro Búsqueda. Es impresionante la esperanza que nace en las familias cuando creen que su hijo o hija está próxima a encontrarse. Una señora con un grado de diabetes muy fuerte, y que se está quedando ciega por esta enfermedad, nos decía: "No me importa quedarme choquita. Me han pedido mucho dinero para hacerme un tratamiento que lo impediría. No tengo dinero suficiente para hacerme ese tratamiento. Pero me gustaría poder ver porque tal vez encuentre a mis hijas y me gustaría mirarlas". La niña Toya tiene 65 años, y sus hijas de 7 y 3 años desaparecieron durante la "guinda de mayo" en junio de 1982.

Personalmente siento que ningún trabajo es demasiado duro si se puede lograr que una familia puede encontrar a su ser querido. El momento del reencuentro para la familia que lo ha conseguido es el fin real y auténtico de la guerra y el comienzo de una nueva vida.

Jon de Cortina, S.J.

Director de Probúsqueda

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Un caso especial: las niñas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz

El Estado Salvadoreño ha sido demandado por primera vez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos

El 18 de junio de 2003, la Comisión Interamericana presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos la primera demanda contra el Estado Salvadoreño por la Desaparición Forzada de las niñas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz (de 7 y 3 años, respectivamente) ocurrida el 2 de junio de 1982 en Chalatenango (El Salvador), durante un operativo militar conocido como la Guinda de Mayo y denominado por las Fuerzas Armadas como Operación Limpieza, realizado por el Batallón de Reacción Inmediata Atlacatl de las Fuerzas Armadas.

El hecho

La desaparición de las hermanas Serrano sucedió en 1982, cuando éstas se encontraban huyendo del operativo militar del Ejército salvadoreño durante la llamada "guinda de mayo", con su padre Dionisio Serrano, ya fallecido, y su hermana mayor Suyapa Serrano. Ellos se quedaron durante la noche en el monte cerca del cantón Los Alvarenga, jurisdicción de Nueva Trinidad, Chalatenango. Allí pasaron la noche.

En la mañana, el papá, Don Dionisio, fue a buscar agua, quedando las niñas al cuidado de su hermana mayor Suyapa. Se oían grandes balaceras y disparos, por lo que la hermana mayor se separó unos cuantos metros por medidas de seguridad, temiendo que su hijo, al que cargaba en brazos, llorara y fueran encontradas por el ejército; dejando a sus hermanas escondidas en un matorral. Suyapa, desde su escondite, escuchó que el ejército llegó, encontró a sus hermanas y se las llevó. Ante esto, ella por miedo a que la encontraran, se escondió aún más, por lo que no vio cuando se llevaron a sus hermanas. Cuando se fue el ejército, como a las 12 del mediodía, buscó a sus hermanas y no las encontró. Según versiones de testigos cuentan que las menores fueron llevadas en un helicóptero del ejército salvadoreño hacia el sitio conocido como La Sierpe, en Chalatenango.

Hasta el día de hoy el paradero de las niñas es desconocido. Hay que notar que la desaparición forzada de las hermanas Serrano Cruz no constituye un hecho aislado, sino que forma parte de un patrón de desapariciones forzadas perpetradas o toleradas por el Estado Salvadoreño. Así lo documentó el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de las Naciones Unidas, que reportó unas 2,638 desapariciones en El Salvador entre 1980 y 1983.

Denuncia del hecho y desidia del aparato judicial

La señora María Victoria Cruz Franco, madre de las niñas, denunció el desaparecimiento de sus hijas el 30 de abril de 1993, ante el Tribunal de primera Instancia de Chalatenango. El caso fue cerrado el 22 de septiembre del mismo año, sin que se hubiesen agotado las diligencias investigativas necesarias para establecer el paradero de las niñas Serrano.

El 13 de noviembre de 1995, la señora María Victoria Cruz Franco interpuso una Exhibición Personal (Habeas Corpus) ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la cual resolvió el 14 de marzo de 1996, sobreseyendo el proceso constitucional planteado y argumentando que el Habeas Corpus no es el medio para investigar el paradero de una persona detenida ilegalmente hace trece años. Además, concluyó la Sala diciendo que los hechos ante ella expuestos son competencia de los tribunales ordinarios.

Ante la notificación de tal resolución, el caso se reabre en el Tribunal de Primera Instancia de Chalatenango. Las diligencias realizadas posteriormente por este tribuna, consistieron en solicitar a la Cruz Roja Salvadoreña y al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas que informara si en los libros de registros de personas trasladadas o ingresadas se encontraban las hermanitas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz; ninguna de las dos instituciones dio una respuesta positiva.

