SERVICIO INFORMATIVO DEL CENTRO PASTORAL DE LA UCA         AÑO XXV, NO.550  1-28 DE FEBRERO 2006

 

 

Mártires de marzo

INDICE

 

CONFUSIONES PELIGROSAS Y UN PRESIDENTE EN CAMPAÑA

PRIMERAS REACCIONES A LA ENCICLICA DE BENEDICTO XVI “DEUS CARITAS EST”

EVO MORALES Y SCHAFICK HANDAL

MONSEÑOR ROMERO EN TIEMPO DE ELECCIONES I

LA CIA Y LA TORTURA

UTOPIA: COMO EL PAN DE CADA DIA

LA SORDA INDOLENCIA DE UN GOBIERNO SERVILISTA

ELECCION DE GOBERNANTES

MIGRACION Y DESARROLLO RUAL

VIDA DE LAS COMUNIDADES

DR. BAUER: DANDO DESDE SU POBREZA

 

 

 

Confusiones peligrosas y un presidente en campaña

 

Simplificaciones políticas: posibles fanatismos

 

    En El Salvador, un fenómeno digno de destacar, por su persistencia a lo largo del tiempo, es la tendencia que manifiestan muchos salvadoreños (y salvadoreñas) a identificar la justicia, la solidaridad, el compromiso social, la transparencia y la decencia pública con opciones de izquierda, en tanto que temas relativos al éxito empresarial, ganancias, competencia y eficiencia se suelen identificar con opciones de derecha. 

 

    Quienes más identificados están con una opción política determinada suelen forzar aún más las cosas. Así, quienes se identifican con el FMLN no sólo hacen suyos los temas mencionados y adscriben a la derecha (a ARENA y a la gran empresa privada) los que presuntamente les son propios, sino que añaden a estos últimos otros como voracidad extrema, corrupción, impunidad y abusos de poder.

 

Por su parte, quienes se identifican con ARENA aceptan que lo de la derecha es el éxito empresarial, la eficiencia, la competencia y las ganancias, mientras que adscriben a la izquierda (concretamente al FMLN) los valores que esta acepta como propios, menos, obviamente, los de la transparencia y la decencia pública que se consideran connaturales a ARENA. Demás está decir que, para quienes se inclinan por este partido, la justicia, la solidaridad y el compromiso social son temas peligrosos que, en el fondo, no anuncian más que la supresión de todo lo (presuntamente) bueno logrado con ARENA.

 

Si las anteriores descripciones fueran generalizadas entre la población salvadoreña realmente se estaría ante una situación sumamente peligrosa y proclive al fanatismo político. Y es que el asunto no es que las cúpulas o los mandos medios de los dos partidos más grandes caigan o no en el reduccionismo descrito.

 

    Esa forma de ver la realidad favorece la tensión política y las exclusiones, caldos de cultivo de la violencia que cada vez más recurrentemente se hace presente en las coyunturas electorales del país. Pero lo  más grave es que cierra las posibilidades de encarar la política y su ejercicio de otra manera. Porque no hay ninguna razón de principio para asumir que la solidaridad, la justicia y el compromiso son patrimonio exclusivo de la izquierda y, que por tanto, sólo siendo de izquierda se pueden defender esos y otros valores. Sin duda, la izquierda salvadoreña en sus mejores momentos lo ha hecho y ojalá que no olvide de seguirlo haciendo. Sin embargo, no se requiere ser de izquierda para comprometerse con el bien común (término que en la tradición cristiana engloba los valores apuntados) y luchar contra inequidades de todo tipo; se trata, simplemente, de ser una persona cabal, digna y honesta consigo misma y con la realidad que le toca vivir.

 

    En el mismo sentido, no hay razones de principio para hacer del éxito, la eficiencia, las ganancias y la competencia un patrimonio exclusivo de la derecha.  Es cierto que la derecha ha hecho todo por identificarse con ellos y alardear de ser la única que sabe cómo manejarlos y sacarles provecho. Pero la identificación de la derecha con esos y otros valores empresariales ha acarreado graves males a la sociedad salvadoreña, como por ejemplo concentración abusiva de la riqueza, despilfarro y exclusiones sociales.

 

    No hay que confundir las cosas ni tampoco hay que dejarse confundir.  Trabajar por el bien común no significa ser de izquierda; tampoco buscar el éxito o la eficiencia empresarial significa ser derecha. Quizás alguien de izquierda se sienta más cómodo trabajando por el bien común y alguien de derecha más cómodo buscando el éxito y la eficiencia en sus empresas. Sin embargo, ambas cosas no se excluyen y de lo que trata es de transitar de uno a otro lado, pensando en lo que puede ser mejor para la sociedad en su conjunto.

      

 Antonio Saca en campaña abierta contra el FMLN

 

    En días pasados, varias organizaciones sociales bloquearon calles y carreteras en varios puntos de San Salvador, para protestar contra los TLC. Mientras eso ocurría, Saca se encontraba inaugurando las instalaciones del Hospital Psiquiátrico en Soyapango. El presidente no vaciló en aprovechar la coincidencia para atacar al movimiento social y respon-sabilizar al FMLN de los desórdenes callejeros. Esto último lo contrastó con las gestiones de su gobierno, presentando a la oposición como destructora y a su administración como preocupada por «hacer patria».

 

    Nuevamente, el FMLN es presentado como el responsable de la inestabilidad social del país en sus múltiples formas: protestas callejeras y violencia de las maras. El presidente Saca señalo que el FMLN continúa el mismo estilo del fallecido dirigente Schafik Handal: un FMLN confron-tativo y «antisistema». No tienen desperdicio sus declaraciones a los periodistas: «el culpable de todo lo que ha ocurrido es el FMLN... Hoy entiendo qué significa ‘la lucha continúa’: la lucha continúa cerrando calles, la lucha continúa, estorbando el trabajo productivo, la lucha continúa asociándose con las maras, asociándose con el desorden. A mí me parece que el FMLN está haciendo estas acciones desesperadas por el pleito interno que tienen sus dirigentes después de la muerte del señor Handal, es una lástima, que quien paga el pato de todo esto, seamos los salvadoreños.»

 

    No se encuentra en ningún momento la relación existente entre dos cosas distintas: las protestas callejeras y los problemas internos del FMLN. Ahora bien, si el FMLN se encuentra debilitado después de la muerte de Handal, ¿cómo es posible que tenga tanto poder como para «cerrar calles, estorbar el trabajo productivo y asociarse con las maras»? Si se encuentra tan afectado por el deceso de su dirigente, ¿cómo es posible que tiene el poder para hacer todo lo que el presidente Saca le adjudica?

 

    Precisamente, las protestas callejeras indican otra cosa. Indican que el movimiento social está lejos de replegarse por la pérdida que significó la desaparición del dirigente efemelenista. El FMLN, como parte de su estrategia electoral, reafirma su voluntad de apoyar desde la Asamblea Legislativa las demandas populares. Apoyar no es lo mismo que dirigir, aunque es obvio que el FMLN tiene simpatizantes y algún nivel de influencia en los movimientos sociales.

 

Las recientes protestas contra los TLC se dieron inmediatamente después de una semana signada por diversas actividades de calle por la muerte de Handal. Al parecer, estas muestras de apoyo al FMLN y a los deudos del dirigente comunista tuvieron un efecto multiplicador en el movimiento social. No es lo mismo una protesta aislada en el Seguro Social —cuyo nivel de respaldo popular no siempre está garantizado, pues se interpreta muchas veces como una medida que sólo beneficia a los empleados del ISSS y que afecta a la población, la cual no puede pasar consulta médica mientras dura la protesta—, que un cortejo fúnebre de miles de simpatizantes del FMLN en el centro de la ciudad.

 

Ante todo esto la gran perdedora es la sociedad, en primer lugar. Una democracia necesita, exige, de una oposición que ponga freno o que module el ejercicio del poder. De lo contrario, no hay democracia. Cuando se habla, desde el poder, de una «oposición responsable», se pide, de forma inconfesa, una oposición que solamente diga que sí a lo que el poder plantea. Cuestionar sus políticas es «politización». Protestar es «radicalizarse». Pero cuestionar y protestar son derechos básicos de todo ciudadano en un orden democrático. El problema es que la cerrazón al diálogo es el gran agente radicalizado y polarizador.

