Resultados de la Observación Electoral

Tomando como base la información recabada en ambas jornadas electorales, se contó con información comparable relativa a la instalación de JRVs e inicio de la votación, desarrollo de la jornada electoral y escrutinio final. En función de tal información, es factible hacer una valoración de la dimensión y el alcance de los problemas registrados en cada elección.

Los resultados que se presentan a continuación están basados en el porcentaje de la muestra efectiva, es decir de aquella proporción de voluntarios y voluntarias que pudieron registrar y transmitir la información, tanto en la jornada del 18 de enero como en la del 15 de marzo. Dado que algunos indicadores registrados durante la observación de enero se vieron modificados durante la observación de la elección presidencial, no todos los indicadores son directamente comparables en ambas jornadas electorales; sin embargo, en términos generales, los resultados buscan establecer la comparación entre ambas jornadas electorales. A su vez, y en función de la importancia del Plan piloto de voto residencial desarrollado en el departamento de Cuscatlán, y a fin de ofrecer elementos que apoyen el impulso del sistema de voto residencial a nivel nacional, se establecen algunas comparaciones entre los resultados de la muestra nacional utilizada durante la elección presidencial y lo encontrado en la muestra de este departamento.

Sobre la instalación de las JRVs y el inicio de la votación

El Código Electoral en su Art. 243 establece que la hora de la instalación de las mesas electorales es a las 6:00 am, a fin de que la votación pueda iniciar a las 7:00 am. De acuerdo a lo consignado por la Red de Observadores durante las elecciones del 18 de enero, el 40.8 por ciento de las JRV se instalaron después de las 7 am, situación que se redujo al 3.9 por ciento durante la elección de marzo. Asimismo, la proporción de mesas que se instalaron anticipadamente a la hora establecida, pasó del 8.3 por ciento durante las elecciones legislativas y municipales al 31 por ciento en las elecciones presidenciales, lo que en definitiva permitió que mejoraran los tiempos del inicio de la votación durante la jornada del 15 de marzo. Por otra parte, durante los comicios presidenciales no se reportó casos de JRVs que no se hayan instalado, a diferencia de la elección de enero, donde un 0.1 por ciento de urnas no se logró instalar. Al comparar las tendencias de ambas jornadas electorales, es claro que se reportó en la elección presidencial una mejoría sustancial en la hora de la instalación de la JRV respecto a lo ocurrido en la elección de enero.



Sin embargo, al contrastar estos resultados entre las diferentes zonas del país en las que se estratificó la muestra nacional durante la jornada presidencial, se encuentra que la situación de instalarse con más de una hora de retraso, es decir después de las 7:00 am, ocurrió con mayor frecuencia en los municipios del estrato rural (4.9%), en comparación con los que componen las zonas urbanas del país (3.4%) y los que conforman el AMSS (2.6%).

Asociado a la mejora general en los tiempos de instalación de las JRVs, durante la jornada de marzo, se redujo de forma importante la proporción de JRV que iniciaron la votación tardíamente. Tal y como lo muestra la Gráfica 4, el porcentaje de mesas que inició después de las 8:00 am, pasó del 29.5 por ciento en enero al 0.4 por ciento en marzo. En la misma lógica, durante la elección presidencial, 3 de cada diez JRVs abrieron la votación antes de la hora establecida, mientras que durante las elecciones legislativas y municipales, este porcentaje fue apenas de 2.3 por ciento.



Al contrastar la hora de apertura de la votación de la muestra nacional de las elecciones presidenciales, con la muestra del departamento de Cuscatlán, lugar donde se implementó la experiencia de voto residencial se encuentran variaciones. La gráfica 5 muestra que la votación inició en general más tempranamente en este departamento en relación a lo encontrado en la muestra nacional (el 42.4 por ciento de JRVs inició antes de las 7:00 am), mientras que no se reportó casos de JRV en donde la votación iniciara después de las 8:00 am.



Otro de los aspectos verificados durante la observación de la jornada de instalación, fue la conformación de las mesas electorales. El Código Electoral establece que una JRV debe integrarse con un mínimo de 3 miembros y con máximo de 5 miembros propietarios y sus respectivos suplentes, cada uno de los cuales asume un rol particular en la administración de la jornada (Art. 117, Código Electoral). La conformación de la JRV cobra especial relevancia, dado que sus miembros son la autoridad electoral responsable de administrar el proceso electoral en cada una de las mesas. A su vez, la JRV tiene en el caso salvadoreño una composición partidaria, pues sus miembros son acreditados por los partidos que participan en la contienda.