Las Fuerzas Armadas expresaron que en la fecha señalada -2 de Junio de 1982- el Batallón Atlacatl no realizó ninguna operación en la zona de Chalatenango. Sin embargo, recortes de periódicos de esa época dan a conocer información revelada por las Fuerzas Armadas en cuanto al Operativo Limpieza. La Cruz Roja por su parte expresó que dicha información se encuentra en poder de la Cruz Roja Internacional con sede en Guatemala. La Jueza de Primera Instancia de Chalatenango ordenó archivar por segunda vez el caso de las hermanitas Serrano, sin haber promovido ningún otro tipo de diligencias que ayudaran a esclarecer el caso.

Es importante mencionar que el 30 de marzo de 1998, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos emitió resolución en 5 casos de desaparición forzada, entre las que se encuentra el de las hermanas Serrano Cruz. En dicha resolución se da por establecida la violación al derecho a la vida en perjuicio de las menores y al debido proceso legal. Se señala como responsables de las desapariciones a miembros de las Fuerzas Armadas de El Salvador y se recomienda al Ministro de Defensa Nacional y al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, ordenar las investigaciones necesarias que contribuyan al esclarecimiento de los hechos. A la Jueza del caso, se le recomendó ser más diligente en el principio de oficiosidad procesal, recomendaciones que no fueron acatadas. De acuerdo a lo expuesto, las gestiones realizadas ante las autoridades del país para esclarecer los hechos resultaron infructuosas.

El 16 de febrero de 1999, la Asociación Pro Búsqueda de Niñas y Niños desaparecidos (PROBUSQUEDA) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) presentaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la responsabilidad internacional de la República de El Salvador en la desaparición forzada de las menores Serrano Cruz, y por la falta de investigación y reparación de tales hechos. Este caso, además, configura la violación al derecho a la vida, a la integridad personal, libertad personal, garantías judiciales, protección de la familia, derecho al nombre, derechos del niño y derecho a la protección judicial, y todos éstos en violación del deber general de respetar y garantizar los derechos.

El caso fue admitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 23 de febrero de 2001 y a partir de entonces se puso a disposición de las partes a fin de llegar a un acuerdo de solución amistosa. El 12 de julio de 2001, es decir, cinco meses después de la comunicación de parte de la Comisión, se dio la primer reunión con funcionarios del Estado y posteriormente se realizaron otras tres reuniones. En este proceso los peticionarios presentaron al Estado una propuesta de acuerdo de solución amistosa con el objeto de resolver por la vía conciliatoria el caso de las hermanas Serrano Cruz. Además, en una audiencia convocada por la Comisión Interamericana el 16 de noviembre de 2001 se recomendó tanto al Estado como a los peticionarios se acordara y firmara un documento base para continuar y fundamentar el proceso de solución amistosa. No obstante el interés de los peticionarios en solucionar el caso por la vía amistosa, no obtuvo los resultados esperados, por lo que el 16 de enero de 2002, vencido el plazo concedido por la CIDH, Pro Búsqueda se retiró del proceso de solución amistosa, y solicitó a la Comisión que se siguiera con el trámite del caso.

En febrero de este año, la CIDH emitió el informe de fondo sobre el caso, recomendando al Estado salvadoreño que investigara de manera completa, imparcial y efectiva, para establecer el paradero de Ernestina y Erlinda Serrano Cruz, y en caso de ser localizadas, repararlas adecuadamente por las violaciones que se habían dado. De la misma manera recomendó determinar la responsabilidad de todos los autores de las violaciones de derechos humanos en perjuicio de las niñas y sus familiares y repararlos.

Todas las recomendaciones fueron incumplidas, por lo cual el caso fue presentado ante la Corte Interamericana, con sede en San José Costa Rica. Pro Búsqueda y CEJIL, quienes representarán a los familiares ante la Corte Interamericana, consideran que la demanda en contra del Estado Salvadoreño es de vital importancia para que este órgano continúe desarrollando jurisprudencia en materia de protección a la niñez inmersa en conflictos armados y para que el Estado salvadoreño lleve a cabo una investigación seria y exhaustiva de los hechos con el fin de establecer el paradero de las hermanitas Serrano, reparar el daño ocasionado e identificar, juzgar y sancionar a los responsables de las violaciones de derechos humanos cometidas contra la familia Serrano.

 

 

Reflexiones cristianas sobre el ALCA (II) ¿Estamos vendiendo el futuro?