 

    En segundo lugar, pierde también la democracia. Lo que se está pidiendo en el fondo, no son sólo «más diputados para el presidente Saca», sino la sujeción incondicional al poder del partido oficial. De esta manera, las instituciones propias del sistema democrático, como la Asamblea Legislativa, se vacían de contenido. No son máquinas para aprobar leyes, sino instancias creadas para discutir y llegar a consensos sobre temas de interés nacional.

 

    Es mucho lo que el país tiene que perder cuando el presidente del gobierno se olvida de su investidura y actúa en función de la agenda electoral de su partido.

 

CIDAI

 

 

 

Primeras reacciones a la encíclica de Benedicto XVI “Deus caritas est

 

La encíclica consta de dos partes. La primera, más teológica, y la segunda, más práctica. La primera parte es una larga disertación sobre la relación entre eros y ágape. Eros  es el amor de deseo, que busca la posesión, el gozo y la satisfacción para sí mismo. Ágape es una palabra griega, poco usada antes del cristianismo, escogida para expresar el amor cristiano, el amor de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo y de los cristianos. Entre eros y ágape hay una diferencia profunda que da la apariencia de una oposición radical.

La disertación teológica del Papa sobre el tema es una sorpresa en el lenguaje de la jerarquía. Afirma la necesidad de complementariedad entre las dos formas del amor, la del gozo y recepción, la del don y gratuidad. No conozco ningún documento pontificio que haya exaltado de esa forma el gozo y el deseo. Si eso hubiera sido dicho desde la época patrística, la historia del cristianismo habría sido radicalmente diferente, pues hasta hoy el gozo ha sido sospechoso, rechazado o condenado. Eso ha sido motivo de oposición entre los sacerdotes, sobre todo los confesores, y los laicos, sobre todo en el momento de la confesión. Si se aplica la doctrina del Papa, muchas cosas podrían cambiar en la forma de tratar la sexualidad en la pastoral habitual.

El Papa aplica su esquema del doble aspecto del amor a Dios, a Cristo y al ser humano. El n. 12, que se refiere a Cristo, no es de fácil comprensión. Quizás se reserve para otro momento una encíclica sobre Jesucristo, y podrá elaborar la concepción teológica a la que alude aquí.

La segunda parte habla de la práctica de la caridad por parte de la Iglesia, y sus fundamentos en la Escritura y en la Tradición. La doctrina del amor se aplica a los problemas sociales en los n. 26 a 29 bajo el título de justicia y caridad. Hay algo extraño en esa exposición, pues la doctrina se presenta como polémica contra el marxismo, y sin ninguna referencia al capitalismo. Como respuesta a los problemas sociales, el texto ofrece la doctrina social de la Iglesia, como una doctrina acabada, completa, capaz de orientar a los católicos en su acción. El trabajo por un orden más justo en la sociedad es responsabilidad de los laicos, y la distinción es tajante: por un lado la Iglesia y por otro lado los laicos. Su acción social es decisión individual.

La encíclica no hace ninguna referencia a la situación actual del mundo.  No pretende trata el tema, pero dejará en varios lectores un cierto sentimiento de frustración. En el n. 28b, se explica cómo, al lado de la justicia, el amor todavía conserva su necesidad. Nunca habrá justicia completa que pueda dar satisfacción a todas las necesidades: subsiste un espacio para la caridad. Este texto parece sugerir que, para la Iglesia, las obras de caridad que realiza son más importantes que la acción social y política. Por supuesto, el Papa puede haber reservado para otra encíclica el tratamiento de esos problemas. No podemos ser impacientes. Los n. 30 al n. 42 son una larga apología de las obras de caridad de la Iglesia, considerada ésta en su organización jerárquica. Es la parte más extensa de la encíclica. Varias veces aparece la palabra ideología y siempre en sentido negativo, con la sospecha de que toda ideología contiene algo de marxismo, y, por consiguiente, un fermento negativo. En esto el Papa se sitúa en una posición más radical que su predecesor.

Dos veces el Papa habla de la Madre Teresa de Calcuta, y no puede ser pura casualidad. Pudiera ser que en su mente la Madre Teresa es la santa que mejor expresa la presencia cristiana en el mundo actual. También cita, con cierta abundancia,  a autores antiguos y a los Santos Padres.

Estas son solamente algunas primeras impresiones, que tendrán que ser sometidas a una lectura más atenta del texto, comparándolo con los libros ya publicados por el Papa y con las obras de su predecesor. 

 

José Comblin

 

 

 

Evo Morales y Schafick Handal

 

Justicia. Es triunfo macabro de Occidente el que  ya no se hable de injusticia ni de la necesidad de justicia. Se hablará de pobreza, guerras y terrorismo, pero no de injusticia. Y por lo que toca a la justicia dicen unos que “no es necesario hacerlo en tiempo de globalización, pues la solidaridad es suficiente”. La conclusión es clara: no se hable de injusticia y justicia. Y más clara es la razón: hablar de ello es una bofetada al mundo de hoy, el que se tiene por democrático, nada terrorista y globalizado. Y tienen toda la razón: es una bofetada.

Evo y Schafick, cada uno a su modo, han vuelto a desenterrar la necesidad de la justicia y a dejar que vuelva a resonar el clamor contra la injusticia. Para los cristianos  son los clamores de los oprimidos, campesinos y obreros durante décadas, indígenas durante siglos. Ya lo dijo Dios: “he visto sus sufrimientos y he escuchado los clamores que les arrancan sus capataces”. Y no le bastó animar a la cooperación internacional de los gobiernos ni a la solidaridad de ONG’s de buena voluntad. Dijo algo más: “he bajado a liberarlos”.

 

Credibilidad. Hablar hablan muchos. Análisis los hay muy buenos. Pero para mover las corrientes subterráneas que cambian la historia hace falta, además, credibilidad. La origina crecer entre dificultades y mantenerse en el sufrimiento, caminar con viento a favor y también en contra, saber fracasar sin paralizarse y saber tener éxito sin engañarse.

Algo de eso comunican Evo y Schafick. No comenzaron con viento a favor. Nadie ha regalado nada a los pueblos indígenas bolivianos, que han tenido que sufrir despojos y desprecios sin cuento. Y a los partidos comunistas Occidente los ha tenido como engendros de Satanás. Pero a Evo y a Schafick no les ha derrotado el viento en contra, que, no nos engañemos, seguirá arreciando en Occidente.

Para los cristianos hubo un tal Jesús que tampoco tuvo viento a favor. Desconocido por venir de Nazaret, contracultural en desmesura, incomprendido por sus parientes y amigos -y el Padre Dios guardaba silencio en momentos importantes. Pero siguió caminando y eso le dio credibilidad. Sus amigos pudieron decir, creíblemente, que Jesús no podía morir del todo, y que Dios lo ha devuelto a la vida para siempre.

 

Ecumenismo: fraternidad universal. No hay nada más “ecuménico”, es decir, universal que el amor y la sangre, cuando ésta es derramada con amor. En la especie humana hay muchas diferencias: razas, culturas y religiones. Muchas veces se oprimen unas a otras, y para sobrevivir impera el darwinismo. Pero puede llegar a ser familia humana cuando en medio de la diversidad y por encima de ella aparece como un milagro y se impone como fuerza indestructible el amor que lo da todo, hasta la propia vida.

Dios sabe cuanto de eso han dado ya Evo y Schafick, pero sí han hablado de ello. Ambos hablan de mártires y caídos, lo que no hacen los inquilinos del Occidente acomodado. Evo Morales, con su ropaje típico, nada occidental, rindió tributo a Tupac Amaru, Ché Guevara, Luis Espinal -éste último, jesuita, asesinado en Bolivia el 20 de marzo de 1980 por defender con su pluma, era periodista, la justicia. De Schafick Handal han aparecido muchas fotografías después de su muerte. Cada quien podrá elegir, pero para mí -y pienso que para muchos- las más hondas son las que le muestran celebrando a los caídos, también a los mártires de la UCA en el jardín de rosas. Y la más entrañable es poniendo flores sobre la tumba de Monseñor.

