AÑO XXIV, No. 527             1-31 de marzo, 2004

 

XXIV aniversario de Monseñor Romero

 

 

INDICE

El Informe del Departamento de Estado sobre los derechos humanos en El Salvador

Carta a Monseñor Romero

8 de marzo. Día Internacional de la Mujer

Jamás lo van a callar porque tiene un pueblo que lo quiere y lo sigue

¿Qué diría Monseñor Romero sobre la coyuntura actual política?

Reflexiones de Monseñor Romero sobre la política

El desafío al cristianismo de la coyuntura mundial y latinoamericana (I)

¿Quién se acuerda del 20 de marzo?

Otro mundo es posible sobre el Foro Social Mundial de Mumbai

Algunas lecciones y nuestra memoria histórica

Escuela de Teología Pastoral

Por qué te dejaste matar, Monseñor

 

El Informe del Departamento de Estado sobre los derechos humanos en El Salvador

           Este documento ha sido redactado por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Sin embargo, su recepción en el país ha sido más bien tibia. Recordemos que, después de doce años de paz que comenzó en El Salvador, el dinamismo hacia una cultura de verdadero talante democrático que suponga el paso a una nueva mentalidad y dejar atrás las prácticas autoritarias parecen aún un camino largo y difícil de recorrer.

           El citado documento ofrece una panorámica a grandes rasgos de la situación de los derechos humanos durante el año precedente. Los señalamientos más fuertes están enfocados al desempeño de la Policía Nacional Civil (PNC) y al sistema judicial salvadoreño. También, según el Informe, resulta preocupante una serie de violaciones a los derechos humanos, derivada del tráfico de personas y del irrespeto a los derechos laborales, así como la situación de niños y jóvenes en el país: “La violencia y la discriminación contra las mujeres siguieron siendo un problema serio, como también lo fue la discriminación en contra de las personas discapacitadas. El abuso en perjuicio de los niños, el trabajo de la niñez y la prostitución infantil forzada también fueron problemáticas. El gobierno no protegió adecuadamente el derecho de los trabajadores a organizarse y a negociar colectivamente con la patronal. El tráfico de mujeres y niños fue otro problema”, señala el documento.

 

La Policía Nacional Civil

 

               “En términos generales” —comienza el documento— “el gobierno ha respetado los derechos humanos de sus ciudadanos; sin embargo, se han dado problemas significativos en algunas áreas. Al final del año, se investigaron ciertos crímenes presuntamente motivados por intereses políticos. No hubo informes de desapariciones con fines políticos. Algunos oficiales de la policía abusaron de la fuerza y maltrataron a los detenidos; a veces, la policía incurrió en arrestos arbitrarios y detuvo a algunas personas sin una causa justificada”.

           Aunque la tortura policial es una lacra que se erradicó al desaparecer los antiguos cuerpos de seguridad, el documento señala que la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) recibió una denuncia contra un oficial de la PNC, por torturar a un detenido. Este es un caso preocupante, pero aislado. Más rutinarios son los malos tratos a los detenidos, según las denuncias que recoge el informe.

           A lo largo del año, continúa citando el documento, “la PDDH recibió un total de 863 denuncias en contra de la PNC”, cifra menor a las 1095 que se dieron en 2002. El cuerpo policial también figura en denuncias por tráfico de personas indocumentadas: “el 27 de junio [de 2003], las autoridades arrestaron a veintisiete oficiales de la PNC acusados de tráfico de indocumentados; oficiales tenían conexiones con personal del aeropuerto, que facilitó el tráfico. En julio, la audiencia inicial sobreseyó a los oficiales. Únicamente seis de los veintisiete oficiales pudieron ser aprehendidos cuando una corte de apelaciones revocó la decisión; el resto, huyó. Durante una audiencia inicial celebrada en diciembre, un juez inició un proceso criminal en contra de los seis oficiales que estaban en custodia”.

           El Departamento de Estado norteamericano también señala a la Policía por violaciones a los derechos laborales: la Corte Suprema de Justicia (CSJ) recibió, durante el período comprendido entre enero de 2001 a noviembre de 2003, un total de 142 denuncias “de ex empleados de la PNC que aseguraron haber sido despedidos ilegalmente. A partir de noviembre, la Corte Suprema dio curso a diecisiete sentencias favorables, descartó cargos en otros veintitrés y consideró que cinco de los mismos eran inaceptables. El resto de las sentencias no se admitió, debido a la falta de peticiones formales”, sentencia el informe.

 

El sistema judicial

 

           El informe del Departamento de Estado es claro en afirmar que en El Salvador los que gozan de mejores conexiones políticas, económicas o institucionales son también los que disfrutan de impunidad judicial, a tal punto que “hubo pocos informes sobre casos de corrupción, si es que acaso hubo alguno, en la oficina del Fiscal General durante el año”. Por el contrario, señala el documento, raras veces se dieron compensaciones por daños debidos a errores judiciales; por lo demás, se añade, no siempre se respetó el derecho a los acusados de estar presentes durante el juicio, mientras que el Estado tampoco cumplió a cabalidad el deber de garantizar asistencia legal para los más necesitados. “La justicia es una serpiente que pica a los descalzos”, decía Monseñor Romero a principios de la guerra civil. El enfrentamiento bélico terminó, pero la sentencia del Arzobispo asesinado no pierde su vigencia.

           Uno de los casos judiciales en los que se detiene el informe del Departamento de Estado es el de la niña Katya Miranda. “En abril, el Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA)”, recuerda el documento, “presentó al Fiscal General una petición para que se investigara a todos los parientes, incluyendo a un oficial de la PNC, que estuvieron presentes durante la violación y asesinato de Katya Miranda, cometidos el 4 de abril de 1999. El Fiscal General designó a dos de sus abogados más destacados para la investigación, pero al final del año no hubo mayores adelantos en el caso”. Malos augurios para una Fiscalía que había prometido, no sólo adelantos, sino verdadera justicia para casos emblemáticos como el citado.

           Pedir justicia al gobierno salvadoreño parece ser idéntico a pedir peras al olmo, según se colige de los señalamientos del Departamento de Estado. Éste recuerda que una moción de la Asociación Pro Búsqueda, un organismo no gubernamental, que pedía la creación de una comisión nacional para investigar las desapariciones de niños durante la guerra, únicamente se topó con la indiferencia de parte de las autoridades legislativas.

           Otro asunto, no menos espinoso, es el tema de las condiciones de vida en los penales. El informe denuncia la sobrepoblación en los centros penales y la corrupción dentro de los mismos. Lo primero está muy unido a otro problema: el de retardación de justicia: “Debido a la falta de bartolinas, los detenidos que están a la espera de un juicio, se suelen remitir a prisiones comunes, en las cuales están a la par de criminales violentos. Al final del año, únicamente 6,606 detenidos (de un total de 11,451) fueron sentenciados”. Acerca de la corrupción dentro de los penales, el informe destaca el hecho de que las pandillas “continuaron ejerciendo su influencia dentro de las prisiones y el sistema judicial y se reportó que algunos prisioneros continuaron ejerciendo actividades criminales desde sus celdas”. Como producto de esta descomposición dentro de los penales, hubo veintiocho homicidios durante el año pasado. También, según asesores legislativos citados por el informe, “el FMLN se valió de pandilleros para sus propósitos políticos, tales como pintar paredes para la campaña presidencial”.

 

La libertad de expresión

 

           El Departamento de Estado también recoge algunos datos acerca del tema de la libertad de expresión. Aunque reconoce que el gobierno ha respetado la libertad de prensa y de expresión y que los medios de comunicación critican con libertad al gobierno y, además, difunden los puntos de vista de la oposición, hubo algunos movimientos inquietantes. Por ejemplo, el que, según denuncias de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), el gobierno de Francisco Flores pidiera la intervención del gobierno mexicano “para presionar a una estación local, subsidiaria ésta de una firma mexicana, para que dejara de difundir informaciones políticas que ponían en aprietos al gobierno”. Más sutil que ello, destaca el informe, ha sido la práctica de conceder o negar propaganda como premio o castigo a la política de información de los medios. La censura económica lleva a la autocensura, y a los que no callan, se les presiona: “dos periodistas de la UCA recibieron amenazas telefónicas después de haber criticado el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos y la ley antimaras del presidente Flores”.

 

 

 

 

Carta a Monseñor Romero

El imperio, la campaña electoral, el 11-M y el 11-D

Querido Monseñor:

 

               Veinticuatro años después de tu martirio y doce después de los acuerdos de paz las cosas siguen mal, a veces muy mal. Mucha gente está harta de la injusticia, la corrupción y la mentira. En tiempo de elecciones estamos hartos de la desvergüenza. Y los pobres están hartos de la pobreza y de tener que emigrar.

¿No hay solución, Monseñor? Quiero hablarte de estas cosas con la esperanza de escuchar alguna palabra tuya que traiga luz y ánimo para trabajar.

 

               El imperio. Es lo más grave. La palabra parecía muerta, pero la realidad la ha  resucitado. Hoy no basta con hablar de opresión y de capitalismo. Hay que hablar de imperialismo, y de “imperialismo norteamericano”, que, con Bush ,se ha hecho inocultable: imponer su poderío sobre todo el planeta, a través de todo, comercio injusto, información mentirosa, guerra cruel e irrespeto impúdico de los derechos humanos.

El imperialismo nos llega con el servilismo político de los gobernantes, pero en el día a día penetra de forma más profunda con la seducción e imposición de la “cultura norteamericana”, the american way of life: el individualismo, como forma suprema de ser y el éxito como verificación última del sentido de la vida, como lo mejor que ha producido la historia. Y a la inversa, comunidad, compasión y servicio son productos culturales secundarios. Insistir en ello no es “políticamente correcto”. La igualdad de la revolución francesa, y nada digamos la fraternidad del evangelio, están obsoletos. De Irak no cuentan los iraquíes, y de Africa no cuenta nada.

Este imperialismo es antievangélico, y por ello para el cristianismo la primera exigencia es combatirlo, proclamar -y vivir- la “cultura de Jesús”. Y como, además, se pretende que comamos, bebamos, cantemos y nos divirtamos, como ocurre en el imperio, hay que defender el “nacionalismo” bien entendido: la defensa de la bondad de la creación de Dios, en diferentes pueblos, tradiciones, culturas y religiones.

               El imperialismo, además, nos confronta con otro problema, que es de siempre, pero que hoy se ha acentuado. En Asia y Africa, “cristianismo” ha sido sinónimo de “occidente”, con beneméritas excepciones. Pues bien, en el mundo actual, más de mil millones de seres humanos, los pueblos musulmanes, ven en Bush, a la vez, la expresión de occidente y la expresión del cristianismo. Con ello, la misión, no como proselitismo, sino como diálogo, se hace muy difícil. ¿Quién les convence de que no hay que identificar las dos cosas si el imperio, Bush y su grupo, aparecen orando al Dios de Jesús y desoyen a los cristianos que se les oponen, incluido Juan Pablo II?

