AÑO XXV, NO. 545                                               

Un nuevo canto a la patria

 

“El himno nacional no es dogma. Si tiene mucho de hermoso y de verdadero hay que deducir esa verdad y esa hermosura de la realidad del país, para no estar cantando lo que en realidad no existe, y para hacer que la hermosura del himno se traduzca en realidades del país”. (Monseñor Romero, Homilía 24 de 1978).

 

 

 

INDICE

REALIDAD NACIONAL. EL PETROLEO Y OTRAS FORMACIONES DE IZQUIERDA

BENEDICTO XVI EN COLONIA

EL SEGUIMIENTO DE JESÚS

LOS 45 COFRADES DE LA CASA BLANCA

ENCUENTRO JUVENIL EN COLONIA

LAS REVELACIONES DE KATRINA

40 AÑOS DE LA UCA. 25 DE CARTA A LAS IGLESIAS

CONFESIONES DE UN MAYOR GENERAL

MONSEÑOR ROMERO EN LA MEMORIA DE LAS COMUNIDADES

EL FALSO CONSUELO DE SER HEROE SALVADOREÑO

LOS SÍMBOLOS PATRIOS

 

 

Realidad nacional:

el petróleo y  otras formaciones de izquierda

 

El problema del petroleo         

El alza al precio de la gasolina ha provocado una alarma general en el país. No se ve por ningún lado que la escalada de precios vaya a detenerse en ningún punto.

 

Está claro es que el problema trasciende las dimensiones meramente económicas y que demanda soluciones políticas.  Aquí plantearemos un esbozo sobre quiénes deberían buscar esos consensos y acerca de qué temas.

 

¿Sobre qué establecer consensos?

Un diagnóstico compartido por muchos es que el petróleo se está convirtiendo en algo demasiado oneroso como para depender tanto de él. Esta afirmación es completamente razonable. Pero es anticiparse demasiado. Decidir si se da el paso hacia otra fuente energética es un paso ulterior. Adaptar vehículos, maquinaria, etc., a una fuente distinta al petróleo es un proceso largo y complicado. Hay muchos intereses, de todo tipo, que se verían afectados. Pero para mientras se discute si se continúa usando petróleo o no, hay que resolver el problema inmediato. La población resiente los efectos del alza del petróleo. Esto es un llamado de atención para el actual gobierno. Si bien las últimas encuestas reflejan una percepción favorable a la actual gestión, también es cierto que los sondeos de opinión sitúan la economía como su gran talón de Aquiles. Pero solucionar el problema del alza de los precios no debería hacerse en función de elecciones, sino en función del país. En fin, también la empresa privada ha dado voces de alarma sobre el tema.  Su cúpula, representada en la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), considera que se han reducido las expectativas de crecimiento económico. Por tanto, un primer punto sobre el que hace falta llegar a acuerdos es detener la escalada de precios del combustible. Una posibilidad es controlar los precios. Tanto el partido oficial como la dirigencia empresarial son reacios a emplear estas medidas, dadas las concepciones neoliberales predominantes, las cuales dictaminan la virtual intocabilidad del sector privado. Sin embargo, como en toda búsqueda de consenso, habrá que tener voluntad para hacer concesiones en aras del bien común.

 

Actores del consenso           

Es necesario definir los niveles a los que se debería buscar el consenso. Estos básicamente son dos: uno, dentro de la sociedad salvadoreña y el otro, en el ámbito internacional. A nivel interno, la búsqueda de soluciones al problema del alza de los combustibles debe incluir a todos los sectores nacionales. Es loable, sin lugar a dudas, la creación de una comisión formada por actores gubernamentales y de la empresa privada para deliberar sobre este tema, pero también hay que incluir al sector laboral y a las organizaciones ciudadanas. Si el proceso de toma de decisiones sobre este tema sólo incluye a los sectores de poder económico y político tradicionales, es claro que no habrá una solución a la medida de las necesidades de la sociedad.

Es necesario formular objetivos nacionales de desarrollo a largo plazo que partan de los escenarios actuales, sobre todo, de los escenarios que la crisis mundial de energía plantea.           Por otro lado, hay que buscar otro tipo de consenso: con actores internacionales. Ya sea en la gestión de nuevas fuentes de energía, o en la búsqueda de condiciones más favorables para adquirir petróleo en el mercado mundial, es preciso tomar acuerdos. El Salvador se ha cerrado, más por razones ideológicas que por realismo, a buscar otras ofertas en el mercado petrolero aparte de los EEUU.    El Salvador, por sí solo, no tiene el peso suficiente como para terciar con los países productores de petróleo. Tendría que buscar una acción conjunta con los otros países del área. Pero el camino del consenso en el Istmo centroamericano parece lleno de espinas, tal como lo puso en evidencia el proceso de negociaciones del Tratado de Libre Comercio con EEUU (CAFTA, por sus siglas en inglés).

 

 

El FMLN y las otras formaciones de izquierda

      La izquierda salvadoreña no se agota en el FMLN, pero este partido es una de sus expresiones más importantes.

 

Sus líderes no pudieron demarcarse de su pasada trayectoria vinculada, directa o in directamente, al FMLN. Por eso, las propuestas que abanderaron no fueron convincentes para los sectores sociales a los que iban dirigidas. Además los nuevos proyectos políticos fueron vistos como una traición a los ideales por los que antes se luchó. Así fue difícil ver en esas propuestas algo más que un afán meramente electorero...

A estos factores conviene  añadir dos de enorme relevancia: a) por lo general, las nuevas formaciones de izquierda no sólo surgieron del seno del FMLN, sino que  se enfrascaron en una fuerte disputa con ese partido —disputa iniciada en los momentos de la ruptura, pero continuada con posterioridad a ella—, desgastando sus posibilidades de emerger y consolidarse como proyectos novedosos de izquierda; b) asimismo, en el marco de esa disputa, la estrategia que privilegiaron, para sobrevivir electoralmente, fue la de arrebatar votos al FMLN, lo cual condicionó, desde un principio, sus posibilidades reales de convertirse en protagonistas del sistema político.

 

No han buscado ser una opción más de izquierda, dispuestas a ocupar, junto con otras, una espacio político que ciertamente puede ser más amplio en términos de partidos y de electores, sino que pretendieron desplazar al FMLN, es decir, ocupar su lugar, quedándose con sus votos y con su cuota de poder.  Como resultado de ello, sobrevino el fracaso político. Y, a tono con estas experiencias de fracaso, se impuso la tesis de que en El Salvador no había más espacio en la izquierda para otro partido que no fuera el FMLN y que cualquier formación política de izquierda —desmembrada o no del FMLN— estaba condenada a desaparecer.

 

El desafío del FDR

Esta razonamiento ha sido usado por muchos para interpretar la situación y perspectivas del Frente Democrático Revolucionario (FDR), el nuevo proyecto de izquierda que ha emergido de la más reciente crisis del FMLN. Para quienes no ven con buenos ojos el surgimiento del FDR, este partido en proceso de legalización no tendrá un futuro distinto al del PD y al del Movimiento Renovador de un partido que, además de contar en sus filas con figuras que han traicionado la causa revolucionaria y que se han vendido a la derecha neoliberal, pretende —al igual que hicieron socialdemócratas y renovadores— hacerse de una parte del caudal electoral del FMLN, lo cual ha mostrado ser un propósito condenado al fracaso.

 

Para comenzar, hay que preguntarse por el carácter del FDR, es decir, por su identidad como proyecto político. Se trata, sin duda, de un partido de izquierda, pero no de una izquierda que adversa los principios fundamentales del FMLN.  Para el FDR lo que está en cuestión no es proyecto efemelenista, sino la cúpula que lo dirige. Esta situación tiene aspectos novedosos, si se la compara con la que llevó a la formación, por ejemplo, del PD. Este último puso en tela de juicio el proyecto efemelenista; de hecho, quiso ser un proyecto destinado a reemplazarlo, lo cual explica en parte su fracaso.

 

El FDR quiere recuperar lo mejor del FMLN

El problema en el FMLN es la cúpula por su intransigencia, su intolerancia y su ansia de control lo que ha obligado a muchos de sus cuadros —que no han renegado de sus ideales democrático revolucionarios— a buscar refugio en otro proyecto. Desde el FMLN, las cosas también son bastante claras: al FDR no sólo han ido a parar los ambiciosos y renegados, los que le hacen el juego a la derecha, sino que se trata de un proyecto político condenado a desaparecer.