Para los cristianos “nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”. Son palabras lapidarias de Jesús de Nazaret. De ese mayor amor no queda nadie excluido, ni guaraníes, ni marxistas, ni jesuitas. Al contrario, con ese gran amor de todos se construye la familia humana, el reino de Dios.

 

De Schafick quedan sus obras pasadas. A Evo le espera el incierto futuro de todos los humanos. Nuestro deseo es que crezca lo que ambos expresan de justicia, credibilidad y fraternidad universal.

 

Jon Sobrino

 

 

 

 

 

Monseñor Romero en tiempo

de elecciones (I)

 

La confianza en la política, en los partidos y en las instituciones llamadas democráticas, muy baja en sociedades como la nuestra. La crisis de la política suele expresarse en la ruptura que existe entre los problemas que la ciudadanía reclama resolver (pobreza, inequidad, violencia, alto costo de la vida, etc.) y la capacidad que  tiene para enfrentarlos. Tan grave es esta crisis que a la mayoría de la población centroamericana (58%) no le importaría tener un gobierno no democrático, mientras éste resuelva sus problemas socio-económicos (Latino barómetro 2004). Eso explica varias actitudes ciudadanas: abstención en las elecciones, rechazo a los políticos tradicionales, concebir la política como algo “sucio”, negarse a tener alguna relación con la vida política, refugiarse en sus preocupaciones privadas.

Sin embargo, la política se hace presente en toda nuestra vida (“todo es político aunque lo político no lo es todo”), pues, los problemas sociales no pueden resolverse debidamente limitándonos al ámbito individual. ¿Qué debe hacerse para que la política retome las aspiraciones ciudadanas más urgentes e importantes? ¿Es posible cambiar el sentido de la política vigente? ¿Cómo recuperar la ética en la política? En Monseñor Romero encontramos una práctica que bien puede ayudarnos a encontrar el camino de la dignificación de la política. Él dignificó la política comunicando verdad, luchando por la justicia, promoviendo el bien común, defendiendo los derechos humanos de los pobres. Él fue coherente con esos valores hasta la muerte. Y lo hizo no por hacer carrera política, sino como un servicio, como una vocación motivada por el sufrimiento que desencadenaba  la represión y la injusticia social  sobre las mayorías del país.

La política de la lucha por el bien común

 

El poder político existe en función de una sociedad y no por sí mismo. Su fuente es la sociedad, pero la sociedad considerada en su totalidad, no en función de una de sus partes y menos, si esa parte es minoritaria, hegemónica y excluyente. Cuando el poder se usa para potenciar el poder de todos, tenemos un poder que sirve a la sociedad en lugar de servirse de la sociedad. A esto llamó Monseñor Romero la “gran política”.

 Esta es la gran política de la Iglesia: el bien común. Y tiene el derecho, por su función moral en el mundo, de denunciar los abusos de la política y de decir al poderoso que no es Dios, que si algo tiene para mandar es porque Dios le ha permitido y, por tanto, tiene que medir sus leyes, sus actuaciones, conforme a la ley del Señor. Pero que ningún poderoso, como los primeros cristianos lo decían a sus césares, a sus emperadores: no era lícito quemar incienso ante ellos porque no eran dioses; y que, entonces, era obligación del cristiano, del predicador, del sacerdote, obedecer a Dios antes que a los hombres y no dejarse encadenar por condiciones que le ponga la autoridad civil... (Homilía 31 de julio de 1977).

El criterio de legitimidad, entonces, es la salvaguarda del bien común como condición para garantizar el bien de cada uno. El bien común es aquel conjunto de bienes que van, desde los recursos naturales (derecho al agua, al aire puro, a las reservas ecológicas), pasando por los estrictamente socio-económicos ( trabajo, alimentación, salud, educación), hasta llegar a los de carácter ético político (justicia, verdad, libertad). Estos bienes –necesarios para posibilitar una vida digna– tienen que ser accesibles al mayor número de personas (naturaleza común del bien) y tienen que contar estructuras e instituciones que posibiliten su efectiva distribución (justicia estructural del bien).

Asimismo, el bien común es una limitación del poder, que no ha de usarse para la arbitrariedad ni para proteger los intereses de quienes se han apropiado injustamente de lo que corresponde al conjunto de la sociedad. Monseñor Romero lo formulaba con estas palabras:

Hacer lo que Dios quiere es convertirse, hacer mi capricho es pervertirme. ¿Qué quiere Dios con el poder político, por ejemplo, en un país? Quiere que esas fuerzas unan moralmente, por una ley sana, las voluntades de todos los ciudadanos al bien común; pero Dios no quiere que se use el poder para atropellar, para golpear hombres, para golpear ciudades, pueblos. Eso es perversión. ¿Qué quiere Dios del capital? (...) Que se convierta, quiere decir que sepa darle a las cosas creadas por Dios, el destino que Dios le dio a las cosas, que son siempre de Dios, el bienestar de todos, el compartir con todos la felicidad (Homilía 21 de agosto de 1977).

 

La política de la lucha contra el mal común

 

El Informe sobre Desarrollo Humano 2005 del PNUD, sostiene que en medio de una economía mundial cada vez más próspera, la pobreza y la desigualdad siguen siendo un mal social que flagela a la comunidad humana, especialmente, en los países pobres. Más de 1000 millones de personas malviven en condiciones de extrema pobreza, más de 10 millones de niños no logran llegar a los cinco años de edad. La brecha en la esperanza de vida es una de las desigualdades más fundamentales. Hoy, alguien que vive en Zambia tiene menos probabilidades de llegar a los 30 años que un individuo que nacía en Inglaterra en 1840.

La tendencia de la desigualdad del ingreso mundial es también obscena: el ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 426 millones más pobres. Los 2,500 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día (el 40% de la población mundial), obtiene sólo el 5% por ciento del ingreso mundial. El 10% más rico, casi todos ellos habitantes de los países de ingresos altos, consigue el 54%. En una palabra, la pobreza y la desigualdad son un mal común. Mal común porque afecta a la mayor parte de las personas del planeta. Mal común porque cuenta con estructuras políticas, mediáticas y económicas que le dan no solo capacidad de propagarse, sino de institucionalizarse en la mayor parte del mundo. Monseñor Romero, la llamó “violencia institucionalizada”:

“En Medellín, se describió la situación de Latinoamérica y se llegó a decir esta palabra que a muchos escandaliza: en América Latina hay una situación de injusticia. Hay una ‘violencia institucionalizada’. No son palabras marxistas, son palabras católicas, son palabras de Evangelio. Porque dondequiera que hay una potencia que oprime a los débiles y no los dejar vivir justamente sus derechos, su dignidad humana, allí hay situación de injusticia. Y dice Medellín esta frase lapidaria: si el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, los pueblos que viven en subdesarrollo son una provocación continua de violencia” (Homilía 3 de julio de 1977).

La política del bien común pasa por combatir el mal común histórico y por defender a las víctimas de ese mal. Pasa por desenmascarar las visiones políticas y/o religiosas que pretenden vendernos como un bien (con carácter absoluto) lo que no es más que un desorden injusto productor de víctimas. Así lo denunciaba Monseñor:  

¡Ay de los poderosos cuando no tienen en cuenta el poder de Dios, el único poderoso, cuando se trata de torturar, de matar, de masacrar para que se subyuguen los hombres al poder! ¡Qué tremenda idolatría que le están ofreciendo al dios poder! ¡Tantas vidas, tanta sangre que Dios, el verdadero Dios, el autor de la vida de los hombres, se le va a cobrar bien caro a esos idólatras del poder” (Homilía 24 de febrero de 1980).