 Monseñor, tú nos enseñaste a desenmascarar a los ídolos y les pusiste nombre: la absolutización del capital, de la doctrina de la seguridad nacional y también, aunque en sí fuesen buenas, de las organizaciones populares, cuando todo lo subordinaban a ellas.  A estos ídolos hay que añadir hoy el del imperio, esa forma de generar víctimas, lenta o violentamente, por imposición irredenta.

               Conclusión. “Sólo Dios es Dios”, no lo es ni el césar ni el imperio, como Jesús vino a decir a Pilatos. Equivocarse en eso, en forma creyente o secularizada, tiene gravísimas consecuencias, como lo vemos a diario en el mundo.  Bien lo dijiste:

 

               Ningún hombre se conoce mientras no se haya encontrado con Dios. Por eso tenemos tantos ególatras, tantos orgullosos, tantos hombres pagados de sí mismos, adoradores de los falsos dioses. No se han encontrado con el verdadero Dios y por eso no han encontrado su verdadera grandeza (10 de febrero, 1980).

               La campaña electoral ha mostrado que la política  está por los suelos. Muchos gritos y agresiones al adversario, a veces hasta físicos, y pocos argumentos. Muchas promesas y pocos programas y medios de llevarlos a cabo. Entonces nos vienen a la mente unas palabras tuyas: “Oyendo ciertos discursos de estos días de carácter político, yo no encontraba ninguna idea constructiva... Ideas serenas para construir el bien del país” (13 enero, 1980). Y nada digamos de pedir perdón por los errores en el pasado y de propósito de enmienda. Apelar a la austeridad, generosidad e incluso al sacrificio no se hace por no perder votos, pero sin ello no hay solución.

Quizás en muchas de estas cosas no haya muchas diferencias entre los partidos, pero la derecha ha hecho un alarde de desvergüenza que pensábamos superada. No apela a la esperanza  -la inmensa reserva de los pobres-, sino al miedo. Dicen: si gana la izquierda volverán los secuestros; los salvadoreños en Estados Unidos no podrán enviar remesas; la educación -así la presentan  contradiciendo la realidad- será tan pobre como en Cuba. Del miedo y el terror que produjo su fundador y varios de sus predecesores nada dicen.

Y para un creyente da dolor cómo la derecha mete a Dios en su propaganda. Es hipócrita invocar a Dios como aval del éxito futuro. Es cínico que ese Dios no exija hacer examen de conciencia de quince años de gobierno tan favorable para las minorías en abundancia y tan perjudicial para las mayorías en penuria. Y es indignante -si ganan-, ofrecer a Dios como el gran tesoro para el país sin decir una palabra de cómo era Dios para Jesús.

Y por supuesto, nada dicen de tantos salvadoreños y salvadoreñas, con Monseñor Romero a la cabeza, que se parecieron a Jesús en vida y murieron en cruz como Jesús a manos de ejércitos y escuadrones de la muerte. Nada  dicen de ti, Monseñor. En público te silencian, y en privado te siguen teniendo un miedo patológico. Tu palabra les sigue sacudiendo. También les iluminaría, pero no se dejan sacudir ni iluminar. No les queda otra solución que autoengañarse y tergiversarte.

               Hablan de Dios, y no les importa nada lo que dicen de él. Qué poco entienden lo que dijiste un 9 de septiembre de 1979: “Si es verdadera palabra de Dios lleva algo explosivo y no muchos la quieren llevar. Si fuera dinamita muerta, ya nadie tendría miedo”. Ni te escucharon ni te escuchan, y por eso hablan de Dios mal y sin pudor. Y ojalá todos tengamos esto en cuenta: los sacerdotes en nuestras homilías, los profesores de teología en nuestras clases, y ciertamente los candidatos en campaña. No se puede manosear a Dios ni quitarle fuerza y vigor. Cuando buscamos votos, dejemos a Dios en paz, y si en serio queremos hablar de él, sobre todo los políticos, anunciémosle como “un Dios de los pobres”.

La contrapartida es que política es “servicio”, y en nuestro mundo tiene que ser servicio a los pobres”.La derecha no sabe nada de eso, en la izquierda puede haber algo más, pero en todos es difícil encontrar una vocación de servicio que supere el egoísmo personal y de partido.

               Es sabido que la palabra “política”, puede ser usada en el sentido aristotélico de procurar el bien común en la vida pública, y puede ser usada en el sentido  pos-maquiavélico de pugnar por el poder del Estado. En general, lo segundo prima sobre lo primero. Qué extemporáneas suenan hoy las palabras del  papa Pío XI: la política es la formas más elevada de la caridad. Y qué chocantes son las palabras de los exegetas cuando dicen que la religión de Jesús estaba centrada en el reino de Dios y pretendía configurar la vida del pueblo; por eso era una religión política. Post-maquiavélicamente, se entiende. Y por cierto, buena falta le hace también a la Iglesia meterse en política en este sentido.

 

               “Si es cristiano no cambie por nada el proyecto del reino de Dios y trate de reflejarlo y ser sal de la tierra y luz del mundo ... En las diversas coyunturas políticas lo que interesa es el pueblo pobre” (10 y 17 de febrero, 1980).

 

               El 11-M y el 11-D. Al terminar esta carta ha ocurrido la barbarie de Madrid. Nos queda lejos, pero nos toca muy de cerca. 200 muertos, gente sencilla trabajadora, entre ellos 13 latinoamericanos que se ganaban la vida lejos de sus países. Como cuando lo de las torres de Nueva York, la solidaridad de la gente ha sido ejemplar con los muertos y heridos. En  protesta, once millones de españoles se lanzaron a la calle en un espectáculo impresionante de repudio y de solidaridad. Después estalló el escándalo político: del atentado se responsabilizó un grupo islámico en venganza por el apoyo vergonzante del gobierno español a Bush en la guerra de Irak, aun cuando el 90 por ciento de los españoles estaban en contra de la guerra. El gobierno hizo lo posible por ocultarlo, y en otro acto memorable muchos españoles salieron a la calle para protestar por la mentira. El gobierno perdió las elecciones, y los españoles han escrito una bella página de solidaridad con los que sufren y de dignidad ante el poder.

               Pero, aunque la urgencia de las cosas lo haga comprensible, todavía falta algo importante que ojalá se haga realidad, sobre todo a nivel europeo. En Europa, aunque  sea desde la tragedia, dicen que ya están a la altura de Estados Unidos. Allí, hubo un 11-S, atentado en las torres de Nueva York, y ahora un 11-M, atentado en los trenes de Madrid. Ambas fechas han entrado en la historia universal, pero no así otras.  ¿Qué pasa con el  11-S de Chile, con el asesinato de Allende y la masacre en el palacio de la Moneda, tras la cual estaba Estados Unidos? Y sobre todo ¿qué pasa con el 11-D? Ese día, el 11 de diciembre de 1981, alrededor de mil personas fueron asesinadas en El Mozote, divididas en tres grupos: los hombres fueron encerrados en la Iglesia, las mujeres en un casa, y los niños, unos 170,  con una edad media de seis años, en otra casa cercana a la de las mujeres, de modo que éstas podían “escuchar” -algunos dicen “reconocer”- el llanto de su hijos cuando les daban muerte. Todas y todos fueron asesinados. Los asesinos eran miembros del batallón Atlacatl, entrenado por los norteamericanos, y el mismo que asesinó a los jesuitas, a Julia Elba y Celina, el 16 de noviembre de 1989.

               Pues bien, el mundo, tampoco el mundo occidental democrático, reaccionó. La embajada de Estados Unidos dijo no saber nada de muertos en El Mozote, y cuando los muertos fueron inocultables, dijo que se debió tratar de un enfrentamiento. No hubo reconocimiento de las víctimas y entierro digno, y por supuesto no hubo manifestaciones en contra del terrorismo del batallón Atlcatl, terrorismo de estado, ni pudo haberlo. La televisión -perdónesenos la ironía- no mostró nada. Y salir a la calle a protestar hubiese significado poner en juego la propia vida. Las cosas cambiaron, y años después, sí se ha reconocido  la masacre y enterrado a los muertos. Los familiares los recuerdan -y celebran- todo los años. Y han hecho un sencillo  monumento con estas palabras: “Ellos no han muerto. Están con nosotros, con ustedes y con la humanidad entera”. Fechado en El Mozote, 11 de diciembre, de 1991.

Si alguno de los familiares y amigos de las víctimas del 11-M de Madrid lee estas páginas, comprenderá que con ellas nos hacemos muy solidarios de su dolor, porque en El Salvador lo hemos vivido en carne viva. Y les ofrecemos con mucha humildad consuelo, apoyo y también la esperanza del “ellos no han muerto”. Y les pedimos con todo respeto que unan su dolor al de todas las víctimas -más allá de las de Europa y las de Estados Unidos- las víctimas de Colombia, de El Congo, de Bangladesh...

               Los políticos europeos hablan ahora de repensar la “seguridad europea”. Y es comprensible. (Ya dicen que la seguridad de los juegos olímpicos de Atenas estará en manos de la OTAN). Pero Europa tiene otra tarea más importante y más decisiva, para ellos y para todos: repensarse no sólo desde su seguridad amenazada, sino desde la solidaridad con las víctimas de todo el mundo. Más que una Europa unida, proclive al eurocentrismo, es decir, al egoísmo, lo que se necesita es una internacional de todas las víctimas, con su dolor, y de todos los solidarios y solidarias, con su entrega.  La internacional de todos los días 11- en cualquier parte del mundo, sobre todo en los lugares en que las víctimas -por hambre y por balas- se cuentan por millones.

De nuevo, mucho dolor, mucho respeto y mucho cariño a las víctimas de Madrid. No se trata de ir mas allá del 11-M, pues cada dolor es inintercambiable, pero sí se puede ubicarlo en el dolor más grande de la familia humana. Y también en su esperanza.

 

               Monseñor, todas estas cosas, políticas y humanas, ocurren en Cuaresma. Es tiempo de desierto, lugar de tentación y de reflexión. Y también lugar del encuentro silencioso con Dios. Ahí resuenan sus palabras: “partirás tu pan con el que tiene hambre”. Y hoy resuenan también tus palabras políticas: “Un cristiano que se solidariza con la parte opresora, no es verdadero cristiano” (16 de septiembre, 1979). “Lo que marca para nuestra Iglesia los límites de la dimensión política de la fe es precisamente el mundo de los pobres... Según les vaya a ellos, al pueblo pobre, la Iglesia irá apoyando desde su especificidad de Iglesia, uno u otro proyecto político, apoyar aquello que beneficie al pobre, así como también denunciar todo aquello que sea un mal para el pueblo” (17 de febrero, 1980).

Jon Sobrino, 15 de marzo, 2003

 

 

 

 

 

8 de marzo.