 

Es claro que la lectura del FMLN es simplista y cómoda. Más aún, es peligrosa para sus perspectivas electorales, porque pierde de vista la posibilidad de que, al contrario de lo que sucedió con el PD y el Movimiento Renovador, el FDR sí logre arrebatarle un número significativo de votos en las próximas o en las siguientes elecciones.  Obviamente, aceptar esta eventualidad supone aceptar que el malestar en torno a la forma como es conducido el partido —esgrimidos por muchos de los que se han dejado el FMLN y se han integrado al FDR— puede haber llegado a la militancia, bases y simpatizantes del partido.

 

CIDAI

 

 

 

Benedicto XVI en Colonia

 

      Del 18 al 21 de agosto, el papa estuvo en Colonia para celebrar la XX Jornada de la Juventud. Los medios han cuantificado el viaje: un millón de asistentes, ocho mil sacerdotes, setecientos obispos, arzobispos y cardenales, y 6,600 periodistas que han ofrecido el ángulo suntuoso y triunfal del acontecimiento, sin hurgar qué había de evangélico en un acontecimiento que, en definitiva, lo protagonizaba la Iglesia de Jesús. A Benedicto XVI lo compararon con Juan Pablo II, llegando a la conclusión de que éste era más carismático y actor, y aquél más pensador y de porte más moderado. Y reconocieron que el nuevo papa había pasado la prueba.

 

Este modo de proceder es, desgraciadamente, comprensible. Los grandes medios son empresas lucrativas y al servicio del mundo capitalista. Nada entienden -y poco les interesa- Jesús de Nazaret y su Dios, los pobres de este mundo y una Iglesia que debe estar a su servicio, y la fe y el seguimiento de ese -y no otro- Jesús. De todas formas, los organizadores de estos eventos no debieran dar pie a que lo multitudinario y escénico hiciese difícil encontrar lo profundo de la fe. El papa ya ha indicado al organizador, el cardenal George Bell, que piense en una fórmula más reducida e íntima para la próxima Jornada mundial de la Juventud a celebrarse en Sidney en 2007. Más importante es no pensar que de esta forma se ha encontrado un mejor camino de evangelización, que para Jesús era ante todo “anunciar la buena noticia de Dios a los pobres”.

 

Ahora reproducimos algunos fragmentos de los discursos del papa que son importantes para el mundo de hoy. A veces están ligeramente editados para condensar en un solo párrafo frases separadas del papa, respetando siempre sus palabras. Su mensaje está formulado en una perspectiva universal-occidental.  Para contextualizarlo y traducirlo a nuestra situación, añadimos breves comentarios desde una perspectiva más salvadoreña y del tercer mundo. Los ofrecemos como textos y  comentarios para la reflexión.

 

Entrevista del 17 de agosto a Radio Vaticano

 

La sabiduría. “Entiendo por sabiduría la comprensión de aquello que es importante, la mirada que recoge lo esencial… De aquí se deriva qué es la sabiduría de la fe: no es el hecho de reconocer gran cantidad de detalles -característica necesaria en una profesión-, sino reconocer, más allá de todos los detalles, lo esencial de la vida, cómo ser persona, cómo construir el futuro”.

Comentario. Entre nosotros eso esencial bien se puede formular con estas palabras de Monseñor Romero: “La gloria de Dios es que el pobre viva”. Juntan lo divino y lo humano, con la ternura de Dios hacia los pobres, y nos exigen e invitan a la tarea. Los mayores las recordarán. La Iglesia tendrá que esforzarse para explicarlas a los jóvenes.

Los jóvenes. “Creo que entre los jóvenes se está difundiendo la sensación de que todas las diversiones que se les ofrecen, todo el mercado construido sobre el tiempo libre, todo lo que se hace, lo que se puede comprar y vender, al final no puede ser el todo. ¿Qué es por lo tanto lo esencial? No puede ser lo que tenemos y podemos comprar”.

Comentario. La oferta que se hace a los jóvenes y el sinsentido que genera no es casual. Es un de “la civilización de la riqueza”, producida por un occidente, que se dice democrático, y que algún día tuvo raíces cristianas. Los cristianos debiéramos ofrecer una “civilización de la  pobreza solidaria, de la austeridad compartida”, tal como la predicó Ellacuría.

 

Discurso en la Sinagoga. 19 de agosto

 

El neo-paganismo. “En el siglo XX, en el tiempo más oscuro de la historia alemana y europea, una demencial  ideología racista, de matriz neo-pagana, dio origen al intento, planificado y realizado sistemáticamente por el régimen, de exterminar el judaísmo europeo: se produjo así lo que ha pasado a la historia como la Shoá… No se reconocía la santidad de Dios y por eso se menospreció también la sacralidad de la vida humana”.

Comentario. En América Latina se impuso la idolatría de regímenes de seguridad nacional que dejaron centenares de miles de víctimas, y lo hicieron con la desvergüenza de defender el cristianismo. En Africa, con corresponsabilidad local y con mayor responsabilidad de occidente ha habido y persisten genocidios. Y los grandes no eliminan la muerte por hambre de millones de pobres. Acaba de decir el PNUD: cada 3 segundo muere un niño por hambre. Es verdad: “no se reconoce la santidad de Dios”.

La antorcha que hay que pasar. “No debemos mirar sólo hacia atrás, sino también hacia delante, colaborando prácticamente en favor de la defensa y la promoción de los derechos del hombre y el carácter sagrado de la vida humana, de los valores de la familia, de la justicia social y de la paz en el mundo. Los adultos tienen la responsabilidad de pasar a los jóvenes la antorcha de la esperanza que fue entregada por Dios tanto a los judíos como a los cristianos, para que las fuerzas del mal ‘nunca más’ prevalezcan, y las generaciones futuras, con la ayuda de Dios, puedan construir un mundo más justo y pacífico en el que todos los hombres tengan el mismo derecho de ciudadanía”.

Comentario. Entre nosotros esa antorcha que hay que pasar es ante todo la antorcha de los mártires, los que hicieron lo que dice el Papa que hay que hacer. Sería pecado desentenderse de ellos. Hay que superar el grave peligro de olvidarlos  que acecha en algunas partes de la Iglesia.

 

Homilía del 20 de agosto.Vigilia con los jóvenes.

 

En camino. “Los magos sabían que el mundo estaba desordenado y por eso estaban inquietos. Estaban convencidos de que Dios existía, y que era un Dios justo y bondadoso. Tal vez habían oído hablar también de las grandes profecías en las que los profetas de Israel habían anunciado un Rey. Se habían puesto en camino para encontrar a este Rey; en lo más hondo de su ser buscaban el derecho, la justicia que debía venir de Dios, y querían servir a ese Rey, postrarse a sus pies, y así servir también ellos a la renovación del mundo. Los magos debían cambiar su idea sobre el poder, sobre Dios y sobre el hombre, y con ello cambiar también ellos mismos. Ahora lo habían visto”.

Comentario. Los jóvenes -y todos- tenemos que cambiar, ponernos en un camino, claro y necesario. Es el que lleva a la justicia, la paz, la reconciliación. Por eso hay que trabajar, y la Iglesia -como lo hacía- debe dar ejemplo  de ello, aunque cueste, corra riesgos, pierda amistades.

      Los testigos de una revolución. “Los magos que vienen de oriente, los santos, conocidos o desconocidos son la estela luminosa que Dios ha ido dejando en el transcurso de la historia y sigue dejando aún. Los santos han sido personas que no han buscado obstinadamente la propia felicidad, sino que han querido simplemente entregarse, que han sido alcanzados por la luz de Cristo. Sólo de los santos, sólo de Dios, proviene la verdadera revolución. La absolutización de lo que no es absoluto, sino relativo, se llama totalitarismo. No libera al hombre, sino que le priva de su dignidad y lo esclaviza.”.

Comentario. Entre nosotros ha habido muchos santos, los mártires, y sigue habiendo muchos santos escondidos, los pobres que viven con confianza en Dios y se ayudan mutuamente con amor. Son los que han seguido el camino que recorrió Jesús de Nazaret, hombre de ternura y de vigor. Esos llegan al Dios verdadero y nos liberan de totalitarismos.

 

Discurso a representantes musulmanes. 20 de agosto de 2005.

 

El horror del terrorismo. ”El difundido fenómeno del terrorismo. Continúan cometiéndose en varias partes del mundo actos terroristas, que siembran muerte y destrucción, dejando a muchos hermanos y hermanas nuestros en el llanto y la desesperación. El terrorismo, de cualquier origen que sea, es una opción perversa y cruel, que desdeña el derecho sacrosanto a la vida y corroe los fundamentos mismos de toda convivencia civil. Si conseguimos juntos extirpar de los corazones el sentimiento de rencor, contrastar toda forma de intolerancia y oponernos a cada manifestación de violencia, frenaremos la oleada de fanatismo cruel”.