En virtud de que la contienda electoral presidencial fue disputada finalmente por los partidos mayoritarios ARENA y el FMLN, debido a la retirada del resto de los institutos políticos, éstos partidos y el TSE acordaron que las JRVs estarían conformadas por 4 miembros, dos de cada partido político en contienda, con lo que se modificó la tradicionalmente integración impar de las JRVs.

Los datos generados por la observación de ambas jornadas electorales, muestran que en general las mesas estuvieron conformadas durante su instalación por el número de miembros requeridos por la ley. En el caso de las elecciones legislativas y municipales, el 64.7 por ciento de JRVs fueron instaladas con 5 miembros (ya sea propietarios o suplentes), el 26.9 por ciento por 4 miembros y solo el 8.3 por ciento se instaló con 3 miembros. Sin embargo, en el evento electoral presidencial, aún cuando el acuerdo oficial estableció una conformación de 4 miembros, se reportó un 3.2 por ciento de JRVs que instalaron con 3 miembros y un 0.2 por ciento de JRVs que lo hizo con menos de tres miembros. A su vez, se observó un 22.8 por ciento de mesas que instalaron con 5 miembros. Al ser consultados acerca de este último dato, los observadores declararon que en algunas ocasiones, los vigilantes de los partidos políticos se encontraban sentados en la JRV asumiendo funciones similares a los miembros de la misma, por lo que, fueron contabilizados como tales.



Al establecer la comparación de las tendencias de la muestra nacional de las elecciones presidenciales, con lo reportado en el departamento de Cuscatlán, se encontró que los casos de JRVs integradas por 3 miembros, aumentó de forma importante en este departamento (23.1 por ciento), pero se redujo de forma significativa los casos de JRVs en donde se reportó la presencia de un quinto miembro (1.5 por ciento) respecto a lo consignado a escala nacional.



Previo al proceso de instalación de las mesas, los miembros de cada JRVs reciben un paquete electoral, que contiene una serie de materiales electorales necesarios para administrar efectivamente la jornada electoral. En el marco del proceso de instalación, la Red de observadores del IUDOP identificó durante las dos jornadas electorales, la presencia de al menos 9 materiales electorales, considerados imprescindibles para la instalación de las mesas electorales como depósito de votos, anaquel de votación, actas de instalación y apertura, sellos reglamentarios y frasco de tinta indeleble, entre otros. Los resultados muestran que en ambas elecciones, más del 97 por ciento de las JRVs contaron durante la instalación con la presencia de los materiales por lo que se consultaba. Es decir, que en casi la totalidad de los casos, las JRVs fueron proveídas de los materiales electorales requeridos para que los ciudadanos pudiesen ejercer el sufragio.

Durante la etapa de la instalación de las JRVs e inicio de la votación, los observadores también consignaron algunos problemas relacionados con el procedimiento de instalación. Una de las dificultades que persistió en ambas jornadas electorales, aunque observada en menor medida durante las elecciones presidenciales, fue el desconocimiento entre los miembros de la JRV del procedimiento de instalación de la mesa. La gráfica 8 muestra que durante las elecciones legislativas y municipales, dos de cada diez JRV reportaron esta situación, en tanto que esto se redujo a dos de cada diez mesas durante la elección presidencial.



Al ser consultados algunos miembros de la Red sobre aspectos que denotaban desconocimiento de la instalación, se refirieron a la incorrecta ubicación de los miembros de la mesa, según el orden establecido por el Código Electoral, problemas en el llenado de las actas, y casos de miembros de JRVs que votaron después de iniciada la votación, entre los más importantes. Aunque muchas de estas dificultades se redujeron durante la elección de marzo, estas falencias apuntan a la necesidad de fortalecer los procesos de formación y capacitación del personal que administra el proceso electoral.

Otro de los aspectos que se monitoreó directamente en la observación de ambas jornadas electorales, fue si la ubicación del anaquel de votación durante la instalación de las JRV permitió el voto secreto; esto en razón de la importancia que cobra la confidencialidad del voto en la garantía de elecciones libres y transparentes. Al respecto, se encontró que durante las elecciones legislativas y municipales, en un poco más de la quinta parte de las JRVs observadas (21.1 por ciento), la colocación del anaquel facilitó que la emisión del voto fuera observado por terceros. Si bien durante las elecciones presidenciales, este problema descendió de forma importante debido a algunas medidas implementadas por el TSE, como la cortina en los anaqueles de votación, persistió en el 6.8 por ciento de las mesas a nivel nacional.