Día Internacional de la Mujer

 

               En el Día Internacional de la Mujer publicamos un breve resumen de la situación de la mujer en El Salvador, de Francisco Hernández Cáceres, y del informe de Amnistía Internacional sobre la violencia contra las mujeres que ha alcanzado un nivel aterrador en todo el mundo. Publicamos también el testimonio esperanzado de Silvia desde Nacala, Mozambique. Y terminamos con unas palabras de Monseñor Romero.

 

La mujer en El Salvador: una realidad desigual

 

           Una mujer de Cabañas percibe ingresos 27 veces inferiores en promedio a un hombre de San Salvador. Solamente 2 de cada 10 personas en puestos clave de los poderes del Estado son mujeres, y pocas saben que este 8 de marzo se celebra su día.

           Una historia entre muchas. Glenda Marlene Ortiz se levantó a las 4:30 a.m. A esa hora empezó a lavar su ropa y la de su hija. Dos horas más tarde, sale apresurada a dejar a su niña a la escuela, temiendo llegar tarde a la maquila donde trabaja. Basta con 10 minutos de retraso para que le descuenten dos días de su sueldo. Por ello, las veces que se retrasa demasiado prefiere “darse una vuelta” por el Seguro Social, para que le den una constancia médica y no afectar sus ingresos.

           El 8 de marzo Glenda no tiene tiempo para celebrar una lucha que en su medio no ha dado frutos. Ella debe llevar dinero a su casa como sea. Ser mujer le ha hecho la vida más difícil. No terminó noveno grado, pues en su familia le dieron prioridad a la educación de sus tres hermanos.  Por ello tuvo que empezar a trabajar a los 15 años. Seis años más tarde,  Glenda quedó embarazada. Su pareja la abandonó unos meses antes de dar a luz a su hija Maira Patricia. El padre, un presunto traficante de drogas, nunca se responsabilizó de la niña, ni económica ni emocionalmente; y murió dos años después del nacimiento de su hija.

                        Después de esta historia veamos algunas cifras. Según el PNUD las mujeres salvadoreñas perciben ingresos promedio a la mitad que los hombres: una mujer recibe $719.3 anuales y un hombre $1547.85. Y si se compara la situación entre departamentos, una mujer del área rural de Cabañas percibe 27 veces menos ingresos que un hombre de San Salvador. En el servicio doméstico la mujer apenas gana 691 dólares anuales, sin seguridad social ni fondo de pensión. En 2002 había más de 36 mil mujeres desempleadas. Ha aumentado el número de empleos para las mujeres en las maquilas; pero éstos no se les puede llamar trabajo humano.

           En los últimos cuatro años ha habido un descenso de la mujer presencia en puestos ejecutivos y administrativos: por cada tres  hombres hay tan sólo una mujer. Además, a las mujeres se les sigue dando puestos de secretarias ,y sólo alrededor del 7% de los puestos gerenciales en el país son ocupados por ellas.

Tanto en el área rural como urbana hay más mujeres pobres que hombres pobres. Y la brecha no acaba allí: mujeres con más de 10 años de educación en puestos gerenciales cobran alrededor del 16% menos que los hombres con esa misma educación.

           La brecha es también alarmante en cuanto a participación política. Solamente  2 de cada 10 personas en puestos claves de los poderes del Estado son mujeres, y, ha habido un grave retroceso en cuanto al número de alcaldesas. En el período 1997-2000, había 58 alcaldesas (quienes representaban el 22%), mientras que en el período 2003-2006 hay solamente 17 (6.5%). Otro dato curioso es que en las comisiones de la Asamblea Legislativa sólo una de cada 10 integrantes son mujeres.

 

Informe de Amnistía Internacional: aterrador nivel de violencia

 

           La secretaria general de Amnistía Internacional, Iren Kahn, ha resumido la situación de la mujer con estas palabras. “Las mujeres en todo el mundo son sometidas a niveles aterradores de violencia, desde campos de batalla hasta callejones y dormitorios. Esto no es algo que ocurre sólo en ‘algún lugar’. Ocurre aquí. No es algo que le pasa a otras personas. Le ocurre a usted, a sus amigos, y a su familia. Hasta que todos nosotros, tanto hombres como mujeres, digamos: ‘no dejaré que esto ocurra’, la violencia no se detendrá». Algunos datos.

           - De 1.000 millones de mujeres, una de cada tres, ha sido golpeada, obligada a tener relaciones sexuales o abusada, generalmente por un amigo o miembro de la familia.

           - Cada año dos millones de niñas y jóvenes de entre 5 y 15 años son obligadas a prostituirse y el comercio de mujeres representa unos 7.000 millones de dólares al año, informó Amnistía Internacional.          

           - En el mundo más de 135 millones de niñas  mujeres han sido sometidas a circuncisiones femeninas, una cifra que crece a razón de dos millones por año.

           - En Zambia mueren cinco mujeres por semana, asesinadas por un compañero masculino o amigo de la familia, mientras que alrededor del mundo una de cada cinco mujeres sufre una violación o intento de ella. La práctica de violencia se ha convertido incluso en un arma de guerra.

           - En Estados Unidos una mujer es golpeada por su esposo o pareja cada 15 segundos y una es violada cada 90 segundos y en Francia 25.000 mujeres son violadas anualmente.

           - En la región del Africa subsahariana, epicentro de la pandemia de sida, cerca del 60 por ciento de los infectados es mujer, una tendencia en alza, agravada por creencia en algunos países de que la violación de una virgen curaría al portador la enfermedad.

           - Los conflictos armados tienen un impacto devastador desesperante en las mujeres, que va más allá de la violencia intrínseca de la guerra.

           - Los efectos de la globalización económica están dejando cada vez más mujer atrapadas en la pobreza, marginadas de la sociedad. En esto y en tantas otras formas los gobiernos están fracasando al no ocuparse del verdadero terror de nuestro mundo al que se enfrentan todos los días millones de mujeres.

           - El nivel de denuncias es sólo una parte de la verdad. En secreto y a puertas cerradas, las mujeres son sometidas a actos violentos por sus parejas o parientes cercanos. Sienten mucha vergüenza y miedo para denunciarlos, y rara vez se las toma en cuenta cuando lo hacen.

 

           Más cerca de nosotros, en Guatemala el Día Internacional de la Mujer se conmemoró entre tristeza y dolor por las  víctimas de la violencia, delincuencia y crimen organizado. En el año 2003, 383 mujeres fueron asesinadas; de ellas al menos 47 se desempeñaban en oficios domésticos, 36 eran estudiantes y 190  tenían otras actividades. En lo que va del año 2004 las autoridades han reportado 40 asesinatos.  En 2003 fueron denunciados 25,507 casos de violencia intrafamiliar. Las mujeres de la industria maquiladora, por lo general a cargo de empresarios sudcoreanos o taiwaneses, pidieron al ejecutivo obligar a las fábricas a respetar sus derechos, pues con frecuencia sufren régimen de encierro, deficiente alimentación y trabajar más de doce horas.

 

           Ante estas realidades la mujer ha comenzado a luchar. Pero además, se está redescubriendo su incomparable valía y dignidad. Yeso produce ánimo. Así lo dice Silvia, de Nacala Mozambique, y así lo dijo Monseñor Romero.

 

Con corazón de mujer ¡tabita kum, nvenyé, levántate!

 

           Como mujer hace tiempo que quiero escribir alguna cosa, me llama mucho la atención la fuerza de muchas de las mujeres de aquí y de todo el mundo y por eso me gustaría compartir una reflexión. No se trata de algo feminista, ni de lucha de género, no es mi estilo.

Muchas veces se nos llama sexo débil, pero nunca creí ni creo que sea así. Podemos ser sensibles, o sentir las cosas de diferente manera, pero eso de sexo débil, para nada creo que sea verdad. Y es que lo veo todos los días en multitud de mujeres admirables y luchadoras que están o que han estado cerca en todos los lugares donde pasé y más concretamente aquí en Mozambique, en Nacala, en Matibane.

La mujer es la que lleva el peso de la casa, de conseguir comida, de trabajar en el campo, de cuidar a los hijos. En definitiva de la vida, en muchos de los casos. Y encima es maltratada en multitud de ocasiones y se ve erróneamente sometida a obedecer siempre los deseos del hombre. Ha sido así en todas las culturas desde los tiempos. Si alguien me preguntara por qué sigo a Jesucristo ¿sabéis cual seria una de las respuestas? Pues porque me libera, me hace sentir igual y sin distinción. Solemos hacer separaciones, esto de hombres aquello de mujeres, hasta nosotras propias lo fomentamos y perpetuamos el estar «por debajo». Con Cristo no debería ser así. El mismo respetaba y las trataba como personas, como iguales.

Nunca había sentido la discriminación por ser mujer en ningún sitio, y aquí a veces la siento, i-gual da que sea misionera y de otro país, en la parroquia de Matibane. Por cultura en los ritos se transmite de generación en generación que debe ser sumisa, que debe agachar la cabeza y que su servicio principal es satisfacer a su marido. Pero han empezado los cambios. La promoción y toma de conciencia viene con la educación y no sólo en la preparación para ser unas buenas esposas, como durante mucho tiempo se ha trabajado. El cambio viene desde dentro y muy despacio, pero viene.

La mujer aquí, en muchos sentidos, siempre me ha parecido admirable, y a pesar de la diferencia de manera de pensar y de actuar y de que me ponga nerviosa ante determinadas actuaciones, me hacen sentir un profundo respeto y hasta admiración. Me continúan emocionando gestos y sentimientos compartidos en los que se ve la fuerza que tienen y su vivencia de Dios, que es tan grande, lo cual envidio. Tal vez no entiendan ni vivan la religión como pensamos que debe ser, pero el sentimiento profundo está.

Me admira la fuerza, la manera de enfrentarse al dolor de las grandes pérdidas, sobre todo de las madres que pierden hijos. Hace poco una gran amiga mía de aquí perdió una hija. Al verla después de aquella pérdida, ella, que estaba destrozada, todavía mantenía y nunca ha perdido la confianza, ni se ha dejado caer en el pozo de la eterna tristeza. Esos momentos que son difíciles, y compartidos, hacen que te sientas más cerca.

También los momentos alegres de nacimiento, de muchas alegrías compartidas, de bromas sobre algunas cosas nuestras que les hacen gracia, nos acercan.

Esto está lleno de «mujeres fuertes como las del Evangelio» y para mí es siempre increíble lo que puedo aprender con ellas. Soy consciente también de que nunca podré llegar a entender lo que viven y sienten totalmente, pero me siento feliz por poder acompañarlas y estar cerca.

Algunas de ellas consiguen estudiar, llegar a promocionarse, pero ellas también sufren porque muchas veces no son entendidas por su propio pueblo y se sienten solas. Pero al menos tienen el coraje de seguir luchando.