Comentario. Todavía tenemos presente el horror causado por cuerpos de seguridad, escuadrones de la muerte, muchas veces armados, entrenados y pagados por Estados Unidos, en Aguilares, El Sumpul, El Mozote… Un 6 de agosto, hace sesenta años, Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, no para destruir instalaciones militares o industrias estratégicas, sino para dar muerte a seres humanos de tal manera que el pueblo japonés quedara “aterrorizado”. Y quedó “aterrorizado”.  Nunca mas ningún tipo de terrorismo.

La vida es sagrada. “Queridos amigos, estoy profundamente convencido de que hemos de afirmar sin ceder a las presiones negativas del entorno, los valores del respeto recíproco, de la solidaridad y de la paz. La vida de cada ser humano es sagrada, tanto para los cristianos como para los musulmanes”.

Comentario. Decía Monseñor Romero. “La vida siempre es sagrada” (Homilía del 24 de junio, 1979). “Esa sangre, la muerte, toca el corazón mismo de Dios” (Homilía del 16 de marzo, 1980).

La lucha entre las religiones. “Cuántas páginas de historia dedicadas a las batallas y las guerras emprendidas invocando, de una parte y de otra, el nombre de Dios, como si combatir al enemigo y matar al adversario pudiera agradarle. El recuerdo de estos tristes acontecimientos debería llenarnos de vergüenza, sabiendo bien cuántas atrocidades se han cometido en nombre de la religión. La lección del pasado ha de servirnos para evitar caer en los mismos errores”.

Comentario. Nos puede quedar lejos lo que cristianos europeos hicieron con las religiones de estos pueblos en el pasado. Pero no es  bueno olvidarlo del todo. Al menos para no caer en desinterés y desprecio de las otras religiones con las que convivimos en el continente.

Ecumenismo ante los grandes desafíos. “Vosotros, estimados amigos, guiáis a los creyentes del Islam y los educáis en la fe musulmana. La enseñanza es el vehículo por el que se comunican ideas y convicciones. La palabra es la vía maestra en la educación de la mente. Tenéis, por tanto, una gran responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones. Juntos, cristianos y musulmanes, hemos de afrontar los numerosos desafíos que nuestro tiempo nos plantea”.

Comentario. Entre nosotros, hay que hacer un esfuerzo serio de ecumenismo entre todas las iglesias cristianas y evangélicas, para confesar al mismo Señor Jesucristo y para “afrontar los numerosos desafíos de nuestro tiempo”. Lo hubo hace años  alrededor de la persecución y los mártires de las diversas Iglesias. Hay que darle un nuevo impulso.

 

Homilía en la misa de clausura. 21 de agosto.

 

Eucaristía y amor. “Haciendo del pan su Cuerpo y del vino su Sangre, Él anticipa su muerte, la acepta en lo más íntimo y la transforma en una acción de amor. Lo que desde el exterior es violencia brutal, desde el interior se transforma en un acto de un amor que se entrega totalmente. La violencia se transforma en amor y, por tanto, la muerte en vida. Solamente esta íntima explosión del bien que vence al mal puede suscitar después la cadena de transformaciones que poco a poco cambiarán el mundo. Todos los demás cambios son superficiales y no salvan”.

Comentario. Es lo central de la fe, siempre y en todas partes: la explosión del amor y la cadena de transformaciones. Entre nosotros a través de la justicia, la misericordia, la reconciliación y la solidaridad.

Dios y religiones de mercado. “En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo puede funcionar del mismo modo sin El. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: ¡No es posible que la vida sea así! Verdaderamente no. Y de este modo, junto al olvido de Dios existe como un ‘boom’ de lo religioso. No quiero desacreditar todo lo que se sitúa en este contexto. Puede darse también la alegría sincera del descubrimiento. Pero exagerando demasiado, la religión se convierte casi en un producto de consumo. Se escoge aquello que place, y algunos saben también sacarle provecho. Pero la religión buscada a la ‘medida de uno’ a la postre no nos ayuda. Es cómoda, pero en el momento de crisis nos abandona a nuestra suerte”.

Comentario. Entre nosotros algunos ya no hablan de Dios. Asoman ateos y agnósticos. Pero hay también como una inflación de Dios y de todo lo que se piensa que se relaciona con él: sanaciones, milagros, alabanzas, estadios llenos, apariciones. Muchos pobres no tienen a qué agarrarse y se agarran a  ello. Pero entonces es fácil caer en infantilismo y alienación. Y para las clases medias y altas la religión se convierte en producto de consumo.

 

 

 

 

El seguimiento de Jesús

 

 

      José Comblin acaba de publicar un nuevo libro sobre Jesús, cuyo título es el que aparece en este artículo. Su tesis fundamental es que el seguimiento de Jesús es una cosa y la religión otra. Por ello, en la religión hay que saber separar la paja (para rechazarla) del trigo, para el verdadero seguimiento de Jesús. Así contestó a las dos preguntas esenciales.

 

 

¿Cuál es el  mensaje central de tu libro “El camino”?

 

El propósito del libro es separar claramente lo que es cristiano de lo que es religioso. Lo cristiano es el mensaje de Jesucristo, que no es religioso, no funda ninguna religión, no crea ninguna actividad religiosa, sino al revés, destruye toda la religión de su pueblo. Es cierto que la gente necesita religión, dar expresión pública a un sentimiento religioso, pero eso no es el cristianismo todavía. La Iglesia ha pasodo a lo largo de la historia por varias fases: reintrodujo el antiguo testamento creando a los sacerdotes y reinterpretando la Eucaristía como el sacrificio; después integró también gran parte del sistema romano, la religión pública al servicio del Estado y legitimadora del mismo; introdujo también buena parte de la religión de los pueblos germánicos, de los que cambió poca cosa. El programa del Papa Gregorio venía a recomendar a los misioneros que mandaba a Inglaterra la siguiente misión: “ustedes irán a los santuarios de los paganos, sacarán los ídolos que veneran y en su lugar coloquen las imágenes de los santos”, y de hecho continuaron su religión tradicional con un revestimiento cristiano. Durante siglos, desde la alta Edad Media, se hizo ese convenio, que naturalmente facilitó la conquista de los estados europeos. El episcopado cierra los ojos y le basta con que la gente vaya a misa, se bautice y reciba la señal exterior de la iglesia; pero la religión que se practica es de los santos, una nueva expresión de sus espíritus tradicionales, no el mensaje de Jesús. Eso no es el cristianismo.

 

Entonces, para ti, ¿cuál es hoy ese camino de Jesús?

 

El camino de Jesús se puede expresar en tres claves. La primera la esperanza, o sea, la esperanza de que no solamente otro mundo es posible, sino que está empezando ahora. Es un movimiento de mucho sufrimiento, que pasa por la cruz, por las luchas enormes que pueden ocurrir, pero donde tenemos la convicción de que estamos construyendo un mundo nuevo. Ese es el tema de la esperanza. En segundo lugar, la clave de la fe, pues hemos recibido el espíritu de Dios que nos da fuerza para trabajar en la esperanza. Por eso la fe es confianza en nosotros mismos, porque los pobres lo que más necesitan es la confianza en sí mismos, el sentimiento de que son capaces de construir el reino aquí y ahora, esa es la revelación de Jesús: el espíritu santo vendrá y hará a través vuestro obras mayores de las que yo he hecho. O sea, el espíritu los hará libres, capaces de hablar, de crear y de renovar la vida. Y la tercera clave es el amor, la convocación a formar una fraternidad entre los seres humanos. Esa es la vocación fundamental del mensaje cristiano, como dice San Pablo: “La fe y la esperanza pasarán, todo lo demás pasará, lo único que permanece es el amor”. Entonces, después de la muerte, lo único que quedará es el amor. El amor que es algo concreto, ponerse al servicio del otro, de los otros, de los necesitados en primer lugar. Entonces, donde existe amor, ahí está presente el Reino de Dios.

José Comblin

 

 

 

Los 45 Cofrades de la Casa Blanca

 

 

“Con 45 votos la Asamblea Legislativa autorizó el envío de un quinto contingente a Irak”. A imagen y semejanza de lo que sucediera en el ‘madrugón’ del 17 de diciembre para la ratificación del CAFTA, se introdujo el decreto con modificación de agenda y dispensa de trámites: “El Estado de El Salvador... contribuirá mediante la aportación de miembros de la Fuerza Armada, por un período de un año, relevables cada seis meses... a dar continuidad a la presencia como parte de la fuerza multinacional”.