 

Carlos Ayala Ramírez

 

 

 

La CIA y la tortura

 

Al presentar el mensaje de la jornada mundial de la paz “En la verdad de la paz”, el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz,  dijo: “La tortura es una humillación del ser humano y la Iglesia no admite ese método, que a menudo conduce a que el torturado diga aquello que el torturador quiere escuchar”. Este pasaje fue interpretado como una advertencia a Estados Unidos, cuyo Gobierno parece haber recurrido a la tortura de varios sospechosos de terrorismo. (EL País, 14 de diciembre 2005) “Hace un mes Washington Post reveló la existencia de prisiones secretas en ocho países, la mayoría en el antiguo bloque Este, lo mismo que escalas de aviones de la CIA en aeropuertos europeos, trasladando a sospechosos de ser terroristas hacia ‘agujeros negros”. En nombre de la Unión Europea (UE) Jack Straw, jefe de la diplomacia británica, tenía que pedir explicaciones a Condoleezza Rice, Secretaria de Estado, sobre estas “posibles violaciones al derecho internacional”.

Antes del viaje de Condoleeza Rica por cuatro países de Europa ya se había preparado en Washington una ‘respuesta política’. La Secretaria de Estado dirá a sus interlocutores: “la guerra antiterrorista debe preocuparles tanto a ustedes como a nosotros y ustedes deben explicar a la opinión pública los beneficios en vez de apuntarnos a nosotros con el dedo”. Es decir, que los otros países deben colaborar en esta lucha. Rice repetirá: “No se puede permitir a alguien cometer un crimen sin antes detenerlo cuando miles de inocentes pueden morir”. (“Prisiones secretas. Washington rechaza explicarse”. Le Monde, 5 de noviembre 2005) C. Rice defendió desde el inicio de su viaje  la práctica de las “entregas” –transferencias de detenidos a sus países de origen o a terceros países para interrogarlos- “porque salvan vidas europeas”; pero negó que Estados Unidos permita o tolere la tortura.

“Depende de los Gobiernos y de sus ciudadanos decidir si quieren trabajar con nosotros para prevenir atentados y cuánta información reservada puedan hacer pública. Tienen el derecho soberano para esta decisión. Las ‘entregas’ ponen fuera de juego a terroristas y salvan vidas. No están prohibidas por leyes internacionales. Consideramos a los miembros de Al Qaeda  y a sus aliados “combatientes ilegales”, que pueden ser detenidos de acuerdo con las leyes bélicas para evitar que maten a inocentes. Debemos llevar a estos terroristas a la justicia, siempre que sea posible, pero hay muchos casos en que los gobiernos locales no pueden detener o procesar a un sospechoso, y las extradiciones tradicionales no son opciones adecuadas. En esos casos los Gobiernos locales pueden decidir, de manera soberana, prestar su cooperación para transferir a un sospechoso a un tercer país, que es lo que se conoce como ‘entrega’. Les corresponde a esos países y a sus ciudadanos decidir si quieren colaborar con nosotros para evitar ataques terroristas contra sus países u otros países y decir cuánta información pueden dar a conocer; tienen derecho soberano para tomar esta decisión”. (El País, 6 de diciembre 2005)

“Human Rights Wacht denuncia la ‘estrategia’ de tortura de EEUU en su lucha contra el terrorismo”. Esta organización denuncia los “malos tratos y torturas constatadas en Estados Unidos” como parte de una “estrategia deliberada” en la lucha contra el terrorismo de parte del gobierno de G. W. Bush. Este maltrato no puede calificarse como la obra “de unas pocas manzanas podridas” o el fruto de deficiencias en el entrenamiento, disciplina o supervisión, sino que refleja una opción política deliberada y adoptada por las máximas autoridades. Según Kennet Roth, director ejecutivo de la institución, “el uso de prácticas ilegales contra supuestos terroristas no sólo es profundamente equivocado sino también contraproducente. Esta política ha obstaculizado la habilidad de Washington de “persuadir o presionar a otros estados” para que respeten el derecho internacional. (El Mundo, Madrid, 18 de enero 2006)  

Una semana después del viaje de Condoleezza Rice “Powell asegura que los vuelos de la CIA no son ‘ni nuevos ni desconocidos’ para los líderes europeos. El ex secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, ha acusado a Europa de ser poco sincera al negar tener conocimiento de la práctica de trasladar a sospechosos de terrorismo en vuelos de su Agencia Central de Inteligencia (CIA) a otros países, donde no están protegidos por la ley estadounidense”. En una entrevista con la cadena británica BBC, Powell aseguró que esta política de traslados no es “ni nueva ni desconocida” para los líderes europeos, a los que acusó de no ser sinceros. “Estados Unidos está atravesando un período en estos momentos donde la opinión publica de todo el mundo está contra nosotros”. (El Mundo, Madrid, 18 de diciembre 2005)

El diario El País, 22 de enero 2006, vuelve sobre el mismo tema: “Europa calla sobre los vuelos de la CIA”. Los Gobiernos europeos parecen haber suscrito un pacto de silencio sobre este escándalo, fraguado durante la reciente visita de  Condoleezza Rice. “Si en Europa ha habido secuestros, confinamientos de detenidos sin cargos y traslados a otros países donde podrían ser torturados, es muy poco probable que esto haya sucedido sin el consentimiento de los Gobiernos europeos o sus servicios secretos. Hay un intento de los Gobiernos europeos de resistir la investigación”, dijo Sarah Ludfort, promotora de esta investigación. “Pero la supuesta ignorancia, cuestionada bajo el anonimato por los círculos diplomáticos, empieza a demostrarse falsa”. Human Rigts Watch apunta con el dedo a Polonia y Rumania; el espionaje suizo captó alguna conversación entre el ministro de exteriores egipcio y la embajada egipcia en Londres, “en la que se aseguraba tener pruebas de la existencia de cárceles fantasmas”. Los tribunales italianos han acusado a 22 miembros de la CIA de haber capturado, a un imán de la mezquita de Milán.

En alguno de los informes captados se recomendaba “pasar la página”, es decir, dar por terminado el caso, como si fuera una mal sueño. “Fue precisamente la visita de Rice la que numerosas fuentes coinciden en señalar como el punto de inflexión de la actitud de los Gobiernos europeos frente a la cuestión de las torturas y de las actividades de la CIA en Europa. (El País, 22 de enero 2006) Con fecha 24 de enero 2006 Le Figaro presenta el artículo “Vuelos de la CIA: el informe denuncia la actitud de los países europeos”. El Consejo Europeo indica que más de un centenar de personas han sido capturadas en Europa por la CIA estos últimos años para ser entregadas a países donde han sido torturadas”. La Comisión Europea ha pedido “con toda firmeza” a los Estados miembros de la Unión y a los países que desean incorporarse “cooperar plenamente” con la encuesta dirigida por el diputado suizo Dick Marty sobre la existencia de prisiones secretas de la CIA en Europa. (Le Figaro, 24 de enero 2006)

Con la misma fecha el diario El País publica un artículo similar: “No es verosímil que los Gobiernos europeos no hayan estado al corriente de los vuelos de la CIA”. El investigador suizo Dick Marty, afirma que “existe una gran cantidad de pruebas convergentes que apuntan a la existencia de un sistema de reubicación de la tortura. Ha quedado probado, y de hecho nunca ha sido denegado, que individuos han sido secuestrados, privados de su libertad y transportados (...) en Europa, para ser entregados a países en los que sufrieron (...) torturas”, dice Marty. El informe provisional de Marty será debatido por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Su presidente, René Van der Linden, afirmó que en la lucha contra el terrorismo “no podemos tolerar que se utilicen métodos similares a los de los terroristas. Combatir el terrorismo tiene la máxima prioridad. Es una lucha común, de interés común. Pero todos nuestros socios deben respetar el Estado Internacional de Derecho”. (El País, 24 de enero 2006)       

     

P.  Francisco Ibisate                   

 

 

 

Utopía: como el pan de cada día

 

“Poesía necesaria como el pan de cada día” dice el poeta. Poesía y utopía riman bien, y ambas nos son totalmente indispensables para atravesar el túnel. No aceptamos esa sociedad oficial que reduce la vida humana a mercado o, en el mejor de los casos, se propone el objetivo, siempre aplazado, de reducir el hambre a la mitad.

 

Estamos indignados y perplejos. Muchas voces, desde muchos ángulos, confiesan que estamos en crisis. Y que, así las cosas, no le va ni a Dios ni al Mundo.