Todavía nos falta mucho que hacer, incluso dentro de la Iglesia que todavía es mayoritariamente masculina y en la que muchas veces no somos capaces de luchar porque se nos sienta como iguales y nos acomodamos, pensando que no hay nada que hacer. Preferimos seguir igual. El trabajo es nuestro y de aquellos que nos entienden y ya nos apoyan, además de sentirnos como iguales y complementarias.

Desde aquí agradezco a Dios por las grandes mujeres africanas admirables que conozco, y me gustaría nombrar algunas:

Dona Valeria: mujer grande, consecuente, trabajadora, luchadora, nuestra gran amiga. Fuerza y serenidad.

María Goreti: Dulzura, y trabajo, independencia, fuerte a pesar de la aparente fragilidad.

María: Madre grande, a pesar de las dificultades lucha, ejemplo de organización familiar y de lucha. El gusto por aprender.

Madalena: Da lo que ha recibido para la gente que necesita. Opta no por lo fácil. Fuerte y decidida.

María Travesa: Casi 70 años de vitalidad, optimismo, actividad y preocupación por los demás.

Dona Rosa: La paz, el sosiego y la serenidad.

Anastasia: La lucha por salir adelante, el sentido común.

Esperanza: Una María Magdalena, sin complejos, y con mucho cariño.

Sureya: Contracorriente y viviendo libremente, sin importarle el que dirán a pesar de su «modernidad».

Anifa: Que todavía está a crecer pero ya se nota una fortaleza de carácter, que no le falte nunca.

           Y a tantas otras mujeres, empezando por mi madre y mi hermana, que me han dado el testimonio que necesitaba para sentirme libre. A mis amigas de toda la vida, a las mujeres con las que he compartido vida en Comunidad aquí, a todas las hermanas que me han acompañado.

           A todas ellas, con corazón de mujer, ¡gracias! Gracias por ser la presencia de Dios en mi vida. Y cómo no, también a aquellos hombres que nos sienten como iguales, y que luchan junto con nosotras cada día para que la igualdad sea posible y deje de ser una utopía. Como dirían aquí «Koxukhuru vanjene». De corazón de mujer, voy a seguir aprendiendo de todas ellas.

Con mucho cariño, Silvia.

 

Monseñor Romero: la grandeza de la mujer

 

           En su última homilía dominical del 23 de marzo de 1980 predicó sobre el evangelio Juan 8, 11en el que se habla de una mujer sorprendida en adulterio. Y Monseñor defendió a la mujer. Quizás hoy, 24 años después, parezca poca cosa, pero Monseñor ponía las raíces de la dignidad de la mujer y de la condena al machismo.

 

           En tiempos de Cristo se extrañaban de que él platicara con una samaritana porque la mujer era algo indigno de platicar con el hombre. Y Jesús sabe que todos somos iguales: “ya no hay griego o judío; hombre o mujer; todos somos hijos de Dios”. Cristo con su mensaje ha promovido la grandeza de las mujer. Y de qué alturas son capaces esos dones femeninos que muchas veces con el machismo de los varones no se formula, no se aprecia.

 

           En diciembre de 1979 la burguesía estuvo promoviendo movilizaciones de mujeres.  En ese contexto dijo Monseñor:

 

           No se olviden lo que el Papa ha dicho: que la participación de la mujer en la política es válida pero tiene que ser una participación crítica. Que no se preste la mujer a instrumentalizarse en beneficio de unos intereses, sobre todo, si son egoístas. Que la mujer sea crítica para analizar en qué tiene que participar y en qué no. La mujer salvadoreña ha sido siempre una mujer muy digna. Ojalá que haga honor a su tradición y no se deje manipular, sobre todo cuando es contra su voluntad

 

(Homilía 9 de diciembre de 1979).

 

 

 

 

 

Jamás lo van a callar porque tiene un pueblo que lo quiere y lo sigue

Jornada de reflexión sobre Monseñor Romero en Perquín

 

El sábado 13 de marzo, se reunieron en Perquín varios jóvenes de las parroquias de Gotera, El Rosario, San Fernando, Torola y Perquín para realizar una jornada de reflexión sobre la vida y mensaje de Monseñor Romero en el marco del 24 aniversario de su martirio y resurrección en el pueblo salvadoreño.

 

           La mayoría de los 16 jóvenes que asistimos no habiamos nacido cuando Monseñor Romero  fue asesinado; sin embargo sorprende la cercanía y cariño con que  hablamos de nuestro profeta, pastor y mártir. Después de unas dinámicas de presentación, hicimos un momento de oración. Baltasar oró con estas palabras: “Que en cada uno de nosotros se cumplan todos los sueños que tuvo Monseñor Romero y que no pudo ver realizados”. Una hermosa y sentida oración; a 24 años de martirio cada vez quedan menos dudas que una nueva generación de jóvenes han hecho del testimonio y pensamiento de Monseñor Romero el ideal que orienta sus vidas.

 

           Luego de proyectar el documental “El pueblo es mi profeta” donde se vieron imágenes de Monseñor Romero predicando y visitando los cantones y tugurios, así como las diferentes reacciones que provocó, los jóvenes comentaron lo que habían visto a partir de estas pregunta: ¿Qué es lo que más que ha impactado de este documental? He aquí algunas de las respuestas: Dora captó lo esencial de la personalidad y testimonio de Monseñor Romero cuando dijo que “me llena de alegría la comunicación y confianza que Monseñor tenía con los pobres, se entregó por entero a su pueblo, por amor”.  En el documental aparece un político de la derecha que afirma que “Monseñor Romero no es santo de su devoción porque sus prédicas provocaron la violencia y la muerte de miles de salvadoreños”. Esta opinión le llamó la atención a Leti, que un poco indignada dijo: “Eso es mentira, las personas que murieron asesinadas en esos años no fue por Monseñor Romero, sino por la injusticia social de los ricos”. Otro joven dijo: “Monseñor Romero hizo lo mismo que Jesús, pidió a los ricos que compartieran sus bienes, pero estos le respondieron con balas”.

 

           Pero fue Sandra quien más nos impactó cuando dijo: “Yo era una niña cuando mataron a Monseñor Romero y entonces decía lo que oía en mi casa: «Está bueno que hayan matado a ese viejo». Soy hija de un militar y viví frente a un cuartel. Pero yo he pedido perdón a Dios, porque me doy cuenta que Monseñor Romero trabajó por los pobres”. Hoy Sandra trabaja en la pastoral animando un grupo de jóvenes, su testimonio testimonio es a la vez un cuestionamiento para todas aquellas personas que todavía se resisten a aceptar la verdad y no quieren pedir perdón.

 

           Luego hicimos un breve recorrido por las principales fechas y acontecimientos en la vida de Monseñor Romero, y terminamos este tema con una dinámica para ver en qué se parecen las vidas de Jesús y Monseñor Romero. Este fue el resultado: Monseñor Romero, igual que Jesús, procedía de una familia pobre de un lugar alejado de la capital, en ciudad Barrios, Monseñor Romero cuando era niño también aprendió el oficio de carpintería. Otro paralelo es que Jesús, tal como cuenta el evangelio de Marcos, comenzó su misión cuando supo que Juan Bautista fue capturado, también Monseñor Romero comenzó su misión profética después del asesinato del Padre Rutilio Grande y los dos campesinos que lo acompañaban.  Otros jóvenes dijeron que Monseñor Romero, igual que Jesús, estuvo predicando tres años, denunciaron las injusticias, se pusieron a favor de los pobres. Monseñor Romero como Jesús, que fue asesinado en la cruz, fue asesinado en el altar por su opción por los pobres; ambos fueron signo de contradicción: el pueblo los amaba, pero unos pocos le odiaron hasta la muerte. Se terminó con esta reflexión: no debe extrañarnos este parecido, porque el mismo Monseñor Romero en su cuaderno de ejercicios espirituales dejó escrito que su “primera preocupación será irme indentificando cada día más con Jesús, radicalizándome en su Evangelio”.

           En la tarde los jóvenes reflexionaron en la palabra profética de Monseñor Romero. Bueno, se dijo, es difícil resumir el mensaje de Monseñor Romero que se contiene en más de cien homilías. Lo que se hizo fue un trabajo en grupos, cada grupo leyó un hoja con algunos fragmentos de sus homilías y luego hicieron un cartel con la frase que más les llamó la atención; los jóvenes pasaron al centro con su cartel y lo explicaron.  Quizá el comentario que mejor resume lo que se habló es la frase que un joven dijo: “A él jamás lo van a callar porque tiene un pueblo que lo quiere y lo sigue”. Se terminó con un viva a Monseñor Romero. Efectivamente, Monseñor Romero vive en muchas y muchos jóvenes que lo quieren y lo siguen. No le faltó razón a Monseñor Romero cuando, unos días antes de ser asesinado, dijo: “Resucitaré en el pueblo salvadoreño”.

 

 

 

 

¿Qué diría Monseñor Romero sobre la coyuntura actual política?

 

“Cada uno de nosotros tiene que ser un devoto enardecido de la justicia, de los derechos humanos, de la libertad, de la igualdad, pero mirándolos a la luz de la fe” (Monseñor Romero, homilía 5 de febrero, 1978).

 

Un vistazo a la actual coyuntura electoral pone de manifiesto lo lejos que estamos de los llamados valores democráticos y más todavía de la reconciliación de la sociedad salvadoreña. Los rasgos de estas elecciones, entre otros, son los siguientes: violencia electoral producto de la confrontación entre Arena y FMLN, difusión de propaganda sucia en contra del FMLN y su candidato, medios de propaganda política disfrazados de comunicadores, fomento del miedo al cambio de partido en el gobierno, amenazas a empleados estatales y privados si no votan por Arena, evasión del candidato de partido de gobierno para debatir los principales problemas del país con los otros candidatos y con la ciudadanía, mucha propaganda y poco debate, ansias de cambio en la mayoría de electores, ahogado por el miedo o por la inviabilidad de los programas políticos propuestos, un anticomunismo trasnochado y violento. Ante esta situación, preguntamos a los oyentes de YSUCA qué palabra y qué actitudes tendría Monseñor Romero. Algunas de sus respuestas fueron las siguientes:

 

Mauricio Fuentes: “Monseñor Romero estaría, por un lado, feliz por la posibilidad de que haya cambio a favor de los pobres. Él siempre miró las cosas desde el bien de la gente más pobre. Pero Monseñor también diría a los políticos que dijeran la verdad al pueblo. Que no calumniaran, que no provocaran actos violentos, que no fomentaran el fanatismo político. Me imagino que cada domingo en sus homilías nos daría ánimo para comprometernos en el cambio de las cosas malas de nuestra sociedad. Nos invitaría a ser críticos ante tantas cosas que prometen los políticos. A no dejarnos engañar. Pero al mismo tiempo nos recordaría nuestras responsabilidades como salvadoreños y como cristianos ante las situaciones políticas”.