(E.D.H. 29 julio 2005, p. 10 y L.P.G. 29 julio 2005, p. 22) Días antes el presidente Elías Antonio Saca había afirmado su intención de solicitar el envío de un quinto contingente para ayudar a combatir el terrorismo, mientras que los 45 cofrades de la Asamblea indican que se trata de tareas especiales de paz para la reconstrucción y asistencia humanitaria en Irak. Se cita, a la buena de Dios, la resolución 1546 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cuando, pese a la petición de J. Chirac, G. Schröder, Lula da Silva, V. Putín..., de que todo el proceso de la transición a la paz  y de reconstrucción de Irak debía confiarse más bien a la ONU y no a la ‘potencia ocupante’, la Administración Bush sometió todo el proceso a “un grupo de estabilización de Irak” comandado por Condoleeza Rice. (Realidad 2003; pp. 742-748)

A dos años de iniciada la guerra de Irak ya es tiempo de que los ‘45 cofrades’ conozcan algunos rincones oscuros de La Casa Blanca y algunas determinaciones del Cofrade Mayor, que han terminado en anarquía mundial. La historia de la guerra en Irak es ‘económico-política’, no militar y nos da pena tener que repetirla por enésima vez. Luego de ocho años de crecimiento sostenido (época Clinton) estalla la burbuja especulativa en la bolsa de valores de Nueva York en el segundo semestre 2000, de manera que, a finales de diciembre, Alan Greespan dirá: “nuestra tasa de crecimiento probablemente es cercana a cero”. El 6 de noviembre 2000 el Gobierno de Irak (Saddam Hussein) segundo productor-exportador de petróleo, transfiere sus multimillonarios activos de la zona dólar a la zona euro.

Los economistas Paul Harris, universidad de Columbia, y el Premio Nöbel de Economía, Joseph Stiglitz, se preguntan: “¿qué pasaría si la OPEP, de repente como grupo, decidiera seguir el ejemplo de Irak y empezara a negociar petróleo en euros? Explosión económica. Las naciones consumidoras de petróleo tendrían que hacer salir sus dólares de las reservas de sus bancos centrales y reemplazarlos por euros. El valor del dólar se vendría abajo y las consecuencias serían las que podrían esperarse de cualquier colapso... Los fondos extranjeros podrían salir atropelladamente del mercado de valores norteamericano y habría una huída de los bancos de los activos en dólares como la de 1930”... (J. Stiglitz; “Bush versus Europa) Como no se puede hacer la guerra a un país por el simple hecho de transferir sus activos de dólares a euros (en esa fecha moneda un poco más débil que el dólar) había que inventar un título colorado en la sala oval de La Casa Blanca.

En el mes de enero 2004 sale a la luz que Bush se había propuesto forzar “un cambio de régimen” en Irak. Paul O´Neil, primer Secretario del Tesoro de G. W. Bush, ha afirmado que “la caída del presidente de Irak, Saddam Hussein, era prioridad de la presidencia, enero 2001, ocho meses antes de los atentados del 11 de septiembre, en revelaciones hechas al periodista Ron Suskin, en su libro titulado “El precio de la lealtad”. Paul O’Neil tuvo acceso a un documento calificado de ‘secreto’: “un plan para Irak después de Saddam”, discutido desde enero 2001. La Casa Blanca anunciaba planes de despliegue de fuerzas de paz, tribunales de justicia y también de la distribución de las riquezas petroleras iraquíes”. O’Neil decía en el diario Time que “nunca vio en los datos de este informe una verdadera prueba de la presencia de armas de destrucción masiva en Irak. “Había algunas afirmaciones y opiniones expresadas por algunas personas, pero yo no nací ayer y conozco la diferencia entre una prueba y una opinión, ilusión o conclusión que pueda sacarse de algunas presunciones”.    

En el mes de junio 2003, antiguos expertos de la CIA y del Departamento de Estado dirigen un “memorandum” al presidente Bush afirmando que “existe una creciente desconfianza sobre las informaciones citadas por usted y sus consejeros para justificar la guerra”. Seis semanas de búsqueda sin éxito alguno muestran que “simplemente no existen tales armas o no en la cantidad suficiente para justificar las afirmaciones repetidas, según las cuales Irak significaba una gran amenaza para la seguridad de nuestro país. Si los Estados Unidos no hacen un descubrimiento irrebatible de las armas prohibidas, este fracaso confirmará las críticas expandidas en el extranjero sobre la razón del conflicto”. Todas las fuentes apuntan hacia Paul Wolfowitz, segundo del ministerio de Defensa, quien habría distorsionado algunos informes captados por la CIA y otras agencias militares. (Le Monde, 3 de junio 2003)   

También el gobierno de Tony Blair enfrenta las duras críticas de la Comisión de Exteriores creada en la Cámara de los Comunes, y el ministro de Asuntos Exteriores, John Straw, se vió obligado a confesar que los informes sobre las armas de Irak contenían “errores”. Jonh Straw aceptó ante la Comisión que el informe era realmente un “dossier dudoso”, y que fue “un error considerable no citar correctamente la fuente de información”, lo que “ha abochornado al gobierno”. La Comisión seguirá el proceso de investigación porque queda suficientemente claro que ni Estados Unidos ni Inglaterra contaban con pruebas irrefutables sobre armas de destrucción masiva, ni sobre la inminencia de dicha amenaza de guerra. (El País, 24  de junio 2003) 

Entre los múltiples testimonios que confirman la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak en los años 2000 trasladamos la respuesta que diera el ex presidente Bill Clinton al diario Le Monde: “Estados Unidos utilizó la resolución 1441, que imponía la inspección del proceso de desarme en Irak, dirigida por Hans Blix, para iniciar una apresurada operación militar contra Bagdad. No aguardaron el fin de la misión de Blix. Rechazaron alargar tres o cuatro semanas el proceso de inspección que pedía Blix. Hoy se sabe el por qué. Al interior de la Administración Bush había una escuela de pensamiento que imponía la guerra contra Irak por motivos que nada tenían que ver con las armas de destrucción masiva. Esta era la escuela de Paul Wolfowitz, número dos del Pentágono, y de los llamados neoconservadores. Norte América, según ellos, debía utilizar su poder para derribar la dictadura de Bagdad, facilitar el nacimiento de un movimiento de reformas en Oriente Próximo, que permitiría a su vez, una solución más fácil del conflicto israelo-palestino. Esa gente no quería pasar por la ONU”. (Le Monde, 21 septiembre 2004)

Testimonios fehacientes son los dos informes de David Kay y Charles Duelfer, jefes del equipo de 1.200 inspectores de Inglaterra y Estados Unidos en Irak. “El portavoz de La Casa Blanca confirmó el fin de las operaciones de búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak, cuya existencia permitió a Bush y a sus aliados la justificación de la guerra. Según estos informes Saddam Hussein no sólo no tenía armas de destrucción masiva desde 1991, sino que carecía de capacidad para fabricarlas y de la intención de encargarlas”. Como afirma el diario Le Monde, lo doblemente inmoral es que el informe Charles Duelfer no se presentaría al Senado hasta febrero 2005, “porque no convenía reconocer públicamente antes de las elecciones del 2 de noviembre que la principal justificación de la guerra era falsa”. (ECA, 2005; pp. 227...)

A dos años de iniciada la guerra contra Irak, qué actualidad tiene el testimonio de 41 Premios Nöbel de Estados Unidos, entre los cuales hay físicos y químicos, algún general y algunos científicos creadores de la energía atómica. Se trata de un testimonio profético. “Los abajo firmantes se oponen a una guerra preventiva contra Irak, desprovista de un amplio apoyo internacional. Las operaciones militares contra Irak pueden ciertamente conducir a una victoria contundente en poco tiempo. Pero la guerra se caracteriza por la sorpresa, la pérdida de vidas humanas y los resultados imprevistos. Incluso con una victoria creemos que las consecuencias médicas, económicas, ambientales, morales, espirituales, políticas y legales de un ataque preventivo podrían erosionar, en lugar de proteger, la seguridad y la influencia de Estados Unidos en el Mundo”. (El País, 29 de enero 2003)

Frente a toda razón y derecho internacional la Administración Bush y sus aliados se transforman en actores de una guerra terrorista. En su discurso del 16 de marzo 2003 G. W. Bush toma la decisión: “Los Estados Unidos de Norte América tienen la autoridad soberana de utilizar la fuerza para proteger su seguridad personal... El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas incumplió sus responsabilidades y, por tanto, nosotros vamos a tomar las nuestras”. En ese momento se eleva la voz de Juan Pablo-II°: “Quien decida que todos los medios pacíficos de los que dispone el derecho internacional se han agotado tendrá que asumir una grave responsabilidad ante Dios, ante su propia conciencia y ante la historia”.                  