Una comparación de los datos de esta irregularidad reportada a nivel nacional con lo registrado en el conglomerado de JRVs correspondientes al departamento de Cuscatlán, muestra que este problema fue más recurrente en el mencionado departamento (10.6 por ciento), en comparación con lo registrado a escala nacional (6.8 por ciento).



No obstante, al contrastar estos datos según los estratos en los que se segmentó la muestra nacional de las elecciones del 15 de marzo, se encuentra que esta irregularidad fue más frecuente en los municipios que conforman el AMSS (8.5%), respecto a los aglutinados en el estrato rural (6.2%) y a los municipios urbanos (5.7%), aunque debe señalarse que estas diferencias no tienen peso estadístico.

Sobre el desarrollo de la votación

Luego de consignar aspectos relacionados con la instalación y apertura, los observadores y observadoras monitorearon durante el desarrollo de la jornada la ocurrencia de diversas situaciones que pudiesen afectar la limpieza del proceso electoral. Los indicadores que se definieron para observar el desarrollo de la votación sufrieron cambios durante la jornada presidencial, no sola en su contenido sino en su redacción, por lo que para efectos de este apartado, los resultados de ambas jornadas electorales no pueden ser directamente comparables. A continuación, se enlistan algunos de los problemas más relevantes que se identificaron durante el desarrollo de la jornada electoral de las elecciones legislativas y municipales del 18 de enero (Tabla 6).



Una situación de gran importancia, que fue observada en casi el 45 por ciento de JRVs a nivel nacional es la posibilidad de que los electores fueran observados por terceros, a la hora de emitir su voto, aspecto que se relaciona directamente con los problemas de ubicación de anaquel antes señalados. Asimismo, en tres de cada diez JRVs de la muestra nacional había personas haciendo propaganda y/o influyendo en los votantes. Al respecto, debe mencionarse que debe existir mayor regulación del rol de los vigilantes y miembros de logística de los partidos que permanecen en los centros de votación, dado que con frecuencia estos buscan incidir en los votantes. A su vez, persisten barreras institucionales a la participación relacionadas con deficiencias en la información del padrón. Más de una quinta parte de JRVs a nivel nacional (21.9 por ciento) registró casos de electores que no pudieron votar porque no aparecían en el padrón de la JRV observada.

Otra anomalía de relevancia registrada durante las elecciones de enero fueron los problemas con el DUI. El 17.3 por ciento de JRVs observadas a nivel nacional, reportó problemas de inconsistencias entre los datos del padrón y la foto del DUI, o casos de electores que votaron con el DUI evidentemente deteriorado. Adicionalmente, en el 7.5 por ciento de JRVs a nivel nacional, se observó casos de electores que votaron sin entintarse el dedo. También en un 4.1 por ciento de mesas observadas a nivel nacional, se registró casos de papeleta (s) de votación sin firma y/o sello del secretario y en el 3.7 por ciento de JRVs a nivel nacional hubo electores que quisieron votar, y ya alguien lo había hecho en su lugar.

Para la observación de las elecciones presidenciales del 15 de marzo, se precisaron algunos de estos indicadores, en función de reducir el margen de interpretación por parte del observador. Del total de mesas observadas a nivel nacional, un 28.9 por ciento reportó la ocurrencia de irregularidades durante el desarrollo de la votación; al comparar este dato con el de la muestra en Cuscatlán, el porcentaje fue menor en esté último (19 por ciento). La tabla 8 presenta los principales problemas identificados durante el desarrollo de la votación en la muestra nacional contrastados con los resultados obtenidos en Cuscatlán.



Una de las irregularidades que persistieron, aunque en menor medida durante la elección presidencial fue la posibilidad de que los electores pudieran ser observados al momento de emitir el voto, debido a la mala ubicación del anaquel. Esto ocurrió en el 13 por ciento de los casos a nivel nacional y en el 6.3 por ciento de JRVs de Cuscatlán. Lo anterior apunta a la necesidad de seguir fortaleciendo los procesos de capacitación sobre los procedimientos electorales y a mejorar la planificación y organización electoral. Por otra parte, en el 6.4 por ciento de la muestra nacional, se reportaron casos de electores a quienes no les entintó el dedo luego de votar, situación que tuvo mayor ocurrencia en Cuscatlán (9.5 por ciento), lo que denota que persisten descuidos por parte de los miembros de la mesa respecto a los mecanismos de seguridad establecidos por el proceso. A su vez, se reportó en el 5.9 por ciento de JRVs a nivel nacional, casos en los que vigilantes partidarios inducían verbalmente la decisión de los votantes, hecho que fue reportado en menor medida en el departamento de Cuscatlán (3.2 por ciento).