 

Celia Martínez. “Monseñor Romero al ver la situación por la que estamos atravesando, de tanta agresividad política, estuviera preocupado. Al partido Arena le hubiese mandado que abandonara ese himno de odio que dice que “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”. Los rojos para los areneros son todos aquellos que no pensamos como ellos. Monseñor estaría en contra de esa mentalidad que alimenta la violencia entre los salvadoreños. También Monseñor haría un llamado a los medios de comunicación para que cumplan con su papel social, es decir, que sirvan a la verdad. A la Telecorporación Salvadoreña (TCS) le pediría que no tergiverse la información. Que no oculte la realidad del país. Monseñor expresaría su preocupación por tanta desigualdad, por tanta injusticia. Y hablaría de ambas cosas con claridad. Les pediría a los políticos que platearan soluciones para esos problemas”.

 

Raúl Batres. “Monseñor denunciaría el modo confrontativo de la campaña electoral. Cuestionaría el derroche de dinero que se hace en la campaña sabiendo que el país es pobre y con muchas necesidades insatisfechas. Los millones que se invierten en la campaña, especialmente por el partido de gobierno, sólo para  crearse una buena imagen y buscar desprestigiar al adversario, sería considerado por Monseñor un acto de injusticia. Sobre todo porque esos millones deberían invertirse en la necesidades que tiene la población de salud, educación y vivienda. Él no solamente criticaría la violencia electoral sino también el derroche de recursos en una propaganda que sólo contamina la mente de la gente”.

 

Marina Escobar. “Si Monseñor estuviera con nosotros hoy, lo más probable es que sintiera mucha pena  al ver cómo el partido en el gobierno hace lo que quiere con el pueblo salvadoreño. Este gobierno ha dolarizado y al pueblo no se le consultó... Ha privatizado los bienes públicos, ha mandado soldados a Irak, ha impuesto el IVA a la canasta básica, ha hecho tratados de libre comercio. Todo eso, en contra de la voluntad del pueblo. Monseñor sentiría lo mismo que estamos sintiendo nosotros ahora: indignación por tanto irrespeto, por tanto abuso, por tanto atropello. Monseñor Romero nos diría a los cristianos que ya es tiempo que abramos los ojos, que pensemos en las mayorías pobres, que no nos dejemos dominar por el miedo. A los líderes de los partidos políticos les pediría que no enfrenten al pobre contra el pobre. Porque muchos pobres son los que hacen la pega y la pinta. Los que se miran enfrentados en las contiendas electorales. Les pediría a esos dirigentes que no jueguen con las necesidades de la gente. A los ricos les diría que permitan el cambio de gobierno en el poder, si así lo decide la mayoría. Que no piensen que El Salvador es sólo para ellos. Que no piensen en gobiernos sólo al servicio de ellos”.

 

Elba Martel. “Monseñor, antes que nada, lo que haría es acompañar a este pobre pueblo. Llamaría a los sacerdotes, religiosas y obispos a dar una palabra orientadora. Quizás lloraría al ver la situación del pueblo que, después de 24 años, está en peores condiciones. Quizás ya no diría cese la represión, pero sí diría cese la mentira, la propaganda del miedo, la difamación, las presiones y violencia electorales. Exigiría no usar con fines electorales a la gente humilde. Abogaría por el respeto a la dignidad de los pobres. Si Monseñor Romero estuviera con nosotros, fuera la voz del pueblo. Como lo hizo en su tiempo apoyaría los programas que beneficiaran al pobre y denunciaría los que pueden perjudicarlo”.

 

Jaime Pineda. “Monseñor Romero llamaría a las cosas por su nombre. Denunciaría la hipocresía de quienes dicen que el país va bien cuando en realidad hay desempleo, pobreza y hambre. Yo creo que Monseñor ya está hablando a través de la palabra de los que hoy, siguiendo su ejemplo, luchan por la verdad, por la justicia y por la vida de los pobres.  Para mí venir a la misa de la cripta donde está enterrado Monseñor, es como una renovación de esa lucha”.

 

 

 

Reflexiones de Monseñor Romero sobre la política

 

           Varias organizaciones populares se habían tomado  Catedral y  cuatro embajadas para denunciar la represión de los cuerpos de seguridad en el campo y exigir garantías para retornar a sus cantones. Comentó Monseñor:

 

           “Es necesario que una sana, auténtica democracia abra los canales del diálogo para escuchar qué angustia tiene el pueblo, el campo, y se le den leyes y se le den organizaciones donde de veras se respire un ambiente de justicia y de paz. Mientras no haya esos canales, todo lo demás son parches y muchas veces parches violentos que, como decía Cristo, no hacen más que romper las telas viejas y hacer más trágica la situación de nuestro ambiente” (16 de abril de 1978).

 

           “Surge siempre la necesidad de unas estructuras de justicia de distribución mejores que las que nos dominan. Es urgente y, ojalá que en esto sean fuertes los hombres del gobierno, llevar adelante esos cambios a pesar de todos los sombrerazos y amenazas de la clase adinerada, que no se detengan como se detuvieron regímenes anteriores cuando vieron la necesidad del cambio de estructuras, pero no se atrevieron porque el poder del dinero era más fuerte que la voluntad del gobierno” (9 de diciembre de 1979).

 

           La renuncia de varios miembros y ministros de la Junta Revolucionaria, por causa de lo que Monseñor Romero calificó de “influencia derechizante por parte de la Fuerza Armada y de la oligarquía”,  provocó una crisis de gobierno. La Democracia Cristiana fue entonces invitada a formar parte de la nueva Junta:

 

           “Yo creo que los que verdaderamente quieren gobernar al pueblo para un verdadero bien, tienen que contar con la sincera participación del pueblo noble de El Salvador y no usar ese nombre sólo como una escalera para subir, y después no se le tiene en cuenta al verdadero pueblo, que es al que tienen que servir desde el gobierno” (6 de enero de 1980).

 

           A propósito del texto que Isaías que, hablando del siervo de Yahvé, dice: “no gritará, no clamará, no voceará por las calles”, dijo Monseñor:

 

           “Oyendo ciertos discursos de estos días, de carácter político, yo no encontraba ninguna idea constructiva. Mucho grito y mucho decir para apelmazarnos y golpearnos más, pero ninguna expresión de cuál es, pues, tu proyecto, cuáles son tus ideas serenas para construir el bien del país” (13 de enero de 1980).

 

           La Universidad de Lovaina, Bélgica, otorgó a Monseñor Romero un Doctorado Honoris Caus. A su regreso, en su homilía hizo un resumen de su discurso en Lovaina. Y cuando llegaóel momento de comentar los hechos de la semana, Monseñor Romero comenzó con estas palabras:

 

           “Lo que marca para nuestra Iglesia los límites de la dimensión política de la fe es precisamente el mundo de los pobres. En las diversas coyunturas políticas lo que interesa es el pueblo pobre¼ð Según le vaya a ellos, al pueblo pobre, la Iglesia irá apoyando desde su especifidad de Iglesia, uno u otro proyecto político, apoyar aquello que beneficie al pobre, así como también denunciar todo aquello que sea un mal para el pueblo” (17 de febrero de 1980).

 

Miguel Cavada Diez

 

 

 

 

El desafío al cristianismo de la coyuntura mundial y latinoamericana (I)

 

           La supremacía de los Estados Unidos. Cada día se siente más la presión de todo el sistema imperial, de tal modo que en el mundo de hoy los Estados Unidos se presentan como la figura histórica del cristianismo. En Asia se preguntan:”¿dónde están los cristianos?” . “Ahí están. Los cristianos están representados por los Estados Unidos”. Y además, no ocultan de ninguna forma que son “los cruzados”, “los enviados de Dios” para salvar a toda la humanidad. Hay aquí un desafío para todos los cristianos. Para el resto del mundo, el cristianismo es la política actual de los Estados Unidos. Y entonces el cristianismo es guerra, violencia, lo arbitrario, la dominación cultural-económica. Para las Iglesias cristianas es un problema. Y no basta el distanciamiento de esa imagen. Cuando el Papa se declaró contrario a la guerra de Irak, al día siguiente el Secretario de Estado vino a desmentir al Papa, pues “eso no cambiaba nada la doctrina tradicional sobre la guerra justa”. Es decir, lo que el Papa había dicho no valía nada. Pero si no se aparece claramente la distancia, el rechazo a esta política de los Estados Unidos, eso comprometerá mucho la misión en el resto del mundo. Y en Asia de modo particular.

           Podemos pensar que para nosotros Asia queda lejos, pero Japón y China son los vecinos de Chile. Basta con caminar  un poco por las aguas y se llega allá. Y a largo plazo es un desafío grande, porque puede llegar el momento en que habrá que tomar contacto con esas civilizaciones y anunciar el evangelio a esas civilizaciones. Pero la fama de ser los participantes o colaboradores, o los cómplices, tácitos por lo menos, de Estados Unidos., no será muy favorable. La misión en el mundo musulmán ha sido imposible a causa de la conquista de tierra santa por los cruzados. Los cruzados han ocupado Palestina y otras regiones de Oriente, del Líbano, y así ha sido durante 250 años. En ese tiempo han hecho todas las brutalidades posibles. 700 años después todavía se acuerdan de los cruzados, y a todos los occidentales los consideran como los herederos de los cruzados, los continuadores de los cruzados. Eso crea una barrera, y ahora vienen los otros cruzados a ocupar de nuevo los países. Las autoridades americanas dicen que van a quedarse hasta el 2006 en Irak, y en el 2006 dirán que se quedarán hasta el 2010, y después dirán hasta el 2050, porque no se ve cómo salir. Eso es un desafío muy grande. Por otro lado, está toda la cultura norteamericana, cuya penetración es siempre más ostensible y es muy distinta de la tradición cristiana que viene de Europa, aun con todas sus limitaciones. Y es que el tipo de capitalismo que creó la sociedad americana es una novedad: tanto absolutismo, tanta radicalidad en el individualismo. Eso cambia todo. Sin embargo, en la tradición latinoamericana no hay tanto individualismo, hay muchos tipos de relaciones sociales, de compromisos sociales, no expresados necesariamente en las leyes, pero en un espíritu de familia que atenúa mucho las distinciones sociales.