Por desgracia, también la respuesta de la historia está siendo terrorista y, por ello, injustificada y condenable. El pasado 7 de julio 2005 un grupo autodenominado Organización Al Qaeda para la Lucha en Europa se hace cargo de los ataques mortíferos en Londres: “Se ha cumplido la venganza contra el gobierno cruzado y sionista británico, en represalia por las masacres que Gran Bretaña cometió en Irak y Afganistán”, donde es el principal aliado de Estados Unidos. “Advertimos también a los gobiernos de Dinamarca e Italia y a todos los demás Cruzados que experimentarán la misma suerte si no retiran sus tropas de Irak y de Afganistán”. (Le Monde, 8 de julio 2005)

Señores diputados Cofrades de La Casa Blanca, tengan a bien estar un poco más informados de la historia económica y política del mundo actual para no dejar en ridículo a El Salvador, único Gobierno de la región que apoya con tropas nacionales al ‘hacedor de guerras’ (terrorismo) en varias esquinas del mundo. Si lo que ustedes y el señor Presidente pretenden es combatir el terrorismo, tómense la molestia de leer al menos los compromisos pactados por los jefes de Estado del G-8, ante 5 países emergentes y 7 posibles beneficiarios: reducir la pobreza, aliviar la deuda externa, hacer una globalización más equitativa, abrir el comercio a los países en desarrollo, reducir progresivamente las masivas subvenciones agrícolas y (oigan bien) perseguir la corrupción en el Tercer Mundo. Señores Cofrades de La Casa Blanca, los ciudadanos somos buenos, pero no somos tontos; por favor, no sigan perdiendo su credibilidad.

 

P. Francisco Ibisate, S.J.

 

 

 

Falta una década para 2015, año marcado como tope en los llamados Objetivos del Milenio contra la pobreza, el hambre y la desigualdad en el mundo. La ONU advierte del riesgo de convertir aquel documento en papel mojado, al ritmo actual, se demorarán casi cuatro décadas, logros que podían haber sido factibles en apenas diez años. Entre medias, habrán muerto millones de personas, muchos más soportarán vidas miserables en el Tercer Mundo y peligrará la seguridad en el planeta.

 

Casi 2.500 millones de almas sobreviven con menos de dos dólares al día y el 40% de la humanidad recibe sólo el 5% de la riqueza global.

 

El informe del PNUD, de hecho, constata una creciente “brecha de generosidad” a pesar de los últimos quince años el ingreso por per de las naciones ricas subió seis dólares; el monto destinado al desarrollo bajó un dólar y, hoy, la ayuda por per al África Subsahariana es menos que en 1990.

 

La ayuda, además, queda lastrada si los países ricos la condicionan a la compra de sus productos, de media un 20% más caros que en el mercado libre. Sólo a África esos créditos disfrazados de ayuda le cuestan 1.600 millones de dólares anuales que deberían dedicarse a combatir la pobreza.

 

 

 

 

 

 

Encuentro juvenil en Colonia

 

El primer viaje del Papa Benedicto XVI fuera de Italia lo realizó a su país natal, Alemania. Allí encontró a cerca de un millón de jóvenes procedentes de 130 países que lo esperaban en la ciudad de Colonia. Para los jóvenes procedentes de países del tercer mundo no todo fue fácil. La llegada a los aeropuertos estuvo marcada por las ya esperadas preguntas de los agentes de inmigración, chequeos estrictos de pasaportes y demás  documentos. En fin, un recordatorio de su procedencia.

 

 

El lema de la XX Jornada Mundial de la Juventud fue «Hemos venido a adorarle». Los jóvenes participantes hicieron suyo este lema a través de cantos y danzas. El clamor de la multitud se tradujo en convivencia solidaria, en deseo de conocimiento de un mundo tan plural como es el nuestro.

En este contexto, el mensaje del Papa y su llamado a un mundo más solidario cobró especial significación. La solidaridad no fue cosa de bellas palabras. Durante nuestra estancia en Colonia, Duseldorf o Wupertal, fuimos testigos de numerosas actitudes solidarias. Los desconocidos dejaron de serlo. Echarle una mano a aquel o aquella que lleva una mochila pesada, que no puede subir al tren o al autobús, darle agua al que no la tiene, o simplemente hablarle al que se encontraba solo fueron actitudes altamente apreciadas.

La solidaridad, entonces, no es sólo un asunto de grandes proyectos, sino también y sobre todo se cultiva en las actitudes hacia el prójimo todos los días. El resultado claro de la solidaridad será una cultura mundial que muestra su preocupación por la vida del hermano y no por el consumo.

Ya Juan Pablo II invitaba a los jóvenes a luchar contra el imperio del dinero y del consumo, pues niega la preocupación del cristiano por los prójimos:

 

      “¡Jóvenes, no creáis en falaces ilusiones y modas efímeras que no pocas veces dejan un trágico vacío espiritual! Rechazad las seducciones del dinero, del consumismo y de la violencia solapada que a veces ejercen los medios de comunicación” (Juan Pablo II).

 

Por eso, Benedicto XVI animaba a los jóvenes a ponerse en camino como lo habían hecho los reyes magos, «lanzándose con coraje por caminos desconocidos y emprendiendo un largo viaje nada fácil. (Ellos) no dudaron en dejar todo para seguir la estrella que habían visto salir en el Oriente (cfr. Mt 2,2). 

Tanto las actitudes requeridas para ponerse en camino, como el objetivo último de esta acción constituyen un aliciente para la novedad dentro de la Iglesia. El Papa expresó su enorme esperanza en que los jóvenes van a renovar la Iglesia y la llenarán de nueva vida. Para ello tendrán que «aprender a escrutar los signos con los que Dios nos llama y nos guía» (Benedicto XVI), sólo así encontrarán la propuesta de un Jesús pobre y humilde que quiere salvar a la humanidad.

La juventud estuvo atenta a estas palabras y al compromiso que  invitan. Quizá el reto para la iglesia en todo el mundo sea lograr espacios de diálogo y reflexión entre los jóvenes. Discernir sobre una participación activa de los cristianos en temas tan apremiantes como los conflictos bélicos, la violencia en todas sus formas, la pobreza son temas pendientes.

Al terminar la jornada, los miles de jóvenes regresaban a sus lugares de origen cantando, con amistades y conocimientos nuevos, dispuestos a adorar al Jesús presente en todos los humanos y en todas las cosas de la creación.

P. Manuel Cubías,S.J.

 

 

Las revelaciones de Katrina

 

      Los vientos del superhuracán Katrina, con un diámetro de 300km, superaron 280 kph. El sistema tocó tierra el 29 de agosto, con marea alta, impulsando una ola de 9 metros de altura. La ciudad de Nueva Orleáns, en gran parte bajo el nivel del mar, quedó casi destruida. Los diques se rompieron en siete lugares. La ciudad y sus suburbios se inundaron con hasta 6 metros de agua. Quedaron destruidos 150,000 casas, 163,000 vehículos y 93,000 barcos. Katrina también arrasó un 90% de las estructuras a lo largo de 80km de la costa del Golfo de México. La ciudad de Gulfport, Misisipi quedó casi destruida. Un millon y medio de personas quedaron desplazados. No sabemos cuántos cientos o miles de muertos.

      Unos 150,000 hondureños vivían sólo alrededor de Nueva Orleáns y más de 145,000 personas de origen mexicano en la zona afectada. El gobierno de El Salvador estima que había 9,600 ciudadanos en la zona, de los cuales 50 no han aparecido.

      Nueve refinerías de petróleo quedaron cerradas y cuatro más funcionan a medias, agudizando la crisis de combustible que afecta a países lejos del desastre.

      Tomará casi dos meses para bombear todo el agua de Nueva Orleans y sus suburbios. Mientras las aguas se han contaminado con químicos, microbios, basura, y los cadáveres de animales y personas.

      Se trata del desastre natural más destructivo de la historia de EE.UU., que se hizo más notable por el alto perfil de ese país en los medios informativos. (En 1991 en Bangladesh, 130,000 personas murieron en un desastre parecido, pero los medios pasaron rápidamente a otras cosas, y lo olvidamos.)

      Es un  desastre humano que también pone en evidencia la vulnerabilidad de los pobres, las grandes desigualdades de Estados Unidos y la irresponsabilidad de su gobierno. Hemos visto el patrón con frecuencia en Centroamérica, más recientemente en las muertes por los deslaves de este año, y antes con la tragedia del Mitch y los terremotos del 2001. Son los pobres los que sufren estas desgracias.