Otra situación que cobró especial relevancia durante la elección presidencial no necesariamente por su dimensión cuantitativa, sino por la gravedad de la irregularidad, fue la utilización por parte de algunos electores de documentos de identidad falsificados. Debido a que esta anomalía fue advertida durante la elección de enero y a fin de poder consignarlo con mayor objetividad durante las elecciones presidenciales, se decidió delimitar el indicador a DUI falsificado, considerando aquellos casos, en los que evidentemente se trataba de documentos fotocopiados, escaneados o casos en los que la fotografía aparecía claramente insertada sobre el documento de identidad, y por cuya irregularidad el votante era cuestionado por alguno de los miembros de la mesa. Al respecto, esta situación fue reportada en el 3.6 por ciento de los observadores a nivel nacional, mientras que en Cuscatlán no fue advertido en ninguna JRV. Con el propósito de cuantificar la magnitud de esta anomalía, se pidió precisar el número de personas que habían cometido este ilícito. Al respecto, el 60.3 por ciento de casos que reportó tal irregularidad señaló haber visto hacerlo a una persona en la JRV que le correspondía observar; el 16.4 por ciento observó a dos personas y un 23.3 por ciento a tres o más personas, lo cual advierte que no se dio de forma tan aislada.

Asimismo, en tres de cada cien mesas de votación (3.0 por ciento) a nivel nacional, se observó electores que quisieron votar, pero que ya alguien lo había hecho en su lugar, situación que se dio en el 1.6 por ciento de JRVs observadas en Cuscatlán. De nuevo, aunque este tipo de irregularidades no cobra relevancia cuantitativa, la sola presencia de personas que han sido aparentemente suplantadas por otras, apunta a la urgente necesidad de avanzar en la depuración del padrón electoral, de forma tal que se reduzca la probabilidad de que estos hechos continúen ocurriendo.

Sobre el cierre de la votación y el escrutinio

La Red de Observadores continuó observando hasta el cierre de la votación y monitoreando el desarrollo del proceso de escrutinio, hasta la emisión del acta de escrutinio final, que contenía los resultados electorales oficiales de cada mesa. Uno de los aspectos que se monitoreó durante esta fase de la jornada electoral, fue la hora de cierre de la votación. Durante los comicios de enero, la consigna fue registrar directamente la hora de cierre del centro de votación. Al respecto, el 87.1 por ciento de los centros de votación cerraron entre las 5:00 y las 6:00 pm; el 12.4 por ciento antes de las 5:00 pm y sólo el 0.5 por ciento lo hizo después de las 6:00 pm, es decir el cierre se retrasó en márgenes aceptables. En el caso de la observación de marzo, ya no se consignó la hora de cierre de los centros de votación, sino si la votación en la JRV observada había cerrado antes de la hora reglamentaria (5:00 pm). Al respecto, un 10.6 por ciento de los observadores reportó que su JRV había cerrado antes de la hora formalmente establecida. Asimismo, se consignó si habían quedado personas en la fila que no habían podido votar, una vez cerrada la votación a las 5 pm, reportándose un 1.5 de JRVs en las que había ocurrido tal situación. La situación de cerrar antes de la hora estipulada por la ley durante la jornada electoral se dio nuevamente con mayor frecuencia nuevamente en los municipios de las zonas rurales del país (11.3 por ciento), respecto a lo ocurrido en la zona del AMSS (9.3 por ciento) y en el estrato urbano (9.8 por ciento).