Estar en crisis, sin embargo, no es necesariamente una desgracia. La crisis es la fiebre del espíritu. Donde hay fiebre hay vida. Los muertos no tienen fiebre.

 

No se trata de ignorar la realidad. Más aún: hay que asumirla y transformarla, radicalmente. Ahora ya no nos conformamos con proclamar que “otro mundo es posible”; proclamamos que es factible y lo hacemos. La Agenda Latinoamericana Mundial que estamos preparando para 2007 se titula precisamente “Exigimos y hacemos otra democracia”. “Abajo –con el pueblo- y a la izquierda”, definen los zapatistas en “la otra campaña”. Y ya se ha anunciado que vamos “hacia el socialismo del Siglo XXI”, con “la Humanidad como sujeto” del cambio.

 

La utopía es necesaria porque la desigualdad entre ricos y pobres aumenta, según la ONU, incluso en países del Primer Mundo. Nuestra América, según la OEA, es la región más injusta, por esa desigualdad sistemática. Hay más riqueza en la Tierra, pero hay más injusticia. África ha sido llamada “el calabozo del mundo”, una “Shoá” continental. 2.500 millones de personas sobreviven en la Tierra con menos de 2 euros al día y 25.000 personas mueren diariamente de hambre, según la FAO. La desertificación amenaza la vida de 1.200 millones de personas en un centenar de países. A los emigrantes les es negada la fraternidad, el suelo bajo los pies. EEUU construye un muro de 1.500 quilómetros contra América Latina; y Europa, al sur de España, levanta una valla contra África. Todo lo cual, además de inicuo, es programado. Un inmigrante africano, en una estremecedora carta, escrita “tras los muros de separación”, advierte: “les ruego que no piensen que es normal que vivamos así, porque de hecho es el resultado de una injusticia establecida y sostenida por sistemas inhumanos que matan y empobrecen…No apoyen este sistema con su silencio…”.

 

Pero la Humanidad “se mueve”; y está dando un giro hacia la verdad y hacia la justicia. Hay mucha utopía y mucho compromiso en este planeta desencantado. Alguien ha recordado que el siglo XX “ha sido un inmenso cementerio de imperios: el británico, el francés, el portugués, el holandés, el alemán, el japonés y el ruso”. Queda, tambaleándose, el imperio estadounidense, que caerá también. “América Latina se aleja de la tutela de Estados Unidos” y Asia ha dado también la espalda a los Estados Unidos, en la primera cumbre, organizada por la ASEAN. La UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad la Diversidad Cultural. El Siglo XXI –que ya sabemos que será un siglo místico- será también el siglo del Medio Ambiente.

 

El diálogo ecuménico y el diálogo interreligioso crecen en varios niveles, como un nuevo paradigma de la fe religiosa y de la paz mundial. Las Iglesias, las Religiones, se van a encontrar necesariamente y habrán de ponerse en paz para la paz del mundo. En la Iglesia Católica, dentro de una monótona continuidad oficial, que ya era de esperar, muchas comunidades y muchos colectivos de reflexión teológica y de pastoral saben ser simultáneamente fieles y libres. Vamos aprendiendo a ser Iglesia adulta, una y plural. Si rechazamos la dictadura del relativismo, también rechazamos la dictadura del dogmatismo. No permitiremos que el Concilio Vaticano II sea un “futuro olvidado”; y hasta urgimos el proceso de preparación de un nuevo Concilio, verdaderamente ecuménico, que aporte desde la fe cristiana a la tarea mayor de humanizar la Humanidad. En Nuestra América se está preparando la V Conferencia Episcopal, llamada “CELAM V”. Un primer texto, de consulta, resulta muy poco estimulante, como escrito “por teólogos que ya están en el cielo” ironiza un viejo teólogo. Nos tocará suplir alternativamente y no permitir que ese CELAM V olvide Medellín. Hay prioridades socio-pastorales, en Nuestra América, que nos exigen realismo y utopía, coherencia y compromiso, sin posible aplazamiento.

 

Sigamos editando utopía, compromiso, transparencia, vida. Y recordemos que la utopía debe ser verificada en la praxis diaria, que “la esperanza sólo se justifica en los que caminan” y que “nos es dada para servir a los desesperanzados”. Para este servicio pienso que hoy se nos pide, sobretodo, un testimonio coherente, una proximidad samaritana, una presencia profética.

 

A todos, a cada uno y a cada una a quien debo amistad, gratitud y carta, un entrañable abrazo en la paz militante del Evangelio.

Pedro Casaldáliga

 

 

 

Arzobispo de Marruecos y las viñetas sobre Mahoma

“¡Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano!”

 

 

Monseñor Vincent Landel s.c.j, arzobispo de Rabat, ante la publicación de viñetas sobre Mahoma.

 

¡Y si el otro se convirtiera realmente en mi hermano! ¿No es ésta la cuestión que hay que plantearse ante el debate que circula en los medios? 

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, ¿podría yo poner en cuestión la fe que le hace vivir? ¿Podría yo burlarme de una manera u otra de sus creencias? 

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, ¿podría yo hablar de libertad sin vivir el respeto?

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, ¿podría yo rechazarle con actos de violencia contra su persona o sus bienes?

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, ¿podría yo permitirme hablar de él negativamente a sus espaldas?

¿Podría yo permitirme destruir incluso hasta su intimidad?

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, le podría encontrar en verdad, podríamos hablar simplemente, incluso sin estar de acuerdo en todo.

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, su encuentro me haría crecer; y estoy seguro que él también crecería. 

Si el otro se convirtiera en mi hermano, nuestras miradas podrían cruzarse y una sonrisa verdadera iluminaría nuestros rostros. 

Si el otro se convirtiera realmente en mi hermano, ¡qué mundo tan apasionante podríamos construir! 

 

 

 

 

La sorda indolencia de un gobierno servilista

 

 

“Los ciudadanos estamos demasiados apegados al Estado y demasiado poco interesados por la justicia”

H. Thoreau

 

 

La fecha del 4 de abril de 2004 cambió la vida de doña Herminia Ramos de Méndez. Lamentablemente ese día recibió la inconsolable noticia que su hijo Natividad Méndez Ramos había muerto en combate en la ciudad iraquí de Nayaf.

 

Esta tragedia fue releída desde visiones radicalmente inconciliables. Por un lado, al gobierno salvadoreño, irresponsable y servilista a la administración de George Bush, le resultó más cómodo exaltar la desgracia de la familia Méndez Ramos, como un acto de heroísmo nacional, con el propósito de querer consolar el dolor de doña Herminia y silenciar su solicitud sobre el inmediato retorno de la tropas salvadoreñas desplazadas en Iraq. Por otro lado, evitar el debate público de la injustificable e inconstitucional participación del ejército salvadoreño en la ilegal ocupación militar de las tropas anglonorteamericanas en el país árabe. Lamentablemente, la mayoría de los medios de comunicación contribuyeron a la legitimación del discurso gubernamental sobre el heroísmo de Natividad.

En cambio, para doña Herminia la dolorosa y absurda muerte de su hijo, representó dos grandes retos: primero sobrevivir con dignidad a esta irreparable pérdida y sus secuelas, y por otro lado, decir públicamente lo que otros familiares de soldados salvadoreños destacados en el país árabe no se han atrevido a expresar: No más envío de tropas salvadoreña a Iraq.

 

Con el pasar de los días, doña Herminia, mujer campesina, analfabeta pero profundamente solidaria, se fue animando y fortaleciendo para dirigirle una carta al presidente de El Salvador y a los diputados de la Asamblea Legislativa, con el propósito que el primero desistiera del envío de tropas nacionales a Iraq y en caso contrario, los segundos intercedieran desde su facultades legislativa ante el terco servilismo de Don Elías Antonio Saca González.