En el número anterior hemos pintado un panorama desolador ¿verdad? Y tal vez piensen que estamos exagerando, que no será tan fiero el león como lo pintan. Pero fíjense: eso del "futuro" es algo muy serio. Para nosotros y nosotras, cristianos, el futuro tiene un sabor especial. Preparar el futuro es preparar el camino para que el Reino de Dios se asiente del todo en medio de nuestros pueblos. Por eso tenemos que apoyar todo lo que lo favorezca y, ¡claro!, estar bien despiertos para impedir lo que lo destruya.

Bien, pues. Eso de "vendiendo el futuro" no lo hemos inventado nosotros. Resulta que es el título de un documento que escribieron los Obispos de Canadá. Ellos saben muy bien de qué va la cosa pues el TLCAN, como ya dijimos, reúne a Estados Unidos, México y Canadá. En ese documento, partiendo de la experiencia del TLCAN y del proyecto del ALCA, y después de hacer un largo análisis de las consecuencias que el TLCAN está teniendo en esos países, toman las palabras de la Exhortación Apostólica " Ecclesia in America", publicada en 1999 en la que Juan Pablo II dice:

La globalización, si se rige por las meras leyes del mercado, aplicadas según las conveniencias de los poderosos, lleva a consecuencias negativas. Como por ejemplo, la atribución de un valor absoluto a la economía, el desempleo, la disminución y el deterioro de ciertos servicios públicos, la destrucción del ambiente y de la naturaleza, el aumento de las diferencias entre ricos y pobres y la competencia injusta que coloca a las naciones pobres en una situación de inferioridad cada vez más acentuada".

Así que, apoyándose en las palabras del Papa, los Obispos de Canadá escribieron en enero de 2002 e insisten:

"La producción de mayor riqueza no lleva a una distribución más equitativa de esa riqueza y la nueva economía produce mayor desigualdad de una manera más veloz que antes...

Los gobiernos han recibido el mandato de sus ciudadanos para promover el bien común, por lo que no deben abandonar su poder de intervención. Si esto pasara, los gobiernos se volverían impotentes ante las fuerzas económicas capaces de aumentar producción y ganancia, pero incapaces de garantizar los beneficios resultantes".

¿No les parece que estas palabras dan en el blanco y que tienen sabor a Reino? Ahora damos la palabra a ¡270 mil religiosos, religiosas y sacerdotes...! Sus representantes, los Presidentes de las Conferencias de reli-giosos y religiosas de América del Norte, América Latina y el Caribe, que se reunieron en Haití en febrero de 2001, dijeron:

"Consideramos que el acuerdo (ALCA) tiene profundas fallas en sus propuestas… Nuestra experiencia nos indica que la implementación de tales acuerdos no ha obtenido estos resultados ni promovido el bien común. Podemos observar a diario los efectos de las políticas económicas de libre mercado en los habitantes de nuestros países: pueblos desplazados, destrucción de la cultura y la economía locales, creciente número de los sin techo, deterioro de la salud y los servicios educativos, explotación de mujeres y niños, desempleo…"

Aquí encontramos las señales que nos indican el camino de Jesús, que nos sitúan al lado de los pobres. Y junto con éstas, otras de D. Demetrio Valentini, Obispo de Brasil, responsable del Departamento de Pastorales Sociales:

"Ante un Continente Americano que se retuerce en la miseria y el hambre, tenemos que optar ante los dos caminos que se nos presentan: ¿Es hora de compasión o es hora de explotación? La respuesta del Evangelio es clara: "Vayan y aprendan lo que significa: misericordia quiero y no sacrificios". ¡Yo quiero amor y solidaridad, no quiero esta ALCA obscena e hipócrita".

¿Qué podemos hacer?

Podríamos seguir con una larga lista, por no nombrar un premio Nobel de economía y otras personalidades. Y ahora viene la pregunta de qué podemos hacer. Fíjense bien. Por primera vez en la historia estamos ante una amenaza que afecta a todos los sectores sociales y a todos los países de la región. Tal como comentaba un grupo de jesuitas latinoamericanos:

"frente a estos acontecimientos con repercusiones internacionales,

las respuestas individuales pierden efectividad y relevancia".