      En el caso de Katrina, mientras un 80% de la población de Nueva Orleáns logró escapar, decenas de miles quedaron atrapadas en la ciudad. Vimos las imágenes de gente negra, pobre, madres con bebés, ancianos y enfermos en los techos de casas inundadas y en los refugios. (Dos tercios de la población de Nueva Orleáns es afroamericana. Un 28% de sus residentes vive en pobreza; un 85% de pobres es negro.) No tenían vehículo propio, o adónde huir. Se quedaban cuidando sus cosas — que luego desaparecieron. Las autoridades no movilizaron los muchos buses disponibles y el gran sistema de ferrocarriles que pasa por Nueva Orleáns para movilizar a esta gente. No arreglaron lugares fuera de la ciudad para recibirlos, sólo el estadio deportivo y un centro de convenciones dentro de la ciudad.

      El rvdo. Jesse Jackson habló por muchos afroamericanos cuando acusó al gobierno de George Bush de practicar una política de abandono de las ciudades porque éstas no votaron por él. “Mucha gente negra consideran que su raza, las condiciones de su propiedad y el patrón de sus votos han sido un factor en la respuesta” del gobierno al huracán, dijo Jackson. Sólo un 11% de negros votaron por Bush en 2004.

      Decenas de miles de residentes de Nueva Orleáns esperaban ser rescatados –y morían— durante tres, cuatro, cinco días, mientras se agotaba su poca agua, comida y medicinas. 2,500 pacientes en condición grave, esperaron en hospitales largos días sin agua, sin servicio sanitario, sin electricidad. Las temperaturas superaban 35º C. Larry Martin, 35, que esperó cuatro días para que un bus lo llevara a un refugio, se quejó: “Se abrazaron y lloraron el 11 de septiembre del 2001... Pero a nosotros sólo nos dejaron morir aquí... estamos luchando todavía para sobrevivir una semana después”. Los dos refugios parecían cárceles, con poca seguridad y mucha desesperación. Hubo asaltos y violaciones. Poco a poco se trasladaba a la gente a otras ciudades. En todas partes de Nueva Orleáns, y fuera de ella, aparecían los cadáveres — en los pasillos, las casas, en sillas de ruedas, en las aceras y flotando en las aguas.

      Mientras tanto, el gobierno parecía dormido – ¡el gobierno del país más rico y con mayor capacidad técnica del mundo! El presidente Bush, de vacaciones todo el mes de agosto, no dejó que Katrina las interrumpiera. Esperó cinco días, hasta el 2 de septiembre, para visitar la zona. La agencia federal responsable para responder a desastres, FEMA, también parecía de vacaciones. Individuos, iglesias y ONGs respondieron con enorme generosidad, pero no podían coordinar y movilizar como se requería.  Muchos de los recursos públicos que se destinan normalmente para desastres, especialmente la Guardia Nacional, se encontraban en Irak.

      Bush, lamentó que nadie esperaba una ruptura en los diques. En realidad, todos los expertos esperaban, y temían, precisamente eso. Lo habían advertido año tras año; consideraban a Nueva Orleáns uno de los puntos más vulnerables a un desastre natural en EE.UU. Increíblemente, el año pasado, y por primera vez en 37 años, el Cuerpo de Ingenieros del Ejercito paró sus trabajos fuertes en el sistema de diques. El gobierno de Bush redujo el presupuesto del cuerpo en cada uno de los últimos tres años, destinando más recursos a Irak y la campaña contra el terrorismo. Estas mismas prioridades han debilitado al FEMA, cuyo presupuesto ha sido reducido anualmente  (de $664 a $444 millones en 2005).

      Katrina ofrece una radiografía, no sólo de la realidad social de Estados Unidos, sino de los efectos de las políticas neoliberales (y “neoconservadores” militaristas) que tanto admiran los gobiernos de derecha de Centroamérica. Durante años se han reducido los presupuestos de ciudades como Nueva Orleáns y de estados como Luisiana y Misisipi. Ahora, no pueden responder a las necesidades del bien común como les corresponde. Durante años, se ha descuidado el medio ambiente delicado de la costa del golfo, cuyos pantanos defendían ante tormentas destructivas. La gran industria petroquímica de la zona, poco regulada, ha seguido dañando los pantanos, y estos se han vendido a constructoras para drenarlos y “desarrollarlos”. (Es probable, también, que la temperatura de 30º C. de las aguas del golfo que nutrieron a Katrina refleja el calentamiento global que el gobierno de Washington prefiere ignorar.)

      Se ha reducido el gasto público (menos el militar), apostando temerariamente que la mano invisible del mercado hiciera prosperar, y asegurara a cada individuo. En realidad, la estrategia de gobiernos deja a las sociedades incapaces de responder a amenazas, sean las diarias o las extraordinarias como Katrina. Mientras, el mercado sin controles separa cada día más a la gente competitiva, y privilegiada, de los sectores menos competitivos y excluidos. En EE.UU. 37 millones viven en la pobreza– y el número ha aumentado por cuatro años consecutivos.  Casi un tercio de niños y niñas negros viven en pobreza. Muchos de estos pobres viven en el sur del país, en un clima anti-sindicato, con salarios bajos y servicios públicos deficientes. La gente que prospera necesita menos servicios públicos, puede mudarse a la tierra más alta y segura. Puede defenderse. Los demás quedan expuestos al desastre, el desastre en cámara lenta de la pobreza y el rápido súbito del huracán, de epidemias, terremotos y deslaves.

      El 9 de septiembre, el rvdo. Bob Edgar, presidente del Consejo Nacional de Iglesias USA, advirtió que catástrofes como ésta se repetirán si los gobiernos no hacen frente a la pobreza. “La crisis real del huracán comenzó hacía años, dijo, no sólo con el descuido de los diques en Nueva Orleáns sino con el descuido de la gente pobre que vive en la ciudad y a lo largo de la costa del Golfo”. Continuó”: el tiempo para construir el arca es antes que comience el diluvio”. 

      “No es que el gobierno mismo sea el problema”, dijo Edgar. “El problema es que no hemos administrado el gobierno sabia y justamente”.

Dean Brackley, S.J

 

 

40 años de la UCA

25 de Carta a las iglesias

 

 

El 15 de septiembre de 1965 nació la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Se buscaba servir al pueblo salvadoreño y tener una mirada sobre la región. La especialidad ha sido saber sobre El Salvador porque ahí está el corazón de todo el trabajo universitario.

 

 

Con humildad se puede decir que son cuatro décadas de servicio en plenitud. En el camino ha habido errores pero también logros que fueron obtenidos con dedicación. En muchas ocasiones incluso con un heroísmo que aunque invite a la modestia o sea criticado por personas, hace que la universidad tenga un sano orgullo. Nada ni nadie puede quitar lo vivido, su validez y su sentido.

 

Hoy al estar ligada a los mártires de la UCA, se vuelve ímpetu y ánimo para que esos dones sirvan a la nación y dentro de ella, de manera especial, a los empobrecidos, las víctimas y los luchadores pacíficos que quieren hacer de nuestra sociedad una comunidad más justa, y más equitativa y más fraterna.

Es recoger con dignidad una historia de esfuerzos, entregas y logros que relanza con coraje y generosidad hacia el futuro. Hace mirar con ojos de esperanza la continuación de la entrega. Es sentir tanto bien recibido que ha sido distribuido entre las personas de buena voluntad que construyeron y siguen construyendo nuestro país.

 

El caminar hacia los 25 años de Carta a las iglesias también permite aunar la fiesta de la palabra que anuncia, denuncia y festeja la vida de las comunidades. Carta a las iglesias recoge el reto propuesto por Monseñor Romero a la UCA de seguir acompañando de manera cercana a este sufrido pueblo. La palabra escrita de la revista quiere seguir siendo una mirada sobre la realidad humana y eclesial que viven las comunidades, también solidarizarse con el sufrimiento, dolor y búsqueda de otros pueblos y continentes. Además reflexionar para dar aliento en esta peregrinación que tanto ha costado y sigue costando. Es una palabra que recoge un hacer, se nutre de una experiencia y se hace futuro de un proyecto.

 

Carta a las iglesias mantiene viva el clamor de una sangre derramada por un gran cariño por este pueblo. Desde la sangre de Monseñor Romero hasta la de los mártires de la UCA pasando por ese gran rosario de mártires de los diversos cantones y en diversos tiempos en El Salvador. La sangre cuando se vuelve palabra adquiere la fuerza del cariño que logra mostrar la vida. No es letra muerta como tampoco solo habla de muertos sino que quiere ser puerta y sigue dando lo mejor de sí en beneficio de sus conciudadanos y hermanos. Es vivir con espíritu este caminar.

