Este pasado miércoles por la noche, mientras los delegados de cada país comenzaban a cerrar sus labores y a prepararse para regresar a sus hoteles, el cansancio era notorio debido a una ardua jornada inicial que había agotado la fuerza de la juventud participante. Sin embargo, no todo fue trabajo y debate para los protagonistas del MOEA, porque cuando el reloj marcó las 6 en punto de la tarde, los jóvenes comenzaron a abordar los autobuses que los llevarían hacia un destino preparado para un momento de tranquilidad y relajación: Cancillería.
El Salón de Honor de Cancillería abrió sus brazos para dar una afectiva y calurosa bienvenida a los chicos que llegaban. Al entrar, ellos decidían si pasear por el jardín y respirar aire fresco, disfrutar de la arquitectura del Salón de Honor o simplemente andar por ahí estableciendo nuevas amistades. Las delegaciones permanecían juntas al comienzo de la velada, pero al avanzar la noche, comenzaron a soltarse y a intercambiar experiencias con miembros de otras representaciones. El tiempo también se aprovechó para entablar negociaciones y discutir futuras propuestas.
Lo emocionante llegó al momento de deleitar la vista y el oído con los bailes folclóricos y la música tradicional preparada por Cancillería. “Nunca había visto algo parecido y tener el privilegio de observar algo muy propio de El Salvador es una experiencia muy bonita, muy emocionante”, expresó Adrián Lovera, representante de la República del Perú. Las palabras del Ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez y del Director Nacional de Juventud, Miguel Ángel Pereira, no faltaron dentro del acto. El Director de Juventud incluso lanzó la broma de ver cuántos enamoramientos surgían en medio de las negociaciones.
La comida fue típica salvadoreña no pudo faltar. “Ayer, martes fuimos al Centro de acá de la capital y comimos pupusas… en mi país son crepas pero no se parecen mucho, pero las de aquí me gustaron”, comentó Juan Carlos Ordóñez, representante de Colombia. Los plátanos, tamales, café, chocolate y toda la variedad culinaria salvadoreña fueron del deleite del paladar de los invitados.
Fue una noche ambientada y libre de las presiones de trabajo. Fue el espacio necesario para recargar pilas y así seguir sacando lo mejor de cada uno para realizar una magnífica labor dentro del MOEA. El día de hoy habrá un cóctel en el Holten Sheraton Presidente y una nueva oportunidad para fomentar la convivencia sana entre los participantes.
Reunión. Varios participantes del MOEA 2011, de varias nacionalidades, durante la recepción en Cancillería.