           Ahora bien el individualismo extremo crea un modo de vivir en el que todos los lazos sociales  desaparecen, incluso la misma familia. El último libro de Fukuyama, es muy claro, y ofrece da un retrato de todos los defectos y  todas las deficiencias y toda la destrucción humana producida por el modelo norteamericano. Y el fue quien anunció que  el sistema norteamericano era el fin del mundo, el fin de la historia, el punto final. Y he aquí que ahora tiene que reconocer todos los defectos. Dice que el capitalismo americano es capaz de superar eso, pero que mientras tanto  está destruyendo la familia. Y muestra cómo lo está haciendo. En la familia cada cual tiene su vida desde muy temprano, y cada cual tiene su plan. Se encuentran muy poco, conversan muy poco, ya casi nunca comen juntos. En el mejor de los casos el domingo al mediodía, pero se encuentran muy poco. La familia está en disolución. Están en la casa y cada uno tiene su televisión, cada cual tiene su carro, cada cual tiene su diversión, su programa de educación, de salud, de bienestar. La búsqueda del mejor desarrollo de  cada individuo se hace sin fijarse en los demás. Eso genera en la práctica la disolución de la familia. Es  una disolución del otro y de las formas de convivencia con el otro.  Ya no hay compromisos de los unos con los otros.  Cada cual tiene la obligación de subir lo más posible, de ganar lo más posible, de desarrollarse personalmente lo más posible. Esa es la única obligación y es la diferencia definitiva. Y ocurre abundantemente. Aun en la comida, las nuevas generaciones ya casi no comen como las antiguas generaciones. Ahora  todos los métodos y todos los productos americanos, por contrarios a la salud que sean, están dominando en toda la juventud y ésta se entusiasma por el modo de comer, los big mack y un montón de otras cosas, así como las bebidas y todo tipo de diversiones para los niños, y eso crece cada vez más.  Y ahí entran también las fiestas norteamericanas, mientras lo tradicional va desapareciendo. La música, el canto, los espectáculos, el mismo tipo de  shows, todo eso es cultura norteamericana que va penetrando y  va conformando la mentalidad

           Esa civilización del individuo es un desafío para las Iglesias. Claro que con eso triunfan las iglesias individualistas. Los grandes predicadores electrónicos, como se decía hace unos 20 años, ésos son los que triunfan. Y todos los miembros del gobierno americano actual son todos convertidos, son todos cristianos fanatizados por ese tipo de pastores. Les enseñaron una religión individual, individualista, en la que el último criterio es el éxito personal. Es una teología de la prosperidad, el que vence tiene la señal de Dios. La señal de la presencia de Dios es el triunfo, es la victoria. Y esa mentalidad va penetrando. Entonces, el criterio último en toda conducta es el éxito. Lo que tiene éxito es bueno y lo que fracasa es malo. Y es por eso que los Estados Unidos son buenos, precisamente porque han vencido a todos los adversarios. Ahora pueden prescindir de la colaboración de otros países, y solos son capaces de solucionar todos los problemas de la humanidad.

           Ese es el desafío para los cristianos: ¿cómo hacer para modificar y cambiar esa fisonomía? ¿Habrá otras fuerzas en el cristianismo que tengan capacidad de desafiar ese modelo de cristianismo que triunfa y que, como veremos, está entrando,  incluso dentro de las mismas liturgias?

           La ascensión de China no estaba prevista en esa forma hace cien años y ni siquiera  hace cinco años. Pero ahora los observadores están descubriendo que el ritmo de crecimiento de China es tal que, si sigue así, en el 2030 la economía China será igual a la norteamericana. Y si se junta con Japón, con los tigres del extremo oriente, Tailandia, Malasia, Singapur y otros, superará de lejos a la economía norteamericana.

           Eso cambiará la situación, porque la superioridad del mundo norteamericano viene  de que todos compran dólares, y entonces todos depositan su fortuna en los Estados Unidos. Las elites intelectuales se ponen al servicio de la civilización de los Estados Unidos, los mejores diplomados, los formados en conocimientos científicos, todos van allá. Pero cuando deja de ser el número uno, eso cambiará, desaparecerá la prosperidad.

           Y ése es el desafío. El problema para el cristianismo  es poder penetrar en el territorio y aprender a conocer su civilización, a sus costumbres, el modo de pensar. Pues bien, yo no voy a conocer eso pero varias personas aquí si van a conocer ese mundo el 2030, y puede ser que en ese momento China sea realmente la referencia última. Si es potencia económica, será potencia política y cultural también. Y la cultura china invadirá. Preguntémonos, pues: ¿cuál es la relación  con el cristianismo? Hoy día muy poco. Hay poco interés, incluso por parte de las congregaciones religiosas que son específicamente misioneras. El Papa  dijo un día que Asia sería el desafío principal para la evangelización, pero no pasó nada. No ha cambiado nada.

               Habría que prepararse para poder enfrentar ese desafío, y eso es a largo plazo. El Pacífico ya es un océano de comunicación más importante que el Atlántico. Hay más comercio entre la parte occidental de Estados Unidos y China que entre  Estados Unidos y América Latina y Europa. Es un desafío a largo plazo. Eso no es para mí. Pero los que tienen menos de 50 años van a vivir en un mundo que será bien diferente al mundo actual.

José Comblin

 

      

 

¿Quién se acuerda del 20 de marzo? 

 

               Muchos desconocen o han olvidado lo que ocurrió hace un año ese día. En cambio, si se menciona el11 de septiembre la mayoría recuerda las imágenes de las torres gemelas.  Bush y sus halcones han explotado este atentado para estremecernos con la “nueva amenaza del terrorismo” y, así, “autoungirse” en su misión mesiánica de combatirlo.

               Como señala Noami Klein, Bush no ofrece ninguna respuesta seria al terrorismo, sino que internacionaliza los objetivos de la política exterior de un país y resquebraja el orden y el derecho internacional, con el uso unilateral de la fuerza militar, la “guerra preventiva”, y sus dictados imperiales sobre la soberanía de “enemigos y aliados”.

                       Esto se ha expresado en lo sucedido el 20 de marzo del 2003: la ocupación militar  en Iraq. Esta barbarie le preocupa  sólo en la medida en que repercute en los resultados de los próximos comicios electorales, pues muchos ciudadanos le reclaman “el engaño” y “la manipulación” de la cual fueron objeto sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq.  El gobierno de Bush, y otros aliados que se ven en apuros, tratan ahora de minimizar este error, como un problema del impreciso manejo de información por parte de los organismos de inteligencia. Todo se mide según los intereses de esta nación, sin importar los incalculables daños ocasionados a los pueblos considerados enemigos.

                       Según la organización británica, Medact, el pueblo iraquí sufrirá durante años, incluso durante generaciones, las consecuencias de la intervención militar del 2003 en su país. Además de las muertes que no se pueden registrar por las restricciones del registro forense impuestas por Estados Unidos, hay un amplio lastre de enfermedades e incapacidades físicas y mentales, e implicaciones a largo plazo para el desarrollo de los individuos, las comunidades y la sociedad iraquí en su conjunto.

               A pesar del alarde y la prepotencia del Pentágono sobre su tecnología y “precisión militar”, “muchas de las armas utilizadas durante la ocupación tuvieron efectos indiscriminados, es decir, impactaron del mismo modo en civiles y en combatientes. No sólo las bombas de racimo, las minas y las armas de uranio empobrecido son las que probablemente provocan víctimas civiles durante las operaciones de combate, sino que posteriormente a la intervención, permanecen en el terreno como una amenaza potencial para la salud de las poblaciones locales durante mucho tiempo” (Medact). Esto representa una violación del Art. 51, 4 del Protocolo I de las Convenciones de Ginebra, según la cual se prohíbe los ataques indiscriminados y en el que se ordena la protección de los civiles. Incluso fuentes oficiales de Estados Unidos, admitieron que 26 de las 1,500 bombas de racimo fueron lanzadas a 500 metros de áreas civiles. 

               Además, las tropas invasoras utilizaron armamento de cuestionable legalidad: 1,566 Bombas de racimo, uranio empobrecido (300 mil balas), bombas de NAPALM (30 botes) y minas terrestres ( supuestamente 77 minas de fragmentación antipersonal, y minas explosivas).  Los expertos estiman que entre 1,100 y 2,200 toneladas de uranio empobrecido fueron utilizadas durante la guerra en Iraq frente a las 350 toneladas empleadas en 1991. 

               Todavía no se conoce con precisión el número de víctimas civiles y militares durante y después de la invasión militar ni tampoco hay muestra de interés por parte del gobierno de Bush en reunir estadísticas acerca de las víctimas iraquíes. Apenas discretamente lleva el conteo de las bajas de las tropas estadounidenses y ha procurado silenciar la evacuación de 6,000 soldados por motivos de enfermedades físicas o mentales, producto de la exposición al uranio empobrecido o a las vacunas obligatorias contra el ántrax asociado al Síndrome de la Guerra del Golfo.

               La campaña inicial de bombardeos denominada por el Pentágono “Conmoción y Pavor” tuvo los efectos esperados: ansiedad entre los civiles y combatientes iraquíes que se ha traducido en un aumento de desórdenes mentales y emocionales, severa disminución de la asistencia escolar por el temor e inseguridad.Y el pueblo iraquí sigue careciendo de medios para llevar a cabo la “reconstrucción social” y reparar las profundas heridas y traumas inflingidos por la guerra y por el antiguo régimen.

Mario Sánchez

 

 

 

 

Otro mundo es posible

Sobre el Foro Social Mundial de Mumbai

 

           Asistí al Foro Social Mundial, en Mumbai (antes Bombay), la India, celebrado del 16 al 21 de enero. Fue una experiencia muy especial. Era la cuarta vez que este foro altermundista se celebraba. Las tres primeras habían sido, año tras año, en Porto Alegre, Brasil.

 

           El Foro Social Mundial es un encuentro multitudinario de gente de todas partes del mundo que se congrega a expresar públicamente su identidad de protesta  contra la globalización y su esperanza de que “Otro Mundo es Posible”, y a reflexionar en formas para hacerlo realidad. Ese es el lema del foro.

 

           Mumbai es una ciudad de casi 20 millones de habitantes ubicada en la costa occidental de la India. Es la puerta hacia el mundo occidental de esa gran nación, la más poblada de la tierra después de la China. Tiene 1.000 millones de habitantes.

 

           Allí había una famosa fábrica de automóviles que ahora se ha convertido en un parque de exhibiciones. En ese parque se celebró el foro. Se ocuparon las calles del mismo para manifestaciones vistosas en medio de bailes. Una de las grandes explanadas fue teatro del acto de inauguración, todos sentados sobre una gran manta de dril en el suelo. Los galpones de la fábrica sirvieron para congregar a cientos de personas en conferencias especiales, para exposiciones de grupos participantes y para actos culturales. Además, en los espacios abiertos, el  Comité organizador construyó salas rústicas con mantas y láminas donde a la vez se tenían seminarios sobre distintos temas, tan variados como la gobernabilidad, los derechos de los dalit (intocables, fuera de toda casta), los refugiados de Bután, la explotación de las mujeres en las minas, la guerra de Irak, el futuro del mismo foro, los derechos de los gay, la reconciliación en Kosovo…

           Se calcula que el número de participantes rondó alrededor de los 100 mil personas. Rostros oscuros, rostros amarillos, rostros blancos, rostros negros, rostros bronceados de hombres y mujeres. La mayoría eran indios provenientes de diversos estados. De Japón llegó un barco de participantes. Muchas ONGs del occidente estuvieron representadas. A mí, por ejemplo, me invitó Secours Catholique, que es la Cáritas de Francia. Sólo esta organización llevó como 30 personas. Hubo una recepción de todas las organizaciones francesas, donde estábamos nosotros. Allí tal vez se juntaron como 200 o 300 personas.