Esto quiere decir que la respuesta es unirse, unirnos. No hay otro camino. Y, por suerte, hay muchos otros que piensan así y que ya llevan tiempo trabajando, reflexionando y actuando unidos. Veámoslo y hagamos un poco de historia

Campaña continental contra el ALCA

Cuando en 1998 se celebró en Santiago de Chile la Segunda Cumbre de las Américas, se realizó, al mismo tiempo la Cumbre de los Pueblos de América, a la que asistieron organizaciones y movimientos sociales de todo el hemisferio, para expresar su rechazo a la agenda neoliberal en el proceso del ALCA. En este encuentro nació la Alianza Social Continental, con el lema "otra América es posible" y también de ahí surgió la idea de impulsar una Campaña Continental contra el ALCA, para unir fuerzas y acciones.

Como toda idea válida, ésta fue recogida por una serie de redes y coordinaciones sociales. Y el 4 de febrero de 2002, en el marco del Foro Social Mundial, en la ciudad brasileña de Porto Alegre, con una marcha que congregó a 50.000 personas, se lanzó formalmente la Campaña Continental contra el ALCA

¿Qué pretende la Campaña? Construir nuevos caminos de integración continental basados en la democracia, la igualdad, la solidaridad, el respeto al medio ambiente y a los derechos humanos. Esto significa:

- Bloquear el ALCA.

- Defender nuestra soberanía nacional

- Cambiar el modelo económico de dependencia externa.

- Construir una alternativa de integración popular y soberana entre los pueblos americanos.

¿Te parece un proyecto para gigantes? ¿Una simple utopía irrealizable?

- No, si todos colaboramos.

- No, si todos nos unimos.

- No, si creemos que el Dios de la Vida camina junto a su pueblo sencillo y pobre.

En concreto, ¿qué podemos hacer nosotros?

- Convencernos. Caer en la cuenta de que esta lucha no puede ser considerada como una actividad más, sino como una prioridad que forma parte esencial de nuestro compromiso cristiano.

- Informarnos. No se puede actuar seriamente contra algo que no se conoce. Por eso tenemos que informarnos con todos los medios que tengamos a nuestro alcance y reflexionar, despertar…

- Concienciar. Esta es una estrategia importantísima y al alcance de todos/as. Estamos en contacto con un montón de gente: profesores, catequistas, jóvenes, matrimonios, grupos de parroquia. Nuestra preocupación la podemos comunicar a todos aquellos con los que estamos en contacto para concienciar sobre el peligro que significa la implantación del ALCA para nuestra sobrevivencia como pueblos independientes.

- Hacer lobby. ¿Hacer qué? Y eso ¿qué es?

Verás, lobby, en inglés, significa: tratar de influir en las personas que toman las decisiones. ¿Te das cuenta? Solos tal vez no podemos, pero unidos, SÍ. Por eso, lo antes posible tendrás que buscar contactos con otros grupos populares, organizaciones o movimientos, -en su ciudad, en su región- que estén ya trabajando en este sentido y que a su vez se hayan puesto en contacto con otros grupos.

Y así, sin casi darse cuenta, se encontrarán formando parte de una red que les informará, les sostendrá, les dará ánimos, y juntos llevarán adelante acciones y actividades para que la red se haga cada vez más amplia.

Tal como declararon los participantes en el seminario internacional de la FIMARC Chiang Mai, Tailandia, en 2001, también nosotros y nosotras, podemos afirmar:

"Creemos que un cambio profundo es posible e invitamos a todas las personas que comparten estas ideas con nosotros, a efectuar una conversión total en la que la economía capitalista sea sustituida por una economía social, en la que los conflictos ya no existirán pues se respetará a los seres humanos, y en la que habrá justicia y armonía. Como cristianos, reafirmamos nuestro compromiso y nuestra voluntad de construir el reino de Dios a pesar de las imposiciones y las amenazas del tiempo presente".

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Guatemala. Comunicado final del Foro-Taller sobre el TLC

En espíritu de fraternidad y solidaridad nos hemos reunido el Bloque de Derechos Humanos y Pastoral de Movilidad Humana Diocesana y Nacional, con el propósito de analizar el fenómeno migratorio frente a los tratados de libre comercio.

Estos tratados, impulsados por Estados Unidos y aceptados por nuestros gobiernos, buscan fortalecer la economía de las grandes empresas multinacionales a costa de la pobreza de los treinta y cuatro países de América Latina, con el apoyo del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio.

Nuestro Continente cuenta con 800 millones de habitantes, de los cuales 500 son latinoamericanos, y de éstos, 250 millones viven en situación de pobreza. El norte sólo nos ve como fuente potencial de materias primas y mano de obra barata.