Respecto al número de miembros de mesa presentes en el escrutinio final, durante la elección del 18 de enero, el 69 por ciento de JRVs contó con la presencia de 5 miembros, el 25.4 por ciento con 4 miembros y el 5.4 por ciento con 3 miembros, con lo que se cumplió el criterio establecido en el Código Electoral (3 a 5 propietarios o suplentes). Esto cambió durante la elección del 15 de marzo en función del establecimiento formal de 4 miembros. Sin embargo, al igual que lo señalado en el apartado de la instalación, en la práctica persistió en más de una quinta parte de JRVs (22.7 por ciento) la presencia de un quinto miembro durante el escrutinio. Asimismo se reportó un 5.4 por ciento de JRVs con 3 miembros e incluso un 0.1 por ciento de JRVs que realizó el escrutinio con menos de 3 miembros. Estos problemas apuntan nuevamente a la necesidad de una mayor regulación de lo ocurre en las mesas electorales por parte de los integrantes de las Juntas Electorales Municipales, tanto en términos de una integración inferior a la estipulada en la ley, como en relación a que actores no acreditados para administrar el proceso como vigilantes de los partidos asuman algún rol en la JRV.



Aunque no se advierten diferencias estadísticas de peso entre las diferentes regiones del país respecto a la irregular presencia de un quinto miembro, esta anomalía ocurrió más reiteradamente en los municipios conformados por las cabeceras departamentales (25.7 por ciento), respecto a lo reportado en los municipios rurales (21 por ciento), municipios del AMSS (23.6 por ciento) y Departamento 15 (10 por ciento).

En cuanto a la hora de finalización del escrutinio en la JRV, se registró durante la elección presidencial un adelanto en el horario de cierre del conteo de los votos, respecto a lo observado en la elección legislativa y municipal, producido en buena medida porque en la jornada de marzo se trataba de una sola elección. Una comparación de los resultados de las muestras nacionales de ambas jornadas electorales, muestran que mientras en la elección de enero, menos de la cuarta parte de JRVs (23.9 por ciento) concluyó el escrutinio antes de las 7 pm, en la elección presidencial, esto se dio en la casi totalidad de las JRVs (94.4 por ciento). En concordancia con este dato, el porcentaje que terminó el escrutinio después de las 8 pm pasó del 9.4 por ciento en la elección de enero al 0.1 por ciento durante la jornada de marzo, lo que contribuyó a que los resultados electorales a nivel nacional se generaran con mayor prontitud.



Una comparación de la hora de cierre de la muestra nacional durante el evento de la elección presidencial, con lo acontecido en Cuscatlán, departamento donde se llevó a cabo el voto residencial, muestra que hubo mayor retraso en este departamento respecto a la muestra nacional: un 14.3 por ciento de JRVs concluyó entre las 7:00 y 8:00 pm, mientras que esto solo se dio en el 5.5 por ciento de JRVs de la muestra nacional.



Por otra parte, al comparar la hora de cierre entre las distintas regiones del país, no hay variaciones de peso entre los grupos. Sin embargo y al margen de lo que ocurrió en el Depto. 15, donde el 100 por ciento de las mesas concluyeron el escrutinio antes de las 7:00 pm, dado que se trató de un estrato que solo comprendió 10 JRV, una comparación entre el resto de las regiones, muestra que fue en las JRVs ubicadas en las cabeceras departamentales, donde el escrutinio concluyó en horas más tempranas. Sólo el 3.8 por ciento de JRVs ubicadas en las cabeceras departamentales cerraron entre las 7:00 y 8:00 pm, mientras que esto ocurrió en el 5.9 por ciento de JRVs del AMSS y en el 6.2 por ciento de las zonas rurales. Asimismo, en el estrato de las cabeceras departamentales, no se reportó ningún caso de JRV que haya concluido el escrutinio después de las 8:00 pm.

A su vez, la Red de observadores del IUDOP también registró la presencia de problemas o anomalías durante el escrutinio final en las JRVs durante ambos procesos electorales. El consolidado siguiente muestra comparativamente algunos de los problemas más recurrentes registrados durante ambas jornadas electorales a nivel nacional.

Una de las dificultades observadas en forma reiterada en ambos eventos electorales fue la confusión en el llenado de las actas, lo cual ocurrió en el 33.9 por ciento de las mesas observadas durante la elección del 18 de enero y en el 15 por ciento de las JRVs monitoreadas el 15 de marzo. Vale la pena destacar que aunque este problema se redujo en más de la mitad durante el evento electoral de marzo, respecto a lo reportado en enero, como resultado de las recomendaciones incorporadas luego de las elecciones legislativas y municipales, es preocupante que persistan administradores de la jornada, que desconozcan el procedimiento del llenado de uno de los documentos claves del proceso electoral como el acta de cierre y escrutinio, la cual es la base sobre la que se realiza el escrutinio final.