 

Ambas celebraciones muestran la acogida a tanto bien recibido, a tantos rostros que llenan la UCA que proceden de todos los confines del país pero que llegan hasta la universidad para redescubrir que el saber debe ir de la mano de la vida. Entre más conozco más cercano debo estar de las personas, especialmente de los pobres.

 

 

 

Confesiones de un Mayor General

 

 

El Mayor General Smedley D. Butler (1881-1940) del Cuerpo de Marina de EE.UU. participó en la intervención militar en Nicaragua empezando en 1909.

 

Butler, en un discurso dado en 1933, dijo:

“Creo en la defensa adecuada de la costa [algunas fronteras de EE.UU.] y nada más. Si una nación viene aquí a pelear, entonces pelearemos. El problema con América es que cuando el dólar gana solamente un 6 por ciento aquí, entonces se inquieta y va al exterior a conseguir 100 por ciento. Entonces la bandera sigue el dólar y los soldados siguen la bandera. Yo no iría a pelear otra vez como he hecho para proteger una cierta inversión sucia de los banqueros....”Añadió que la “pandilla militar” tiene un “jefe grande, el Capitalismo Super-Nacionalista. Puede parecerse extraño que yo, hombre militar, haga tal comparación. La fidelidad a la verdad me obliga. Pasé 33 años y cuatro meses en servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil de este país, el Cuerpo de Marina. Desempeñé servicios en todos los rangos comisionados desde Teniente Segundo a Mayor General.”

Butler fue condecorado dos veces con la Medalla de Honor del Congreso de EE.UU. y una vez con la Medalla de Servicio Distinguido.

“Y durante ese período”, continuó Butler, “pasé la mayoría de mi tiempo como un hombre del músculo de alta categoría al servicio del gran negocio, de Wall Street, y de los banqueros”. En breve, era chantajista, gángster para el capitalismo.

“Sospeché en ese entonces que yo era parte de un fraude. Ahora estoy seguro de eso. Como todos los miembros de la profesión militar, nunca tenía un pensamiento propio hasta que dejara el servicio. Mis facultades mentales quedaban en la animación suspendida mientras que obedecía las órdenes de oficiales superiores. Esto es típico de cada uno en el servicio militar”.

“Ayudé a que México, especialmente Tampico, fuera seguro para los intereses estadounidenses petroleros en 1914. Ayudé a hacer que Haití y Cuba fueran lugares decentes para los muchachos de National City Bank para recoger impuestos.

Ayudé en la violación de medio docena de las repúblicas centro-americanas para beneficio de Wall Street. El expediente de chantajear es largo. Ayudé a purificar Nicaragua para el banco internacional de Brown Brothers en 1909-1912.” En Nicaragua Butler comandaba a los soldados estadounidenses en el ataque a Coyotepe, Masaya en 1912 que resultó en la derrota de las tropas del General Benjamín Zeledón.

Butler añadió: “Traje la luz a la República Dominicana para los intereses estadounidenses del azúcar en 1916. En China ayudé a hacer que Standard Oil siguiera su camino sin ninguna molestia.... “Mirando atrás, siento que podría haberle dado a Al Capone algunas sugerencias. Lo mejor que pudo hacer fue llevar adelante su operación fraudulenta en tres districtos. Operé la mía en tres continentes”. Clark Stooksbury, en un artículo titulado “Los Costos de la Guerra” en Chronicles Magazine (julio 2002) escribió: “Uno de los asuntos que enojó a Butler fue el mal uso del Cuerpo de Marina para el beneficio de intereses específicos de negocio. Mientras intervenía en Nicaragua en 1910, Butler escribió a sus padres: ‘lo que me enoja es que la revolución entera sea inspirada y financiada por norteamericanos que tienen inversiones al azar [mal pensadas] aquí y que quieren hacerlos buenos instalando un gobierno que declare un monopolio en favor de ellos. El negocio entero es putrefacto desde la base y me da vergüenza pensar que es una administración Republicana [de William Howard Taft] que, si está haciendo algo, está ayudando a la revolución”. Se refería a la “revolución” Conservadora contra el presidente Liberal José Santos Zelaya.

Butler se retiró del servicio activo en 1931.

 

José Mulligan, S.J.

 

 

 

 

Monseñor Romero

en la memoria de las comunidades

 

La visita pastoral del 19 de agosto de 1979

 

Una de las actividades que Monseñor Romero realizaba con mucho celo pastoral, era sus visitas a las comunidades . Y lo hacía, no como una simple rutina o por obligaciones eclesiásticas, sino a la manera del “Buen Pastor” que cuida de su pueblo (“Quiero asegurarles... que no abandonaré a mi pueblo, sino que correré con él todos los riesgos que mi ministerio me exige” 11.11.79), que se hace cercano al pobre (“Queremos una Iglesia que de veras esté codo a codo con el pobre pueblo de El Salvador” 17.02.80), que acompaña en el sufrimiento (“El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento” 30.10.77), que mantiene un vínculo de real amistad y cariño con las personas concretas (“Me glorío de estar en medio de mi pueblo y sentir el cariño de toda esa gente que mira en la Iglesia, a través de su obispo, la esperanza” 25.09.77), que entiende su vida y su ministerio como un servicio a los demás, especialmente a los pobres (“Nuestro mandato es servicio. Nuestra conducción, nuestra palabra, es servicio” 23.04.78; “Hay que volver a encontrar la profunda verdad evangélica de que debemos servir a las mayorías pobres” 2.04.78).

Con ese espíritu y en medio de un clima de represión contra las organizaciones políticas, los sectores organizados y las comunidades eclesiales de base, Monseñor Romero visitó –un 19 de agosto de 1979– el Cantón de los Sitios Arriba ubicado en el departamento de Chalatenango. La gente, a pesar de la ocupación militar que había en la zona, creó un ambiente festivo por la llegada de Monseñor  Romero: cantos, gallardetes, atolada, cohetes, misa.  Algunos miembros de la comunidad que recuerdan esa visita, comentan que al lugar había llegado gente de varios cantones y caseríos. La fiesta –añaden– comenzó a malograrse cuando un retén de  soldados de la Fuerza Armada, detenía el vehículo en el que viajaba Monseñor Romero. Los soldados procedieron como si Monseñor fuera un desconocido. Preguntaban que quién era y qué hacía en el lugar. Mientras se realizaba el interrogatorio y el registro, la gente fue rodeando a los soldados, comenzó a cantar y a darle la bienvenida al arzobispo. Los soldados no tuvieron más remedio que darle paso. No lograron robarnos nuestra fiesta y nuestra alegría, aseguran los testigos de esa fecha.

Que no estorben el encuentro entre el pastor y su pueblo

 

Monseñor Romero haciendo referencia, una semana después, a los incidentes del 19 de agosto de 1979, en su homilía del 26 de agosto de ese año dijo:

 

“Yo quisiera llamar, otra vez, la atención contra el estorbo que ocasionan los retenes militares a las entradas de los pueblos donde se celebran sus fiestas tradicionales. ¡Que respetaran la alegría del pueblo! ¡Hasta los cohetes les quitaron! Y en un pueblo no hay fiesta sin cohetes. ¡Los decomisaron! Alguien ha dicho que cuando yo hablo de que me catearon a mí, de que me registraron, como que ando buscando alabanza propia. Hermanos, cuando yo voy a estos pueblos, no voy a envalentonarme ni a hacer fanfarronadas. Voy porque me llama mi deber pastoral y la comunidad me pide... Y yo creo que es digno, para un Arzobispo, protestar cuando lo bajan nuevamente del carro y lo que nunca me habían hecho, registrarme, como un vil sospechoso, mis bolsillos y todas mis cosas. Yo protesto porque el pastor tiene derecho a ir a visitar su rebaño dondequiera que sea y, también, a que no le estorben los encuentros que el pueblo con cariño le ha preparado...”

 

Lo simbólico del aniversario de la visita de Monseñor Romero

 

El 20 de agosto la comunidad de Los Sitios conmemoró el 26 aniversario de esa  visita y lo hizo en el marco de una de las fiestas más populares del área rural, la fiesta del maíz. Esta vez los cohetes sí estallaron en el cielo (no fueron decomisados como hace 26 años), la pequeña iglesia de Los Sitios se adornó con matas de maíz, la gente del pueblo (adultos, jóvenes y niños) mostraba la alegría propia del encuentro fraterno (la atolada era el “pretexto” de ese encuentro). El canto de entrada de la misa lo expresaba con nitidez: “Vamos todos al banquete, a la mesa de la creación, cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión...”. Los adultos recordaban a las nuevas generaciones y a los visitantes los hechos ocurridos  el 19 de agosto de 1979. El énfasis de sus relatos estaba puesto en el significado de la visita. Para ellos la llegada de Monseñor Romero representó cercanía solidaria (“Él sí se preocupaba por la vida de la gente pobre”), fiesta de la gratuidad con y por el pastor (“Estamos muy agradecidos porque Dios nos dio un pastor como Monseñor Romero”), razón para mantener la esperanza (“Él sigue siendo una luz en medio de este mundo injusto).

