Hacen falta Quijotes
ahora que el mundo está lleno de molinos
oprimiendo albañiles,
destripando maquileras;
engañando a los ojos
fingiendo ser sólo molinos.
Hacen falta Quijotes
ahora que nadie piensa en el amor ideal,
ahora que Dulcinea es el dinero
y las pertenencias la gloria.
Hacen falta Quijotes
porque hoy nadie ve peligro
en lo cotidiano;
nadie protesta frente a las injusticias
porque parecen inofensivas,
porque son casi invisibles.
Hacen falta Quijotes...
¡Y Sanchos también!
para procurar que los Quijotes
no terminen en las garras
de algún molino capitalista
que lo quiera presentar al mundo
como un loco...