En el campo laboral, es común ver que las personas deciden retirarse por crecimiento, desarrollo profesional, mejores prestaciones, mejora salarial, inclusive accesibilidad o distancia. Sin embargo, en ocasiones, detrás de una plaza vacante se esconde un oscuro o dudoso motivo por el cual las personas no permanecen en dicha posición. Con esto no queremos que entres en pánico y dudes de todo sino que siempre presentes una postura analítica ante las ofertas de trabajo que solicitas.
El título de este artículo puede parecer intimidante pero si estás por ingresar al campo laboral o si por tu mente circula la idea de cambiarte a otra empresa por alguno de los motivos anteriores es importante que leas este artículo que puede ofrecerte información valiosa para tomar esa decisión de aceptar un empleo o trasladarte. Si por el contrario te sientes identificado con esta información porque tu estas pasando por algo similar, también este artículo es para ti.
¿Qué es el acoso o mobbing?
Las personas en su historia laboral pueden movilizarse de un trabajo a otro por diferentes motivos pero un motivo poderoso por el cual una persona puede decidir retirarse de la empresa es el acoso o mobbing, nombre con el cual se define todo tipo de comportamiento continuo y deliberado de maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan con él de forma cruel con vistas a lograr su aniquilación o destrucción psicológica y a obtener, a través de diversos procedimientos, su salida de la organización.
Este término utilizado en el ámbito de trabajo tiende a generar en la persona víctima sentimientos de desvalía, inseguridad, bajo rendimiento en el trabajo, irritación, problemas psicosomáticos como gastritis nerviosa, perdida o aumento en el apetito, trastornos del sueño, dolores de cabeza, etc.
El mobbing puede convertirse en una manera de convivencia y lo más peligroso es que los afectados de dicho acoso, suelen pensar que es una situación merecida o inclusive justificable al punto de considerarlo, en casos más graves, como algo normal y aceptar vivir su jornada laboral con dicho trato.
Las empresas han empezado a reaccionar intentando tomar medidas preventivas ya que, nos encontramos ante una patología que está teniendo mucha repercusión a todos los niveles y por este motivo su talento humano puede retirarse, afectar el desempeño de sus colaboradores y su propia imagen como empleador.
Desarrollo de la relación víctima-victimario
Puede que el momento en el cual inicia esta relación abusiva nunca quede claro pero se puede decir que en la mayoría de casos es repentina y al principio ser una relación catalogada como neutral e inclusive positiva. Este cambio repentino puede generar confusión en la persona víctima y concluir que es pasajero e inclusive justificable dado que anteriormente no ha tenido una experiencia previa de esta naturaleza. Puede inclusive atribuirse el origen de dicho trato y de esta manera causarle sentimiento de culpa y vergüenza.
El ejercicio del acoso
Decimos que una persona es víctima de mobbing cuando ésta se ve sometida más de seis meses a este tipo de trato. Las formas más comunes de expresar el acoso son:
a) Atentados contra la dignidad de la víctima bajo la forma de miradas despectivas, ridiculizar públicamente, descalificar o desacreditar delante de los compañeros..., correr rumores y calumnias, burlarse de sus orígenes o nacionalidad, criticar la vida privada.
b) Criticar de forma exagerada la forma de realizar el trabajo, asignar tareas sin proporcionar los medios adecuados para desempeñarlas, encomendar actividades excesivamente monótonas y rutinarias, encargar tareas que están por encima de sus posibilidades para las que se sabe no está cualificado, desacreditar su trabajo, obligarle a hacer trabajos humillantes, cuestionar sus decisiones u opiniones, impedir promociones, permisos. Todas las expresiones anteriores pueden calificarse como formas de sabotear las condiciones de trabajo.
c) Agresiones verbales y/o violencia física como proposiciones sexuales, maltrato físico, realización de tareas peligrosas, amenazar, gritar, insultar...
d) Aislar e incomunicar a la persona al no hablarle, no mirarle a la cara, impedir que se comunique con el resto de sus compañeros, se le instala en un lugar donde sea imposible la interacción con los demás, no tener en cuenta sus opiniones, no informarle de sus derechos y deberes, etc.
La victima
Todos en algún momento podemos vernos afectados y definir un perfil de víctima es peligroso ya que al momento de ser sometidos al mobbing no podríamos reconocerlo al no cumplir con los requisitos, pero sí podemos hablar de un grupo de personas que tienen más probabilidad de sufrir este problema.
El acosador
Suelen ser personas que están demasiado centradas en si mismos, con una excesiva necesidad de aprobación y admiración de los demás, no soportan ningún tipo de crítica, desconfían de los demás, no tiene sentimientos de culpa ni interés por las personas que le rodean. Son en su mayoría personas resentidas y envidiosas, y su objetivo no es otro que destruir y hacer daño a la víctima.
¿Que hacer?
Si nunca has experimentado este tipo de trato lo mejor es que siempre estés alerta y trabajar siempre sobre tu propia estima. Para quienes lo han sufrido o están pasando por ello, lo más importante es hablar sobre como te sientes, con tu familia o amigos ya que el apoyo social es sumamente importante. Puedes pedir consejo psicológico; acercarte a Recursos Humanos para que estén al tanto de tu situación. No descuides tus hábitos de descanso y de alimentación por lo que trata de salir y distraerte. Es necesario que aumentes tu autoconfianza y deja de odiar a tu acosador ya que toda esa energía centrada en el odio se la está robando a tu capacidad para superar su situación. Tu empleo puede verse afectado, de modo que intenta seguir formándote y abriendo nuevas puertas profesionales. No es el momento de estancarse, ni de quedarse inmovilizado por los problema. Pero lo más importante debes que considerar la situación como una oportunidad para el cambio y no como una situación insostenible y angustiosa. En todo caso si decides cambiar de trabajo hazlo con prudencia, como una decisión bien analizada y por tu propia salud mental y jamás como una medida desesperada ni mediado por sentimiento negativos de derrota sino al contrario reconociendo tu valor como persona.