A finales de 2008, el Centro Monseñor Romero vio necesario mejorar el pequeño museo donde hasta entonces se habían conservado las pertenencias y reliquias de los padres jesuitas. Con ese objetivo, y luego de meses de planificación y diseño, a mediados de septiembre de 2009 iniciaron las obras de remodelación del espacio.
“Algunas cosas se estaban arruinando debido a la inestabilidad de la temperatura y por el paso del tiempo. Por eso, decidimos hacer de la Sala de los Mártires algo que tenga la misión de guardar perdurablemente la memoria de los que dieron sus vidas por el bienestar de todos”, explicó el P. Jon Sobrino, director del Centro, en el acto de inauguración de la nueva Sala, realizado el miércoles 11 de noviembre.
Sobrino aprovechó para reseñar la historia del espacio: cómo pasó de ser “un lugar con piezas históricas” a ser algo más parecido a un museo, aunque con la peculiaridad de que lo resguardado en su interior continúa vivo y vigente. Es decir, no se trata de un sitio con rastros de un pasado ya muerto y sin dinamismos en la realidad salvadoreña actual.
De acuerdo al padre Sobrino, “la organización de los objetos ha sido especialmente dispuesta para que los visitantes puedan apreciar la historia martirial salvadoreña a través de un orden cronológico”.
Las obras de remodelación fueron financiadas mediante las donaciones de personas y comunidades amigas del Centro Monseñor Romero, quienes al enterarse del plan de remozar el lugar no dudaron en apoyar el proyecto.
El P. Rodolfo Cardenal fue el encargado de dar la bendición a las nuevas instalaciones antes de que los asistentes pudieran recorrerlas. “Ojalá esta Sala sea un lugar que llene de esperanza a quienes lo visiten”, expresó.
La Sala de los Mártires está abierta a todo el público, y puede ser visitada en el horario de atención del Centro: de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 12:00 m. y de 2:00 a 6:00 p.m.; y sábados, de 8:00 a 11:30 a.m.
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