Otro de los problemas que se registraron en similar cuantía en ambas elecciones a nivel nacional, fueron los desacuerdos entre los miembros de la mesa, que obligaron la intervención de una autoridad electoral. Esto ocurrió en el 14.6 por ciento de juntas observadas en las elecciones legislativas y municipales y en el 13.4 por ciento de las JRVs durante la elección presidencial. Una irregularidad que persistió en ambas elecciones, fue la interferencia de vigilantes de los partidos políticos en el desarrollo del escrutinio (5.2 por ciento de JRVs en la jornada de enero y 5.5 por ciento de JRVs en la elección de marzo). Esto confirma la injerencia que estos actores tienen durante el desarrollo de la jornada, lo que justifica una mayor regulación de sus funciones. Una situación que fue mejorada notablemente durante la pasada jornada del 15 de marzo fue la omisión en la elaboración de alguna acta de cierre y escrutinio. Esto ocurrió solamente en el 1.9 por ciento de las mesas, mientras que en el evento electoral de enero fue reportado en un 11.3 por ciento de las mesas observadas.

Finalmente, el 1.3 por ciento de observadores de la Red reportó durante el evento electoral de enero el extravío de alguna de las Actas de Cierre y Escrutinio (para Diputados o Concejos municipales), anomalía que ocurrió en el 1.0 por ciento de las JRVs durante la jornada de marzo. Adicionalmente en función de la pertinencia de constatar que las papeletas de votación fueran firmadas y selladas por los miembros de la mesa tal y como lo establece el Código Electoral, durante la observación de las pasadas elecciones presidenciales, la Red de Observadores consignó si en la JRV se habían registrado papeletas sin firma y sello. Al respecto, el 4.3 por ciento de observadores informó haber constatado la existencia de papeletas sin firma y sello del secretario de la mesa electoral. De este grupo, el 67 por ciento señaló que se trató de 5 papeletas o menos; el 20.9 por ciento indicó que fueron entre 100 y 300 y el 7.7 por ciento no pudo contabilizar su número.

Las estimaciones de los resultados electorales

Tal y como ha sido señalado con anterioridad, la observación de la jornada electoral del 18 de enero permitió realizar una estimación estadística de los resultados electorales de la ciudad capital, mientras que de la jornada de observación de la elección presidencial del 15 de marzo, se hizo una estimación de los resultados nacionales. En el caso de las elecciones legislativas y municipales, la estimación realizada sobre la base de la sobremuestra del Municipio de San Salvador, contó una margen de error de +/- 3.2 por ciento. Los resultados del conteo generados en la noche de la elección otorgaron al partido ARENA el 49.8 por ciento de los votos válidos, mientras que al FMLN el 46.5 por ciento de los votos.



Como puede verse, los resultados del conteo realizado por el IUDOP en este municipio, se correspondieron plenamente con los que días después oficializó el TSE. En el caso del conteo rápido de la elección presidencial, realizado con base del porcentaje de muestra nacional recuperada (85 por ciento), se generaron estimaciones con un margen de error de +/-1.14 y un intervalo de confianza del 95 por ciento. Los datos mostraban que ARENA había obtenido el 48.6 por ciento de los votos, mientras que el FMLN el 51.4 por ciento, por lo que este último había ganado la elección presidencial con una ventaja de 2.8 por ciento. Los resultados que el TSE oficializó con posterioridad luego de concluir el escrutinio final variaron en una décima respecto a los generados por el IUDOP de la UCA la noche de la elección, tal y como se muestra en el gráfico 14.



Estos datos no fueron presentados públicamente la noche de la elección, debido a restricciones establecidas en el Código Electoral que impiden que cualquier organización, incluyendo los partidos políticos difundan a través de los medios de comunicación resultados que indiquen tendencias de resultados (Art., 230, CE). Sin embargo, fueron entregados la misma noche del 15 de marzo a los magistrados propietarios del TSE, al Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, el Arzobispo de San Salvador, a los jefes de las misiones de observación de la OEA y la Unión Europea, y a los Embajadores de Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Brasil y México. Esta estrategia de divulgación entre los miembros de la máxima autoridad electoral, actores influyentes de la vida nacional y de la comunidad internacional, se implementó como el fin de reducir la probabilidad de intentos de manipulación de los resultados y ante la imposibilidad de difundir ampliamente las estimaciones de resultados.