 

Lamentablemente, el noble anhelo de doña Herminia, la madre de un “héroe nacional”, no ha tenido ninguna respuesta oficial de los destinatarios de su carta. Sin ninguna protesta de oposición por parte de nuestra sociedad, el día 10 de febrero partieron 380 soldados, miembros del Cuscatlán VI, para continuar respaldando la injusta ocupación militar del gobierno de Estados Unidos en Iraq. Este nuevo contingente estará en la ciudad de Al Kut, con el propósito de impartir adiestramiento militar, custodiar empresas privadas y recibir entrenamiento antiterrorista, aunque las autoridades castrenses insisten el tema de la ayuda humanitaria.

 

Es necesario que leamos en estos signos, como los de doña Herminia, el llamado de asumir nuestra responsabilidad ciudadana y cristiana de rechazar y denunciar este tipo de injusticias.

 

 

 

 

Elección de gobernantes

 

 

El Libro de Jueces y el Primer Libro de Reyes en la Biblia relata la forma en que surgen los primeros gobernantes del pueblo de Israel. Este fue gobernado por líderes que, eran impuestos por Dios. Dios exigía compromiso y justicia, esto cansó a un sector del pueblo que veía más fácil complacer a un rey terreno que cumplir con el mandato de Dios. Así Saúl se convirtió en el primer gobernante israelita. La Biblia describe a este monarca como un hombre joven, alto y hermoso, cualidades físicas que deslumbraron al pueblo y por eso lo aceptaron. Tiempo después  los que le llevaron al trono descubrieron en carne propia que para gobernar hace falta mucho más que una imagen.

Esta reflexión puede aplicarse a los procesos electorales que se dan en el país, porque en ellos la publicidad, el color y la música tienen una gran importancia. Elementos puramente estéticos, que lo único que hacen es crear una imagen, y que, lamentablemente, ha demostrado ser un factor importante para decidir por quién votar. Esto sucede porque, los candidatos y candidatas suelen preocuparse por su apariencia para apelar a las emociones más que a la razón. Poco hablan sobre su capacidad y sensibilidad frente a los problemas que más afectan al país.

En un sondeo realizado en la ciudad para el programa de radio que produce el IDHUCA, la población afirmó que no conocía las propuestas de los partidos políticos, pero sí sabía por quién votar. ¿Cuál fue el criterio que utilizaron para decidir? ¿Imagen, regalos recibidos por los candidatos, miedo o castigo?

Seguramente gran parte de la convicción de voto vino de la propaganda y de la “campaña”, un conjunto de actos o esfuerzos de índole diversa que pretenden conseguir un fin determinado. Aplicando esto a la coyuntura, la campaña electoral debe tener como fin la captación de votos a favor de un partido o candidato por medio de la generación de herramientas que permitan que las personas puedan recibir los mensajes, evaluativos, y basándose en estos, definir su intención de voto. Para los ciudadanos y ciudadanas el periodo de campaña es quizá la única oportunidad de saber qué es lo que los posibles elegidos pretenden hacer de llegar al poder. Tristemente, es un período mal aprovechado.

La responsabilidad de los partidos políticos

Según el Código Electoral, la campaña constituye un derecho de los partidos políticos y coaliciones que están inscritos y debe ejercerse en el tiempo y forma establecidos por la Ley. Este año, como en años anteriores, la campaña empezó con unos tres meses de anticipación, lo que va contra la Ley, pero el Tribunal Supremo Electoral, justificó tales acciones diciendo que no se trataba de propaganda sino de “publicidad”. Es increíble que con tanto tiempo de campaña los candidatos y candidatas no dieran a conocer eficazmente sus propuestas.

Además nuevamente  se utiliza la campaña sucia, como sucedió en las elecciones presidenciales en las que se indujo al miedo por medio de mensajes que advertían del peligro que corrían las relaciones de El Salvador con Estados Unidos si llegara a ganar el FMLN y que podrían verse afectada la situación legal de millones de salvadoreños en dicho país. Esta vez, el FMLN contraatacó con el mismo tema, los migrantes, golpeando donde más duele, el bolsillo. Por su parte ARENA no se quedó atrás al contrastar imagen de sus grandes obras con un spot de televisión en blanco y negro relacionando algunos hechos violentos al FMLN.

En el marco de esta campaña otro aspecto negativo es que el candidato a la alcaldía de San Salvador, por parte de ARENA, se niegue a participar en debates públicos organizados por los medios de comunicación. Este fenómeno es más evidente en estas elecciones tomando en cuenta que en la actualidad de los 262 municipios del país, sólo 15 son gobernados por mujeres y de los 84 diputados, 75 son hombres.

Lamentablemente, los institutos políticos mal aprovecharon su derecho de campaña, se dedicaron a manchar postes y aceras, al bombardeo por los medios de comunicación de colores y canciones y a hacer mítines que más parecían conciertos, desaprovechando así el ejercicio democrático.

 

La responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral

Es inaceptable el papel que ha tenido el TSE en estas elecciones. El Código Electoral señala que “se entiende por propaganda electoral aquellas acciones tendientes a inducir a los electores a tomar opción con su voto”, sin embargo para Walter Araujo, presidente de esta institución, llenar las ciudades de afiches con los rostros de los candidatos, la mancha de postes y los anuncios de algunas alcaldías y el gobierno central promocionando obras, antes del período permitido por la Ley, no es una campaña anticipada por lo tanto no representa una ilegalidad.

Pero la campaña anticipada no fue lo único que permitió el TSE, ya que dentro del período de campaña, el FMLN, CD y ARENA utilizan imágenes de instituciones y policías en los anuncios televisivos lo cual también está prohibido por la Ley. El Faro, periódico electrónico, enfrentó a los jefes de campaña de estos tres partidos, quienes en su defensa dijeron que la ambigüedad del Código Electoral permite esa práctica. Tal irrespeto de la legislación hace que la población no confíe en las instituciones estatales, ni en los partidos políticos lo cual influye directamente en su interés de participar en el proceso electoral.

La responsabilidad de los medios de comunicación

Es de reconocer el esfuerzo de algunos medios de comunicación en incorporar dentro de su programación espacios de reflexión sobre las propuestas de las diferentes posiciones políticas. Se han convertido en oportunidades que tiene la población para conocer lo que se propone en algunos municipios. Lo malo es que en estos programas sólo se contemplan las grandes ciudades, el resto, que son la mayoría, quedan fuera de los medios masivos, invisibilizando no sólo a los candidatos y candidatas sino las necesidades de estas localidades.

Otro aspecto, menos palpable, pero no por eso deja de ser destructivo, es la tendencia partidaria que reflejan los enfoques de las noticias en algunos medios. En más de una nota periodística no dejan de colarse ataques, hacia un partido y exaltan a otros.

 

La responsabilidad de los ciudadanos y ciudadanas

La actual campaña electoral no ha sido muy diferente a las anteriores. El irrespeto por la Ley  asombra y al mismo tiempo asusta. No es raro que las encuestas de IUDOP revelen que el 55.1 por ciento de la población consultada piense que en las elecciones del 12 de marzo habrá fraude. Lo que lleva a que un porcentaje similar esté desinteresado en el proceso electoral.

 

De todo lo expuesto anteriormente, el desinterés de la población es lo más preocupante.

Cada salvadoreño y salvadoreña tiene el derecho de ejercer su ciudadanía con su voto. No participar es darle oportunidad a que otros decidan, a que otros elijan quizá el plan de trabajo menos favorable para las mayorías.

En estas elecciones no hay que dejarse llevar por espejismos y menos por tradiciones partidarias, por la frustración y el descontento. El Salvador necesita que cada ciudadano y ciudadana ejerza su derecho a elegir sus representantes, dando su confianza al mejor planteamiento, “…escogiendo entre el pueblo, hombres capaces, temerosos de Dios, hombres fieles y enemigos de la avaricia…” (Exodo 18:21).

IDHUCA

 

 

 

Migración y desarrollo rural

 

 

El fenómeno migratorio en el antes y el ahora

Estas reflexiones no pretenden ser un análisis sobre las causas y efectos de la migración. Son más bien, apuntes que quieren ayudar a la reflexión y ver la migración como un hecho que nos debe cuestionar absolutamente a todas y todos. Se trata de una responsabilidad social. De hecho, cuando pensamos en el fenómeno migratorio, constatamos que esta ha sido una realidad con la que el ser humano ha convivido desde el inicio de la historia. Lo cierto es que esa afirmación la podemos utilizar para tranquilizarnos frente a esta realidad, para justificarla o para dejarnos interpelar, preguntándonos sobre las motivaciones que llevan a miles de personas a volverse ciudadanos desterrados en búsqueda de un terruño que les pueda acoger.