 

           De la India llegó una representación muy numerosa de dalits y pueblos indígenas. Dalits son las gentes que están tan abajo en el sistema de castas que están fuera del mismo. En las aldeas rurales, los/as dalits se ubican donde la brisa sale para que esta no manche a las castas superiores. Se bañan en las secciones inferiores de los ríos. El foro fue un espacio para mostrar su existencia, su voz, sus vestidos, sus bailes… y para mezclarse con todos. Allí los pudimos abrazar y tocar como a cualquier ser humano. Los pueblos indígenas de la India son los grupos humanos autóctonos previos a las grandes invasiones hindúes o musulmanas. Han quedado como islas en las elevaciones de algunas regiones. Los jesuitas de la India posibilitaron a través de una Iniciativa de los Pueblos Indígenas del Asia del Sur (SAPI en inglés) la asistencia al foro de casi 1500 personas, a quienes dieron de comer y de dormir en algunos edificios de la Compañía, como un antiguo escolasticado y un colegio de segunda enseñanza.

 

           Detrás del Foro está un Consejo Internacional de cerca de 100 organizaciones estructurado en seis comisiones. Esta entidad no invita a nadie. El que quiera va. El grupo que tiene interés de organizar un seminario, por ejemplo, se inscribe. En mi caso, fue Secours Catholique la que me inscribió a mí para un seminario sobre el papel de los pueblos autóctonos de América Latina en la construcción de la paz, para el cual también invitó a un sacerdote colombiano que trabaja en la zona afroamericana del Chocó y a otro jesuita mexicano que trabaja entre los otomíes. Nuestro seminario, traducido simultáneamente al francés, inglés y al hindi, exponía diversas intuiciones sobre el camino hacia la paz desde la experiencia de zonas de guerra. Yo llevaba la experiencia guatemalteca de las poblaciones en resistencia de la selva del Ixcán.

 

           La experiencia del FSM nació de las protestas contra la globalización en diversas partes del mundo, como en Seattle contra la OMC, y en Washington contra el FMI y el BM. Sin embargo, la idea fue concretada por un par de personas brasileñas y francesas que comenzaron a tirarla en diversas organizaciones y buscaron la acogida propicia del Prefecto de Porto Alegre y del Gobernador del Estado Río Grande do Sul para ponerla en marcha. Entre las 8 organizaciones originarias se cuentan la ATTAC (Asociación por la tasación de las transacciones financieras para ayuda a los ciudadanos), la ABONG (Asociación brasileña de organizaciones no gubernamentales), el MST (Movimiento de los trabajadores rurales sin tierra) y la CBJP (Comisión brasileña justicia y paz) de los Obispos del Brasil. Nació como contraforo de la globalización. Por eso, siempre se ha celebrado alrededor de las mismas fechas del Foro Económico Mundial, que se tiene año con año en la ciudad turística de Davos, Suiza, y al que asisten alrededor de 2 mil empresarios y economistas junto con los líderes del mundo capitalista.

           Arundhati Roy, una escritora militante de la India, dijo en la inauguración que el FSM era una experiencia maravillosa, pero insuficiente. Maravillosa, ¿por qué? Podríamos decir tres cosas. Primero, es una expresión única mundial masiva frente a la globalización. Frente a la guerra de Irak se expresaron masivamente millones de personas, pero mundialmente sólo se unieron a través de los medios de comunicación. No estuvieron físicamente reunidas más que en cada ciudad. En Seattle o Cancún se han manifestado de diversas partes del globo contra aspectos de la globalización económica, pero no de una forma tan masiva y tan integral (miles de aspectos) como en el FSM. Segunda, en la India, como dijo un jesuita brasileño, se mostró que “otro” mundo es posible, que el FSM no era exclusivamente propio de su cuna brasileña, sino que la idea podía pegar en cualquier parte del mundo. De aquí en adelante quedó abierta la vía para que se realice, cuando las condiciones lo permitan, en otros continentes, como Africa. Tercera, que el FSM es el producto de una forma de organización popular distinta y en este sentido tiene capacidad inspiradora para encontrar nuevas fórmulas organizativas ante el decaimiento de sindicatos y otros. Esta es la organización en red, la organización horizontal, fluida, que aunque tenga una tendencia clasista fundamental, puede vincular a nodos que pertenecen a diversas clases.

 

           Las insuficiencias del FSM son la otra cara de sus fortalezas. Podemos mencionar las siguientes. Primero, que la fórmula del FSM se repita mecánicamente y se gaste. Y que de esta forma se desvíe la atención de las luchas locales. Es decir, que muchos cuadros se conviertan en “foristas” y se pasen de un lado al otro del mundo gastando el dinero de las ONGs que los patrocinan. Segunda, que sean expresionistas pero no se concluya en nada práctico. La  horizontalidad se puede quedar en sólo música, danzas, palabras fuertes pero disgregadas… y al fin del foro todos se vuelvan a sus casas emocionadísimos, pero ¿con qué? ¿qué se llevan entre manos? Por eso, el método del próximo FSM se orienta a la búsqueda de alguna acción global, parecida, decía Roy, a la Marcha de la Sal de Ghandi, que orientó  a las masas a hacer su propia sal al mar y con eso desestabilizó la economía del imperio colonial inglés. Tercera, que aunque la experiencia de Mumbai fue considerada como un gran éxito, no acabe de salir de su cuna latinoamericana, puesto que el próximo se celebrará de nuevo en Porto Alegre.

 

           “Otro mundo es posible” es un lema que nos impulsa. En un seminario sobre gobernabilidad y democracia le arguyeron a un jesuita de Malasia con los vicios de verticalismo de la iglesia. El no los negó. Sólo dijo, “otra iglesia es posible”. De la misma forma podemos decir, “otra vida religiosa  es posible”, “otra empresa es posible”, “otra universidad es posible”, “otra comunidad es posible”. No tanto “un mundo nuevo es posible”, que puede tener connotaciones consumistas - un carro nuevo, una tv nueva - , y que puede despreciar el valor de las culturas tradicionales. Sino “otro”.

 

 

 

 

Algunas lecciones y nuestra memoria histórica

«la riqueza del capital humano»

RIDES

 

     Durante los meses de enero y febrero de los últimos tres años, en El Salvador recordamos con luto y dolor, pero sobre todo, con el gozo de la resurrección por el recuerdo y memoria de nuestras víctimas de los terremotos del 2001. Para algunos, el tiempo transcurrido ha sido una oportunidad para rehacer la infraestructura física, para otros, más que eso, ha sido la gran oportunidad para renovar el resquebrajado tejido humano y social de este país.

 

Uno de los aciertos de los jesuitas de El Salvador, a raíz de los terremotos del 2001, fue la conformación de una RED, constituida por el conjunto de obras de la Compañía de Jesús y por algunas parroquias; especialmente aquellas que se ubican en las zonas más golpeadas por ese fenómeno. El nombre con el que se identificó a ese grupo de instituciones y personas, trabajando a favor de la reconstrucción es el de Red Ignaciana de Emergencia y Solidaridad (RIDES). Junto a ese gran Equipo, dos personas a tiempo completo (Lili y Miguel Alonzo), acompañados por el P. Andreu, que a su vez, precedió el trabajo de otros como Melo y José Luis.

 

Este esfuerzo, que en un inicio, orientó sus energías a paliar la emergencia, tomó varios derroteros, según lo fue demandando la situación de las familias y grupos afectados. Pasada la emergencia, el principal esfuerzo de la RIDES consistió en ser voz de alivio y esperanza para las víctimas del terremoto. Fue de esa forma en que mensualmente se desarrollaron jornadas y encuentros, en los que participaron agentes de pastoral de varias parroquias del país. La intención en ese momento fue la de constituir a la Iglesia en aquella que tenía que asumir su misión, la de “calmar tempestades”, en ser esperanza ante la desesperanza. (Carta a las Iglesias, No. 477-478, Julio/2001).

           Con el paso de los meses, ese grupo de agentes de pastoral demandó de un programa de formación más sistemático, lo que nos llevó a conformar las “Escuelas de Formación Cristiana para la Pastoral Social”. El énfasis estuvo puesto en la gestión del riesgo y en el acompañamiento sicoespiritual. Sin dejar de lado, los elementos básicos para una conformación y consolidación de los Equipos de Pastoral Social en las distintas parroquias que participaron del programa. El análisis de la realidad y la escucha de la palabra de Dios y de las víctimas del terremoto fue una de las actitudes y actividades que caracterizó nuestro esfuerzo.

               Fue en ese contexto de escucha de la realidad, en que nos fuimos percatando de cómo los programas de reconstrucción de vivienda no siempre beneficiaban a los que tenían las mayores dificultades. La razón estribaba en que uno de los requisitos de la mayoría de los proyectos, era el de contar con una escritura del lote donde se construiría la vivienda, la cual tenía que estar debidamente inscrita y registrada en el Registro de la Propiedad (Centro Nacional de Registros). Esa realidad fue la que nos abrió a un nuevo desafío..., los proyectos de reconstrucción de viviendas.

           A comienzos del 2002 iniciamos con el primer proyecto de viviendas en San José Verapaz. La característica de este grupo y de los futuros beneficiarios sería la de no tener posibilidades de legalizar... Varias mujeres solas y viudas fueron privilegiadas con el programa; sobre todo, se ha intentado que sean de los más pobres entre los pobres. Fue de esa manera en que los proyectos de reconstrucción nos ocuparon a lo largo del 2002 y 2003.

           Un aspecto importante es que la RIDES  quiere apoyar también la legalización, es por ello que se realizan los trámites de propiedad de la vivienda a nombre de la pareja. Es decir, tanto la mujer como el hombre figuran como propietarios del lote donde se construye la vivienda. Además, se constituye sobre la vivienda construida lo que  se conoce como “Derecho de Protección a la Vivienda Familiar”, que está contemplado en la actual legislación familiar de El Salvador.

           Nuestro trabajo de reconstrucción, representado por las casi cuatrocientas viviendas construidas, se concentró fundamentalmente en la zona paracentral del país. En los departamentos de Cuscatlán (Santa Cruz Michapa, Cujuapa en Cojutepeque y El Carmen), San Vicente (San José Verapaz y Nuevo Tepetitán) y Cabañas (en tres remotos cantones del municipio de Ilobasco: Agua Zarca, Nanastepeque y San Antonio La Labor). En nuestro trabajo y visitas domiciliares hemos constatado que se ha tratado de muchas de las zonas abandonadas de nuestro país.

           Un aspecto importante es que como parte de los requisitos de la RIDES para la ejecución de los proyectos ha sido la conformación de un Equipo Local que permitiera el seguimiento en el día a día de las tareas que supone un proyecto de reconstrucción. Fue de esa manera en que se conformaron una serie de Equipos Locales. En Michapa, recordamos a Dña. Mercedes y Luisa, junto con Don Asunción; en Cujuapa a Don Jesús y Normita; en el Carmen a Chepito y Santiago; en Tepetitán a Adriana, Blanca y José Luis; en Cabañas a Vinicio, Miguel y Don Nino. Y junto a ellos, a varios de los párrocos, animando y acompañando esta difícil tarea.