El Tratado de Libre Comercio (TLC) es un modelo económico excluyente. No reconoce los derechos de los trabajadores y los migrantes y genera políticas represivas contra éstos. No tiene en cuenta a la persona. Todo está en función del capital. Incrementa la concentración de la riqueza en pocas manos y acentúa aún más la desigualdad social y económica.

Nos preocupa que el TLC lo esté negociando el gobierno guatemalteco sin la participación activa y decidida de los diversos sectores sociales. Por eso lo calificamos de antidemocrático.

Entre las principales consecuencias del TLC para nuestra nación se visualiza:

- Ruina de la agricultura y expropiación de tierra en función del proyecto global.

- Privatización de los servicios sociales: salud, educación, agua potable, carreteras.

- Explotación de los recursos naturales estratégicos (agua, bosques, petróleo...), con la consiguiente destrucción del medio ambiente.

- Pérdida de la identidad nacional por influencia de los intereses socioeconómicos y culturales del Norte.

- Subordinación de la soberanía nacional a intereses económicos transnacionales, pues priva a nuestro país de su derecho a participar en las tomas de decisiones.

- Incremento de la migración interna e internacional.

-Imposición de productos extranjeros, sobre todo alimenticios, anulando el consumo de los productos nacionales.

Ante este fenómeno económico, hacemos un llamado a la población a no ser indiferente y asumir una conciencia crítica. Como cristianos, afirmamos que la dignidad y la vida de la persona es superior a todo sistema económico. El Evangelio rechaza la idolatrización del capital y exige poner la economía al servicio de la persona y no la persona al servicio de la economía.

Nuestro compromiso ante la globalización neoliberal, y en concreto ante el TLC, es fortalecer la unidad en nuestras comunidades y de todos los sectores sociales: campesinos, mayas, mujeres, profesionales, a través de la búsqueda del bien común, el bien de todos sin exclusión, y de la práctica de la solidaridad.

Desde nuestra fe hacemos una opción preferencial por los pobres y nos comprometemos a hacer de Guatemala un país soberano, resistente, solidario y desarrollado, en donde todos podamos vivir con dignidad humana.

Alvaro Leonel Ramazzini Imeri, obispo de San Marcos,

Guatemala 17 de julio, 2003

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América Latina. Los jesuitas ante el ALCA

Del 10 al 13 de julio, se reunieron cerca de Quito 30 jesuitas y 40 laicos representantes de las 15 provincias del continente americano. Se examinaron los aspectos económicos del ALCA y sus efectos en las políticas de cada uno de los países y en los pequeños productores, que corren el riesgo de sucumbir ante la proliferación de las grandes cadenas de distribución.

La conclusión es que no sólo es posible, sino sobre todo necesario, actuar para que cambien las políticas económicas y comerciales de América Latina, en vista de la aprobación del Tratado que instituye el área de libre comercio a nivel continental (ALCA). Esto significa, en concreto, una presencia mayor a nivel de grupos y de estructuras de la Compañía, para sensibilizar tanto a la población como a los representantes políticos y a las fuerzas empresariales, a fin de que en el ámbito de los acuerdos en vista haya espacio para las necesidades de las diversas naciones y sectores sociales más desfavorecidos.

 

 

Mi vida no me pertenece a mí

"Entre los acontecimientos de esta semana, sin duda que son muchos, pero puedo destacar con un sentido de gratitud la celebración de mi cumpleaños, donde he comprendido una vez más que mi vida no me pertenece a mí, sino a ustedes" (Homilía del 21 de agosto de 1977).

El día 15 de agosto en la Cripta de Catedral se celebró una eucaristía para celebrar el cumpleaños de Monseñor Romero. Hoy tendría 86 años. Después de la eucaristía se develó un monumento de Monseñor en un predio universitario cercano a Catedral.

"Monseñor Romero fue hijo del pueblo, nació en un pequeño pueblo en el seno de una familia, de un padre trabajador, honesto y sano, que supo guiar, orientar e inspirar a su hijo. Y de una madre piadosa, fervorosa y cercana a Dios, que supo también inspirar su vocación...

Hoy Monseñor Romero tendría 86 años. Yo quiero imaginármelo como un viejecito simpático, sonriente y muy sabio, a quien todos podríamos tener acceso para escuchar sus consejos y sus palabras. Se fue de nosotros, pero está en mejor posición para escucharnos, está en el cielo delante de Dios desde el día de su muerte. Está con el Señor y desde allá tiene más fuerza y más poder para interceder por nosotros. Para pedir por cada uno de ustedes, para pedir por este país nuestro que vive en tanta pobreza" (Homilía de Monseñor Urioste).