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"La vida debe tener la última palabra"

Margarita Moreno
23/11/2012
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El 16 de noviembre, en solemne eucaristía, la comunidad universitaria recordó a Elba y Celina Ramos y a los seis jesuitas asesinados en el campus hace 23 años. Este año, la misa fue en el Auditorio “Ignacio Ellacuría”.

La ceremonia estuvo oficiada por monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, y concelebrada por un grupo de sacerdotes jesuitas, entre ellos Andreu Oliva, rector de la UCA, y Jesús Sariego, provincial de la Compañía de Jesús en Centroamérica.

En la ceremonia, monseñor dijo que la misa permitía “reunirnos para recordarles, para recoger esa herencia preciosa teñida de sangre”, y a la vez rememorar “cómo luego de esa masacre se quedaron [ambos bandos del conflicto armado] sin ningún argumento para continuar con la guerra; y ellos [los mártires de la UCA] con la ofrenda de su vida hicieron que el momento de la paz llegara mucho antes”.

Rosa Chávez también dedicó parte de la homilía a analizar el contexto salvadoreño, específicamente el tema de la seguridad y la tregua entre las pandillas. Así, retomó y coincidió con el análisis expuesto en la Cátedra de Realidad Nacional sobre militarización, crimen organizado y pandillas. Y subrayó la necesidad de darle un seguimiento serio y crítico a esa tregua, pues “todos necesitamos saber cómo garantizar su viabilidad y continuidad”. A su juicio, y pese a todas las ambigüedades que la han rodeado, la tregua es una “ventana de oportunidad” que no se debe dejar pasar.

De acuerdo al obispo, incidir en la realidad con análisis y posturas críticas ante los hechos que afectan a los pobres, así como proponer soluciones, es parte del llamado que hace Jesús en el Evangelio: la vida, en línea con la voluntad de Dios, “no puede ser modelada sobre el mundo presente, pues es por definición no conformista, es una crítica al mundo de hoy”.

Este mensaje de acción frente a la realidad, según el prelado, significa “ir contra corriente, no acomodarse a los criterios del mundo, creer en la utopía”; porque “ser testigo no es decir lindas teorías, es demostrar con la vida lo que creemos. Esto fue lo que estos hermanos y hermanas [mártires de la UCA] hicieron. Y cada año nos dicen que hay que seguir caminando, pues el reino no está construido”.

En el tiempo de las ofrendas, miembros de la comunidad universitaria presentaron objetos diversos que simbolizan la labor propia de cada área. Por ejemplo, la Unidad de Vigilancia ofreció unos radios de comunicación que representan el trabajo en equipo y su entrega para garantizar la seguridad dentro del campus; los estudiantes de Ingeniería Química entregaron una bata de laboratorio como símbolo del compromiso con el que se preparan profesionalmente. Por otro lado, los representantes diplomáticos de España y de Cuba en el país ofrecieron arreglos florales como señal de respeto a la memoria de los mártires de la UCA.

Desde el 16 de noviembre de 1989, estudiantes, personal administrativo y docentes de la Universidad celebran, año con año, un acto litúrgico que permite, como explicó Rosa Chávez, decir al mundo que “la vida debe tener la última palabra”.

Eucaristía

Cada 16 de noviembre se celebra una eucaristía en memoria de los mártires de la UCA (Foto: Dirección de Comunicaciones y Publicaciones, 16/11/2012).


Monseñor Gregorio Rosa Chávez
Asistentes
Ofrenda estudiantes de Ingeniería Química


Ofrenda Unidad de Vigilancia
Ofrenda área de nuevas tecnologías
Ofrenda Vicerrectoría de Proyección Social


Ofrenda de Biblioteca
Arreglos florales
Coro Universitario




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