           Tanto las tareas de control de la bodega, en el manejo adecuado de las entradas y salidas de material. El pago de los albañiles durante los fines de semana, teniendo que enfrentarse a los trámites bancarios, la aplicación de sanciones para aquellos beneficiarios que incumplían con el horario de trabajo, así como la coordinación de algunas jornadas de formación, destinadas a mejorar las condiciones de vida y el interés por la organización; fueron entre otras, algunas de las tareas de estos Equipos; de estas redes humanas que se fueron constituyendo con el pasar del tiempo.

           Por dos años consecutivos estas personas dispusieron su tiempo y energías para poder servir a su demás hermanas y hermanos. Mañanas y tardes, días y fines de semana, la disposición de estas compañeras y compañeros fue inigualable. Desde su silencioso trabajo se convirtieron en “mujeres y hombres para el servicio de los demás”. Como nos dice Lili, de Chepito y Santiago..., “ahora su capital sigue sin haberse acrecentado demasiado, pero les queda el alma engrandecida porque ahora son ambos, con certeza, dos de los mejores constructores con los que cuenta la construcción del Reino”. Eso es lo que podemos decir con certeza, de todas y todos los que nos han acompañado en este gran empresa, de querer poner un grano de arena en la reconstrucción de este país.

               Como Equipo de trabajo, estamos conscientes que la principal riqueza no la constituyeron las viviendas, ni los muchos materiales que tuvieron que ser trasladados para la construcción de las viviendas… Como RIDES creemos que nuestro principal acierto lo constituyó la conformación de los Equipos Locales, formado por líderes y liderezas de las distintas comunidades, en este caso, representados en la disponibilidad de tantos hombres y mujeres. Concluido el proceso de construcción estamos seguros de haber sembrado algunas semillas de esperanza..., semillas de capital social que sin duda, seguirá abonando para generar hombres y mujeres comprometidos en transformar su propia realidad.

           El día 7 de febrero recordamos como un 14 de enero del 2001 nació esta RED, desde la  que a lo largo de tres años hemos intentado ir generando redes de esperanza y solidaridad. Con una misa de acción de gracias, en la capilla de la UCA y con remembranzas de nuestro quehacer, le pudimos dar gracias a Dios porque muchas familias salvadoreñas pudieron palpar desde su propia realidad, aquella visión de “el valle de los huesos secos”; profecía que nos recuerda el poder de Dios, en la que se nos habla de la restauración de Israel en tiempos de David (Ez. 37. 1-28).

           Con esa celebración, en la RIDES hemos cerrado una etapa y hemos dado paso a una nueva. Por ahora ya hemos puesto nuestro grano de arena en la reconstrucción física. La tarea aún no termina. El desafío de seguir reconstruyendo el tejido social es aún mucho mayor. Estamos convencidos que entre todas y todos es posible seguir construyendo redes de solidaridad desde las cuales cada uno pueda aportar lo poco que tiene. Estamos agradecidos con la vida porque Dios ha estado grande con nosotros; ya que desde nuestra pequeñez hemos hecho lo que teníamos que hacer. La pregunta es si tendremos que esperar una nueva catástrofe para darnos cuenta que hace falta recuperar los valores del Reino, en donde la solidaridad, el compartir, el respeto a la dignidad humana y otros muchos valores son lo único que puede salvar nuestra fragmentada humanidad. El desafío aún sigue abierto!

 

Miguel Alonzo Macías

 

 

 

Escuela de Teología Pastoral

La Escuela Teológica Pastoral de Zaragoza

 ¿cómo surgió esta Escuela?

               El sacerdote  diocesano salvadoreño P. Adonai Chicas en el año 96 con el entusiasmo pastoral que le es propio, compartió sus expectativas de un proceso de formación para la gente con el jesuita de la UCA, P. Dean Brackley. Este encuentro dio vida a una novedosa experiencia para el servicio evangelizador en la Vicaría Inmaculada Concepción, en el Departamento de La Libertad y en la sede parroquial de Zaragoza. Con ellos se incorporaron representantes de alumnos y alumnas y los profesores que llegaron a apoyar, consolidando esta propuesta formativa.

               La zona es una de las más pobres del país, asistida por el apoyo pastoral y solidario de  las diócesis hermanas de los Estados Unidos. La región tiene el honor de contar con la memoria del testimonio martirial de las religiosas de Maryknoll Dorothy Kazel y Jean Donovan, “las madres del Puerto de La Libertad”. Las Parroquias se encuentran un poco aisladas unas de otras y las vías de acceso son difíciles para asistir frecuentemente a una formación popular y sistemática como la UCA propone. Por eso, en este lugar se han comprimido y dosificado, de modo distinto, algunos contenidos buscando metodologías apropiadas para sus participantes. Actualmente siguen participando unas cuarenta y cinco personas entre jóvenes y adultos.

 

¿cuáles logros podemos compartir de esta ETP?

               La existencia misma constituye ya un logro, no toda presencia eclesial apuesta por procesos de formación para el laicado, menos aún  cuando esta población tiene procedencia rural. Algunos han expresado, en el camino, sus dudas sobre el compartir del conocimiento bíblico y teológico para los laicos/as, expresan que “es demasiado para la gente, que es menos lo que la gente necesita, o bien que necesita otra cosa: Catequesis. Creemos y comprobamos que lo que falta es la oportunidad de formase para incrementar la capacidad de comprensión y de la realidad para transformarla.

               Cuando la gente va creciendo, se nota su capacidad de reflexión y una alegría que los profesores/as han vivido en el contacto con estos agentes pastorales. En el proceso van creciendo humanamente en cuanto se promueven educativamente, experimentan un nuevo modo de ubicarse en su trabajo pastoral. También crecen en su calidad como ciudadanos en una sociedad que antes los dejaba por fuera del desarrollo humano por sus injustas y pobres condiciones de vida. La gente crece y asume sus gozos y tristezas de pertenecer a los sectores empobrecidos y por qué no decirlo incluso en la Iglesia necesitan ser valorados como adultos responsables de su propia fe y compromiso. Notan que su trabajo puede ser más promovido y dignificado.

·              Se muestra el cariño, el respeto, la responsabilidad que los profesores/as han puesto en esta zona para compartir sus conocimientos y reflexión de fe. Los estudiantes de teología llegaron aquí haciendo su servicio social o su apostolado. Nos han fortalecido en la trayectoria de esta Escuela las congregaciones de los Jesuitas, Claretianos, Franciscanos, Hermanitas del Evangelio, Hermanas del Verbo Encarnado, Hermanas de Jesús y María y también algunos  laicos y laicas.

               Desde que existe la Escuela se han graduado en actos populares y con sentido litúrgico cinco promociones de agentes pastorales, y más de 400 personas han terminado aquí el proceso, animadas en su fe y comprometidos en el trabajo pastoral de sus comunidades, ubicadas en diferentes cantones y caseríos.

               El espíritu confirma el ánimo de las personas que realizan este programa de Diplomado. Ellas manifiestan con estos signos la importancia que le dan a su proceso formativo: guardan asistencia frecuente y alegre a sus clases, forran sus cuadernos con motivos inspiradores, también las cartillas que son como sus textos; su actitud en la oración inicial es una expresión creyente de cómo reciben sus cursos, se organizan a través del Equipo coordinador local en comisiones de apoyo, hacen sus tareas, preguntan en clase sobre los temas vistos u otras dudas, aportan pastoralmente a sus trabajos parroquiales, y se integran en un Encuentro teológico anual con las otras Escuelas en la UCA donde se animan compartiendo su caminar.

 

¿Cuáles son las dificultades que hemos vivido?

               De lado de la contraparte vicarial no hemos encontrado el apoyo local para la promoción e insistencia sobre la necesidad de la formación sistemática y popular para los laicos. Tampoco que se priorice la venida a la escuela como parte del compromiso para la evangelización, que se reserve, sin carga de trabajo a los laicos durante los tres años para que después más cualificados cooperen mejor y más creativamente.

Por parte de la UCA tenemos la escasez de profesores en los inicios de año. Como los sacerdotes tienen muchas actividades para poder reservar los sábados y ayudar en esta tarea, dependemos de otro apoyo, los estudiantes de Teología de la UCA.

 

¿Cómo vamos a poner en práctica lo aprendido?

               Las clausuras son realmente el momento propicio para escuchar más testimonios de lo que la escuela significa para la gente. Por ejemplo Antonio de Tercer Año, en quien notamos una mayor participación en clase y libertad de expresión de lo que piensa, comenta que el proceso le ha ayudado a ser más consciente del compromiso cristiano familiar y eclesial en la realidad del país. Miguel Angel es un arquitecto, que está convencido del modelo de esta Escuela que va fortaleciendo convicciones y desarrollando a las personas. Julia quien ya salió de la escuela es una mujer muy entregada a la misión evangelizadora y responsable de la catequesis de confirmación, nos ha dicho que la Escuela le fortaleció en el valor que se le debe dar a la mujer en su servicio en la Iglesia. Candelaria, también salida de esta escuela, y reconocida más allá del Puerto de La Libertad por su aporte catequético y musical con el grupo Horizontes, nos cuenta que la escuela fue clave para valorar más el compromiso profético que ya era para ella una herencia martirial  que tenemos en el país.

               Los laicos y laicas se hacen cada vez más piedras vivas de la iglesia. Nos sentimos contentos de este acompañamiento.

 

 

 

 

Por qué te dejaste matar, Monseñor

 

           Con estas palabras de reclamo, la viejita no quería aceptar el asesinato de Monseñor Romero.

Su queja la hacía ante el féretro rodeado de una multitud de personas que traían sus muertos a cuestas y un dolor perpetuo bajo el rezo. Sus lágrimas querían lavar la sangre que había escrito en las baldosas esa letra que decía: quien no tenga pecado que tire la primera piedra. Su congoja deseaba cerrar la herida de un corazón que manaba historia de verdad y palabra de ánimo y de misericordia. Su óbolo de viuda era brindarle su cariño que no había podido impedir su muerte pero era la mortaja de paz que lo cubría por todas partes. Ella sabía que estaba velando a un difunto que pertenecía a todo un pueblo pero también era su finado. Por eso, su canto de resurrección surgió, en medio del quebranto, con una fe contra toda fe: si vos nos querías

 

Hoy en catedral se han recogido tantas lágrimas de madres para cubrir de canto a la Iglesia. Los muertos siguen apareciendo pero la esperanza se ha vestido de fiesta porque hay un rostro que muestra la ternura que nos acompaña. Todavía escuchamos el eco de aquel murmullo que dice su letanía: Amorcito, vos siempre vivirás entre nosotros.