Después de 26 años, la comunidad ya no está amenazada por la represión del ejército. Hoy las principales amenazas son la falta de trabajo, el alto costo de la vida y la violencia social. Son problemas tan graves como los de aquella época. Pero para esta comunidad, hoy como ayer, Monseñor Romero es una de las principales fuentes de esperanza con que cuentan para seguir luchando por la vida. Es también fuente de celebración por el gozo de sentirse y saberse en él, hermanos y hermanas, miembros de la familia humana.

Carlos Ayala Ramírez

 

 

 

 

 

 

 

El falso consuelo de ser «héroe» salvadoreño

 

Estas han sido las palabras de desconsuelo y dolor de una madre campesina y viuda que ha perdido a su hijo, Natividad Méndez Ramos, cuando éste intentó repeler un ataque el día 4 de abril del 2003 en la ciudad de Nayaf.

 

Esta desgracia, ha sido y sigue siendo vista desde dos perspectivas. Para el ex–presidente Francisco Flores, el gobierno salvadoreño y algunos sectores de nuestra sociedad, la muerte de Natividad ha sido tratada pública e indolentemente como la de un “héroe nacional”. Para otros, su familia y quienes conocen la realidad que se oculta detrás de estos “pobres campesinos soldados” (como los llamó G. W. Bush en su visita improvisada el día de Gracias a Dios), Natividad fue víctima del sistema económico excluyente y de la perversa relación de sumisión de nuestro gobierno con los proyectos colonialistas de EEUU.

 

¿Qué hay detrás del falso consuelo de “ser héroe”?

 

La muerte prematura de un joven campesino que apenas tenía 19 años. Natividad se había incorporado al ejército desde los 14 años como una forma de paliar la extrema pobreza en la que aún sobrevive su familia. Su padre murió a causa de una enfermedad cuando éste tenía cinco años, desde entonces su madre y posteriormente Maria Elena, Mario y Natividad han sobrevivido del trabajo de la tierra en San Andrés, uno de los cantones más pobres del municipio de Guaymango.

 

Natividad no sólo se destacó en el ejército por su especialidad de paracaidismo, como lo han exaltado muchos medios, sino que logró cursar de sexto a octavo grado, además logró construirle una humilde casa a su familia. Según Maria Elena Méndez Ramos, su hermana, él “tenía la esperanza de estudiar más y de prepararse para luego dejar el ejército y defenderse mejor en la vida”. Mientras estuvo en la institución castrense y en Iraq apenas recibía mensualmente $ 100.00. Después de su muerte y de ser nombrado oficialmente “héroe”, su madre y familia no recibe ni un centavo de pensión. Lamentablemente al ex – Ministro de Defensa Nacional, Juan Antonio Martínez Varela y al actual gobierno, se les han olvidado los compromisos que se expresaron en las declaraciones de prensa el día 5 de abril del 2003: “los familiares del fallecido y de los 12 soldados nacionales heridos, recibirán los beneficios de la Ley de IPSFA (...) no descarto que los afectados puedan recibir ayuda complementaria del Gobierno por las particularidad de la Misión”, Martínez Varela.

¿Dónde está el “sentido humano” de nuestro gobierno en asuntos tan sensibles? ¿Por qué el mayor porcentaje de los soldados que son enviados a Iraq proceden de los municipios más pobres del país? No es casualidad que el 10 % de los efectivos sean originarios de Guaymango, uno de los 14 municipios catalogados en situación de extrema pobreza severa. Es inaceptable, que Doña Herminia Ramos, además de perder a su hijo Natividad, haya tenido que sufrir el envío a Iraq de su yerno y ocho sobrinos. Ninguno de ellos dice que van a este país ocupado criminalmente por EEUU para realizar obras de ayuda humanitaria. “Simplemente se está patrullando, custodiando funcionarios, pero sobre todo cuidando la vida de uno en cada instante”, palabras de un soldado del primer contingente enviado a Iraq.

 

Le pregunté a Maria Elena, hermana de Natividad,  si a su familia le gusta que el gobierno le llamara héroe a su hermano, me respondió: “nos da tristeza y nos duele, no estamos de acuerdo que se nos recuerde de esa manera a Natividad... él nunca quiso ir para Iraq, fue porque era una obligación”. Su mamá, doña Herminia, aún se dice desconsolada, “si el presidente no los hubiera enviado, no habría fallecido mi hijo”.

 

La familia Méndez Ramos no quisiera que se siga enviando más tropas salvadoreñas a Iraq.

 

Saben que es una gran mentira lo de la “ayuda humanitaria” en este país ocupado, desafortunadamente saben de la muerte de un ser querido que quiso cambiar el destino de pobreza de su familia.

 

Saben de las falsas promesas y consuelos de un gobierno que miente perversamente a su pueblo, sobre todo a los más pobres.

 

Saben del olvido y del inconsolable dolor sufrido en la soledad.

 

Es inaceptable que nuestro gobierno, los diputados y las altas autoridades castrenses sigan apoyando y autorizando de manera irresponsable el envío de tropas militares salvadoreñas a Iraq, bajo la excusa de “ayuda humanitaria”, cuando se trata de legitimar y respaldar una ocupación militar injusta y sangrienta por parte de los EEUU.

 

Camilo Mejía, soldado militar estadounidense que cumple condena de prisión por su deserción y objeción de conciencia, se atrevió a denunciar públicamente lo siguiente:

“Me di cuenta de que formaba parte de una guerra que me parecía inmoral y criminal, una guerra de agresión, una guerra de dominación imperial. Me di cuenta de que actuar según mis principios resultaba incompatible con mi función en el ejército, y concluí que no podía volver a Iraq. Al deponer mi arma escogí reafirmarme como ser humano.

Cuando me entregué, con todos mis temores y dudas, no lo hice únicamente por mí. Lo hice por el pueblo de Iraq, incluso por los iraquíes que me dispararon: ellos sólo estaban del otro lado de un campo de batalla en el que la guerra misma es el único enemigo. Lo hice por los niños de Iraq, que son víctimas de las minas y del uranio empobrecido. Lo hice por los millares de civiles desconocidos que han muerto en la guerra. El tiempo que dure en prisión es un precio pequeño comparado con el que iraquíes y estadounidenses han pagado con su vida. Un precio pequeño comparado con el que la humanidad ha pagado por la guerra”.

 

Agradecemos con mucho respeto las palabras y testimonio de esta familia que se anima a rechazar el injustificable envío de tropas salvadoreñas a Iraq.

 

Mario Sánchez

 

 

 

Los símbolos patrios

 

Varios países de Centroamérica conmemoran el 15 de septiembre sus respectivas independencias. Pasan de ser pueblos bajo un dominio a constituirse en naciones bajo el nombre de república. Se recuerdan las gestas y las personas involucradas llamadas próceres de la patria.

 

Parece evidente que todo ser humano así como tiene dos personas al origen de su nacimiento también tiene un lugar geográfico que fue su entorno al ser dado a luz. Ver la luz es situarse en algo que, hoy día, llamamos nuestro país. Toda persona tiene derecho a tener un lugar donde vivir y desplegarse en todas sus potencialidades. La nación crea los lazos y las condiciones necesarias para que sea posible esa convivencia equitativa y fraterna.

 

De la misma manera que las montañas, los valles, los ríos, lagos o mares me permiten localizar con precisión mi origen y el desarrollo de la vida así también tengo referencias sociales que me permiten tejer la identidad. La bandera, el escudo, la moneda, la lengua y el himno se vuelven emblemas para reconocerme y sentirme ciudadano de tal nación.

 

Hoy día sabemos que esos emblemas y esas fechas patrias son un reto para mirar el futuro y construir el presente. Mirar hacia atrás dice de dónde vengo pero no necesariamente hacia dónde voy ni con quiénes. El pasado me da una pertenencia y se vuelve ímpetu para construir una identidad. Me encamina a recibir a los que vienen de otros lugares para tener nuevos lazos.

Las fiestas patrias deben ser un nuevo desafío para que nacimiento, niñez, juventud, madurez y vejez sea un camino donde se conozca la concordia, la equidad, la justicia y la paz. Así la geografía ligada a la vida se transforman en lugares de encuentro alegres y pacíficos con los demás seres humanos.