Como todo conflicto entre hermanos, la guerra civil significó una presión enorme para las instituciones que se distinguían por una labor de crítica y análisis permanentes sin otro interés que la verdad, la justicia y el bienestar de las mayorías; la UCA fue una de ellas. En ese período de la historia nacional, y respondiendo a las exigencias y dinámicas de la realidad, puso sus mejores esfuerzos en la proyección social.
De esta manera, en 1986 nació el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), denominado inicialmente Instituto de Opinión Pública. Fue su fundador, Ignacio Martín-Baró, quien posteriormente le agregó el adjetivo “universitario”, para explicitar el carácter académico e independiente del proyecto.
En esos años, todos hablaban del pueblo y decían hacerlo en su nombre, pero aún nadie le había preguntado a ese pueblo, a la gente, sobre su sentir y pensar. Ese fue el propósito principal de la creación del Instituto: conocer la opinión de los ciudadanos sobre el acontecer nacional y canalizar las aspiraciones y preocupaciones de las mayorías populares, a fin de generar conciencia crítica y debate sobre los grandes problemas del país. A partir de ese momento, el IUDOP se ha convertido en una de las fuentes más confiables sobre la opinión pública salvadoreña.
Desde un principio, el Instituto planificó la realización de dos encuestas anuales: una sobre temas electorales y otra para indagar la opinión sobre la gestión gubernamental de turno. A estas se fueron añadiendo indagaciones sectoriales sobre transporte público, religión, violencia, desempleo y cultura política, entre otras temáticas.
En esa lógica de trabajo estaba el IUDOP cuando su fundador y director fue asesinado junto a sus compañeros jesuitas y a Elba y Celina Ramos, en noviembre de 1989. A raíz del vacío institucional que la masacre provocó, el Instituto se vio forzado a cerrar por unos años. Sin embargo, en 1992, con la llegada de Rodolfo Cardenal a la Vicerrectoría de Proyección Social, el organismo reinició sus funciones.
Después de un cuarto de siglo, la labor continúa. Y para celebrar los 25 años de investigación y análisis de la realidad social, el Instituto realizó un foro el jueves 3 de noviembre en el Auditorio “Segundo Montes, S.J.”.
En el evento participaron dos miembros del equipo fundador: Víctor Orellana, quien habló sobre los orígenes del Instituto; y Antonio Cañas, que centró su ponencia en la situación del IUDOP después del asesinato de Martín-Baró. Asimismo, asistieron José Miguel Cruz, exdirector del IUDOP; Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social; Andreu Oliva, rector; y Jeannette Aguilar, directora del IUDOP.
En su intervención, Aguilar habló sobre las dificultades que se enfrentan a la hora de recoger información en territorios controlados por grupos criminales. “En algunas ocasiones, se tiene que hablar con los jefes de pandillas de la zona para negociar y poder trabajar en esa área”. Algo que, a su juicio, “devela el deterioro de un derecho fundamental, como es la seguridad ciudadana”.
Finalmente, el Rector cerró la actividad exponiendo los desafíos que hoy día enfrenta el Instituto. “El reto actual es poner toda la información recopilada en su estado original (…), ver cómo ha ido evolucionando el pensamiento de la sociedad salvadoreña a lo largo de estos 25 años, y relacionar esos cambios con los distintos acontecimientos que han tenido lugar en nuestra historia”. Además, el IUDOP debe “consolidar su propia agenda de estudio, buscar el financiamiento para esta y establecer alianzas con otros centros de investigación”, apuntó Oliva.
En la actualidad, el IUDOP es una unidad de la Vicerrectoría de Proyección Social y, como tal, forma parte orgánica de la UCA. Su trabajo tiene dos facetas básicas: por un lado, la realización de proyectos de investigación de interés propio, útiles para el debate sociopolítico del país y financiados por la Universidad; y por otro, estudios emprendidos por contrato o convenio con otras instituciones, siempre y cuando sirvan para la implementación de programas de desarrollo social, de beneficio para la población.
En este sentido, y a pesar del gran número de casas encuestadoras (o de empresas que se presentan como tales) que hay ahora, el IUDOP, por su carácter académico e independiente, sigue enfocado en contribuir a la consolidación de una conciencia colectiva, devolviendo a la gente lo que piensa y lo que siente.
Una guía clara para ello es la definición de encuesta de opinión pública formulada por Martín-Baró: “Puede ser una manera de devolver la voz a los pueblos oprimidos, un instrumento que, al reflejar con verdad y sentido la experiencia popular, haga la conciencia asertiva de una nueva verdad histórica por construir”.
Según los ponentes, a lo largo de los años, el trabajo del IUDOP ha permitido tener un conocimiento más preciso y sistemático de la realidad salvadoreña (Foto:Dirección de Comunicaciones y Publicaciones. 3/11/2011).
José Miguel Cruz inició su trabajo en el IUDOP en 1986. Antes de llegar a la dirección, laboró como encuestador, asistente de la coordinación y coordinador. En 1994 lo nombraron director del Instituto, cargo que desempeñó hasta 2006 (Foto:Dirección de Comunicaciones y Publicaciones. 3/11/2011).