 

Si lo vemos desde una perspectiva religiosa, en la Biblia encontramos infinidad de casos que nos iluminan sobre la migración.- Podríamos quedarnos con el Nuevo Testamento en donde la migración se vuelve bastante común y ver cómo María y José se constituyen en los emigrantes por excelencia (Mt. 2, 13-15), cuando por razones de cuidar la vida tienen que dejar su tierra –Belén- y huir a Egipto.- Por otro lado, no podemos perder de vista al patriarca Abraham – el aramero errante (Dt. 26,5), que en el A.T. (Gn. 12, 1-9), lo encontramos dejando su tierra y familia, en la búsqueda de una mejor condición de vida. Sin embargo, en esa realidad no podemos olvidarnos que el forastero, según la ley judía, era tratado como uno más de la casa y no como el extraño que hay que desterrar

 

Esas realidades que parecieran bastante lejanas por el tiempo y la distancia, no son ajenas a lo que nos ha tocado vivir en El Salvador.- Ya desde los años 1930 encontramos un gran desplazamiento de salvadoreños en busca de mejores condiciones hacia tierras hondureñas.- En la actualidad y según los datos oficiales, se habla que más de 2 millones y medio de salvadoreños viviendo en el exterior. La mayoría de ellos radica en Estados Unidos y Canadá (95%), otros en algunos países de Centroamérica y otra pequeña porción en países de Europa (Australia, Suecia, entre otros).

Actualmente el fenómeno migratorio golpea más a El Salvador con respecto al resto de países centroamericanos. Según CARECEN, se habla de cerca de 700 personas diarias saliendo del país de forma indocumentada, lo cual es un hecho escandaloso, ya que hace algunos años atrás (2002) estos datos apenas llegaban a los 6,000 salvadoreños al mes. El incremento es de más de un 300% con respecto a hace tres años. Gran parte de esta población procede de zonas rurales, aunque tampoco se puede afirmar que la migración sea patrimonio de la población rural.

 

Es posible el desarrollo rural

Una primera consideración, si lo vemos con lentes desde el ámbito rural, es la de concebir la migración como el resultado del empobrecimiento de los hogares rurales y de la escasez de tierra apta para las labores agrícolas – según el mapa de pobreza, 32 municipios de los 262 se encuentran en extrema pobreza severa—. Esto es acertado si comparamos pobreza con porcentaje de recepción de remesas. Con la excepción del departamento de La Unión, que recibe el mayor número de remesas a nivel nacional; Morazán, Cabañas y Chalatenango, ocupan los primeros tres lugares; con lo cual sí se puede afirmar que los departamentos donde hay mayor pobreza, son los que se han constituido en los mayores expulsores de población.

 

El gran problema es que así como el ámbito rural expulsa población, también lo hacen las áreas urbanas. Hay motivaciones que son comunes a los dos ámbitos, tales como la desesperanza, la frustración, la marginación social, la falta de oportunidades y la inseguridad por el futuro del país. De hecho, hasta la misma propensión a los fenómenos naturales se ha constituido en una de las causas que ha motivado en los últimos años a que algunas familias se vean impulsadas a emigrar; tal como se observó en el 2002, a raíz de los terremotos que golpearon a El Salvador.- En suma, se puede concluir que la migración se ha constituido en la válvula de escape que contribuye a disminuir las tensiones sociales y económicas por las que ha ido atravesando el país a lo largo del último siglo.

Un hecho interesante para la economía de El Salvador es que las remesas se han constituido en la principal fuente de divisas con las que cuenta el país. Para el 2005, éstas representaron el 16.6% del Producto Interno Bruto (PIB), mucho más que cualquier rubro de exportación, con lo cual se podría pensar que la principal especialización del país es la de exportar personas hacia los Estados Unidos. En el 2005 los ingresos por remesas ascendieron a 2,830.2 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 11.1% con respecto al año anterior. En términos macroeconómicos esta realidad de aumento de dólares llegando al país en concepto de remesas significa una mayor estabilidad económica, dada la economía dolarizada con la que cuenta el país.- A nivel micro, la realidad de pobreza sigue expresándose de forma aguda, ya que aunque el Indice de Desarrollo Humano (IDH) suba porcentualmente, la realidad en el campo se sigue manifestando en esa falta de oportunidades y calidad de vida para la población rural.- Los procesos de descampesinización, traslado del campo a la ciudad, desintegración familiar y un trastocamiento en los valores y la cultura, son entre otros muchos, algunas de las manifestaciones de este fenómeno.

 

Bajo estas condiciones, nos preguntamos qué tan viable es el desarrollo rural.- Si bien es cierto que El Salvador nunca ha sido el granero de Centroamérica, al menos se debería de aspirar a cubrir el déficit que existe entre oferta y demanda de bienes de consumo generados en el área rural. Esto pasa por lo que ya se reflexionaba anteriormente, la falta de tierras y los pocos estímulos que incentiven la producción rural se constituye en un factor que limita el desarrollo de este sector. Si ha ello se le suma que la migración produce fuga de personas emprendedoras, dado que la mayoría de la población que emigra se ubica entre los 18 y los 40 años, la situación tiende a agudizarse mucho más. Al cabo de algunos años nos encontraremos con un sector rural en manos de una población en descenso y consecuentemente con un abandono de este importante sector.

Aunque algunos consideran que las remesas se podrían orientar a fines productivos, lo cierto es que en la actualidad las mismas se constituyen en un subsidio que amortiza la ausencia de ingresos, consecuencia de la falta de oportunidades laborales y otras alternativas económicas que puedan constituirse en fuente de divisas.- Si se va a considerar las remesas y la migración como ejes importantes de la economía nacional, entonces habrá que pensar en políticas de estimulo orientadas a promover el ahorro y estimular la productividad.- Aunque en realidad, el mayor compromiso debe estar centrado en la superación de las causas estructurales que generan la migración y en la definición de un modelo económico que ponga por delante a la persona humana y no los intereses  económicos de un solo sector de la sociedad.

 

En conclusión

Las tareas que nos plantea el análisis de la migración son infinitas.- Ellas pasan inclusive, por voltear la mirada hacia un importante sector de la sociedad: la juventud, que se constituye en el principal blanco de estilos de vida ajenos a nuestra cultura.- También pasa por un proceso de concienciar a quiénes toman las decisiones e implementan políticas, que en lugar de mundializar el planeta y crear la actitud del quédate con nosotros, crean diferencias y aumentan los odios y antipatías frente a el otro — el más próximo. Quizá vale la pena preguntarse cuál ha sido o es nuestra actitud frente a este problema. No nos debería de extrañar si ya hemos aprendido a concebirlo como algo normal. El desafío entonces consistirá en ver qué y cómo podemos hacer para que las personas migrantes gocen de los beneficios del ciudadano de aquí y de allá, del ciudadano del infinito.

Miguel Alonzo Macías.

 

 

 

Vida de las comunidades

 

 

Monseñor Romero incluía en sus homilías un pequeño “noticiero” —así lo llamaba—, en el que narraba las actividades de las comunidades de la arquidiócesis. No lo hacía sólo para informar, sino para animar a las comunidades.  Estas páginas las escribimos, pues, inspirados en esa buena costumbre de Monseñor. Pedimos disculpas por el error de fechas en el número anterior, las crónicas del 13, 14 y 15 no son de diciembre, sino de enero de 2006.

 

8 de enero.  Herminia Ramos de Méndez, madre del soldado muerto en Irak, escribió una carta al presidente Antonio Saca para pedirle que no envíe más soldados a Irak.  Es la voz profética de una madre que clama desde el dolor y piensa en otras madres.  Su voz ha sido respaldada por otra carta firmada por Monseñor Gregorio Rosa Chávez, Medardo Gómez, obispo de la Iglesia Luterana y el Padre José María Tojeira, entre otros. Desgraciadamente, el presidente ha cerrado sus oídos al clamor de esta madre y envió el sexto contigente de tropas a Irak el 9 de febrero.

 

13 de enero: “Donde hay un ser humano en peligro, allí debe estar la Iglesia para defenderle”. Así comienza el mensaje que Monseñor Eduardo Alas, obispo de la diócesis de Chalatenango, junto con el clero y las comunidades de su diócesis, publicó para denunciar y rechazar la construcción de la represa El Cimarrón y la explotación minera en la zona norte del país. “Desde el principio muestra Iglesia ha expresado que estos proyectos no buscan abonar al bien común de nuestro pueblo salvadoreño…, sabemos que los beneficios son para lucro de unos pocos”. A propósito de este comunicado, el P. Rogelio Ponssele dijo a un periodista del Co-Latino el pasado 15 de enero: “Me llena de mucha emoción que la Iglesia esté volviendo a retomar la causa de los oprimidos por este sistema inhumano, que viola todos los principios cristianos, especialmente los que se refieren a la justicia y al respeto a la vida”.

 

20 de enero.  Alejandro Ortíz y Exaltación de la Cruz Luna, acompañados por las comunidades eclesiales de base presentaron una demanda a la Fiscalía General de la República para que se investigue el asesinato de su hijo Octavio Ortiz Luna. El padre Octavio Ortiz fue asesinado el 20 de enero de 1979, en la casa El Despertar de San Antonio Abad, junto a cuatro jóvenes que participaban con él en un retiro espiritual: Ángel Morales, Jorge Alberto Gómez, Roberto Orellana y David Alberto Caballero. Aquel asesinato fue denunciado a su tiempo por Monseñor Romero en la recordada homilía: “Un asesinato que nos habla de resurrección”.  Aquella misa fue precedida por una marcha del obispo, el clero y las comunidades cristianas, que caminaron en silencio por las calles del centro de la ciudad con una manta que decía: “Basta ya”. La denuncia no fue escuchada; el crimen quedó en la impunidad, aunque fue evidente que lo perpretaron efectivos del ejército y la Guardia Nacional. Recordemos que una tanqueta del ejército aplastó el cuerpo del padre Octavio, dejando totalmente desfigurado su rostro. Hoy, 27 años después, el papá y la mamá de Octavio quieren que se haga justicia y que este asesinato no quede en la impunidad, como tantos otros. Don Alejandro y Exaltación, ya ancianos, con su gesto nos recuerdan que no se puede construir una democracia sobre estas bases de olvido e impunidad.

 

22 de enero. Las comunidades eclesiales de base abarrotaron la cripta de catedral para celebrar junto a la tumba de Monseñor Romero, el aniversario del asesinato del padre Octavio Ortiz.  Especial y emocionante fue el momento de las ofrendas. Miembros de las comunidades presentaron los lentes y la Biblia de el padre Octavio, reliquias que las comunidades guardan con cariño, porque son los símbolos de la mirada de un mártir que supo ver la realidad con la luz de la palabra de Dios y comprometerse de lleno con la justicia y la liberación.  

 

24 de enero.  La muerte de Schakif Hándal ha impactado en la sociedad, sobre todo en los sectores populares.  La plaza y calles aledañas lucían abarrotadas por una multitud, como hace tiempo no se veía.  La gente mostró su cariño y emoción. Monseñor Gregorio Rosa Chávez presidió la misa de exequias e hizo una semblanza de Schafik Hándal como negociador de los acuerdos de paz y constructor de la democracia. Cuenta el Padre Rafael Urrutia que, cuando fue a pedir a Schafik un testimonio para el proceso de canonización de Monseñor Romero, le dijo que no, porque “yo lo considero un mártir y un santo y los pobres de este país ya lo han canonizado”. En la profesión de ofrendas, llamó la atención la pintura, hecha por un joven, que presenta juntos a Monseñor Romero y Schafik Hándal.  El pueblo une lo que otros quieren oponer y separar. Salvadas las diferencias, que las hay, es claro que tienen algo fundamental en común: la defensa de los derechos del pueblo. 

 

31 de enero. Varias organizaciones sociales salieron a la calle para protestar por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. La Coordinadora Ecuménica de la Iglesia de los Pobres de El Salvador (CEIPES) se concentró en las inmediaciones de Multiplaza y luego caminó hacia la embajada de los Estados Unidos para hacer sentir su voz. Miguel Ventura, entrevistado por los periodistas de Co-Latino, declaró “que quedarse callados y de brazos cruzados, es ser cómplices de la muerte de la gente; debemos defender la dignidad del pueblo salvadoreño”. Nos alegra ver a los cristianos, como fermento en la masa, ejerciendo su ministerio profético.  Las comunidades no debemos quedar encerrados en el templo, tenemos que unirnos al pueblo en sus justas demandas.  Los cristianos y cristianas aglutinados en CEIPES nos dan el ejemplo.

 

12 de febrero. Otra vez la cripta de catedral rebosante de las comunidades eclesiales de base para celebrar el 37 aniversario del comienzo de las comunidades eclesiales de base de Zacamil.  La misa fue presidida por el padre Pedro Declercq, cuya homilía, que fue varias veces interrumpida por los aplausos, nos habló de los signos de esperanza y de los retos.  Entre otras cosas dijo que es necesario que las comunidades eclesiales de base se reunan en un congreso y hagan sentir su presencia y su voz. En las ofrendas, una comunidad presentó una mata de izote como símbolo de las comunidades eclesiales de base, que a pesar de la persecución, la incomprensión y tantos otros problemas siguen, después de 37 años, activas en la misión de anunciar la buena nueva de liberación de Jesús de Nazaret.  En la misa se oró por la salud de don Alejandro Ortiz, que se encuentra  aquejado por una enfermedad. Don Alejandro no sólo es el papá de Octavio Ortiz, sino el patriarca de las comunidades de base, padre y símbolo de la fe de un pueblo que no se aparta del camino de la liberación.  Gracias, don Alejandro, por su testimonio.

Las Comunidades

 

 

 

Dr. Bauer: dando desde su pobreza

 

La veneración de Monseñor Romero hizo cercano El Salvador en su corazón. Esa voz profética y profundamente eclesial convocaba y animaba para sentir la fuerza del Espíritu. Con Monseñor Rivera y Damas pasó a cercanía solidaria y dio comienzo a los trabajos en favor del país. Ese camino se ha mantenido hasta ahora y sigue siendo un apoyo pertinente para las necesidades de las comunidades.

 

Esta solidaridad nace con el recuerdo de todo el apoyo que le dieron a Alemania después de la guerra. Esa generosidad se volvió parte del camino de recuperación para el país que había quedado desolado por la violencia. Ese recuerdo, ante la realidad de El Salvador volvió a hacer resonar con fuerza que la generosidad de los pueblos se vuelve esperanza cuando se acude en ayuda del pobre.  Dando desde la pobreza se entabla un diálogo donde el que da y el que recibe crecen en dignidad y hermandad.

Desde esa Alemania que conoció el horror de la violencia se mantiene esa respuesta ante el dolor de los que sufren.

Esta caridad cristiana de la Comunidad Alemana a través de la Conferencia Episcopal quiere ser una colaboradora humilde para hacer “que venga el Reino de Dios a la tierra y éste se haga presente en el aquí y ahora”. Pero además de la edificación material en favor de las comunidades desposeídas también se presenta la búsqueda perenne de la formación de la persona. Pues, no se quiere convertir a la persona en mendigo habitual sino en hijo e hija de Dios.

 

Aunque no todo puede darse de fuera, las países con mejores condiciones de vida deben escuchar y dar la mano amiga a los que se encuentran con necesidades. Por eso, cada visita no es solo pedir cuentas sino seguir escuchando el clamor de un pueblo y descubrir de qué manera se sigue tejiendo el camino de la solidaridad. Gracias Dr. Bauer por dejarse conmover por nuestra gente y por la voz franca de Monseñor Romero. Cada pueblo da de su riqueza y comparte lo que tiene para que la austeridad sirva de camino para la justicia y muestre el esplendor de la fe comprometida.